sábado, 23 de noviembre de 2019

SINO CAPÍTULO DOCE.


SINO
CAPÍTULO  DOCE.


__Nunca imaginé que me sentiría tan halagado por resultarle hermoso al que yo considero el hombre más dulce y bello del mundo. Cuando llegaste vos… __dijo y luego guardó silencio y se quedó mirando a Pedro del modo en que a él tanto le gustaba__. Ya sabes lo que opino de vos _ explicó__. Vos sos demasiado, demasiado perfecto… demasiado hermoso… demasiado bueno… y mío, aun sin serlo… todavía del todo… mío.

Mario Benedetti - Me sirve y no me sirve.

La esperanza tan dulce,
tan pulida, tan triste,
la promesa tan leve,
no me sirve.
No me sirve tan mansa la esperanza.
La rabia tan sumisa,
tan débil, tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.
No me sirve
tan sabia tanta rabia.
El grito tan exacto
si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.
No me sirve tan bueno.
Tanto trueno.
El coraje tan dócil
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve
tan fría la osadía.
Sí me sirve la vida
que es vida hasta morirse,
y el corazón alerta sí me sirve.
Me sirve cuando avanza
la confianza.
Me sirve tu mirada
que es generosa y firme,
y tu silencio franco sí me sirve.
Me sirve la medida de tu vida.
Me sirve tu futuro
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla
sin medalla.
Me sirve la modestia
de tu orgullo posible,
y tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.
Mario Benedetti.

__Cuánta belleza transmiten tus manos y cuánta ternura se guarda en ellas, esas manos que moldean mis deseos, manejan los hilos de mi vida y los sonidos de mis suspiros cuando acarician mi cuerpo, esas manos temblorosas que cuando se entrelazan con las mías, son capaces de llevarme al cielo, esas manos que parecen leer mi cuerpo en braille y que no necesitan de palabra alguna  para desbordar mi pasión, haciendo que el volcán que hay en mí comience a  estallar  llenando mi ser de tu ser, esas manos deliciosas  que van descubriendo mis secretos poco a poco… Tengo la boca ávida de tus labios, de esos labios de rubí, de rojo carmesí, de esos labios que son mi refugio y donde quiero perderme, que como un fuego ardiente  me encienden, me incineran y me embriagan de deseo, de esos labios que cuando
se unen a los míos, besándome apasionadamente, logran que mi cuerpo perezca extasiado en el torbellino de la pasión, por esos labios de rojo de rubí, que son a la vez  la puerta de entrada al cielo o al mismo infierno, esos labios del que soy esclavo y cautivo a la vez, que se trasforman en mi fruta prohibida y mi  pecado mortal, esos labios por los que muero  si no puedo tenerlos y resucito cuando logro besarlos…
 __Cómo te extrañé precioso, fue un día largo de espera,  de impaciencia porque las horas vuelen, sí  amor mío, porque hoy mis verbos serán una súplica, un ruego… un decirte que necesito que me devuelvas mi corazón para que los pulsos de mi vida no dejen de latir,  los necesito para que mi cuerpo viva,  el mismo que necesita de tus manos para sentir, necesito existir para amarte y sentir cada día esa sensación adorable de soñarme en tus brazos, necesito resistir y sentirme vivo  al tiempo que necesito del tuyo, sin él, ya nada brilla me temo que de no ser así de nada me sirva la vida, necesito abrazar esa sensación al sentirse amado  y esa locura innata en mí, en tu  enamorado de gritar al viento que te amo vida mía, quiero verte de nuevo perdido en mis ojos y sentir cómo mueres en el vértice de mis labios.

Por mi parte no puedo dejar que los silencios perturben mis sueños de amor, no puedo dejar que las ausencias golpeen mi alma, no puedo mi amor, no puede vivir en el abandono de tus ojos porque ellos son el cristal que traspasan mi alma, no puedo dejar de beber los besos soñados de tu boca, moriría en este desierto inmenso lleno de ti, no puedo imaginarme a la luna colgada en ese cielo de amor sin ti y huérfano  de nuestro sueño.
__Devuélveme a la vida mía.
Dejas mi piel tan llena de tu humedad. El amor más hermoso
se refleja en un gesto, una mirada, es el sentimiento más hermoso  que tiene mi ser enamorado. Amo que tus labios me recorran  con sabor a dulce miel, mientras todo en mis adentros  se enciende  con el más candente deseo. Tu lengua traviesa y apasionada  me excita al recorrer mi cuello y mis brazos se aferran a ti  sin querer soltarte ni un instante.
Nuestras voces silenciosas susurran  gemidos deseosos y nuestra respiración  se descontrola, la pasión  se adueña de mis manos y recorren tus piernas.  Me besas apasionadamente,
con tus manos recorres mi cuerpo,  aunque estoy con ropa,  tú sabes hacerme sentir lo que es hacer el amor. Tu mirada siempre deslumbra amor...  amor que me vuelve débil  y mis labios sedientos de los tuyos  dejan que te deposite ese beso ardiente.  Los gemidos en mi cuello me hacen saborear  tu ardiente excitación y con éxtasis  en un suspiro me haces desbordar humedad  que se siente en mi ropa interior. Eres mi debilidad…  Dejas mi piel tan llena de tu humedad... ¿Cómo no amarte?  Si eres ternura, pasión, placer y lujuria en el amor.

Con cada palabra, Pedro ajustaba más los brazos alrededor de la cintura de Guillermo y su cuerpo desnudo se amoldaba al de él. Compartían  esa intimidad de manera relajada sin apremios, sin imponerse metas, sin sentir culpa, Guillermo le transmitía paz.

__Gracias _ susurró y le besó  el pecho, justo sobre el latido del corazón.

__ ¿Por qué?
-Por este momento. No sé cómo te las ingenias, pero siempre haces que me sienta hombre y normal, y quiero tener otro tatuaje, el infinito que es hasta donde te amo.
Guillermo lo besó con ligereza en los labios antes de recordarle.
__Me dijiste que yo era tu salvador, solo tienes que darme tu confianza como ahora, y juntos venceremos los infiernos que tanto te asustan. ¿Puedo ver el resto de tu tatuaje?

Pedro alzó un poco el hombro y movió el brazo para revelarle el diseño sin necesidad de girarse por completo.

__Date vuelta para que pueda apreciarlo mejor. __ Se mantuvo quieto y lo miró con expresión desolada__. Dime lo que te perturba __lo animó mientras le acariciaba la mejilla con el dorso de los dedos__. Dime todo, no temas soy yo. A mí no me ocultes tus miedos ni tus vergüenzas, nada me sorprende, nada me escandaliza. Ya te contaré cómo hallamos luego de largo tiempo a la hermanita de Juan  cuando por el juicio de sus padres hacia él ella huyó de la casa, y sabrás lo que he visto.

__Si, por favor, cuéntame _pidió__. No soporto la idea de decir algo que  pueda lastimarte, pero a causa de mi fobia…

Guillermo lo acalló con un beso.
__Sé que no toleras darme la espalda. ¿Crees que esa sensación de vulnerabilidad me es extraña?
__Guille…
__Lo sé, amor mío. Es una posición en la que el sentido de la fragilidad se exacerba pero no superarás el miedo si no lo intentas. Cierra los ojos y piensa en algo lindo.
__Tu boca…  ahora mi anclaje son tus labios. Mis dedos pálidos sobre tus labios rojos y finos. Esa es la imagen mágica ahora.
__ ¿En serio? __Había hablado con la ilusión de un niño.

__Sí, tus labios y tus manos, tus ojos y tu mirada, me hechizan, Guille, son lo más bello que he visto jamás. __Bajó los párpados y sonrió__. Guíame, Guille, confío en ti como en nadie.

Lo sujetó por los hombros para indicarle que se volviese.
__ ¿Estás imaginando mis labios?
__Sí. Los estoy acariciando, con la yema de mis  dedos  el dibujo a mi antojo. Es inusual ver labios tan sensuales en un hombre.
__Los tuyos son exóticos para un hombre, gruesos y mullidos, amo la forma que tienen, tan voluminosos pero a la vez masculinos. Siempre tengo ganas de tocarlos pero me contengo.
__Y yo los tuyos amor mío, pero me detengo.
__No lo hagas porque son tuyos.  No te contengas.
__ ¿Lo olvidaste o al menos  ya no duele? A Juan me refiero. Porque yo quiero colmar tu mente de recuerdos nuestros Guille, de toda una bella vida muy y solo nuestra.
__El olvido, es toda ausencia de recuerdo, donde la nostalgia falto de memoria no crea anhelos, no está sujeto a nada y su existencia  pasa desapercibida e intacta.
Pero será mas fácil olvidar la felicidad que nos regalan que la ofensa que nos causan.
Recordar,  es vencer un poco lo eterno, no borrar las huellas del tiempo, es robarle un suspiro a la eternidad, sustraerle un día al mañana para el museo del ayer, es estar algo vivo donde ya se está muerto, es transportar un embrión de boca en boca, evocar el pasado donde nada está escrito, y el corazón,  es el único cementerio con monumentos a la memoria  donde entierro lo que olvido exhumando  todo cuanto quiero.
Y a veces, creo ser la sombra, de su memoria tras sus zapatos, cuando el sol, se pavonea envidioso de usted, en haces de luces, esa sombra, ante su presencia inclinada ante las suelas de sus zapatos, donde el astro sol, por su espalda habla de usted, como la primera imagen que lo embellece, y la segunda,  lo critica y lo envidia.
La memoria, prudente en su contenido, es selectiva, evocadora hasta se encierra en sus olvidos, llora, grita, ríe, antes que el propio pensante, y a veces, hasta por usted llora, como lloro  cuando lo beso en anhelos, cuando lo  evoco en caricias, recordándolo  a mi lado
dormido, cuando lo  desnudo de civismos, y lo amo, en sexo en la filmación de mi memoria.
 No, no fui yo, el que ante  este basto universo  de millones infinitos de astros escogiese su  mundo, fue, mi memoria selecta evocándolo en otro tiempo de mi alma y mis sueños. Mi memoria está llega de vos Pedro.

__Atrapa mis suspiros con tus besos,  entonces amor del alma mía,  liba de mis labios, el placer obsesivo de besarte y amarte,  condena mi boca  a la dulce infusión de tu besar en la ría,  permite que mis labios recorran tu miel al saborearte. Escribe en mi piel tus verbos, y tu afán por amarme, amor mío,  vérsame al amparo de la luna y la hoguera de tu fuego,  deslízame en tu pluma y báñame en la riada de tu brío.  Asoma tu versar en el eco de tu voz y el intelecto,  sublima tus caricias a la luz del sol en mi alborada,  ofréndame tu amor, tu mirar y tu besar dilecto,  que yo te abrasaré en mi fuego de enamorado.
Porque eres mi sortilegio de amor, cumbre y magia de mi vida,  porque eres vida mía, remero de mi amor dormido,  cantata de mi alma, luz en mi vereda escondida,  velero de mi mar, timonel de mi mirar, en mi fulgor perdido.
__Hoy nos conocimos, y hoy quiero declararte mi amor. Encántame con el sonido de tu voz de tu boca roja, su humedad y pasión  y allí, las estrellas que bordean el océano de tus ojos, me roban la razón. Cuando me hablas, pueblas la brisa de aromas musicales. Siento tu aliento de fuego, que desata mis sentires de pasiones  porque tu voz encantada  es mi fuente de ilusiones,  de cantos y armonías. Solo fue verte y sentirme libre, con mi cuerpo encadenado al tuyo. Te estremeces al contacto de mis manos, que solo quieren beber  tu piel frescura de rocío, tersura de color del café y dulzura de miel.
Y como animal sediento, bebo del oasis de tu boca. Quiero verte temblando cuando suavemente te desnudo, en tiempo lento veo tus ojos con mi dolor de tiempo cuando te ruborizas en mudo silencio. En tu cintura desnuda no existe otra cosa que mi tacto quieto.
Mi verbo te murmura, percibo el aroma de tu cuello, y aprieto tu cuerpo,  siento la punta de tus pezones  que desatan premuras  a mi sangre ardiendo. Y te hice mío, como un mortal sediento de vivir todas las esperas.
¡Qué cielos de besos y caricias!, que llenaron de momentos mis ensueños,  colmaste mi vida de pasión, amor, placer extasiado, y sentirme tu dueño. Sediento de tu placer, comprendí contigo la locura del amor. Amo al amor que nos une en fogosos instantes únicos, en el mismo lecho que la noche cubre con su velo en el éxtasis final, como paloma en vuelo. ¡Por qué nuestros ojos tardaron tanto en encontrarse!
¡Tantas primaveras perdidas!, sin el mar de tus ojos y las perlas de tu boca,  vivamos el tiempo de mis otoños, y amaré tus primaveras con pasión loca.  Desde que te vi, vivir sin ti, es un imposible.
Principio del formulario
Final del formulario

__Me gusta que me ames al amanecer  cuando los dos despertamos abrazados  mecidos por la tenue luz del sol disfrutando de tu abrazo  ¡suave cosquilleo en mis oídos!
Amarnos compartiendo como siempre nuestro tiempo,  nuestra loca intimidad y mágico deseo,  agradeciendo cada día tu presencia y soñando aun despiertos nuestro amor.
 Adoro la ducha sobre nuestra desnudez,  el calor del agua en los cuerpos enjabonados,   el perfume que de tu piel emana cuando huelo tu sutil aroma. Amo el sonido de tu voz angelical y el calor de tu cuerpo suplicante de deseo conociendo el amor eterno en mis brazos. Me gusta comenzar el día tomados de la mano  emprendiendo luego los dos, nuestro sendero  aferrándonos sutilmente al recuerdo exacto  de las mágicas horas compartidas.
Sentirte a mi lado es el mejor regalo que la vida me ha obsequiado. Un obsequio tan maravilloso, que cada momento, es algo especial, inolvidable como los sentimientos.
Los sentimientos se convierten, es nuestro motivo especial, por quién pensar, y sobre todo por quién suspirar. Y los suspiros son, el desahogo del alma  que te permiten  tener tus deseos en calma. Unos deseos que no voy a negar, que los siento de verdad, aunque te dijese que no, yo solito me iba a engañar. Y como engañarse a sí mismo  sería traicionar  al impulso del cuerpo, que siente al emocionarse. Emocionarse con tus movimientos, cada vez que te deslizas, como un pañuelo de seda, cada vez que se va cayendo. Cayéndose acariciando tu cuerpo, pegado siempre a ti, así me gustaría también, que tú me sintieses a mí. Que me sintieses siempre, pegado a ti, que fueses un imán, que me atrajeses contra ti.
Porque tú me atraes  de todas las maneras, desde tu bella sonrisa  hasta tu  forma de ser.
Una forma de ser  que me tiene elevado, siempre pensando en ti, deseando que tú también pienses en mí. Porque el mutuo pensamiento  puede eludir el tomento, cada vez que estoy solo, y veo de pasar el tiempo. Un tiempo perfecto  que sirva para disfrutar, sacando de nuestros adentros  nuestros deseos locos de amar. Unos deseos impulsivos  que nos mantienen cohibidos, lamentándonos en el sufrimiento, los bellos momentos perdidos.
Esos momentos perdidos, que nunca serán vividos, por mucho que deseemos, el tiempo atrás nunca será recorrido. Y ese es el tormento  que siento con tristeza, cuando te veo brillando,
 con tu deslumbrante belleza. Una belleza que sería  el adorno perfecto  para dejarnos llevar, por el impulso de estos sentimientos. El impulso que nos puede llevar  flotando por las nubes,
saltando en todo momento con la emoción que nos sube. Y para sentir esa emoción  debemos de aprovechar  cada minuto en la vida y desear vivir las ocasiones perdidas. Unas ocasiones perdidas  aunque sean  un pecado, porque es una adicción que se convierte en perdición.
__El amor  no es un camino de rosas, habrá espinas,  cariño y calor, es un jardín donde cultivar la flor, y recoger sus cosechas más hermosas. Como frutos maduros irán cayendo de la rosa los pétalos de su cáliz, haciendo con sus colores un tapiz y los cánticos de amores fluyendo. Quizá sea, por un beso atrevido, o el roce de las manos en la piel, tal vez el candor de su boca de miel, o el despertar del sueño no vivido.
Ilusiones de amor irán naciendo, y tal vez muriendo con los desengaños aunque felizmente se estén viviendo. Solo los corazones enamorados  pasarán los muros de la convivencia, que ninguno del otro tenga carencia, ni olvidos, ni desidias, ni candados. Ni agravios, ni palabras mal sonantes, ni impedimentos, ni rejas de oro, ni amores en trasteros por decoro, sin agobios, y sin mandatos tajantes ¡Amor! es una carrera de obstáculos, y no todos fáciles son de vencer, pues como en todo, hay que aprender, sin gurús, ni consejos  de los oráculos.

Guillermo le buscó las manos y entrelazó los dedos con los de él, Pedro dio un respingo al sentir el contacto del cuerpo de él con sus nalgas. Sentía la erección casi hundiéndose en la hendidura y  justo cuando empezaba  a ser difícil aferrarse al anclaje,  un beso de Guillermo en la columna del cuello lo tranquilizó.

__Aquí estoy _lo escuchó susurrar__. Soy yo, cielito. Tu amor.

 __ Mi amor _repitió con una entonación emocionada.

__Estamos juntos en esto, amorcito, y verás cómo venceremos cada escollo. ¿Cómo te sientes?
__Bien. Muy bien en realidad. ¿Y tú? ¿Cómo te sientes tú?

Guillermo le arrastraba los labios por el trapecio,  rio por lo bajo en tanto le dibujaba círculos con los pulgares en las palmas de las manos.
__Estoy con vos, amor. ¿Cómo quieres que me sienta? Como en el paraíso __añadió, y lo hizo reír estremeciéndolo con su aliento cálido golpeándole la piel húmeda, en verdad una sensación más intensa que un estremecimiento o erizamiento, un escozor intenso que le recorrió el torso y se le alojó en el palpitar entre las piernas.

__ ¿Dónde hay demonios, Pedro? __inquirió, Guillermo al terminar de ver el tatuaje.

__En la calle, en todos lados, y dentro de mí mismo.
__ ¿Alguno tiene nombre?
__No estoy preparado para hablar de ello __manifestó de pronto, a la defensiva, y enseguida se sintió como un tonto e ingrato. Se giró súbitamente y se pegó a él, que lo circundó en sus brazos__. ¡Perdóname! No fue mi intención ser tan brusco.

__ ¿Crees que me he ofendido? __Le acunó las mandíbulas  y lo obligó a mirarlo__. Mi amor, no. No tienes idea lo fácil que me resulta comprender cada una de tus reacciones.  No olvides que nada de lo que creo que viviste me resulta ajeno.

__Pero tú eras tan pequeño, en cambio yo tenía veinte años y… __exhaló casi sin aliento por la tristeza y las ganas de llorar.

--Es esta urgencia de tenerte, la falta constante que me haces, el incesante deseo de besarte, la innegable sensación de extrañarte, la inquietud de querer abrazarte, el interminable anhelo de tu presencia  y la breve existencia  en cada uno de mis días, hace que pese tanto por las noches
que no tenga otra opción que soñarte mientras tú  llegas y por fin te quedes a mi lado
para poder amarte.
Tu cuerpo es  vino tinto  que provoca ávidamente mis deseos, embriagándome  con sus jugos suaves, es la tentación inagotable, beberte, atragantarme de sed y de hambre, por la humedad de tus mares, provocas mis más oscuros deseos, con tu brío varonil.
Cómo olvidar esa fragancia, si te adueñaste de mi ser; alzo  mi copa para brindar por este hombre que domina mis instintos. En esta noche torturante, que será de placer, de aromas y mezclas de dos océanos que se quieren pertenecer; con la caricia de tus dedos, esclaviza mi cuerpo.
Eres delirio loco  que me sedujo, haciéndome presa de tu idilio, dejas el sabor silente de tu boca  en mi sensual  piel de terciopelo, quedo a tu merced…  desnudo, mojado,  y libre de actitud de entrega; el agua por tu pecho, intrépida baja, invade mi cama, no tengas temor, ¡hagamos el amor, de mil formas posibles!
Ven acaríciame, lentamente, desliza tus manos elocuentes  en toda mi geografía, tomémonos hasta la última gota, hasta deshacer estos nervios, hasta morir de sexo, eres delicado licor  que me desbarata, dulce pecado favorito, ¡bésame, muérdeme, incéndiame! Despoja mis demonios brutalmente, que entre tus brazos  me siento plenamente feliz. Perder nuestros momentos pueden ser nuestros peores lamentos.
No te tortures. Si todo el dolor que sufrí, si los abusos que soporté me sirven hoy para ayudarte a transitar el camino de la sanación, entonces vos, Pedro te conviertes en el sentido de mi vida, de la que tuve, pero lo más importante es que sos quien le da sentido a la vida que tendré desde ahora.
__Fabián y tus amigos también le dan sentido a tu dolor y a tu vida.
__Ellos me ayudan, no voy a negarlo, pero lo que vos me das, nadie me lo ha dado. Esta alegría tan plena sin fisuras, tan perfecta. La sensación de estar completo de nuevo eso solo me lo das vos, Pedro, mi tesoro, mi alegría, el amor de mi vida, mi amor, la razón de mi existencia.

Guillermo sonrió ante las muecas en que  Pedro caía para no llorar abiertamente,  le pasaba los pulgares por los pómulos donde las lágrimas se mezclaban con el agua de la ducha, y le depositaba besos en la nariz, en la frente, y mientras tanto reía quedamente.

__Me alegro que mi angustia te cause gracia _ simuló ofenderse.

__No es eso _ declaró y volvió a aferrarlo por la cintura con fiereza__. Es que pareces un niño adorable haciendo pucheros.

Lo sorprendió al cerrarle una mano en la nuca. Y al pasarle un brazo por la parte baja de la espalda para pegarlo a él,  lo hizo con un fervor que lo obligó a gemir. Su acto fue tan repentino y comunicaba tanto deseo y apetito por él que no tuvo tiempo de sentir nada excepto la necesidad de corresponderle. El beso no tardó en descontrolarse, y Pedro acabó contra los azulejos, cuyo contacto frío le agudizó la erección de los pezones hasta un punto doloroso. El ímpetu, el imperio con que la lengua de Guillermo reclamaba su boca y se la penetraba comenzaba a semejar el vaivén de su pelvis que lo empujaba contra la pared. Percibía la dureza del pene de ambos en el vientre. Guillermo le había asegurado que al principio sería como aprender a leer, estaría atento a cada movimiento, a cada sonido, a cada acción, también le había dicho que recurriese a su anclaje, pero por mucho que Pedro razonara o evocase sus labios, el demonio que lo habitaba era poderoso, lo maniataba con fuerza sobrenatural. Soltó un gemido y apartó la cara para inspirar con ansiedad.

Guillermo recuperó el control enseguida y le acunó el rostro.
__Shhh… Tranquilo, amor, tranquilo. Estás aquí, conmigo. Aquí solo estamos vos y yo, Pedro. Mírame. __Abrió deprisa los ojos__. Esto es nuestro y de nadie más. Aquí y en lo que hagamos en nuestra intimidad nadie entra. Nadie _ subrayó con imperio.

__Nadie __repitió como autómata y cuando lo vio sonreír y contemplarlo con tanto amor se echó a llorar, y no solo lloraba porque  sintiese lástima de sí mismo, sino  por rabia. Rabia de no contar con el poder para decapitar al demonio.

__Nada de culpas _le pidió, Guillermo, mientras le cubría el rostro de besos__. Nada de culpas, amor de mi vida. Paso a paso, poco a poco. Entiendo que te sientas frustrado, pero quiero que aprecies lo que has logrado. Estamos desnudos. ¿Has tomado conciencia de eso? __Pedro carcajeó entre lágrimas__. ¿No es algo que, media hora atrás te habría parecido imposible?

__Sí imposible.
__ ¿No es muy valiente mi Pedro?
__Tu Pedro es un cobarde.
__Mi Pedro es un adonis guerrero que es mi amor y no hables mal  de mi amor. Quedas advertido.
__ ¿Qué me harás si hablo mal de tu Pedro?
__Te aplicaré un correctivo. Te cruzaré sobre mis piernas y te daré tantas palmadas en ese trasero perfecto que tienes hasta verlo enrojecer.
__Estoy seguro de que jamás aplicaste un correctivo a nadie en tu vida ni siquiera a tu hijo.
__ ¿Me estás provocando, atorrante? Con tal de ver esa cola enrojecer, empezaría a hacerlo a mis años. Lo único que me detendría sería la posibilidad de hacerte sufrir.
__El único correctivo que me haría sufrir sería que me alejases  de ti, aunque más no fuese por una hora.

La sonrisa de Guillermo se desvaneció ante esas palabras y se convirtió en un gesto cargado de emoción.
__No __dijo con voz estrangulada, y le cubrió la mejilla con una mano__, jamás podría aplicarte ese castigo. Sería un suplicio para mí. __Se abrazaron y se quedaron callados durante algunos minutos__. ¿Quieres que te bañe?

__Yo a ti primero _ resolvió, Pedro, y Guillermo aceptó.

Guillermo se sentó en el borde de la bañera, y lo ubicó a Pedro entre sus piernas para que le lavase el pelo y la cara. Lo seguía con una mirada hambrienta que Pedro evadía deliberadamente, hasta que decidió enfrentarla. Detuvo el masaje en el cuero cabelludo y se quedó quieto admirándole los ojos cuya tonalidad similar al café se había profundizado ante el efecto de las pestañas negras cargadas de agua.

__Pásame el jabón _le pidió, y Pedro se lo colocó sobre la mano extendida sin perder el contacto visual.

Guillermo actuó del mismo modo mientras frotaba la pastilla y formaba espuma, lo hizo todo con la vista fija en él. Y siguió de igual manera en tanto le lavaba la cola y la espalda.
_ ¿Estás aquí… conmigo? _ quiso saber, y Pedro asintió apenas y como empezaba a perderse en otras escenas y en otros olores, le apoyó los dedos sobre los labios y se aferró a esa imagen__. Gracias _ susurró él, y su aliento le acarició la mano.

__ ¿Por qué?
__Por este esfuerzo que haces para complacerme. Sos tan valiente, amor__. Y por soportar a… mis amigas que resultaron insoportables.

__No sé si lo soy tanto, lo siento amor, no sabes cuánto.
__Poco a poco, pasó a paso _ le recordó y detuvo las manos bajo los pezones__. ¿Puedo tocarlos? __A Pedro se le cortó el respiro y solo atinó  a negar con un breve sacudón de la cabeza__. ¿Quieres que te lave el cabello? __ preguntó Guillermo sin variar ni un ápice el buen ánimo. Como si la negativa anterior no hubiese tenido lugar.

__Ya lo lavé _farfulló.

Lo enjuagó con la ducha de mano. Luego él hizo otro tanto y, aunque sonreía, Pedro sabía que lo había lastimado. Salieron. Guillermo lo envolvió con una toalla y comenzó a secarlo. Se detuvo de pronto y lo contempló con seriedad.

__No quiero que sientas culpa por haberme negado tus pezones. No quiero que sientas culpa por nada.  La culpa agobia a los seres humanos y les quita la alegría de vivir tanto como el miedo. No debí pedírtelo, todavía. __una sonrisa pícara le despuntó en las comisuras_. Es que son tan hermosos y tentadores.

Aferró los costados de la toalla para atraerlo hacia él y cobijarlo en ese capullo, y Pedro apoyó la mejilla sobre su pecho, y le encerró la cintura con sus brazos. A Guillermo lo emocionó la confianza que el gesto demostraba.

__Hubo un tiempo en que me avergoncé de mi cuerpo _ susurró, Pedro__. Era  muy flaco y mis compañeros de colegio me gastaban bromas. Y lo odié. Me odiaba _ acotó en el mismo tono de voz.

__Y yo te amo _ expresó Guillermo, y le besó la coronilla.

__Déjame secarte, Guille, abajo deben de estar esperándote.

Guillermo aceptó, y Pedro usó la toalla para absorberle las gotas  que le cubrían, y en tanto lo hacía, iba familiarizándose con su cuerpo, se había propuesto conocerlo de memoria. Le descubrió pecas y lunares, se los besó después.

__Me dijiste que hacía mucho no sentías deseo sexual.
__Y así es, me sorprendió a mí mismo,  desde…
__Desde la muerte de Juan.
__Sí, así es. Ven, salgamos y vamos a vestirnos, siento música, seguramente nos esperan.

Se vistieron por separado, cada uno en su habitación, para cuando Pedro regresó a la suya, la cama ya estaba arreglada y volvieron a coincidir en el pasillo.
Los dos vestían pantalones de lino, camisas a tono y sandalias. No parecían estrellas de cine sino hombre muy guapos.

__Estás precioso _ dijo, Guillermo sinceramente y no pudo menos que aspirar su perfume, a madera, a selva, a tierra  y a hierba mojada, era exquisito y sexy.

Por una fracción de segundo, sintió dolor por Juan, pero se esforzó por decirse que una cosa no tenía nada que ver con la otra. Era solo que lo echaba de menos, había sido antes que amante un buen amigo, Pedro por espectacular que fuera aún ni era en ese aspecto, Juan, había pasado poco tiempo, pero era un hombre estupendo y disfrutaba estando con él. Quería que lo pasara bien, y de pronto cuando bajaron se paró en seco al ver el gentío. Pedro había parecido desde llegar más divertido que molesto, nada parecía irritarlo, ni siquiera la fría recepción que le habían ofrecido. Comprendía que era debido al interés que sentían por él, más que a ninguna mala intención y eso hacía  que le resultara más fácil, pero esa fiesta de la nada era harina de otro costal, y al ver a  Marcos que estaba en la cocina fue a él, estaba bebiendo una copa de vino, y hablando con Gaby. Isabel se había ido arriba a vestirse. Beto estaba fuera, fumando un cigarro y haciendo fotos de la puesta de sol. La casa tenía el mismo ángulo que los cafés de la ciudad, lo cual les permitía ver la puesta de sol, algo inusual allí.

__ ¿Qué mierda es ese lío, Gaby?
__Nada. Amigos.
__Creí que no conocíamos a nadie en la zona, y que temías que Pedro y yo atrajéramos a periodistas.
__A Pedro no lo veo, relájate, solo tomarán una copa.
__Gaby, lo están haciendo adrede, no sé de dónde los sacaste, pero… __Se detuvo cuando lo vio, perdido, y sin pensar fue hacia él.

 Guillermo observó a Pedro  luchando para aplacar la furia que empezaba a crecer en su interior, pero finalmente perdió la batalla, y una mirada de profundo odio surgió de sus ojos sin que él  pudiera evitarlo.

—Pues la verdad es que es posible que te hayas equivocado __ concluyó  Pedro  al fin, mirándolo con fijeza.

     ¿Qué quieres decir?— preguntó frunciendo el ceño, confundido por sus palabras.

—Pues quiero decir que, desde que hemos hablado en el baño, te estás portando como si no te conociera. No me hablas, no me tocas, y, por si eso fuera poco, nada más llegar aquí has desaparecido sin pronunciar palabra, aun sabiendo que yo no conozco a nadie aquí, y solo has vuelto para soltarme reproches que no me merezco—Pedro ni siquiera parpadeó mientras añadía:— ¿De verdad querías que viniera?

Guillermo  se quedó un instante en silencio, tratando de asimilar las palabras de Pedro, al fin había estallado ante la provocación de su gente, hasta que, finalmente, lo  cogió de la mano y lo  arrastró por la fiesta hasta llegar a una gran cocina, donde un montón de camareros parecían obsesionados para que la cena fuera perfecta. Sin embargo,  Guillermo no se detuvo allí, pasó como un terremoto a través de los sirvientes hasta llegar a una pequeña despensa, y lo  obligó a entrar antes de cerrar tras él dando una vuelta a la pequeña llave que había en ella. Entonces, la soltó al fin y fijó la mirada en sus ojos. Durante unos segundos, Pedro esperó que dijera algo, que se explicara o que al menos la dijera qué estaba ocurriendo, pero  Guillermo se mantuvo en silencio antes de acercarse a él  de repente y tomar posesión de sus labios con dureza mientras sujetaba su rostro entre las manos. Pedro quiso protestar, apartarlo, pero su agarre era firme y él  no tenía fuerzas para conseguirlo. Además, por mucho que le doliera aceptarlo, no quería alejarse de él, no cuando al fin había decidido estrechar lazos. Quizá eran lazos más fríos de lo que le hubiera gustado, lazos de dolor, lazos de hielo, pero sus besos cálidos podían llegar a derretirlos, estaba seguro de ello. Solo tenía que permitir que se acercara de nuevo.

__ Soy yo, cielito, cálmate, esto no fue idea mía si quieres los echaré a todos a patadas, de verdad no conozco a esa gente _ susurró, Guillermo en los labios.

__Lo siento, no sé qué me pasó, tal vez no debí venir, es obvio que tu gente no me soporta __. Deseo que la tarde se termine, que la noche se acerque serena, como la luz de un reloj detenido en el momento exacto, donde yo tengo que traerte a mi sueño, donde tu presencia se convierte en esa realidad que enaltece mi alma, cuando irresistiblemente sueño tus besos, y su caída en mis labios, son como las gotas de rocío entre las alas del ángel de los sueños, ese que me cuida en cada momento de desespero, convirtiéndolos  en reparadoras lágrimas de miel, cayendo por mi piel. Yo, libre como un cielo gris, azul, blanco, tormentoso o en calma en el que los lamentos son tormentas que alborotan el universo, dejo que mi alma baile en esa melodía que me lleva hacia ti donde se encuentra la felicidad eterna, y le dejo, que sueñe al compás del pentagrama de la dulce razón, para seguir vivo.

Mientras la noche no llega, me arreglo para tu llegada, quiero que me sientas, dulce, sereno  y libre, dejaré  que te acurruques en mi piel, donde el sentir del corazón hará que emanen momentos de dulzura, eternos, donde puedas sentirte amor mío vivo  y libre en mí con la firma de un beso que sellará nuestro amor.
Por fin aquí está la noche negra, la recibo con agrado porque sé que ella será fiel, y te traerá a mí, como cada noche de luna blanca para encontrarnos entre sus sombras. Déjame amor mío, ser tu ángel de amor esta noche.

__Esa gente no es amiga, no los conozco, y desde ya se lo dije a  Gaby, ven amorcito que o se van o  nos iremos nosotros.
__Ve antes, yo te sigo en un ratito.

Guillermo se encontró con una Isabel furiosa que no conocía.

__Si te lo quieres follar díselo, no seas un cabrón. No trates de engañarlo para profanar su sexo, no es necesario caer tan bajo, solo basta con que le muestres respeto, y un genuino interés, que si solo te le quieres tirar, ten los huevos de decírselo a la cara. Y si te dice que no solo espera y sigue siendo sincero, que el mayor placer es conquistar con interés verdadero, así solo sea en cogértelo  sin amar.
Sigue estando allí y mira con atención quién es él, aprende a descubrir sus demonios y llévalos a jugar poco a poco a tu infierno.
Nunca ocultes tus intenciones, pues ellos  ya lo sabrán, y si sigues firme se comenzarán a preguntar: Y este... qué se trae,  ya le dije que no y sigue allí...
Eso despertará su curiosidad y poco a poco querrá saber tu porqué vas y la intriga lo  irá acercando aún más.
Sigue siendo su amigo y  no le hables de amor, porque eso no se vale si solo te le quieres tirar, para él,  eso muy raro será.
Con el tiempo tu interés será cada vez más genuino, y descubrirás su magia, y la belleza de su ser, nunca lo juzgues,  tú no eres nadie para hacerlo, y eso poco a poco te dejará ver sus secretos, él mismo te irá diciendo cómo le gusta  el sexo y sin darse cuenta del deseo, comenzará  a germinar, y será un deseo bien visceral sin sentimientos que los hagan enredar.
Una noche él te lo va a insinuar, y tú listo debes estar, pues él querrá ser devorado  por el animal que lleva acechándolo.
Si lo lograste, si pudiste llegar hasta allí disfruta mi amigo, disfruta del placer de sentir una  persona  libre de prejuicios y títulos que entorpezcan el mero placer de follar, y sobre todo no te pierdas después como un vil  ladrón, que ante todo has construido una genuina amistad y quién sabe... Tal vez hayas preparado el terreno para un muy bueno  y sano amor...
__Mira, Isabel, no sé qué te pasa con Pedro pero si te sirve, no tengo sexo con él, ni es el reemplazo de Juan, es otra persona, y solo nos estamos conociendo, y  a veces sos más ordinaria que Marcos, ya basta _ le espetó, Guillermo y siguió su camino.

 Pedro se concentró en recuperar el control y para cuando regresó a la cocina, la gente extraña ya no estaba.

__ ¿Qué puedo hacer para ayudar? __ofreció con naturalidad, mientras Guillermo servía dos copas de vino y le daba una, estudiándolo.

Era evidente que Gaby se sentía muy tensa. Estaba en un verdadero aprieto, porque si se mostraba amable con él Isabel se sentiría traicionada.

__No tienes que hacer nada –dijo con rudeza.

Entonces, para suavizar el golpe por el tono que había empleado, Guillermo contó el regalo que Pedro les había preparado para el día siguiente. Dijo que unos amigos suyos y de sus padres iban a venir en un yate de fábula y que quizá pudieran cenar en él.

__Odio los barcos __ dijo Gaby, metiendo unas papas en el horno con asado.

La forma en que lo dijo convenció a Guillermo de que Pedro estaba en lo cierto respecto a sus amigos.
__Este te gustará _  le aseguró y le explicó cómo era.

Marcos parecía interesado mientras escuchaba. Justo entonces entró Alberto, en mitad de la conversación, y miró sonriente y con admiración a Pedro. Este le devolvió la sonrisa, era el único que le caía bien. A Gaby no le pasó inadvertido el intercambio.

__ ¿Qué barco? __preguntó Beto sin saber de qué hablaban. Mientras dejaba la cámara encima de la mesa y aceptaba una copa de vino que le tendía Guillermo__. ¿Vamos a alquilar un barco? Ya tenemos uno. __El que tenían era tan insignificante que todos rompieron a reír__. No tenemos por qué gastar más dinero _dijo Alberto con sorna mirando a Marcos que bajó la mirada, mientras miraba luego a Gaby y a Pedro.

__Pensaba que podríamos comprar uno _ se burló Guillermo efusivamente y casi pudo ver cómo Marcos empalidecía bajo el bronceado.

__ ¿Qué? ¿Por qué? ¿Estás loco? __Luego, de repente, comprendió que le estaba tomando el pelo__. Está bien ya lo entiendo.

__ ¿De qué barco se trata? __ insistió, Alberto.

Guillermo se lo dijo, y cuando Isabel entró en la habitación, con pantalones blancos y una blusa de vivos colores, les contó a todos quién estaría en el barco y quién iba a venir a visitarlos al día siguiente, gracias a Pedro.

__Estás bromeando, ¿verdad? __preguntó, Isabel, medio irritada aún, medio intrigada.

Era un cambio interesante.
__No, no bromeo _dijo, Guillermo, orgullosamente.

Había algunos aspectos de la vida de Pedro, que en realidad, le divertían. Poder presentar a sus amigos a tres superestrellas del cine y a una supermodelo era, sin duda uno de esos aspectos. Aunque había otras cosas que todavía le gustaban más de él. Pero esto era, divertido.
Miró agradecido a Pedro que había llamado al amigo antes de vestirse y había quedado en que estarían en la villa al día siguiente, a la hora del almuerzo. Todos saldrían en el barco por la tarde, quizá se detendrían en algún sitio para nadar. Por una vez, Gaby e Isabel se quedaron sin palabras. Era difícil quejarse de una invitación así. Durante un rato, todos se pusieron a hablar animadamente, aunque no se acordaron de incluir a Pedro en la conversación ni de darle las gracias por lo que había hecho por ellos.
Pero Guillermo lo hizo más tarde, cuando fueron a pasear por el jardín después de cenar. Los otros no se habían mostrado especialmente amables con él, aunque Marcos y Beto habían hecho un esfuerzo. Pero Isabel y Gaby seguían reticentes. En realidad, Alberto había pasado un buen rato charlando con Pedro pese a las miradas incendiarias de Gaby. Cuando se sirvió el café a Beto no le quedaba ninguna duda, le gustaba Pedro, y este  valoraba el esfuerzo que él había hecho y le estaba agradecido. De todos ellos, a excepción de Guillermo, era el que más amable había sido. También Marcos le había  preguntado una serie de cosas sobre su trabajo lo cual solo hizo que su esposa se retrajera todavía más.
Fue un alivio salir a tomar el aire después de cenar y Pedro se dejó caer, contento, en una de las tumbonas que Gaby había hecho volver a pintar.
__Siento que te estén haciendo pasar un mal rato. Me parece que tenías razón esta tarde _admitió, Guillermo.

No tenía ni idea de qué hacer, pero era solo el primer día y confiaba  que todo iría mejor cuando todos se hubiesen adaptado a él. La vendetta de las mujeres contra Pedro le parecía ridícula, y no acababa de comprenderla. Pedro en cambio  sí que la entendía. Estaba acostumbrado, para él, los celos de los demás, por su éxito, sus padres y su aspecto, era un modo de vida. Pero Guillermo solo quería hacer que aquello resultara más fácil.

__Mejorará con el tiempo _ dijo, Pedro, sin darle importancia _y mañana, el barco los distraerá__añadió mientras permanecían sentados solos afuera, disculpa cómo me desubiqué al ver a tantos desconocidos.

__Nada que disculpar.
Era como tratar con niños. Para ganártelos, tienes que mantenerlos ocupados y entretenidos.
__Nunca me lo hubiera esperado _ dijo Guillermo con algo de tristeza_. No puedo entender qué creen que están haciendo ni por qué. ¿Qué sentido tiene que sean groseros con vos?

Decir tu nombre  es inspiración, ver tu rostro  es admiración,  rozar tu piel,
besar tus labios  produce satisfacción, tener tu sexo,  hacerte el amor, es tocar el cielo  sin restricción, reír contigo,  tomar tu mano,  incitan a la pasión,  acariciar tu pelo,  abrazar tu cuerpo,  beber de ti y saciar mi sed,  alimenta este amor.
Soltar, no es la cosa más fácil... duele y mucho. Soltar los besos, los abrazos, el aroma de su cuerpo.  Soltar... esas madrugadas en que juntos veíamos los amaneceres.
Soltar, cada instante vivido con gran amor y ternura ¡se me desgarraban los sentimientos, el alma y el corazón!
No, la verdad no es tan fácil, volteo  y observo todos mis recuerdos, mis momentos mágicos... mi alma estuvo  llorando, mis lágrimas  fueron  como una cascada de agua salada que caía  sobre una gran herida, las rodillas me dolían, no podía sostenerme y lo saben.

“Así como el amor  nos motiva, ilumina, transforma y nos proyecta, el desamor, la pérdida  y desencanto nos catapulta hacia un mar de incertidumbre y dolor, con más fuerza aun cuando te das cuenta que es necesaria la ruptura y por ende la separación.
Hoy salgo, deseo nutrirme, fortalecer mi ser entero, ya no soporto estar a la expectativa esperando qué puede pasar y siento tanto que hasta el sonido del aire se convierte en lamento, el trinar de las aves en llanto, caigo de rodillas y me abrazo tan fuerte como puedo, y de mi garganta salen tantos ayer de dolor, estoy en medio de una inmensidad de selva, que antes era vida y amor, hoy desolación que hace que se me entumen los sentidos, me doy cuenta casi en la inconsciencia de mi ser que esto que me motivaba a sentirme vivo, hoy sufre conmigo uniendo el llanto, dolor y lamento intenso, la naturaleza me arropa, me cobija, somos uno en este gran dolor.
¿Sabes? Las horas pasan, siento el dolor a flor de piel, sé que tengo que sacarlo, porque lo que se guarda te pudre, me levanto llorando,  mi garganta adolorida emite aun sonidos de dolor, tengo la sensación de haber parido, esa debilidad que abraza mi cuerpo y mi alma me hacen caminar muy lento, es que el amor Dios mío cómo duele, sé que tengo que soltar, dejar ir, dejar de cargar aunque duela tanto, me duele física y emocionalmente. Emociones encontradas, recuerdos revueltos.
Y empiezo nuevamente, muchos dirán empezar nuevamente desde cero y yo creo que hoy....
¡Creo que hoy empiezo nuevamente con dolor y tristeza es cierto, pero desde la experiencia!”, me dije un día.

 Me vieron en ese estado, deberían estar felices.
__Te están protegiendo _ dijo, Pedro con filosofía__. Tienen muchas ideas preconcebidas sobre quién soy y qué soy. Lo superarán. Yo no quiero sacar nada de ti.
__ ¿Cómo pueden llegar a ser tan estúpidas? __preguntó, Guillermo una vez más. Con aire escandalizado. Pedro asintió__. Pero ¿por qué? No podías ser más amable con ellos…

__Eso no tiene nada que ver y tú lo sabes. Están honrando la memoria de Juan de la misma forma que saben y creen que, además, están salvaguardando tu futuro. Desde su punto de vista soy una especie de monstruo, Guille, piénsalo.
__Espero que maduren pronto _ dijo, con voz irritada. Y entonces se le ocurrió algo__. ¿Te gustaría ir a bailar? _le preguntó.

__Me encantaría.  ¿Crees que les gustaría venir?
_No voy a invitarlos _ dijo tajante, sintiéndose desafiante y harto de ellos__. Te mereces un poco de diversión, sin que nadie se meta contigo.

__Mira que no quiero herir los sentimientos de nadie _ dijo Pedro prudentemente.
__En este momento vamos a pensar solo en tus sentimientos y en los míos. Ocupémonos de nosotros mismos y  veremos qué hacemos con ellos  mañana.
Lo emocionó que Guillermo estuviera dispuesto a hacer aquello. Tomaron el auto y esta vez condujo Pedro. Abandonaron la casa sin decirles nada a los demás, pero estos los oyeron marchar, y se quedaron en la sala con aspecto cabizbajo hablando de Pedro.
__Oye mi desbocado corazón gritar tu nombre al aire. Plenitud de mis sentidos en el marasmo tibio de tu piel. Siento tu alma navegar mis silencios  y tus pliegues latir al calor de mi voz y de mis manos que ávidas recorren la vertiginosa geografía de tu cuerpo _le susurró, Guillermo besándole el cuello__.  Me siento vivo en ti y la alegría de vivir y de vivirte me lleva al aire y recorro contigo, como en vuelo de sombras las estancias vacías por tu ausencia.


__Vuelo alto al sol del mediodía,  vivo por sentir que sin ti apenas aleteo, esperar por tus alas donde hayan de llevarnos en busca de la luz. Sin ti no existe nido, la escarcha del invierno en las últimas hojas.
__No quiero decir te amo   sin sentido, vacíos de significado...  rutinarios.
No quiero expresarlos sin que sean un mensaje, que brota como una caricia desde lo profundo de este ser, para quien eres su todo.
Quiero que lo sientas. Espero ser capaz de transmitirlo con todas mis fuerzas. Hacerlo concreto para que no quepa ninguna duda de su existencia.
Un te amo que surja espontáneo por mis ojos, con el poder de acariciarte a través de la mirada; que pueda llegar a tocarte más allá del cuerpo.
Que te invada tan adentro...  que logre estremecerte, sin tener la necesidad de rozarte siquiera.  Un te amo  que habite en las yemas de mis dedos y que se deposite en cada poro de tu piel... con cada roce.
Ese, que mientras acaricia tu rostro o delinea despacio tus labios, sea capaz de cimbrarte, y de arrastrarte a ese torbellino de sentimientos que invaden desde el fondo, y que son incapaces de contenerse.
Un te amo que encienda tu deseo de buscarme en este cuerpo, de abrazarte a mí, deseando encontrarme; de tocar un poco de la gloria de ese paraíso prometido...  aunque sea solo por un instante.
Un te amo con entrega absoluta, que lleve en su sonido más que una intención de correspondencia, de compromiso o de halago; que vaya más allá de los sentidos para lograr reconocernos de otras vidas, de encuentros acaecidos en otro tiempo y otro espacio satisfechos de cumplir con la promesa de encontrarnos de nuevo.
Así de grande es ese te amo que va en busca de ti; tanto, que mi ser inmaterial consigue abrazarse a esa esencia que también te habita; y, procura, al menos por un instante, la inmensa dicha de hacemos sentir más que completos.
__Mi muy morboso  y sugerente señor mío: Me gusta, contemplarlo  desnudo y libre de todo pecado,  admirar la erótica naturalidad lasciva  en mi pensamiento, de su desplazamiento sugerente de sus premeditados movimientos, cuando en los espejos de mis ojos se mira usted, preconcebido, suntuoso, casi lascivo  y seguro de su obscena alevosía y terrorista, y con esa natural perversión se aleja, dejándome el morboso veneno del deseo, en la estela de su desnudez,  de sus huellas  desvestidas.
Me gusta de usted, ese juego de desear y ser deseado, cuando acomoda su desnudez bajo la transparencia de un traje que abraza, y besa su cuerpo y el desnudo cuero  de su piel, y partículas  ligeras de luz lo bañan traslúcido, en ondas de transparencia perfilando se desnuda silueta, las formas de sus piernas abiertas en la cúspide de su sexo libre de todo pecado y abierto.
Me gusta imaginarlo, sin lencería,  su pecho, con una ligera brisa de frío endureciendo sus aureolas reclamándome,  al culto de mis perversiones, la mudez de sus labios,  la lengua saliente y viperina de su boca, que omite mas que habla,  que paladea mas que lame, que produce placeres y amaneceres en sus carnales paredes. Me gusta, el consentimiento implícito de su silencio, porque otorga lo que calla por acallar lo que pretende, pretendiendo lo que calla acallando lo que por omisión se sobre entiende, y así, abrazarme a su espalda sujetado a los huesos de sus caderas, acariciarlo, más abajo de su vientre, rozar persistente y urgente el fino  tremor de sus pezones, elevarme en su  pendiente,  arrodillarme en su sexo, confesarle en su lenguaje y en mi lengua, cuánto lo deseo en millones de…  te quiero.
Me gusta usted, desnudo  y vestido, solo  o conmigo, a mi derecha, arriba, abajo invertidos y en diagonales, pero sobre todo me gusta su compañía, y la desnudez de su silencio libre, de todo pecado. Porque usted mi amor es… mi sino.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.
















14 comentarios:

  1. Veronica Lorena Piccinino
    Veronica Lorena Piccinino Muy lindo Eve Monica Marzetti.. pero Pedro tiene que vencer ese miedo a que lo amen.. .Guillermo es tolerante porque lo quiere pero hasta cuando podrá ?

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  2. GÉNESIS CUANDO LLEGUES, ESTOY MUY ENFERMA Y VIAJO POR UN MÉDICO SI PUEDO, SEGUIRÉ PUBLICANDO EN CUANTO ME HAGA DE INTERNET, NO A DIARIO PERO D´ÑIA EN MEDIO SI NO ME VES HASTA ELLO ES POR ESO. MIL BESOS.

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  3. Es bellísimo Eve...Por favor no te preocupes por publicar, lo importante es que te cuides y pronto estés bien de salud...Te mando un beso grande y mucha fuerza con mis deseos de que te mejores lo antes posible...TQM

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