jueves, 21 de noviembre de 2019

VECINOS CAPÍTULO CINCUENTA Y OCHO.


VECINOS

CAPÍTULO CINCUENTA Y OCHO.


Roma.  Abril  de 2018.

“Siempre hay algo de locura en el amor. Pero también
hay siempre alguna razón en la locura”. F. Nietzsche.
“Los amantes no se encuentran en alguna parte.
Siempre están el uno en el otro”. Rumi.




El celular vibró en el bolsillo del pantalón y el corazón de Guillermo dio un vuelco.
__Hola __respondió al segundo llamado__. Soy yo, sí, hable.

__Doctor Graziani, soy Alberto, tengo poco tiempo, pero anote esta dirección y este nombre por favor, y si puede manténgame informado de lo que halle… Residencia de ancianos la Guarda, Vicente Landroy.

_ ¿Quién es Vicente?
__El hermano de la mujer de  Demetrio, si alguien sabe algo de todos… es él.

__No, Pedro, tu papá intentó matar a Diana, no puedo negártelo, Noelia manejaba a los hombres a su antojo, pero al fin creo que se arrepintió, y aquella noche en que tu madre huyó de la cabaña y cayó de la balsa, él le pegó a su amante, la pensó muerta, pero no fue así.
__ ¿Cómo?
__Noelia se suicidó en su celda _ confesó el hombre__. Ella apareció muerta en la celda cuando fue condenada como lo fue él por la propia confesión y entendió que había sido una trampa del abogado, enviado por Demetrio para ejecutar su venganza. Lo conocía bien y sabía que no le perdonaría la vida de una forma u otra.

Pedro tragó varias veces intentando deshacer el nudo que le había oprimido la garganta.
__ ¿Entonces él sigue en prisión porque confesó haber asesinado a  Diana?
__Así es, como ella nunca apareció viva, él sigue en prisión, pero en realidad cumplió hace años lo que le habría dado cualquier juez por tentativa de homicidio.


“Es tarde me encuentro solo, salgo a la calle para matar el tiempo antes que el tiempo me mate a mí, veo pasar a la gente, son perfectos desconocidos que caminan presurosos, los ojos llenos de miedo, pareciera que le huyen al bullicio sin sentido de la gran ciudad. Me monto a un bus que me lleva al silencio que se ha apoderado de mi casa. No hay risas solo recuerdos de días llenos de ruidos, enciendo la televisión, cambio de canal de manera indolente, me aburre ver lo mismo de siempre los noticieros con muertos que yacen con los ojos al cielo como queriendo hipnotizar a una nube gris que se ha posado sobre el cuerpo sin vida del que tuvo vida.
Subo las escalinatas queriendo oír, pero solo el viento me susurra estás solo, me hago el desentendido pero es la triste realidad, todos marcharon, solo yo me quede cuidando los cuartos lúgubres como congeladores de una morgue, fría, sonrisas congeladas por el tiempo en las neuronas de mi desgastado cerebro.
Saco el celular,  veo un video que me hace llorar, estoy sensible al sentimiento, busco debajo de los sillones si alguna cucaracha me acompañara en mi soledad, veo en una esquina una que yace con las patas para arriba, sin querer le puse el pie,  yace muerta como los cadáveres de la televisión, solo que ella no mirará  las nubes.
Pienso en la muerte, benigna muerte que acompaña al solitario en su último momento, como una invocación aparece, me hace guiños cuando cierro los ojos, me acaricia como solo ella sabe hacerlo.
Me voy para el cuarto, siento la cobija fría, apago la luz para no ver los cuadros con fotos de gente sonriendo, como burlándose de mi íngrima existencia. Siento que ella se sienta suavemente, sus falanges descarnadas aprisionan mi cuello en señal de amor, tomo su cara, sus mandíbulas que suenan como una marimba fúnebre. Busco sus pechos, topo con sus costillas, me la imagino cuando estuvo viva, si algún día vivió. Me besa la frente, tomo sus omoplatos planos, resecos para darle un beso, esquiva se levanta molesta, ella es bipolar, está en esos días que ni yo la aguanto.
Se molesta de mi obsesión para pasar al mundo feliz de los sin conciencia, espera tu turno me contesta mentalmente, si no estás en la raya, seguirás penando tu soledad. Hago mutis, siente mi silencio, me volteo a la pared me tapo los ojos para que el sueño se haga cargo de mis vacíos.
El maldito sueño no llega, me levanto, ella me sigue hasta la sala, hago como sino la viera, pongo una película de risa, siento que me asquea la comedia americana, donde siempre muere un negro o lo persiguen pues es delincuente en un marcado racismo en la película.
Las de acción donde el yanqui siempre gana contra los rusos, los vietnamitas, los cubanos me dan tedio de ver tanta fantasía en el celuloide. Se recuesta en mi hombro, siento sus huesos pegados a mi carne, sus falanges tocan mi pierna, no tiene movimiento,  solo veo sus cuencas vacías, sin expresión, la abrazo a fin de cuentas es la única que me acompañará  hasta que acabe en un hoyo en el cementerio. Parecemos dos enamorados, sin hablar,  solo sintiéndonos.
Apago la televisión y me quedo acostado con ella en el sofá. El sueño me entra de repente, es como una espiral que se queda en blanco o no sé si en negro, pues no sé qué color tendrá la nada”.

__ ¿Pedro, papá? __ interrogó, Fabián preocupado.

__Quiso visitar la casa del padre, hijito, Alberto ofreció que la ocupemos si lo deseamos.
__ ¿Y aceptaron?
__No por ahora, solo Pedro quiso conocerla, buscar si hay algo de Diana, yo creo que lo mejor será ir a Londres por ella __respondió Guillermo tras un largo suspiro.

__ ¿Y por qué lo dejaste ir solo?
__Porque me lo pidió. Hijo, Pedro está pasando por un infierno, necesito que lo ayudemos entre todos.
__Lo sé, es una mierda todo, al fin  yo que me quejaba de nuestra vida con Ana, ahora  me da risa aquello __respondió Fabián sentándose en el apoyabrazos del sofá__. ¿Te parece que Diana habrá perdonado al ex? Digo porque  si la encontraran y no lo hizo al fin Pedro quedará en la guerra entre los dos, y el pobre ya tuvo  más de lo imaginable.

__No lo sé hijo, tal vez sí __ respondió Guillermo mirando a su hijo__. El tiempo debe de haber ayudado o quizás el esposo. Lo importante viva o muerta Diana es que Pedro al fin conoce su historia, sabe  quién es su padre, es liberador lo que ya hemos encontrado, pero en verdad fue todo muy triste, como la vida que pasó por ese abuelo que lo decidió.

__Y la vida de la madre, en verdad es una sobreviviente. Menos mal que lo conociste, que decidimos viajar, ¿estás seguro de poder sacar al padre de la cárcel?
__Yo no puedo hacerlo _ reconoció, Guillermo__. Buscaré un bufete que lo represente, ese hombre está encerrado sin causa desde hace años.

__Al fin será Pedro el que salve a los padres, si él no los buscaba, el padre moría en la cárcel y Diana vaya a saber dónde.
__Y sin saber que tiene un hijo que los busca, ninguno de los dos.
Lo seguí un rato, en realidad hasta que entró a la casona, pero me pidió ir solo, no digas nada __confesó Guillermo__. Me da miedo que pierda la cordura, realmente lo que está conociendo es muy cruel.

__Yo no digo nada, estamos todos con él, papá, es fuerte, va a estar todo bien al fin. ¿Crees que alguno de los dos suponiendo que Diana esté viva se instalaría en Argentina?
__No sé hijito, no sé nada, Alberto si logramos sacarlo del penal creo que sí, pienso que deseará salir de acá e intentar conocer a su hijo, Diana… dependerá si tiene otra familia. En cualquier caso no veo un final feliz, no quiero que lo sueñe nadie.
__No, bueno, final feliz en este caso es que Pedro sepa la verdad y que estén vivos.
__Así es hijito, ve con Malena, que yo esperaré a Pedro un rato más o iré a buscarlo. Si Diana vive, el encuentro con ella será  imprevisible, para los dos.

De solo pensarlo Guillermo se estremeció y un nudo se alojó en la garganta obligándolo a tragar varias veces.
Pedro  llegó y lo halló a Guillermo dormido en el sofá del estar de la suite, el amor le desbordó en el pecho, cuando se arrodilló y se quedó solo contemplándolo, él le daba sentido a su existencia, él era el bálsamo a tanto dolor como cuando en Buenos Aires, se había aferrado a su amor para superar su culpa por lo de Bruno, y su adicción. Lo besó apenas rozándolo, y Guillermo se rebulló, para abrir los ojos y sorprenderlo.

__Amorcito, ¿qué hora es?
__Tarde, no quería despertarte.
__Es que yo no quería dormirme sino ir por vos, ¿comiste algo?
__No tengo  apetito, tomé algo abajo, no te preocupes.
__ ¿Encontraste algo? _tanteó con cautela Guillermo.

__No me atreví a buscar demasiado, es tan triste esa casa, Guille, no pude _la voz se quebró, y Guillermo lo atrajo a su regazo.

__Shhh… Está todo bien, no tienes por qué buscar nada allí, pensaba que será mejor ponernos en marcha, y estar en Londres para cuando nos llame el detective, eso o buscar un bufete acá  que represente a tu padre y lo saque de este lío.
__Quiero oír a Diana antes, ¿puede ser?
__Sí mi amor, claro, si la encontramos haremos como desees __ se rindió, Guillermo__. Siempre puedes contar conmigo, ¿lo sabes, verdad?

__Sí mi amor, si en este camino no estuvieras a mi lado no podría _admitió, Pedro__. No sabes cómo entiendo por lo que pasaste en Buenos Aires ahora.

__Aquello fue nada en comparación, y también te debo a vos estar libre de lo que me ataba, nunca me dejaste solo, ni en el peor momento, y yo no lo haré.
__Es increíble, pero pese a que no sé siquiera si mi madre está viva, me siento aliviado, el saber que ese hombre horrible de mi abuelo no la violó ni es mi padre me quitó un gran peso de encima, aunque me duele mucho si pienso cuán diferente pudo ser todo si ellos no se separaban entonces, sea por sus grupos sociales o por el régimen.
__Bueno, eso no es tu culpa ni puedes cambiarlo, lo que sí puedes es sacar a tu papá de la cárcel, y ver si Diana vive, que sepan ambos que estás vivo _ le susurró Guillermo besándolo suavemente en el pelo, las sienes, las mejillas__. Eso será para los dos el mejor regalo del mundo.

__Y mi mejor regalo fue conocer a mi  vecino, que me enseñó a amar, y a sentir, que me hizo sentir hombre, me dio identidad _ reconvino, Pedro embargado de emoción con los ojos brillantes__.  Quiero robar de tus labios con mi boca  algún beso y que subsista muriendo por quedarse en los míos. Bebo el tibio aroma de tu piel que se escabulle en tu cuello entre la brisa y tu cabello que cubre tus ojos de miel.

Quiero evocar con fervor  tus bellos verbos musicales  que tu boca de rosa y mieles susurran, en promesas de amor. Quiero sentir el murmullo de las sensuales caricias de tus manos de seda, tibias  cautivando mi cuerpo ya tuyo. Es el amor que mi alma te grita  en perfumadas noches de abril,  pétalos de rosa tu piel tan gentil  donde mi cuerpo goza y palpita.
_Tú siente el calor de mi nido que vive y retoza en el tuyo gozando, y haciendo  suyo  tus tibios frutos prohibidos.  Quiero sentir con mi alma tu entrega del amor verdadero,  saber que eres mío, y te quiero gozo, éxtasis y después, calma. El placer del amor contigo dura solo momentos, pero cuando te fuiste, el dolor me duraba  toda la vida.
Tengo un sueño... Bueno más bien una fantasía, un halago  atarte con seda los pies, los brazos, las piernas, las manos   paseando las caricias ante esa tez sumisa,  al suave abrazo  con el que ardo ver todo vicio despertando en mis descaros.
Ligarte  las muñecas en la cama, hacerte mi  hombre sumiso,   cubrirte los ojos que no vean nada, solo tacto, placer, palabra  ese aroma que abasta en pasión, con tanta falta que subasta  al saber que mi cuerpo, mi beso, mi lengua  te marcan  el alma.
Desatar la lujuria, en esa celda presa donde reza la flaqueza  resurgiendo cual Fénix bajo grato yugo que cada nudo aprieta  cual caprichoso juguete es el destino deseante a cuanto diera  si desnudo penetras, hambriento,  sediento blasfema entrega. Abrir la mente, la boca, las piernas, deja al fuego que someta,  arrodíllate ante mí, cual cualquiera y alzarás como príncipe  rey por mi reino, santo  en mi cielo, delito de dulce condena  así que ven a mi vera, que verás arder y la llama nada quema.
Mas el pecado hace adoptivo y ante esa culpa soy malcriado  hostigando de deseo, codiciando de secreto el inspirado rato  ansiando en beber, volver a colmar la aridez ante su estrago   si esa miel corre en la piel, regará  mis labios sin más reparo. Escucha mi voz, guiando la vileza por cada poro encontrado  pisando tu aliento, con el suspiro que mi boca hizo mandato  azotando todo orgasmo y avivarlo más, si llegado es el caso  pues saciaré  la sed  por tal manantial, sin importar su pago. Que por esta iglesia, se adora hoy de otro pacto más liviano  sí su decoro será ensartado, castigado por su insomne trato  entre cálidos gemidos, cual gozosos delirios brindando paso  de los actos tan paganos, que dios no quiera saber qué hago.

__Esta noche, quiero habitarte bajo el tenue  reflejo de una luna cómplice, por eso comenzaré a besarte en silencio, acariciaré  tu cuerpo, con estas manos ansiosas
y con el fuego de mis labios, hasta hacerte al fin mío, mientras el tiempo parece detenerse, por eso, déjame habitarte, porque este amor me está matando, mas luego de un instante,
de indecisión, te encerraré en esta loca pasión  que tú provocas en mí, porque me atraes, me encantas, me fascinas, me cautivas y sé que al fin caerás en mi red, libérate hoy de tus temores, y permíteme habitarte de una vez, bajo el reflejo de esta luna cómplice,
hasta hacerla sonrojar al escuchar nuestros gemidos alternados  con brotes de lujuria y pasión… Amarte, es perderme en tu mirada, es desear besar tus labios, para beber la miel de tu boca, es anhelar tus caricias, es ansiar escuchar tus suspiros y un te amo, es querer pasar cada segundo de la vida a tu lado, es amanecer sintiendo tu piel y con tu aroma impregnado
en mi cuerpo, es abrir el corazón y mostrar sin miedo alguno, lo que mi alma siente por vos, porque amarte a ti, es soñar, es vivir y es el principio de todo…
__Solo quiero una noche de pasión y que tú hagas delirar mis sentidos. Hazlo sin pudor y con total discreción deléitame con tus placeres prohibidos.  Haz que el vaho inunde mi habitación y que no falte el hervor ni el desabrigo.
Quiero ser las sábanas de tu colchón cuando hagas el amor conmigo. Yo, no pongo en dudas tu sexualidad  y creo  que intuyes mi desesperación. Ya tengo una edad y una necesidad de sentir tu humedad bajo mi edredón. Da rienda suelta a tus dóciles hormonas y llena de besos y de caricias mi corazón. Haz que tus manos traviesas y juguetonas me mantengan en permanente excitación. Jamás dejes que se acalle mi ardor hoy, quiero gozar aún más que ayer. Haz que mi lengua pruebe el dulzor de tus libidinosas aréolas. Ámame como un tigre en celo arda mi piel, con tus palabras tiernas. Hazme volar y tocar el cielo a través del éxtasis entre tus piernas
Busca un escondite para mi bestia tiesa en las aristas de tu ígnea ladera, haz que arroje su simiente espesa sobre los surcos de tu fusca sementera. Puede que tú vivas en tierras lejanas y no te llegue mi energética vibración. Por ahora mis ganas resultaron vanas,  tal vez tenga que rogarte en otra ocasión.
Tibia sonrisa en sus labios  se dibuja, su mirada misteriosa escondida tras el cristal, atrae la atención de los ojos perdidos de un caballero, tratando de descubrir allí  la clave, el código de lo indescifrable que lleve a develar el camino para descubrir sus misterios, ancestral esencia descubrirá a quien eso se le permita develar.
Indescifrable aun al escuchar mas allá del sonido de su voz, se oyen sonidos perdidos, mágicos que invitan a seguir oyendo… indescifrable por momentos como la marea que parece acercar al náufrago hacia la costa… otras veces una marea suave, calma sin dirección, que deja aquel náufrago del mar a merced de la inmensidad absoluta y vacía.
Enigmático ser, confundido  en medio de cualquier paisaje eres donde los ojos y la mente se fijan queriendo interpretar tus silencios, la quietud de tu mirada, el de por qué esa esencia  atrae la atención, atrapa los sentidos mas allá de los instintos… acaso dejarás en el aire a tu paso una pista que lleve a comenzar a descifrar el enigma que encierras y así llegar paso a paso, a tu corazón.

__Eres el libro que no puedo parar  de leer, la escultura que no puedo  dejar de admirar,  la canción que no puedo dejar de escuchar,  la pintura que no puedo  parar de mirar,
tienes la materia,  la estética, el sentimiento la imagen y el sonido  espléndido, eres tan bello
como una obra de arte,    robas toda mi atención,  me llenas de inspiración  y deseos de adorarte.
Tengo hambre, pero no estás aquí, para saciarme, una sola vez  probé ese cuerpo, ese mar embravecido, empapado de humedad; así creció mi apetito, a tu ser, a tu sexo, ¡mío fuiste esa vez! Lo recuerdo muy bien, mi alma está que arde, mis manos ansiosas, por tocarte, mi premio, gozar de tu hombría.
Destinado  a morir  en la hambruna,  sin paladear tu carne,  sin degustar de tu ambrosía, como si estuviera atado, condenado, ¡es un suplicio! Me nutro de tu esencia, me alimento de ti, eres bálsamo a mi piel, ebullición del organismo, es brindarte cada centímetro mío, te pertenezco, en escalofríos, en todos los sentidos, y hasta en sentimientos.
Es la entrega total  de dos siluetas  hambrientas de amor  con ganas de saborear  todas tus delicias, azúcares de glorias, en un suspiro de éxtasis de pasión, comer y beber de tus labios es una locura, tengo hambre de tus manos, dibujando mis ojos, deshaciendo en deseos, sutiles antojos.
Mi pupila encendida, convirtiendo colores, mi silueta perdida  descubriendo razones, me aferro a tu epidermis, es la transformación de dos amantes, es desnudarme ante tu juicio, enredando mis manos, quiero andar en tu sudor y saliva, colmar este apetito, sediento  de tu miel, labro  mis huellas perennes en nuestros besos, solo engúlleme, si ese es mi destino.

Aún se deleita mi cuerpo  con el sabor de tus besos, aún siguen vagando por mi mente
las caricias de amor ardientes, los momentos de locura vividos que se han de guardar muy dentro para mitigar los deseos reprimidos…
Traes de pronto a mi pérfida mente todo el inmenso placer derramado a lo largo de esta piel  que aún te extraña… soñándote como loco por las noches, esperando que jamás llegue el mañana…
Saboréame, siente la esencia frenética de esta piel que con ansia te reclama, persigue con afán la gloria de sentirme tuyo, siente temblar mi cuerpo, animal en brama que demanda la pasión perdida de tus noches.  Cuando con débil clamor, frágil mariposa  cediste por entero al amor…
Cuando con las caricias de mis manos, y  mi boca pude acariciarte y besarte todo
sin ningún temor… y te hice mío.  Aún me estremecen tus ardientes caricias, aún frota en el aire el perfume de tu piel, aún siento tu aliento quemar mis entrañas…  aún se pregunta indecisa la luna celosa cuál fue la razón por la que anoche, sin dar explicación, le cerraste las persianas…
Dejas mi piel tan llena de tu humedad. El amor más hermoso se refleja en un gesto, una mirada, es el sentimiento más hermoso  que tiene mi ser enamorado.
Amo que tus labios me recorran  con sabor a dulce miel, mientras todo en mis adentros  se enciende  con el más candente deseo. Tu lengua traviesa y apasionada  me excita al recorrer mi cuello y mis brazos se aferran a ti  sin querer soltarte ni un instante.
Nuestras voces silenciosas susurran  gemidos deseosos y nuestra respiración
se descontrola, la pasión  se adueña de mis manos y recorren tus piernas.  Me besas apasionadamente, con tus manos recorres mi cuerpo,  aunque estoy con ropa,  tú sabes hacerme sentir lo que es hacer el amor. Tu mirada siempre deslumbra amor...  amor que me vuelve débil y mis labios sedientos de los tuyos  dejan que te deposite ese beso ardiente.
Los gemidos en mi cuello me hacen saborear  tu ardiente excitación y con éxtasis  en un suspiro me haces desbordar humedad  que se siente en mi ropa interior. Eres mi debilidad Dejas mi piel tan llena de tu humedad... ¿Cómo no amarte?  Si eres ternura, pasión, placer y lujuria en el amor.
Palabras  y letras que conformar mi confesión de amor, letras que salen de miles de rincones de mi alma como esquirlas de cristal que guardo en los poros de mi piel, y cuando la noche nace de nuevo, se llena de ese misterio que necesita de tu llegada, cuando ya mis párpados cansados se cierran a lo oscuro de la negrura sin luna, cuando , cuando las noches son eternas y las estrellas brillan al revés y la luna nos espera, nace nuestro amor lleno de secretos, del enamorado  que durante el día muere por no tenerte, nacen las palabras inventadas, nacen en mí el desasosiego, cuando sueño con poder rozar tus labios, y de nuevo los invento, las orillas de tus ojos, las huellas de tus manos en mi piel, la sensación más bella, y también más dolorosa por no poder hacerse realidad, cuando la noche hace su presencia apartando el último rayo de sol, nace de nuevo tu  enamorado  que solo sabe hablarte de amores, el  que quiere pintar en tu cielo estrellas errantes , que se inventa en el aire estrofas de música de un blus, de un bolero y un tango donde mi alma baila al ras de suelo, melodías que encienden la noche, que dan brillo a la luna para que baile, melodías que  cantan nanas a las almas enamoradas, de pies descalzos y sin caminos a donde ir.
Hoy amor mío, te confieso, que después de tenerte a centímetro y medio, aquella noche vida mía, mi alma de  enamorado moría de amor.

Guillermo lo tomó desde atrás en medio de la cama, Pedro se colocó en cuatro patas, y disfruto de sentir las manos en los pezones, o una en su sexo y la otra en el pezón, mientras que en cada embestida se acompasaban todos los movimientos, y podía disfrutar cuando no buscaban el beso, la imagen fascinante de Guillermo en el espejo, era allí donde aprendieron les gustaba ver cuando hacían el amor, cada vaivén, cada embiste, y sobre todo el momento del orgasmo.
Se sintió fascinado cuando los movimientos frenéticos que lo empalaban hasta acaso atravesarlo se descontrolaron y la belleza de su hombre se reflejó en el vidrio, el mentón arrogante, el labio inferior, la cabeza echada atrás, los tendones del cuello tensos  en la parálisis, las venas, la mandíbula, y dentro sentir el chorro de semen bañándole las entrañas, añoró  poder usarlo para dar vida, le pareció injusto que no pudieran  mas  en segundos perdió todo pensamiento cuando lo desbastó el orgasmo que se unió al de su hombre que se desplomó sobre él, fundiendo las pieles, aunando alientos entrecortados, perdiendo la consciencia unos segundos, dejándose llevar muy lejos del hotel.
Guillermo habló primero con voz cascada.

__No quiero salir de vos.
__No salgas, me encanta que estés dentro de mí.
__Sea caritativo con este hombre mayor y déjeme cobijarme en su abrazo, precioso __bromeó con una sonrisa__.  La caridad, señor mío es un pozo infinito, ante el silencio de Dios y los ojos de la humanidad, pues ella, es una falsa modestia, en cualquier capa social extractos jerárquicos de entidades deshumanizadas, fundaciones ajustadas en requisitos en la oportunidad de la pobreza, de pobres y ricos y ONG que desgravan  la miseria  de afamados embajadores en el fotoshop del foto montaje de la hipocresía social, porque una limosna,
no es un acto de caridad, sino un acto de crueldad a la humanidad.
Así que le rogaría que apadrine mi sentir, invierta cotidiano  sus besos en la fundación de mi alma, deme el orfanato de su piel,  rescáteme  como al perro abandonado de esta cruel carretera de este alquitrán  de la existencia.
Dele, a este mendigo de usted  la caridad de su sentir, la buena obra de su vida sin justificación alguna que el amor, y sea, sea esplendido  y no caritativo  con sus caricias.
Deme la moneda de su boca,  acójame en   su sexo,   en lo bueno y en lo malo sacie mi placer  y mi sed, aliménteme de usted,  de sus pliegues y sus labios, deme, sus restos y sus sobras,
la casa de su cuerpo, los muebles de sus órganos,  la epidermis de sus paredes, la ósea estructura de sus huesos.
Sea, para la pobreza de mi alma mi bien más preciado, sea con este mendigo sentimental de las esquinas de su cama carnal y hospitalaria. Sáneme de su sentir orgásmico, acójame en la fundación sin lucro personal de su almohada, y asócieme  a la ONG de su libre caridad y su pensamiento.
Nada tengo, si nada tiene usted de mí, nada soy, nada vivo si de usted, nada tengo.

__Tengo las orillas de mi piel cargadas de inquietos demonios que se agolpan en los caminos que me llevan a tus manos, mi alma  se siente agonizar cuando en los dulces anocheceres marcan mis verbos que a borbotones quieren salirse de ese reino que habita en mi mente.
Hoy mi corazón asustado al sentir de nuevo sensaciones dormidas, ya ni late por el vacío que siente de ti, al igual que mis manos se llenan de miedos muertos cuando en la noche negra no llegas a la cita para tenerme en tus brazos, las mareas suben en mis labios, son mareas que sueñan con dormirse en la playa de tus labios vida mía.

La tarde se termina en todo su esplendor, hermosas sensaciones pintan el cielo de rojo al que yo clamo por poder seguir perdido  en tus ojos, la noche  se acerca serena, como la luz
de un reloj detenido en el momento exacto, donde yo tengo que traerte a mi sueño, donde tu presencia se convierte en esa realidad que enaltece mi alma, cuando irresistiblemente sueño tus besos, y su caída en mis labios, son como las gotas de rocío entre las alas del ángel de los sueños, ese que me cuida en cada momento de desespero, convirtiéndolo en reparadoras lágrimas de miel, cayendo por mi piel. Te amo.
Haz de mí  lo que  desees, lo que tu alma  diga, lo que tu corazón pida. Has de mí un sueño con honestidades plenas con unas simples  con camas de placer  desmedido y  otras de
inquieto reposo. Haz de mí, una imagen un sueño, un duende,   un amor con posibles  o sin ellos.
Haz  de mis olas que rompen contra el muelle calles caminadas juntos.
Pero hazlo ahora  porque no sé qué tiempo tiene el reloj de mis  esperas. Entrego en un beso, que apenas lo toca,  el deseo confeso que el cuerpo evoca. Y accedo, me apreso en la cava de su boca para magrear  travieso pues el tanteo lo aloca. Y besuqueándolo obseso doy un chupe abreboca llevo,  sus ojos al deceso y su lengua… me azota.

Y de pronto aparecí en el horizonte, te cautivé  de forma única, me miraste, las palabras de mis ojos salieron así nada más, te quedaste prendido a mi corazón, tus latidos son tan fuertes, te impactó  mi belleza, mi figura, de mi piel el aroma de tu antojo, un beso impetuoso que marcó solo el amor.
Éramos dos cuerpos, frente a frente, fantaseando con cada deseo, con el fuego por dentro, consumiendo sentimientos en la hoguera, en tus manos quiero ser esa dulce primavera, tus ojos lo primero en cada despertar, muero por tus besos, me encandilas, me vuelves loco.
Seda de tu piel, volcán en llamas, cubriéndome del frío, y en el calor, arder como infierno, tu ligero musitar  palabras encontradas, ya te quiero amar, desenfreno presagiar, ríos, mares y lagos hundirme en ellos, llévame a la cumbre, hazme pedazos, solo ámame así tan natural.


Años atrás.
Al principio Marina no sabía cómo hacerlo, solo sabía que su esposo  había intentado destruir a su hermano  y eso no podía permitirlo. De alguna manera había que detenerlo, la vida de ella ya no importaba. Sus días y sus noches estaban llenos de dolor y humillación.
Recordaba que su hermano había intentado detener su matrimonio: “Demetrio es un monstruo y te destruirá”. Qué  acertado había  estado. Pero como estaba tan enamorada, no le hizo caso. Y ahora había que aniquilar a su esposo. Pero ¿cómo?
“Tengo que pensar”, se dijo. Y a la mañana siguiente ya había planeado cómo hacerlo.

Demetrio estaba trabajando en su escritorio, cuando su esposa entró llevando con ella una caja atada con un cordón. Traía también un enorme cuchillo.

_Demetrio, ¿puedes cortar este hilo, por favor? Yo no me doy maña.
Su esposo levantó la mirada con su expresión de impaciencia.

__No me llama la atención que no puedas. ¿No sabes que no se debe sostener un cuchillo de la hoja? __Tomó el cuchillo y comenzó a cortar el hilo__. Podrías habérselo pedido a alguno de los sirvientes.

Ella nada dijo.
 __! Ahí está! _ exclamó Demetrio al terminar. Dejó el cuchillo. Ella lo tomó de la hoja con cuidado.

__Demetrio, no podemos seguir así. Yo todavía te quiero. Seguramente sientes algo por mí.
¿Recuerdas los momentos maravillosos que tuvimos juntos? ¿Te acuerdas de aquella en la luna de miel, cuando…?
__Por Dios, es que no entiendes nada. Eso terminó. Vete de aquí, me das asco.

Marina se quedó un  instante mirándolo.
__Está bien, como tú digas. __Dio media vuelta y se encaminó a la puerta, con el cuchillo.

__Te olvidas el paquete _gritó él.

Ella se marchó.

Fue al cuarto de su marido,  fue al vestidor. Había cientos de trajes, y un sector especial para los sacos sport. Tomó uno de estos últimos y le arrancó un botón, que se guardó en el bolsillo.
A continuación abrió un cajón y sacó un pantalón de baño con las iniciales  de él bordadas. “Ya estoy casi lista”, pensó.

La agencia de detectives quedaba en un viejo edificio que ocupaba una esquina.
Hicieron pasar a Marina al despacho del dueño de la agencia.

__Buenos días señora. ¿En qué puedo servirla?
__Necesito una protección.
__ ¿Qué clase de protección?
El hombre olió problemas. Este no era en absoluto el tipo de casos que le iban a proponer. Sería muy desaconsejable hacer algo que pudiera ofender a uno o al hombre más poderoso del país… y de muchos.

__ ¿No pensó en acudir a la policía?
__No puedo. No quiero publicidad. Prefiero que esto se mantenga en secreto. Le dije a mi marido que quería divorciarme, y él me amenazó con matarme si lo hacía. Por eso vine a verlo a usted.
__Entiendo. ¿Y qué es lo que desea que yo haga exactamente?
 __Que ponga a algunos de sus hombres a protegerme.

El hombre estudió el rostro de la mujer, la consideró muy hermosa, pero evidentemente neurótica. Resultaba inconcebible que el marido le hiciera daño. Probablemente se trataba de una pequeña rencilla íntima, que en pocos días se arreglaría. Por eso llegó a la conclusión de que valía la pena correr el riesgo.
_De acuerdo _ aceptó__. Tengo a un hombre muy capaz que puedo asignarle. ¿Cuándo quiere que empiece?

__El lunes _dijo ella.

Entonces él tenía razón. No había urgencia alguna
Marina se puso de pie.
__Lo llamo _ dijo__. ¿Puede darme una tarjeta suya?

__Sí, por supuesto. __El hombre se la entregó y la acompañó a la puerta.

Es una buena clienta en el sentido de que puede impresionar favorablemente a mis otros clientes.

Cuando llegó a la casa, Marina llamó por teléfono al hermano.
__ Vicente, tengo una buena noticia _ mintió__. Demetrio quiere una tregua.

__ ¿Qué? No confío en él. Debe de ser algún otro de sus trucos.
__No. Esta vez es sincero. Se da cuenta de que es una tontería estar peleando todo el tiempo, y quiere hacer las paces.
Silencio.
__No sé.
__Dale al menos una oportunidad. Quiere reunirse contigo en el chalet de verano, esta tarde a las tres.
__Es un viaje de tres horas ¿por qué no podemos encontrarnos en la ciudad?
__No me dijo, pero es para hacer las paces.
__Bueno, voy. Pero lo hago por ti.
__Por nosotros, adiós, te quiero.
__Adiós.

Luego llamó a su esposo a la oficina.
__ ¿Qué pasa? _ dijo él, con brusquedad__. Estoy ocupado.

__Recién me llamó Vicente. Quiere hacer las paces contigo.
Demetrio reaccionó con una risa despectiva.
__No me extraña. Cuando acabe con él va a tener toda la paz que quiera.
__Dijo que no iba a competir más contigo. Está dispuesto a venderte su flota.
__ ¿Venderme su… flota? ¿Estás segura? __De pronto su voz denotó un gran interés.

__Sí. Dijo que estaba harto.
__De acuerdo. Dile que mande a sus contadores a mi oficina.
__No,  quiere que te reúnas con él en la casa de veraneo a las tres.
__ ¿En su chalet?
__Sí, es un sitio apartado, estarán solos. No quiere que nadie sepa una palabra de esto.
__De acuerdo, dile que iré.

 El trayecto a la casa de  campo por caminos sinuosos que serpenteaban entre campos exuberantes y perfumados, Vicente pasó por antiguas ruinas. A la distancia alcanzó a ver altares de dioses menores. Pensó en Demetrio.
El primero en llegar fue Vicente.  Estacionó frente al chalet y permaneció en el auto, pensando en el encuentro que iba a tener lugar. ¿Realmente deseaba Demetrio reconciliarse o era solo uno de sus trucos? Si algo le pasara Marina sabía adónde había ido. Se bajó y caminó hacia la casa desierta, un bellísimo chalet antiguo, de madera donde de niño él había pasado días enteros con su padre.

Quince minutos más tarde, llegó Demetrio. Vio que su cuñado estaba adentro esperándolo, lo cual le produjo una enorme satisfacción. “Así pues después de tantos años está dispuesto a reconocer que perdió”.  Se bajó del coche y enfiló hacia la casa. Los dos se quedaron de pie, midiéndose con las miradas.

__Bueno querido cuñado _ dijo Demetrio__, por fin hemos llegado al término del camino.

__Quiero que acabe esta locura. Ya se ha ido demasiado lejos.
__Totalmente de acuerdo, ¿cuántos barcos tienes?
__ ¿Qué?
__ ¿Cuántos barcos tienes? Te los compro todos. Con un descuento importante, naturalmente.
Vicente no podía creer lo que estaba oyendo.
__ ¿Comprar mis barcos?
__Sí, todos. Voy a tener la flota más numerosa del mundo.
__Estás loco. Cómo se te ocurre que quiero desprenderme de ellos.
__Para eso nos reunimos hoy, ¿no?
__Vinimos a encontrarnos aquí porque tú querías hacer la paces.
El rostro de Demetrio se ensombreció.

__ ¿Quién te lo dijo?
__Marina.
Ambos comprendieron al mismo tiempo lo que había ocurrido.
__ ¿Ella te dijo que yo quería hacer las paces?
__ ¿Ella te dijo que yo quería vender mis barcos?
__Qué imbécil _ estalló, Demetrio__. Debe de haber pensado que, si nos reuníamos, íbamos a poder llegar a algún acuerdo.  Es tan tonta como tú, Vicente. He perdido toda la tarde por tu culpa.
Giró sobre sus talones y se marchó sin mirar atrás.
“Mi hermana no debió de haber mentido. Debería saber que no hay forma de que él y yo nos pongamos de acuerdo”.

Esa misma tarde __a las dos__ Marina había llamado a la criada.

__Martha, ¿puede traerme un té, por favor?
__En seguida, señora. __La mujer salió de la habitación, y cuando regresó con la bandeja diez minutos más tarde, la señora estaba hablando por teléfono con tono de enojo.
__No, Demetrio, yo  ya  lo tengo decidido. Me divorciaré de ti y pienso hacerlo armando el mayor escándalo posible __. Amenázame todo lo que quieras _habló Marina por el teléfono muerto__. No voy a modificar mi decisión… Nunca… No me importa lo que me digas… No me asustas… No… ¿Para qué quieres que vaya?...  Está bien te veo en la casa de la playa, pero no te servirá de nada… sí, iré sola. ¿Dentro de una hora? Muy bien.

 Colgó con cara de preocupación y le habló a la empleada.
__Voy a la casa de la playa, si a las seis de la tarde no he regresado, dé aviso a la policía.
La empleada se puso muy nerviosa.

__ ¿No quiere que la lleve el mayordomo?
__No, el señor Demetrio pidió que vaya sola.
__Está bien, señora.


Quedaba una cosa más por hacer. Diana de Beggio corría peligro. Había oído claramente a su esposo dar la orden de asesinarla, debía darle aviso. Marcó el número de las oficinas de Londres…


CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.

CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.

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