jueves, 17 de agosto de 2017

"NO FUIMOS CULPABLES". CAPÍTULO DIECISIETE.




“NO FUIMOS CULPABLES”.


CAPÍTULO DIECISIETE.



“Guarda tus ojos; ámame; guarda tu corazón; entiérrame en él; déjame que investigue -mi nombre, mi presencia, mi imagen- déjame que investigue las últimas células de tu cuerpo...”.
Mario Benedetti.
"(...) tan lejos ya de ti, como un ojo de otro, de esta asumida adversidad nacerá la mirada que por fin te merezca".
Julio Cortázar.


 Resultado de imagen de chino darin

Bs. As., viernes 07 de abril de 2017.

Otra semana tocó su fin, y el estado de Dayana no hace más que empeorar. Su cuerpo languidece. Postrada en la cama hoy parece más diminuta, una nena, casi como si fuera una muñeca de porcelana. Y nosotros deambulamos como espectros por la casa, casi ya sin saber qué decir.
Sonreí con ternura, y ella me correspondió con un leve apretón afectuoso en la mano como diciéndome que confiaba en mí y en la decisión que estaba tomando o a punto de tomar. Respiré hondo, tomé aire, supe que papá y Pedro estaban a mi lado.

__ ¿Quieres casarte conmigo?
Y en ese momento, nuestras vidas cambiaron para siempre.

Nordelta, viernes, 14 de abril de 2017.

“Mi niña empezó el diez con nuevas drogas, pero además aceptó la propuesta de Fabián, no sé si estoy siendo egoísta al dejarlos, no sé si espero que esto haga el milagro, no sé si se debe o si se puede, sólo sé que  me aferro a algo para no morir de dolor.
Ella me pidió detener hoy las sesiones, la dejan más débil y quiere prepararse, no pude negarme, su estado no se ha modificado, el enemigo sigue en ella, sin embargo la pelea no ha finalizado.
Fabián está más tranquilo, a veces  he llegado a envidiar su entereza, la mía al tiempo que corren los días se desmorona como un castillo de naipes, ni siquiera he ido al estudio, parezco un vagabundo en la casa llorando en cada rincón para fingir ante el espejo la escena que montaré frente a ella, la imagen que me devuelve no me parece la propia, a veces siento deseos de preguntar si ése soy yo.
Sólo el amor de Guillermo me sostiene, aunque está sufriendo por todos, se mantiene como el pilar”.

__Pedro, amorcito, llegó el escribano, sería conveniente que lo acompañáramos __ dijo Guillermo y negué con la cabeza.

__Guille, no puede estar sucediendo que mi hija de trece años vaya a hacer su testamento, no podré soportarlo, no puede ser real. __ Las lágrimas independientes se agolpaban en los ojos, surcando el rostro en silencio, mientras sentía el abrazo de mi amor, su mano en la espalda calmando mis sollozos, siento que me moriré con ella mas no quiero dejarlos, ni a él ni a Fabián.

__No será necesario, amorcito, pero es lo que ahora desea, dejar la herencia de Moravia repartida, es su deseo, debes respetarlo.
___Mierda, Guille, es que no puede morir, no puede existir un Dios que se lleve a mi hija, no puedo admitirlo. Pasé una guerra, murió Camila y mi suegro, no entregaré a Dayana  __ grité dando puñetes en el pecho de Guille, no hizo más que arroparme y beber mis lágrimas, para cuando logré reponerme, fui a lavarme la cara.

Dayana había decidido dejar la casa de Orestes a los abuelos, y parte del dinero donarlo a  los orfanatos, sólo dejará el monto que estima el médico que podría ser necesario para el trasplante y sus cuidados, porque no desea que salga de mi dinero, sabe que he dejado de trabajar casi desde que llegamos.
Para cuando despedimos al escribano, regresé a la habitación, quería hablar con todos.

__Papi, ven, Guille, gracias por dejarme testar, sé que no me he rendido, que no deseo morir, pero me siento mejor así, viva o… sea como fuere, es mi deseo darles a los abuelos la casa, ya demasiado lejos estuvimos en Chile, ¿no crees papi?
__Sí hija, estoy de acuerdo, orgulloso de tu madurez, y los abuelos hoy pasan mucho tiempo acá, pero cuando mejores, de no tener la casa, se irían, así quizá se decidan a vender allá __dije al tiempo que le tomé con delicadeza la mano, incrédulo de la paz que reflejaba su rostro, la misma que hoy veo en Fabián.

__Guille, papá, quiero darles las gracias por  respetar y aceptar  el casamiento, pero quisiera pedirles algo, algo más, parece abusar, pero es que no tengo la vida comprada, sé que restan sesiones con las nuevas drogas, que hay posibilidades aún, pero quisiera no perder nada __dijo con la calma de siempre, Fabián tenía los ojos brillantes.

__ ¿Qué sucede, preciosa?, haremos lo que nos pidas __dijo Guillermo con el amor en la mirada.

__ Es que teníamos planes cuando llegamos al país, la casa era uno, por suerte mi enfermedad dejó tiempo para mudarnos, hasta para festejar. __Nos miró posando los ojos en su novio, en cada uno de nosotros. Pero hay más.

Gracias a Dios, mamá pereció saber que necesitaría con urgencia el vestido, papi, quiero el casamiento que siempre soñé, aunque sé que andarán a las corridas porque Fabi ya pidió la fecha, no quiero renunciar a él, y usaré el vestido de mami, como era su deseo.
__ Está bien, hijita, sí, lo sé. ¿Qué más deseabas pedirnos?
__Nada, los testigos de civil queremos que sean Gaby  y Beto, ellos son los mejores amigos de Guille, Gaby ha sido divina conmigo y Fabián no tiene grandes amigos en la facultad. Quería pedirte que además  en la iglesia usemos doble pareja de padrinos, de mi parte sueño con entrar de tu brazo, papi, desde que sé… lo sueño. __ Me miró y las lágrimas resbalaron en  los dos, le sequé las de ella con los nudillos, Guille tragaba los nudos de la garganta__. Quiero que sea  la abuela mi madrina, y por parte de Fabián, que seas tú Guille el padrino con Gaby de madrina, ¿podría ser? __ interrogó ya con la respiración entrecortada.

__ Me encantará, les diremos hoy mismo a ellos, seguramente estarán felices de serlo.
__Gaby te ayudará con la abuela, para el vestuario y esas cosas, hijita, no sé si el vestido de mamá te quedará bien.
__Tengo su talle, o lo tenía, quizá hoy estoy más delgada aun, pero con el lazo no se notará, papito, no puedo hacer pruebas de vestuario, quiero guardar las fuerzas, apenas falta una semana.
__Está bien, tienes razón, ¿de verdad no quieres que venga el juez y el sacerdote a la casa?
__No papi, quiero cumplir con mi sueño, sí el juez, puede que si quieren venga, la iglesia no me la saques.
__No amor, nada te sacaré, nada.
__Papi, Guille, igualmente no era lo que deseaba decirles, es que…__ Las palabras se encallaron y temblé, Guille lo supo, miró a Fabián, pero él que conocía cada detalle nos hizo saber que no pasaría nada malo, en efecto tras unos instantes, mi niña tomó aire, y continuó.

__Quiero que se cumpla el sueño,  necesito verlos casarse ahora, como habíamos dicho, por favor papá, no lo posterguen, que todo sea como soñamos cuando yo estaba o parecía sana, es lo que más deseo poder ver.
__Hijita, Guille y yo…
__Está bien, Pedro, ¿por qué no podríamos casarnos? Lo nuestro es civil, no necesitamos nada. __Guille me tomó de la mano, la enlazamos a la de mi hija y a la de Fabián, ya estaba decidido, en ocho días estaríamos casados, como habíamos planeado hacer.

__Deseo que mi corazón sea un remolino de pasión, un diluvio de piedad, donde viva el amor que guardo para ti.
Nunca me ha molestado repetirlo así sean mil veces, gritaría a los cuatro vientos que no hay nada más hermoso que la dicha de amar, y si es a ti más. Y nuestros hijos se encontraron por igual.
El afecto verdadero, es como el amor honesto y eterno y no es tan fácil de hallar, tengo la dicha de tener a mi lado el gran amor de mi vida, y que es un amor recíproco,  la mayor bendición, y mi mayor alegría.
Porque un amor como el nuestro no es fácil de descubrir, un tesoro muy preciado casi  imposible de encontrar.
__Cómo anhelo que te aferres a mí, que te sujetes a mi pecho, cuando te abrazo con mi alma y ofreciendo mi pasión y mi alegría, la magia de todo mi cariño, y así poder escuchar los latidos de tu corazón, los sollozos, y suspiros de nuestra felicidad, y del dolor por  esta realidad que se impuso atolondrara en el camino, pero sé que  nuestros hijos lo van a lograr, amorcito, tenemos que creer en que esto también va a pasar.
Recorreré todo tu cuerpo, y me llenaré de tu alma y todo tu ser, haciendo mía tu felicidad al verla mejorar, en mi corazón  sentiré entonces la paz que no sé demasiado implorar, sos la magia y la felicidad que día a día  he buscado para ser uno con alguien que no encontraba. Una sola mirada  y tus ojos me deslumbraron, desde el primer momento nuestras miradas bastaron para que surgiera este sentimiento y creo que fue en medio de otra crisis, ésta también tendrá su final. En medio de la guerra y de la muerte una sola mirada de nuestros corazones fue más que suficiente para amarnos  aunque recién años después hicimos realidad nuestras ilusiones, y ahora no queremos separarnos. Una sola caricia en nuestra piel encendió una llamarada en nuestros cuerpos, con lujuria y pasión en nuestro ser disfrutamos  cada sensual encuentro. Con sólo un beso de tu boca  me enamoré como un loco y entraste hasta el fondo de mi alma, y seremos felices, lo prometo, vamos al estudio a preparar a todos, tenemos que enviar las tarjetas, quizá al fin, sólo por el tiempo podamos invitar  a todos por Facebook, los chicos, al menos Fabián ya comenzó, dice que no hay tiempo para enviar nada por correo, creo que tiene razón.
__
__Hijo, ¿estás seguro de lo que piensas hacer? __interrogué esa noche a solas a Fabián.

__Sí papá, a los veintitrés años, mi vida  y todo cambió para siempre, y fue al conocer a Dayana. Cuando me contestó que sí nos pusimos a llorar juntos y fue el momento más feliz de mi vida.
__ ¿Sólo lo haces por ella? No intento disuadirte, sabes que la adoro, además si pasara lo peor, siempre serías libre.
__ ¿Qué dices papá? __ gritó y vi furia en la mirada, no me dejó replicar__. Ella no va a morir, y aunque la perdiera, siempre la voy a amar, no puedo creer que no comprendas que esto lo estoy haciendo por mí, soy tan egoísta como vos.

__Hijito, no quise que te enojaras, es que es tan chiquita, y vos también, hasta hace unos meses te gustaban todas, no sé, me cuesta saber que cambiaste así, que creciste en meses.
__ Acostúmbrate papá, porque estoy enamorado de Dayana, tan profundamente que no me importa si está enferma ni que podamos o no estar juntos mucho tiempo, nada me parece relevante, lo único que creo importante es que nos conocimos y nos enamoramos, pensé que era así, que es lo que te sucede con Pedro.
__Y lo es, hijo, es así, tienes razón, es lo que dice el cura en la ceremonia además.
__ Sólo deseo hacer lo que me dicta el corazón. Papá, yo era como vos, y hoy siento que es la primera vez que escuché directamente la voz de Dios, y no pienso desobedecerlo, sé que no me quitará a Dayana, lo siento. Yo perdí a mi mamá, a vos casi en la guerra, no tuve hermanos, no puede arrebatármela, no puede quitársela a Pedro, no si existe papá.
Supongo que algunos pensarán que lo hice por pena, los más escépticos quizá incluso se preguntarán si lo hice sabiendo que pronto moriría, por lo que en realidad no asumiría un compromiso a largo plazo. Las respuestas a ambas preguntas por si te encuentras con alguien que lo diga, es: no. Me habría casado con ella fuese lo que fuese que le deparara el destino, de hecho lo hago sabiendo lo que sucede,  y ella dijo que sí, porque de hecho sabe que me enamoré cuando estaba sana, y que la sigo amando hoy, en medio de los guardapolvos y de los aparatos. Me casaría si el milagro que tanto espero se cumpliera de repente como si jamás.
__Lo sé hijito, y me siento orgulloso de cómo creciste, del amor que sientes, de lo que haces por todos, sé que Pedro te ama como a un hijo, y yo a ella, ganaste a los abuelos, sólo deseaba saber si tenías en claro que puede vivir como quizá… no.

__Papá, Day es más que simplemente la mujer que amo. Ni siquiera podremos hacer el amor hasta que no mejore o sane, cuando con las aventuras que tuve, sólo buscaba sexo, con ella no me importa que demore. En estos meses, ella me ha ayudado a convertirme en el hombre que soy.

“Pedro  sin ser visto todavía los escuchaba en el umbral, apoyado en el marco de la puerta del estudio”.

__Con su mano firme, con su dignidad, con su integridad, me mostró la importancia de ayudar al prójimo, con su paciencia y bondad, me enseñó el verdadero significado de la vida. Su valentía y optimismo, incluso en momentos más graves de la enfermedad y del tratamiento, son lo más sorprendente que jamás he visto.
__Ven acá, grandulón __Guille lo atrajo a su pecho, le apretujó revolviéndole el pelo, me acerqué al abrazo__, estoy orgulloso, me siento afortunado.

__Fabián, si ella sana, serás tú el hacedor de que Dios haga el milagro, el amor será su cura __dije abrazándolo, pero él anegado negó con la cabeza antes que se formaran las palabras.

__No, hemos o estamos haciendo, todo, seguiremos haciendo todo.
Ya he avisado a todos mis amigos por las redes, ustedes supongo que lo hicieron en el estudio, y Beto me dijo que ellos avisarán a los que deseaban estar en el casamiento de ustedes.
__Sí, hijo, los abuelos de la nena con Isabel y con Gaby están tras las empresas  del catering, todo será como ella pidió.
El Juez del Civil nos casará el viernes acá, como para que ella tenga un día para recuperarse, estarán los íntimos en la ceremonia civil, luego haremos la cena el sábado con todos.
__ Pedro, Dayana me enseñó a perdonar, antes yo estaba enojado con la vida por no tener a mi madre, hermanos, y por todo lo que pasó  cuando ustedes quedaron con secuelas, y no hay mayor poder de redención que el que da el perdón, sí ella es un ángel, no sólo salva con su amor a chicos del orfanato, nos salvará a todos.
Iré a despedirme, aunque debe estar dormida, y ya en una semana será mi esposa, no quiero pensar en su enfermedad  ni en si seguirá con sesiones o trasplante,  sino sólo en el casamiento.

“Lo vimos ir contento hacia ella, nos abrazamos para posar la mirada en el río, el canto de grillos eran arrullo, y de pronto sentí que la fuerza del amor, podría salvar a mi niña”.
__
__Day, preciosa, soñé  que te tomaba entre mis brazos y te acariciaba, que te veía con mis ojos cerrados, y tus ojos me miraban y disfrutabas del encuentro de nuestras almas, saboreando nuestros dulces besos y sedientos de caricias, anhelábamos estar juntos en silencio, con esa mágica sonrisa enamorada que nuestros rostros iluminaban, permitiendo estallar la pasión de todas las sensaciones que alimentan nuestro amor, con el corazón acelerado y el alma apasionada y llena de cariño.
Serás mi esposa, hermosa, todo será como lo soñaste desde pequeña, pero también sé que desde niña pediste a Dios que te diera una vida más larga que la que tuvo Camila, es por eso que sé que no puedes ni vas a morir, no me vas a dejar solo, lo siento en el alma, te amo, mi dulce niña- mujer.
Los chicos del orfanato estarán en la iglesia, será mi sorpresa, el director dio el permiso, también asistirá, con el dinero que has donado, tendrán todos ropa nueva y  mucho más, pero  no es lo que quieren, ellos sueñan con verte regresar, sana, radiante, y sé que ese momento va a llegar.

__
Entregados al abrazo, los labios se apresan, en un beso que  como el primero sabe a amor, que enamora más aún, las miradas descaradamente viajan a los labios antes que al cuerpo, cautivados con y en ellas, llegan los besos, me embriago en el aliento, ardo en el fuego de los labios que pasean y muerden los contornos, la lengua en la  mía me roba el aliento, el aire y el sabor me embruja sabiéndome a elixir de dioses, así sólo un beso de Guille me atolondra, me aturde, desapareciendo la mente, callando el dolor, anhelando sólo el amor saboreando el beso que me arroba el alma y por el que derrocho suspiros.
La furia de un  beso y hasta el infinito en él mi alma grita que es mi amor, en mi mente guardo el dulce recuerdo del sabor de sus labios, escucho el eco de los “te amo”, sin embargo en la batalla, los labios de él y míos quedan con cuentas pendientes.
El destino presentó el amor y el deseo y una sola razón de ser, dos corazones  que gimen como un susurro cuando sus labios  beben el sudor de mi piel, su aliento cálido es un murmullo de exquisito sabor a miel, y lo dejo embrujarme, sutilmente con su aliento, que es la primera caricia alada que rodea y dibuja mis contornos, esquinas y recovecos, al besar los labios, enciende más la pasión, y las ansias mutuas nos unen, la perenne ilusión de amarnos hasta perder la razón, arrullando el corazón. Es lo que hicimos y no hicimos. Encontramos nuestros deseos y emociones, el ruido del amor es el latido de nuestros corazones en cada sentido  y percibo el desespero, lo siento, en su boca y mis labios. Lo siento en el sincrónico vaivén de umbrías, la oscuridad se desvanece en el momento de amarnos, veo el horizonte claro, el pretérito se rinde al presente, y el futuro flamea ente mis ojos nublados, cuando siento que disparados estamos por llegar al infinito, nos deshacemos en polvo de estrellas, y  él, yo, mi yo…  no somos, no estamos,  hay luz, es luz, es sólo amor, es el uno, es comunión, y amalgama… es el mismo ser.

Guille fue la magia del amor que llegó a mi vida hace  mucho tiempo, entonces no era posible, hoy es el amor que imaginé hace mucho tiempo, amor que no creí ya que existiera, casi sentía que quedaría como un bello cuento, como una primavera en medio de mis inviernos, como el cántico del cielo divino o como aperladas gotas de lluvia fresca...como el mágico fulgor de  lucero que miré solo por años en que viví atrapado en tormentas solitarias, que me llenaron los poros y el alma de tristeza, pero en mi mente, brillaba la esperanza del tierno amor  que imaginé  y conocí un lejano día. Y allí mi sueño me mantenía, paciente y anhelante, mi corazón adivinaba, y percibía...que en el futuro, el amor vendría radiante. Como el tesoro al final del arcoíris que premia siempre  la constancia, y la paciencia. Y así llegó ese día en el hotel, deslumbrante como vivió en mis recuerdos, me abrazó y destrozó la tristeza, mi amor soñado desde aquella guerra, o quizá desde siempre y para siempre, el que llegó a curar heridas de ambos de ese pasado infame, el que hoy anestesia el dolor por el de mi hija cuando me miro en la luz de sus ojos, y a diferencia del espejo allí encuentro el reflejo real de mi ser, el amor que me llenó de regalos como de caricias, soles y eclipses de lunas nuevas, expansible pupila de blancos y negros, rayos difusos, azul profundo, verde llanura. Su firmamento es mi sensual atmósfera estampando en el cielo ámbares citrinos, destellos, hilos de sedas, entrega total.
__Siento en su cuerpo, formas y espacios, proyección de planos de esencias de estrellas, sentires armoniosos de amor y pasión… perpendiculares cumbres de su insinuación. Su boca  me sabe a mieles del bosque cristalino, donde mis rocíos de otoños, destilan a fuego lento diamantes de amor, nos abrazamos en silencio… en un ser.

 Nordelta, Viernes, 21 de abril de 2017.

Gaby y la abuela vistieron a Dayana, con el vestido que usó en Chile,  en el lejano y feliz día del compromiso, yo como ella me puse el mismo traje, Pedro y mi papá usaron trajes negros, con camisas blancas, no  se hizo fiesta, sólo luego de irse el juez, almorzaríamos en familia, pero Dayana quiso que nos casaran en el jardín, aún el día a mediodía era cálido, y allí pese a la delgadez la vi en su angelical belleza, cuando Pedro empujó la silla de ruedas, aunque la enfermera lo seguía de cerca, y hasta el médico había sido invitado.

“Mi padre está hermoso, pese a lo que estamos pasando en la casa, se siente el amor que añoró por años, lo mismo que se ve en el rostro de Pedro, que no tiene hoy las huellas del llanto.
Sólo nos acompañan Gabriela, Alberto, los abuelos, Marcos, Isabel, y el personal”.

“Gaby y Alberto están emocionados, todos intentamos al menos por hoy pensar en que es el casamiento soñado, mas la nena en la silla recuerda que no lo es. Agradezco que mis padres se encuentren a mi lado, pensar que en Chile apenas los veía, sin embargo quisiera que Dayna en un momento así tuviera a su mamá presente, aunque quizá en este momento la siente en ella más que nunca.
Camila, mi querida bella niña, no te lleves a nuestra hija, déjala junto a nosotros, déjala con Fabián, permite que tenga muchos niños como soñó, no te la lleves, por favor”.

“En el jardín improvisamos con un escritorio el salón para la ceremonia, no usamos esmoquin, no hubo despedida de solteros, en verdad deseamos estar pegoteados casi todo el tiempo, y si algún día Dios nos concede la dicha de saber sana a Dayana, entonces sí, quizá renovaremos votos, y echaremos la casa por la ventana.
Pedro, mi pedro querido, está tan bello que su sonrisa  cuando la obsequia baila y duele,  lo amo tanto que ni siquiera recuerdo cómo fue  el momento en que me casé con Juan, el  difumina el pasado, desvanece a otros, aleja las sombras, ilumina mi alma, pero sé  que  tiene una herida mortal que es la mía, y duele por igual”.

__ Señor Doctor Pedro Daniel Beggio,  ¿acepta por esposo al señor doctor Guillermo Graziani?
__Sí acepto. __ Lo miré con los ojos anegados.

__Señor Doctor Guillermo Graziani. ¿Acepta por esposo al señor Doctor, Pedro Daniel Beggio?
__Sí, acepto.

 “La jueza nos sonrió, miramos a la parejita, Fabián estaba acuclillado a la altura de mi niña, se me encogió el corazón, pero sin embargo ellos estaban felices”.
Por el poder que me confiere la ley, los declaro formalmente casados, firmen el libro, los testigos y ustedes.

El beso llegó, y dijimos algo más…
__Mi amor te entrego el todo en un sólo beso, beso que ardiente  guardarás sobre tu boca, y llenarás con tu amor mi alma y por tu alma siempre seré amado. Se llenará la tierra de movimientos, eructará el volcán, rugirá como trueno, las aguas del mar se desbordarán a los ríos y éstos anegarán con sus aguas los desiertos.  Y te seguiré amando, sin guerras o hasta más allá de la muerte, desde siempre, para siempre Guillermo Graziani.

__ Mi amor guardo en tu boca con mi beso la pasión tierna que será como un arrullo que tu alma y mi alma llenarán de besos, llenaremos nuestros cuerpos de caricias estaremos felices con este amor. No importa que nadie nos entienda, que nos miren con envidia o desprecio, disfrutaremos este amor sólo nuestro y brillará en nuestros ojos, en las miradas. Se encenderá el color del cielo, y beberemos del cáliz del amor que destilan tu amor y mi amor. Te amo desde siempre y para siempre Pedro Beggio.

Cuando los aplausos llegaron luego de las firmas,  las lágrimas empezaron en Cuca, nos embargaron a todos, posamos la mirada en ellos, estaban unidos en la mirada hilvanada, lejos habíamos estado casi veinte años atrás de conocer cómo hilos invisibles estaban atando el destino, no sólo el nuestro, sino el de ellos, como remoto era hoy el devenir de Dayana.

__Hijo, me siento muy orgulloso de vos, tu madre, lo estaría seguramente.
__ Yo también pa, estoy orgulloso  de vos.

Y era la primera vez que sentí que  Fabián lo estaba realmente. Cuca sentada en las sillas que improvisamos detrás del escritorio como butacas, como los padres de Pedro se secaban los ojos, y Dayana con Fabián eran los más enteros.
Gaby estaba con ellos, apenas disuadía al llanto de no hacerse evidente, sostenida por Alberto, que era su pilar desde siempre.
Las fotos se dispararon, y ellos, nuestros hijos como la primera vez, decidieron ser quienes las subirían a los perfiles de Face.

Sábado 22 de abril de 2017.

“Tal y como ella había deseado, la iglesia estaba abarrotada de gente. En la nave había  más personas, y más que esperaban al otro lado de las puertas.
Dado que decidimos casarnos con escasa antelación, con las invitaciones por Face, no tuvimos demasiado tiempo para preparativos, igualmente Gaby, Beto, y los abuelos se habían ocupado de que no se notara. Las flores colgaban de cintas bordeando la alfombra, la gente se tomó el día libre con el fin de aportar su granito de arena para que fuera un día especial, aparecieron amigos de años de mi viejo y de Pedro, y hasta los compañeros de Dayana de Chile que pudieron estaban allí, simplemente mostrándonos el apoyo con su presencia.

“Estoy parado con mi papá a mi lado que está junto a Gabriela, ella está hermosa, él guapo, tiemblo sin recordar siquiera que ella no es la nena mujer que me cautivó en Chile, hoy ya es mi mujer, y quizá pueda escurrirse de entre mis dedos, aunque Dios me dice que la dejará con nosotros, que llenaremos de nietos la casa del Delta.
Todos los ojos se humedecieron cuando sonó la música que acompañó la entrada, ella quiso el casamiento tradicional, la marcha nupcial, el órgano de tubos, el coro, el Ave María.
A pesar de que estaba muy débil y de que llevaba semanas sin levantarse de la cama, insistió en recorrer el pasillo andando  hasta el altar,  tomada del brazo de su padre. ¡Cacho de suegro que tengo!, es un avión, lógicamente que mi padre lo ama, pero también yo lo amo a la par, y lo siento en parte y pese a la edad otro papá.

“__Es muy importante para mí, Fabián __dijo Dayana cuando decidió entrar así__. Es parte de mi sueño, ¿recuerdas?”
Y a pesar de que todos pensamos que no sería posible, simplemente asentí. Su acto de fe no dejaba de maravillarme, aunque al verla el corazón se me salía por la boca, en parte por la emoción, parte por el susto, mas allí estaba mi roca, mi padre, como estuvo siempre, desde la muerte de Ana, siempre juntos, en las buenas y en las desesperadas, como estuvo para ella siempre Pedro, y quizá Camila desde otro plano, tal vez cercano.
Había planeado llevar el vestido que había usado Camila, sin saberlo que lo usaría tan pronto fue Gaby la que con sus indicaciones lo buscó, lo desembaló, y le hizo una prueba, era el único vestido blanco disponible, y era el deseo de la madre.
Llevaba el pelo recogido, no lo había cortado, pese a la caída, se lo veía bello, y las mechas que quedaron sueltas iban adornadas con flores pequeñas  del tipo de las del ramo. El vestido de encaje bordado en piedras, le quedaba holgado, pero el cinto que ataba la cola, ceñido en la cintura lo disimulaba, y cuando la vi aparecer, mi padre depositó una mano fuerte sobre mi hombro, mientras permanecíamos de pie junto al altar.
Las puertas se abrieron y la vi, creí que caería, sentada en su silla de ruedas, con una enfermera a su lado. Con todas las fuerzas que le quedaban, logró ponerse de pie, el corazón se saltó un latido, ayudada por Pedro. Acto seguido lo miró emocionada, se aferró de su brazo y ambos empezaron a recorrer lentamente avanzando por el pasillo central, todo el mundo en la iglesia permaneció en silencio total. A mitad del pasillo, Dayana pareció perder súbitamente las fuerzas, estuve a punto de lanzarme a correr, pero papá me detuvo, se  quedaron quietos para tomar aliento. Ella entornó los ojos. Por un momento pensé que no sería capaz de continuar avanzando. Sé que sólo pasaron segundos pero para mí fue la misma eternidad, hasta que asintió con un leve movimiento de cabeza, y creo que todos soltaron el aire que estaban reteniendo, tras aquella señal reemprendieron la marcha. Mi corazón se hinchó de orgullo, era indescriptible el amor que le profesaba.
Recuerdo que en esos momentos pensé que aquel recorrido, aquel paseo hasta el altar, era el más difícil que nadie tendría que hacer jamás, en todos los sentidos quizá lo fue.
La enfermera había llevado la silla de ruedas hasta el altar por uno de los pasillos laterales mientras Dayana y Pedro avanzaban hacia mí. Cuando ella llegó a mi lado, se oyeron susurros de alegría y todo el mundo se puso a aplaudir espontáneamente, mi corazón brincó, como sin que pudiera saberlo, fuese la primera señal antes que cualquier análisis de que esa maldita enfermedad estaba dándose por vencida.

La enfermera colocó la silla de ruedas en posición adecuada, y ella volvió a  sentarse, exhausta pero sonriendo, y de igual modo me arrodillé para ponerme a su misma altura,  los padrinos hicieron lo mismo, me emocionó ver a mi padre arrodillado frente a un altar. Pedro la besó en la mejilla, y el sacerdote tomó la Biblia para iniciar la ceremonia, se veía gigante ante el resto arrodillados, pero no nos importó, al parecer creo que se obligó a concentrarse en un papel más distante para llevar a cabo la ceremonia. Pero se debatía en silencio, hasta que para sorpresa de todos también decidió arrodillarse,  mientras sólo un diácono permaneció de pie.
Dayana sonrió, busco mi mano y la de su padre, y las unió entre las suyas.

La ceremonia fue la tradicional, leyó el pasaje de la Biblia elegido por ella. Consciente de lo débil que estaba, pensé que pediría recitar los votos de inmediato, pero Pedro sorprendió a todos. Posó la mirada escocida en su hija, la llevó a mí, a papá y otra vez a nosotros, como buscando las palabras huidizas.
Se aclaró la garganta, y alzó la voz para que todos pudieran oírlo.

__Como padre, se supone Fabián que tengo que entregarte a mi hija, pero no estoy seguro de que sea capaz de hacerlo.

La gente estaba en silencio, Dayana me apretó la mano para darme su apoyo, papá me pidió con la mirada paciencia.

__No puedo entregar a Dayana, padre, ni al mismo Dios, de la misma manera que no puedo entregar mi corazón. Pero lo que sí puedo hacer es dejar que otra persona comparta la alegría que ella siempre me ha dado. Que Dios los bendiga a los dos.

A continuación sí, el sacerdote leyó los votos, dimos el sí emocionados, tomé de la mano a mi niña mujer y nos invitó a recitar los votos.
Sabiendo que ella apenas podía hablar, dejamos los tradicionales, mi padre me entregó el anillo  y Pedro se lo dio a su hija, los deslizamos por los dedos mirándonos, mientras el sacerdote nos miraba atentamente intercambiar los anillos.

Cuando terminamos y calló el Ave María, nos declaró, marido y mujer. La besé con ternura al tiempo que empezaban muchos a romper a llorar, luego sostuve la mano de Dayana entre las mías. Ante Dios ya y ante todos los invitados, había prometido amarla con devoción, en la salud y en la enfermedad. He de confesar que nunca me había sentido tan bien conmigo mismo como después de aceptar aquel compromiso, siempre lo recordaré como el momento más maravilloso de mi vida.
Cuando salimos de la mano, ella en la silla, aspiré el aire cálido aún, sonriendo sereno, lejos del Fabián de meses atrás, elevé la mirada al cielo, consciente de que aún creo que, a veces, los milagros suceden.
Detrás estaban nuestros padres, que superando la distancia, otros matrimonios, venciendo a la muerte en la guerra, caminaban de la mano, unidos en matrimonio gay, y nadie murmuró ni se sintió con derecho a juzgarlos, como nadie se burló de que mi esposa estuviese saliendo de la iglesia sonriendo en una silla de ruedas.

El lunes, seguiría la batalla, sin embargo creí ver en la iglesia, un guiño celestial… un guiño del mismo Dios”.



CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.

17 comentarios:

  1. Olga Bella! En la soledad encontre el mas profundo Amor!!!

    ResponderEliminar
  2. Monica awwwwww que belleza de obra, triste mas divina.

    ResponderEliminar

  3. Flor me encanto y mas la ultima frase 💕💕💕💕💕 gracias por tan bellas lineas

    ResponderEliminar
  4. Sonia Qué bello es expresar con gestos lo que no se puede decir con palabras muy hermoso

    ResponderEliminar
  5. Tere HERMOSO PERO TRISTON PERO ASI TAMBIEN PASA EN LA VIDA

    ResponderEliminar
  6. Ana Bonito pero la vida és corta ,hay q disfrutarla lo mejor posible,hoy estás,mañana no se sabe

    ResponderEliminar
  7. Maria De La Luz Estrada Tapia Gracias Eve saludos un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Sol Urvino Fueron dos ceremonias tan atipicas como emocionantes, EVE, como pocas veces he leido. GRACIAS, UN BESO.

    ResponderEliminar
  9. Maravilloso Eve, tan emocionante que como te podés imaginar terminé de leer con las lágrimas cubriéndome el rostro...Y sí, seguramente que el milagro ya comenzó...Bellísimo !!!

    ResponderEliminar
  10. Una historia emocionante,bella plasma el amor de manera única fortaleciendo las esperanzas, un momento mágico a pesar del dolor,sublime Eve SOS insuperable gracias por tanto te quiero :) !!!

    ResponderEliminar
  11. Fuerte duro pero tierno a la ves, lleno de amor.

    ResponderEliminar