¿ERES
TÚ?
“Cada
vez que te vayas de vos misma
no olvides que te espero
en tres o cuatro puntos cardinales
siempre habrá un sitio dondequiera
con un montón de bienvenidas
todas te reconocen desde lejos
y aprontan una fiesta tan discreta
sin cantos sin fulgor sin tamboriles
que sólo vos sabrás que es para vos
cada vez que te vayas de vos misma
procura que tu vida no se rompa
y tu otro vos no sufra el abandono/
y por favor no olvides que te espero
con este corazón recién comprado
en la feria mejor de los domingos
cada vez que te vayas de vos misma
no destruyas la vía de regreso
volver es una forma de encontrarse
y así verás que allí también te espero”.
no olvides que te espero
en tres o cuatro puntos cardinales
siempre habrá un sitio dondequiera
con un montón de bienvenidas
todas te reconocen desde lejos
y aprontan una fiesta tan discreta
sin cantos sin fulgor sin tamboriles
que sólo vos sabrás que es para vos
cada vez que te vayas de vos misma
procura que tu vida no se rompa
y tu otro vos no sufra el abandono/
y por favor no olvides que te espero
con este corazón recién comprado
en la feria mejor de los domingos
cada vez que te vayas de vos misma
no destruyas la vía de regreso
volver es una forma de encontrarse
y así verás que allí también te espero”.
Irse.
Mario Benedetti.
Mario Benedetti.
MINISERIE.
CAPÍTULO
PRIMERO.
23
DE DICIEMBRE DE 2016.
Bs.
As. Palermo.
En
el alto Palermo shopping, Pedro Daniel Beggio y su colega y amigo Matías
Olazábal desayunaban relajados por el receso de la víspera de Nochebuena en el bufete de abogados donde trabajaban desde
años atrás, aunque irían a cerrar algunos casos.
__ ¿De
verdad que el insulso de Nazarre está saliendo con Diego?
__Ya
te lo dije, Matías, confirmado _contestó Pedro saboreando una medialuna__. Los
vi en el club cuando fui a correr, pasó a buscar a Diego y lo saludó de manera
significativa e inequívoca.
Matías
tras dar un mordisco a la tostada que tenía en las manos susurró:
__ ¡Qué
fuerte! Lo que nos espera a nosotros, entonces.
Pedro
y Matías disfrutaban de los últimos
chismes del año cuando se percataron de que se les hacía tarde. Llamaron
al camarero y, después de pagar sus desayunos, se encaminaron hacia la salida.
Llegaba
Navidad. Una época adorada por muchos, pero que a Pedro especialmente no le gustaba, lo entristecía
demasiado. Sólo en su infancia había creído en la magia de la
Navidad, hasta que un día de diciembre de diez años atrás, un accidente en medio de una evacuación masiva tras un terremoto en su país natal, Chile,
le había arrebatado a su único hermano y a su cuñada, dos años más tarde, una
enfermedad se llevó a su padre. Eso había terminado con la magia, y, en
especial, con sus creencias.
Cuando
salían del centro comercial, un enorme Papá Noel los paró y, tendiéndoles una
gorra, les dijo con una amplia sonrisa.
__!
Feliz Navidad! Una ayudita para cumplir con los deseos navideños de los más
necesitados, por favor.
Pedro
negó con la cabeza molesto, pero al ver su amigo sacaba la billetera, decidió
imitarlo. Tras echar dos billetes de cien pesos en la gorra ésta se iluminó.
Aquello lo hizo sonreír, y el Papá Noel, dijo:
__
Ahora deben pedir un deseo de Navidad.
Los
jóvenes abogados se miraron, y un
divertido Matías preguntó:
__ Esta modalidad de pedir deseos es nueva,
¿verdad?
El
Papá Noel de turno asintió, entonces Matías añadió alegremente:
__Deseo
un chico lindo, piola y con mucho dinero que se vuelva loco por mí y quiera
casarse conmigo el año que viene para el Día de San Valentín en Venecia o en
París.
Pedro
sonrió al escucharlo, y Matías devolviéndole la sonrisa agregó:
__Para
pedir un deseo lo pedimos en grande o nada, y no hay nada más romántico que
casarse en esas ciudades un 14 de febrero.
El
Papá Noel de turno sonrió, y mirando a Pedro, preguntó:
__ ¿Y
tú qué deseo tienes?
__Salud __dijo a desgano Pedro suspirando.
__ Pero,
Pedro, la verdad, eres más desabrido que Franco para pedir deseos __le
recriminó mirándolo con la sonrisa en los ojos claros__. Pide algo diferente,
realmente increíble, algo que te gustaría que ocurriera.
Estás
sano que yo sepa, y no tienes edad de enfermar.
Si
no crees en príncipes azules y toda su parafernalia, pide un lobo feroz, un
dragón, un león o algo así, que al menos te comerá mejor.
__
Vale… Deseo ver sonreír a mi madre, y que mi sobrino olvide sus limitaciones.
Y, venga, ya de paso un lobo feroz, o un ogro para mí.
El
hombre les hizo un giño, risueño, y antes de alejarse dando cómicos saltitos,
dijo:
__
Que la magia de la Navidad les conceda sus deseos, amigos.
__
Media
hora después y ya en sus puestos de trabajo, Pedro, mientras miraba por la
ventana, se quejó:
__ ¡Dios! Quisiera vivir en Estados Unidos, en
Europa, ver nevar y no este sol que parte el pavimento.
¿Por
qué justamente hoy tiene que arder el asfalto?
Matías
que estaba en su sillón estudiando un expediente que acababa de cerrar en
Tribunales antes de la feria judicial, se quitó los anteojos y mordisqueando la
montura lo miró, se puso de pie, y se acercó a la ventana por la que Pedro
estaba mirando la calle.
__ ¿Qué
esperabas preciosura? Estamos en Navidad, en verano.
__
¡Maldita Navidad y maldito verano! Este
calor debería existir sólo para los que están en la costa, no para las ciudades
como ésta, menos en días así, con ese
lío de gente caminando y en los coches, hoy no llegaré a mi casa ni a mil por
hora.
__!
Epa!.. Rey del drama, ¡no exageres!
__
Te lo digo en serio… No sé conducir en esta ciudad pese al parecido con
Santiago con este tránsito, menos si
esos nubarrones que amenazan con caer encima se deshacen en agua. Manejo
bien, pero en este caso seguro que me doy un porrazo.
Ante
las palabras y el gesto simpático de Pedro, Matías tuvo que sonreír. Si alguien
conocía bien a Pedro, ése, era él. Llevaban trabajando en el bufete de
Baunes juntos cinco años, y el mismo
tiempo hacía que intentaba llamar la atención sin éxito de su colega, amén que
se habían contado sus vidas de punta a punta, a los treinta y cinco años, les
había pegado diferente.
__Tranquilo,
hombre... Verás que no va a llover, y que pronto el tránsito va a menguar, ya
muchos saldrán para la Costa, en horas las calles estarán calientes pero vacías. Y a lo sumo caerá una
llovizna.
__
Justamente, están como locos para escapar hacia la Costa. ¡Odio estas fechas!
__se quejó Pedro, sentándose frente a su escritorio__. Por mí no saldría de
acá, pero ya sabes lo que me espera en casa.
Sin
decir más Matías suspiró, y observándolo mientras ordenaba unos papeles, supo el porqué del
malhumor del amigo otrora siempre jovial y alegre con todos. En esa época del
año, mientras la mayoría cantaba y bailaba, Pedro revivía el drama ocurrido
tiempo atrás con sus seres queridos.
En
los últimos años, Matías había intentado que su amigo retomara su vida. Pero no era fácil. De la
noche a la mañana, siendo independiente,
le habían caído cientos de obligaciones que se había empeñado en cumplir,
además de la madre y el sobrino, en principio a su loft en Chile, más tarde en su traslado a Argentina, siguieron
a su lado en su Casa en Tigre.
__Pásame
los expedientes del escritorio, que los archivo __le pidió Pedro justo en el
momento en que comenzó a sonar el tono de su móvil, era su madre, Amalia.
__!
Hola, madre! Soy yo, Pedro.
Al
reconocer la voz de su sobrino Agustín, sonrío.
__!
Hola campeón! ¿Qué pasa contigo?
Al
nene le encantaba que lo llamara Champion
o campeón.
__Pedro,
dice la abuela, que te pregunte si cuando regreses a casa, me llevarás a la
Iglesia o a la librería para darle mi carta a Papá Noel. No quiero que se le
olvide traerme el juego para la play… y el perrito.
__Tranquilo,
mi niño. Papá Noel es muy inteligente y, seguro que no se le olvida. __Pedro
sonrió al pensar que ya tenía diez juegos guardados en su vestidor para la play
__. En cuanto a la mascota, Papá Noel sabrá si traerlo o no, en verdad no veía
posibilidades de que alguien lo cuidara en la casa, pensó.
__Pero yo lo quiero tío. Todos tienen.
__Lo sé mi niño, lo sé. Veremos, ¿vale?
Agustín llevaba años pidiendo el perrito,
Pedro no podía dárselo. Su madre se negaba a salir de la casa sola, el niño era
demasiado pequeño para pasear un perro sin la compañía de un adulto, y él, con
el trabajo y las obligaciones, no tenía tiempo de ocuparte de un animal.
__Pedrito,
¿me llevarás con Papá Noel? __insistió Agustín.
__
Campeoncito, con este día, creo que me voy a demorar. Además en la tarde unos
pintores irán a la casa, y…
__
Porfiii, tío. Porfiiii…
Oír
la vocecita de su sobrino, al que adoraba, le llegó al corazón. Desde que su
hermano había muerto, él había tomado
las riendas de la vida del sobrino, no tenía abuelos maternos, y su madre,
estaba afectada por lo mismo que el nene. Siempre había intentado hacer lo
mejor para y por él. Había pasado de ser un chico gay alocado que se divertía
con los amigos en el club, haciendo muchos deportes y en boliches, a ser el
abogado responsable que tenía antes que nada que cuidar de su madre y de un
niño introvertido con problemas de autoestima. Sólo se había dejado la
posibilidad de correr, por ello en parte se había mudado a la casa del Delta,
para correr, una hora por la ribera a la mañana antes de comenzar el día de
trabajo, y con suerte nadar un rato al regresar, las más de las veces con su
sobrino.
__Intentaré
llegar pronto, mi lindo.
__ ¡Yupi!
Te quiero, tío. Eres el mejor del mundo.
__Soy
el único que tienes __contestó sonriendo, y tras oír el sonoro beso que su
sobrino le envió a través del teléfono, escuchó la voz de su madre.
__
Hola, hijito. Cuando salgas, ¿vendrás
directo a casa, verdad?
__Lo
intentaré. Madre. Lo intentaré. __Resopló al sentirse presionado.
__
Es que he visto los nubarrones, y, bueno, ya sabes que me angustio por todo. Y
luego está el nene, que quiere ir a dejar la carta y…
__No
te preocupes madre, intentaré llegar a tiempo. __Pedro suspiró soplándose un
mechón rebelde del pelo que le caía en el rostro__. Por cierto, ¿has tomado los
remedios, has comido bien y has
pedaleado al menos media hora?
__No,
tesoro. Ya sabes que por la mañana no me pasa el desayuno, y que no tengo
energía para pedalear.
__Madre,
tienes que desayunar. La doctora te ha dicho miles de veces que para la
medicación que tomas debes hacerlo. ¿Acaso lo has olvidado?
__No,
Pedrito, pero no me entra, hijo.
__Mamá,
a ver __resopló malhumorado__, hay tres cosas que tienes que hacer. La primera
tomar la medicación, sobretodo la de la hipertensión, segundo desayunar bien y
tercero hacer ejercicio. Si no quieres o no puedes salir de la casa, al menos
usa la bicicleta fija, ¿para qué la he comprado? Tu cuerpo lo necesita, y…
__
¡Vida mía!, no me atosigues. Y no comencemos con lo de siempre.
__!
Madre! Me das más trabajo que el nene.
__Vale,
hijo…, no te pongas pesado. Ahora tomaré una taza de leche y ya, y haré bici a la tarde mientras veo en le
televisión la novela.
__Mamá,
la leche sola es para los bebés, no para ti, debes tomar un desayuno completo,
y pedalear ahora y a la tarde.
__
Que no, hijo, que no me pasa nada más en la mañana, hasta el mediodía tengo el
estómago cerrado, y apenas tomo los remedios necesito regresar a la cama, ya
sabes que duermo otro rato __protestó Amalia, e intentó desviar el tema __. Por
cierto, acabo de llamar al consultorio para pedir turno con mi doctora para
mañana por la mañana.
__ ¿Mañana
veinticuatro de diciembre? ¿Te sientes mal acaso?
__Bueno,
no. Pero tomo quince remedios y necesito recetas antes que me quede sin
ninguna. Ya sabes que me pongo nerviosa cuando se están por terminar.
__Madre,
he revisado los remedios, y tiene para todo enero, justamente pensando en que
Camila tomará vacaciones, miré. ___Pedro resopló sin mirar a Matías, sabiendo
que estaría con expresión de reproche.
__Un
mes pasa rápido, Camilita puede tomarse más tiempo de vacaciones y no me
arriesgaré a quedar sin remedios __dijo la mujer.
__Madre,
que tampoco ella es la única médica de la ciudad.
Pedro
quiso gritar, decirle a su madre que necesitaba un espacio, que alguna vez
había vivido solo y feliz, que lo dejara respirar, pero en lugar de eso
murmuró.
__
Escucha, mamá: Mañana es Nochebuena, pensaba ir a cortarme el pelo, debo cerrar
los casos porque empieza la feria y llevar el coche a lavar…
__!
Pedro…! __lo interrumpió la mujer, alterada___, no me irrites que sabes que
rápidamente se me dispara la presión, y no quiero recordar más que por el nene
la fecha.
___Mamá,
no empieces con tus cosas.
Pero
como siempre, se oyó el tomo lastimero y, con el corazón en un puño, Pedro
escuchó.
__No
entiendo por qué te molesta tener que llevarme al consultorio, si sabes que con
la única persona que salgo de casa es contigo, con el único que subo a un
coche. __ La mujer sollozó___. No tengo a nadie más. ¿A quién se lo voy a
pedir? ¿Con quién iba a salir a la calle si no es con mi hijo?
Con
resignación, Pedro ya estirado con las piernas elevadas, escuchó las desdichas
de su madre __algo que oía día sí, día también___, y tras conseguir
tranquilizarla antes de colgar, murmuró ante la sonrisa con sorna de Matías.
__De
acuerdo, mamá… Te llevaré a que veas a Camila, así te quedas tranquila hasta
que regrese de vacaciones, sólo espero que hagas caso a lo que te indique.
Tranquila.
Sin
perder un segundo, Matías que había escuchado la conversación, con gesto de…
“otra vez”, habló:
__Vaya…,
veo que Amalia sigue sin darse cuenta que necesitas vivir tu vida. ¿Hasta
cuándo va a durar esto, Pedro? ¿Por ella no aceptaste salir conmigo? ¿Hasta
cuándo se lo vas a permitir?
Pedro no respondió. Prefirió callar. Sabía que
más allá del dolor de perder a su padre, y a un hijo, su madre era manipuladora
e hipocondríaca desde siempre, pero justamente, le había inculcado la culpa
desde nacer, y no estaba dispuesto a cargar con esa mochila.
__Pedro,
por cierto, unos amigos, y yo iremos Nochebuena y Nochevieja a una fiesta en un
country. ¿Te apuntas?
__No.
Cenaré con mi madre, mis sobrinos y mis tíos, no saldré.
__Vaya
planes __se mofó Matías al escucharlo. Y al ver que Pedro no se daba por aludido,
soltó __. ¡No me embromes, hombre! ¿Cómo que no vas a venir? En tu casa no
festejan nada. La fiesta estará lleno de guapos famosos y ricos, más buenos que un churro, ¿y no vas a venir?
__No
me apetece.
__Venga,
ya… eso no te lo crees ni tú, ni borracho. Dime mejor que no vienes, porque te
sientes en la obligación de cuidar de tu madre y del enano. __ Pedro no
respondió, y Matías suspiró y prosiguió. Pero bueno, ¿me vas a decir que
quedarte en la casa jugando a la canasta con ellos es mejor plan que salir con
nosotros?
__Sí, a mí en este momento los guapos ricos
engreídos famositos me parecen más
insustanciales que jugar a la canasta, Matías. Vamos, que no me pueden aportar
nada bueno, excepto más problemas.
Incrédulo ante la respuesta, Matías contestó
elevando el tono de voz.
__!
¿Te has vuelto loco?! Tienes treinta y pico de años.
__Sí,
rematadamente loco.
Con
el ceño fruncido, Matías se levantó y volvió a su sillón. Una vez allí tomó su
lapicera y apuntó a Pedro, dijo con afectación.
__Lo
asumo, eres un caso perdido. ¡El rey del drama! Perdiste la cabeza con tantas
responsabilidades y no las has vuelto a recuperar. Y me da igual lo que
digas. No lo entiendo. Como menos
entiendo que no salgas de vacaciones, que quieras perderte la fiesta, y mucho
más la que organizaremos para Nochevieja,
donde puedes conocer a hombres interesantes ya que no me eliges, a tipos que te
halaguen y te hagan sentir bien.
Al captar
el dramatismo que destilaba la voz de su amigo, finalmente, Pedro mirándolo
sonriendo, murmuró:
__Ya,
no te pongas así. Ya sabes que a mí esas fiestas llenas de creídos no me
gustan. Prometo salir con ustedes para Reyes, ¿vale?
__ ¿Adónde? ¿A la cabalgata de los reyes con tu
sobrino? Con un poco de suerte, Melchor se sentará en tus piernas y te dará
azotes por ser tan malo.
La
ocurrencia hizo que ambos soltaran una carcajada y se sintieran más tranquilos,
__!
No digas tonterías, por Dios!
__Matías,
no te pongas así __lo exhortó, Pedro__. Quizá ésta sea mi vida, y no haya nada
más que esperar.
__Tú
dices tonterías, esta vida como le llamas, no se parece en absoluto a la que
llevabas antes…
__Mi
vida no es fácil, Matías. Ya sabes que llevo una mochila sobre mis espaldas que
no estoy dispuesto a dejar de atender por ningún machoman, por muy guapo y rico
que sea.
__Mira,
sólo te voy a decir una cosa, hoy eres joven, precioso, pero aun así los
hombres con cerebro o sin él no van a ir
a buscarte a tu casa, por tanto como no ocurra un milagro y ese hombre te salga
en un billete de lotería o de sorpresa en el huevo de Pascua, no sé dónde irás
a buscarlo.
__Vale,
Matías… corta el rollo que te conozco __se apresuró a decir Pedro sonriendo al
ver al ver que el otro iba a comenzar con su tabarra habitual. Y para cambiar
de tema, ¿sabes que hoy me van a dar un presupuesto para pintar la casa?
__!
Emocionante! __Se mofó Matías, mientras
comenzaba a teclear en el ordenador.
__
A
las dieciocho horas, Pedro en su Sonic azul, circulaba por la Panamericana.
Como era de esperar a paso de hombre, había mucho tránsito, y a causa del calor
y del apuro por huir a countries y a la costa la gente iba atontada. Tras arrancar
y frenar varias veces, optó por cambiar de música, se puso un cedé de café Tacuba, y se puso a cantar
“eres”, que le gustaba.
El
agua del cielo empezó a ser, y maldijo al tiempo que cruzaba un semáforo en
amarillo. De pronto, varios coches que circulaban delante de él, chocaron en
cadena, y él frenó. Salvó el golpe. Pero al mirar por el espejo retrovisor
intuyó que el impresionante mercedes negro que como él se había saltado el
semáforo en amarillo no podría frenar. Asustado, se agarró con fuerza al
volante, quitó el pie del freno como había oído y esperó con los ojos cerrados
el golpe, a aquel vehículo que lo embistiera por detrás. Y así fue. Su coche se
desplazó unos metros tras el brusco golpe. Con las pulsaciones a mil se quedó
de piedra.
__Señor,
¿está bien? __Oyó una voz profunda unos segundos después.
Como
pudo, asintió con la cabeza mientras pensaba: “Lo sabía…, sabía que este día me
la iba a jugar”.
Cuando
el hombre vio cómo sacudía la cabeza, se tranquilizó, y tras respirar aliviado,
dijo, moviéndose con celeridad:
__Deme
un segundo que ahora mismo lo saco.
Se
oyó un golpe seco al abrirse la puerta que se había quedado trabada. Enseguida,
Pedro sintió que las fuertes manos de alguien, lo aferraban para sacarlo del
coche.
La
gente que había alrededor se arremolinaba, gritaba, protestaba y maldecía
mientras él, aún asustado, se negaba a abrir los ojos. Notó que lo sentaban en
un suelo.
_Guillermo…
¿estás bien? __preguntó un hombre acercándose al que lo había sacado del auto...
__
Si, Beto, ¿vos?
__Bien…
no te preocupes __respondió, apurado.
Guillermo
escrutó al joven que había sacado del Sonic azul, y mientras se quitaba el
abrigo para colocárselo porque empezaba a llover, le dijo al amigo.
__Llama
a Marcos. Dile lo que nos ha pasado y que mande un coche a buscarnos __le
indicó__. Y de paso avisa a la grúa. El coche, tal y como ha quedado, no se
puede mover. __Tras dar instrucciones, se dirigió a Pedro__. Mírame, así sabré
que estás bien.
__No
puedo.
__ ¿Por qué no puedes? __preguntó sorprendido
y notó un acento extranjero.
__!
Dios! __dijo Pedro__. Creo que se han metido cristales en los ojos, mataré a mi
madre si quedo ciego.
Guillermo
no quería sonreír en ese contexto, pero al escuchar las cosas que Pedro decía,
al contemplar los gestos que hacía, los labios que tenía no puedo evitarlo. Miró hacia el coche, y al ver los cristales en
perfecto estado, se acercó más, y murmuró.
__Dudo
que lo que dices pueda suceder. Los cristales están intactos.
__
¿De verdad?
__Te
lo prometo, cielito lindo. Abre los ojos.
Con
un gesto desconfiado, abrió primero uno, después el otro, pero en vez de
enfocar en el hombre que agachado frente a él, lo observaba, miró su coche.
__ ¡Dios! Mi pobre auto, parece un acordeón. Y
justo hoy quedo sin coche cuando debía llevar a mi madre al médico, y al nene a
llevar la carta a Papá Noel.
¿Por qué todo
me tiene que pasar a mí?
__Por
el auto no te preocupes. El coche es un bien material, lo que vale es que estás
bien. El auto se puede reponer.
Sin apenas escucharlo, Pedro se levantó del
suelo y fue tras el mercedes negro espachurrado detrás, dijo:
__Toda
la culpa la tiene el imbécil del mercedes.
Él se ha saltado el semáforo en amarillo, casi rojo porque yo lo crucé en
amarillo y por su culpa ahora estoy así, y mi auto, peor. Estoy mareado.
__No
te muevas, por favor __le pidió Guillermo, sujetándolo __. Los del SAME ya
vienen hacia aquí y te atenderán. En cuanto al imbécil del mercedes, quizá no
le haya dado tiempo a frenar. Por cierto,
me llamo Guillermo Graziani. ¿Y vos?
__Pedro,
me gusta que me trates de tú, en el estudio el estirado de Baunes con su
formalismo me tiene harto. __Y llevándose las manos a la cara, exclamó.
__A
mi madre le dará un patatús, a mi sobrino, otro.
El
comentario a Guillermo le hizo sonreír, estaba fascinado escaneando el bello
rostro, la naricita, los ojos avellana, inmensos, el pelo alborotado, los
labios gruesos, era precioso, definitivamente arrobador.
__Al
imbécil del mercedes ha de sobrarle el dinero, le saldrá por la orejas y seguramente hoy mismo tiene otro
coche de sustitución esperándole en la puerta de una mansión. La diferencia
entre él y yo es que gasté mi dinero en la casa y no tengo para otro auto.
¿Dónde
está que quiero decirle unas cositas?
Guillermo
que hasta el momento había permanecido callado, se puso frente a él, y sin
darle tiempo a que siguiera buscando con la mirada, respondió:
__Aquí
me tienes. Yo soy el imbécil del
mercedes.
Pedro
en ese instante, sintió que la sangre se le helaba. No era tan agresivo ni
borde. Levantando la mirada hacia el hombre que había estado a su lado en todo
momento, sintió que se quedaba sin palabras. Era alto, de hombros anchos,
perfil cincelado, mentón arrogante, ojos canela y miel que tropezaron con los suyos
y se sintió desnudo, con los labios finos curvos en media sonrisa, era endiabladamente
sexy, todo él y… ¿Dónde había visto antes ese rostro?
Tribunales,
Guillermo, el penalista, Guillermo Graziani, no podía ser, el abogado penalista
mas sexy y codiciado por los hombres del planeta.
Las
miradas se encontraron, y el mundo dejó de girar, el reloj se detuvo en la
eternidad.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
Cualquier
parecido con la realidad es mera coincidencia.
Lenguaje
adulto.
Escenas
explícitas.
Elda Ramirez Que es el amor, el amor es lo que vivieron ustedes ese amor que nadie cree que puede funcionar y funciona, qué linda historia, gracias,.
ResponderEliminarJuan Yonnhy Muñoz Muy hermoso
ResponderEliminarSalvador Zuñiga Gracias Eve Mónica Marzetti
ResponderEliminarHumberto Robalino MARAVILLOSO!
ResponderEliminarPaulina Edelmira HERMOSA
ResponderEliminarMansoorali Mithani Be careful
ResponderEliminarTeruquita simplemente hermoso
ResponderEliminarElias Gracias Eve Monica Marzetti, por tus palabras y novelas ; siempre será un honor participar en vuestra página. Saludos y besos hermosa.
ResponderEliminarMaria De La Luz Estrada Tapia Muy bello
ResponderEliminarMicaela Muy bella
ResponderEliminarAbraham Gracias mil
ResponderEliminarMar Hermosa manera de escribir mi querida esa esencia tuya de plasmar los sentimientos encontrados entre el sentir de el corazón de la para no solamente el sentimiento de uno... magnífica y única es tu escritura mueves las emociones
ResponderEliminarMabel me encantó Eve Monica Marzetti!!
ResponderEliminarGladis Gracias... precioso
ResponderEliminarPatricia Bellísimo!!!
ResponderEliminarVictoriaHermoso y apasionante
ResponderEliminarOlga Muy bello relato. Maravilloso
ResponderEliminarUn comienzo accidentado auténtico Eve, el destino que propone el encuentro y el tiempo se detiene, fascinante genia gracias por escribir te quiero :) !!!
ResponderEliminarPrecioso comienzo Eve, promete ser una bella historia de amor...
ResponderEliminarSilvia Colases Me gustó mucho esta nueva historia. Te felicito Eve!!
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Que bueno Eve que estas tan enganchada en los fics... como podes escribir todos al mismo tiempo?.... De verdad admirable.... Espero que no sean demasiado tristes, ya que para eso tuvimos el final de la novela.... Gracias y de verdad admirable tanta impaginación....
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Lo lei y arranca muy linda historia... gracias por compartirla
EliminarHermoso capítulo!!!! Ya quiero saber como sigue.
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