"LA CÁTEDRA".
CAPÍTULO TREINTA Y UNO.
Canción para los días de la
vida. Luis Alberto Spinetta.
“Este día empieza a crecer
voy a ver si puedo correr
Con la mañana silbándome en la
espalda
o mirarme en las burbujas.
Tengo que aprender a volar
entre tanta gente de pie.
Cuidan de mis alas unos gnomos
de lata
que de noche nunca rien.
Si la lluvia llega hasta aquí
voy a limitarme a vivir.
Mojaré mis alas como el árbol o
el ángel
o quizás muera de pena.
Tengo mucho tiempo por hoy
los relojes harán que cante
Y la espuma gira en torno a mi
piel
me han puesto manos para
hablarle
a las cosas de mi.
Y al fin mi duende nació
tiene orejas blancas
como un soplo de pan y arroz
Y un hongo como nariz
cuatro pelos locos
y un violín que nunca calla
solo se desprende y es igual a
las guirnaldas.
Este día es algo de sal
me dejó vibrando al nacer
pesa y es liviano como un hilo
sin nombre
suena un poco a mi guitarra.
Tengo que aprender a ser luz
entre tanta gente detrás.
Me pondré las ramas de este sol
que me espera
para usarme como al aire.
Y es que al fin mi duende se
abrió
tiene un corazón de mantel y
batón
y un guiño al ver que todo es
verdad.
Ya los gnomos cuiden
a un violín que siempre canta
nunca se adormece y es igual a
las guirnaldas.
Y es que nunca calla, solo se
desprende
y es igual a las guirnaldas”.
“Me robas la sonrisa que ni yo
sabía que tenía entre los labios”.
Mario Benedetti.
Lunes, 18 de julio de 2016. Ciudad Autónoma.
Previo…
__No entiendo nada.
__ Amor, confirmamos lo
principal, que Fabián es tu hijo, lo otro que te tortura es la paternidad del
hijo mayor, bueno, dejé encargado en la empresa que buscaran en el archivo los
papeles de la transferencia de la moto, y comprobé la edad del chico. Se llama
Rafael, y tiene veinticinco años, Fabi tiene veintitrés, es imposible que sea
tu hijo, es del otro tipo, eso deseo que sepas.
Graziani y asociados.
Miércoles 20 de julio de 2016.
__Guille, tienes una llamada de la casa, es Julieta
__avisó Gaby y con un mal presentimiento, Guillermo atendió.
__Dr. Graziani, disculpe que lo moleste, los chicos están
en la facultad, y creo que necesito que venga.
__ ¿Qué le sucedió?
__
Guillermito no insistió, pero
tampoco quiso bajar, Guillermo se recostó a su lado, y lo contempló hasta que
al fin se durmió, se movió con sigilo para llevarlo a su cuarto, y una vez en
la cocina, bebió una copa de agua, pensando en que debía tomar medidas
urgentes, mientras en la mente y en el alma, sólo veía el rostro bello de… Pedro.
Jueves 21 de julio de 2016.
Guillermo esperaba días más tranquilos, pero supo que no
los podría tener sin hablar con Fabián, las visitas iban y venían y demorar la
verdad hasta tomar medidas judiciales, con lo que supo por Pedro no tendría
demasiado sentido, por lo cual hablaría en la cena, sin embargo apenas llegar al
estudio, ya la mañana misma se complicó.
__ Guille, disculpa, tienes una llamada del jardín de
Guillermito, al parecer Fabián no
contesta o quizá ni tenga señal en la facultad __informó Gaby, Guillermo
atendió el llamado.
__Dr., disculpe, el nene dice que le duele la pancita,
necesitaríamos que lo venga a buscar.
__Ya salgo, por favor que nadie lo retire si no he llegado yo. Guillermo cerró los ojos, los
apretó con fuerza suspirado.
__ ¿Guille?
__Guillermito, Gaby. Los problemas desde que apareció
Silvina no me dan respiro, parece que se han ensañado conmigo. Esta noche le
diré la verdad a mi hijo, y que decida como bien lo hiciste vos, al menos que
vaya pensando en su deseo, el de los hermanos no podré saberlo hasta esa
citación judicial.
Salgo a ver a mi nieto, extraña a Pedro, se le suma que absorbe
el quilombo que ha generado Silvina con su madre y enferma, cancela por las
dudas lo que me quede, no creo que regrese.
__Suerte.
Guillermo viajó hacia
Banfield preguntándose en qué instante había terminado la paz y la plenitud que
vivieron en la playa hasta el cumpleaños de Pedro, aunque bien conocía la
respuesta. El maldito pasado se empeñaba en hacerse presente, y no tenía manera
de evitarlo.
Al llegar al colegio, lo recibió la portera, y después de
esperar unos minutos, apareció la Directora, junto a ella de la mano estaba su
nieto.
Guillermo se puso en cuclillas y recibió a su nieto en el
abrazo besándolo en la coronilla.
__ ¿Qué pasa amorcito? ¿No te sientes bien? __le preguntó.
__ ¿Tiene un minuto? __indagó la Directora.
Mientras una preceptora cuidaba de Guillermito, Guillermo
siguió a la mujer hasta su despacho.
__Dr. Graziani, quería comentarle para que informe a los
padres, que Guillermito llora en los recreos, y a veces también durante las horas
de clases.
El anuncio estremeció a Guillermo. Sabía que el nene
estaba pasando un mal momento, pero no tenía idea de cuán profunda era su pena.
Suspiró para ablandar el nudo que se había formado en la garganta, y se
humedeció los labios, su propio dolor se acrecentaba cada vez que pensaba en el
llanto de su nieto, y todavía su hijo no sabía la verdad.
__No estamos pasando un buen momento _expuso
sucintamente.
__Lo imaginaba _comentó la Directora.
__ Mi ex mujer, la madre de Fabián reapareció, con ella
la madre, Guillermito está escuchando discusiones __siguió explicando Guillermo
__.Créame que hago lo posible para que él no resulte afectado, pero no es
fácil. Algunas cosas escapan de mi control.
__Imagino que es así __ asintió la mujer__. Sólo quería que
alguno de ustedes estuviera al tanto, y que en caso de que esté yendo a alguna
psicóloga infantil, pudieran comentárselo.
__Mi hijo fue cuando la madre nos dejó, no he pensado en
mi nieto, veré de hablarlo con los padres, no quiero que sufra, se lo agradezco.
Ya en el taxi, Guillermito pareció olvidar que alguna vez
había tenido dolor alguno, Guillermo llegó a pensar que había mentido a todos,
pero prefirió no indagar al respecto. El nene jamás mentía, y si lo había hecho
tendría una razón. Tal vez temía que alguien lo abandonase y no quería
despegarse de su lado.
__ ¿Vamos a comer
a Palermo?
El nene asintió. Guillermo decidió aplacar las
discusiones. Estaba lleno de ira, se sentía ultrajado e impotente, pero estaba
dispuesto a disimularlo por su nieto. Tenía
que recuperar el diálogo con Silvina, si no podía, como Pedro dijera, intentar
con el marido. Determinó que si regresaba, evitaría gritarle lo que merecía, ya
obtendría su recompensa en el juzgado.
Pasó la tarde con el nene, lo llevó al planetario como
hiciera con Pedro, y pasearon, hasta que llegó a Banfield agotado, se les sumó
Agustín que extrañaba al hermano y a Guillermo, y al fin llegaron a la casa con
el nene dormido. Valeria lo llevó a la cama, Guillermo esperó que terminara la cena, acomodó a Agustín en
el sofá del living para que no viajara a esa hora al country y finalmente se reunió en el estudio de la casa
con su hijo, y le dijo con cautela la verdad.
__Es una mierda, papá, que esté casada, es lógico, pero
tener medio hermanos por ahí, como le pasó a Gaby, es una mierda, no los
conozco, no los quiero, no sé nada.
¿Cuántos son?
__Tres, hijo __le dijo y tragó saliva, sabía que faltaba
lo peor.
__Tres, ¿cómo hago para de un día para otro asimilar que
apareció mi supuesta madre, y que tengo tres hermano? __ Las lágrimas saltaron
sin permiso en el cúmulo de emociones encontradas. Veinte años pasaron, ¿no
pudo aparecer antes?
__Lo sé, hijito, es por eso que no quise exponerte cuando apareció, estábamos
averiguando, con Gaby, con Pedro, al fin Pedro los conocía de reuniones, de la
empresa.
Hijo, no tienes que decidir nada ahora ni ya, es que ella
y tu abuela, andan apareciendo ahora a cada rato, y Guillermito las ve, está
sufriendo por ello. Por mí, no sabrías nada todavía, pero por el nene es que te
lo digo. Una parejita de niños son chicos, seis años, no sé bien, he contratado a una abogada en familia, no sé
qué es lo mejor.
__ Nada es bueno en esto, yo no conozco a esa mujer,
menos a esos chicos, ¿dos hermanos tengo o tres al fin?
Guillermo tomó un
trago de whisky, no le salía la verdad que más iba a doler, buscó la mirada de
Valeria, que entendiendo que algo sucedía abrazó a Fabián.
__Hijo, tu madre es
una basura, una impostora. Por años sentí la culpa del abandono por ser
gay, y no nos dejó por eso.
__ ¿Cómo? ¿Qué intentas decir?
__ Que tenía un tipo, o al fin que yo fui el otro en esta
historia, a ver hijo, el marido actual fue su novio desde la escuela, siempre
estuvo con él pareciera, y antes de casarnos, antes de nacer vos, ella ya tenía
un hijo con él. Hijo tienes un hermano dos años mayor. Rafael se llama, Pedro
le vendió una moto y por ello lo supo.
__ ¿Qué?
¿Me estás diciendo que abandonó a ese bebé, se casó con
vos, nos dejó y volvió con ese tipo?
__Eso mismo, hijo, sí, al parecer, fui un pasatiempo,
durante el cual te parió, luego nos
abandonó, y se casó con el otro, entonces tuvo dos hijos más, eso es.
Fui a la abogada porque aunque sé que tienes el derecho a
saber, a pensar qué hacer, con ella y esos chicos, también creo que ellos no
saben de vos, y no quiero destrozarles la vida, deseo una audiencia civilizada
con tu madre, a ver qué mierda saben esos chicos, sobretodo el mayor.
__Es una mierda, todo, pa, esa mujer es una porquería. Yo
te juzgué, por...
El llanto cortó las palabras, Guillermo haciendo acopio
de toda su fuerza se levantó y abrazó a
su hijo, lo acunó y acarició casi como cuando era chiquito.
__Llora hijito, lo que necesites. No tienes que pedirme
disculpas, yo te las pido, y no, porque es una basura, pero vos sos mi hijo y
te amo, naciste de ella, no tienes que decidir nada, espera a que hable con
ella en una audiencia, sólo piensa. Quizá Gaby pueda aconsejarte, ya sabes lo
de ella.
__Es un monstruo pa, lo dejó a ese pibe y después a mí,
llevaba vidas paralelas, no fue tu culpa. ¿Pedro sabe todo?
__Sí, hijo, sí, me está ayudando a averiguar, Gaby y él
la empezaron a buscar cuando supiste mi verdad, y hace días, poco… que supimos
todo.
__No quiero verla, no ahora, menos a esos chicos, no
tengo nada que ver con ellos, no sé nada de ellos, tengo más afinidad con el hermano de Pedro que con ese
pibe que es medio hermano, no sé qué se hace __dijo entre sollozos.
__Nada, no tienen que hacer nada que no sientas, hijo,
sigue con tu vida, veremos qué quiere esta mujer, qué desea, y si en algún
momento sientes que deseas conocer a tus hermanos, bueno, lo veremos, sólo te
lo digo para que lo pienses tranquilo, y también que sepas que hice el ADN,
porque necesitaba que supieras que sos mi hijo, sin lugar a dudas. Los otros
tres son de ese hombre.
__Gracias, pa, iré a dormir, no quiero verla, no por
ahora, menos a los pibes, no puedo.
__Valeria, vayan a descansar, no tienen que hacer nada
por obligación.
__Gracias Guillermo __dijo Valeria, Fabián se secó la
cara con la remera y se fundió en un abrazo con su padre.
Banfield, sábado 23 de julio de 2016.
El comportamiento de Guillermo fue puesto a prueba de
nuevo el sábado, por precaución había
enviado a la familia unos días a casa de sus consuegros, pero esa tarde,
Silvina se presentó de nuevo, intentando abrir con su llave, sólo Guillermito
jugaba en su habitación, había querido quedarse con el abuelo.
Guillermo se enteró de lo que sucedía cuando lo sintió
correr, se abrazó a sus piernas en la cocina, la había visto por la ventana,
Silvina insistía intentando encajar la vieja llave en una cerradura nueva.
__No insistas, cambié la cerradura __le advirtió
Guillermo con voz serena. Tragaba tanto odio que temió que estallara de alguna
manera.
Silvina lo miraba asomado en la ventana, con expresión
molesta.
__Vine a ver a Fabián y a mi nieto __anunció, disconforme
con quedarse afuera.
__No vas a entrar, tu hijo no está en la casa, le conté
la verdad, no quiere verte por ahora, respecto de tu nieto, te ofrezco que lo
llevemos juntos a la plaza un rato.
Ella dudó por un momento, como si su mente procesara los
artilugios que podía tener en contra o a favor accediendo a la propuesta. Finalmente
aceptó, porque le pareció mejor pasar un rato con su nieto fuera de la casa,
que nada.
Guillermo subió las escaleras, el nene se le había
escabullido. Lo encontró en su cama, se sentó en el borde, el nene jugaba con
el delfín de juguete que Pedro le había regalado.
__Guillermito, tu abuela quiere verte __dijo.
__No quiero abu __replicó él.
Guillermo frunció el ceño, confundido. Siempre había imaginado
que si Silvina volvía, tanto Fabián como luego sus hijos correrían a sus
brazos, la abrazarían y besarían, su
regreso sanaría el dolor que su partida había provocado, sin embargo las cosas
no eran así.
¿Cómo le explicaría a ella que su nieto al igual que su
hijo no deseaba verla?
¿Cómo le haría entender que él jamás había hablado mal de
ella ni tenía nada que ver con que la rechazaran?
__Amorcito, le dije que iríamos los tres a la plaza.
¿Estás seguro de que no quieres ir? __El nene negó con la cabeza __. Está bien,
no tienes que hacerlo, pero ¿cómo le explico que no quieres?
El nene arrojó el peluche al piso, y se ocultó bajo el
edredón.
__! No quiero! __gritó, sollozando.
__Está bien, tranquilo __trató de serenarlo, Guillermo__.
Quédate acá.
Volvió a bajar y abrió la puerta. Silvina estaba de
espaldas, iba y venía por la vereda, paseando su porte esbelto por las baldosas
rojas.
__El nene no quiere salir __explicó escueto Guillermo sin
rodeos.
Ella se volvió para mirarlo con un gesto rápido, casi
violento.
__Como Fabián. ¡Claro que no quieren verme!
Estoy segura que ni siquiera les dices que vengo a
verlos.
__Fabián te vio la primera vez, ahora es que no quiere.
Les he dicho, y ahora a mi nieto, y no quiere salir _repitió Guillermo,
tratando de conservar la calma __. Deberías comprender en lugar de usarlo para
tus propósitos, yo no he ido a ver a tus otros hijos. Te fuiste hace veinte
años y desde entonces mi hijo no volvió
a saber de vos, hace poco pidió verte, ahora sabe que tiene un hermano mayor y
otros dos, el nene ni siquiera sabía de tu existencia, ¿cómo esperas que reaccione?
__Si vos no les hubieras llenado la cabeza, Fabián al
menos me querría.
Por temor a que Guillermito escuchara, Guillermo evitó responder
a la acusación injusta.
__Vamos a llevarlo al mismo psicólogo infantil que fue tu
hijo cuando lo abandonaste __explicó en voz baja__ .Quizá luego pueda acercarse
a vos.
__! Yo no necesito nada de vos! __bramó__. Déjame pasar y
vas a ver cómo viene. Yo lo voy a hacer venir.
__No __rugió, Guillermo. No vas a obligarlo, y no
molestes a tu hijo si él no te busca. No después de haber desaparecido veinte
años sin siquiera un llamado. Fabián acaba de saber que tiene un hermano mayor,
o sea que me dejaste por tu actual marido, y a ese bebé, al casarte conmigo.
Vuelve en una semana, tal vez al menos tu hijo haya cambiado de opinión. Chau.
Cerró la puerta y no volvió a abrirla aunque el timbre
siguió sonando durante minutos. Tan sólo se limitó a subir las escaleras y
regresar a la suite para controlar que el nene no hubiera escuchado nada. Iba a
entrar al cuarto, pero se detuvo cuando lo halló acurrucado en la cama, con los
ojos cerrados abrazando el delfín de peluche.
Se apoyó en la pared y cerró los ojos en busca de paz. Su
mente y su corazón eran un torbellino, por momentos quería matar a Silvina para
que no reapareciera, pero por otros sentía que debía ayudarla a restablecer los
vínculos, al menos por esos chicos
Entró al cuarto, y se recostó junto a Guillermito.
En la semana siguiente, todos evitaron el tema, el nene y
su hijo parecieron recuperar fuerzas, entre Fabián y Guillermo buscaron un
terapeuta para el nene, no deseaban que guardara dolores que luego perjudicaran
su vida adulta, podrían aparecer tíos, abuela, y más. Comenzó con Fabián
sesiones una vez a la semana y un taller de dibujo.
Le contó a Pedro por teléfono como novedades, sin móviles
profundos, y hablaron a diario, se mostró tranquilo y seguro.
Silvina no apareció el sábado, otra semana pasó sin
sobresaltos. Excepto por la ansiedad que crecía por el regreso de Pedro y a
pocas horas la audiencia con Silvina.
Sábado, 06 de agosto de 2016.
Aeroparque.
Guillermo fue a recibir a Pedro, con el hermano y su
nieto. Le aleteaba el alma al saber que al fin vería a su amor. Desde que el
auto los dejó empezó a sentir cosquillas en la panza y la sensación de que todo
estaba bien. El sentimiento se acrecentó a medida que se acercaba a la terminal
de arribos nacionales. Una vez allí, consultó las pantallas y leyó que el vuelo
proveniente de Ushuaia ya había llegado. La información le produjo un revuelo
interior que jamás creyó sentir. Apretó la mano de Guillermito y siguió mirando
la pantalla, como si eso lo acercara a Pedro de alguna manera, hasta que el nene dio un salto.
__! Pedro! __exclamó. Luego soltó la mano del abuelo y
salió corriendo, Agustín fue detrás, había extrañado a su hermano.
Guillermo miró hacia delante. Le costó un momento
distinguir a Pedro entre la multitud que se abría paso hacia la salida, pero
cuando lo hizo, su corazón se aceleró hasta dibujarle una sonrisa. Sintió que
en su pecho estallaban las mismas sensaciones que sólo él siempre le
despertaba, por eso esperó el reencuentro con el hermano y el nene y se quedó
mirándolo. Llevaba puesto un pantalón negro lleno de bolsillos, una gran bufanda
con un nudo suelto en el cuello, un buzo grueso con capucha y una remera blanca
que se avistaba por el cierre un poco desprendido. Su piel estaba tostada por
la nieve, y sus labios, heridos por el frío, pero de ese modo le resultó muy
atractivo, lucía más fuerte y hermoso que nunca.
Ni bien vio a Guillermito corriendo hacia él, Pedro soltó
la mochila que cargaba en el hombro y se puso en cuclillas para esperarlo con
los brazos abiertos. Guillermito llegó riendo y después se hundió en su pecho
tratando de rodearlo con sus pequeños brazos, tarea que resultó imposible.
Pedro también rio y lo apretó fuerte mientras alternaba frases con besos en su
frente por entre el pelo enmarañado.
__ ¿Cómo está el príncipe más hermoso de Buenos Aires, el
nene que más quiero?
__! Pedrito! _volvió a gritar él, en estado de éxtasis
incontenible con el que parecía decirle: ¡Volviste! Vos volviste. Un instante
después, se serenó y lo miró con el ceño fruncido__. Estás raro __dijo.
Pedro que prefería no saber en qué sentido lo veía raro, siguió
riendo mientras hurgaba en la mochila, antes de abrazarse a su hermano.
__Les traje algo __anunció, y enseguida le entregó un
paquete a cada uno.
__ ¿Qué es?
__Un pingüino de peluche para que juegue con el delfín y
para ti, hermano, chocolates, traje para todos lo mismo, y en la valija te
traigo una campera del sur.
__! Qué bueno, gracias! Te extrañé.
Guillermito rio estudiando el obsequio y le dio las
gracias. Pedro les revolvió el pelo y luego se puso a buscar a Guillermo. Lo
encontró dando el último paso que lo acercaba a él, entregado a las fuertes
emociones que lo invadían en ese momento simple y a la vez mágico. Él también
lo sentía después de haber pasado el mes sin Guillermo, tenerlo cerca reavivó
sus instintos a un nivel que desconocía.
No pudo contener su fuerza cuando se abrazaron y menos no
abrazar sus labios en el beso.
El cuerpo de Guillermo se relajó al fin contra el calor
de quien lo abrazaba, sus labios temblaron en contacto con los otros labios,
heridos, esperados. Pedro venía de hacer tanto bien y podía hacerle tanto bien
a él, que todo le pareció extraordinario. Le acarició las mejillas y sonrió,
todavía con el corazón inundado de inexplicable alegría.
__ Te amo __le dijo, incapaz de contener la emoción que
lo embargaba de sólo poder tocarlo.
__ Y yo te amo a ti, no sabes cuánto _contestó él, moría
por llegar.
Eres mi amor nuevo cada día y cada noche ansioso te
espero, tu cuerpo lleno de emoción ha borrado mi pasado solitario, ya no cabe
tanto amor en mi pecho. Te confieso que me has enamorado. A tu lado me siento
flotando en las nubes. Cuando no estás recuerdo tus caricias y tus besos, me
estremezco, al sólo pensarte lo que siento es sublime. El romance que existe
entre tu alma y la mía es la magia de la fantasía hecha realidad en tu vida y
la mía. Todo en ti es amor, llora por tus besos mi corazón enamorado, sentirte
es morir aunque tenga yo vida, porque amarte es la cosa más linda. Contigo el
amor es respirar la fragancia del corazón, es vivir la realidad del deseo,
porque tú eres, mi complemento, mi hombre verdadero, mi romance eterno, quien
merece mi amor, porque tú eres la delicia de la pasión.
El amor contigo es un beso, es exquisito besar, es el
ensueño, es sublime fantasear, es el alma, es acariciar la esencia, el amor
contigo es amar el amor.
__Ladrón de mis noches, de mis sueños, despierto y me robas
mis letras en prosa, sólo vos estás dentro en mi hueco, intento sacarte pero no
puedo, el amor por tus lindos labios me puede.
Embrujas mi mente día tras día, mi sangre balbucea al
compás de mis acelerados latidos al tenerte tan cerca y no poder tocarte, mi
cordura al oler tu cuello se convierte en mil locuras, mis labios tiemblan, se
derriten de ganas.
Tierna tu mirada, la mía enloquece en el limbo del sabor
de tu boca, amor de mis noches a solas, quisiera tenerte abrazado al pliegue de
mis brazos para siempre.
Cuando estuvieran a solas se demostrarían cuán en serio
hablaban. Cada noche separados, se
habían revuelto en el propio fuego, ansiando regresar uno, esperándolo el otro.
Poco después, Guillermito los tomó de las manos y los cuatro se dirigieron al
estacionamiento.
__ ¿Viste delfines? __le preguntó el nene mientras
caminaban.
__No, donde estaba no había delfines _contestó Pedro__.
Había muchos pingüinos.
Siguió respondiendo preguntas del nene y de su hermano
mucho tiempo, mientras trataba de disimular la felicidad que le producía volver
a ver a Guillermo. Él se la transmitía, porque si bien no emitía palabra, de a
ratos lo devoraba con los ojos.
Parecía increíble el efecto que la distancia había tenido
sobre ellos, se necesitaban con más fuerza que nunca. Se amaron con la mirada
en el trayecto hasta la casa de Guillermo, en la mesa mientras compartían un
almuerzo tardío y le hacían mil preguntas a Pedro, e incluso en la habitación
del nene cuando lo llevaron a dormir la siesta.
Agustín se fue a
casa de un amigo, Pedro le prometió con o sin Guillermo dormir en el
country, al menos esa noche. Guillermito se negaba a dormir, pero lo
convencieron que Pedro también tenía que descansar porque había llegado cansado
de su viaje. El nene no quería despegarse de él.
__ ¿Y los chicos? __interrogó Pedro.
__En lo de mis consuegros. Los he echado a todos, menos a
los dos más pegados a vos _dijo Guillermo cómplice.
La casa se sumió en un profundo silencio, y ellos
regresaron a la cocina, donde se sentaron en la mesa frente a frente nada más
durante mucho tiempo.
Guillermo estiró una mano, Pedro la tomó por sobre la
madera, el roce disparó oleadas de sensaciones en ambos.
La mano de Pedro se sentía rústica, distinta a la última
vez que la había tocado, y sus nudillos se veían con manchas rojas. No eran sus
labios los únicos que habían padecido las inclemencias del trabajo en el frío,
y Guillermo deseó curarlo. Tragó saliva con fuerza, emocionado, al pensar que
su cuerpo fuerte sufría consecuencias de un mundo injusto, y que ese cuerpo le
pertenecía también a él, porque así era cuando los dos se entregaban por completo.
__Te amo _le dijo con la voz ahogada y los ojos húmedos.
Lo había necesitado tanto que tenerlo allí, delante, le provocaba una violenta
sensación de alivio.
Pedro decidió responder con acciones. Se puso de pie y en
menos de un segundo, estuvo junto a él. Lo rodeó en sus brazos y lo llevó hacia
la mesada, Guillermo reaccionó y lo alzó del piso sentándolo a él en ella, con
la respiración que se transformó en un ir y venir rápido y constante. Apretó
los dientes y se aferró al cuello de Pedro para que no se atreviera a alejarse.
No pensaba hacerlo. Pegó su frente a la de Guillermo y siguió mirándolo, esta
vez de cerca, mientras sus ojos entraban en su alma, y acariciaban sus miedos
en busca de arrebatárselos. Alzó una mano y le rozó la mejilla. Sus dedos se
escurrieron por detrás de la oreja y se enredaron en su pelo castaño, tan
fuertes que lo estremecieron a Guillermo. En ese momento, sus labios se
buscaron, y en cuanto se encontraron ardieron.
Mientras las lenguas se mezclaban buscando sosiego, las
manos de Guillermo llegaron a la remera de Pedro y se colaron por debajo de la
tela. Tembló en cuanto los dedos hallaron sus músculos y mientras… él le
desprendía los botones de la camisa. Alzó los brazos para que Guillermo le
quitara la remera y él lo hizo, disfrutando de la añorada piel a medida que iba
quedando al descubierto. La actividad física a la que se había sometido lo
había vigorizado.
Arrojó la remera al piso, comenzó a acariciarle los
brazos, mientras tanto Pedro encontró el borde de la ropa interior de Guillermo
al colarse, con los dedos puso la piel en estado de ensueño. Guillermo se
inclinó hacia delante y le besó el pecho, luego alzó la cabeza y tropezó con
los ojos. Cada segundo que contemplaba aquella mirada, la pureza del alma, el
amor lo invadía como si fuera lo único que pudiera albergar adentro. Pedro
también lo miraba, y veía en él todo lo que deseaba, todo lo que le hacía
feliz, lo que por años le había hecho falta. Volvió a acariciarle el cuello con
una mano y a enredar los dedos en el fino cabello de la nuca, mientras sus
labios buscaban los finos y después los rozaban con ternura.
Guillermo tembló de emoción y de deseo, mientras la otra
mano de Pedro muy despacio transitaba el camino que separaba la mejilla de su
pecho, pasando por el hombro y la clavícula. Se aferró al cabello de Pedro y él
comenzó a desprenderle el pantalón para sacárselo junto con el bóxer. Guillermo
lo ayudó, en cuanto la intimidad quedó al descubierto, así como quedaban sus
sentimientos cada vez que él lo miraba, que lo acariciaba y le obsequiaba un “te amo”, procuró hacer lo
mismo. Le desabrochó el pantalón y se humedeció los labios mientras las prendas
se rendían ante su esfuerzo.
_ Un momento de amor al fin, de uno con y en el otro,
siendo inolvidable como la misma eternidad en un instante, siendo uno el hombre
llenando de pasión el instinto del otro, siendo el pensamiento en cada
instante, el que hace sentir y revivir ese sentimiento postergado por días.
El amor, una marea esperando ser regada y cuidada con el
agua fresca que con un sutil amor, jamás sabría de sequías, deseando por
siempre ser la gran pasión despertando cada día junto al corazón único en su
latir. Deseando por siempre llenar de alegría la vida del otro, manteniendo las
miradas hilvanadas por el amor profesado. Deseando amarse como nadie jamás pudo
ni supo, siendo cada día y cada noche la ilusión, la fuerza del amor, y con
ardientes besos hacer que los labios evocaran con su sutileza las ansias del
otro. Se amaron siendo a cada instante el deseo del otro como cada día, se amaban como se ama a un amante
con ese desenfreno, con esa complicidad, con ese temor, con esa pasión, con
todas esas cosas que a escondidas viven los amantes.
En una emocionante entrega a la pasión desmedida, se
invitaron a consumirse, a devorarse, a olfatearse, a incrustarse, a devastarse,
a paladearse en el deseo de uno dentro de las malicias del otro encendiendo el
fuego que sólo uno era capaz de encender en el otro. Se invitaron a probar
mordisquitos, a saborear pedacitos, a saciar la sed del otro acercando los
labios, bebiendo dulce néctar sin
pensar, seguros que en otra boca jamás lo lograrían encontrar.
Pedro lo provocó con las manos de hábil y experto amante,
moldeó la cintura y las caderas, sublevándolo al modelar las nalgas acariciando
todos los rincones y colmando todos los vicios.
Lo llevaba con él al campo de batalla de jadeos y
suspiros, enrolándolo en estrategias nuevas, inventando y disfrutando la
eufórica pelea del placer, entre la hombría y el abrazo ardiente dentro de la
esencia masculina tórrida de entrañas fundidas.
Con ansiosa y
única emoción, se apretujó más enamorando, besando, en ese instante eterno, en
ese instante de amor eterno, unidos por la pasión haciendo del amor algo nuevo
y distinto, algo sublime y prohibido,
entonces ... en esa entrega,
brindaron del amor su vino en esa tarde exquisita y única del reencuentro.
__En el ocaso de mis tristezas ayer me negaste tu mirada,
mientras el aroma de tus ropas, yo admiraba. Déjate embriagar mi pasión en tu
boca, déjame besar la cadencia de tu cuerpo, el manjar del deseo que provoca cada
gemido desbordante de tu pecho.
Déjame suspirar en la pureza de tu alma…Déjame en tus labios
suavizar mis labios tensos, para acariciar tu cuerpo de piel tersa en calma segundo
a segundo, unir mis besos con tus besos. Déjame confundir mi pasión con tu
felicidad, déjame unir tu piel con mi piel ardiente, subir tus colinas hasta el
horizonte con suavidad, llegar al pico más alto… Con un grito ferviente.
Déjame explorar; sigiloso y lentamente por los prados floridos
hasta tus valles cálidos de lindas colinas y fuentes y acariciarlas suavemente con
la dicha de saciar mi sed con el rocío de tu cúspide. Tu calidez, tu aroma al
rayar la entrada, déjame navegar en tu manantial por la noche, desbordando
cascadas por la mañana hasta llegar al mar… Al mar exhaustos y sin reproche.
__Amor, quiero amanecer dormido en tu pecho, amante y
compañero de históricos silencios, mi
boca se vuelve agua cuando tus pasos
salen a vagar por mis colinas, y así vestido de tu recuerdo a veces real otras veces misterio pero
siempre mío te añoré estos días y en mi beso anclado. Te descubro mirando mis ojos que se esmeran por encontrar los tuyos,
entonces mudo y paralizado doy un paso
al vacío… ése que al caer la noche ya me tienes con el suave colchón de que nos eleva al mismísimo edén,
sólo tuyo y mío.
Fiel destino de pasiones que se abrazan en su nido, y así nos levantamos yo con tu nombre y tú con el mío, con el te
amo ungido en el soplo de la noche y somnoliento despierto con ganas de seguir
dormido.
__ Llévame en tus brazos, al centro del universo, nunca
más te vayas solo, llévame donde pueda amarte sin miedos, arrástrame a tu
pasión, que yo, mientras cierro mis ojos y pienso en vos, me dejo extasiado
entregar a tus pasiones que tanto me
llegan al alma.
Estabas tan cerca casi te tocaba y no veía la hora de
amarte, te amo tanto que de sólo pensar mi corazón late con tanta fuerza y
quiere salir de mi pecho que enloquecido
de amor, arde con el fuego del Fénix que lo envuelve. Tu boca me lleva a los
manjares deliciosos, jamás he tenido
tanta dulzura en mis labios, cuando se juntan con los tuyos, tus caricias me
apasionan, me abrazan, me llenan de paz
y tus ojos son lo más bellos que he visto.
Me dejaré embeber en ellos viendo la bella maravilla que
encierran, me llevas en tu vuelo tan
especial que tus alas en algún momento pararán y seguiremos volando porque
nuestros espíritus están unidos y no existe distancia.
__El brillo espectacular de tus ojos fue una forma en que
Dios me dio luz, y en el aliento de vida, vino del néctar y la miel de tu boca.
Me dio tu amor, y yo te di mi vida, pero tú te encargaste, de dejarla marchita
en cada despedida, en cada amante en años, así como a la rosa la cortas, la hueles, la deshojas, así hiciste tú con mi
vida, me dejaste, con las alas rotas, si
Dios me dio tanto. ¿Porque no me enseñó a vivir sin ti? Si Dios calmó mi sed,
al beber de tu fuente, de tus labios jugosos,
como ríos de aguas frescas. Me mostró y enseñó cosas al lado tuyo, me
demostró su amor, en tus brazos y arrullos. Me enseñó los paisajes, los montes
y los ríos al recorrer tu cuerpo, palmo a palmo querido, exploramos hambrientos
y sedientos también cada célula, cada molécula de lo terso de la piel, pero no
me enseñó a vivir sin ti, y una vez que llegué, ya no puedo estar alejado, no
es mi pasión lo que antes.
Me mostró un jardín, con cardos y con rosas, y descubrí
también cosas maravillosas, habernos
amado y haber compartido. Dios me dio el paraíso y poder compartirlo contigo.
Tú… eres como las brisa del sereno, que humedece las
flores al amanecer, frías y quebradizas.
Tú… la luz que irradia mis amaneceres y entras por mi
ventana; que descubro aún maravillado en el nuevo amanecer.
Tú… el exquisito café al despertar, porque siempre estás
ahí, junto a mí saboreando tu esencia.
Tú… que al salir de nuestro hogar, me siento acabado, y
en cada recuerdo tuyo, lo veo y tu aroma busco en cada rincón de nuestra habitación, en
él siento tu presencia.
Siempre me has enseñado a seguir adelante por y a lo
largo de esta travesía, siento tu mirada cómo se llena de orgullo cuando vamos
de la mano.
Tú eres el remedio a mis miedos, porque hay momentos en
los cuales no encuentro el camino para salir de esta soledad, pero al escuchar
tu maravillosa voz tan dulce y mágica… me dice, no te preocupes yo estaré
siempre para ti y le daremos un remedio a esta soledad.
Tú eres la magia para regresar nuevamente a nuestro
hogar, porque sé que estás ahí y que nada malo me pasará, por esa razón te amo
porque eres el amor que jamás había conocido.
__Pedrito, reconoce
las posibilidades y meditas tus propósitos, me gustaría explicarte que los
pétalos que se deslizan tras del abandono entretanto más acelerada es tu
ausencia, la cinta de tus manos y mis deseos más escondidos en mi boca se hace
más pausada, más agradable y más vieja tal vez, pero como las orquídeas que no
les pega ni el rayo del sol, sigue
bellísima como lo sos cuando estás a mi lado, así sea en las lejanías.
Ahora que has llegado caminaremos, por aquellas calles
empedradas donde vivimos lo más bello de nuestro amor, y te llevaré al trabajo
para recordar esos momentos maravillosos de cuando estábamos los dos en
aquellas fotografías de las fiestas y antes de descansar a solas en mi
habitación contemplaré mi teléfono y observaré tu número, aunque no me marques
sé que ya éstas del otro lado de la línea.
Guillermo se dejó seducir por la mirada tempestuosa que
lo contemplaba y abrazó a Pedro para seguir besándolo. Sus almas eran una, y lo
mismo sucedió con sus cuerpos.
Poco a poco, los sonidos se magnificaron, las agujas del
reloj de pared se convirtieron en tambores erráticos y la respiración de ambos
se tornó un conjunto indescifrable de jadeos. Era imposible distinguir si era
el latido de uno u otro corazón el que marcaba el ritmo de las embestidas, cada
vez más enérgicas, capaces de nublar la razón.
Pedro introdujo los dedos en la boca de Guillermo al
ritmo de los envites, Guillermo los mordió, se los acarició con la lengua y se
dejó envolver por las fuerzas del deseo. Pedro se apropió de sus caderas, lo rodeó
fuertemente con sus brazos y pegó pecho con espalda.
Por momentos Guillermo pensó: “acá no”, que nos puede ver
el nene, como alguna vez le había dicho Silvina. Del mismo modo, muchas otras
frases surcaron su mente, en ese breve instante durante el cual se ausentó del
presente, recordando el pasado con ella, con Juan.
__Guille… __oyó de pronto, y todos sus sentidos se
recuperaron.
“Basta de pensar en ellos. Estás con el amor de tu vida,
disfrútalo, dijo para sus adentros. Sintió el olor más agradable del mundo, y
se dio cuenta que provenía de Pedro, estaba respirando su perfume al fin”.
__Te amo __ siguió susurrándole él contra la cabeza. Dos
sencillas palabras que lo arrastraron al límite del deseo.
Te amo, ¡yo también te amo!, siguió pensando Guillermo,
seis palabras que llegaron al corazón para estremecerlo y brindarle el placer
más profundo que había vivido nunca.
Todo su cuerpo se sacudió, prisionero de las sensaciones,
y cuando ya no puedo resistir las provocaciones, acabó entre gemidos y gritos
que susurraban deseos ocultos. Pedro buscó su boca y le apretó el mentón para
que se la ofreciera, una vez que lo hizo, la invadió con su lengua, eran uno
por todos lados, y todo lo demás estalló y los catapultó al vacío en segundos.
Derramarse en su
interior, era siempre para cada uno sublime, se trasmitían de ese modo mucho
más que su cuerpo. Pedro sintió que le estaba pasando parte de su alma, y
ansiaba que se enlazara con la de Guillermo, y siguieron más allá de la
agitación y la rendición, intentando prolongar el momento de fundición en el
beso. En contra de cualquier pronóstico, pasar un tiempo alejados, en lugar de enfriar sus
sentimientos, los acercó más que nunca. Reavivó su pasión, los llevó a
redescubrir su vínculo mutuo y los hundió en un espiral de deseo contenido.
__Quiero que tengamos un hijo nuestro, Guille __pronunció
Pedro jadeando.
Guillermo volvió a estremecerse, estaba dentro de él,
eran uno.
__ ¿Lo dices en serio?
Pedro le acarició las mejillas y Guillermo cerró los ojos
para disfrutarlo por todos lados. Ahora que el cuerpo iba alejándose de las
sensaciones magnificadas, pudo percibir de nuevo la rusticidad de las manos que
lo tocaban y recordó que no lo había curado. Abrió los ojos y las tomó entre
las suyas, comenzó a besarlas con devoción.
__Por supuesto que es cierto __respondió Pedro, muy
seguro. Guillermo alzó la mirada con los dedos de él todavía apoyados sobre sus
labios y se quedó quieto, mirándolo __. Un hijo o más de los dos se sentirían
como un milagro.
Veo el cielo y habla en silencio dejando caer unas gotas
de cristal en mi piel con el aroma y sabor inconfundibles de tus labios.
La mirada de Guillermo apenas alcanzó a demostrar la
felicidad que embargaba su alma. Imaginar un futuro con Pedro era un poderoso
motivo para anclarse al presente, y soñó con eso, con reordenar ese pasado en
la vida de Fabián, para disfrutar de este presente, y empezar a escribir las
páginas juntos del libro de la vida, aunque apenas eran novios de meses supo
que también para él, era su amante eterno.
__Se abrió la ventana no hace mucho y pude ver tu rostro, con esa
mirada intensa y atrevida llena de tu apreciada belleza, desbordándose la
intensidad sensual de tus preciosos labios, sintiendo por primera vez el
temblor en mis manos , en mis piernas y en mi pecho porque estaban tus labios
cerca de los míos y los besé y nos besamos con tu boca y la mía, tu boca una
agenda con todas sus palabras silentes y de todas las emociones, emociones
convencidas de su carnosidad en la boca, un espectáculo fresco, húmedo, significativo
de tu identidad como hombre, como escena llena de muchos horizontes, actuando
como personajes los extensos y lindos labios, diciéndome aquí estoy… mírame,
extremadamente único y sensual, más sensual que bello y fue en la cátedra.
Tus labios… una
historia infinita por contar con su color y sabor especial anidando en mis
manos y en mi alma, en mis manos porque logré sentir tu mundo lleno de esa
delicada belleza de tus dos labios, en mi alma porque con ellos dialogo siempre
de sus hermosuras aunque no te lo diga, aunque sabes que amo a tus labios y que te amo, no
por la pasión o deseo de hombre, sino por amor y eso no le hace daño a tus
labios. Mi amor es lo único con lo que te amo y amo a tus labios y te beso,
porque así lo siente mi vida, con mi boca intensa en vos, como un mar, con una
exquisitez inaudita, con el color que se pinta, color que te hace ver bello y
más bello
Eso… Dios te puso, unos labios en una boca gentilmente
bella y eso te hace divino, tan divino que nuevamente te beso y me besas y me
besó y te besé en la comisura de sus labios, en esos pedacitos de labios, como
los marcados en tu labio de arriba que se convierte en irresistible, en íntimos
espacios diminutos que conjugan el verbo besar en todo los tiempos, con tu
mirada que me arrulla y me cubre de todas las miradas para besarnos, sólo ella y mis labios, sin que nadie nos
mire, sólo nuestras bocas como testigos del beso, tu rostro tan único como el
universo, tu mirada tan especial como el mundo, tus labios tan masculinos como
vos, tan modelo aristocrático como tu mirada que se hace ternura y sencillez de
amor.
__Eres mi vida. Serenamente apacible y quiero navegar
sobre tus aguas mi barca, lleva con ella la quietud de un sueño, la bondad de
un atardecer mimado por la paz.
Voy descorriendo las cortinas de la niebla, que como un
manto de trémula luz se hace espesa adrede.
Me suspendo sobre la gravidez casi sólida pero espaciosa
y bella, sublime en lo recóndito de lo desconocido y ausente del desconsuelo en
la miserablemente y casi siempre torpe, burda y avasallante prisa.
Pero te prefiero a ti como a ninguno, donde sólo tú y yo
nos embriagamos de silencio y sin la prisa nos arrimamos lejos de la orilla y de
las prisas.
Me mueve tu sonrisa y de aquella tupida niebla descubro
que en realidad sólo me acompaña del viento su más notable y quieta brisa en un
atardecer decorado e iluminado de colores y de alto. Cuántos recuerdos guardo,
afortunadamente todos llenos de luz y aún en la completa noche oscura era
aquella diminuta luz que me hacía soñar
despierto y viajar a un mundo que aunque no conocía me llenaba de una cálida compañía.
Me acompañaban la tibia brisa de la montaña, el particular olor de la campiña,
el sonido quedo de los grillos y los quejos de niños harapientos intranquilos
tal vez por el hambre o una fiebre inoportuna sin calmantes que mediase por las
calenturas. El titilar de aquellas humeantes lucecitas tejían las coordenadas
de mis citas nocturnas, era preciso en mi mirar como un GPS a pesar de no
existir para ese entonces ese adelanto, sólo me bastaban las constelaciones.
Eran mi entretenimiento en las misiones y sin embargo el día se llevaba la
experiencia y así todo allí desaparecía.
Amor, lo que callo con la voz te lo digo con la mirada.
Hay tantas cosas que muero por decirte, que no sabes, ni te imaginas, bellos ojos
que poseen un dulce mirar que conquistan hasta el alma. Tu sonrisa que expresa
tu felicidad. Eres el dueño de mi corazón, de mis noches de insomnio de muchas
otras cosas.
Esperaré hasta que llegue el momento de no callar más y decírtelo
todo. En mí existe un mar de sentimientos sinceros hacia ti. Nunca cambies tus
ideales, de lo contrario jamás me hables. Incesante me respiras, siempre tras
un largo velo callándome pasé años, esperando fiel mi alumbramiento en un
impasse de silencio, quedó nuestro cielo entonces. Pero llegó mi turno y ya
dejé de dudar, y defendí mi amor con puñetes y palabras.
__Pedro. Acaríciame, sólo bésame y no me digas nada más,
llena mis silencios, vacíos de sueño sáname y no me dejes, nunca jamás. Sí, tú
mi amor, escucha mi dolor, calma mis lamentos,
sólo bésame, y dame la tibieza de tu piel y tu cuerpo en el sendero del
amor juntos, vivamos cada encuentro. Quítame la soledad y arráncame del largo
letargo de mis sueños, dejemos las crueles esperas entre las cenizas del
olvido, gocemos las pasiones, que viven en lujurias y suspiros, mi corazón te
quiere apasionado entre amores libertinos.
No preguntes. No digas nada más, deja que seque tus
lágrimas de amor espinas que mi alma aquieta, en recuerdos que desgajan,
recuerda que te amo desde siempre, no importa mi dolor.
Escucha el loco latir exasperado, que siento en mi alma,
enardecido de pura pasión entre todo mi cuerpo en el delirio por tu amor que me
quita la calma. Apriétame con tus brazos de piel de pétalos de rosas que me
aman, déjame sentir las huellas de tus caricias en mi espalda, déjalas morar en
mi piel, que por quererte se desgaja.
Dame toda la alegría de tu vida, como auroras que
iluminan y vivir los otoños de mi vida
en tu juventud toda la vida, que todos mis
años en tu espera ya vividos te reclaman.
Necesito vivir el amor contigo con nostalgia, ironía de
mi vida en la miel de tus ojos, soles de amaneceres transparentes, en la
lujuria de los cuerpos, con el alma que nada olvida. Bebe en los barrancos de
mis labios, de mi boca insaciable perdido mi corazón te quiere en el goce de
tus mieles quemándonos la vida en abismos amorosos, ardientes.
Arráncame la vida, con tu néctar de aliento tibio, dulce
y delicioso, déjame gozar la paz de tu amor,
en tu dulce compañía, en momentos tibios y amorosos.
Un sonido los devolvió a la realidad. Sucedió tan rápido
que el cuerpo de Guillermo tembló sin que pudiera controlarlo. No quería
retornar al mundo real, no quería que la ilusión acabara con el ruido cruel del
timbre. ¿Quién sino ella podía molestar a la hora de la siesta de un sábado? Su
mente se invadió de malos recuerdos, presagiados por la insistencia de quien
seguía molestando desde afuera.
“! Ay, Guillermo, nunca fuiste brillante fuera del
estudio, pero con esto de pasaste!
“Si vos no le hubieras llenado la cabeza, me querría.”
Pedro frunció el ceño, consciente de que algo no estaba
bien.
__Guille… __murmuró, en espera de explicaciones,
obligándolo a volver la cara hacia él. Guillermo tragó con fuerza__. Yo voy
__determinó entonces, seguro de que en la mirada de Guillermo sólo se reflejaba
miedo y dolor.
__ !No! __se apresuró a exclamar Guillermo mientras Pedro
se volvía en busca de su ropa__. No salgas, por favor __suplicó Guillermo.
Se vistió a velocidad de la luz, se acomodó el pelo.
Atravesó el living, y una vez en la puerta, la abrió apenas, se trataba de
Silvina.
__ ¿Estás acá? __se quejó__ ¿Nunca sales y dejas a mi
hijo solo?
__Si esperabas encontrarlos a ellos y no a mí,
equivocaste de cabo a rabo, Fabián sale los fines de semana con la familia de
la esposa, lo siento. No están.
__Nunca supiste mentir __le increpó ella __. Dile que
vine a hablar con él.
__Ahora no puedo, vete, por favor.
Silvina frunció el ceño, tratando de descubrir lo que
tenía a Guillermo nervioso. Lo conocía y sabía que se había vuelto más fuerte en
comparación con el tiempo que habían estado casados, sólo le faltaba conocer el
motivo.
__Silvina, el lunes tenemos la audiencia, arreglemos las
cosas allí, lo digo por el bien de los cuatros hermanos.
__ ¿Estás con alguien? __preguntó, con una sonrisa
burlona__. No me digas que el estúpido de Juan te soporta todavía.
__Sí, no es Juan, él se fue casi tras de vos, quien está
quiere matarte, te conoce, y a tu esposo, así que vete ya mismo __replicó
Guillermo.
__No te creo.
Silvina comenzó a reír con una mezcla de sorna e
incredulidad en la voz. Su intención era hacerle notar que sin duda disfrutaría
de conocer al pobre diablo que había conseguido su ex.
__ ¿Y con quién estás si no es con Juan? __se mofó.
__Conmigo __oyó Guillermo antes de poder responder.
Giró sobre sus talones justo cuando Pedro llegaba al
living. Ni siquiera se había puesto la remera, sólo el pantalón, como un
luchador dispuesto a retar a su rival. El problema era que, de alcanzarlo, lo
destrozaría.
Cerró la puerta de la casa con prisa, rogando que Silvina
no hubiera escuchado nada, y se interpuso antes de que Pedro pudiera seguir
avanzando.
__No vale la pena, debe estar el marido en el auto, no te
ensuciarás las manos __le recordó con ambas manos sobre su pecho, aunque sabía
que jamás podría detenerlo si él no quería.
__Voy a matarlos __replicó Pedro, mirando la puerta
detrás de la cual se escondía su único objetivo… Silvina.
El timbre sonó de nuevo y Pedro avanzó otro paso.
Guillermo se desesperó, y en afán por detenerlo, lo empujó.
__Mi nieto está arriba, respeten mi casa, por favor
__gritó sin pensar.
Pedro se quedó quieto, sacudido por las palabras. Apretó
la mandíbula y cerró los ojos.
__Me estás pidiendo demasiado __susurró con los dientes apretados. El
sonido del timbre estimulaba su ira.
__Lo sé. Abrázame __pidió Guillermo.
__No es la primera vez que viene, ¿verdad? __le preguntó
Pedro, haciendo caso omiso de la súplica.
Guillermo lo miró, y al comprobar que él no se acercaría,
se abrazó a sí mismo.
__ ¿Por qué no me lo dijiste? __siguió preguntando, Pedro
en voz muy baja, le bastaba el silencio de Guillermo como respuesta.
__Estabas de viaje y no quería arruinarlo, como siempre
__replicó él.
Pedro se volvió de espaldas y permaneció un momento
quieto. Trataba de ignorar el timbre y procuraba no caer en la misma violencia
de Silvina y el tipo. Se pasó la mano por el pelo, y después se volvió hacia
Guillermo. Aunque intentaba mantener la calma, ardía por dentro.
__Estoy enojado, lo sabes __ le recalcó sin rodeos. Respiraba
como si estuviera a punto de lanzar llamas.
__Sabía que te ibas a enojar, pero Silvina fue, es y será
mi problema, ya me has ayudado con datos, y no quiero que te conviertas en un
monstruo por su culpa __comentó Guillermo con entereza.
__Tendrías que haberme llamado _replicó. Estamos
comprometidos, Guillermo, y frunció el ceño, sintiéndose un idiota__. Me
llamaste… __murmuró, recordando__. Esa madrugada en la que yo no estaba en la
base, ¿verdad?
Guillermo tragó con fuerza y asintió en silencio. El timbre
dejó por fin de sonar, y enseguida se oyó el motor de un auto. Silvina por fin
se iba,
__Tampoco quiero que pagues a la abogada por amiga que
sea __ aprovechó a pedir Guillermo.
__ Me excluiste, Guille __le reprocho, negando con la
cabeza y sin hacer caso a su pedido__. Te dejé ayudarme con mi hermano porque
eres mi pareja. No me dejas cuidar lo que es mío. ¿De qué sirvo si no puedo
protegerte?
__Lo estás haciendo __contestó Guillermo con un nudo en
la garganta__. Si tan sólo me abrazaras, yo me sentiría fuerte. Si vos estás
cerca, siento que puedo contra todo. Vendrás el lunes a la audiencia, no quiero
que peleen fuera, daría motivos a su
favor.
No tuvo necesidad de repetir el pedido. Dando sólo un
paso, Pedro lo estrechó contra su cuerpo y lo apretó con fuerza mientras le
besaba el pelo y el rostro. El corazón de Guillermo sufrió un ligero dolor,
como si el vacío que experimentaba se hubiera llenado tan rápido que no dio
tiempo a acostumbrarse al cambio.
__No quiero que te moleste __le hizo saber Pedro,
acariciándolo.
Guillermo lo rodeaba con los brazos, lo apretó más,
ansiando llenarse de su energía.
__Gracias _dijo.
__Si me dejaras hacer más, tendrás algo para agradarme,
pero así, no _replicó__. Me siento inútil.
Guillermo alzó la cabeza buscando la mirada.
__Me basta con que estés a mi lado __aseguró antes de
besarlo.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.
Enrique Qué bonito amiga. Sublime
ResponderEliminarSilvia Extraordinarias letras que belleza cuántas verdades hoy se le pone precio a todo a la amistad al amor al pensamiento cuando en otros tiempo valía más el esfuerzo la voluntad propia eran otros valores más sanos más honestos. Felicidades ,gran obra.
ResponderEliminarGilda Nuevamente gracias . Me doy cuenta la apertura de su mente . Su capacidad de analizar y dar el arte sin barreras ...Un abrazo ...Es todo !!!
ResponderEliminarAngelSi me gustó??? ME ENCANTÓ. CHAPÉ
ResponderEliminarPaulina Edelm INTERESANTE HERMOSO
ResponderEliminarCaballero... Impresionanteee
ResponderEliminarRamón Armen Que belleza.
ResponderEliminarAmelia Zhin Impresionante !!
ResponderEliminarAlberto Procura no caer al vacío, gracias al amor, brillante.
ResponderEliminarRamiro Quer Muy hermoso e interesante, apostaría que ahí existen secretos escondidos. Así lo veo.
ResponderEliminarCreuvanete Belísimo .
ResponderEliminarMario Gracias por compartir tan linda novela, ha sido un deleite leerte, dejame decirte que la magia de tus letras me hace estar en extasis, transportandome a una dimensión de fantasias, donde las nubres se transrforman en un solo lenguaje, el amor.
ResponderEliminarEsteban z Me gusta que preciosidad
ResponderEliminarClaudia Patricia Aguirre GRACIAS BELLA EVE !!!😘😘❤🌷
ResponderEliminarSol Urvino Fabian siempre fue y sera hijo de Guille, y mas ALLA de todo ADN, y de quienes intenten separarlos. UN BESO, EVE.
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino gracias Eve... siempre al pie del cañon con tus historias
Hermosa historia Eve, esta vez la que complica todo es Silvina pero igual juntos podrán enfrentar cualquier dificultad...
ResponderEliminarBelen Cruz Eve no puedo comentar en el Blog 😦 pero leí todas extraordinaria cada una y bellas, saludos te quiero gracias por tanto
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