jueves, 28 de septiembre de 2017

"LA CÁTEDRA". CAPÍTULO TREINTA Y UNO.



"LA CÁTEDRA".
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. 
 
Canción para los días de la vida.  Luis Alberto Spinetta.
“Este día empieza a crecer
voy a ver si puedo correr
Con la mañana silbándome en la espalda
o mirarme en las burbujas.
Tengo que aprender a volar
entre tanta gente de pie.
Cuidan de mis alas unos gnomos de lata
que de noche nunca rien.
Si la lluvia llega hasta aquí
voy a limitarme a vivir.
Mojaré mis alas como el árbol o el ángel
o quizás muera de pena.
Tengo mucho tiempo por hoy
los relojes harán que cante
Y la espuma gira en torno a mi piel
me han puesto manos para hablarle
a las cosas de mi.
Y al fin mi duende nació
tiene orejas blancas
como un soplo de pan y arroz
Y un hongo como nariz
cuatro pelos locos
y un violín que nunca calla
solo se desprende y es igual a las guirnaldas.
Este día es algo de sal
me dejó vibrando al nacer
pesa y es liviano como un hilo sin nombre
suena un poco a mi guitarra.
Tengo que aprender a ser luz
entre tanta gente detrás.
Me pondré las ramas de este sol que me espera
para usarme como al aire.
Y es que al fin mi duende se abrió
tiene un corazón de mantel y batón
y un guiño al ver que todo es verdad.
Ya los gnomos cuiden
a un violín que siempre canta
nunca se adormece y es igual a las guirnaldas.
Y es que nunca calla, solo se desprende
y es igual a las guirnaldas”.
“Me robas la sonrisa que ni yo sabía que tenía entre los labios”.
Mario Benedetti.

Lunes, 18 de julio de 2016. Ciudad Autónoma.
Previo…

__No entiendo nada.
__ Amor, confirmamos lo principal, que Fabián es tu hijo, lo otro que te tortura es la paternidad del hijo mayor, bueno, dejé encargado en la empresa que buscaran en el archivo los papeles de la transferencia de la moto, y comprobé la edad del chico. Se llama Rafael, y tiene veinticinco años, Fabi tiene veintitrés, es imposible que sea tu hijo, es del otro tipo, eso deseo que sepas.
Graziani y asociados.
Miércoles 20 de julio de 2016.

__Guille, tienes una llamada de la casa, es Julieta __avisó Gaby y con un mal presentimiento, Guillermo atendió.

__Dr. Graziani, disculpe que lo moleste, los chicos están en la facultad, y creo que necesito que venga.
__ ¿Qué le sucedió?
__
Guillermito no insistió, pero tampoco quiso bajar, Guillermo se recostó a su lado, y lo contempló hasta que al fin se durmió, se movió con sigilo para llevarlo a su cuarto, y una vez en la cocina, bebió una copa de agua, pensando en que debía tomar medidas urgentes, mientras en la mente y en el alma, sólo veía el rostro bello de… Pedro.

Jueves 21 de julio de 2016.

Guillermo esperaba días más tranquilos, pero supo que no los podría tener sin hablar con Fabián, las visitas iban y venían y demorar la verdad hasta tomar medidas judiciales, con lo que supo por Pedro no tendría demasiado sentido, por lo cual hablaría en la cena, sin embargo apenas llegar al estudio, ya la mañana misma se complicó.

__ Guille, disculpa, tienes una llamada del jardín de Guillermito, al parecer  Fabián no contesta o quizá ni tenga señal en la facultad __informó Gaby, Guillermo atendió el llamado.

__Dr., disculpe, el nene dice que le duele la pancita, necesitaríamos que lo venga a buscar.
__Ya salgo, por favor que nadie lo retire si no  he llegado yo. Guillermo cerró los ojos, los apretó con fuerza suspirado.
__ ¿Guille?
__Guillermito, Gaby. Los problemas desde que apareció Silvina no me dan respiro, parece que se han ensañado conmigo. Esta noche le diré la verdad a mi hijo, y que decida como bien lo hiciste vos, al menos que vaya pensando en su deseo, el de los hermanos no podré saberlo hasta esa citación judicial.
Salgo a ver a mi nieto, extraña a Pedro, se le suma que absorbe el quilombo que ha generado Silvina con su madre y enferma, cancela por las dudas lo que me quede, no creo que regrese.
__Suerte.

Guillermo viajó  hacia Banfield preguntándose en qué instante había terminado la paz y la plenitud que vivieron en la playa hasta el cumpleaños de Pedro, aunque bien conocía la respuesta. El maldito pasado se empeñaba en hacerse presente, y no tenía manera de evitarlo.
Al llegar al colegio, lo recibió la portera, y después de esperar unos minutos, apareció la Directora, junto a ella de la mano estaba su nieto.
Guillermo se puso en cuclillas y recibió a su nieto en el abrazo besándolo en la coronilla.

__ ¿Qué pasa amorcito? ¿No te sientes bien?  __le preguntó.

__ ¿Tiene un minuto? __indagó la Directora.

Mientras una preceptora cuidaba de Guillermito, Guillermo siguió a la mujer hasta su despacho.
__Dr. Graziani, quería comentarle para que informe a los padres, que Guillermito llora en los recreos, y a veces también durante las horas de clases.
El anuncio estremeció a Guillermo. Sabía que el nene estaba pasando un mal momento, pero no tenía idea de cuán profunda era su pena. Suspiró para ablandar el nudo que se había formado en la garganta, y se humedeció los labios, su propio dolor se acrecentaba cada vez que pensaba en el llanto de su nieto, y todavía su hijo no sabía la verdad.
__No estamos pasando un buen momento _expuso sucintamente.

__Lo imaginaba _comentó la Directora.

__ Mi ex mujer, la madre de Fabián reapareció, con ella la madre, Guillermito está escuchando discusiones __siguió explicando Guillermo __.Créame que hago lo posible para que él no resulte afectado, pero no es fácil. Algunas cosas escapan de mi control.

__Imagino que es así __ asintió la mujer__. Sólo quería que alguno de ustedes estuviera al tanto, y que en caso de que esté yendo a alguna psicóloga infantil, pudieran comentárselo.

__Mi hijo fue cuando la madre nos dejó, no he pensado en mi nieto, veré de hablarlo con los padres, no quiero que sufra, se lo agradezco.

Ya en el taxi, Guillermito pareció olvidar que alguna vez había tenido dolor alguno, Guillermo llegó a pensar que había mentido a todos, pero prefirió no indagar al respecto. El nene jamás mentía, y si lo había hecho tendría una razón. Tal vez temía que alguien lo abandonase y no quería despegarse de su lado.
 __ ¿Vamos a comer a Palermo?
El nene asintió. Guillermo decidió aplacar las discusiones. Estaba lleno de ira, se sentía ultrajado e impotente, pero estaba dispuesto a disimularlo por su  nieto. Tenía que recuperar el diálogo con Silvina, si no podía, como Pedro dijera, intentar con el marido. Determinó que si regresaba, evitaría gritarle lo que merecía, ya obtendría su recompensa en el juzgado.
Pasó la tarde con el nene, lo llevó al planetario como hiciera con Pedro, y pasearon, hasta que llegó a Banfield agotado, se les sumó Agustín que extrañaba al hermano y a Guillermo, y al fin llegaron a la casa con el nene dormido. Valeria lo llevó a la cama, Guillermo esperó  que terminara la cena, acomodó a Agustín en el sofá del living para que no viajara a esa hora al country y  finalmente se reunió en el estudio de la casa con su hijo, y le dijo con cautela la verdad.

__Es una mierda, papá, que esté casada, es lógico, pero tener medio hermanos por ahí, como le pasó a Gaby, es una mierda, no los conozco, no los quiero, no sé nada.
¿Cuántos son?
__Tres, hijo __le dijo y tragó saliva, sabía que faltaba lo peor.

__Tres, ¿cómo hago para de un día para otro asimilar que apareció mi supuesta madre, y que tengo tres hermano? __ Las lágrimas saltaron sin permiso en el cúmulo de emociones encontradas. Veinte años pasaron, ¿no pudo aparecer antes?

__Lo sé, hijito, es por eso que  no quise exponerte cuando apareció, estábamos averiguando, con Gaby, con Pedro, al fin Pedro los conocía de reuniones, de la empresa.
Hijo, no tienes que decidir nada ahora ni ya, es que ella y tu abuela, andan apareciendo ahora a cada rato, y Guillermito las ve, está sufriendo por ello. Por mí, no sabrías nada todavía, pero por el nene es que te lo digo. Una parejita de niños son chicos, seis años, no sé bien,  he contratado a una abogada en familia, no sé qué es lo mejor.
__ Nada es bueno en esto, yo no conozco a esa mujer, menos a esos chicos, ¿dos hermanos tengo o tres al fin?
Guillermo  tomó un trago de whisky, no le salía la verdad que más iba a doler, buscó la mirada de Valeria, que entendiendo que algo sucedía abrazó a Fabián.
__Hijo, tu madre es  una basura, una impostora. Por años sentí la culpa del abandono por ser gay, y no nos dejó por eso.
__ ¿Cómo? ¿Qué intentas decir?
__ Que tenía un tipo, o al fin que yo fui el otro en esta historia, a ver hijo, el marido actual fue su novio desde la escuela, siempre estuvo con él pareciera, y antes de casarnos, antes de nacer vos, ella ya tenía un hijo con él. Hijo tienes un hermano dos años mayor. Rafael se llama, Pedro le vendió una moto y por ello lo supo.
__ ¿Qué?
¿Me estás diciendo que abandonó a ese bebé, se casó con vos, nos dejó y volvió con ese tipo?
__Eso mismo, hijo, sí, al parecer, fui un pasatiempo, durante el cual  te parió, luego nos abandonó, y se casó con el otro, entonces tuvo dos hijos más, eso es.
Fui a la abogada porque aunque sé que tienes el derecho a saber, a pensar qué hacer, con ella y esos chicos, también creo que ellos no saben de vos, y no quiero destrozarles la vida, deseo una audiencia civilizada con tu madre, a ver qué mierda saben esos chicos, sobretodo el mayor.
__Es una mierda, todo, pa, esa mujer es una porquería. Yo te juzgué, por...
El llanto cortó las palabras, Guillermo haciendo acopio de toda su fuerza se levantó  y abrazó a su hijo, lo acunó y acarició casi como cuando era chiquito.
__Llora hijito, lo que necesites. No tienes que pedirme disculpas, yo te las pido, y no, porque es una basura, pero vos sos mi hijo y te amo, naciste de ella, no tienes que decidir nada, espera a que hable con ella en una audiencia, sólo piensa. Quizá Gaby pueda aconsejarte, ya sabes lo de ella.
__Es un monstruo pa, lo dejó a ese pibe y después a mí, llevaba vidas paralelas, no fue tu culpa. ¿Pedro sabe todo?
__Sí, hijo, sí, me está ayudando a averiguar, Gaby y él la empezaron a buscar cuando supiste mi verdad, y hace días, poco… que supimos todo.
__No quiero verla, no ahora, menos a esos chicos, no tengo nada que ver con ellos, no sé nada de ellos, tengo más  afinidad con el hermano de Pedro que con ese pibe que es medio hermano, no sé qué se hace __dijo entre sollozos.

__Nada, no tienen que hacer nada que no sientas, hijo, sigue con tu vida, veremos qué quiere esta mujer, qué desea, y si en algún momento sientes que deseas conocer a tus hermanos, bueno, lo veremos, sólo te lo digo para que lo pienses tranquilo, y también que sepas que hice el ADN, porque necesitaba que supieras que sos mi hijo, sin lugar a dudas. Los otros tres son de ese hombre.
__Gracias, pa, iré a dormir, no quiero verla, no por ahora, menos a los pibes, no puedo.
__Valeria, vayan a descansar, no tienen que hacer nada por obligación.
__Gracias Guillermo __dijo Valeria, Fabián se secó la cara con la remera y se fundió en un abrazo con su padre.


Banfield, sábado 23 de julio de 2016.
El comportamiento de Guillermo fue puesto a prueba de nuevo el sábado, por  precaución había enviado a la familia unos días a casa de sus consuegros, pero esa tarde, Silvina se presentó de nuevo, intentando abrir con su llave, sólo Guillermito jugaba en su habitación, había querido quedarse con el abuelo.
Guillermo se enteró de lo que sucedía cuando lo sintió correr, se abrazó a sus piernas en la cocina, la había visto por la ventana, Silvina insistía intentando encajar la vieja llave en una cerradura nueva.

__No insistas, cambié la cerradura __le advirtió Guillermo con voz serena. Tragaba tanto odio que temió que estallara de alguna manera.

Silvina lo miraba asomado en la ventana, con expresión molesta.
__Vine a ver a Fabián y a mi nieto __anunció, disconforme con quedarse afuera.

__No vas a entrar, tu hijo no está en la casa, le conté la verdad, no quiere verte por ahora, respecto de tu nieto, te ofrezco que lo llevemos juntos a la plaza un rato.

Ella dudó por un momento, como si su mente procesara los artilugios que podía tener en contra o a favor accediendo a la propuesta. Finalmente aceptó, porque le pareció mejor pasar un rato con su nieto fuera de la casa, que nada.
Guillermo subió las escaleras, el nene se le había escabullido. Lo encontró en su cama, se sentó en el borde, el nene jugaba con el delfín de juguete que Pedro le había regalado.

__Guillermito, tu abuela quiere verte __dijo.

__No quiero abu __replicó él.

Guillermo frunció el ceño, confundido. Siempre había imaginado que si Silvina volvía, tanto Fabián como luego sus hijos correrían a sus brazos,  la abrazarían y besarían, su regreso sanaría el dolor que su partida había provocado, sin embargo las cosas no eran así.
¿Cómo le explicaría a ella que su nieto al igual que su hijo no deseaba verla?
¿Cómo le haría entender que él jamás había hablado mal de ella ni tenía nada que ver con que la rechazaran?
__Amorcito, le dije que iríamos los tres a la plaza. ¿Estás seguro de que no quieres ir? __El nene negó con la cabeza __. Está bien, no tienes que hacerlo, pero ¿cómo le explico que no quieres?

El nene arrojó el peluche al piso, y se ocultó bajo el edredón.
__! No quiero! __gritó, sollozando.

__Está bien, tranquilo __trató de serenarlo, Guillermo__. Quédate acá.
Volvió a bajar y abrió la puerta. Silvina estaba de espaldas, iba y venía por la vereda, paseando su porte esbelto por las baldosas rojas.
__El nene no quiere salir __explicó escueto Guillermo sin rodeos.

Ella se volvió para mirarlo con un gesto rápido, casi violento.
__Como Fabián. ¡Claro que no quieren verme!
Estoy segura que ni siquiera les dices que vengo a verlos.
__Fabián te vio la primera vez, ahora es que no quiere. Les he dicho, y ahora a mi nieto, y no quiere salir _repitió Guillermo, tratando de conservar la calma __. Deberías comprender en lugar de usarlo para tus propósitos, yo no he ido a ver a tus otros hijos. Te fuiste hace veinte años y desde entonces  mi hijo no volvió a saber de vos, hace poco pidió verte, ahora sabe que tiene un hermano mayor y otros dos, el nene ni siquiera sabía de tu existencia, ¿cómo esperas que reaccione?

__Si vos no les hubieras llenado la cabeza, Fabián al menos me querría.
Por temor a que Guillermito escuchara, Guillermo evitó responder a la acusación injusta.
__Vamos a llevarlo al mismo psicólogo infantil que fue tu hijo cuando lo abandonaste __explicó en voz baja__ .Quizá luego pueda acercarse a vos.

__! Yo no necesito nada de vos! __bramó__. Déjame pasar y vas a ver cómo viene. Yo lo voy a hacer venir.

__No __rugió, Guillermo. No vas a obligarlo, y no molestes a tu hijo si él no te busca. No después de haber desaparecido veinte años sin siquiera un llamado. Fabián acaba de saber que tiene un hermano mayor, o sea que me dejaste por tu actual marido, y a ese bebé, al casarte conmigo. Vuelve en una semana, tal vez al menos tu hijo haya cambiado de opinión. Chau.

Cerró la puerta y no volvió a abrirla aunque el timbre siguió sonando durante minutos. Tan sólo se limitó a subir las escaleras y regresar a la suite para controlar que el nene no hubiera escuchado nada. Iba a entrar al cuarto, pero se detuvo cuando lo halló acurrucado en la cama, con los ojos cerrados abrazando el delfín de peluche.
Se apoyó en la pared y cerró los ojos en busca de paz. Su mente y su corazón eran un torbellino, por momentos quería matar a Silvina para que no reapareciera, pero por otros sentía que debía ayudarla a restablecer los vínculos, al menos por esos chicos
Entró al cuarto, y se recostó junto a Guillermito.

En la semana siguiente, todos evitaron el tema, el nene y su hijo parecieron recuperar fuerzas, entre Fabián y Guillermo buscaron un terapeuta para el nene, no deseaban que guardara dolores que luego perjudicaran su vida adulta, podrían aparecer tíos, abuela, y más. Comenzó con Fabián sesiones una vez a la semana y un taller de dibujo.
Le contó a Pedro por teléfono como novedades, sin móviles profundos, y hablaron a diario, se mostró tranquilo y seguro.
Silvina no apareció el sábado, otra semana pasó sin sobresaltos. Excepto por la ansiedad que crecía por el regreso de Pedro y a pocas horas la audiencia con Silvina.




Sábado, 06 de agosto de 2016.
Aeroparque.
Guillermo fue a recibir a Pedro, con el hermano y su nieto. Le aleteaba el alma al saber que al fin vería a su amor. Desde que el auto los dejó empezó a sentir cosquillas en la panza y la sensación de que todo estaba bien. El sentimiento se acrecentó a medida que se acercaba a la terminal de arribos nacionales. Una vez allí, consultó las pantallas y leyó que el vuelo proveniente de Ushuaia ya había llegado. La información le produjo un revuelo interior que jamás creyó sentir. Apretó la mano de Guillermito y siguió mirando la pantalla, como si eso lo acercara a Pedro de alguna manera, hasta que el  nene dio un salto.

__! Pedro! __exclamó. Luego soltó la mano del abuelo y salió corriendo, Agustín fue detrás, había extrañado a su hermano.

Guillermo miró hacia delante. Le costó un momento distinguir a Pedro entre la multitud que se abría paso hacia la salida, pero cuando lo hizo, su corazón se aceleró hasta dibujarle una sonrisa. Sintió que en su pecho estallaban las mismas sensaciones que sólo él siempre le despertaba, por eso esperó el reencuentro con el hermano y el nene y se quedó mirándolo. Llevaba puesto un pantalón negro lleno de bolsillos, una gran bufanda con un nudo suelto en el cuello, un buzo grueso con capucha y una remera blanca que se avistaba por el cierre un poco desprendido. Su piel estaba tostada por la nieve, y sus labios, heridos por el frío, pero de ese modo le resultó muy atractivo, lucía más fuerte y hermoso que nunca.
Ni bien vio a Guillermito corriendo hacia él, Pedro soltó la mochila que cargaba en el hombro y se puso en cuclillas para esperarlo con los brazos abiertos. Guillermito llegó riendo y después se hundió en su pecho tratando de rodearlo con sus pequeños brazos, tarea que resultó imposible. Pedro también rio y lo apretó fuerte mientras alternaba frases con besos en su frente por entre el pelo enmarañado.

__ ¿Cómo está el príncipe más hermoso de Buenos Aires, el nene que más quiero?
__! Pedrito! _volvió a gritar él, en estado de éxtasis incontenible con el que parecía decirle: ¡Volviste! Vos volviste. Un instante después, se serenó y lo miró con el ceño fruncido__. Estás raro __dijo.

Pedro que prefería no saber en qué sentido lo veía raro, siguió riendo mientras hurgaba en la mochila, antes de abrazarse a su hermano.
__Les traje algo __anunció, y enseguida le entregó un paquete a cada uno.

__ ¿Qué es?
__Un pingüino de peluche para que juegue con el delfín y para ti, hermano, chocolates, traje para todos lo mismo, y en la valija te traigo una campera del sur.
__! Qué bueno, gracias! Te extrañé.
Guillermito rio estudiando el obsequio y le dio las gracias. Pedro les revolvió el pelo y luego se puso a buscar a Guillermo. Lo encontró dando el último paso que lo acercaba a él, entregado a las fuertes emociones que lo invadían en ese momento simple y a la vez mágico. Él también lo sentía después de haber pasado el mes sin Guillermo, tenerlo cerca reavivó sus instintos a un nivel que desconocía.
No pudo contener su fuerza cuando se abrazaron y menos no abrazar sus labios en el beso.
El cuerpo de Guillermo se relajó al fin contra el calor de quien lo abrazaba, sus labios temblaron en contacto con los otros labios, heridos, esperados. Pedro venía de hacer tanto bien y podía hacerle tanto bien a él, que todo le pareció extraordinario. Le acarició las mejillas y sonrió, todavía con el corazón inundado de inexplicable alegría.

__ Te amo __le dijo, incapaz de contener la emoción que lo embargaba de sólo poder tocarlo.

__ Y yo te amo a ti, no sabes cuánto _contestó él, moría por llegar.

Eres mi amor nuevo cada día y cada noche ansioso te espero, tu cuerpo lleno de emoción ha borrado mi pasado solitario, ya no cabe tanto amor en mi pecho. Te confieso que me has enamorado. A tu lado me siento flotando en las nubes. Cuando no estás recuerdo tus caricias y tus besos, me estremezco, al sólo pensarte lo que siento es sublime. El romance que existe entre tu alma y la mía es la magia de la fantasía hecha realidad en tu vida y la mía. Todo en ti es amor, llora por tus besos mi corazón enamorado, sentirte es morir aunque tenga yo vida, porque amarte es la cosa más linda. Contigo el amor es respirar la fragancia del corazón, es vivir la realidad del deseo, porque tú eres, mi complemento, mi hombre verdadero, mi romance eterno, quien merece mi amor, porque tú eres la delicia de la pasión.
El amor contigo es un beso, es exquisito besar, es el ensueño, es sublime fantasear, es el alma, es acariciar la esencia, el amor contigo es amar el amor.
__Ladrón de mis noches, de mis sueños, despierto y me robas mis letras en prosa, sólo vos estás dentro en mi hueco, intento sacarte pero no puedo, el amor por tus lindos labios me puede.
Embrujas mi mente día tras día, mi sangre balbucea al compás de mis acelerados latidos al tenerte tan cerca y no poder tocarte, mi cordura al oler tu cuello se convierte en mil locuras, mis labios tiemblan, se derriten de ganas.
Tierna tu mirada, la mía enloquece en el limbo del sabor de tu boca, amor de mis noches a solas, quisiera tenerte abrazado al pliegue de mis brazos para siempre.

Cuando estuvieran a solas se demostrarían cuán en serio hablaban. Cada noche separados,  se habían revuelto en el propio fuego, ansiando regresar uno, esperándolo el otro.
Poco después, Guillermito los tomó de las manos  y los cuatro se dirigieron al estacionamiento.

__ ¿Viste delfines? __le preguntó el nene mientras caminaban.

__No, donde estaba no había delfines _contestó Pedro__. Había muchos pingüinos.

Siguió respondiendo preguntas del nene y de su hermano mucho tiempo, mientras trataba de disimular la felicidad que le producía volver a ver a Guillermo. Él se la transmitía, porque si bien no emitía palabra, de a ratos lo devoraba con los ojos.
Parecía increíble el efecto que la distancia había tenido sobre ellos, se necesitaban con más fuerza que nunca. Se amaron con la mirada en el trayecto hasta la casa de Guillermo, en la mesa mientras compartían un almuerzo tardío y le hacían mil preguntas a Pedro, e incluso en la habitación del nene cuando lo llevaron a dormir la siesta.
Agustín se fue a  casa de un amigo, Pedro le prometió con o sin Guillermo dormir en el country, al menos esa noche. Guillermito se negaba a dormir, pero lo convencieron que Pedro también tenía que descansar porque había llegado cansado de su viaje. El nene no quería despegarse de él.

__ ¿Y los chicos? __interrogó Pedro.

__En lo de mis consuegros. Los he echado a todos, menos a los dos más pegados a vos _dijo Guillermo cómplice.

La casa se sumió en un profundo silencio, y ellos regresaron a la cocina, donde se sentaron en la mesa frente a frente nada más durante mucho tiempo.
Guillermo estiró una mano, Pedro la tomó por sobre la madera, el roce disparó oleadas de sensaciones en ambos.
La mano de Pedro se sentía rústica, distinta a la última vez que la había tocado, y sus nudillos se veían con manchas rojas. No eran sus labios los únicos que habían padecido las inclemencias del trabajo en el frío, y Guillermo deseó curarlo. Tragó saliva con fuerza, emocionado, al pensar que su cuerpo fuerte sufría consecuencias de un mundo injusto, y que ese cuerpo le pertenecía también a él, porque así era cuando los dos se entregaban por completo.

__Te amo _le dijo con la voz ahogada y los ojos húmedos. Lo había necesitado tanto que tenerlo allí, delante, le provocaba una violenta sensación de alivio.

Pedro decidió responder con acciones. Se puso de pie y en menos de un segundo, estuvo junto a él. Lo rodeó en sus brazos y lo llevó hacia la mesada, Guillermo reaccionó y lo alzó del piso sentándolo a él en ella, con la respiración que se transformó en un ir y venir rápido y constante. Apretó los dientes y se aferró al cuello de Pedro para que no se atreviera a alejarse. No pensaba hacerlo. Pegó su frente a la de Guillermo y siguió mirándolo, esta vez de cerca, mientras sus ojos entraban en su alma, y acariciaban sus miedos en busca de arrebatárselos. Alzó una mano y le rozó la mejilla. Sus dedos se escurrieron por detrás de la oreja y se enredaron en su pelo castaño, tan fuertes que lo estremecieron a Guillermo. En ese momento, sus labios se buscaron, y en cuanto se encontraron ardieron.
Mientras las lenguas se mezclaban buscando sosiego, las manos de Guillermo llegaron a la remera de Pedro y se colaron por debajo de la tela. Tembló en cuanto los dedos hallaron sus músculos y mientras… él le desprendía los botones de la camisa. Alzó los brazos para que Guillermo le quitara la remera y él lo hizo, disfrutando de la añorada piel a medida que iba quedando al descubierto. La actividad física a la que se había sometido lo había vigorizado.
Arrojó la remera al piso, comenzó a acariciarle los brazos, mientras tanto Pedro encontró el borde de la ropa interior de Guillermo al colarse, con los dedos puso la piel en estado de ensueño. Guillermo se inclinó hacia delante y le besó el pecho, luego alzó la cabeza y tropezó con los ojos. Cada segundo que contemplaba aquella mirada, la pureza del alma, el amor lo invadía como si fuera lo único que pudiera albergar adentro. Pedro también lo miraba, y veía en él todo lo que deseaba, todo lo que le hacía feliz, lo que por años le había hecho falta. Volvió a acariciarle el cuello con una mano y a enredar los dedos en el fino cabello de la nuca, mientras sus labios buscaban los finos y después los rozaban con ternura.
Guillermo tembló de emoción y de deseo, mientras la otra mano de Pedro muy despacio transitaba el camino que separaba la mejilla de su pecho, pasando por el hombro y la clavícula. Se aferró al cabello de Pedro y él comenzó a desprenderle el pantalón para sacárselo junto con el bóxer. Guillermo lo ayudó, en cuanto la intimidad quedó al descubierto, así como quedaban sus sentimientos cada vez que él lo miraba, que lo acariciaba y  le obsequiaba un “te amo”, procuró hacer lo mismo. Le desabrochó el pantalón y se humedeció los labios mientras las prendas se rendían ante su esfuerzo.

_ Un momento de amor al fin, de uno con y en el otro, siendo inolvidable como la misma eternidad en un instante, siendo uno el hombre llenando de pasión el instinto del otro, siendo el pensamiento en cada instante, el que hace sentir y revivir ese sentimiento postergado por días.
El amor, una marea esperando ser regada y cuidada con el agua fresca que con un sutil amor, jamás sabría de sequías, deseando por siempre ser la gran pasión despertando cada día junto al corazón único en su latir. Deseando por siempre llenar de alegría la vida del otro, manteniendo las miradas hilvanadas por el amor profesado. Deseando amarse como nadie jamás pudo ni supo, siendo cada día y cada noche la ilusión, la fuerza del amor, y con ardientes besos hacer que los labios evocaran con su sutileza las ansias del otro. Se amaron siendo a cada instante el deseo del otro como  cada día, se amaban como se ama a un amante con ese desenfreno, con esa complicidad, con ese temor, con esa pasión, con todas esas cosas que a escondidas viven los amantes.
En una emocionante entrega a la pasión desmedida, se invitaron a consumirse, a devorarse, a olfatearse, a incrustarse, a devastarse, a paladearse en el deseo de uno dentro de las malicias del otro encendiendo el fuego que sólo uno era capaz de encender en el otro. Se invitaron a probar mordisquitos, a saborear pedacitos, a saciar la sed del otro acercando los labios, bebiendo  dulce néctar sin pensar, seguros que en otra boca jamás lo lograrían encontrar.
Pedro lo provocó con las manos de hábil y experto amante, moldeó la cintura y las caderas, sublevándolo al modelar las nalgas acariciando todos los rincones y colmando todos los vicios.
Lo llevaba con él al campo de batalla de jadeos y suspiros, enrolándolo en estrategias nuevas, inventando y disfrutando la eufórica pelea del placer, entre la hombría y el abrazo ardiente dentro de la esencia masculina tórrida de entrañas fundidas.
Con ansiosa  y única emoción, se apretujó más enamorando, besando, en ese instante eterno, en ese instante de amor eterno, unidos por la pasión haciendo del amor algo nuevo y distinto, algo sublime y prohibido,  entonces ... en  esa entrega, brindaron del amor su vino en esa tarde exquisita y única del reencuentro.

__En el ocaso de mis tristezas ayer me negaste tu mirada, mientras el aroma de tus ropas, yo admiraba. Déjate embriagar mi pasión en tu boca, déjame besar la cadencia de tu cuerpo, el manjar del deseo que provoca cada gemido desbordante de tu pecho.
Déjame suspirar en la pureza de tu alma…Déjame en tus labios suavizar mis labios tensos, para acariciar tu cuerpo de piel tersa en calma segundo a segundo, unir mis besos con tus besos. Déjame confundir mi pasión con tu felicidad, déjame unir tu piel con mi piel ardiente, subir tus colinas hasta el horizonte con suavidad, llegar al pico más alto… Con un grito ferviente.
Déjame explorar; sigiloso y lentamente por los prados floridos hasta tus valles cálidos de lindas colinas y fuentes y acariciarlas suavemente con la dicha de saciar mi sed con el rocío de tu cúspide. Tu calidez, tu aroma al rayar la entrada, déjame navegar en tu manantial por la noche, desbordando cascadas por la mañana hasta llegar al mar… Al mar exhaustos y sin reproche.
__Amor, quiero amanecer dormido en tu pecho, amante y compañero de históricos silencios,  mi boca se vuelve agua  cuando tus pasos salen  a vagar por mis colinas,  y así vestido de tu recuerdo  a veces real otras veces misterio pero siempre mío te añoré estos días y en mi beso anclado.  Te descubro mirando mis ojos  que se esmeran por encontrar los tuyos, entonces mudo y paralizado  doy un paso al vacío…  ése que al caer la noche  ya me tienes con el suave  colchón de que nos eleva al mismísimo edén, sólo tuyo y mío.
Fiel destino de pasiones que se abrazan en su nido,  y así nos levantamos  yo con tu nombre y tú con el mío, con el te amo ungido  en el soplo de la noche  y somnoliento despierto con ganas de seguir dormido.
__ Llévame en tus brazos, al centro del universo, nunca más te vayas solo, llévame donde pueda amarte sin miedos, arrástrame a tu pasión, que yo, mientras cierro mis ojos y pienso en vos, me dejo extasiado entregar  a tus pasiones que tanto me llegan al alma.
Estabas tan cerca casi te tocaba y no veía la hora de amarte, te amo tanto que de sólo pensar mi corazón late con tanta fuerza y quiere salir  de mi pecho que enloquecido de amor, arde con el fuego del Fénix que lo envuelve. Tu boca me lleva a los manjares deliciosos,  jamás he tenido tanta dulzura en mis labios, cuando se juntan con los tuyos, tus caricias me apasionan, me abrazan, me llenan de  paz y tus ojos son lo más bellos que he visto.
Me dejaré embeber en ellos viendo la bella maravilla que encierran, me llevas en tu vuelo  tan especial que tus alas en algún momento pararán y seguiremos volando porque nuestros espíritus están unidos y no existe distancia.
__El brillo espectacular de tus ojos fue una forma en que Dios me dio luz, y en el aliento de vida, vino del néctar y la miel de tu boca. Me dio tu amor, y yo te di mi vida, pero tú te encargaste, de dejarla marchita en cada despedida, en cada amante en años, así como a la rosa la cortas,  la hueles, la deshojas, así hiciste tú con mi vida,  me dejaste, con las alas rotas, si Dios me dio tanto. ¿Porque no me enseñó a vivir sin ti? Si Dios calmó mi sed, al beber de tu fuente, de tus labios jugosos,  como ríos de aguas frescas. Me mostró y enseñó cosas al lado tuyo, me demostró su amor, en tus brazos y arrullos. Me enseñó los paisajes, los montes y los ríos al recorrer tu cuerpo, palmo a palmo querido, exploramos hambrientos y sedientos también cada célula, cada molécula de lo terso de la piel, pero no me enseñó a vivir sin ti, y una vez que llegué, ya no puedo estar alejado, no es mi pasión lo que antes.
Me mostró un jardín, con cardos y con rosas, y descubrí también cosas maravillosas,  habernos amado y haber compartido. Dios me dio el paraíso y poder compartirlo contigo.
Tú… eres como las brisa del sereno, que humedece las flores al amanecer, frías y quebradizas.
Tú… la luz que irradia mis amaneceres y entras por mi ventana; que descubro aún maravillado en el nuevo amanecer.
Tú… el exquisito café al despertar, porque siempre estás ahí, junto a mí saboreando tu esencia.
Tú… que al salir de nuestro hogar, me siento acabado, y en cada recuerdo tuyo, lo veo y tu aroma  busco en cada rincón de nuestra habitación, en él siento tu presencia.
Siempre me has enseñado a seguir adelante por y a lo largo de esta travesía, siento tu mirada cómo se llena de orgullo cuando vamos de la mano.
Tú eres el remedio a mis miedos, porque hay momentos en los cuales no encuentro el camino para salir de esta soledad, pero al escuchar tu maravillosa voz tan dulce y mágica… me dice, no te preocupes yo estaré siempre para ti y le daremos un remedio a esta soledad.
Tú eres la magia para regresar nuevamente a nuestro hogar, porque sé que estás ahí y que nada malo me pasará, por esa razón te amo porque eres el amor que jamás había conocido.
 __Pedrito, reconoce las posibilidades y meditas tus propósitos, me gustaría explicarte que los pétalos que se deslizan tras del abandono entretanto más acelerada es tu ausencia, la cinta de tus manos y mis deseos más escondidos en mi boca se hace más pausada, más agradable y más vieja tal vez, pero como las orquídeas que no les pega ni el rayo del sol,  sigue bellísima como lo sos cuando estás a mi lado, así sea en las lejanías.
Ahora que has llegado caminaremos, por aquellas calles empedradas donde vivimos lo más bello de nuestro amor, y te llevaré al trabajo para recordar esos momentos maravillosos de cuando estábamos los dos en aquellas fotografías de las fiestas y antes de descansar a solas en mi habitación contemplaré mi teléfono y observaré tu número, aunque no me marques sé que  ya  éstas del otro lado de la línea.

Guillermo se dejó seducir por la mirada tempestuosa que lo contemplaba y abrazó a Pedro para seguir besándolo. Sus almas eran una, y lo mismo sucedió con sus cuerpos.
Poco a poco, los sonidos se magnificaron, las agujas del reloj de pared se convirtieron en tambores erráticos y la respiración de ambos se tornó un conjunto indescifrable de jadeos. Era imposible distinguir si era el latido de uno u otro corazón el que marcaba el ritmo de las embestidas, cada vez más enérgicas, capaces de nublar la razón.
Pedro introdujo los dedos en la boca de Guillermo al ritmo de los envites, Guillermo los mordió, se los acarició con la lengua y se dejó envolver por las fuerzas del deseo. Pedro se apropió de sus caderas, lo rodeó fuertemente con sus brazos y pegó pecho con espalda.
Por momentos Guillermo pensó: “acá no”, que nos puede ver el nene, como alguna vez le había dicho Silvina. Del mismo modo, muchas otras frases surcaron su mente, en ese breve instante durante el cual se ausentó del presente, recordando el pasado con ella, con Juan.

__Guille… __oyó de pronto, y todos sus sentidos se recuperaron.

“Basta de pensar en ellos. Estás con el amor de tu vida, disfrútalo, dijo para sus adentros. Sintió el olor más agradable del mundo, y se dio cuenta que provenía de Pedro, estaba respirando su perfume al fin”.

__Te amo __ siguió susurrándole él contra la cabeza. Dos sencillas palabras que lo arrastraron al límite del deseo.

Te amo, ¡yo también te amo!, siguió pensando Guillermo, seis palabras que llegaron al corazón para estremecerlo y brindarle el placer más profundo que había vivido nunca.
Todo su cuerpo se sacudió, prisionero de las sensaciones, y cuando ya no puedo resistir las provocaciones, acabó entre gemidos y gritos que susurraban deseos ocultos. Pedro buscó su boca y le apretó el mentón para que se la ofreciera, una vez que lo hizo, la invadió con su lengua, eran uno por todos lados, y todo lo demás estalló y los catapultó al vacío en segundos.
Derramarse  en su interior, era siempre para cada uno sublime, se trasmitían de ese modo mucho más que su cuerpo. Pedro sintió que le estaba pasando parte de su alma, y ansiaba que se enlazara con la de Guillermo, y siguieron más allá de la agitación y la rendición, intentando prolongar el momento de fundición en el beso. En contra de cualquier pronóstico, pasar un  tiempo alejados, en lugar de enfriar sus sentimientos, los acercó más que nunca. Reavivó su pasión, los llevó a redescubrir su vínculo mutuo y los hundió en un espiral de deseo contenido.
__Quiero que tengamos un hijo nuestro, Guille __pronunció Pedro jadeando.

Guillermo volvió a estremecerse, estaba dentro de él, eran uno.
__ ¿Lo dices en serio?
Pedro le acarició las mejillas y Guillermo cerró los ojos para disfrutarlo por todos lados. Ahora que el cuerpo iba alejándose de las sensaciones magnificadas, pudo percibir de nuevo la rusticidad de las manos que lo tocaban y recordó que no lo había curado. Abrió los ojos y las tomó entre las suyas, comenzó a besarlas con devoción.

__Por supuesto que es cierto __respondió Pedro, muy seguro. Guillermo alzó la mirada con los dedos de él todavía apoyados sobre sus labios y se quedó quieto, mirándolo __. Un hijo o más de los dos se sentirían como un milagro.
Veo el cielo y habla en silencio dejando caer unas gotas de cristal en mi piel con el aroma y sabor inconfundibles de tus labios.

La mirada de Guillermo apenas alcanzó a demostrar la felicidad que embargaba su alma. Imaginar un futuro con Pedro era un poderoso motivo para anclarse al presente, y soñó con eso, con reordenar ese pasado en la vida de Fabián, para disfrutar de este presente, y empezar a escribir las páginas juntos del libro de la vida, aunque apenas eran novios de meses supo que también para él, era su amante eterno.

__Se abrió la ventana  no hace mucho y pude ver tu rostro, con esa mirada intensa y atrevida llena de tu apreciada belleza, desbordándose la intensidad sensual de tus preciosos labios, sintiendo por primera vez el temblor en mis manos , en mis piernas y en mi pecho porque estaban tus labios cerca de los míos y los besé y nos besamos con tu boca y la mía, tu boca una agenda con todas sus palabras silentes y de todas las emociones, emociones convencidas de su carnosidad en la boca, un espectáculo fresco, húmedo, significativo de tu identidad como hombre, como escena llena de muchos horizontes, actuando como personajes los extensos y lindos labios, diciéndome aquí estoy… mírame, extremadamente único y sensual, más sensual que bello y fue en la cátedra.
 Tus labios… una historia infinita por contar con su color y sabor especial anidando en mis manos y en mi alma, en mis manos porque logré sentir tu mundo lleno de esa delicada belleza de tus dos labios, en mi alma porque con ellos dialogo siempre de sus hermosuras aunque no te lo diga, aunque  sabes que amo a tus labios y que te amo, no por la pasión o deseo de hombre, sino por amor y eso no le hace daño a tus labios. Mi amor es lo único con lo que te amo y amo a tus labios y te beso, porque así lo siente mi vida, con mi boca intensa en vos, como un mar, con una exquisitez inaudita, con el color que se pinta, color que te hace ver bello y más bello
Eso… Dios te puso, unos labios en una boca gentilmente bella y eso te hace divino, tan divino que nuevamente te beso y me besas y me besó y te besé en la comisura de sus labios, en esos pedacitos de labios, como los marcados en tu labio de arriba que se convierte en irresistible, en íntimos espacios diminutos que conjugan el verbo besar en todo los tiempos, con tu mirada que me arrulla y me cubre de todas las miradas para besarnos,  sólo ella y mis labios, sin que nadie nos mire, sólo nuestras bocas como testigos del beso, tu rostro tan único como el universo, tu mirada tan especial como el mundo, tus labios tan masculinos como vos, tan modelo aristocrático como tu mirada que se hace ternura y sencillez de amor.
__Eres mi vida. Serenamente apacible y quiero navegar sobre tus aguas mi barca, lleva con ella la quietud de un sueño, la bondad de un atardecer mimado por la paz.
Voy descorriendo las cortinas de la niebla, que como un manto de trémula luz se hace espesa adrede.
Me suspendo sobre la gravidez casi sólida pero espaciosa y bella, sublime en lo recóndito de lo desconocido y ausente del desconsuelo en la miserablemente y casi siempre torpe, burda y avasallante prisa.
Pero te prefiero a ti como a ninguno, donde sólo tú y yo nos embriagamos de silencio y sin la prisa nos arrimamos lejos de la orilla y de las prisas.
Me mueve tu sonrisa y de aquella tupida niebla descubro que en realidad sólo me acompaña del viento su más notable y quieta brisa en un atardecer decorado e iluminado de colores y de alto. Cuántos recuerdos guardo, afortunadamente todos llenos de luz y aún en la completa noche oscura era aquella diminuta luz  que me hacía soñar despierto y viajar a un mundo que aunque no conocía me llenaba de una cálida compañía. Me acompañaban la tibia brisa de la montaña, el particular olor de la campiña, el sonido quedo de los grillos y los quejos de niños harapientos intranquilos tal vez por el hambre o una fiebre inoportuna sin calmantes que mediase por las calenturas. El titilar de aquellas humeantes lucecitas tejían las coordenadas de mis citas nocturnas, era preciso en mi mirar como un GPS a pesar de no existir para ese entonces ese adelanto, sólo me bastaban las constelaciones. Eran mi entretenimiento en las misiones y sin embargo el día se llevaba la experiencia y así todo allí desaparecía.
Amor, lo que callo con la voz te lo digo con la mirada. Hay tantas cosas que muero por decirte, que no sabes, ni te imaginas, bellos ojos que poseen un dulce mirar que conquistan hasta el alma. Tu sonrisa que expresa tu felicidad. Eres el dueño de mi corazón, de mis noches de insomnio de muchas otras cosas.
Esperaré hasta que llegue el momento de no callar más y decírtelo todo. En mí existe un mar de sentimientos sinceros hacia ti. Nunca cambies tus ideales, de lo contrario jamás me hables. Incesante me respiras, siempre tras un largo velo callándome pasé años, esperando fiel mi alumbramiento en un impasse de silencio, quedó nuestro cielo entonces. Pero llegó mi turno y ya dejé de dudar, y defendí mi amor con puñetes y palabras.
__Pedro. Acaríciame, sólo bésame y no me digas nada más, llena mis silencios, vacíos de sueño sáname y no me dejes, nunca jamás. Sí, tú mi amor, escucha mi dolor, calma mis lamentos,  sólo bésame, y dame la tibieza de tu piel y tu cuerpo en el sendero del amor juntos, vivamos cada encuentro. Quítame la soledad y arráncame del largo letargo de mis sueños, dejemos las crueles esperas entre las cenizas del olvido, gocemos las pasiones, que viven en lujurias y suspiros, mi corazón te quiere apasionado entre amores libertinos.
No preguntes. No digas nada más, deja que seque tus lágrimas de amor espinas que mi alma aquieta, en recuerdos que desgajan, recuerda que te amo desde siempre, no importa mi dolor.
Escucha el loco latir exasperado, que siento en mi alma, enardecido de pura pasión entre todo mi cuerpo en el delirio por tu amor que me quita la calma. Apriétame con tus brazos de piel de pétalos de rosas que me aman, déjame sentir las huellas de tus caricias en mi espalda, déjalas morar en mi piel, que por quererte se desgaja.
Dame toda la alegría de tu vida, como auroras que iluminan  y vivir los otoños de mi vida en tu juventud toda la vida,  que todos mis años en tu espera ya vividos te reclaman.
Necesito vivir el amor contigo con nostalgia, ironía de mi vida en la miel de tus ojos, soles de amaneceres transparentes, en la lujuria de los cuerpos, con el alma que nada olvida. Bebe en los barrancos de mis labios, de mi boca insaciable perdido mi corazón te quiere en el goce de tus mieles quemándonos la vida en abismos amorosos, ardientes.
Arráncame la vida, con tu néctar de aliento tibio, dulce y delicioso, déjame gozar la paz de tu amor,  en tu dulce compañía, en momentos tibios y amorosos.

Un sonido los devolvió a la realidad. Sucedió tan rápido que el cuerpo de Guillermo tembló sin que pudiera controlarlo. No quería retornar al mundo real, no quería que la ilusión acabara con el ruido cruel del timbre. ¿Quién sino ella podía molestar a la hora de la siesta de un sábado? Su mente se invadió de malos recuerdos, presagiados por la insistencia de quien seguía molestando desde afuera.

“! Ay, Guillermo, nunca fuiste brillante fuera del estudio, pero con esto de pasaste!
“Si vos no le hubieras llenado la cabeza, me querría.”

Pedro frunció el ceño, consciente de que algo no estaba bien.

__Guille… __murmuró, en espera de explicaciones, obligándolo a volver la cara hacia él. Guillermo tragó con fuerza__. Yo voy __determinó entonces, seguro de que en la mirada de Guillermo sólo se reflejaba miedo y dolor.

__ !No! __se apresuró a exclamar Guillermo mientras Pedro se volvía en busca de su ropa__. No salgas, por favor __suplicó Guillermo.

Se vistió a velocidad de la luz, se acomodó el pelo. Atravesó el living, y una vez en la puerta, la abrió apenas, se trataba de Silvina.
__ ¿Estás acá? __se quejó__ ¿Nunca sales y dejas a mi hijo solo?
__Si esperabas encontrarlos a ellos y no a mí, equivocaste de cabo a rabo, Fabián sale los fines de semana con la familia de la esposa, lo siento. No están.
__Nunca supiste mentir __le increpó ella __. Dile que vine a hablar con él.

__Ahora no puedo, vete, por favor.

Silvina frunció el ceño, tratando de descubrir lo que tenía a Guillermo nervioso. Lo conocía y sabía que se había vuelto más fuerte en comparación con el tiempo que habían estado casados, sólo le faltaba conocer el motivo.

__Silvina, el lunes tenemos la audiencia, arreglemos las cosas allí, lo digo por el bien de los cuatros hermanos.
__ ¿Estás con alguien? __preguntó, con una sonrisa burlona__. No me digas que el estúpido de Juan te soporta todavía.

__Sí, no es Juan, él se fue casi tras de vos, quien está quiere matarte, te conoce, y a tu esposo, así que vete ya mismo __replicó Guillermo.

__No te creo.
Silvina comenzó a reír con una mezcla de sorna e incredulidad en la voz. Su intención era hacerle notar que sin duda disfrutaría de conocer al pobre diablo que había conseguido su ex.
__ ¿Y con quién estás si no es con Juan? __se mofó.

__Conmigo __oyó Guillermo antes de poder responder.

Giró sobre sus talones justo cuando Pedro llegaba al living. Ni siquiera se había puesto la remera, sólo el pantalón, como un luchador dispuesto a retar a su rival. El problema era que, de alcanzarlo, lo destrozaría.
Cerró la puerta de la casa con prisa, rogando que Silvina no hubiera escuchado nada, y se interpuso antes de que Pedro pudiera seguir avanzando.

__No vale la pena, debe estar el marido en el auto, no te ensuciarás las manos __le recordó con ambas manos sobre su pecho, aunque sabía que jamás podría  detenerlo si él  no quería.

__Voy a matarlos __replicó Pedro, mirando la puerta detrás de la cual se escondía su único objetivo… Silvina.
El timbre sonó de nuevo y Pedro avanzó otro paso. Guillermo se desesperó, y en afán por detenerlo, lo empujó.

__Mi nieto está arriba, respeten mi casa, por favor __gritó sin pensar.

Pedro se quedó quieto, sacudido por las palabras. Apretó la mandíbula y cerró los ojos.
__Me estás pidiendo demasiado  __susurró con los dientes apretados. El sonido del timbre estimulaba su ira.

__Lo sé. Abrázame __pidió Guillermo.

__No es la primera vez que viene, ¿verdad? __le preguntó Pedro, haciendo caso omiso de la súplica.

Guillermo lo miró, y al comprobar que él no se acercaría, se abrazó a sí mismo.
__ ¿Por qué no me lo dijiste? __siguió preguntando, Pedro en voz muy baja, le bastaba el silencio de Guillermo como respuesta.

__Estabas de viaje y no quería arruinarlo, como siempre __replicó él.

Pedro se volvió de espaldas y permaneció un momento quieto. Trataba de ignorar el timbre y procuraba no caer en la misma violencia de Silvina y el tipo. Se pasó la mano por el pelo, y después se volvió hacia Guillermo. Aunque intentaba mantener la calma, ardía por dentro.
__Estoy enojado, lo sabes __ le recalcó sin rodeos. Respiraba como si estuviera a punto de lanzar llamas.

__Sabía que te ibas a enojar, pero Silvina fue, es y será mi problema, ya me has ayudado con datos, y no quiero que te conviertas en un monstruo por su culpa __comentó Guillermo con entereza.
__Tendrías que haberme llamado _replicó. Estamos comprometidos, Guillermo, y frunció el ceño, sintiéndose un idiota__. Me llamaste… __murmuró, recordando__. Esa madrugada en la que yo no estaba en la base, ¿verdad?

Guillermo tragó con fuerza y asintió en silencio. El timbre dejó por fin de sonar, y enseguida se oyó el motor de un auto. Silvina por fin se iba,
__Tampoco quiero que pagues a la abogada por amiga que sea __ aprovechó a pedir Guillermo.

__ Me excluiste, Guille __le reprocho, negando con la cabeza y sin hacer caso a su pedido__. Te dejé ayudarme con mi hermano porque eres mi pareja. No me dejas cuidar lo que es mío. ¿De qué sirvo si no puedo protegerte?

__Lo estás haciendo __contestó Guillermo con un nudo en la garganta__. Si tan sólo me abrazaras, yo me sentiría fuerte. Si vos estás cerca, siento que puedo contra todo. Vendrás el lunes a la audiencia, no quiero que peleen fuera, daría motivos  a su favor.

No tuvo necesidad de repetir el pedido. Dando sólo un paso, Pedro lo estrechó contra su cuerpo y lo apretó con fuerza mientras le besaba el pelo y el rostro. El corazón de Guillermo sufrió un ligero dolor, como si el vacío que experimentaba se hubiera llenado tan rápido que no dio tiempo a acostumbrarse al cambio.
__No quiero que te moleste __le hizo saber Pedro, acariciándolo.

Guillermo lo rodeaba con los brazos, lo apretó más, ansiando llenarse de su energía.
__Gracias _dijo.

__Si me dejaras hacer más, tendrás algo para agradarme, pero así, no _replicó__. Me siento inútil.

Guillermo alzó la cabeza buscando la mirada.
__Me basta con que estés a mi lado __aseguró antes de besarlo.


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.

18 comentarios:

  1. Silvia Extraordinarias letras que belleza cuántas verdades hoy se le pone precio a todo a la amistad al amor al pensamiento cuando en otros tiempo valía más el esfuerzo la voluntad propia eran otros valores más sanos más honestos. Felicidades ,gran obra.

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  2. Gilda Nuevamente gracias . Me doy cuenta la apertura de su mente . Su capacidad de analizar y dar el arte sin barreras ...Un abrazo ...Es todo !!!

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  3. Alberto Procura no caer al vacío, gracias al amor, brillante.

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  4. Ramiro Quer Muy hermoso e interesante, apostaría que ahí existen secretos escondidos. Así lo veo.

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  5. Mario Gracias por compartir tan linda novela, ha sido un deleite leerte, dejame decirte que la magia de tus letras me hace estar en extasis, transportandome a una dimensión de fantasias, donde las nubres se transrforman en un solo lenguaje, el amor.

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  6. Claudia Patricia Aguirre GRACIAS BELLA EVE !!!😘😘❤🌷

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  7. Sol Urvino Fabian siempre fue y sera hijo de Guille, y mas ALLA de todo ADN, y de quienes intenten separarlos. UN BESO, EVE.

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  8. Veronica Lorena Piccinino
    Veronica Lorena Piccinino gracias Eve... siempre al pie del cañon con tus historias

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  9. Hermosa historia Eve, esta vez la que complica todo es Silvina pero igual juntos podrán enfrentar cualquier dificultad...

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  10. Belen Cruz Eve no puedo comentar en el Blog 😦 pero leí todas extraordinaria cada una y bellas, saludos te quiero gracias por tanto

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