sábado, 3 de febrero de 2018

"NO SOY YO". CAPÍTULO TERCERO. TIRA 2018



“Cada vez que me caigo miro el suelo /
sus hierbas sus hormigas o su nieve
me reciben como a uno de los suyos
y yo / por una vez / voy de terrestre
voy de terrestre y vengo de volátil
con brazo o ala heridos / disponibles
pero no importa / sangre es lo que sobra
y el alma no conoce alas ni bíceps
cada vez que me caigo recompongo
la biografía de este homo erecto
no tan erecto cuando está la tierra
tan inmediata y tan lejos el cielo.”
*Mario Benedetti
“NO  SOY YO”.

CAPÍTULO TERCERO.

 La imagen puede contener: 2 personas, personas sonriendo
Lunes, 18 de diciembre de 2017.
Palermo.

“¿Hace cuánto que no me dices "mi amor", Pedro, hace cuánto que dejaste de verme como mujer?
Llevo tantas noches sin dormir bien, preguntándome qué he hecho mal, qué te falta conmigo, no  soy madre, sí ama de casa, médica, y esposa olvidada deseando sentirse mujer. ¿Por qué tus manos ya no ansían mi cuerpo sino es para recuperar tus recuerdos?
El insomnio me acompaña en esas noches donde mis deseos hierven por sentir tus caricias, no he dejado de ser una hembra, deseosa de que llegues y seas aquel amante apasionado, que me saques de esta rutina que a veces me asfixia, y me hace sentir invisible, muero porque me tomes descabelladamente entre tus brazos y me hagas tuya, me muerdas y seas aquel salvaje aventurero en mi cuerpo, que recuerdes que algún día desperté en ti tus bajos instintos.
¿Por qué ya no te excita el mirarme?, ¿olvidaste que no solo sé prepararte el desayuno, alistar a tus recuerdos, y tener la casa limpia? Soy la misma que elegiste tiempo atrás, con la que hacías travesuras y era tu cómplice de locuras desde que era adolescente. ¿Ahora como señora y esposa me guardas respeto? ¿No se te antoja verme con ropa sensual? ¿Por qué no puedo ser una cualquiera en nuestra cama y tener sexo desenfrenado? ¿Olvidas que contigo puedo ser eso y más?, no soy menos fémina por haber firmado un papel, por no  haber parido... me he convertido en un adorno de tu casa, una apariencia por guardar, una familia de ficción, mientas buscas en la calle lo que yo puedo ofrecerte, déjame decirte que hay cosas que me salen mucho mejor que preparar la cena, pero tú olvidaste que antes de ser sirvienta y psicóloga, médica, fui quien te complacía a todas horas, me has dejado en un rincón, esperándote solo para verte la espalda al cerrar los ojos y sentirme ignorada.
 ¿Hace cuánto no me dices te amo? ¿Hace cuánto no me haces estremecer? ¿Hace cuánto se te olvidó que sigo siendo mujer? ¿Que necesito un detalle, un abrazo, un gracias y una desvelada a tu lado, con copas y sin cordura? Otro día más, iré a la cama, probablemente auto complaciéndome a escondidas del "hombre" que vive conmigo.
Me dejaste  en la puerta de la iglesia hace dos años, pasé por toda la vergüenza sola, desapareciste casi un año hasta que volvimos a vernos, y te quedaste, y hoy solo creo que me ves como la caja de  tus huidizos recuerdos, solo vives preguntándome y no quiero responderte, no quiero que los recuperes”.


Banfield.

__No papá, no me digas que no irás  a la cena de Nochebuena, son tus amigos de siempre, es una cena, no bailes si no quieres. ¿Es por él, es por Pedro?
__En parte hijo, no soy creyente, no quiero ser hipócrita, no me gustan las fiestas y sí, no tengo ganas de estar entre la gente, me quedaré con Malenita, estará mejor en casa.
__No pongas a la bebe como excusa, pa, no quieres salir, estás deprimido y es evidente, espero que cambies de opinión, porque no entiendo nada, no que te castigues así.
Fabián desapareció dando un portazo que retumbó en la cabeza ya atormentada del padre.

“Hijo, ¿cómo te explico que no te he dicho la verdad, que nadie la sabe, que no quiero salir, que solo quisiera estar con Pedro, o al menos entender lo sucedido?”

__Papá, no me voy nada, me vas a explicar qué mierda estás haciendo de tu vida, si él eligió a Camila, es su decisión, vive, viejo, tienes que olvidarlo, que dejarlo ir __ gritó Fabián enojado.

__No puedo hijito, nunca podré. Te mentí, no sé siquiera cómo decir la verdad que nadie sabe.
__ ¿Qué verdad?
__Pedro… no está casado con ella.
___ ¿Cómo? Pero… si dijiste que es el esposo de Camila, que nunca se divorció…
__Sé lo que dije, siéntate. Perdón hijo, nunca pude decirlo, ni a Beto, a nadie.
Pedro está casado…  pero…  conmigo.
__ ¿Qué dijiste? __ exclamó Fabián sorprendido.

__Que es mi esposo, y Malena es nuestra hija, Fabián hijo, no te enojes, es todo muy difícil de explicar, de entender, por ello lo guardo.
__ Papá, Malena es mi hermana, y creí que era adoptada, ¿la adoptaste con él?
__No, es nuestra, quiero decir, es hija biológica, es tu hermana de sangre, eso quiero decir.
__ ¿Y abandonó a su hija además?
__No creo que sepa que existe, que nació, yo mismo tuve que buscar a su madre,  déjame explicarte, por favor, no nos juzgues.
__ ¿A dónde está la madre de mi hermanita?
__Me dijeron que murió en el parto, hijo todo sucedió cuando viajaste con Ana a Europa luego del divorcio. Tampoco te mentí en todo. Es verdad que Pedro conocía a Camila desde que estaba en el colegio, es verdad que fue su novia, también cómo lo conocí.
__ ¿Y?
__Estaba por casarse con ella, yo estaba  iniciando el divorcio de tu madre, éramos libres, pero vos no sabías mi verdad y para mí eras lo más importante, entonces me enamoré de él, y pasamos un tiempo separados, casi morí de dolor porque él pensaba que yo no dejaría a Ana del todo, que jamás te diría la verdad y estuvo a días de casarse con ella, pero al fin, no pudo, no se animó a mentirse, no se presentó en el civil, la dejó plantada y Camila y Moravia lo odiaron. Nada nos importó. No entonces.
Cuando decidiste viajar con Ana creí que sería lo mejor para prepararme para decirte mi verdad, y solos, a escondidas, en secreto para no despertar el odio ni el juicio de nadie, nos casamos, y nos mudamos a un piso  cercano al que hoy ocupa con ella, solo cuando regresaste yo lo hice a esta casa, en medio decidimos tener un hijo de los dos, y  una mujer muy buena que conocimos en un caso, nos alquiló su cuerpo para el embarazo. Hicimos inseminación mixta, por la estimulación hormonal supimos a poco de andar que sería embarazo múltiple, sin embargo ella como Pedro un día desaparecieron.
Creí volverme loco cuando sucedió, hasta que lo volví a ver.
Pese a lo sucedido siempre siguió siendo amigo de Camila, la quería mucho, ella es neurocirujana, muy buena en lo suyo, cuando un día regresó lo hizo para confesarme que estaba enfermo, que no había querido preocuparme, que se había marchado para que ella lo evaluara, que vivía solo, y que al fin tenía un tumor, cáncer  de cerebro.
Quise retenerlo, acompañarlo, hacer otras consultas, pero se negó a todo, entones me hice cargo de la compañía farmacéutica de tus abuelos además del resto de empresas, investigué mil cosas, había otra clase de tratamientos, pero viajó a Chile con ella, y ya no pude saber nada más hasta hace unos días.
A un año de haberlo perdido, un poco menos, me llamaron del hospital de niños, Malena estaba anotada a mi nombre, acababa de nacer apenas hacía tres días, y la médica dijo que solo había nacido ella y que la mamá murió poco después.
__ ¿Y es verdad todo eso?
__Hice los muestreos genéticos, hijo. La nena es mi hija, es tu hermana, pero es igual a él, es el vivo retrato de Pedro. Y él ni siquiera sabe que está conmigo, que tiene una hija creo.
__Ahora entiendo por qué te aferraste a ella.
__Me aferré a ella viendo en sus ojos a los de él, en sus hoyuelos a los de Pedro cuando sonríe, ella es de los dos, y es igual a él, lo único que me quedó de él. Cuando regresaste, yo ya estaba solo, acá, con ella, y te dije que era adoptada, mentí en todo, hijito, nadie lo sabe, perdón.
__Pero… Papá, con más razón él tiene que verte, que ver a su hija, que saber la verdad y vos de él. ¿Qué mierda hace con esa mujer si sigue casado con vos?
¿Acaso se casó con ella en Chile?
__No sé nada, hijo, no sé nada, no entiendo nada y hace muy poco que lo vi como para entender, como para que pueda ir a una fiesta, como para que no desee estar solo, pensando en qué sucedió, en qué debo hacer, ¿entiendes?

“Hundido en el pozo por tus engaños, hundido en la vergüenza de tus traiciones, hundido en la miseria por esos besos olvidados que fueron mentiras, hundido por el daño de tus puñales, hundido por el olvido de tu mirada, hundido en el pozo de las estrellas apagadas…  te extraño, Pedro.
Más ya ni el llanto aplaca mis huellas, calvario tras penumbras congelan mi alma amarga, huellas rotas que fueron de nubes blancas, alma como cortina carcomida, como piedra dura que  rueda sola, descalza, arrugada, como en un suspiro olvidado, perdido, como cara sin rostro.
Hundido, hundido por este destino implacable robador del hilo viejo que amparaba mi vida, puñales que vuelven a rasgar mi alma ya oxidada por la maldad de una mentira, mientras tus labios que fueron míos hoy duermen a escondidas en otro aliento, malsano despertar el mío que congela mis rotos amargos.
Desconsuelo soy tirado en el hueco de una orilla negra, acurrucado en la tibieza de una noche de estrellas, tembloroso, sin apenas latidos, ojos rellenos de sal, polvo de huesos que navegan al hastío mientras mi alma en la mano decide el ahogo, hundido, hundido por el único amor verdadero.
Solo abrir mi mano y mi alma como pájaro libre vuela, solo un cuerpo vacío soy en el desconsuelo de una noche de estrellas, ojos de mirada ciega, cuerpo mojado por la sal de marea, huellas que ya son olvido, paz en un cuerpo donde su alma ya vuela, ya solo en mi alma viven las mariposas que guardé de esos besos que me dabas, Pedro.
Me pregunto si guardarás mis cartas, si tienes las entradas de cada cine y teatro al que fuimos aun cuando ya estabas  con ella, según vos no juntos sino casi internado haciendo estudios, fueron casi tres años que seguiste viéndola a diario, o mejor dicho que volviste a verla luego de no casarte, años en los que seguimos saliendo, amándonos,  años en  que me jurabas amor eterno, hasta que dejaste de venir a buscarme, hasta que no encontré más pista que una nota diciendo que viajabas, sin decir siquiera, a dónde.
Y yo necesito verte, Malena necesita a su papi, no quiero que crezca sin saber de vos y vos de ella,  yo te amo, Pedro, yo no puedo amar a nadie que no seas vos, yo sigo usando la alianza porque me casé de verdad, me casé buscando con vos el juntos para siempre cielito. No quiero odiarte, no puedo pensar siquiera en que olvidaste todo. Simplemente te amo, aunque a veces te odio. Pero, sin embargo no hay una noche que no te sienta en mi cama, que no te ame como si fueras real, siento que me vuelvo loco, si hasta huelo tu perfume.
Te amo como las olas a la arena de la playa que dibuja suspiros al arrobo de un beso. Como gaviota al mar de aurora con  cálidos abrazos planeados con ósculos robados libando su nirvana esencia. Te amo como el ocaso a la noche que se entrega sin tregua a la peregrina incertidumbre de esperar una nueva aurora.
Te amo como la lluvia a la campiña que baña sus ramales arco iris con caricias, bendita savia
retocando de verde esmeralda. Te amo con vehemencia de mi piel vistiendo la tuya,  calor conjugado en tu vientre de mi  aturdida querencia. Te amo con dulce embeleso convertido en mi espejismo por calmar mi desvelo y descifrar el misterio de tus labios. Amo tu vientre esotérico huraño con deseo ardiente,  inaudito de calmar mi volcán de delirio al vibrar de cuerpos sedientos uno del otro.

Silencia mis lamentos en estas letras muertas, que son suspiros sin destino, perlas salinas impregnándose en mi rostro, vacíos que se tiñen en mi camino y divagando por esa vereda del olvido.
Eres el eco silente en mis adentros, que antes eras resonante y danzante en latidos, siendo vos amor el canto armonioso que iba encendiendo la esencia que hoy se va extinguiendo y sin rumbo fijo, sembrando solo heridas por tu sinrazón y haciendo desangrar a mi corazón aprisionado. Necesito entender. Deshojando mi fragilidad, cual pétalo de un rosal, dejando solo sus espinas que se funden en el cruel dolor y ansiedad nublaste la claridad de mis pensamientos, ocasos que son mi desesperanzas  y anidándose dentro de mi alma destello de tristeza y nostalgia.
Letras inertes que gritan a mi alma y a mi mente llevando mi mirada al firmamento que alguna vez fue nuestro , llamando desencantos y suspiros que se calan en mi voz entrecortada buscando la paz y el descanso que necesita mi corazón herido que aún te ama.
Esencia que se va abriendo paso en los inciertos, extrañando ese calor que me daba el abrigo de tu ser, consumiéndose en el frío indolente de tu ausencia, que sembró la llama perpetua de tu desamor.
Letras muertas que estremecen como las melodías que son acordes hoy de mi corazón, sinfónica que escribían en los recónditos espacios de mi alma, donde un día vos y yo nos juramos eternidad ante la luna y el creador.
Me pregunto si guardarás mis cartas, las entradas a cada cine y teatro que íbamos y que jugando decidimos coleccionar, si recuerdas que tengo uno de tus cuadros en el departamento, si sabes que viviste en otro quizás.
Sigue en mí ese deseo de probar la miel de tus besos, de hacer de tu piel  el lienzo donde pueda plasmar mis instintos, donde mis manos se pierdan en el laberinto de tus emociones, donde el sonido de tus quejidos me guíe por el sendero que me llevará a introducirme  por esa estrechez que posees, para abrirla tan sutil como intempestivamente, deseo que tus uñas tatúen mi piel como respuesta a la satisfacción de sentirte amado y complacido, deseo recorrer con mis labios la curvatura de tu cuello y cintura, que mi lengua deguste de la sal  de tu espalda que tatuaré en mi memoria, deseo que el frenesí de tu entrega sea tal, que el vaivén de tu ritmo sea el que marque el compás de la melodía que mi cintura llevará, deseo que tu éxtasis haga uno con mis ganas de seguir y no parar, ver cómo abres tus alas, bella mariposa que está dispuesta a volar, dispuesta a dejarse llevar por los vientos de las exhalaciones de nuestras bocas.
Deseo hacerte mío de nuevo y solo a vos cuando podamos sentir tocar el cielo  en el lecho fortuito que nos da la ocasión, sentir morir mil veces y mil veces alcanzar la gloria. Déjame recorrer tu piel con una rosa y  sientas  suave sus pétalos como mis besos. Entrégate a esa ganas de amar,  sácame este deseo de reconocer tu interior…  de saber de tu gemir erizado en el silencio de  cuatro paredes testigo de un amor en que convencidos somos el mismo sentir, sin conocer el qué dirán porque somos uno sin dejar de ser dos en el momento de amarnos piel a piel, ardiendo en la tentación del amor fiel, el que nos prometimos, el que vengo cumpliendo. Si yo rechacé a José no puedes estar con ella, no lo entiendo ni lo creo, algo sucede que no logro entender ni  ver.



Palermo.
 Decidí empezar por el cine. Hiroshima mon amour fue de las mejores películas que vería jamás, y la más apropiada para ese momento de mi vida. La memoria y el olvido eran los ejes transversales de toda  la obra. Me fascinó. No podía recordar haberla visto, pero la entrada estaba entre mis tesoros. Debía retractarme y coincidir con mi hermano, la amnesia tenía sus ventajas.

Luego de la película me dispuse a revivir mi viejo ritual en la cafetería. Tuve que pedir algunas indicaciones para llegar a la dirección que figuraba en los recibos, pero, al ver aquel mágico lugar al final de la cuadra, me sentí como en casa, y empiezo a sentir algo, dejà vue, flashes de ellos con algunos lugares, situaciones, como cuando hice la búsqueda en la Web de Guillermo Graziani, supe que es penalista como lo soy yo supuestamente,  pero que además maneja varias empresas de sus padres.
 El sitio era un paraíso en la tierra. Cada pequeño detalle de ese espacio estaba impregnando del aura de la ciudad, desde los ramilletes de flores sobre las mesas apostadas en la acera hasta los orgullosos claveles irguiéndose en las solapas de los mozos.  No recordaba haber estado allí, pero, sin duda, había estado allí.

_ ¿Doctor, Pedro Beggio? ¿Es usted? ¡Soy yo! Diego.

Alcé inmediatamente la mirada, uno de los mozos estaba allí, para no dejar lugar a dudas, esa era la cafetería de mi ritual.

__Casi no lo reconozco más delgado y con el pelo corto. Se ve usted como un príncipe _me dedicó una delicada reverencia y no pude hacer más que soltar una estridente carcajada. El muchacho se mostró confundido por mi comportamiento.

__Lo siento… __me disculpé rápido__. Antes que continúes, déjame advertirte que no te recuerdo. No es tu culpa ni la mía, es amnesia retrógrada global.

Parecía más confundido.
__Básicamente, no recuerdo nada antes de agosto de 2017. Tumor cerebral… ¡larga historia! Otro día te la cuento.
__Lo siento mucho __murmuró apenado__. Pero se lo ve bien.

__ También yo lo siento, y sí, al menos estoy vivo, según dicen libre de la enfermedad _acordé con una sonrisa.

Consulté mis viejos recibos antes de pedirle a Diego que me trajera un jugo de pomelo exprimido, parecía ser mi bebida favorita en el pasado.
No tenía recuerdos en el sentido convencional del término, pero, a fin de cuentas, ¿recordar no es evocar?
Tal vez  no pudiera  recuperar recuerdos detallados, pero mis sentidos podían reconocer los alrededores, desde el ángulo de las sombras… sobre la mesa a esa hora de la tarde hasta el aroma de la enredadera descendiendo por la pared. Incluso antes de probar la bebida, sabía que tendría  más azúcar que lo necesario. Estaba emocionado, tanto que deseaba llorar.

__ ¿Qué tal está el jugo, doctor? _consultó Diego a la pasada.

__Muy rico… pero muy dulce.
__ ¿De veras? Le puse ocho cucharadas de azúcar, como pide siempre.
Ahora entiendo por qué el café de Camila me parece espantoso… __reflexioné para mí mismo.

Cuando la charla casual con Diego concluyó, observé alrededor y algo llamó mi atención.
__No puede ser.

Del otro lado de la calle, había una tienda de venta de arte probablemente de tipo rústico en el decorado, pero no fue lo que me llamó la atención, sino el cartel de la puerta: “Graziani e hijos…  Restauración”. Estaba cerrado.

__
Preparé un pollo al horno y ensaladas para la cena antes que Camila regresara. Durante toda la cena estuve escuchando anécdotas de pacientes y líos entre médicos y enfermeras. A decir verdad no estaba demasiado atento esa noche.

__Pedro…
__ ¿Qué? __alcé la vista hacia ella.

__ ¿Estás bien?
__No… __me puse de pie y comencé a levantar la mesa solo con la intención de evadir un posible interrogatorio o discusión porque no quiero salir para las fiestas __.Me duele la cabeza.

__Te haré hacer una resonancia.
__!No! __grité__. Por Dios, mujer, que soy claustrofóbico, no soporto ya esos aparatos, tampoco cada vez que me duela un ojo me entrarás a esos tubos.

__ ¿Tomaste la medicación?
__Sí.

Esperaba que como cada noche, Camila corriera a darse una ducha y a meterse en la cama, pero, muy por el contrario, parecía dispuesta a pasar un tiempo conmigo, justo esa noche, cuando todo lo que quería era quedarme solo y pensar.
Se ofreció a preparar café y, tan diplomático como pude recibí la taza con una sonrisa. Nos dejamos caer pesadamente sobre el sofá del living y pasó su brazo por mi pecho, una muestra de cariño muy inusual en mi esposa. Sentí sus labios rozando los míos, y apoyé mi cabeza sobre su hombro. A pesar de mi reticencia inicial, eso era justo lo que necesitaba.

__ ¿Quieres decirme qué es lo que te provoca ese dolor de cabeza?
¡Excusa! ¡Rápido!
__ ¿Me cuentas cómo nos conocimos?__ En lugar de responder a la pregunta pensé en cómo distraerla.

__Claro… Lo recuerdo a la perfección _entrelazó sus dedos con los míos y subió los pies a la mesita de la sala. Era extraño verla tan distendida. __Vivías con tu hermano entonces. Hacía poco tiempo que se habían mudado a estudiar a Bs. As. Y estaban instalándose. Alquilaron un departamento cerca de acá y tenían... digamos problemas con la dueña.

__ ¿Qué problemas?
__Bueno… __Sonrió divertida __.Tenías un gato al que adorabas y ella no quería saber nada con animales allí.

__ ¿Tenía un gato? __pregunté sorprendido.

__Sí. Y lo amabas mucho… tanto que  como yo vivía al lado y tenía un cachorrito, fuimos a ver a mi papá para pelear.
__ ¿De verdad?
__Te juro.
__ ¿Ganamos?
__!Claro que sí! Mi papá era fiscal entonces, trabajó meses hasta que decidió recurrir a la Declaración Internacional de los Derechos de los Animales para ampararnos… ¡Me divertí como nunca! Y sí, ganamos. Terminaste mudándote conmigo, al recibirnos me pediste que nos casáramos.
 Sus ojos brillaron con intensidad cual luceros en medio de la noche.

__La gatita y mi perrito murieron, una noche dejé una ventana abierta, y cayeron por el balcón… creo que nunca me perdonaste por eso.
__No… Estoy seguro de haberte perdonado por eso, aun así no lo recuerdo. __Tomé sus dedos entrelazados con los míos y dejé al descuido un beso sobre ellos. __ ¿Y qué pasó con nosotros?

__Nos casamos y un poco después…
__No… me refiero a qué pasó con nosotros. ¿Por qué dejamos de amarnos? _pregunté, mirándola a los ojos.

Al principio pareció impactada por la brutalidad de mi pregunta, pero luego de unos segundos, una mirada colmada de resignación hizo acto de presencia.
__No lo sé.

Despojada de cualquier máscara que hubiera utilizado hasta el momento, me abrazó con fuerza, como si no quisiera dejarme ir jamás. Era un abrazo cargado de temor pero también de desenfadada pasión. Sus manos envolvieron mi cuello en un intento desesperado por conseguir un beso, uno que consiguió, y al que siguieron tantos que mi boca estaba a punto de sangrar.
Esa noche, Camila y yo hicimos el amor por primera vez… y, casi con seguridad, por última vez. Las mentiras que dijo,  solo años después quedarían al descubierto.


“Amar se siente se ve en la mirada se respira. Se ama intensamente o no se ama
Viví olvidado de mí. Hoy te veo cerca,  ceniza apasionada,  eso fuiste Camila en el rescoldo del tiempo, traspasó el borde mágico  de la noche pesada.
Mi corazón inquieto y trashumante, el que escribe sabe  que no duele tu nostalgia, el que lee, aprendiz de la nada,  frontera lejana, golpetea el teclado al son de mi  nota.
Las palabras huyen de mi mente lejos el ruido de los trenes,  esos que van a cualquier parte.
Vuelan lejanas las ideas,  van al paredón de ninguna parte, tú amor, despeñadero conocido,
¿sabes?, se me acabó la ternura.
El tiempo fue más fuerte, este pobre poema  de letras desgastadas, era para ti,  pero hoy no escribo nada, no soy tuyo,  no eres mía,  no fuimos nada.
En la frontera del tiempo,  bordeando el horizonte,  te pensaré desde lejos, más allá de los sueños,  que es todo lo que tengo”.


Jueves 01  de febrero de 2018.

  Casi dos meses después seguía sin poder recuperar mis recuerdos.
Sería un día ajetreado. Me habían dado las llaves de mi nuevo departamento tan solo tres días atrás y aún quedaban muchas cosas por acomodar. Entre las clases de arte, y mi reintegro al mi trabajo con horario reducido, el tiempo se iba volando.
En efecto sí, resultó que no tengo idea de dónde me recibí, ni cuál ha sido mi colegio en la primaria, pero sí recuerdo el derecho, lo que estudié, lo mismo que el manejo del coche, extraños enigmas de la mente. Luego de decenas de pruebas al fin me dieron la licencia para manejar.

__! Wau!.. __me tomé la cabeza al ver el desorden de cajas que esperaba por mí en la sala.
Felizmente conseguí un pequeño monoambiente a apenas unas cuadras de mi trabajo. Era un sitio adorable. Diminuto, pero confortable. Todo lo que necesitaba para comenzar de nuevo, pensé entonces.
Camila y yo habíamos decidido separarnos unos días tras, casi una decisión tomada mucho tiempo atrás, sospecho que incluso antes de lo que podía recordar, aunque ella me negaba el divorcio, todavía. Era una mujer adorable, y una amiga incondicional, pero, como esposos, habíamos dejado de elegirnos mucho tiempo atrás.
Ella se la pasaba viajando por congresos y consultas, al menos eso decía, yo al comienzo la justificaba, no la cuestionaba, aunque en el fondo sospechaba que no viajaba sola.
Accedió a regañadientes a que me mudara, la excusa es mi pasada enfermedad.
Mis padres lloraron como desquiciados cuando le comunicamos la noticia y se mudaron a Chile, ella me lanzó un centenar de maldiciones. Para mi sorpresa, mi hermano se mostró más comprensivo, además  su escándalo fue superior porque se divorció de su esposa, y nuestro vínculo se estrechó. Cenábamos los dos solos al menos una vez por semana y, en una de esas oportunidades, me confesó que nunca había perdonado a Camila por la muerte del gatito. Reí hasta más no poder.

Cuando horas después de meticuloso trabajo, mi nuevo hogar estaba acomodado. La ropa en el vestidor, los utensilios en la cocina y el sofá cama en su lugar. Ya solo restaba colgar la serie de los Monet, los cuatro de cinco para ser más exactos, lo único que me traje con mi ropa y pocos libros, y todo estaría listo.
Satisfecho con el trabajo, me arrojé sobre el sofá con la mirada fija en la pared. Traté de relajarme, pero, por más que intentara, aquel espacio vacío sobre mi pared seguía molestándome.

__Eso no está bien _dije, observando la cercenada serie.

Media hora después estaba saliendo de mi departamento con el papelito del restaurador de arte en la mano.
Por laguna razón desconocida estaba nervioso, quizá por la misma razón por la que no había regresado a la cafetería.
Encendí un cigarrillo media cuadra antes de llegar (vicio de reciente descubrimiento para mí); pero ni siquiera eso lograba mitigar el temblor de mis manos y rodillas. Debería haber usado alguna pastilla, pero trato de evitarlas.
Dos minutos más tarde estaba terminando mi cigarrillo frente a la fachada de la tienda, retrasando mi tiempo entre calada y calada. Cuando vi a Diego, observándome confundido desde el otro lado de la calle, decidí que era hora de entrar.
La sorpresiva campanilla sobre la puerta casi me provoca un infarto al entrar al local. No había nadie. Solté un suspiro mientras esperaba para ser atendido, tomándome mi tiempo para evaluar el entorno. Era un  desorden allí dentro. Había pinturas y esculturas dondequiera que mirara, y muchas lámparas, algunas parecían ser muy antiguas. Las motas de polvo bailaban frente a mí, iluminadas por la claridad que a duras penas lograba atravesar el cristal de la vidriera.

_!Hola! __ ¿Es que nadie pensaba venir a atenderme?

Estaba a punto  de dar media vuelta e irme, cuando escuché movimientos en la trastienda. El corazón me dio un vuelco dentro del pecho.
Esperaba reconocer a Guillermo Graziani, pero un muchacho alto y de pelo negro ondulado, con Jeans y una remera, hizo su ingreso.

__ ¿Puedo ayudarlo en algo, señor? __preguntó mientras se afirmaba sobre el mostrador. Yo no podía despegar mis ojos de él. No esperaba  ver a alguien como él en un lugar así, Esperanza ver a Graziani. __ ¿Señor?

__Sí… __Levanté la mirada del piso y me aclaré la garganta.  __Lo siento, ¿qué dijiste?

__ ¿Puedo ayudarlo en algo?
 __Sí. Vengo a retirar mi cuadro _con una mano extremadamente temblorosa, le extendí el maltrecho papel.

__Déjeme ver…__el chico recibió el papel entre dos de sus dedos para estudiarlo con más detenimiento__. Soy nuevo, faltó el empleado, pero veo que esto es viejo.

____Sí. Olvidé retirarlo _contesté con una rodada de ojos.

__ ¿Olvidó retirarlo por cuatro años? _preguntó con una ceja alzada, un claro gesto de desafío.

__ Sí _respondí con firmeza__. Podrías darme el cuadro o tendremos que llamar al señor Graziani?

Su mirada cambió automáticamente al oír el evidente filo en mi pregunta.
__No puedo darle su cuadro ahora, debe estar en el depósito… y Guillermo no se encuentra hoy.
__ ¿No? ¡Qué pena! Tendré que regresar mañana __tomé el papel que basculaba entre sus dedos, y él lo sostuvo con más fuerza.

__Tampoco creo que esté mañana.
__No importa __tiré del papel para recuperarlo, molesto__. Gracias por tu ayuda.

Me di vuelta y caminé hacia la puerta.
__Cuando quiera, señor.

El modo en el que dijo “señor” hizo que mis adentros rechinaran pero, de todas maneras, giré con mi mejor sonrisa antes de salir disparado hacia la calle.
Crucé la acera sin mirar, tan furioso que un auto casi termina con mi miseria allí mismo.
__! Preste atención! __gritó el enfurecido conductor.

__ ¡Usted también!
__ ¡Doctor, Beggio! ¿Está usted bien? __Diego tomó mi brazo al verme tambalear.

__Estoy enojado, lo siento, no es contigo, necesito beber algo.
__Le traigo su jugo.
__Mejor que sea una cerveza, por favor.

No regresé a buscar el cuadro ni al día siguiente ni a la semana siguiente. Me tomó diez días completos tener el suficiente coraje para regresar a la tienda. La misma vidriera y el mismo muchacho me dieron la bienvenida.

__Buenos días _murmuré a desgano, ya sin sobresaltarme por nada.

El chico, esta vez enfundado como antes, solo se limitó a darme una mirada de arriba abajo.
__Vengo por mi cuadro.
__Claro que sí. __Soltó un sonoro suspiro y se dio media vuelta perdiéndose en la trastienda.

“¿Había encontrado mi cuadro? ¿Al fin lo recuperaría y con él el secreto que intuía encerrado?
Debería haberme sentido aliviado por eso, pero extrañamente el estómago se me encogió de la angustia. Tenía unas incontrolables ganas de llorar, y hasta tuve que morderme el labio para contener el inminente estallido. Estaba a medio segundo de sucumbir, cuando el muchacho regresó… con las manos vacías.

“Yo soy, sí,  aquel que a lo lejos te observa  con gran atención y te mira directo a tus ojos. Aquel que día a día te saluda y te da los buenos días, deseando con ansias que le devuelvas el saludo.
Yo soy, el que se acerca a vos y susurra en tu oído, palabras con cariño, palabras para enamorarte. Soy ese que quiere llegar a tu alma, para con sus palabras  robarte tu corazón.
 Yo soy, ese que te toma de la mano, para caminar a tu lado, para decirte, un te quiero. Para que entiendas que sos importante para mí. Y que te quiero a mi lado, como mi pareja.
Soy yo, ese que busca tus labios, que desea tu boca tocar con un beso. Ese beso que demuestre toda mi pasión, y el fuego que guardan mis deseos por vos.
Soy yo, ese que quiere estar a tu lado. El que desea con sus manos acariciarte. Yo quiero sentir el calor que encierra tu piel. Quiero que tu piel encienda mis deseos de amarte.
Soy yo, no cabe duda, no busques más allá. Estoy aquí para entregarte mi alma y corazón. Solo a cambio te pido que vos me entregues tu amor. Para que yo el resto de tu vida, te haga el Amor. Soy yo el que solo  siente todo y te mira de lejos,  soy yo el que en el mismo tenor te odia Pedro.
 El mismo que te ama y que sabe que el milagro del amor ahora sostiene nuestras almas, porque desde siempre se han amado... “
“Se puede matar todo menos la nostalgia… la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña."
Cuando sepa de ti, disimularé, no les contaré que te conocí, ni que estuvimos juntos, no les explicaré lo que yo fui para vos y vos para mí, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos, primero, porque jamás me creerían, pensarán que soy exagerado, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto, me tomarán por loco, se reirán de mi pena y me empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.
Cuando sepas de mí,  calla y sonríe, jamás preguntes qué tal, si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue con todo lujo de detalles, ya verás, poco a poco, irán naufragando restos de nuestra historia contra la orilla de una nueva vida, pedazos de recuerdos varados en la única playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol, y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes, intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arrojártelo a quemarropa, pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo, inconexo y mal.
Qué sabrán ellos de nuestras alegrías, yo, que la tuve entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás.
Nadie puede imaginar lo que siento cuando sepa de vos, nadie puede sentir el dolor de esa ecuación que creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final, sentir el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación, sentir qué hubiera pasado si...  Y sobre todo, sentir que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos, algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos, algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.
Pero  aguanta, resiste, hazte el favor, háznoslo a los dos, que no se te note, que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.
Eso sí, cuando sepa de vos, intentaré no dar portazo a tus recuerdos, piensa que llevarán días, meses o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que alguien los acoja, los escuche y les dé calor, son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que solo nos hacen gracia a vos y a mí, escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.
Y vos a mis recuerdos, dales cobijo, préstales algo, cualquier cosa, aunque solo sea tu atención.
Porque si algún día se de vos, eso significará muchas cosas, la primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de vos como yo quería, la segunda, que por mucho que lo deseaste, vos tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos felices, sí, felices, la tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad, y la cuarta, por hacer la lista finita, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.

Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí, nada de todo esto debería dejarte mal, piensa que vos y yo pudimos con todo, piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.
A partir de ahora, vos tranquilo, que yo estaré bien, me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios, esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.
Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonto y disimula.
Haz ver que me olvidas. Y me acabarás olvidando”.

Estas son las líneas más tristes que he escrito en toda mi vida, aun siendo un hombre que gusta mucho de la prosa y que ha tenido posibilidad en incontables ocasiones de narrar historias y crear cuentos, créeme, que nada se compara con el dolor que ahora siento al vaciar mi alma en estas letras que no sé si llegarán a tus manos.
Te extraño. Intento comprender por qué el destino nos ha separado, yo acá solo en este mundo que para mí sin vos lo encuentro vacío, y vos allá detrás de esas rejas aislado de todos los que te queremos y extrañamos. Quisiera que la realidad fuese otra, que jamás hubieras cometido ese error, no te juzgo, te lo juro, sé que yo también habría hecho lo mismo, pero quisiera tener el poder de regresar el tiempo y poder reescribir ese capítulo en tu vida, haría todo porque  no pasaras lo que viviste, te ayudaría, te protegería con mi propia vida, valdría mucho más estar muerto realmente que muerto en vida por no tenerte.
Te extraño mucho. Mi alma pesa y se ha vuelto oscura, le hace tanta falta la luz de la tuya, la alegría que le inyectabas a mis días se ha esfumado, hoy solo soy un fantasma que deambula por la casa que era nuestro hogar, todo es gris, ya nada tiene sentido, cuando estoy adentro quisiera no estarlo, entonces salgo y sucede exactamente lo mismo, quisiera encerrarme... Y lo hago. Así es como vivo, o más bien, sobrevivo, en un ir y venir a todos y ningún lado, me siento raro, devastado, perdido.
Te extraño tanto. Tengo la horrible sensación de que arrancaron de mi corazón una parte, la mitad para ser exacto, sé que estás vivo, que existes, pero al estar allá encerrado  es como si el universo hubiese conspirado en mi contra y de repente decidió apartarte de mi lado, a veces siento que lo que queda mi corazón aún está sangrando, quizá esa sea la tinta con la que ahora escribo, ¡vaya tinta! La más costosa del mundo, no por su valor económico sino porque cada gota que brota siento como si me estuvieran desgarrando.
Te extraño demasiado. Siento que ya no puedo más, lloro, grito, exploto, maldigo. Me he vuelto un ser despreciable, tan nefasto que ni yo mismo me aguanto. Quisiera desaparecer. Quisiera atravesar las paredes que nos separan y llegar hasta donde vos estás, abrazarte, besarte, vivir con vos mas estoy paralizado, no me importaría sacrificar mi libertad si con ello podríamos permanecer juntos, haríamos de ese pequeño lugar nuestro mundo, no nos haría falta nada, tendríamos aire en los pulmones y toda una vida para seguir soñando.
 ¿Te das cuenta lo que estoy escribiendo? Solo son fantasías, cosas absurdas, ¡imposibles!
 Creo que estoy quedando loco, el dolor de tu ausencia me está cegando, me está haciendo imaginar cosas inexistentes. Mejor me despido, no quiero contagiarte con mi pésimo estado de ánimo, solo te pido que me perdones por haberme atrevido a expresar la tortura en la que vivo, no es mi culpa, mucho menos la tuya, es solo que te extraño, te extraño demasiado.
P.D. Por favor no me olvides, porque si lo haces, entonces toda mi existencia habría sido en vano, lo único tuyo que me aferra a la vida es nuestra hija”.


__Su cuadro no está, lo siento mucho.
__ ¿No está? __me sentía indignado.

__No. Ha pasado mucho tiempo, supongo que se perdió _comentó con un dejo de aburrimiento en el tono de voz.

__ ¿Solo eso? ¿Se  perdió? __Podía sentir la vena de mi frente latiendo por la rabia. __ ¿Y ahora qué?

__ ¿Y cómo voy a saberlo?
__ ¿Qué?
__Lamento no poder ayudarlo. Que tenga un buen día… __se sentó sobre una banqueta del mostrador y tomó un libro, una invitación sutil a retirarme del local.

__Quiero hablar con Guillermo Graziani. Esto no puede quedar así __me crucé de brazos.

El chico soltó un nuevo bufido y alzó la mirada, claramente molesto.

__No está.
__Lo esperaré ¿Dónde puedo sentarme?
__Esto no es una sala de espera, señor.
__!Perfecto! ¿Cuándo regresa? ¡Porque te lo aseguro, voy a regresar! __Sin que pudiera controlarlo, mi dedo índice lo apuntó bastante acusador. ¿Qué estaba sucediendo conmigo?

__No sé cuándo regresa, tiene demasiadas ocupaciones, viene poco por acá __se levantó de la banqueta con las manos apretadas.

__ ¿No lo sabes o no quieres decirme? __me adelanté dos pasos hacia él.

__ ¿Cuál es la diferencia?
__!Maldita sea!  __Hasta pateé el piso de rabia. __Quiero mi cuadro.

__Baje el tono de voz, por favor. Ya dije que su cuadro no está. ¿Por qué no compra otro y deja de molestar?
__Porque quiero el mío que completa una colección. ¡Era una copia fantástica!
__Lo lamento. No debió dejar pasar tanto tiempo, su oportunidad de reclamar ha expirado.
__!Voy a demandarlos, lo prometo! __grité fuera de mis cabales.

__Inténtelo.

Quería gritar, llorar, patear. Pero no lo hice. Me di vuelta y salí del local, azotando la puerta en el proceso.

__
Volví al día siguiente, y el día después, y muchos días más… Quería una explicación del señor Graziani por el extravío de la pieza. O al menos unas disculpas. La respuesta fue siempre la misma: “No está”.  Puede que yo tuviera daño cerebral, pero aun así, era sencillo comprender que el doctor Graziani, estaba evitándome.

__
Como cada tarde, salí del trabajo, fui a casa a tomar una ducha y emprendí mi caminata hacia el local.
Un nuevo otoño salpicaba las calles de dulces aromas y, nuevamente, me sentí cautivado por el aura romántica de mi ciudad. Anticipando que el resultado de mi visita sería el mismo de siempre, me tomé unos minutos más para retrasar mi caminata vespertina y disfrutar de la brisa que se colaba debajo de mi ropa.

__Ya estabas tardando _-dijo el muchacho al verme entrar__. Antes de que preguntes, no está.

__ ¿Ya ni siquiera saludas? __le reprendí.

Él solo me dedicó una rodada de ojos y tomó  su mochila acercándose a mí.

__Fabián, me llamo Fabián Graziani __me ofreció su mano a modo de saludo.

__Pedro, Pedro Beggio __sin comprender qué se proponía, estreché su mano a modo de cortesía, era el hijo de…

__ ¿Me invitas una cerveza? __preguntó con su habitual tono.

 Era como entrar en la Dimensión Desconocida, luego de  tratarnos como enemigos durante días, quería ir a beber conmigo.
__ ¿Y bien? __insistió ante mi catatonía.

__De acuerdo.
__Bien.
__
Sin poder dar crédito a lo que sucedía, a quién era él, cruzamos la calle hasta la cafetería, y nos sentamos en mi mesa de siempre. Creo que hasta Diego percibió mi desconcierto, aunque ni siquiera intenté ocultarlo. Permanecí inmóvil, expectante, tratando de descubrir qué hacía ese muchacho en mi mesa, pero  Fabián esperó pacientemente su cerveza.

__ ¿Vas a contarme cuál es tu historia, Pedro? __le dio un sorbo a su trago y clavó sus enormes ojos y su mirada en mí.


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.

22 comentarios:

  1. Berenice .hola k.bellas palabras de un caballero enamoradofelicidades y gracias x compartir lo mejor del amor k.son,los sentimientos,los deseos,sueños y las palabras gracias

    ResponderEliminar
  2. Mónica M. Divino amor. Hermosas letras de un corazón enamorado. Gracias por compartir

    ResponderEliminar
  3. Alena Suchankova Ja nemám žiadne slová iba Wow wow wow!No tengo palabras solo wow wow wow!

    ResponderEliminar
  4. Haydee Luna Es genial, triste pero confío, gracias.

    ResponderEliminar
  5. Mati YA LA QUIERO SEGUIR, ADICTIVA ES ESTA, GRACIAS EVE.

    ResponderEliminar
  6. Rosa Muchísimas gracias. Son una gran alegría para mi estas novelas, gracias

    ResponderEliminar
  7. Asiyah Yo estoy fascinada con todos sus escritos son una belleza usted me transporta, gracias.

    ResponderEliminar
  8. Ana María Muchas gracias amiga poetisa por tan bonita novel, un beso.

    ResponderEliminar
  9. Yaneth Ya extrañaba estar en casa!!! Gracias Eve. Feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
  10. Sol Urvino Excelente capitulo, EVE, no falto nada, intriga, pasion, todo. TE MANDO UN BESO

    ResponderEliminar
  11. Veronica Lorena Piccinino Capitulo maravilloso... Gracias Eve... una historia hermosa. Me lloré todo con esas palabras iniciales de Camila y las ultimas de de Guillermo... Simplemente hermoso. Besos

    ResponderEliminar
  12. Me encantó Eve...Lástima que va a pasar bastante tiempo hasta el próximo capítulo...Me gustaría que fueran historias cortas y poder leerlas de corrido, pero sé que ese no es tu estilo...Igual me gusta todo lo que escribís...Beso...

    ResponderEliminar