“Cada
vez que me caigo miro el suelo /
sus hierbas sus hormigas o su nieve
me reciben como a uno de los suyos
y yo / por una vez / voy de terrestre
sus hierbas sus hormigas o su nieve
me reciben como a uno de los suyos
y yo / por una vez / voy de terrestre
voy
de terrestre y vengo de volátil
con brazo o ala heridos / disponibles
pero no importa / sangre es lo que sobra
y el alma no conoce alas ni bíceps
con brazo o ala heridos / disponibles
pero no importa / sangre es lo que sobra
y el alma no conoce alas ni bíceps
cada
vez que me caigo recompongo
la biografía de este homo erecto
no tan erecto cuando está la tierra
tan inmediata y tan lejos el cielo.”
la biografía de este homo erecto
no tan erecto cuando está la tierra
tan inmediata y tan lejos el cielo.”
*Mario
Benedetti
“NO SOY YO”.
CAPÍTULO TERCERO.
Lunes, 18 de diciembre de 2017.
Palermo.
“¿Hace
cuánto que no me dices "mi amor", Pedro, hace cuánto que dejaste de
verme como mujer?
Llevo
tantas noches sin dormir bien, preguntándome qué he hecho mal, qué te falta
conmigo, no soy madre, sí ama de casa,
médica, y esposa olvidada deseando sentirse mujer. ¿Por qué tus manos ya no
ansían mi cuerpo sino es para recuperar tus recuerdos?
El
insomnio me acompaña en esas noches donde mis deseos hierven por sentir tus
caricias, no he dejado de ser una hembra, deseosa de que llegues y seas aquel
amante apasionado, que me saques de esta rutina que a veces me asfixia, y
me hace sentir invisible, muero porque me tomes descabelladamente entre tus
brazos y me hagas tuya, me muerdas y seas aquel salvaje aventurero en mi
cuerpo, que recuerdes que algún día desperté en ti tus bajos instintos.
¿Por
qué ya no te excita el mirarme?, ¿olvidaste que no solo sé prepararte el
desayuno, alistar a tus recuerdos, y tener la casa limpia? Soy la misma que
elegiste tiempo atrás, con la que hacías travesuras y era tu cómplice de
locuras desde que era adolescente. ¿Ahora como señora y esposa me guardas
respeto? ¿No se te antoja verme con ropa sensual? ¿Por qué no puedo ser una
cualquiera en nuestra cama y tener sexo desenfrenado? ¿Olvidas que contigo
puedo ser eso y más?, no soy menos fémina por haber firmado un papel, por
no haber parido... me he convertido en
un adorno de tu casa, una apariencia por guardar, una familia de ficción,
mientas buscas en la calle lo que yo puedo ofrecerte, déjame decirte que hay cosas
que me salen mucho mejor que preparar la cena, pero tú olvidaste que antes de
ser sirvienta y psicóloga, médica, fui quien te complacía a todas horas, me has
dejado en un rincón, esperándote solo para verte la espalda al cerrar los ojos
y sentirme ignorada.
¿Hace cuánto no me dices te amo? ¿Hace cuánto
no me haces estremecer? ¿Hace cuánto se te olvidó que sigo siendo mujer? ¿Que
necesito un detalle, un abrazo, un gracias y una desvelada a tu lado, con copas
y sin cordura? Otro día más, iré a la cama, probablemente auto complaciéndome a
escondidas del "hombre" que vive conmigo.
Me
dejaste en la puerta de la iglesia hace
dos años, pasé por toda la vergüenza sola, desapareciste casi un año hasta que
volvimos a vernos, y te quedaste, y hoy solo creo que me ves como la caja
de tus huidizos recuerdos, solo vives
preguntándome y no quiero responderte, no quiero que los recuperes”.
Banfield.
__No
papá, no me digas que no irás a la cena
de Nochebuena, son tus amigos de siempre, es una cena, no bailes si no quieres.
¿Es por él, es por Pedro?
__En
parte hijo, no soy creyente, no quiero ser hipócrita, no me gustan las fiestas
y sí, no tengo ganas de estar entre la gente, me quedaré con Malenita, estará
mejor en casa.
__No
pongas a la bebe como excusa, pa, no quieres salir, estás deprimido y es
evidente, espero que cambies de opinión, porque no entiendo nada, no que te
castigues así.
Fabián
desapareció dando un portazo que retumbó en la cabeza ya atormentada del padre.
“Hijo,
¿cómo te explico que no te he dicho la verdad, que nadie la sabe, que no quiero
salir, que solo quisiera estar con Pedro, o al menos entender lo sucedido?”
__Papá,
no me voy nada, me vas a explicar qué mierda estás haciendo de tu vida, si él
eligió a Camila, es su decisión, vive, viejo, tienes que olvidarlo, que dejarlo
ir __ gritó Fabián enojado.
__No
puedo hijito, nunca podré. Te mentí, no sé siquiera cómo decir la verdad que
nadie sabe.
__ ¿Qué
verdad?
__Pedro…
no está casado con ella.
___
¿Cómo? Pero… si dijiste que es el esposo de Camila, que nunca se divorció…
__Sé
lo que dije, siéntate. Perdón hijo, nunca pude decirlo, ni a Beto, a nadie.
Pedro
está casado… pero… conmigo.
__ ¿Qué
dijiste? __ exclamó Fabián sorprendido.
__Que
es mi esposo, y Malena es nuestra hija, Fabián hijo, no te enojes, es todo muy
difícil de explicar, de entender, por ello lo guardo.
__
Papá, Malena es mi hermana, y creí que era adoptada, ¿la adoptaste con él?
__No,
es nuestra, quiero decir, es hija biológica, es tu hermana de sangre, eso
quiero decir.
__
¿Y abandonó a su hija además?
__No
creo que sepa que existe, que nació, yo mismo tuve que buscar a su madre, déjame explicarte, por favor, no nos juzgues.
__
¿A dónde está la madre de mi hermanita?
__Me
dijeron que murió en el parto, hijo todo sucedió cuando viajaste con Ana a
Europa luego del divorcio. Tampoco te mentí en todo. Es verdad que Pedro
conocía a Camila desde que estaba en el colegio, es verdad que fue su novia,
también cómo lo conocí.
__ ¿Y?
__Estaba por casarse con ella, yo estaba iniciando el divorcio de tu madre, éramos libres, pero vos no sabías mi verdad y para mí eras lo más importante, entonces me enamoré de él, y pasamos un tiempo separados, casi morí de dolor porque él pensaba que yo no dejaría a Ana del todo, que jamás te diría la verdad y estuvo a días de casarse con ella, pero al fin, no pudo, no se animó a mentirse, no se presentó en el civil, la dejó plantada y Camila y Moravia lo odiaron. Nada nos importó. No entonces.
__Estaba por casarse con ella, yo estaba iniciando el divorcio de tu madre, éramos libres, pero vos no sabías mi verdad y para mí eras lo más importante, entonces me enamoré de él, y pasamos un tiempo separados, casi morí de dolor porque él pensaba que yo no dejaría a Ana del todo, que jamás te diría la verdad y estuvo a días de casarse con ella, pero al fin, no pudo, no se animó a mentirse, no se presentó en el civil, la dejó plantada y Camila y Moravia lo odiaron. Nada nos importó. No entonces.
Cuando
decidiste viajar con Ana creí que sería lo mejor para prepararme para decirte
mi verdad, y solos, a escondidas, en secreto para no despertar el odio ni el
juicio de nadie, nos casamos, y nos mudamos a un piso cercano al que hoy ocupa con ella, solo
cuando regresaste yo lo hice a esta casa, en medio decidimos tener un hijo de
los dos, y una mujer muy buena que
conocimos en un caso, nos alquiló su cuerpo para el embarazo. Hicimos
inseminación mixta, por la estimulación hormonal supimos a poco de andar que
sería embarazo múltiple, sin embargo ella como Pedro un día desaparecieron.
Creí
volverme loco cuando sucedió, hasta que lo volví a ver.
Pese
a lo sucedido siempre siguió siendo amigo de Camila, la quería mucho, ella es
neurocirujana, muy buena en lo suyo, cuando un día regresó lo hizo para
confesarme que estaba enfermo, que no había querido preocuparme, que se había
marchado para que ella lo evaluara, que vivía solo, y que al fin tenía un
tumor, cáncer de cerebro.
Quise
retenerlo, acompañarlo, hacer otras consultas, pero se negó a todo, entones me
hice cargo de la compañía farmacéutica de tus abuelos además del resto de
empresas, investigué mil cosas, había otra clase de tratamientos, pero viajó a
Chile con ella, y ya no pude saber nada más hasta hace unos días.
A un
año de haberlo perdido, un poco menos, me llamaron del hospital de niños,
Malena estaba anotada a mi nombre, acababa de nacer apenas hacía tres días, y
la médica dijo que solo había nacido ella y que la mamá murió poco después.
__ ¿Y
es verdad todo eso?
__Hice los muestreos genéticos, hijo. La nena es mi hija, es tu hermana, pero es igual a él, es el vivo retrato de Pedro. Y él ni siquiera sabe que está conmigo, que tiene una hija creo.
__Ahora entiendo por qué te aferraste a ella.
__Hice los muestreos genéticos, hijo. La nena es mi hija, es tu hermana, pero es igual a él, es el vivo retrato de Pedro. Y él ni siquiera sabe que está conmigo, que tiene una hija creo.
__Ahora entiendo por qué te aferraste a ella.
__Me
aferré a ella viendo en sus ojos a los de él, en sus hoyuelos a los de Pedro
cuando sonríe, ella es de los dos, y es igual a él, lo único que me quedó de
él. Cuando regresaste, yo ya estaba solo, acá, con ella, y te dije que era
adoptada, mentí en todo, hijito, nadie lo sabe, perdón.
__Pero…
Papá, con más razón él tiene que verte, que ver a su hija, que saber la verdad
y vos de él. ¿Qué mierda hace con esa mujer si sigue casado con vos?
¿Acaso
se casó con ella en Chile?
__No
sé nada, hijo, no sé nada, no entiendo nada y hace muy poco que lo vi como para
entender, como para que pueda ir a una fiesta, como para que no desee estar
solo, pensando en qué sucedió, en qué debo hacer, ¿entiendes?
“Hundido
en el pozo por tus engaños, hundido en la vergüenza de tus traiciones, hundido
en la miseria por esos besos olvidados que fueron mentiras, hundido por el daño
de tus puñales, hundido por el olvido de tu mirada, hundido en el pozo de las
estrellas apagadas… te extraño, Pedro.
Más
ya ni el llanto aplaca mis huellas, calvario tras penumbras congelan mi alma
amarga, huellas rotas que fueron de nubes blancas, alma como cortina carcomida,
como piedra dura que rueda sola,
descalza, arrugada, como en un suspiro olvidado, perdido, como cara sin rostro.
Hundido,
hundido por este destino implacable robador del hilo viejo que amparaba mi vida,
puñales que vuelven a rasgar mi alma ya oxidada por la maldad de una mentira,
mientras tus labios que fueron míos hoy duermen a escondidas en otro aliento,
malsano despertar el mío que congela mis rotos amargos.
Desconsuelo
soy tirado en el hueco de una orilla negra, acurrucado en la tibieza de una
noche de estrellas, tembloroso, sin apenas latidos, ojos rellenos de sal, polvo
de huesos que navegan al hastío mientras mi alma en la mano decide el ahogo,
hundido, hundido por el único amor verdadero.
Solo
abrir mi mano y mi alma como pájaro libre vuela, solo un cuerpo vacío soy en el
desconsuelo de una noche de estrellas, ojos de mirada ciega, cuerpo mojado por
la sal de marea, huellas que ya son olvido, paz en un cuerpo donde su alma ya
vuela, ya solo en mi alma viven las mariposas que guardé de esos besos que me
dabas, Pedro.
Me
pregunto si guardarás mis cartas, si tienes las entradas de cada cine y teatro
al que fuimos aun cuando ya estabas con
ella, según vos no juntos sino casi internado haciendo estudios, fueron casi
tres años que seguiste viéndola a diario, o mejor dicho que volviste a verla
luego de no casarte, años en los que seguimos saliendo, amándonos, años en
que me jurabas amor eterno, hasta que dejaste de venir a buscarme, hasta
que no encontré más pista que una nota diciendo que viajabas, sin decir
siquiera, a dónde.
Y yo
necesito verte, Malena necesita a su papi, no quiero que crezca sin saber de
vos y vos de ella, yo te amo, Pedro, yo
no puedo amar a nadie que no seas vos, yo sigo usando la alianza porque me casé
de verdad, me casé buscando con vos el juntos para siempre cielito. No quiero
odiarte, no puedo pensar siquiera en que olvidaste todo. Simplemente te amo,
aunque a veces te odio. Pero, sin embargo no hay una noche que no te sienta en
mi cama, que no te ame como si fueras real, siento que me vuelvo loco, si hasta
huelo tu perfume.
Te
amo como las olas a la arena de la playa que dibuja suspiros al arrobo de un
beso. Como gaviota al mar de aurora con
cálidos abrazos planeados con ósculos robados libando su nirvana
esencia. Te amo como el ocaso a la noche que se entrega sin tregua a la
peregrina incertidumbre de esperar una nueva aurora.
Te
amo como la lluvia a la campiña que baña sus ramales arco iris con caricias,
bendita savia
retocando de verde esmeralda. Te amo con vehemencia de mi piel vistiendo la tuya, calor conjugado en tu vientre de mi aturdida querencia. Te amo con dulce embeleso convertido en mi espejismo por calmar mi desvelo y descifrar el misterio de tus labios. Amo tu vientre esotérico huraño con deseo ardiente, inaudito de calmar mi volcán de delirio al vibrar de cuerpos sedientos uno del otro.
retocando de verde esmeralda. Te amo con vehemencia de mi piel vistiendo la tuya, calor conjugado en tu vientre de mi aturdida querencia. Te amo con dulce embeleso convertido en mi espejismo por calmar mi desvelo y descifrar el misterio de tus labios. Amo tu vientre esotérico huraño con deseo ardiente, inaudito de calmar mi volcán de delirio al vibrar de cuerpos sedientos uno del otro.
Silencia
mis lamentos en estas letras muertas, que son suspiros sin destino, perlas
salinas impregnándose en mi rostro, vacíos que se tiñen en mi camino y
divagando por esa vereda del olvido.
Eres
el eco silente en mis adentros, que antes eras resonante y danzante en latidos,
siendo vos amor el canto armonioso que iba encendiendo la esencia que hoy se va
extinguiendo y sin rumbo fijo, sembrando solo heridas por tu sinrazón y
haciendo desangrar a mi corazón aprisionado. Necesito entender. Deshojando mi
fragilidad, cual pétalo de un rosal, dejando solo sus espinas que se funden en
el cruel dolor y ansiedad nublaste la claridad de mis pensamientos, ocasos que
son mi desesperanzas y anidándose dentro
de mi alma destello de tristeza y nostalgia.
Letras
inertes que gritan a mi alma y a mi mente llevando mi mirada al firmamento que
alguna vez fue nuestro , llamando desencantos y suspiros que se calan en mi voz
entrecortada buscando la paz y el descanso que necesita mi corazón herido que
aún te ama.
Esencia
que se va abriendo paso en los inciertos, extrañando ese calor que me daba el
abrigo de tu ser, consumiéndose en el frío indolente de tu ausencia, que sembró
la llama perpetua de tu desamor.
Letras
muertas que estremecen como las melodías que son acordes hoy de mi corazón,
sinfónica que escribían en los recónditos espacios de mi alma, donde un día vos
y yo nos juramos eternidad ante la luna y el creador.
Me
pregunto si guardarás mis cartas, las entradas a cada cine y teatro que íbamos
y que jugando decidimos coleccionar, si recuerdas que tengo uno de tus cuadros
en el departamento, si sabes que viviste en otro quizás.
Sigue
en mí ese deseo de probar la miel de tus besos, de hacer de tu piel el lienzo donde pueda plasmar mis instintos,
donde mis manos se pierdan en el laberinto de tus emociones, donde el sonido de
tus quejidos me guíe por el sendero que me llevará a introducirme por esa estrechez que posees, para abrirla
tan sutil como intempestivamente, deseo que tus uñas tatúen mi piel como
respuesta a la satisfacción de sentirte amado y complacido, deseo recorrer con
mis labios la curvatura de tu cuello y cintura, que mi lengua deguste de la
sal de tu espalda que tatuaré en mi memoria, deseo que el frenesí de tu
entrega sea tal, que el vaivén de tu ritmo sea el que marque el compás de la
melodía que mi cintura llevará, deseo que tu éxtasis haga uno con mis ganas de
seguir y no parar, ver cómo abres tus alas, bella mariposa que está dispuesta a
volar, dispuesta a dejarse llevar por los vientos de las exhalaciones de
nuestras bocas.
Deseo hacerte mío de nuevo y solo a vos cuando podamos sentir tocar el cielo en el lecho fortuito que nos da la ocasión, sentir morir mil veces y mil veces alcanzar la gloria. Déjame recorrer tu piel con una rosa y sientas suave sus pétalos como mis besos. Entrégate a esa ganas de amar, sácame este deseo de reconocer tu interior… de saber de tu gemir erizado en el silencio de cuatro paredes testigo de un amor en que convencidos somos el mismo sentir, sin conocer el qué dirán porque somos uno sin dejar de ser dos en el momento de amarnos piel a piel, ardiendo en la tentación del amor fiel, el que nos prometimos, el que vengo cumpliendo. Si yo rechacé a José no puedes estar con ella, no lo entiendo ni lo creo, algo sucede que no logro entender ni ver.
Deseo hacerte mío de nuevo y solo a vos cuando podamos sentir tocar el cielo en el lecho fortuito que nos da la ocasión, sentir morir mil veces y mil veces alcanzar la gloria. Déjame recorrer tu piel con una rosa y sientas suave sus pétalos como mis besos. Entrégate a esa ganas de amar, sácame este deseo de reconocer tu interior… de saber de tu gemir erizado en el silencio de cuatro paredes testigo de un amor en que convencidos somos el mismo sentir, sin conocer el qué dirán porque somos uno sin dejar de ser dos en el momento de amarnos piel a piel, ardiendo en la tentación del amor fiel, el que nos prometimos, el que vengo cumpliendo. Si yo rechacé a José no puedes estar con ella, no lo entiendo ni lo creo, algo sucede que no logro entender ni ver.
Palermo.
Decidí empezar por el cine. Hiroshima mon
amour fue de las mejores películas que vería jamás, y la más apropiada para ese
momento de mi vida. La memoria y el olvido eran los ejes transversales de toda la obra. Me fascinó. No podía recordar haberla
visto, pero la entrada estaba entre mis tesoros. Debía retractarme y coincidir
con mi hermano, la amnesia tenía sus ventajas.
Luego
de la película me dispuse a revivir mi viejo ritual en la cafetería. Tuve que
pedir algunas indicaciones para llegar a la dirección que figuraba en los
recibos, pero, al ver aquel mágico lugar al final de la cuadra, me sentí como
en casa, y empiezo a sentir algo, dejà vue, flashes de ellos con algunos
lugares, situaciones, como cuando hice la búsqueda en la Web de Guillermo
Graziani, supe que es penalista como lo soy yo supuestamente, pero que además maneja varias empresas de sus
padres.
El sitio era un paraíso en la tierra. Cada
pequeño detalle de ese espacio estaba impregnando del aura de la ciudad, desde
los ramilletes de flores sobre las mesas apostadas en la acera hasta los
orgullosos claveles irguiéndose en las solapas de los mozos. No recordaba haber estado allí, pero, sin duda,
había estado allí.
_ ¿Doctor,
Pedro Beggio? ¿Es usted? ¡Soy yo! Diego.
Alcé
inmediatamente la mirada, uno de los mozos estaba allí, para no dejar lugar a
dudas, esa era la cafetería de mi ritual.
__Casi
no lo reconozco más delgado y con el pelo corto. Se ve usted como un príncipe _me
dedicó una delicada reverencia y no pude hacer más que soltar una estridente
carcajada. El muchacho se mostró confundido por mi comportamiento.
__Lo
siento… __me disculpé rápido__. Antes que continúes, déjame advertirte que no
te recuerdo. No es tu culpa ni la mía, es amnesia retrógrada global.
Parecía
más confundido.
__Básicamente,
no recuerdo nada antes de agosto de 2017. Tumor cerebral… ¡larga historia! Otro
día te la cuento.
__Lo
siento mucho __murmuró apenado__. Pero se lo ve bien.
__ También
yo lo siento, y sí, al menos estoy vivo, según dicen libre de la enfermedad _acordé
con una sonrisa.
Consulté
mis viejos recibos antes de pedirle a Diego que me trajera un jugo de pomelo
exprimido, parecía ser mi bebida favorita en el pasado.
No
tenía recuerdos en el sentido convencional del término, pero, a fin de cuentas,
¿recordar no es evocar?
Tal
vez no pudiera recuperar recuerdos detallados, pero mis
sentidos podían reconocer los alrededores, desde el ángulo de las sombras…
sobre la mesa a esa hora de la tarde hasta el aroma de la enredadera
descendiendo por la pared. Incluso antes de probar la bebida, sabía que tendría más azúcar que lo necesario. Estaba emocionado,
tanto que deseaba llorar.
__ ¿Qué
tal está el jugo, doctor? _consultó Diego a la pasada.
__Muy
rico… pero muy dulce.
__ ¿De
veras? Le puse ocho cucharadas de azúcar, como pide siempre.
Ahora
entiendo por qué el café de Camila me parece espantoso… __reflexioné para mí
mismo.
Cuando
la charla casual con Diego concluyó, observé alrededor y algo llamó mi
atención.
__No
puede ser.
Del
otro lado de la calle, había una tienda de venta de arte probablemente de tipo
rústico en el decorado, pero no fue lo que me llamó la atención, sino el cartel
de la puerta: “Graziani e hijos…
Restauración”. Estaba cerrado.
__
Preparé
un pollo al horno y ensaladas para la cena antes que Camila regresara. Durante
toda la cena estuve escuchando anécdotas de pacientes y líos entre médicos y
enfermeras. A decir verdad no estaba demasiado atento esa noche.
__Pedro…
__
¿Qué? __alcé la vista hacia ella.
__ ¿Estás
bien?
__No…
__me puse de pie y comencé a levantar la mesa solo con la intención de evadir
un posible interrogatorio o discusión porque no quiero salir para las fiestas
__.Me duele la cabeza.
__Te
haré hacer una resonancia.
__!No!
__grité__. Por Dios, mujer, que soy claustrofóbico, no soporto ya esos
aparatos, tampoco cada vez que me duela un ojo me entrarás a esos tubos.
__
¿Tomaste la medicación?
__Sí.
Esperaba
que como cada noche, Camila corriera a darse una ducha y a meterse en la cama,
pero, muy por el contrario, parecía dispuesta a pasar un tiempo conmigo, justo
esa noche, cuando todo lo que quería era quedarme solo y pensar.
Se
ofreció a preparar café y, tan diplomático como pude recibí la taza con una
sonrisa. Nos dejamos caer pesadamente sobre el sofá del living y pasó su brazo
por mi pecho, una muestra de cariño muy inusual en mi esposa. Sentí sus labios rozando
los míos, y apoyé mi cabeza sobre su hombro. A pesar de mi reticencia inicial,
eso era justo lo que necesitaba.
__ ¿Quieres
decirme qué es lo que te provoca ese dolor de cabeza?
¡Excusa!
¡Rápido!
__ ¿Me
cuentas cómo nos conocimos?__ En lugar de responder a la pregunta pensé en cómo
distraerla.
__Claro…
Lo recuerdo a la perfección _entrelazó sus dedos con los míos y subió los pies
a la mesita de la sala. Era extraño verla tan distendida. __Vivías con tu
hermano entonces. Hacía poco tiempo que se habían mudado a estudiar a Bs. As. Y
estaban instalándose. Alquilaron un departamento cerca de acá y tenían...
digamos problemas con la dueña.
__ ¿Qué
problemas?
__Bueno…
__Sonrió divertida __.Tenías un gato al que adorabas y ella no quería saber
nada con animales allí.
__ ¿Tenía
un gato? __pregunté sorprendido.
__Sí.
Y lo amabas mucho… tanto que como yo
vivía al lado y tenía un cachorrito, fuimos a ver a mi papá para pelear.
__ ¿De
verdad?
__Te
juro.
__ ¿Ganamos?
__!Claro
que sí! Mi papá era fiscal entonces, trabajó meses hasta que decidió recurrir a
la Declaración Internacional de los Derechos de los Animales para ampararnos…
¡Me divertí como nunca! Y sí, ganamos. Terminaste mudándote conmigo, al
recibirnos me pediste que nos casáramos.
Sus ojos brillaron con intensidad cual luceros
en medio de la noche.
__La
gatita y mi perrito murieron, una noche dejé una ventana abierta, y cayeron por
el balcón… creo que nunca me perdonaste por eso.
__No…
Estoy seguro de haberte perdonado por eso, aun así no lo recuerdo. __Tomé sus
dedos entrelazados con los míos y dejé al descuido un beso sobre ellos. __ ¿Y
qué pasó con nosotros?
__Nos
casamos y un poco después…
__No…
me refiero a qué pasó con nosotros. ¿Por qué dejamos de amarnos? _pregunté,
mirándola a los ojos.
Al
principio pareció impactada por la brutalidad de mi pregunta, pero luego de
unos segundos, una mirada colmada de resignación hizo acto de presencia.
__No
lo sé.
Despojada
de cualquier máscara que hubiera utilizado hasta el momento, me abrazó con
fuerza, como si no quisiera dejarme ir jamás. Era un abrazo cargado de temor
pero también de desenfadada pasión. Sus manos envolvieron mi cuello en un
intento desesperado por conseguir un beso, uno que consiguió, y al que
siguieron tantos que mi boca estaba a punto de sangrar.
Esa
noche, Camila y yo hicimos el amor por primera vez… y, casi con seguridad, por
última vez. Las mentiras que dijo, solo
años después quedarían al descubierto.
“Amar
se siente se ve en la mirada se respira. Se ama intensamente o no se ama
Viví olvidado de mí. Hoy te veo cerca, ceniza apasionada, eso fuiste Camila en el rescoldo del tiempo, traspasó el borde mágico de la noche pesada.
Viví olvidado de mí. Hoy te veo cerca, ceniza apasionada, eso fuiste Camila en el rescoldo del tiempo, traspasó el borde mágico de la noche pesada.
Mi
corazón inquieto y trashumante, el que escribe sabe que no duele tu nostalgia, el que lee, aprendiz
de la nada, frontera lejana, golpetea el teclado al son de mi nota.
Las
palabras huyen de mi mente lejos el ruido de los trenes, esos que van a
cualquier parte.
Vuelan
lejanas las ideas, van al paredón de ninguna parte, tú amor, despeñadero
conocido,
¿sabes?, se me acabó la ternura.
¿sabes?, se me acabó la ternura.
El
tiempo fue más fuerte, este pobre poema de letras desgastadas, era para
ti, pero hoy no escribo nada, no soy tuyo, no eres mía, no
fuimos nada.
En
la frontera del tiempo, bordeando el horizonte, te pensaré desde
lejos, más allá de los sueños, que es todo lo que tengo”.
Jueves
01 de febrero de 2018.
Casi
dos meses después seguía sin poder recuperar mis recuerdos.
Sería
un día ajetreado. Me habían dado las llaves de mi nuevo departamento tan solo
tres días atrás y aún quedaban muchas cosas por acomodar. Entre las clases de
arte, y mi reintegro al mi trabajo con horario reducido, el tiempo se iba
volando.
En
efecto sí, resultó que no tengo idea de dónde me recibí, ni cuál ha sido mi
colegio en la primaria, pero sí recuerdo el derecho, lo que estudié, lo mismo
que el manejo del coche, extraños enigmas de la mente. Luego de decenas de
pruebas al fin me dieron la licencia para manejar.
__!
Wau!.. __me tomé la cabeza al ver el desorden de cajas que esperaba por mí en
la sala.
Felizmente
conseguí un pequeño monoambiente a apenas unas cuadras de mi trabajo. Era un
sitio adorable. Diminuto, pero confortable. Todo lo que necesitaba para
comenzar de nuevo, pensé entonces.
Camila
y yo habíamos decidido separarnos unos días tras, casi una decisión tomada
mucho tiempo atrás, sospecho que incluso antes de lo que podía recordar, aunque
ella me negaba el divorcio, todavía. Era una mujer adorable, y una amiga
incondicional, pero, como esposos, habíamos dejado de elegirnos mucho tiempo
atrás.
Ella
se la pasaba viajando por congresos y consultas, al menos eso decía, yo al
comienzo la justificaba, no la cuestionaba, aunque en el fondo sospechaba que
no viajaba sola.
Accedió
a regañadientes a que me mudara, la excusa es mi pasada enfermedad.
Mis
padres lloraron como desquiciados cuando le comunicamos la noticia y se mudaron
a Chile, ella me lanzó un centenar de maldiciones. Para mi sorpresa, mi hermano
se mostró más comprensivo, además su
escándalo fue superior porque se divorció de su esposa, y nuestro vínculo se
estrechó. Cenábamos los dos solos al menos una vez por semana y, en una de esas
oportunidades, me confesó que nunca había perdonado a Camila por la muerte del
gatito. Reí hasta más no poder.
Cuando
horas después de meticuloso trabajo, mi nuevo hogar estaba acomodado. La ropa
en el vestidor, los utensilios en la cocina y el sofá cama en su lugar. Ya solo
restaba colgar la serie de los Monet, los cuatro de cinco para ser más exactos,
lo único que me traje con mi ropa y pocos libros, y todo estaría listo.
Satisfecho
con el trabajo, me arrojé sobre el sofá con la mirada fija en la pared. Traté
de relajarme, pero, por más que intentara, aquel espacio vacío sobre mi pared
seguía molestándome.
__Eso
no está bien _dije, observando la cercenada serie.
Media
hora después estaba saliendo de mi departamento con el papelito del restaurador
de arte en la mano.
Por
laguna razón desconocida estaba nervioso, quizá por la misma razón por la que
no había regresado a la cafetería.
Encendí
un cigarrillo media cuadra antes de llegar (vicio de reciente descubrimiento
para mí); pero ni siquiera eso lograba mitigar el temblor de mis manos y
rodillas. Debería haber usado alguna pastilla, pero trato de evitarlas.
Dos
minutos más tarde estaba terminando mi cigarrillo frente a la fachada de la
tienda, retrasando mi tiempo entre calada y calada. Cuando vi a Diego,
observándome confundido desde el otro lado de la calle, decidí que era hora de
entrar.
La
sorpresiva campanilla sobre la puerta casi me provoca un infarto al entrar al
local. No había nadie. Solté un suspiro mientras esperaba para ser atendido,
tomándome mi tiempo para evaluar el entorno. Era un desorden allí dentro. Había pinturas y
esculturas dondequiera que mirara, y muchas lámparas, algunas parecían ser muy
antiguas. Las motas de polvo bailaban frente a mí, iluminadas por la claridad
que a duras penas lograba atravesar el cristal de la vidriera.
_!Hola!
__ ¿Es que nadie pensaba venir a atenderme?
Estaba
a punto de dar media vuelta e irme, cuando
escuché movimientos en la trastienda. El corazón me dio un vuelco dentro del pecho.
Esperaba
reconocer a Guillermo Graziani, pero un muchacho alto y de pelo negro ondulado,
con Jeans y una remera, hizo su ingreso.
__ ¿Puedo
ayudarlo en algo, señor? __preguntó mientras se afirmaba sobre el mostrador. Yo
no podía despegar mis ojos de él. No esperaba ver a alguien como él en un lugar así, Esperanza
ver a Graziani. __ ¿Señor?
__Sí…
__Levanté la mirada del piso y me aclaré la garganta. __Lo siento, ¿qué dijiste?
__
¿Puedo ayudarlo en algo?
__Sí. Vengo a retirar mi cuadro _con una mano
extremadamente temblorosa, le extendí el maltrecho papel.
__Déjeme
ver…__el chico recibió el papel entre dos de sus dedos para estudiarlo con más
detenimiento__. Soy nuevo, faltó el empleado, pero veo que esto es viejo.
____Sí.
Olvidé retirarlo _contesté con una rodada de ojos.
__ ¿Olvidó
retirarlo por cuatro años? _preguntó con una ceja alzada, un claro gesto de
desafío.
__
Sí _respondí con firmeza__. Podrías darme el cuadro o tendremos que llamar al
señor Graziani?
Su
mirada cambió automáticamente al oír el evidente filo en mi pregunta.
__No
puedo darle su cuadro ahora, debe estar en el depósito… y Guillermo no se
encuentra hoy.
__ ¿No?
¡Qué pena! Tendré que regresar mañana __tomé el papel que basculaba entre sus
dedos, y él lo sostuvo con más fuerza.
__Tampoco
creo que esté mañana.
__No
importa __tiré del papel para recuperarlo, molesto__. Gracias por tu ayuda.
Me
di vuelta y caminé hacia la puerta.
__Cuando
quiera, señor.
El
modo en el que dijo “señor” hizo que mis adentros rechinaran pero, de todas
maneras, giré con mi mejor sonrisa antes de salir disparado hacia la calle.
Crucé
la acera sin mirar, tan furioso que un auto casi termina con mi miseria allí
mismo.
__!
Preste atención! __gritó el enfurecido conductor.
__
¡Usted también!
__ ¡Doctor,
Beggio! ¿Está usted bien? __Diego tomó mi brazo al verme tambalear.
__Estoy
enojado, lo siento, no es contigo, necesito beber algo.
__Le
traigo su jugo.
__Mejor
que sea una cerveza, por favor.
No regresé
a buscar el cuadro ni al día siguiente ni a la semana siguiente. Me tomó diez
días completos tener el suficiente coraje para regresar a la tienda. La misma
vidriera y el mismo muchacho me dieron la bienvenida.
__Buenos
días _murmuré a desgano, ya sin sobresaltarme por nada.
El chico,
esta vez enfundado como antes, solo se limitó a darme una mirada de arriba
abajo.
__Vengo
por mi cuadro.
__Claro
que sí. __Soltó un sonoro suspiro y se dio media vuelta perdiéndose en la trastienda.
“¿Había
encontrado mi cuadro? ¿Al fin lo recuperaría y con él el secreto que intuía
encerrado?
Debería
haberme sentido aliviado por eso, pero extrañamente el estómago se me encogió
de la angustia. Tenía unas incontrolables ganas de llorar, y hasta tuve que
morderme el labio para contener el inminente estallido. Estaba a medio segundo
de sucumbir, cuando el muchacho regresó… con las manos vacías.
“Yo
soy, sí, aquel que a lo lejos te observa
con gran atención y te mira directo a
tus ojos. Aquel que día a día te saluda y te da los buenos días, deseando con
ansias que le devuelvas el saludo.
Yo
soy, el que se acerca a vos y susurra en tu oído, palabras con cariño, palabras
para enamorarte. Soy ese que quiere llegar a tu alma, para con sus palabras robarte tu corazón.
Yo soy, ese que te toma de la mano, para
caminar a tu lado, para decirte, un te quiero. Para que entiendas que sos
importante para mí. Y que te quiero a mi lado, como mi pareja.
Soy
yo, ese que busca tus labios, que desea tu boca tocar con un beso. Ese beso que
demuestre toda mi pasión, y el fuego que guardan mis deseos por vos.
Soy
yo, ese que quiere estar a tu lado. El que desea con sus manos acariciarte. Yo
quiero sentir el calor que encierra tu piel. Quiero que tu piel encienda mis
deseos de amarte.
Soy
yo, no cabe duda, no busques más allá. Estoy aquí para entregarte mi alma y
corazón. Solo a cambio te pido que vos me entregues tu amor. Para que yo el
resto de tu vida, te haga el Amor. Soy yo el que solo siente todo y te mira de lejos, soy yo el que en el mismo tenor te odia
Pedro.
El mismo que te ama y que sabe que el milagro
del amor ahora sostiene nuestras almas, porque desde siempre se han amado... “
“Se
puede matar todo menos la nostalgia… la llevamos en el color de los ojos, en
cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña."
Cuando
sepa de ti, disimularé, no les contaré que te conocí, ni que estuvimos juntos,
no les explicaré lo que yo fui para vos y vos para mí, ni lo que habríamos sido
de no ser por los dos, primero, porque jamás me creerían, pensarán que soy
exagerado, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto, me
tomarán por loco, se reirán de mi pena y me empujarán a seguir, que es la forma
que tienen los demás de hacernos olvidar.
Cuando
sepas de mí, calla y sonríe, jamás
preguntes qué tal, si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue con todo lujo
de detalles, ya verás, poco a poco, irán naufragando restos de nuestra historia
contra la orilla de una nueva vida, pedazos de recuerdos varados en la única
playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol, y si me fue bien,
tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes, intentarán ensombrecer tu
alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán
en arrojártelo a quemarropa, pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo,
inconexo y mal.
Qué
sabrán ellos de nuestras alegrías, yo, que la tuve entre mis manos y que la
pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás.
Nadie
puede imaginar lo que siento cuando sepa de vos, nadie puede sentir el dolor de
esa ecuación que creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el
final, sentir el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de
interrogación, sentir qué hubiera pasado si... Y sobre todo, sentir que algo entre nosotros
continuó creciendo incluso cuando nos separamos, algo tan grande como el vacío
que dejamos al volver a ser dos, algo tan pequeño como el espacio que un sí le
acaba siempre cediendo a un no.
Pero
aguanta, resiste, hazte el favor,
háznoslo a los dos, que no se te note, que nadie descubra esos ojos tuyos
subrayados con agua y sal.
Eso
sí, cuando sepa de vos, intentaré no dar portazo a tus recuerdos, piensa que
llevarán días, meses o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí,
abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que
alguien los acoja, los escuche y les dé calor, son aquellos recuerdos que
fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que
jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que solo nos hacen gracia a vos y a mí,
escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un
paladar exquisito.
Y
vos a mis recuerdos, dales cobijo, préstales algo, cualquier cosa, aunque solo
sea tu atención.
Porque
si algún día se de vos, eso significará muchas cosas, la primera, que por mucho
que lo intenté, no me pude ir tan lejos de vos como yo quería, la segunda, que
por mucho que lo deseaste, vos tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna
vez fuimos felices, sí, felices, la tercera, que tu mundo y el mío siguen con
pronóstico estable dentro de la gravedad, y la cuarta, por hacer la lista
finita, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una
vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.
Nada
de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí,
nada de todo esto debería dejarte mal, piensa que vos y yo pudimos con todo,
piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.
A partir
de ahora, vos tranquilo, que yo estaré bien, me conformo con que algún día
sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta
con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus
labios, esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.
Por
eso, cuando sepas de mí, no seas tonto y disimula.
Haz
ver que me olvidas. Y me acabarás olvidando”.
Estas
son las líneas más tristes que he escrito en toda mi vida, aun siendo un hombre
que gusta mucho de la prosa y que ha tenido posibilidad en incontables
ocasiones de narrar historias y crear cuentos, créeme, que nada se compara con
el dolor que ahora siento al vaciar mi alma en estas letras que no sé si
llegarán a tus manos.
Te
extraño. Intento comprender por qué el destino nos ha separado, yo acá solo en
este mundo que para mí sin vos lo encuentro vacío, y vos allá detrás de esas
rejas aislado de todos los que te queremos y extrañamos. Quisiera que la
realidad fuese otra, que jamás hubieras cometido ese error, no te juzgo, te lo
juro, sé que yo también habría hecho lo mismo, pero quisiera tener el poder de
regresar el tiempo y poder reescribir ese capítulo en tu vida, haría todo
porque no pasaras lo que viviste, te
ayudaría, te protegería con mi propia vida, valdría mucho más estar muerto
realmente que muerto en vida por no tenerte.
Te
extraño mucho. Mi alma pesa y se ha vuelto oscura, le hace tanta falta la luz
de la tuya, la alegría que le inyectabas a mis días se ha esfumado, hoy solo
soy un fantasma que deambula por la casa que era nuestro hogar, todo es gris,
ya nada tiene sentido, cuando estoy adentro quisiera no estarlo, entonces salgo
y sucede exactamente lo mismo, quisiera encerrarme... Y lo hago. Así es como
vivo, o más bien, sobrevivo, en un ir y venir a todos y ningún lado, me siento
raro, devastado, perdido.
Te
extraño tanto. Tengo la horrible sensación de que arrancaron de mi corazón una
parte, la mitad para ser exacto, sé que estás vivo, que existes, pero al estar
allá encerrado es como si el universo
hubiese conspirado en mi contra y de repente decidió apartarte de mi lado, a
veces siento que lo que queda mi corazón aún está sangrando, quizá esa sea la
tinta con la que ahora escribo, ¡vaya tinta! La más costosa del mundo, no por
su valor económico sino porque cada gota que brota siento como si me estuvieran
desgarrando.
Te
extraño demasiado. Siento que ya no puedo más, lloro, grito, exploto, maldigo.
Me he vuelto un ser despreciable, tan nefasto que ni yo mismo me aguanto.
Quisiera desaparecer. Quisiera atravesar las paredes que nos separan y llegar
hasta donde vos estás, abrazarte, besarte, vivir con vos mas estoy paralizado,
no me importaría sacrificar mi libertad si con ello podríamos permanecer
juntos, haríamos de ese pequeño lugar nuestro mundo, no nos haría falta nada,
tendríamos aire en los pulmones y toda una vida para seguir soñando.
¿Te das cuenta lo que estoy escribiendo? Solo
son fantasías, cosas absurdas, ¡imposibles!
Creo que estoy quedando loco, el dolor de tu
ausencia me está cegando, me está haciendo imaginar cosas inexistentes. Mejor
me despido, no quiero contagiarte con mi pésimo estado de ánimo, solo te pido
que me perdones por haberme atrevido a expresar la tortura en la que vivo, no
es mi culpa, mucho menos la tuya, es solo que te extraño, te extraño demasiado.
P.D.
Por favor no me olvides, porque si lo haces, entonces toda mi existencia habría
sido en vano, lo único tuyo que me aferra a la vida es nuestra hija”.
__Su
cuadro no está, lo siento mucho.
__ ¿No
está? __me sentía indignado.
__No.
Ha pasado mucho tiempo, supongo que se perdió _comentó con un dejo de
aburrimiento en el tono de voz.
__ ¿Solo
eso? ¿Se perdió? __Podía sentir la vena
de mi frente latiendo por la rabia. __ ¿Y ahora qué?
__
¿Y cómo voy a saberlo?
__ ¿Qué?
__Lamento
no poder ayudarlo. Que tenga un buen día… __se sentó sobre una banqueta del
mostrador y tomó un libro, una invitación sutil a retirarme del local.
__Quiero
hablar con Guillermo Graziani. Esto no puede quedar así __me crucé de brazos.
El chico
soltó un nuevo bufido y alzó la mirada, claramente molesto.
__No
está.
__Lo
esperaré ¿Dónde puedo sentarme?
__Esto
no es una sala de espera, señor.
__!Perfecto!
¿Cuándo regresa? ¡Porque te lo aseguro, voy a regresar! __Sin que pudiera controlarlo,
mi dedo índice lo apuntó bastante acusador. ¿Qué estaba sucediendo conmigo?
__No
sé cuándo regresa, tiene demasiadas ocupaciones, viene poco por acá __se
levantó de la banqueta con las manos apretadas.
__ ¿No
lo sabes o no quieres decirme? __me adelanté dos pasos hacia él.
__ ¿Cuál
es la diferencia?
__!Maldita
sea! __Hasta pateé el piso de rabia.
__Quiero mi cuadro.
__Baje
el tono de voz, por favor. Ya dije que su cuadro no está. ¿Por qué no compra
otro y deja de molestar?
__Porque
quiero el mío que completa una colección. ¡Era una copia fantástica!
__Lo
lamento. No debió dejar pasar tanto tiempo, su oportunidad de reclamar ha
expirado.
__!Voy
a demandarlos, lo prometo! __grité fuera de mis cabales.
__Inténtelo.
Quería
gritar, llorar, patear. Pero no lo hice. Me di vuelta y salí del local,
azotando la puerta en el proceso.
__
Volví
al día siguiente, y el día después, y muchos días más… Quería una explicación
del señor Graziani por el extravío de la pieza. O al menos unas disculpas. La
respuesta fue siempre la misma: “No está”.
Puede que yo tuviera daño cerebral, pero aun así, era sencillo comprender
que el doctor Graziani, estaba evitándome.
__
Como
cada tarde, salí del trabajo, fui a casa a tomar una ducha y emprendí mi
caminata hacia el local.
Un
nuevo otoño salpicaba las calles de dulces aromas y, nuevamente, me sentí
cautivado por el aura romántica de mi ciudad. Anticipando que el resultado de
mi visita sería el mismo de siempre, me tomé unos minutos más para retrasar mi
caminata vespertina y disfrutar de la brisa que se colaba debajo de mi ropa.
__Ya
estabas tardando _-dijo el muchacho al verme entrar__. Antes de que preguntes,
no está.
__ ¿Ya
ni siquiera saludas? __le reprendí.
Él
solo me dedicó una rodada de ojos y tomó
su mochila acercándose a mí.
__Fabián,
me llamo Fabián Graziani __me ofreció su mano a modo de saludo.
__Pedro,
Pedro Beggio __sin comprender qué se proponía, estreché su mano a modo de cortesía,
era el hijo de…
__ ¿Me
invitas una cerveza? __preguntó con su habitual tono.
Era como entrar en la Dimensión Desconocida,
luego de tratarnos como enemigos durante
días, quería ir a beber conmigo.
__
¿Y bien? __insistió ante mi catatonía.
__De
acuerdo.
__Bien.
__
Sin
poder dar crédito a lo que sucedía, a quién era él, cruzamos la calle hasta la
cafetería, y nos sentamos en mi mesa de siempre. Creo que hasta Diego percibió
mi desconcierto, aunque ni siquiera intenté ocultarlo. Permanecí inmóvil, expectante,
tratando de descubrir qué hacía ese muchacho en mi mesa, pero Fabián esperó pacientemente su cerveza.
__ ¿Vas
a contarme cuál es tu historia, Pedro? __le dio un sorbo a su trago y clavó sus
enormes ojos y su mirada en mí.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER
PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Edna Hermosa seduccion
ResponderEliminarBerenice .hola k.bellas palabras de un caballero enamoradofelicidades y gracias x compartir lo mejor del amor k.son,los sentimientos,los deseos,sueños y las palabras gracias
ResponderEliminarMónica M. Divino amor. Hermosas letras de un corazón enamorado. Gracias por compartir
ResponderEliminarAlena Suchankova Ja nemám žiadne slová iba Wow wow wow!No tengo palabras solo wow wow wow!
ResponderEliminarJosefina ESPECTACULAR
ResponderEliminarHaydee Luna Es genial, triste pero confío, gracias.
ResponderEliminarMati YA LA QUIERO SEGUIR, ADICTIVA ES ESTA, GRACIAS EVE.
ResponderEliminarRosa Muchísimas gracias. Son una gran alegría para mi estas novelas, gracias
ResponderEliminarAsiyah Yo estoy fascinada con todos sus escritos son una belleza usted me transporta, gracias.
ResponderEliminarMary K.locura! Pero k.maravilloso es amar ?
ResponderEliminarAna María Muchas gracias amiga poetisa por tan bonita novel, un beso.
ResponderEliminarJose Wowwwwwww Hermosa
ResponderEliminar2
Alvis Bellísimo 🌹
ResponderEliminarRosy A Preciosa woow!!!
ResponderEliminarGaby Salto Me emocióno ⚘⚘⚘
ResponderEliminarMirella Hermoso, profundo y romántica
ResponderEliminarAdolfina Hermoso me encantó
ResponderEliminarRocío Bello
ResponderEliminarYaneth Ya extrañaba estar en casa!!! Gracias Eve. Feliz fin de semana.
ResponderEliminarSol Urvino Excelente capitulo, EVE, no falto nada, intriga, pasion, todo. TE MANDO UN BESO
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Capitulo maravilloso... Gracias Eve... una historia hermosa. Me lloré todo con esas palabras iniciales de Camila y las ultimas de de Guillermo... Simplemente hermoso. Besos
ResponderEliminarMe encantó Eve...Lástima que va a pasar bastante tiempo hasta el próximo capítulo...Me gustaría que fueran historias cortas y poder leerlas de corrido, pero sé que ese no es tu estilo...Igual me gusta todo lo que escribís...Beso...
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