viernes, 23 de febrero de 2018

"LA HERENCIA". CAPÍTULO SIETE.




 “LA HERENCIA”.

CAPÍTULO SIETE.
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__Adelante. Estás en tu casa

Con inseguridad, Pedro entró. Tanto lujo lo apabullaba. Una vez dentro, Guillermo cerró la puerta del apartamento y encendió las luces. Al iluminarse la instancia, Pedro suspiró, ya estaba allí, ya no había camino de regreso, aunque Guillermo fuera… su jefe, aunque sus mundos… fuesen opuestos.
Bs. As.
Domingo, 08 de octubre de 2017.
Cien sonetos de amor.
Soneto XI.
“Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo
y por las calles voy sin nutrirme, callado,
no me sostiene el pan, el alba me desquicia,
busco el sonido líquido de tus pies en el día.
Estoy hambriento de tu risa resbalada,
de tus manos color de furioso granero,
tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,
quiero comer tu piel como una intacta almendra.
Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
la nariz soberana del arrogante rostro,
quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas
y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo
buscándote, buscando tu corazón caliente
como un puma en la soledad de Quitratúe”.
*Pablo Neruda.
“El amor hace posible la paradoja de dos que se vuelvan uno, sin
dejar de ser dos”. Erich Fromm.
"El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener
la esperanza muerta." Federico García Lorca.
"Lo único que me duele de morir es que no sea de amor."
Gabriel García Márquez.

__Ven conmigo __pidió Guillermo tomándole la mano de nuevo. Lo condujo hasta un amplio salón de suelos de madera oscura. Una vez allí lo soltó y se dirigió hacia un mueble bar.

__ ¿Qué quieres beber? __preguntó.

__Lo mismo que tú _respondió con la boca seca.

Guillermo sonrió. Se preparó un whisky para él y a Pedro le sirvió una gaseosa como tantas veces vio que tomaba con los amigos. Sin duda Pedro agradecería más aquella bebida. Mientras miraba con curiosidad todo alrededor, Guillermo lo observaba con disimulo.
Aquel lugar era impresionante y aunque, la decoración no le resultaba totalmente de su agrado, no le cupo duda de que aquellos muebles eran antigüedades.
Guillermo se acercó y le entregó  el vaso con el oscuro líquido chispeante.

__ ¿Estás asustado? __le preguntó mirándolo profundamente a los ojos al verlo tan callado. Pedro negó con la cabeza asombrado con la pregunta__.  Te hubiera hecho el amor el día que te vi en el bar, quizás antes. Te hubiera hecho el amor en mi despacho. Te hubiera hecho el amor sobre cualquiera de las mesas del restaurante. Te hubiera hecho el amor en el ascensor. Hubiera querido apagar mi fuego en tus entrañas seducido por tu belleza, por tus laderas y contornos perfectos, por el rostro que me adula y me pierde, transitar cada sendero y cada hondonada con mis manos sin dejar sitio oculto a mis yemas. Hubiera querido aplacar mis ansias en tus anhelos, correr los celajes inundando de miel cada uno de tus poros, creando conciertos entre mis susurros y tus gemidos.  En el cielo se aman las estrellas a distancia, el sol y la luna en cada eclipse con la pasión de amantes en las entregas sin dudas. En la tierra en mi vida los hombres entre ellos, corazón a corazón en un latir con mieles acariciando almas, deseos amando por sobre la razón y dando placer a quien en verdad aman.
Somos deudores buscadores de fulgores y pasiones, ojos que contemplar sudores, labios que palpan deseos, olfatos que saborean cada nota de aromas, pudores, acertijos de olores, rubores con delicias y sin temores ni rencores, adicción a mil razones, amores, provocando corazones.
Destino, un mismo camino, somos sentir como expresión de vivir con sentido,  tus deseos son  tener tus labios en mí, mi camino es tu destino, mis deseos estar con vos, están con vos, hoy solo con vos. Sos liviandad divina en derroche anidando secretos en el día y en la noche, bullicio de olores, susurros de amor. Te…

Pedro lo detuvo colocándole los dedos en los labios.

__ ¿Sabe tu hijo que tienes este sitio? __indagó más allá por primera vez.

__No. Mi hijo no sabe ni siquiera que soy gay, no hablo de mi intimidad, es un derecho que me asiste.
__Pero, te divorciaste de la madre, ella lo supo, supongo.
__Sí, Pedro, Ana lo supo pero mi hijo no. Nunca me enamoré y no vi motivo alguno para decirle quién soy, tampoco acostumbro a decir cosas como hace dos minutos a vos.  De hecho… con otros no he hablado, los he usado, hasta he mentido con mi identidad, y luego de cada cita, de sexo si más he quedado tan vacío y solo como ha sido toda mi existencia.
Silencia mis lamentos en estas  palabras muertas, que son suspiros sin destino, perlas salinas impregnándose en mi rostro, vacíos que se tiñen en mi camino y divagando por esa vereda del olvido. Ellos hoy son el eco silente en mis adentros, antes resonante y danzante en latidos, siendo tu amor el canto armonioso que va encendiendo la esencia que hoy se iba extinguiendo y sin rumbo fijo, sembrando solo heridas por mi sin razón y haciendo desangrar a mi aprisionado corazón.
Deshojando mi fragilidad, cual pétalo de un rosal, dejando solo sus espinas que se funden en el cruel dolor y ansiedad   con tu ausencia nublaste la claridad de mis pensamientos, ocasos que son mi desesperanza  y anidaron dentro de mi alma destellos de tristeza y nostalgia. Por ello te he seguido a todas partes, Pedro, no puedo estar lejos de vos, me falta el aire si no respiro el mismo, no veo más que sombras si no  descubro el horizonte desde tus ojos.
Cuando dejo de verte  lanzo solo palabras muertas que gritan a mi alma y a mi mente llevando mi mirada al firmamento que alguna vez fue nuestro,  llamando desencantos y suspiros que se calan en mi voz entrecortada buscando la paz y el descanso que necesita mi corazón herido que quizá te ama.
Esencia que se va  abriendo paso en los inciertos, extrañando ese calor que me da el abrigo de tu ser, consumiéndose en el frío indolente de tu ausencia, que sembraría la llama perpetua de tu desamor. Palabras inertes que estremecen como las melodías que hoy son acordes de mi corazón, sinfonías que puedes escribir en los recónditos espacios de mi alma, donde un día quizá vos y yo podamos jurarnos eternidad ante el que llaman Creador en el que nunca creí.
Yo sin vos solo fui un vuelo de lágrimas de corazones, solo el sosiego de mi esperanza está en el roce acallado de tu alma, tus iris dulce cielo de perlas encendidas roza mi alma.
Suspiros que desde mi tibieza me llevan al galáctico mundo de tus estrellas, manantial de mi universo, lujuria de nuestro eterno, donde mis párpados como cortinas pecan al único deseo de tus labios.
Nos acostumbramos a olvidarnos del sol que nos rozaba, nos acostumbramos a olvidarnos del aire en los labios, nos acostumbramos a olvidarnos de la amplitud en la mirada, nos acostumbramos a besarnos sin preguntarnos.
Nos perdimos de vivir mientras nuestros labios vivían juntos, más solo la muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja, nos perdimos, nos perdimos amándonos entre suaves suspiros.
Yo sin vos solo fui más que una vela en un mástil, en vuelo de briza caliente, un aire en la playa, hoy las lágrimas volaron, los besos húmedos llegaron, la música de tus labios sosegaron mi calma, hoy soy un hombre entero desde que tu mirada calmó a mi naciente, hoy a tu lado por fin soy hombre.
__ Así te quiero…  mío, simplemente mío sin pensar en mañana porque sé que  somos de mundos opuestos. Más te quiero sin fecha de caducidad y sin horario, sin recuerdos de otro pasado, sin miedos, sin límites, entregado por completo a este loco corazón que
te piensa por cada rincón.
Te quiero mío, tan solo mío, que todo el mundo sepa que usted me pertenece, poder gritarle a todos que tan solo somos un corazón en dos cuerpos, gritar al mundo entero que nos amamos, que no somos nuestros solo por instantes, que lo nuestro no es de un rato, no es algo pasajero sino que es un proyecto de vida soñado, planeado y que será eterno pero quizás eso sea imposible.
Así eres mío, desde que tus ojos se clavaron en los míos y tus finas manos acariciaron mi cuerpo, ahí me entregué a ti por completo, me puse a merced de tus besos y tus sueños se convirtieron en mis sueños, desde ese instante fuiste mío porque así te siento. Así te quiero porque así te pertenezco.
__Quisiera hacerte el amor de la manera más hermosa, profunda y sincera, déjame hacerte el amor en palabras primero, en miradas de amor  y en besos, que mis palabras hablen de mi boca a tu boca, que no dejen de besarte, déjame amarte de la manera más bella y quedar inmortal en cada una de mis palabras escritas en tus labios, déjame que mi corazón viva con alegría, déjame que le grite al universo silente que te amo con locura, déjame besarte en mis sueños, déjame secar mis lágrimas en la brisa cálida, que la marea moje mis pies desnudos, que mis huellas marquen de nuevo destino, déjame solo besarte, déjame dormir en tu pecho como un niño asustado, que tus latidos me calmen, que tu aroma me llene, déjame abrazar este sueño, déjame volver a hacerte el amor aunque solo sea en sueños.
__No hables más y házmelo.

Encantado con aquella invitación, Guillermo lo acercó a su cuerpo y lo besó con tal ardor, exaltación y fogosidad,  que esta vez Pedro sí que se asustó, y pensando que las piernas dejarían de sostenerlo en el resbaladizo paseo de labios contra labios, dejó el vaso que tenía en las manos sobre la mesita. Se entregó entreabriendo los suyos, la lengua se escurrió a la línea de los dientes, esperando el permiso para asirse con el resto de la boca, bebiendo al paso elixires de dioses, alientos, suspiros y muriendo sin aire.
Guillermo, consumido por la excitación, tomó con mimo y delirio aquellos deseados labios, esa boca que lo llevaba volviendo loco durante demasiadas noches y lo disfrutó. Lo devoró con ansia, con ambición de una vida, con propiedad, mientras sentía cómo Pedro le quitaba el saco y, cuando este cayó al suelo, le exigió en los labios.

__Ni se te ocurra agacharte a recogerlo.

Oírle decir aquello le hizo sonreír y, apretando sus manos en aquel duro y formado montículo  trasero, supo que deseaba hundirse en él y besarlo por entero.
__Solo quiero darte placer, Pedro, hoy solo eso.
__  Y yo, recibirlo y aprender a darte más. Eres azúcar y sal en mi boca, eres pasión y fuego en mi cuerpo, eres burbuja que explotas en mis labios, hombre titánico que me descontrolas, contigo me enganché al beso bello, a la lujuria rápida, me descontrolas cada vez que te veo, tiemblo en deseos, hombre enigmático  que seduces mis noches, eres quien convierte mis sueños en deseos, el que abre mi pecho,  el que hincha mi alma, no me hace falta tenerte a mi lado para verte en mi alma.
 Eres el hombre que posee el don de la lujuria en tus besos, el que trae luz en su alma, aliento en sus ojos, artesano en darme la felicidad eterna, la felicidad más bella, eres  el único al  que dejo que me muerda  la boca. Cómo poder darle nombre a lo que siento por ti si eres azúcar y sal en mi boca, boca de deseo y lujuria por tus besos más íntimos, solo un cobarde cerraría los ojos para no verte, solo un cobarde no saciaría tus deseos, solo un necio no se daría cuenta que eres un cielo, vuela a mi lado y bésame, solo bésame y deja que saboree la dulce sal de tu boca.
No hay nada más bueno que tus manos cuando recorren mi cuerpo, eres ese hombre que siempre soñé, que siempre me humedecía estando dormido, en mis sueños recorrías mi cuerpo rozando con tu lengua todo mi mapa, despacio me ibas besando con la ternura que tú solo sabes, como un hombre desea de su hombre.
No quiero despertar de este sueño, me decía cada día mientras en mis sueños mojaba mis muslos, solo mis sábanas eran partícipes de la lujuria de mis sueños, del deseo de sentirte dentro de mí  mientras tus manos volaban mi pista, mientras tu boca mordía mis pezones duros hasta que mis gemidos se escapaban como mariposas que vuelan.
Ahora mis sueños ya no son sueños, ahora te encontré sin buscarte, ahora tengo al hombre que deseo, me besas sin pedirte tu boca, me tocas como nadie antes me había tocado, me excitas a cada momento, lo sabes y en cualquier lugar paramos y me rozas con tus dedos, dedos que llevas a tu boca como regalo de mi néctar sagrado.
Cómo me gustas, cómo mojas mis sueños ahora despierto, tócame, no dejes de jugar con tus dedos dentro de mis sueños despiertos, tócame, no pares que tú sí que sabes hacer que vuele, no pares que mi deseo te desea,  es el tuyo es lo mismo, no pares que sin tus manos muero, tócame, tócame que mi lava explota en mis entrañas y brota por mi fuente,  tócame siempre donde tú quieras, eres mi único sueño,  único hombre que despertó mis sueños.
__Quisiera que sepas que ya me es imposible parar de mirarte en mis recuerdos, ya no puedo contener el deseo que tengo de querer besarte a cada momento, el no poder aguantarme las ganas me está matando, es como beber de tus labios agua de sal de mar, a más besos más ganas de vos, a más besos, más sed de tus propios besos, no dejo de soñar que me deslizo entre las curvas de tus labios, que me arropo en ellos como un niño con frío, sueño en despertar en esa delicia que tienes por boca y besarte eternamente.
Espero que puedas perdonarme, que dentro de mi franqueza, mi atrevimiento y tal vez falta  de respeto, sepas que lo único que tengo son buenas intenciones, que mi amor es verdadero.
La verdad es, que me traes​ como loco, me fascinas tanto, tanto, que las noches en mí son un verdadero calvario, soñarte y no tenerte, seguramente todo es culpa de esta mente mía, maquiavélica, lujuriosa, perversa a ratos que me pone a imaginarte, a fantasear cómo poco a poco te desvisto hasta despojarte completamente de tu ropa, deseando hacerte mío, deseándote poseerte despiadadamente, a mi antojo.
Tal vez, después de esto, no quieras​ saber más de mí, tal vez, pienses que soy un pobre diablo o un infeliz más con una mente podrida, dañada y sin remedio, tal vez, tengas razón, tal vez, solo soy un pervertido, que no sabe cómo contenerse ni refrenarse, o tal vez no entiendas lo importante que sos en mi vida.
Te confieso que yo nunca  había sentido lo que siento por vos, por eso, por eso no puedo dejar de pensar  en las​ curvas​ de tus labios, en fundirme en tus besos, en arroparme en la comisura y vivir en ellos un eterno.

Guillermo susurró incoherencias que manaron como notas escarchadas por el frío de años de ausencia, como maleta vieja guarda recuerdos que ya no dicen nada, suspiros ahogados escaparon de la boca cerrada, besos, besos  guardados de Pedro para devolverlos a esa boca.
Agua de lluvia que mojaba sus labios, gotas que rodaban por las comisuras, gotas que sus labios deseaban atrapar a besos que mordieran despacio, a suspiritos que erizaran los poros, a piel sobre mi piel y cerrar los ojos.
Deseos de este hombre, deseos de tenerlo sentado sobre él, mirándolo a los ojos mientras sus caderas comenzaban el baile, despacio, mirándose, mordiéndose uno al otro  los labios, regalando gemidos, deseos, solo deseos de que esa boca besara sus labios  y poseer a la rosa oculta en un túnel, la más bella sin ser dañado por las espinas.

__Hoy desempolvo de tiempos pasados mi vieja maleta, hoy la limpio de mis viejos recuerdos que ya no me dicen nada, hoy solo espero encontrarte y llenarla de tus besos para nunca más sentirme solo, eres mi sueño encontrado, el deseo esperado, eres la esperanza de este hombre que te ama, eres la única boca que mis besos desean.

Encantado por la magia de las palabras, Pedro, tras desabrocharse los botones de la camisa y del jean que llevaba  dejó caer las prendas olvidadas frente a Guillermo, quedando vestido solo con el bóxer, y las botas.

__Sos precioso.

Pedro sonrió y con delicadeza le quitó la corbata, se la ató a su cintura y susurró:

__Quizá la use para atarte mientras te hago el amor.
Enloquecido por la propuesta Guillermo suspiró y Pedro se derritió.

__Se descubre el velo ante mis ojos, se desnuda el deseo ante los tuyos.
En tu piel dibujo mil caricias  con el lento paseo  de mi mirar.
Y vienes a mí  con el tacto encendido estremeciendo  hasta el silencio de la noche  y se hace eco  entre tu cuerpo y el mío, mientras bebemos del elixir  que provocan los suspiros.
Y me dejas rendido en tu regazo, cobijándonos con la dulzura  de este, nuestro amor. Amar se siente,  se ve en la mirada, se respira. Se ama intensamente o no se ama.  Pero ni hay un segundo y valen más mil años. El Amor se sabe y mi alma te ama.  A ti amor mío,  te amo a ti.
 ¿Te gusta lo que ves? __preguntó Pedro sin dejar de quemarlo con la mirada mientras iba deslizando la única prenda que quedaba.

Lo recorrió con una mirada morbosa y plagada de lujuria, y afirmó mirando sus erectos pezones.

__Mucho.
Acalorado por el descaro que aquel joven le mostraba en todo lo referente a sexo sonrió y, dejándose de remilgos, lo miró y murmuró mientras agarraba la corbata que él tenía atada a la cintura.
__Ven aquí cielito.

Se acercó mimoso, y cuando Guillermo lo tomó por las nalgas y lo apretó intentando moldearlo como arcilla entre sus manos, Pedro hiperventiló al oírle decir mientras le chupaba el lóbulo de la oreja paseando a lamer el hueco sensible de abajo.

__Soy casi veinte años más grande que vos, pero el influjo que ejerces sobre mí no lo logró nadie. Y te juro que nunca me gustaron los muy jóvenes que es lo que dice siempre mi  hermanastro, por el contrario, me hice hombre con un par de mi edad, pero nadie como vos a tu edad ha derribado mis defensas para volverme loco como nunca antes un hombre lo había conseguido: Llegados a ese momento en el que ambos deseamos continuar pese a todo, deseo decirte que en temas de sexo soy muy impulsivo, ardiente y apasionado, y no el hombre reservado que conoces. ¿Entiendes lo que digo?

Excitado por sus palabras y por lo que a través de ellas podía intuir, lo miró,  y sin querer entender a qué se refería, negó con la cabeza.

__Hablo de que me gusta disfrutar al máximo del sexo __añadió__. Hablo de que no habrá barreras para que vos y yo alcancemos el máximo disfrute. Hablo de que te haré gozar de mil y una maneras, pero a cambio espero que vos también me hagas disfrutar a mí.

Casi sin respiración, asintió y se percató de que por primera vez en la vida iba a estar con un hombre. Guillermo, con gesto serio y morboso, lo miró: Lo tomó de la mano y metiéndola junto a la él en el interior del bóxer, murmuró lentamente mientras lo tocaba y lo incitaba a tocarse.

__Soy exigente y muy posesivo con lo que deseo.
Amorcito  nuestras pasiones dejarán atrás búsquedas olvidadas.
 Serás mío entre grises martirios de esperas y dulces lujurias consentidas,  haré del silencio horas lentas, entre latidos y dulces arrebatos.
Desnúdate despacio y deja que mis pupilas miren tus  laderas, llanos y montañas.
Tengo celos hasta del espejo, que con desparpajo te contempla desnudo,  porque te quiero solo mío, rotas todas mis quimeras y mi esperanza muda.
El embrujo de la piel de tu cuerpo se aposenta sobre el mío. Tu boca húmeda recorre mi pecho y mi vientre como mariposa en vuelo hasta las regiones donde habitan las lujurias y mis esencias en revuelo.
Tus gemidos dulces habitan en el gozo de los silencios tibios. Voy a ser el diablo mismo, y quemarte con mis fuegos cuando te haga mío recorriendo dulcemente la tibia ruta del túnel de tu ser, en una total herejía.
Espérame amorcito, gocemos juntos el éxtasis de la vida.
 Ente los movimientos apresurados de la pasión pura de nuestros cuerpos y permanecer temblando entre tus piernas, robando la vida… de tu aliento. Dejaré los bordes del silencio, y seré pasajero de otra historia.
De un amor que será dulce, entre el largo y dormido letargo de mis penas la pasión florecerá en nuestras vidas con aromas de capullos.
Las penumbras impregnadas de tu esencia vencerán todas las esperas.
Quedará grabado tu aroma en la seda blanca  donde reviven los amores y viviremos con amor la dicha inesperada, sembrando pasión.
Somos peregrinos de los caminos de la pasión pura y desatada.  Dejemos atrás los senderos de penumbras grises, enigmas y misterios susurrando amor y pasión, soñando enamorados en tiempos de ensueños. Reposar en tu regazo es sentir un jardín y un cielo de crepúsculos.
Vacío mi boca de tu pecho, descanso la pasión en tu deseo, en mi morada te espero tras recorrer la tuya mientras los pétalos de tus manos tibias, juegan, lujuriosos y enamorados.
Ser feliz en el amor,  es el resultado de vivir y amar, intensamente.
__Con tus delicias conjugas mis ganas,  con tus ardientes deseos, con premura invades todos mis anhelos, tu aliento sobre mi piel  sumerges con tu pasión, mordisqueas mis botones  y besas mi candor. Al oír tu voz  mis fibras palpitan, cuando  tus labios me acarician, mi esencia y tu instinto  vibran, tus malicias se adhieren, brotan las fantasías, tu caramelo y mi ambrosía hierven  en conexión. Amoroso llegas a mis adentros con tu fuego, me elevas  aún más alto que el cielo, maniobras con destreza  el acople del sitio  donde se unen los amantes, allí como un nudo quedamos radiantes, de cuerpo y alma mojados, con este amor  que nos trastorna, que nos sofoca, cuando nos amamos.
__Espera.

Guillermo incitó a Pedro a masturbarse frente y acompañado por él y cuando el rostro de Pedro estuvo rojo de pudor le pidió mirándolo a los ojos, que le diera la mano, chupó cada dedo, y una vez que se hubo relamido, habló:

__Me moría de deseo por saborearte, sin límites, lo quiero todo de vos, de todas las maneras.
Hechizado y encendido por aquel acto y por el poder que por de pronto Guillermo parecía tener sobre él, sin apenas moverse, notó, cómo él, aún vestido, le bajaba el bóxer. Una vez se lo hubo quitado, lo miró a los ojos mientras su mano paseaba ahora por su virilidad húmeda con total tranquilidad.

__En mi vida diaria puedo ser muy anodino como pensaste al conocerme y aburrido, abogado u hombre de negocios que pasa desapercibido __murmuró con voz ronca__.  Pero en el sexo, el disfrute y el placer, te aseguro que soy todo lo contrario. Pero no temas, Pedro, nunca haré nada que vos previamente no me hayas autorizado. No me excita el dolor. Me excitan la complacencia y  el deleite.
¿Vos deseas eso también?

Agitado por lo que escuchaba y por lo que le hacía sentir, Pedro abrió la boca y se la ofreció junto al resto de su cuerpo. Guillermo, sin dudarlo aceptó aquel ofrecimiento tan lleno de deseo.
En el silencio de la casa, lo besó con gusto mientras las impacientes manos de Pedro le desabotonaban la camisa, esta cayó al suelo y posteriormente le desabrochó y quitó los pantalones y bóxer.

Cuando Guillermo quedó desnudo ante él, con una cautivadora sonrisa, lo miró, y le preguntó como había hecho Pedro anteriormente:

__ ¿Te gusta lo que ves? __preguntó sin dejar de mirarlo.

Aquella chulería tan poco propia de él, lo hizo sonreír y más cuando le oyó decir mientras Pedro le agarraba su umbría, con seguridad para tocársela:

__Te haré gritar mi nombre de placer, Pedro.

Con la boca seca por el deseo, cuando tocó aquel enorme miembro, erecto y listo para él, jadeó y supo que gritaría su nombre a los cuatro vientos.
Como un lobo hambriento, Guillermo se dejó de remilgos y, agarrando a Pedro, lo acercó a su cuerpo, piel con piel, sudor  con sudor, pelvis contra pelvis. Su fuerte virilidad chocó contra la de Pedro y tras besarlo con fervor, lo tomó entre sus brazos, y se lo llevó a una oscura habitación.
Al entrar, sin encender la luz, lo dejó sobre una enorme cama y murmuró sobre su boca:

__Ahora, sin quitarte esas botas, que tanto adoras y que tanto me excitan en estos momentos, quiero que abras las piernas y te masturbes para mí y te lubriques, mientras me coloco un preservativo… ¿Lo harás, Pedro?

Exaltado, asintió y, bajo la atenta mirada, se abrió de piernas, y él mismo lentamente inició las caricias,  para que Guillermo lo observara.
Acto seguido, Guillermo encendió la luz de la lamparita de la mesilla, abrió un cajón, y sacó una caja de preservativos.
Sin quitarle los ojos de encima, regresó frente a él y, tras coger un condón, tiró la caja sobre la cama y, mirándolo, se lo puso.

__Nuestra música serán tus jadeos y posteriormente los de ambos. Eso es… No cierres las piernas… Así… quiero ver tu ingreso y tu sensualidad… Sí, acaríciate… para mí, tu rostro en la cornisa del clímax es alucinante.

Excitado por sus palabras, su mirada que era palpable y ardía, el momento, el deseo, la locura y el frenesí, prosiguió masturbándose para él…  A continuación él se agachó ante el manjar que Pedro le ofrecía sin reparos, le sacó la mano de su umbría y se encargó él de la succión.
Pedro fue a moverse para mirarlo, pero él dijo:

__No te muevas,  quédate quieto. Abre las piernas… eso es… Bien abiertas para mí.
Con la respiración a mil obedeció.
Guillermo y su exigente manera de hablarle en aquel momento le estaban volviendo loco. Aquello nada tenía que ver son sus anteriores experiencias. Aquello era morbo en estado puro.

__Sos delicioso, Pedro… delicioso __murmuró él gustoso mientras le retorcía los pezones y posaba la boca sobre el ombligo bebiendo el rocío que lo poblaba.

Cuando sintió cómo lo tocaba para estimularlo y con su caliente boca besaba hacia atrás mordisqueando y lamiendo sus glúteos, Pedro jadeó en la expectativa.

__Túmbate del todo, levanta las caderas hacia mí, ábrete para mí y déjame hacerlo con mi boca _le pidió Guillermo.

Locura. Aquello era pura locura.
Pedro obedeció y se expuso totalmente a él. Como un maestro, Guillermo lo chupó y succionó por delante, se centró en los puntos más sensibles, y Pedro extasiado le agarró la cabeza y lo apretó contra él, perdiendo la poca cordura y verguenzaque le quedaban hasta gritar su nombre y pedirle que no parara, que continuara, previendo el ascenso, la tensión de sus miembros, la que pugnaba por llegar a alguna parte, supo que a estallar, a explotar, a morir por ese hombre.

Encantado de oírlo, sonrió. Lo agarró de las caderas y moviéndolo a su antojo dentro de su boca, lo despojó de todo, quedándose todo para él. Enloquecido por aquello, Pedro cerró los ojos y jadeó mientras se apretaba contra él y embestía, deseoso de dar y recibir, de darse en esa boca e inundarlo en cada átomo con su propio ser.
Con destreza y posesión, Guillermo movió su lengua sobre aquel sensible mástil pulsátil, mientras Pedro temblaba y ascendía al infinito volviéndose literalmente loco.
Cuando lo tuvo totalmente entregado a él, le introdujo un dedo en su apretado esfínter. Pedro gimió de placer y abrió los ojos.

__Todo lo que me ofrezcas será mío… todo __susurró mirándolo.

Pedro asintió. Todo… le ofrecía todo de él y anhelaba que lo tomase.

Durante varios minutos Pedro movió sus caderas en busca de ese desmesurado placer y Guillermo, cuando no pudo más, sacó el dedo del interior y, acomodándose sobre sus caderas volteándolo, ya embebido en la esencia de Pedro bebida en el primer éxtasis que le regaló, guió su duro e impaciente miembro y, sin apartar los ojos de él, lo penetró.
Pedro se onduló y jadeó. El placer era extremo, lo tomaba cuando aún no remitía el primer orgasmo y sus piernas mecánicamente  se abrieron mientras sus músculos se contrajeron abrazándolo para recibirlo, acogerlo, mientras se apretaba contra él. Guillermo sonrió y, cuando sintió los tobillos de él enroscándose en sus piernas por detrás intentando engancharse a su cuerpo, mirándolo, murmuró:

__Me gusta poseerte. ¿Te gusta a vos?
__Sí... Mucho.

Loco por su reacción, su boca y su entrega, apretándose de nuevo contra él, salió y lo volvió a penetrar dejándose caer desde lo alto con fuerza. Pedro gritó y él tomó sus manos, y  las puso sobre la cabeza. Los jadeos y los gemidos de ambos se mezclaron como una canción.

Una… y otra… y otra vez… se hundía en él consiguiendo que el placer mutuo fuera increíble. Ambos jadearon. Ambos gritaban. Ambos gozaban. Y ambos querían más… todo.

__ ¿Disfrutas?

Pedro asintió y Guillermo con fuerza, lo embistió y sintió cómo sus músculos se contraían para recibirlo, cómo desgarraba más allá, casi atravesándolo, impelido por ser uno, un alma, un sudor, un jadeo, un latir, una piel, lo quería todo de Pedro, su alma, su cuerpo, meterse debajo de la piel…  ser uno. Y sabía que estallarían pronto, que habría una detonación, sin estruendo, sin colores, sin sonido, solo una agonía que los catapultaría al infinito en Quantum de energía, donde morirían para renacer, y volver a comenzar, una y otra vez, supo que ya no podría dejar de desear cada vez  más de esa cópula de ansias y deseos, que eran lo mismo, que en el uno no eran mundos opuestos, ni  existían en él diferencias de edades, costumbres o vidas, eran lo mismo, eran uno y todo, eran la misma esencia.

__ ¿Te gusta así? _insistió mientras lo embestía de nuevo.

__Sí… sí…  __consiguió balbucear enloquecido.

Repetidas penetraciones que los dejaron a ambos sin aliento se sucedieron una y otra vez, vaivenes que susurraban en pieles fundidas palabras jamás dichas ni entendibles. El deseo era tal que el agotamiento no podía con ellos. Aquello era fantástico y Guillermo, cambiándolo de posición, volvió a darle lo que Pedro tanto exigía y él deseaba ofrecer.
__Guille…
__Pedro… __balbuceó el vibrando al sentirse totalmente dentro de él.

Ambos temblaron, se tensaron, Aquello era volar en uno, con las mismas alas, era flotar en nubes sin  mirar atrás, era elixir, era éxtasis, convulsiones que poco importaban, eran muertes y renaceres, era la muerte y la vida con sentido, y, cuando Guillermo tomó aire, quiso más.

__Dame tu boca.

Aquella exigencia tan cargada de morbo y deseo lo excitó a Pedro. Él se la entregó y Guillermo lo besó y se perdió en el ósculo, tragó sus gritos de placer mientras lo empujaba y  lo empalaba sin descanso, hasta que el clímax les llegó como un huracán arrasador, una hoguera devastadora y ambos se dejaron llevar por la lujuria y el rotundo placer.

Unos minutos después, y una vez que sus pulsaciones se acompasaron, Guillermo, que se había desecho sobre la espalda, salió con parsimonia, se dejó caer al costado, lo miró perdido.

__Ha sido increíble, Pedro.

Extasiado por cómo aquel hombre le había hecho el amor, asintió y afirmó todavía sin resuello.
__Flipante, Guille…

Oír cómo lo llamaba por aquel diminutivo le hizo sonreír, luego Pedro susurró:
__Eres una máquina de dar placer, Guille.
__Vos también, precioso.

Divertido, tras decir aquello soltó una risotada y todavía con el pulso acelerado fue a hablar cuando Pedro añadió:

__Nadie… nadie me había hecho el amor así.
A Guillermo no le gustó nada pensar en otro haciéndole el amor, y con gesto serio murmuró:

__Desafortunado comentario, Pedro.
Pedro lo miró y frunciendo el ceño, gruñó:
__ ¿Desafortunado? Pero, si hablaba de mujeres, de antes de saber que me gustas tú, y acabo de decirte que eres increíble y un maquinote en el sexo.
__Sobra el haber mencionado que otros te han poseído. Eso sobra en este momento, ¿no lo entiendes?
__Es verdad, te pido disculpas, pero no me escuchaste, no hice el amor como contigo, no fueron hombres. No hace tanto que sé que me gustan.
Ya bueno, que no puedes ofenderte porque tú sí que los tuviste por varios o los tienes.

Sin ganas de polemizar por aquello, finalmente Guillermo sonrió y, hundiendo la nariz en su pelo, supo que el que tenía un pasado que a Pedro le iba a molestar era él.

__Me gusta dominar en la cama, cielito, y luego querré atarte las muñecas y los tobillos para hacerte mío y sentirte vibrar bajo mi cuerpo. Y luego querré bañarte en chocolate y beberlo de cada recoveco de vos, devorarte, morderte, beberte. ¿Te agrada la idea?

Escuchar lo que proponía y cómo lo decía lo puso a mil por hora y asintió. Guillermo sonrió y, al ver en él un buen compañero de juegos, lo besó, lo tomó en brazos y murmuró.

__Vamos a la ducha.

Allí, bajo el agua, Pedro se sació del elixir de la umbría de su hombre  hasta que Guillermo lo arrinconó contra las baldosas y de nuevo le hizo el amor con posesión y deleite. Eran dos animales sexuales y lo sabían. Lo comprobaron y lo disfrutaron, aunque Pedro deseaba tomar el control, por esa noche no lo diría.

Así estuvieron durante horas. No hubo una sola parte de sus cuerpos que no se besaran, que no se poseyeran, que no gozaran, hasta que a las seis de la mañana, agotados, se durmieron uno en brazos del otro.
A las siete y tantos, Pedro despertó sobresaltado. ¿Cómo se había quedado dormido allí?

Al mirar la hora, suspiró. Sus padres seguro que ya se habrían levantado y lo estarían esperando preocupados en la cocina. Si hubiera avisado, si hubiera sabido que iba a pasar la noche fuera, todos habrían estado contentos.
Sin muchas ganas, se levantó con cuidado de no despertar a Guillermo y buscó su ropa. Una vez vestido, lo miró.

¿Querría volver a estar con él o con aquel encuentro ya se daba la relación por terminada?
Le hubiese encantado darle un beso de despedida pero sabía que, si lo hacía, lo despertaría, así que se dio la vuelta, tras la increíble noche, y se marchó.
Debía regresar a su casa o su madre comenzaría a llamar a todos los hospitales, buscándolo.

El aire de la calle lo cacheteó con una cuota de realidad.
¿Qué fue de la ternura de esos ojos perturbadores, algo duros, pero a la vez ingenuos; de esa sonrisa que dibujaba tu rostro? A veces me pregunto, si confundimos los dos las ganas, o el aceptar todo yo.
Hoy por hoy, agradezco a la vida esta noche juntos, fue y será el recuerdo que me acompaña y lo hará siempre, tu boca roja, esos aires de hombre duro y la gracia innata de ser un buen ser humano.
Tu bisexualidad, me importaba poco, solo lo que veía dentro, y pudieron más mis celos y sentido de propiedad, pero te extraño tonto cariño.
Soy una bestia, sí, lo reconozco, pero el amor lo siento, te siento. Trascendimos caminos sórdidos, profundos. No quiero recordar lo que fue este día, pero tu ternura me acariciaba, pero los celos empezaron a hacer mella.
Nunca me mentiste, pero ese "pensamiento mágico" de "yo lo cambiaré con mi amor".
No cambiarás.
No sé si tomaré el teléfono y te diré que te extraño, y estoy seguro de que tú también. Pero siento miedo que paraliza mis ganas, pienso que podrías estar con otros.
Pero a pesar de que te amo, y tú también, quizá sea bueno un respiro; una decisión, o un hasta luego. Porque te amo en exclusiva y pensé que nunca me molestaría, pero ya no puedo compartirte, aunque si no lo hubiese sabido,  quizá hubiese sido mejor.
Quizá sea bueno poner distancia, corro el riesgo de perder, aunque solo espero volver a ver esos hechiceros ojos, que amé sin importarme siquiera que siempre, lo compartiría con otros.
Guille  ocupas todo mi pensamiento ¡mejor dicho no dejo de hablar contigo! No dejo de contarte mis cosas y me acercan más a ti, aunque  sé qué estarás siempre a mi lado… cómo olvidar nuestra noche llena de suspiros.
Cómo no desear  paseos por el campo buscando la sombra y  la complicidad de los árboles para  besarnos, ver  morir el día y sentir  que pintas mi boca como lo haces con mi alma.
No hay momentos en  que no desee beber tus  suspiros, suspirar tus palabras, besarte lentamente  para que el día  se haga más brillante.
En mis noches de soledad con solo pensarte noto tu presencia en mi alma y siento el  consuelo que pronto estarás de regreso, que llenarás el  vacío que me dejó  el no saborear la dulzura de esos ojos que me miran con ternura.
Regresa pronto mi amor no  dejes que la soledad  sea  compañera de mis noches. Deja  que acaricie tu vida  y que regrese a tus besos. Regresa pronto mi amor calma mi sed de amor.
Déjame regalarte mis… Te amo. Déjame  leer en tu corazón y sentir sus te amo... Ese latido de
dos corazones que se aman que nacieron para  estar juntos. Cómo entrar en tus sueños al verte  dormido y decirte te  amo y darte uno y mil besos siento que  hasta durmiendo deseas amarme.
Mis besos te rozan desde conocerte al pasar a tu lado, te rozan como la brisa de verano, te tocan y se alejan efímeros como las olas del mar azul eterno del insondable de mi alma.
Como una temblorosa lejana, casi invisible mariposa.
Mis besos a veces se alejan por los senderos de tu casa pero regresan, te persiguen, te acechan escondidos entre las flores del camino, como una alondra viajera alza su vuelo pero vuelven a tu alma soñadora, a tu primavera eterna. Mis besos viajan en tus recuerdos en tus mojadas
añoranzas. Mis besos llenos de auroras  han dormido en tu piel desnuda y se han despertado en tus brazos.  Mis besos como lumbres derramadas de mañanas eternas cansadas acechan  en el torbellino de mi alma. En los pretiles de tu casa mojados por el rocío de noches agónicas y   te esperan en los recodos  solitarios de caminos olvidados.
Mis besos duermen a orillas de tu boca esperando el roce  de tu brisa fresca.
Un sensible y admirable escenario existe entre el palpitar  de dos almas que se hacen mensajes en la vida  de un tiempo con miradas de paz.
Te dejé una carta, Guille, si no vuelves a buscarme sabré que la echaste a la basura, como a mis ilusiones.
___

Guillermo despertó aturdido, no recordaba dónde estaba, y ya era el día, debería estar en el trabajo, en alguno de ellos, apenas, regresó del baño tras mojarse la cara, entonces vio el papel.

“Guille…
Decirte te amo…  eso tú ya lo sabes, lo que siento por ti es un sentimiento tan maravilloso que no me cuesta para nada poder explicártelo, creo que mucho ayuda el hecho de ser simple, osado, porque nunca faltarán aquellas palabras exactas que te atraviesen el alma y que se queden impregnadas en tu corazón.
Tú sabes muy bien que estamos conectados,  aun siendo  de mundos y gustos opuestos y eso hoy es tan difícil de poder encontrar, y esa es la palabra mágica encontrar... porque yo no te encontré ni te busqué, tú llegaste a mí en el momento preciso, en el momento exacto y como un vendaval te quedaste,  aquí y ahora yo ya no te dejaré marchar.
Escuchar tu voz y nuestras conversaciones hace que me entregue a ti y me abandone el alma completamente del cuerpo y que atraviese esta larga distancia y llegue hasta donde tú estás y que como una suave brisa roce tus labios y que con un ligero calorcito sientas que te estoy abrasando por completo.
Siempre en sueños deseé que llegara  alguien que realmente me amara por lo que soy, por lo que valgo, por lo que puedo dar, tal vez no sea un millonario pero estoy muy convencido que para amar no se necesita el dinero, para amar se necesita demostrarlo no importa el contexto ni el lugar en donde estemos por nuestras múltiples obligaciones. Lo importante es hacerlo de una manera muy sincera, aunque para muchos de los mortales ya sean mujeres u hombres el amor en estos tiempos se ha convertido en diversión, solo sexo y hasta en un juego en donde los sentimientos de las personas que realmente aman no interesan y son solo para ellos un mero trofeo.
Para mí,  el amor es algo más que llevarte e irnos a la cama, es verdad que ese es el lugar de nuestra intimidad, de nuestro momento a solas, de conocer nuestros cuerpos,  de sentirnos amados y vivos, pero también para mí el amor es un detalle no importa que tan pequeño sea este, es demostrarte que me importas.
Hubo un momento en que me hice la siguiente pregunta ¿qué viste en mí, qué es lo que te atrajo de mí?
Y tú me respondiste " Me devolviste la sonrisa, la ilusión y las ganas de amar... de que otro modo piensas que te diría que "estoy empezando a sentir algo por vos" y tengo miedo... pero no de vos sino de mí, porque tienes el don de reavivar lo que ya estaba muerto en las personas, es por eso que le doy gracias a Dios por la oportunidad que me dio de conocerte, reavivaste lo que creí muerto en mí... Cuando te escucho la piel se me pone apretada y siento como te dije,  mariposas en el estómago. Te quiero, ahora no me da miedo decírtelo y  quizás estoy enamorándome cada día más de vos y te lo niegue a muerte, no supe amar antes, no sé si pueda."

Al leer todo lo que me escribiste me confirmaste todo lo que quería saber... Yo haré y daré todo lo mejor de mí para que nuestro amor cada día se fortalezca más, solo te digo algo aunque tal vez no sea necesario decirlo pero lo haré, no me dejes solo  ningún instante con este sentimiento que cada día va creciendo...  porque creo que yo también te amo. Y no me creas si te digo que no te amo.

Jueves, 05 de octubre de 2017.

Cuando Pedro a la mañana más tarde despertó en su cama, ya que contra todo pronóstico sus padres no lo estaban cuando llegó, lo primero que hizo es ver si tenía alguna llamada perdida, pero no.
No la tenía.

CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.

15 comentarios:

  1. Rosy A Gracias Eve, qué sorpresa, gracias, buenos días para ti.

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  2. Santiaga Gracias Eve Monica Marzetti, es hermosa.

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  3. Ana María Muchas gracias a ti amiga por mimarnos y dar el capítulo, beso grande.

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  4. Sol Urvino Un despliegue de erotismo y pasion que no tiene ningun otro referente anterior, ni lo precisa. UN BESO, EVE.

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  5. Veronica Lorena Piccinino Espectacular Eve... estoy sin palabras... Juntos son dinamita pura. Siento que me enamoro junto con ellos. Gracias.


    Veronica Lorena Piccinino
    Veronica Lorena Piccinino Creo que se viene la separación por los últimos pensamientos de Guillermo. Una historia hermosa . gracias

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    1. Eve Monica Marzetti
      Administrador del grupo
      No. No te asustes o no me des la idea Veronica Lorena Piccinino. Están en pleno enamoramiento. No creo.

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  6. Bellísima historia Eve...Tanta seducción, tanta piel, no pueden ser otra cosa más que las manifestaciones de un amor incontrolable por parte de los dos...Espero que no haya separaciones ni terceros...

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