“LETRADOS”.
MINISERIE
O UNITARIO.
CAPÍTULO
PRIMERO.
“Amor
mío, mi amor...
Quiero comer contigo, estar, amar contigo,
quiero tocarte, verte.
Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada,
lo dice este dolor y mis zapatos
y mi boca y mi almohada.
Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado..."
Jaime Sabines.
Quiero comer contigo, estar, amar contigo,
quiero tocarte, verte.
Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada,
lo dice este dolor y mis zapatos
y mi boca y mi almohada.
Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado..."
Jaime Sabines.
"Toco
tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera
de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar
los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que
deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre
todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu
cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu
boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio.
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura.
Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella.
Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio.
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura.
Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella.
Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."
Julio
Cortázar. Rayuela.
Cinco
años antes.
__Papá,
¿de verdad quieres quedarte solo?
__Sí,
hijito, ve a casa con tu madre, no
interrumpas los estudios, ya Juan descansa en paz, estaré bien, tengo el
juzgado que no permitirá que me deprima, y en poco tengo una convención. No tendré demasiado
tiempo para permanecer solo _dijo Guillermo a Fabián.
__ ¿Y
no quieres que te ayude a sacar sus cosas?
__No
hijo, lo haré yo más adelante, ve
tranquilo, no haré ninguna locura. Lo prometo.
“Ahora
qué nos queda, el ayer, donde vos y yo nos amamos, donde vos y yo nos deseamos,
hechos que están en mi memoria para
recordarte, ya están en mi mente, hechos fantásticos, sensaciones que me erizan la piel.
Miles
de palabras, recuerdos, te amo a veces,
quiero seguir sintiendo tu cuerpo, quiero abrazarte, besarte por última vez...
En
la memoria quedarán esos recuerdos grabados a fuego en mis pupilas, el bello recuerdo de tu cuerpo, de tu cara, de tu sonrisa. Nuestra
complicidad, y amistad, tuvimos un lindo matrimonio, y te lo agradezco, Juan”.
Bs.
As., 2014.
Sin
embargo, lo que Diego no pudo ver es cuán destrozado estaba Pedro por dentro,
lo mucho que lloró al ver que se marchaba y lo desesperado que estaba al pensar
que jamás volvería a verlo. Incluso estuvo a punto de arrojarse al río, pero se
lo impidió algo que ni siquiera supo exactamente lo que era. Entonces, de un
modo casi milagroso, su amigo de toda la vida, casi su gemelo, Alberto Marini,
Beto intuyó que algo ocurría tras llamarlo repetidas veces sin nadie que
respondiera.
Pedro
pensó que era Diego, y permaneció tendido en el suelo del living, recordando
entre sollozos la vez que hicieron el amor allí y él le propuso matrimonio.
De súbito llamaron a la puerta y oyó la voz de
Beto. Estaba hecho un desastre cuando fue a abrir, tenía el rostro surcado por
las lágrimas y los pies descalzos, la bermuda cubierta de pelusa de la
alfombra, y el jersey torcido.
__!
Dios! Pero ¿qué te ha sucedido? __Parecía haber pasado una semana bebiendo o
haber sido apaleado o víctima de algo espantoso. Solo esto último era cierto__.
¿Pedro?
Este
rompió a llorar y le abrazó, luego se sentaron en el sofá y le contó todo.
__Ha
terminado todo con Diego. Ya nunca volveré a verlo. Lo eché y le lancé las
cosas en la cara, Beto.
__Tanto
mejor para ti, y sabes que me gustaba cuando lo presentaste, pensé que sería tu
esposo __dijo Beto mirándolo con expresión sombría__. Así no puedes vivir,
Pedro. Llevabas meses volviéndote loco
con la situación. Y desde hace meses estás muy desmejorado, no haces más
que trabajar aislado, sin atender ni las llamadas, apenas comiendo. No es
justo.
__Lo
sé. Pero quizá si hubiera esperado… puede que al final…
Estaba
débil y aturdido y, al verlo tan trastornado, Beto tuvo que hablarle a gritos.
_ ¡Ya
basta! Jamás abandonará a su esposo, si no lo ha hecho hasta ahora. Maldita
sea, Pedro, Andrés volvió a su lado hace casi un año y aún sigue allí. Nunca le
firmó el divorcio. Si Diego quisiera, se hubiera mandado a mudar. No te
engañes.
__Me
he estado engañando dos años.
__Ya
pasó, son cosas que a veces ocurren _dijo Alberto con tono filosófico, aunque
en su fuero interno deseaba asesinar al mal nacido que había causado todo aquel
daño__. Tienes que animarte y seguir adelante. Has vivido cosas peores. Lo
sabemos.
__Sí,
claro. __Pedro se echó de nuevo a llorar, olvidando con quién estaba hablando.
Para ti es fácil decirlo.
__Mierda,
Pedro, me estás haciendo enojar de verdad, ¿recuerdas cuando mi accidente y
cómo me arrastraste a la vida arrancándome con los dientes de mi desesperación,
y después me convenciste de que estudiara derecho? ¿Te acuerdas cuando me
hiciste levantar cuando todos pensaban que estaba condenado? Ya no me jodas,
estaba tetrapléjico y solo pensaba en pedir la muerte digna. Bueno, entonces,
no me vengas ahora con estas porquerías. Si yo me puse de pie, si lo conseguí,
tú también podrás hacerlo, lo superarás.
__Nunca
he querido a nadie como a él, lo sabes __dijo él elevando la mirada anegada.
Beto
se afligió al ver el dolor que reflejaban sus grandes ojos color miel. Parecía
un chico y él pensó que ojalá pudiera ayudarlo, pero no estaba en su mano
quitar de en medio al esposo y a los hijos de Diego, aunque gustosamente lo
hubiera hecho por él. Hubiera sido capaz de cualquier cosa por Pedro, su mejor
y más querido amigo.
__Ya
encontrarás el amor. A otro mejor que él.
__Ya
no quiero a otro. No quiero a nadie.
Eso
era lo que Beto más temía.
___
__Durante
un año, Pedro se empeñó en demostrar que lo que había dicho era cierto. No fue
a ninguna parte y no vio a nadie, incluso se negó a ver a Beto y Gaby por
Navidad.
“Voy
caminando por la calles de mi ciudad viendo caras llenas de dolor y algunas
llenas de felicidad, niños jugando y brincando por cualquier lugar, mientras
camino y giro mi rostro, me invade la nostalgia de pensar qué es la felicidad,
empiezo a dudar si es verdad que existe la felicidad, o solamente es una fantasía de nuestra alma o
es simplemente el egoísmo de buscar la
frialdad de la soledad.
Hoy mi corazón está atormentado como las flores de mi jardín que se han marchitado, mi corazón se llenó de un dolor por la ausencia de buscarte en mi cama fría y solitaria, deseo matar estas ganas de sentir tu presencia y ver que nunca volverás.
Ahora es muy difícil soportar este cruel castigo, el cual fue extinguiendo muy suavemente mis ansias de vivir y mi alma envenenada llena de tanto odio que sentí por tu abandono.
Hoy le digo a la vida: dame una oportunidad para volver a sentir la magia del amor y escuchar el susurro de una voz diciendo que me ama”.
Hoy mi corazón está atormentado como las flores de mi jardín que se han marchitado, mi corazón se llenó de un dolor por la ausencia de buscarte en mi cama fría y solitaria, deseo matar estas ganas de sentir tu presencia y ver que nunca volverás.
Ahora es muy difícil soportar este cruel castigo, el cual fue extinguiendo muy suavemente mis ansias de vivir y mi alma envenenada llena de tanto odio que sentí por tu abandono.
Hoy le digo a la vida: dame una oportunidad para volver a sentir la magia del amor y escuchar el susurro de una voz diciendo que me ama”.
Nadie
lo felicitó cuando el veinte de julio cumplió treinta y dos años, y hubiera
comido solo la cena de Nochebuena, caso de haberse tomado la molestia de
comprarla, cosa que no hizo, como tampoco se molestó en armar el árbol de
Navidad. Trabajaba más de la cuenta, sentado en su escritorio de la fiscalía
casi hasta medianoche. Se encargaba de más casos que nunca, sin divertirse ni
tomarse un minuto de descanso a lo largo del resto del año. Raras veces reía, no llamaba a nadie, no salía con
nadie y tardaba semanas en responder las llamadas o mensajes de Alberto.
__Felicidades
_le dijo este un día de febrero de 2015 en que, por fin, consiguió hablar con
él.
Pedro
se había pasado más de un año guardando luto por Diego y, a través de unos
amigos comunes, se había enterado que seguía casado. Beto ya estaba cansado de
perseguirlo__. Bueno, pesado, ¿me quieres explicar por qué ya no contestas
a mis llamadas?
__He
tenido mucho trabajo. ¿No lees la prensa? Estoy esperando veredicto.
__Por
si te interesa saberlo, todo eso me importa un bledo. Y, además, no excusa tu
comportamiento de este último año. Ya nunca me llamas. Siempre soy yo quien te
llama.
¿Qué
te molesta? ¿Mi aliento, el olor de mis pies,
mi coeficiente intelectual?
Pecho
se echó a reír. Beto siempre sería el mismo guasón.
__Todo
eso y mucho más.
__Eres
un idiota, lo sabes. ¿Acaso piensas pasarte toda la vida compadeciéndote? Ese
hombre no merecía la pena, Pedro. Y pasarte todo un año así, es ridículo.
__No
tenía nada mejor que hacer.
Sin
embargo ambos sabían que no era cierto, y que todo se debía a Diego y al hecho
de que este no hubiera dejado a su esposo.
__Vaya
novedad. Antes no me mentías jamás.
__Es
que me ha sido más fácil trabajar sin ver a nadie.
__ ¿Por
qué? ¡Si tendrías que celebrarlo, hombre! Hubieras podido ser como algunos o
algunas que pasan veinte años esperando. Tú, en cambio, has tenido inteligencia
de dejarlo.
¿Qué
has perdido, Pedro? ¿Tu virginidad? ¿Dos años? ¿Y? Otros hombres pierden diez
años con tipos casados, pierden sus corazones, la cordura, el tiempo y la vida.
En mi opinión, has tenido mucha suerte.
__Vale,
me convenciste.
Pedro
sabía que Beto tenía razón, pero no podía reconocerlo. La añoranza y el odio,
todavía seguían alternándose en su
mente. No había alcanzado ese estado de indiferencia al que aspiraba. Y un día,
que Beto lo invitó a almorzar, se lo confesó.
__
__Eso
lleva tiempo, Pedro. Además un clavo saca a otro clavo. Tienes que salir con
otras personas. Distraerte con otras cosas para no pensar siempre en él. No
puedes pasarte todo el día trabajando. __ Lo miró sonriendo. Lo quería mucho, y
siempre lo querría. No era como el amor que sentía por Gaby, Pedro era su
hermano, pero él mismo pensó en los muchos años que estuvo enamorado de Paola y
se los recordó__. Y conseguí sobrevivir cuando me rechazó.
__No
era lo mismo. Diego me propuso casarme con él, y a los días estaba volviendo
con el otro. Es el único hombre con el que he querido casarme, ¿lo sabes?
__Sí.
__Beto lo conocía mejor que nadie__. Es un hijo de mil…, ya lo sabemos, y tú
tardas mucho en reaccionar. Pero volverás a querer casarte. Aparecerá ese
hombre.
__Lo
que me faltaría. _La idea lo asqueaba__. A mi edad, los idilios románticos ya
no son adecuados, muchas gracias.
__Bueno,
entonces búscate un vejestorio que te encuentre bonito y pendejo. Pero no te
quedes sentado malgastando tu tiempo, y tu vida.
__No
creo estar malgastándola, Beto. Tengo mi trabajo.
__Pero
no es suficiente, Pedro, no seas cabezón. Qué terco eres.
Lo
miró sacudiendo la cabeza y lo invitó a una fiesta que había organizado en su
casa.
Pero
Pedro no asistió, y Beto tuvo que luchar denodadamente para sacarlo de nuevo de
su caparazón. Parecía que hubieran vuelto a violarlo, como en aquella fiesta a
sus quince años. Por si fuera poco, perdió un juicio y se sumió en un profundo
estado depresivo.
__Bueno,
eso quiere decir que no eres infalible sino humano. Descansa un poco, bájate
del carro. Ya sé que estamos en semana santa pero con Uno crucificado es
suficiente, tú bájate. ¿No puedes encontrar algo que hacer en lugar de pasarte
todo el rato atormentándote?
¿Por
qué no te vienes a pasar el fin de semana con nosotros y tu ahijado a la costa?
Acabo de alquilar una casa, y de todos modos ya no podremos ir en verano.
__ ¿Por
qué no? __preguntó Pedro mientras Beto pagaba la cuenta.
Había
pasado meses preocupado por él, pero por fin, parecía que empezaba a
reaccionar.
__Porque
Gaby está embarazada, y para entonces estaré
con un bebe en brazos, y tú con una ahijada.
Pedro
se quedó sin habla. Entonces, Beto ruborizado esbozó una sonrisa.
__Me
dejas de una pieza. ¿No piensan parar?
__No.
Y luego vendrá el tercero y el cuarto. Gaby quiere otro varón, pero yo quiero
la nena, luego otro varón.
Pedro
lo miró radiante de felicidad y le dio un fuerte abrazo al salir del
restaurante.
__Voy
a ser tío otra vez, entonces.
__Ese
es el camino más fácil, Pedro. No es justo para ti.
__A
mí me va bien.
Ya
sabes que no quiero hijos, por mucho que llegara a querer a un hombre. No tengo
tiempo para eso, y sabes que la decisión viene de lejos. Mi hijo es el Derecho.
Además en caso de querer mimar a un chico y sentarlo en mi regazo tendré a los
de ustedes que son divinos, bueno contando al que viene en camino.
Me
alegro un montón, de verdad, ¿ya sabes que es nena?
__No
todavía, yo quiero una que sea como
ella, parecida a Gaby.
¿Vienes
con nosotros entonces?
__No
puedo, de verdad, no es una excusa.
_ ¿Y
se puede saber hacia dónde te diriges? ¿Cuál es tu próximo destino?
_
Aún no lo he decidido. Debo estudiar el mapa de vida, por ahora lo único firme
es la fiscalía.
_ No
hay mejor brújula que el corazón, Pedro,
deja que te guíe la luz.
_
¿Qué luz?
_ No
la luz, tu luz, tu propia luz interior.
_ No
puedo verla ¿cómo podré guiarme por ella si no la veo?
_ La
verás cuando te sea revelada, en sueños.
__
¿Tú crees que los sueños son premonitorios?
_
Los sueños pueden revelar el futuro, pero también recordar quiénes fuimos en
otras vidas.
__ No sé si deseo recordar esta y ver más allá,
Beto.
Pedro
se quedó por unos segundos en silencio, con la mirada ida.
_
¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? Le pediré a Gaby que te prepare un té de hierbas.
__No,
gracias, es solo que... En mi primera
noche en Lima, en el viaje relámpago que
hice por una convención, mientras me hospedaba en el hotel San Agustín tuve un
sueño muy extraño.
_
¿Un sueño extraño dices?
_
Pensé que había sido producto de mi embriaguez, yo había bebido demasiado Pisco.
_
¿Qué fue lo que soñaste?
_ Yo
subía por unos escalones de piedra. A medida ascendía, los escalones eran mucho más anchos y se me
dificultó continuar. Estaba a punto de desmayar cuando unos seres alados me
tomaron de los brazos y me llevaron a la cima donde había un hombre con una
enorme capa de plumas blancas que le llegaba hasta los pies. Me preguntó:
"¿A qué has venido?", pero no
me dio lugar a responder y comenzó a acusarme injustamente. Me preguntó:
"¿Has venido a llevarte nuestro oro? ¿Vienes por nuestras mujeres?"
Yo me defendí de sus acusaciones, le respondí que no eran esas mis intenciones.
_ ¿Y
qué más sucedió?
_
Cuando volvió a preguntarme por mis razones para estar ahí mi lengua se puso
pesada y no pude responder. Dio una orden a los seres alados para que me
sacaran de ahí y de pronto...
_ De
pronto ¿qué? Me tienes en suspenso.
___
Una hermosa doncella inca apareció de la nada intercediendo por mí.... Dijo que
yo era "El Elegido".
__ ¡Fantástico!
- exclamó el hombre.
_
Luego de eso desperté sudando y vomitando, pensé que todo había sido producto
de la embriaguez en el museo del Pisco.
_Pedro,
no lo dudes, recibiste una revelación, debes sentirte afortunado.
__
En realidad me siento confundido.
El
hombre del museo caminó hacia su librera
a buscar un libro que le diera pistas sobre el hombre con la larga capa de
plumas blancas.
_ No
encuentro registro de un personaje inca con esa larga capa de plumas ¿cómo
vestía la doncella?
_ De
blanco reluciente. Levantaba su mano en alto y sostenía algo pero no recuerdo
qué.
_ ¿Y
si no fuera inca sino griega? Mira esta imagen, acércate.
_ Se
parece a la vestimenta de la doncella de mi sueño.
_ Es
Atenea, la diosa de la sabiduría.
_
Pero ella es de la mitología griega. En mi sueño estaba en una pirámide
precolombina.
_ Tu
sueño es simbólico, Pedro, una fusión de
elementos que aunque tienen diferente origen se relacionan entre sí.
_
Pero ¿por qué me llamó "El elegido"?
_
Porque lo eres
_
¿Con qué misión?
_
Eso, mi joven amigo, tendrás que descubrirlo por ti mismo.
___
¿Cómo?
_
Sigue tu luz interior
_
Debo irme ya.
_
Voy a despertar a mi esposa y a mi hija para que se despidan de ti.
_ No
es necesario, déjelas dormir. Salude de mi parte a su esposa, de su hija me
despedí anoche.
_
Sí, lo sé.
_
¿Qué sabe? – pregunté ruborizado.
_ La
vi a media noche caminando hacia tu cuarto.
_ Yo
puedo explicarle.
_ No
necesitas explicarme nada, muchacho.
Ella ha crecido, ya no es una niña y yo sigo insistiendo en tratarla como si lo
fuera. Es obvio que le gustas mucho. Hubiera sido maravilloso que te quedaras
para ser parte de nuestra familia... aunque a decir verdad, ya lo eres, como el
hijo que nunca pude engendrar.
A mí
se me hizo un nudo en la garganta. El hombre abrió nuevamente los brazos y se
despidió por última vez:
__
Adiós, Pedro Beggio, que la luz de
Atenea, diosa de la sabiduría te acompañe.
__
¿Y? ¿Lo ves? Un sueño te guiará __afirmó Beto.
Pedro
sonrió y se olvidó de repente de Diego.
Volvió a contemplar la vida en todo su esplendor y experimentó el deseo de
cantar. Era como si le hubiera dolido una muela durante un año y descubriera,
de golpe, que la muela había desaparecido como por arte de magia.
_Cuando los adioses se revelan en las palabras, cuando todo se
resume al último instante de una
despedida, las eternidades antes prometidas tienen ahora un sabor diferente. Sientes
que esa sensación inmortal no era interminable, no era para siempre, las horas
que se detenían en esos ojos fluyen en un caos de internos ocasos entre
verdades pasadas y presentes utopías.
Cuando
hay un adiós hay un abismo, hay un camino en el corazón, en el alma, en la
carne y solo debes saber cuál será su destino. El tiempo se desdobla y se va
extinguiendo en ese peregrinar errante entre angustias y nostalgias pero
también, en esa senda de emociones liberadas. Entonces las lágrimas se
secarán con el mismo sol y los
abrazos estrecharán otros horizontes,
nuevas sensaciones y otra piel que no tenga el aroma del pasado. Cuando los
adioses son para siempre hay un desierto pero también una nueva orilla, hay un recuerdo pero también un nuevo día, hay un final pero también otras bienvenidas.
No sé lo que digo y pienso, si hoy no soy yo, ya no soy yo, solo soy una sombra de un ayer,
en el reflejo del dolor, con el rostro cegando en mi ser, soñando con un amor que nace del aire, anhelante, suspiros que brotan del latir de un corazón amante, que en verbos va cubriendo su existir en pálida desnudez, con abrazos etéreos que son tortura y cruel languidez.
en el reflejo del dolor, con el rostro cegando en mi ser, soñando con un amor que nace del aire, anhelante, suspiros que brotan del latir de un corazón amante, que en verbos va cubriendo su existir en pálida desnudez, con abrazos etéreos que son tortura y cruel languidez.
El
amor en mí nace con la sombra de la soledad envuelta cual caricia tímida en una sonrisa escondida,
yerta, en el sentir de los ojos la miel, labios que son sublime anhelo, mejor
morir por amor dando todo como del suspirar consuelo, a ser espectador de un
sueño que endulza pero no alimenta, cuando por amor, expandiría mis alas al
alzar el vuelo que alienta.
__Llegará,
digas lo que digas, ese hombre que te ame, existe, Pedro.
__
“Transforma
tú, hombre desconocido, de mi soledad el mundo en espacios amantes, compartiendo
sueños, amplificando los sentimientos anhelantes,
donde vive en mí un amor escondido nacido en la oscuridad, en súplica amante,
en ecos silenciosos avanzando en la eternidad, con voz extraña que hiere como
espada desgarrando el corazón del amante
ilusionado que con mirarte pierde la razón, amor cual aire que cruza de norte a
sur tocando cual brisa, sin llegar a la culminación ya que los sentimientos no
tienen prisa.
Corazones y almas amantes eternos, separados
en distintos caminos, clamando un amor que por la distancia es negado a sí
mismo, del que vive un amor sin el amor, pensar que corre sobre el viento ¿cómo
amar y ser amado si no existo o soy parte de tu pensamiento? quiero ser feliz
por tu amor pero me siento y soy infeliz por no tenerlo, me doy cuenta que para
mí no existe la felicidad y estoy triste por saberlo.
Pero
sé que solo hay amores y más amores, que torturan y otros que perfuman como
flores, unos que crecen y florecen con su presencia, y otros que duelen y matan
por su ausencia”.
Julio
de 2015.
Sin
embargo, Pedro se alegraba por sus amigos, y cuando en julio nació Betsy, mientras la contemplaba en
los brazos de Gaby, Pedro tuvo que contener las lágrimas. No había reaccionado
así con Renzo que ya tenía cinco años, pero por alguna razón inexplicable, le
conmovió profundamente la inocencia de esa nena, su sonrosada carne, sus ojos
celestes como los del padre, sus deditos graciosamente doblados. Jamás había
asistido a semejante perfección. Miró a Beto sonriendo y se alegró de verle
orgulloso, oprimiendo fuertemente una mano de Gaby y acariciando suavemente a
su hija con la otra.
Gaby
regresó a casa al día siguiente de haber dado a luz, y ella misma se encargó de
organizar el almuerzo. Rechazó cualquier ayuda.
__ ¿Te
parece extraño, verdad? _le preguntó a Pedro, amamantando a la nena sentada junto
a la ventana que daba al río mientras Pedro miraba la escena.
Tú
también podrías tener una, si quisieras, Pedro, tu elección sexual no lo impide _dijo Gaby al
amigo.
__Ni
lo sueñes. Además apenas si sé hacerme un bife, o un huevo duro, no me veo
colaborando en una casa con nadie en las cosas cotidianas y en la crianza de
hijos. Cuídala, Beto, no vuelvas a dejarla embarazada, al menos por un tiempo.
__Lo
intentaré. Por cierto, ¿vendrás al bautismo? Gaby quiere que seas el padrino,
quiere que sea en Navidad, así hay tiempo para el cursillo, si piensas estar
aquí.
__
¿Y dónde crees que puedo estar? __le preguntó Pedro.
__Vete
a saber, debajo de la cama quizá. Como el último año.
__Muy
gracioso, ¿pero es que no tienen otros amigos? Los chicos cuando sean mayores
estarán hartos de mí _dijo Pedro sonriendo.
__Peor
para ellos, Pao será la madrina y
Matías, el padrino del corazón. Así por lo menos conseguiré
presentarlos, llevo años intentándolo, él ya cree que lo has estado evitando.
Beto
y Matías llevaban varios años de socios, pero Pedro, no lo conocía, aunque en
el último tiempo sentía curiosidad por saber cómo era.
“Otro
anochecer, en la oscuridad de mi cuarto, otra noche de desvelo, de mirar el techo,
otra noche de preguntas sin ninguna respuesta, otra noche donde el sueño parece abandonarme en lento insomnio que va carcomiéndome por dentro, otra noche de soledad, con los ojos llenos de sueño, otra noche donde las sombras parecen rodear mi habitación, otra noche pensando y viendo las horas pasar, otra noche sin cerrar los ojos y que me sorprende el amanecer”.
otra noche de preguntas sin ninguna respuesta, otra noche donde el sueño parece abandonarme en lento insomnio que va carcomiéndome por dentro, otra noche de soledad, con los ojos llenos de sueño, otra noche donde las sombras parecen rodear mi habitación, otra noche pensando y viendo las horas pasar, otra noche sin cerrar los ojos y que me sorprende el amanecer”.
___
Cuando
lo vio en la iglesia para el cursillo, pensó que era más o menos, tal como lo
había imaginado. Altísimo, delgado, de ojos claros, y con manos enormes que
sostuvieron a Betsy con una delicadeza asombrosa.
__Lo
haces muy bien, Matías _le dijo Pedro sonriendo.
__Gracias.
Estoy algo torpe, pero aún puedo arreglármelas en caso de apuro.
__ ¿Tienes
hijos? __le preguntó Pedro por decir algo.
De
lo único que podían hablar sería de derecho o de las amistades en común, ahora
de Betsy.
__Una
hija de diez años.
__Nadie
lo diría.
A
Pedro le parecía muy mayor. Claro que los hijos de Diego eran más o menos de
esa edad, y sabía que Matías tenía más de treinta años.
Para
cuando llego la Navidad, el bautismo, ya
eran amigos, y en la fiesta Matías contó chistes y anécdotas divertidas que
hicieron la delicia de todos, incluido el propio Pedro, además de las monerías
de Betsy que ya gateaba entre los pies, y
parecía reconocerlos.
__No
me extraña que lo aprecies tanto, Beto _le dijo Pedro cuando entró a ayudar al
amigo a llevar unas bebidas__. Es muy simpático.
__ ¿Te
refieres a Matías? __No se sorprendió. Aparte de Pedro, Beto consideraba a
Matías y a su esposa, los mejores amigos además de socios en el estudio,
estaban muy compenetrados desde hacía años. Las cosas les iban muy bien, aunque
no trabajaban con tanto ardor como Pedro, pues solo hacían derecho civil y
comercial__. Es muy listo, pero se lo toma todo con mucha calma.
__Ya
me he dado cuenta.
A
primera vista, Matías daba la impresión de ser distraído y casi indiferente a
todo cuanto pasaba, pero Pedro observó que en realidad era mucho más perspicaz
de lo que parecía.
Finalizada
la fiesta, Matías se ofreció a acompañarlo a su casa y Pedro aceptó. Había
dejado el Sonic en el service, y Matías tenía el coche aparcado delante de la
iglesia.
__Bueno,
al fin he tenido ocasión de conocer al famoso fiscal Pedro Beggio. Escriben
muchas cosas de ti.
__Solo
cuando no tienen otra cosa que hacer _contestó Pedro un poco turbado.
Matías
sonrió. Le gustaba su modestia. Le gustaba su sonrisa, le gustaba su ropa
comprada para el bautismo, le gustaba, Pedro Beggio.
__Gaby
y Beto están orgullosos de ti, ¿sabes? _le dijo Matías__. Me parece que ya te
conozco porque él me habla todo el tiempo de ti.
__Yo
soy como él. No tengo marido ni hijos y todo el mundo tiene que aguantarme las
historias que cuento de Beto y de cuando íbamos a la universidad.
__Menudas
piezas debían ser entonces.
__Más
o menos. Nos divertíamos mucho, eso sí. También la pasamos mal a veces. __Pedro
sonrió recordando__. Tanta nostalgia debe ser cosa de la edad.
__Es
propia de la época del año.
__ ¿Verdad?
La Navidad siempre me pone así.
__Yo
también lo siento. __Matías se preguntó dónde estaría su hija, ella era parte
de su nostalgia__. Tú eres de Chile, ¿no es así?
Pedro
asintió. Todo lo de allí, se le antojaba a años luz de distancia.
__ ¿Y
tú?
__De
acá, de Buenos Aires.
Era
muy fachero y simpático, Pedro aceptó de buen grado la sugerencia de ir a tomar
unas copas en algún sitio, pero todo estaba bastante vacío y resultaba
deprimente ir a un bar un día de Navidad, por lo que al final, Pedro lo invitó
a su casa, una adorable casa que era su refugio, acogedora y cálida.
El
comportamiento de Matías fue tan apocado que Pedro ni siquiera le reconoció al
comienzo, una semana más tarde en tribunales. Era uno de esos tipos sin identidad,
guapo, alto, rubio que pueden ser un compañero de estudios, el marido, el
hermano o el amante de alguien.
__Perdona,
Matías _dijo él ruborizándose al reconocerlo. Estaba distraído.
__No
es para menos con los casos que llevas.
Lo
miró sonriendo, y a Pedro le hizo gracia comprobar lo mucho que admiraba su
trabajo. Beto debía de haberle contado una sarta de mentiras. Sabía que
exageraba mucho cuando hablaba de él, contaba el caso de un violador, y asesino
serial que lo había atacado en una celda y que él había reducido con llaves de
judo y comentaba los casos que resolvía solo sin ayuda de investigadores, lo
cual no era cierto, pero a Beto le encantaba contar historias de peligros con
él de protagonista.
__ ¿Por
qué cuentas esos embustes? __le había reprochado al regresar ese día, pero él
no sentía remordimientos.
__Parte
de ello es cierto.
__De
eso ni hablar. Me he encontrado con Matías y poco cree que puedo solo contra asesinos seriales. Ya
basta, Alberto, por favor.
Mientras
miraba a Matías, Pedro supo que su amigo había vuelto a sus andanzas.
__Las
cosas están tranquilas de momento. Y a ti, ¿cómo te va?
__No
del todo mal. Tenemos unos asuntos buenos. Gaby y Beto se han ido a pasar unos
días con los chicos a las sierras de Córdoba, por tanto estoy a cargo del
fortín.
__Ellos
son muy buenos __dijo Pedro.
Matías
lo miró, indeciso. Hacía días que deseaba llamarlo, pero no se atrevía a
hacerlo.
__No
dispones de tiempo para almorzar conmigo, ¿verdad? __le preguntó.
__Por
casualidad, sí dispongo de un rato.
Pedro
aceptó la invitación de Matías, y muy contento él eligió un restaurante con más
marca que calidad. Aun así, fue muy agradable charlar con él durante una hora.
Pedro había oído hablar mucho de Matías a lo largo de años, pero su trabajo por
una parte, y la turbulencia de su relación con Diego, por la otra habían
impedido que se produjera el encuentro entre ambos.
__Es
tonto. Beto hubiera tenido que presentarnos hace años _le dijo.
__Creo
que ya lo intentó _dijo Matías, esbozando una sonrisa.
No dio
a entender que supiera nada de Diego, pero Pedro se había curado y estaba en
condiciones de hablar de ello.
__Durante
cierto tiempo, pasé por un periodo muy difícil _dijo.
__ ¿Y
ahora? __preguntó, Matías, mirándolo con la misma dulzura con que había contemplado
a su ahijada.
__Vuelvo
a ser el mismo de siempre.
__Me
alegro.
__En
realidad, Beto me salvó la vida esta vez.
__Sé
que estuvo muy preocupado por ti.
__Me
comporté como un idiota supongo _dijo Pedro lanzando un suspiro. Creo que todos
lo somos alguna vez o varias en la vida.
__Yo
también lo fui en una ocasión. __Él lo miró__. Dejé embarazada a la mejor amiga de mi hermana que vive en el
interior durante unas vacaciones, como resultado, me casé, y nació mi hija. No
sé qué me ocurrió, debí volverme loco o algo por el estilo, o estaba muy ebrio,
puesto que soy gay, pero ella es muy bonita, tenía apenas veinte años, y me tuve que casar sin apenas darme cuenta.
A ella no le gustaba vivir acá, pasaba día y
noche llorando, la pequeña Daniela vivió enferma seis meses, como resultado, al
año regresó a su provincia, y sé de ellas tan poco como entonces. Fue la mayor
locura de mi vida y no pienso volver a cometerla nunca más _dijo muy
convencido__. Desde entonces nunca he querido tener relaciones serias con nadie
__añadió con tristeza.
__ Por
lo menos sacaste beneficio, tienes una hija. Bueno, no es que yo deseara hijos
con mi ex, pero no me quedó más que haber perdido dos años de mi vida. ¿Ves a
tu hija?
__Un
mes al año viene a pasarlo conmigo _confesó Matías exhalando un suspiro__. Es
difícil construir una relación en ese plan. __Siempre pensaba que era una
situación injusta para la niña, pero ¿qué podía hacer? Yo no podía ignorarla__.
Somos unos desconocidos el uno para el otro. Yo soy el que cada año le envía el
regalo de cumpleaños y la lleva al cine cuando viene a verme. Pero no sé muy
bien qué hacer con ella. Cuesta mucho hacer amistad con una nena de diez años.
Pedro
pensó en las dos hijas de Diego.
__Desde
luego. El hombre con quien salía tenía dos hijas y yo no sabía cómo trataras.
Yo no tengo hijos y no eran como los de Beto y Gaby, de repente me encontré con
dos desconocidas que me miraban como un bicho raro.
__ ¿Te
encariñaste con ellas?
Les
sorprendió lo fácil de la charla.
__La
verdad es que no. No hubo tiempo. Ellas no vivían acá… al comienzo.
__Desde
luego, has conseguido complicarte la vida menos que nosotros. Supongo que no
sales con nadie.
__Por
regla general, no. Pero aun así, me he causado bastante daño. Solo que no ha
habido hijos de por medio.
__ ¿Lo
lamentas?
__No.
__Había tardado treinta y tres años en decirlo en serio__. Hay cosas en la vida
que no están hechas para mí, y los hijos son una de ellas. Prefiero ser
padrino.
__Ojalá
yo hubiera pensado lo mismo. Por el bien de la nena. Menos mal que la madre se
volvió a casar así esa pobre criatura tiene una figura masculina durante los
muchos meses en que no me ve.
__ ¿Te
preocupa? _Pedro se preguntó si sería muy posesivo con la niña como lo había
sido Diego.
__Apenas
la conozco _contestó él meneando la cabeza. Sé que suena horrible, pero es la
verdad. Es como si cada año la conociera por primera vez. Y, cuando vuelve al
cabo de otro año, ha crecido y es completamente diferente y se repite el
proceso. Es un empeño inútil, pero puede que no para ella. Tengo esa obligación
para con ella, y creo que en poco tendrá un novio, y me dirá que ya no vendrá
porque se quedará con él.
__A
lo mejor te lo trae __ comentó, Pedro y se echaron a reír.
__Dios
me libre. Sería lo único que me faltaría .Pienso lo mismo que tú, hay cosas en
la vida que no están hechas para mí. El matrimonio… los hijos.
Pedro
sonrió, muy pocos expresaban esas opiniones, pero Matías intuyó que con él
podía hacerlo, lo mismo que Pedro con él…
__
__Papá,
Malena y yo iremos al cine, ¿nos acompañas? __ pidió Fabián.
__No
hijito, vayan ustedes, estoy cansado y tengo una montaña de expedientes para
estudiar.
__Ufa,
pa. ¿Y José?
__No
está, ¿acaso vos lo ves?
Perdón
hijo, nos separamos, no quiero que se ilusione con más de lo que puedo dar.
__Pero…
¿Acaso no estabas bien con él?
__Como
amigo, así es como lo veo. Anda ve, hijito, y deja de buscarme novio. Mi
matrimonio fue bueno, para que alguien lo supere, debe de ser muy especial.
“¿Quién
serás amor de mi vida? Es curioso, por años, solo soñaba con Juan, no me atrevo
a decirle a mi hijo que ya no, que veo algo, a alguien sin rostro, pero que
presiento que ya conozco. Y lo siento, como presente, creo que estoy
enloqueciendo de tanto ver casos.
El
momento perfecto junto a vos mi amado, con tu olor a primavera y tu boca
preciosa que sabe a canela y miel en mi beso. Con el dulce murmullo del río
corriendo al lado de tu ventana y la luna traviesa colándose a espiar cómo nos
amamos.
Entre
sábanas de seda nuestros cuerpos desnudos entrelazados y fundidos, se entregan
a la magia del momento, en un encuentro cuerpo a cuerpo, luchando sin ser
enemigos.
Sin
prisa y con tiempo, arropados con nuestro amor, caricias y besos sabor a deseo.
Nuestras manos como esposas atando nuestros cuerpos al derroche de la pasión. Nos
arrebatamos el juicio y provocamos un festival sensorial. Suspiro... y sueño mi sueño, no quiero que el tiempo pase
y se congele el momento de amarnos. Tu llave de plata abre mi cerradura siempre.
¿Quién
sos? No te conozco y te amo, sin embargo, sé que no estás cercano en el tiempo,
no entiendo nada, es un lío lo que siento, pero cuando quieras llegar, mi amor
nunca se va a apagar. Más que mirarte quiero amarte. Lo sé, y por eso dejé ir a
José. Qué raro es todo, porque te presiento acá, en el trabajo, en mis lugares,
y en mi cama.
Y me
encantaría mirarte desnudo para sucumbir ante tus deseos que se mezclen con mis
ganas de sentir tu cuerpo enredado con el mío aun sintiendo un cosquilleo por
todo mi ser al contacto con tu velludo
cuerpo erizando mi piel que tiembla de placer. Ya nos estamos amando y aún no
te conozco.
¿Que
si te voy a hacer el amor cuando te cargue a la cama?
Sí, pero primero déjame mirarte, mis ojos se llenan de lágrimas por tu mirada sin tiempo, es una mirada de cielo tan clara como la luna, tan diáfana como la lluvia. Déjame que me mire en tus ojos limpios, quiero verme la cara al besar la noche, tengo mis ojos tristes llenos de luces, la aurora teje el rocío para que lloren. Ahora sí, secaste gotas de cielo con la ternura
de tus labios ansiosos de vino y fuego, tengo la vista llena de miel y sueños y el amor duele en la carne como un tormento.
Sí, pero primero déjame mirarte, mis ojos se llenan de lágrimas por tu mirada sin tiempo, es una mirada de cielo tan clara como la luna, tan diáfana como la lluvia. Déjame que me mire en tus ojos limpios, quiero verme la cara al besar la noche, tengo mis ojos tristes llenos de luces, la aurora teje el rocío para que lloren. Ahora sí, secaste gotas de cielo con la ternura
de tus labios ansiosos de vino y fuego, tengo la vista llena de miel y sueños y el amor duele en la carne como un tormento.
Te
cargo en mis brazos con mil caricias, desnudando tu ropa
no sin malicia, tu cuerpo lleno de duendes quema mis manos, la cama queda tan lejos como a dos pasos. ¿Que si te voy a hacer el amor cuando te cargue a la cama?
Siente tu cuerpo vibrar, vida mía, ya nos estamos amando en esta noche de gloria, con tus gritos apagados y los silencios de mi boca.
no sin malicia, tu cuerpo lleno de duendes quema mis manos, la cama queda tan lejos como a dos pasos. ¿Que si te voy a hacer el amor cuando te cargue a la cama?
Siente tu cuerpo vibrar, vida mía, ya nos estamos amando en esta noche de gloria, con tus gritos apagados y los silencios de mi boca.
Creo
que estoy loco y debería ir a un psiquiatra, y sin embargo hace poco que siento
estas cosas.
Aprendí
un día a caminar descalzo, a caer tantas
veces y alzar el vuelo y desde el suelo vi lo bello. He caído y aprendido a
levantarme, a que por muy duro que sea el golpe
ha de ilustrarme a no ser tan torpe o dar vida a mi vida por buscarme.
Me caí
y con mis heridas me levanté por contar que es mejor morir de pie a que me vean sin saber qué decir, sin seguir avanzando hacia adelante. De tanto
caer en el piso hallé placer para en mi alma conceder y por difícil me sea, jamás retroceder aunque por dagas ande a
satisfacer.
He caído
en lo profundo del olvido donde el pasado compite a lo divino en ese lugar que
formo y disciplino en donde tantas veces fui abatido.
Caer
para mí ya no es nada nuevo y cada vez que caigo soy más bueno pues en eso que
aprendo desordeno y de todo dolor a contar me atrevo. Caí en la oscuridad de un
infierno y logré ascender hasta lo más
alto solo por ver esa cara en el asfalto
donde me ven crecer más moderno. Aquí llegué sin conocer contratos trabajando
duro para un destino, por eso aquel que
juzgue mi camino que intente probarse mis zapatos.
Tengo
un secreto que te llevaste con tu muerte, no lo repetiré jamás, porque he
decidido solo quedarme con lo bueno,
Juan, que no ha sido poco.
Llegaste
a mi vida en un buen tiempo, el momento adecuado, donde yo soñaba con un amor
de toda la vida... nuestra vida.
El "amor" nos ilusiona, nos llena de esperanza y de sueños, de ganas por compartir, ternura, pasión, deseo. Dos vidas que se unen para andar en un solo camino, unidos.
Conocernos y ¿entendernos? ¿Comprendernos? Al menos ese era "mi sueño", una compañía, alguien a mi lado con quien compartir y trascender.
No me di cuenta el momento en que todo ese "amor" que decías sentir se transformó en ira y dolor, en desesperación, pues tras cada beso y cada caricia desahogabas tu frustración.
Callé, esperé, toleré, amé... pero nada parecía suficiente para vos.
El "amor" nos ilusiona, nos llena de esperanza y de sueños, de ganas por compartir, ternura, pasión, deseo. Dos vidas que se unen para andar en un solo camino, unidos.
Conocernos y ¿entendernos? ¿Comprendernos? Al menos ese era "mi sueño", una compañía, alguien a mi lado con quien compartir y trascender.
No me di cuenta el momento en que todo ese "amor" que decías sentir se transformó en ira y dolor, en desesperación, pues tras cada beso y cada caricia desahogabas tu frustración.
Callé, esperé, toleré, amé... pero nada parecía suficiente para vos.
Día
tras día te transformabas en mi más grande temor, así como un día fuiste mi
gran amor.
¿Escapar? No lo pensaba, seguía adentrado en mi amor, sentía que solo era una mala racha, un momento de descontrol de nuestra parte, ¡de nuestra parte! No... No de la mía, pues todo te di y vos retornabas en dolor todo mi amor.
Compensabas con arrepentimiento y lágrimas las ofensas, los desplantes, los abusos... no, no te arrepentías, porque en cualquier momento y sin causa alguna descargabas nuevamente tu furia, siempre con un nuevo pretexto.
Hoy logré despertar de esta pesadilla absurda en la que me permití naufragar y peor aún, sin tener a la mano un salvavidas que me mantuviera a flote, a salvo.
Hoy desperté, te vi como lo que realmente eras, un verdugo sin sentimientos hacia mí, destruyendo mi sentir y dejando marcas en mi piel, que parecían no borrarse, huellas en mi alma.
Hoy me liberé, recobré mi valentía, mi amor propio, mi libertad oprimida. En verdad no hoy, sino antes de tu muerte, cuando al final montamos el teatro, en el escenario de nuestra farsa.
Hoy, soy yo, el hombre que te amó, que entregó cuerpo y alma, que volcó toda su existencia en vos, sin saber que eso, precisamente esa entrega sin límite me perdió y adentró en tu dolor en tu frustración, queriendo dejar tu huella en mi alma. Y desperté, al fin, así sin más te vi y me fui, antes que el destino marcara tu partida, mas hoy te he perdonado, no estoy envenenado, y sé que puedo volver a amar, tal vez… Amar”.
¿Escapar? No lo pensaba, seguía adentrado en mi amor, sentía que solo era una mala racha, un momento de descontrol de nuestra parte, ¡de nuestra parte! No... No de la mía, pues todo te di y vos retornabas en dolor todo mi amor.
Compensabas con arrepentimiento y lágrimas las ofensas, los desplantes, los abusos... no, no te arrepentías, porque en cualquier momento y sin causa alguna descargabas nuevamente tu furia, siempre con un nuevo pretexto.
Hoy logré despertar de esta pesadilla absurda en la que me permití naufragar y peor aún, sin tener a la mano un salvavidas que me mantuviera a flote, a salvo.
Hoy desperté, te vi como lo que realmente eras, un verdugo sin sentimientos hacia mí, destruyendo mi sentir y dejando marcas en mi piel, que parecían no borrarse, huellas en mi alma.
Hoy me liberé, recobré mi valentía, mi amor propio, mi libertad oprimida. En verdad no hoy, sino antes de tu muerte, cuando al final montamos el teatro, en el escenario de nuestra farsa.
Hoy, soy yo, el hombre que te amó, que entregó cuerpo y alma, que volcó toda su existencia en vos, sin saber que eso, precisamente esa entrega sin límite me perdió y adentró en tu dolor en tu frustración, queriendo dejar tu huella en mi alma. Y desperté, al fin, así sin más te vi y me fui, antes que el destino marcara tu partida, mas hoy te he perdonado, no estoy envenenado, y sé que puedo volver a amar, tal vez… Amar”.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Gladis Gracias por tan hermoso relato.
ResponderEliminarVictoria Hermoso .Gracias
ResponderEliminarPatricia Precioso!!!
ResponderEliminarMirtha Perez bellisimo
ResponderEliminarRosii .
ResponderEliminarGenial !!
Miriam Es un placer leerte,
ResponderEliminarAnonio Bello
ResponderEliminarLucas Buen relato y muy bien plasmado
ResponderEliminarSylvia Oving Gracias Eve
ResponderEliminarMayra Elizabeth Precioso
ResponderEliminarGladys Fascinante, un honor leer tus letras que tocan el alma. Feliz fin de semana, abrazos!!!
ResponderEliminarAna Hermoso !!!!
ResponderEliminarMaria Cristina Estupenda
ResponderEliminarGraciela Hermoso !!
ResponderEliminarCamila Ana Waooo..
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Lástima que Juan ya está muerto. Peto me gusta como viene la trama. Besos
ResponderEliminarMe gusta mucho el prólogo de esta historia de amor Eve...Pero porfi , ya se me mezclan tantas historias...Si seguís agregando sin terminar otras se me está haciendo un matete...Igualmente creo que va a ser una hermosa historia de amor entre esos dos personajes que tanto amamos a partir de Farsantes...
ResponderEliminarPerdón amiga, estoy con tanto dolor y agotada que me apareció y no me daba la cabeza para las otras que son tan complejas, ahora te dejo SUR, SIGUIENDO EL ORDEN, LUEGOEQUIVOCADO, LA CÁTEDRA, QUIZÁ CON UNA FALTA PORQUE TENGO QUE SALIR UN DÍA ENTERO, BESOTE. TENGO QUE TYERMINAR ATRAPADOS, ME LIBERO UN POCO DE COSAS Y LA ACELERO, BESOTE.
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