SINO
CAPÍTULO
NOVENO.
“Nunca
se está tan lejos como cuando estando cerca no nos vemos.
Yo podía sentir su aliento del lado izquierdo de la cama, sus ojos cerrados y su boca abierta, y así rozando sus rodillas, en cuclillas, mi cadera sentía su ausencia.
Nunca se está tan cerca como cuando no importa la distancia de los cuerpos, mientras él rozaba mi cadera en un existir sin sentido, la luna espiaba por el ventanal mis ojos. Ellos se abstraían de la habitación y viajaban a su mirada, la que me esperaba.
Mi mano izquierda enredó los dedos en sus cabellos, y lo despertó diciendo:
- Estamos a kilómetros”.
Yo podía sentir su aliento del lado izquierdo de la cama, sus ojos cerrados y su boca abierta, y así rozando sus rodillas, en cuclillas, mi cadera sentía su ausencia.
Nunca se está tan cerca como cuando no importa la distancia de los cuerpos, mientras él rozaba mi cadera en un existir sin sentido, la luna espiaba por el ventanal mis ojos. Ellos se abstraían de la habitación y viajaban a su mirada, la que me esperaba.
Mi mano izquierda enredó los dedos en sus cabellos, y lo despertó diciendo:
- Estamos a kilómetros”.
MAGA.
“Uno
se deprime cuando está enfermo de la verdad. Si uno no quiere deprimirse, hay
que asumir la verdad, su verdad. Me tocó la frase de Cecilia que fue tapa de
una revista en el momento del anuncio del divorcio. "Quiero vivir mi vida
sin mentir." Este es el antidepresivo más poderoso.”
*Jacques
Alain Miller /
Observaba la tranquilidad del mar y la suave y fresca brisa que rompe contra mi espíritu calmado, reforzando la paz que no suelo conservar por mucho tiempo. El oleaje tiernamente me mecía susurrando melodías conocidas y apenas saladas. Fija mi vista en el rojizo horizonte, se afanaba buscando el principio del fin. Manías de los que sabemos que nada es perfecto y eterno. La alegría entraba por mis narices e inspiré sintiendo las fosas nasales que se inflaban con el aire fresco y tranquilizador. Saboreé el amor que me resultaba esquivo y sin embargo podía sentirlo por ahí, a la distancia justa como para llamarlo… como para huir.
Cerré mis párpados lentamente mientras pedía agrietando el escepticismo, que no volviera a suceder, quizás esta vez no lo resistiría. Fortaleza de ser pensante, de niño arropado en atuendo de hombre pensante que a veces quiere huir y que a veces quiere vivir. La dualidad, el abismo y las alas, y la falta de voluntad en los momentos fieros y agónicos, y la supremacía de esta cuando solo espero dejar de existir. Pero aquí la calma, el toque feliz, la paz a cuenta gotas y el deseo que se quiere instalar. No pude dejarlo pasar, lo presentí, la angustia se percibe por moléculas y alcé mis ojos y las vi. Las pequeñas nubecillas en el horizonte no deberían preocupar a nadie, pero supe que todo estaba por cambiar.
El viento sacudió con fuerza brutal y me significó aversión y estómago hacia arriba. El sacudón de la ola preocupante inundó mis pulmones con miedo intenso y zozobra. Tan tremendo el dolor y el olor a disgusto que hasta las imágenes queridas y que bañaban mi ser segundos atrás, fueron borrados con furia. Si tan solo esta fuese definitiva, si dejara de sufrir, si perdiera toda esperanza, pero no, sabía que esto también iba a pasar. Exhausto y dolido, con mis ojos abiertos en toda su extensión, miro el techo buscando explicación, buscando ayuda, buscando algo que no sé qué es. Amaneció, otra noche sin dormir, otro día más. Despierto, como si hubiese dormido, me arreglo, acicalo mi rostro y humor y salgo a presumir una vida que quisiera tener. Mientras… por ahí, el amor con su mano extendida repite: “Ven”.
__Me
quedaría con vos para siempre, precioso __dijo Guillermo conmocionado por el
amor que sentía por Pedro.
__ Y
yo amor, pero tu hijo te estará esperando, son solo unas horas y estaré allá,
quiero conocer a tus amigos y que termines de contarme del pasado _respondió
hundiendo la cabeza en el cuello, dejándose envolver por el aroma, fuera… el
mundo no tenía ingreso a esa isla de dos.
__Me
encantaría que conocieras a Fabián, pese a que no tuvo una familia tipo es buen
pibe, sé que va a la casa por mí, que le gustaría más irse con amigos de su
edad, por eso no puedo fallarle, cuando estoy filmando poco lo veo.
__Y
así debe de ser, es demasiado pronto para que me conozca, aunque sé o presiento
que nos llevaremos bien déjame primero un tiempo, démonos un tiempo a solas.
Guillermo
se puso de pie y le ofreció la mano, Pedro la aceptó y se dejó conducir fuera
de la casa.
__Tengo
que irme __le informó.
Lo
rodeó por la cintura y lo atrajo hacia él. A Pedro todavía lo sorprendía la
felicidad con que aceptaba sus manos, la seguridad y el placer que le
provocaban. Le acunó las mejillas hasta acariciarle el filo de la mandíbula, le
fascinó que él bajara los párpados disfrutando del simple contacto, se
sostuvieron la mirada con infinita confianza.
Guillermo
se inclinó para besarlo fugazmente y aún en los labios susurró.
__No
sé dónde nos llevará todo esto ni cómo terminará __expresó__, si es que alguna
vez termina. Solo espero que, sea lo que sea que nos toque vivir, vos y yo
estemos juntos.
Pedro
ahogó un sollozo de emoción y se colgó de su cuello. Le confesó al oído:
__Tengo
tanto miedo de defraudarte, de no ser lo que esperas que sea.
__Ese
es tu problema, precioso __dijo Guillermo sin tocarlo__. Que piensas que tienes
que ser de algún modo distinto para agradarme, y estás tan preocupado en pensar
que no lograrás ser ese alguien, que no te das cuenta que te amo así, como sos.
__Estoy
dañado _afirmó él.
__Entonces
te amo más por estar dañado, entonces sé que puedo serte útil en algo, el amor
sana y puedo ayudar a que te des cuenta de lo perfecto que sos. __Pedro reía
entre lágrimas aún sujeto al cuello de él, mientras Guillermo lo bañaba en
besos que depositaba en toda la cara__. Amor, confía en mí.
__No
tienes idea de cuánto confío en ti _contestó y se pasó el dorso de las manos
por los pómulos mojados__. ¿Crees que a otro le habría permitido que me
abrazase, que durmiera conmigo?
__Me
abrazaste vos _le recordó Guillermo con simulada exasperación, y le besó la
frente, y allí demoró los labios mientras
depositaba besos minúsculos.
__Sí
_admitió, Pedro, los ojos cerrados y las sensaciones a flor de piel__, te
abracé yo es verdad.
__
¿No lo habrías hecho con otro, de verdad? __lo sonsacó Guillermo__. ¿Con nadie?
__Eres
el primero y al último al que se lo permito. __ Guillermo lo contempló sin
rastro de broma o ironía y a Pedro le gustó que comprendiese lo que estaba
comunicándole__. Nunca nadie me ha tocado nunca antes de ti.
__Gracias,
amor mío. Tengo que irme __anunció de nuevo__. Cuídate amor mío.
__Tú
también. Por favor _añadió con tono de súplica, y le encerró la cara entre las
manos__. Recuerda que eres mi vida ahora, ya no puedo vivir sin ti.
__Lo
haré, vos también, me alejo y siento que no soporto la distancia, que me
amputan un miembro, que me queda un hueco. ¿Sabes qué tenía yo antes de vos?
Nada. ¿Quién era entonces? Nadie. Me sentía hueco, vacío, y hoy sé que solo vos
puedes colmar ese espacio en mi alma.
__
¿Sales ya para la casa?
__Paso
antes a hacer algunas compras.
__
¿Puedo pasar a buscarte con un coche en rato y llevarte al helipuerto?
Lo
acompañó hasta la puerta y como no se decidía a dejarlo, caminó hasta la parada
del tren a pocos metros. Guillermo trepó de un salto al vagón, y Pedro percibió
un tirón en el pecho, como si él se llevase una parte vital. Lo vio avanzar
hacia el sector trasero y pegarse al vidrio. Le sostuvo la mirada y supo que
sus ojos le hablaban, le prometía que construiría un mundo sin juicios ni
desgracias, solo para él en tanto los ojos almendrados de Pedro comunicaban
promesas, derrochaban ternura al tiempo que indagaban y luego se colmaban de
melancolía o se perdían en la nada como no perteneciendo al tiempo y mundo en
que se hallaban sin los de su amor recién nacido.
Pedro
de camino a la casa meditaba, después de haber conocido un poco más a Guillermo
aun sin saber opiniones de amigos o
parientes, solo experimentaba la dicha porque se hubiese cruzado en su camino.
Se reputaba más que afortunado, un bendecido, él, que desde hacía años se
consideraba la nada hoy la pregunta que no hallaba respuesta era ¿por qué una
criatura tan estupenda como Guillermo se había fijado en él? Que él lo
codiciase era comprensible, formaba parte del grupo de comunes mortales que
reclamaba un poco de ese mar y magia que constituía Guillermo. Solo que, por
alguna razón incomprensible, el mar se había enamorado de un pobre río casi
seco. ¿Qué había visto en él que lo
había impulsado a hablarle con una sinceridad absoluta pocas horas después de
haberlo conocido? Le había dicho que lo hacía sentir vivo. ¿Se trataría de un
impulso arrebatado? ¿Guillermo en su mundo lo meditaría y se daría cuenta de
que se había precipitado? ¿Se arrepentiría?
“Despierto en mi cama, y en mis sábanas, desnudo me has dejado amor; ya no estás, tu olor impregnado se ha quedado en mi piel, tu esencia que amo con toda la pasión, te amo, la luz del día me ha dado, cierro los ojos y repaso todo lo que sucedió, ese anhelo de volver a sentir.
¡Inefable
fue la madrugada! Sentir tus besos en mi cuello, en mi espalda, y en todo mi
ser, caricias interminables hasta enloquecer, nuestras bocas el idilio más
excitante con sabor a miel, tus dedos deslizar en mis infiernos hasta provocar
la lascivia, la libido, de esos encuentros clandestinos deseados a placer.
Te
pierdes en el vaivén de mis caderas, pierdes la cordura; nuestro mirar ya no es
de amor solamente, sino de pasiones fervientes, de miradas que hablan
diciendo todo y se vuelven silencio, esa
mezcla de aromas que se funden en el acto más perverso, es tan sofocante, tan
desgarrador, gimiendo, gozando y pecando, embriagándonos de nuestro sexo
maravilloso, mi cuerpo no se cansa de perpetuar cada acto de erotismo y de
sensualidad que provoca seducirte a granel.
¡No
te imaginas cómo me dejas! Con ganas de ti, con tu sabor especial, con un vacío
que no me llena, que me hace vibrar, temblando con tu voz, hasta que regresas
mi piel se seca, hasta que vuelve la humedad de tu hombría cada noche, porque
tú amor mío incendias mi existir.”
Cuando
miró la hora se reprochó apenas tener tiempo para llegar a buscar a Guillermo
en el coche alquilado, llegó sin aire no solo por la prisa si no por la
ansiedad que lo dominaba, y a medida que se aproximaba el encuentro con
Guillermo las pulsaciones se le desbocaban. Durante esas pocas horas de
separación, desde que lo había despedido en la puerta del tren su admiración y
amor por él había adquirido una nueva dimensión, y lo imaginaba honrado,
paciente, paternal, y al igual que esos pobres fans que en su obra buscaban
ilusiones él también lo necesitaba, porque tal como le había expresado él lo
hacía sentir vivo, le devolvía el sentido de su vida, le enseñaba la alegría,
era su aire, la vida misma.
De
acuerdo con las indicaciones impartidas por él detuvo la camioneta en la puerta
de un gran mall, y se dispuso a esperarlo, y los pensamientos se desmoronaron
al tiempo que lo descubrió rodeado por un grupo de fans en la cima de las
escalinatas de uno de los edificios, y los celos furiosos que jamás había
conocido antes le devoraron las entrañas al contemplar la devoción que jóvenes
y no tanto le profesaban, aunque él solo tenía ojos para él como cada vez que
compartían la intimidad. ¿Cómo definir el éxtasis que le oprimió el pecho,
cuando pese a la gente, a la devoción, a todo, él alzó la vista y movió la
cabeza hacia uno y otro lado para buscarlo? ¿Y cómo describir la embriaguez que
le sobrevino cuando sus ojos se detuvieron en su rostro y su sonrisa pareció
iluminar la noche, tanto que las fans callaron y se giraron para seguir la
línea visual del ídolo? ¿Y cómo definir el impulso loco que lo llevó a ponerse
en movimiento, a correr los últimos metros para llegar a él?
Lo
vio despedirse de las azoradas jóvenes, bajar los escalones a pasos veloces y
caminar hacia él a zancadas largas que se tragaban el terreno. Se lanzó a sus
brazos con una confianza impensable días atrás, y agitado sonriente y feliz lo
miró directo a los ojos.
__
¿Por qué yo? _quiso saber, necesitaba resolver el acertijo y acallar los
recelos.
__
¿No te das cuenta de cuánto vales, de que sos magnífico? __Pedro, entre risas
agitó la cabeza para negar varias veces__. Tan magnífico. Mi adonis guerrero.
__Te
admiro __afirmó mientras pensaba en las muchachas y mayores a los que
consagraba su arte.
__No
me admires ámame _ suplicó Guillermo, de pronto solemne, y debió de entrever la
duda en su mirada pues le imploró __: Que no te importe que nos hayamos
conocido poco tiempo atrás, ni el juicio ajeno, ni lo que digan tus padres.
__Le encerró la cara entre las manos y volvió a rogarle: Que no te importe nada
excepto lo que nos provocamos con solo vernos o con solo pensarnos.
__
¿No importa que sea una locura?
__No
importa, no __afirmó él y, luego de aferrarlo por los brazos se inclinó para
besarlo__. Nada importa ahora que te he encontrado. Nada, nada __siguió
balbuceando mientras le pasaba los labios por la frente, descendía por el
pómulo izquierdo y por fin le alcanzaba la boca entreabierta por la que se le
escapaba el aliento.
Después
se preguntaría si las fans habrían sido testigos del beso desmesurado que
habían compartido. En tanto duró, ellos solo pensaron que contra todo
pronóstico era posible conquistar la libertad, y vivir ese instante de epifanía
que aniquilaba los demonios que los mantenían encadenados, todo se desmoronaba
ante ese hombre que solo sabía dar amor, compasión y ayuda.
Voces
y risas los devolvieron a la realidad de la insensatez, del desparpajo
compartido en ese sitio abierto, oscuro y expuesto. Uno cortó el beso
escudriñando el entorno, el otro siguió besándole la frente, la sien y donde
los labios cayesen en tanto movía la cabeza a uno y otro lado. Pasó el grupo de
chicas fuente de voces y risas que le habían devuelto el juicio, y Pedro las
siguió con una mirada tímida avergonzada hasta que avistó algo que le mudó la
expresión, un coche oscuro apostado a unos metros, subía la ventanilla del
acompañante, y habría jurado que en el instante previo, el objetivo de largo
alcance focal de una cámara fotográfica se había deslizado dentro.
__Guille,
vamos, hay curiosos aquí __le apremió.
__Sí,
vamos.
Durante
las primeras cuadras que hizo Guillermo al volante para evitar las
indicaciones, Pedro se dedicó a admirar el perfil, nunca había prestado
atención a la manera de conducir de nadie, le observaba la mano derecha esbelta
que ejecutaba los cambios sin esfuerzos con ligereza. Le admiraba las piernas
que se movían con buenos reflejos sobre los pedales, y luego regresaba a sus
gestos, a su rostro, a las cejas apretadas que demostraban la concentración. En
un semáforo rojo le acarició el pómulo y él se volvió lentamente, con los ojos
cerrados, y apoyó la mejilla en la palma de su mano.
__
¿Cansado?
__Más
o menos, ya descansaré estos días.
Guillermo
alzó los párpados y le dedicó una sonrisa.
__No
sabes lo que significó verte allí, esperándome, lo que pienso cuando no estás
conmigo.
__Dímelo.
Un
bocinazo los obligó a reanudar la marcha. Unos metros después Guillermo volvió
a mirarlo, fugazmente, y le confió.
__Al
verte pensé… en realidad sentí antes de pensar. Sentí esa inefable alegría que
solo vos me haces sentir, la que me sorprendió al conocerte, y la que me
sorprende cada vez que te miro, y luego me dije: “Allí está el hombre por el
que viví todo lo que me tocó vivir, el que le da sentido a lo que me quede por
vivir”.
Se
trataba de una gran responsabilidad. ¿Y si nunca lograban concretar su amor? Había
sido incapaz con todos antes, ¿por qué lo lograría con Guillermo? Una voz, sin
embargo, a la que temía darle crédito,
le aseguraba que con él sería distinto porque Guillermo lo era.
__
¿Y a vos cómo te fue? __preguntó él, menos solemne, y Pedro se dio cuenta de
que él percibía sus miedos e intentaba distraerlo.
__Te
conocí un poco más a través de lo que vi y leí desde el video que me dejaste y
te admiré, Guille, como pocas veces he admirado a alguien. ¿Sabes lo que siento
a tu lado?
__
¿Qué?
__Alquimia.
Somos
transformación de mezclas, de esencias y aromas, en donde se funden nuestras
pieles, sustancia enervada donde la física y la química alteran nuestros
sistemas y al mismo tiempo innovan, convirtiéndose en metamorfosis, cuerpos
extremadamente perfectos, seductores y sensuales, es la desnudez del alma
bellísima del erotismo, que cautiva con la mirada sin decir palabra.
La
combinación inefable de dos perfumes que detonan deseo, que enervan la sangre,
que se convierten en infierno, a la hora de amarse; la lengua saborea el sabor
exquisito de tu piel salada, mi paladar espera gozar los incesantes besos que
me das en mis labios, la humedad perfecta de tu sudor, cuando imagino que
hacemos el amor, la sed y el hambre no paran, pues cada noche y hasta la madrugada
nos comemos, nos devoramos constantemente.
Somos
la unión de todos los elementos que crean una reacción química; y que la física
establece el tacto con tus manos, haciéndolas poderosas ante mi geografía, tú
me esculpes, yo soy tu obra de arte, yo convierto tu infierno en mi paraíso,
solo dame tu extracto, tu olor me pertenece, huelo a ti siempre, hombre de mi
vida.
__Y yo sueño con la noche entre vos y yo.
Se
levantó la noche entre tú y yo, vemos entre cielo de nostalgia incapaces de
mentir las miradas, tibio brillo en los ojos vamos revelando, un brillo de amor
que le dé calidez a nuestras almas… que sin soltarse jamás en esta penumbra
dejaron de sentirse cerca, jamás dejaron de amarse.
Y me
bebo distante tu angustia y la mía, grita el amor en tu pecho y el mío -te amo
mi amor-, la piel, las miradas se van transformando a cada segundo que, de las
bocas como distantes besos, se escapan palabras que hablan de este puro
sentimiento, lágrimas de nostalgia y angustia se mutan en alegría de amor.
Descubres
que todo en mí late por ti, mi sonrisa estalla de tan solo ver tu mirada, mis
labios sedientos de tus besos, se humedecen al ver los tuyos, mi piel se vuelve
a llenar de deseos cuando la mirada recorre esos detalles de tu cuerpo,
momentos que en ti me pierdo, momentos que en ti por amor me reencuentro.
Y
ahora en mí, la noche no muere en el día, ni el día en la noche, solo hay
intervalos donde el cuerpo se entrega a un descanso, mas la mente y el corazón
viven despiertos, viven soñando… mi mente adicta a ti más que nunca continúa,
te sueño despierto… te sueño dormido y mi corazón en sus latidos dice que de tu
amor vivo cautivo.
__Sin
timidez alguna desnudo mi alma cada noche, y mientras cada noche tus ojos
busquen a los míos en cada sueño dejaré que me robes el alma, para seguirme
amando vida mía cuando dormido en la madrugada te acomodas a mi lado sin hacer
ruido, sin embargo te pido que me despiertes, quiero vivir todos mis sueños
contigo, no quiero perderme nada cuando desnudas mi espalda para besarla, y
sentir tus dedos dibujándome de magia que traen tus manos, para hacer que me
sienta amado vistiéndome de pasiones dulces y eternas para encadenar nuestras
almas en la madrugada, antes de que se despierte el mundo, ámame amor mío en
cada momento que se puede despertar el sueño.
Sueños, sueños, momentos, risas, y deseos encubiertos, melodías cargadas de mensajes de amor, todo eso forman recuerdos agolpados en mi mente y mi alma, mi deseo es que tus palabras me abracen en los pasos silenciosos de una noche, no sabes vida mía cuánto deseo que prendas las luces de mi jardín solitario, donde con mis manos abrazo tu sombra y la lleno de besos, al tiempo que se escapa de mis labios un te amo, mientras mis dedos desnudan la tierra que sostienen mis pasos. Sin timidez alguna confieso que te amo.
Sueños, sueños, momentos, risas, y deseos encubiertos, melodías cargadas de mensajes de amor, todo eso forman recuerdos agolpados en mi mente y mi alma, mi deseo es que tus palabras me abracen en los pasos silenciosos de una noche, no sabes vida mía cuánto deseo que prendas las luces de mi jardín solitario, donde con mis manos abrazo tu sombra y la lleno de besos, al tiempo que se escapa de mis labios un te amo, mientras mis dedos desnudan la tierra que sostienen mis pasos. Sin timidez alguna confieso que te amo.
Quiero
contigo despertar al amanecer en nuestra cama, que entre caricias y besos nos
despojemos de la pereza y encendamos las ganas de amarnos cada mañana.
Quiero
contigo, luego de bebernos el café de pasión, degustar un desayuno en la cama,
comer y beber de tu boca lo que para consentirte habré con amor preparado.
Quiero
contigo, entre espuma, vapor y agua quitarnos el aroma del delirio que entre
sábanas nos envolvió y cantar ahora una nueva canción de gemidos bajo la ducha.
Quiero
contigo, caminar presurosos bajo la lluvia, dejar que sus gotas nos acaricien
en rostro y beberme de tu boca esas lágrimas de nubes, que de tus labios me
sabrán deliciosas.
Quiero
contigo entrar tomados de la mano un domingo a la iglesia… entre sermón y
oración, pedirte en susurros de un amor
prohibido, que, abrazado por mi amor y atado a mi apellido, vivas a mi lado la
vida entera.
A
Pedro le dio la impresión de que trazaban planes en el mutismo que siguió, y el
timbre del celular interrumpió las reflexiones.
__Hola
Diego _ dijo, Pedro, y advirtió el instante en que los labios de Guillermo se
sumían en la barbilla y las cejas se le unían en un ceño profundo. Extendió el
brazo en un acto maquinal y le acarició la sien, y él se volvió súbitamente para
mirarlo. Pedro le sonrió apremiado por la necesidad de manifestarle que no
existía otra criatura sobre la tierra que le inspirase la entrega y la
confianza que él le inspiraba.
__
¿Cómo va todo por allí? __quiso saber.
Se
despidieron momentos después y Pedro guardó el celular en el bolsillo de la
campera. Guillermo persistía en el mutismo.
__Diego
es solo un amigo, pareciera que mis padres me estaban rastreando y solo intenté
despistarlos diciendo que estaba con él en una carrera.
__Le
tienes mucha confianza, pude percibirlo __replicó sin necesidad aunque con una
nota de tristeza.
__Sí,
me demostró ser fiable, como lo es Beto para ti. Guille…
__
El agua cae y discurre formando con su curso un camino incierto, pero el agua
sigue, así como caminan mis sueños sin camino y sin dueño.
Cierro mi ojos quiero imaginarte en mi playa de amor, primera secuencia, la playa está desierta, te sigo buscando quiero imaginarte saliendo del mar, segunda secuencia, te acercas y siento tus manos secando mi piel, y tus labios bebiéndose la sal de espuma que me sobra y se escurre cerca de la comisura de mis labios.
Te soñaré sí, te seguiré soñando vida mía entre lo dulce y lo amargo, te soñaré como esta noche, bailando sobre el agua con los pies descalzos, dejándome llevar en tus brazos al más bello de los delirios, donde mis ojos serán testigo de tu mirada adorándome todo, recorriendo cada pálpito que sale de mi corazón, besándome en cada espacio de mi sonrisa con besos de sal… te amaré toda mi vida, jamás te dejaré salir de mis sueños porque morirían los verbos más bellos que escribe mi alma, porque tú vida mía eres mi sueño eterno, mi sueño de amor. Y fuimos uno.
Cierro mi ojos quiero imaginarte en mi playa de amor, primera secuencia, la playa está desierta, te sigo buscando quiero imaginarte saliendo del mar, segunda secuencia, te acercas y siento tus manos secando mi piel, y tus labios bebiéndose la sal de espuma que me sobra y se escurre cerca de la comisura de mis labios.
Te soñaré sí, te seguiré soñando vida mía entre lo dulce y lo amargo, te soñaré como esta noche, bailando sobre el agua con los pies descalzos, dejándome llevar en tus brazos al más bello de los delirios, donde mis ojos serán testigo de tu mirada adorándome todo, recorriendo cada pálpito que sale de mi corazón, besándome en cada espacio de mi sonrisa con besos de sal… te amaré toda mi vida, jamás te dejaré salir de mis sueños porque morirían los verbos más bellos que escribe mi alma, porque tú vida mía eres mi sueño eterno, mi sueño de amor. Y fuimos uno.
Guillermo
detuvo la camioneta, giró el torso para mirar hacia atrás y con dos volantazos
la estacionó junto al cordón de la vereda entre dos automóviles. Pedro quedó
perplejo ante el dominio con que maniobró, él habría precisado bastante más
tiempo y espacio.
La
sorpresa continuó cuando Guillermo se deshizo del cinturón, y se inclinó para
besarlo, le salió al encuentro. Guillermo lo encerró con posesiva
determinación, y ni aun eso lo desequilibró. Siguió pegado a su cuello
inspirando el perfume de su piel. Guillermo le habló al oído.
__Perdóname
amor mío, jamás he sentido esto que siento por vos, me torno posesivo, pierdo
el control, creo que son celos. Ni de niño los había experimentado, y me tiene
confundido, es de riesgo amar a alguien así al punto de sentir que tu vida
depende de otro.
__Yo
también siento celos de tus fans __admitió Pedro.
__No
por favor, no los sientas.
__Tú
tampoco, ¿crees que Diego siquiera puede rozarme? Acabaría con un ataque de
pánico o él de bruces en el piso. Guille _ dijo, y se apartó para mirarlo a los
ojos__. ¿Crees que es normal para mí estar entre tus brazos después de haberte
conocido poco tiempo atrás? Esto no tiene explicación, y ya me cansé de
buscársela. Solo me dejo llevar por la dicha que me das, y no quiero darle más
vueltas. Pero ni por un instante pienses que esto que tengo contigo es normal o
usual.
__Lo
sé _admitió él con aire compungido__ nadie mejor que yo lo sabe, pero con vos
todo se vuelve confuso y un poco irracional, nada resiste a un análisis de la
mente.
__Comprendo,
a mí me sucede lo mismo.
__Perdóname,
no quiero que sientas que te asfixio o que te reclamo. No soy así. Por sobre
todas las cosas quiero respetar tu libertad.
__Mi
libertad eres tú, amor mío y confío en ti _le susurró, lo sintió temblar entre
sus brazos.
__Dilo
de nuevo.
__Amor,
confío en ti. ¿Y tú?
__Como
en nadie. Estar con vos es mirarte, siempre quererte, amarte como lo deseas
queriendo siempre abrazarte y antojarme como lo deseas. Así seré yo siempre,
amarte con pasión esperando la ocasión para besarte libremente. Tu amor me
enloquece, me haces estremecer, me hace quererte y llenarme de placer. No dejaré de quererte de amarte mucho menos,
siempre quiero verte, siempre llenarte de mis deseos. Juntos, debajo del sol o
debajo de la luna el amor es una sensación que arrebata mi alma, sin duda.
En
la cita que el deseo convocó, fuimos dos cuerpos perdidos en la vorágine de pasión. Dejamos el
formal ropaje de las apariencias desnudando la verdad de nuestras pieles. Y
fuimos uno enlazados en la gloria, bebiendo las mieles del placer. Nos
embriagamos en el aroma de los cuerpos y fuimos uno girando en el torbellino de
la urgencia. Y fuimos uno estallando en el cosmos infinito de los sexos.
Quiero
ser el preludio perfecto que encienda tu
hoguera, cuando bese tus ardientes labios, dejando en ellos bocanadas de mi
pasión, comienzo a recubrir con mis besos, tu ardiente piel, desgarro tu cuerpo
con las caricias de mis manos, incrementando así, el fuego de tus deseos, y
entre las llamas de este infierno, el pecado carnal, nos unió y nos hizo sus
siervos.
Responde
con tus besos a los gemidos de placer, detiene por un momento las ansias de amar, mira el viaje de las
nubes que acompañan tus sueños al despertar. Vibra en cada esquina de tu cuerpo
y escucha lo que tu corazón expresa… Acaricia el terciopelo de tu piel que
ansía la suavidad de tus manos. Perfuma tus cabellos y deja que inhale el
elixir de tu vida… Mil y una maneras de amar… gozo perfecto, sin principio ni
final. Seres que se funden en escenarios rosados dando rienda suelta a sus
anhelos Deseos… pasiones sin par… es esa la rutina del enamorado del que sabe
ofrecer su vida, su tiempo, sus deseos, a veces sobrehumanos.
Es ese el camino del amor que conmueve que traspasa las fronteras del pecado. Es esa la misión del ser humano: gozar y sentir que ¡todo lo ha dado! Es el triunfo del placer que nos convoca y al que no siempre respondemos a su llamado… Regocijarse en cada encuentro, es vivir la vida que se nos ha dado, es sentir el fuego interior que nos ayuda a creer, a buscar, a sentir, a disfrutar, a entregar todo... a ser parte de la historia de un amor que asoma apasionado.
Es ese el camino del amor que conmueve que traspasa las fronteras del pecado. Es esa la misión del ser humano: gozar y sentir que ¡todo lo ha dado! Es el triunfo del placer que nos convoca y al que no siempre respondemos a su llamado… Regocijarse en cada encuentro, es vivir la vida que se nos ha dado, es sentir el fuego interior que nos ayuda a creer, a buscar, a sentir, a disfrutar, a entregar todo... a ser parte de la historia de un amor que asoma apasionado.
Amaneces
en mis brazos, acaricio tu desnudez y contemplo cómo el calor sudado que
expelen tus erizados poros, va humedeciendo tu piel, mientras beso tu cuello y
entonces aflora en mí ese incontrolable deseo que parece atraerme e invitarme a
recorrer con mis lujuriosos labios, ese laberinto que es tu ardiente cuerpo y lentamente comienzo esa fantasía, esa locura
increíble y excitante, que me llena de placer, y que no es otra cosa, que beber
gota a gota, sorbo a sorbo, todos esos manantiales que tu cuerpo me
brinda y así poder sentir el sabor de tu piel grabado eternamente en mis
labios. No sé en qué momento pasó cuando estábamos bailando, que tu cuerpo y el
mío se rozaron y mi corazón quedó marcado. A partir de ese instante especial
bailamos toda la noche entera, para nosotros no había más parejas solo
queríamos estar entre nosotros. Nuestros corazones palpitaban agitados mientras
nos mirábamos danzando, sentí que te entregabas temblando al ritmo en que te
llevaban mis brazos. Nunca fui tan feliz como esa noche que abrió un nuevo
mundo para mí, todavía hoy siento el aroma exquisito que soltaba tu cuerpo con
la música. Mi mente te deseaba perdidamente te pienso mucho hoy al recordarte,
siempre soñé con hacerte mío y tenerte conmigo para toda la vida. Desde que te
vi por primera vez te quise a mi lado para siempre.
__Ámame,
solo ámame. Quédate en mí como el amanecer que me falta por vivir. Quédate en
mí en el ocaso de mi vida para que tenga sentido vivir. Como perfume en mis manos
y como regalo del Dios. Quédate en mí atrevido e intrépido como llegaste esa
noche a mi vida, y sin permiso te quedaste conmigo y me bajaste las estrellas.
Ese día bebí de tus labios y me hice adicto a tu amor y a estar cerca de ti.
Dejaste que te amara con locura y ahora sé que sin ti no puedo vivir, no tiene
sentido la vida sin ti. Eres el alma de mi alma y sin ti no respiro, muero un
poco todos los días. Quédate en mí sin preguntar, sin juzgarme, ¡solo ámame!
Perdonándome, si te ofendí fue sin querer, jamás pensé hacerlo. ¿Cómo amándote
tanto, voy a ofenderte?
A
veces digo cosas estúpidas, digo cosas de las que me arrepiento, soy difícil de
entender en ocasiones. Empecemos de nuevo, amor sin celos y sin reclamos, nos
hemos hecho adictos a sabernos y tenernos, estar juntos nos hace bien, nos
sabemos el sabor de la piel nos sentimos con la mirada nos conocemos con el
pensamiento. ¿Por qué? ¡No lo sé! ¡Solo ámame!
Padezco
de falta de ti y tú de mí, has pasado a ser vida de mi vida y te respiro, te
vivo y tengo mío. Tengo un deseo terrible de ser amado, de quedarme en tus
brazos y sentir el calor de tu piel en mi piel como aquella noche tuya y mía
que amanecimos juntos. ¡No me juzgues! solo sé amar así, con todo... desde
adentro, donde solo está Dios, sé amar hasta los huesos… ¡Así te amo! ¡Por
siempre y para siempre! ¡Solo ámame, amor!
__Sí
confío en vos, Pedro _ repitió él y volvió a besarle la columna del cuello, que
Pedro exponía al echar la cabeza hacia atrás__. Si, confío en vos. No creo que
puedas imaginar cuánto. La confianza que te tengo es infinita.
Guillermo
lo sujetó por la cabeza y lo besó en la boca, y Pedro se exhortó a grabar en su
memoria cada detalle porque quizá sería lo único que compartirían y lo
guardaría entre sus recuerdos más preciados. Quería evocar la sensualidad de
esos labios y cómo devoraban los de él, anhelaría en esos días, recrear la sensación de comunión que había
significado recibirlo dentro de su boca, y a su vez entrar en la de él,
cerraría los ojos e intentaría oír de nuevo los sonidos que habían producido al
unirse, los de sus respiraciones agitadas por la excitación, procuraría volver
a oler el aroma de su piel, que le resultaba único, imaginaría que estaba
dentro de él, o lo sentiría dentro de sus entrañas, una noche de amor, una
eternidad de amarlo.
Pedro
se estudió en el espejo de la visera. Se acomodó el cabello alborotado, y al
darse cuenta de que tenía los labios hinchados y enrojecidos se los rozó apenas
y se quedó congelado frente a la mirada que le devolvía el reflejo. Enseguida
notó la atención de Guillermo en él, y su caricia no tardó en alcanzarlo en el
filo de la mandíbula.
__Sos
vos __ le escuchó susurrar__. El mismo que días atrás no permitía ser tocado.
Ahora tu boca está llena de mis besos.
__Sí
_ murmuró__ me cuesta creerlo.
__Este
es el principio del fin de tu fobia, paso a paso.
__
¿Estás seguro? ¿Es lo que crees?
__Sí
lo creo.
__Temo
que no seré capaz…__El índice de Guillermo descendió entre sus labios y lo
acalló.
__Lo
prometo __repitió con firmeza para luego añadir__: Pedro, ¿crees que te dejaré
allí, solo, entre los demonios que te encadenan? __Pedro sin remedio, percibió
que la garganta se le entumecía__. ¿Crees que les permitiré que sigan
atormentándote?
__
¿Cómo lo lograrías, Guille? __preguntó con voz insegura__. Nadie ha podido
ayudarme.
__Quizá
porque a nadie se lo has permitido verdaderamente.
__
¿Por qué?
__Porque
todavía no estás dispuesto a perdonarte.
__Si
mi fobia se debe a eso, entonces creo que nunca lo estaré.
__Lo
estarás.
__
¿Cómo puedes estar tan seguro?
__
Porque no lo harás por vos sino por nuestro amor. Lo harás por mí, Pedro.
_Noche
no te vayas, quédate mas tiempo, quiero ser la caricia que despierte el cálido
susurro de un beso en mi piel, solo deja que me ame, buscar el néctar de
su boca para embriagarme con sus labios, deja que se deslicen sus dedos en mi
ser, volver a renacer.
Besos
tiernos que se vuelven caramelo, tan dulces como la miel, desfallecer y perder
los sentidos, haciéndome estremecer, vibro ante tantas caricias, aniquila mi
mente y hazme enloquecer, perdiendo la cordura sin piedad, siendo tu realidad.
Noche
haz tu tiempo más largo, quiero disfrutar cada segundo, que sus dientes marquen
mi cuerpo, ser su tentación más sublime, adicto soy a sus caricias, quiero ser
su peor pecado y que me desee extremadamente, que no duerma por pensar en mí.
Noche
deja que me seduzca; hacerle sentir un hombre vivo, sentir su bravura como
guerrero que es, que queme todo mi ser, hasta dejarlo exhausto, torturarlo
porque solo quiero que sea mío, solamente mío.
Se me rompen los labios por guardar tu nombre, por guardar con celo este amor que vive en mí, por dejar de vivir mi mundo en blanco y negro, se me desangran los labios por no poder gritar que te amo y poder besar los tuyos.
Mi vida transcurría donde mis pies me llevaban, sin rumbo fijo, sin parajes buscados, parajes de olvido diría mi alma, nunca el sol brillaba ni buscaba las puestas de sol en el atardecer de cada día que nacía para mí, mi corazón vivía enzarzado del mundo, sin pensar en amores, las flores eran de papel, no podía sentir su aroma ni ver su belleza, tampoco buscaba en la noche por muy negra que fuese a la luna me escondía en su oscuridad, la luna que hoy es partícipe de mi sueño, la que me invita a crear versos para ti vida mía, yo no sabía que existiera, eras tú el que me buscaba a través de los versos, el que abría la ventana de su corazón para ver volar mis sueños, sí, eras tú mi enamorado en las noches de luna blanca y que hoy amo con todo mi ser, porque me hacías entrega de las rosas más bellas que traían tus manos, rosas cogidas de tu jardín, hoy soy yo tu enamorado que te sueña y ama bajo las noches iluminadas, ahora soy yo el que pinta luceros y crea versos para entregártelos cada noche, al que se le rompen los labios por gritar tu nombre y el mundo se entere de este amor que siento.
Seguirás siendo tú mi dulce amor de un instante, serás la magia que juega entre mis versos, serás es arañazo que siento en mi alma cuando tardas en llegar por las noches, luego ya estás aquí, creo escucharte, pero no eres tú, es ese espejismo que me invento en tu silencio, el mismo que te reclama a gritos a través de la distancia que nos separa, pero al mismo tiempo, nos ata con hilos de plata para siempre pues los dos sentimos el mismo deseo de amarnos en nuestras noches de insomnio cuando los párpados pesan como losas, esperando que llegue la vida.
Tal vez amor hayas sentido mis besos rotos en tus labios tal vez amor si cierras tus ojos puedas soñarme.
Se me rompen los labios por guardar tu nombre, por guardar con celo este amor que vive en mí, por dejar de vivir mi mundo en blanco y negro, se me desangran los labios por no poder gritar que te amo y poder besar los tuyos.
Mi vida transcurría donde mis pies me llevaban, sin rumbo fijo, sin parajes buscados, parajes de olvido diría mi alma, nunca el sol brillaba ni buscaba las puestas de sol en el atardecer de cada día que nacía para mí, mi corazón vivía enzarzado del mundo, sin pensar en amores, las flores eran de papel, no podía sentir su aroma ni ver su belleza, tampoco buscaba en la noche por muy negra que fuese a la luna me escondía en su oscuridad, la luna que hoy es partícipe de mi sueño, la que me invita a crear versos para ti vida mía, yo no sabía que existiera, eras tú el que me buscaba a través de los versos, el que abría la ventana de su corazón para ver volar mis sueños, sí, eras tú mi enamorado en las noches de luna blanca y que hoy amo con todo mi ser, porque me hacías entrega de las rosas más bellas que traían tus manos, rosas cogidas de tu jardín, hoy soy yo tu enamorado que te sueña y ama bajo las noches iluminadas, ahora soy yo el que pinta luceros y crea versos para entregártelos cada noche, al que se le rompen los labios por gritar tu nombre y el mundo se entere de este amor que siento.
Seguirás siendo tú mi dulce amor de un instante, serás la magia que juega entre mis versos, serás es arañazo que siento en mi alma cuando tardas en llegar por las noches, luego ya estás aquí, creo escucharte, pero no eres tú, es ese espejismo que me invento en tu silencio, el mismo que te reclama a gritos a través de la distancia que nos separa, pero al mismo tiempo, nos ata con hilos de plata para siempre pues los dos sentimos el mismo deseo de amarnos en nuestras noches de insomnio cuando los párpados pesan como losas, esperando que llegue la vida.
Tal vez amor hayas sentido mis besos rotos en tus labios tal vez amor si cierras tus ojos puedas soñarme.
__
Guille
me contó en las últimas horas la historia de Juan y sus hermanas desde aquella terrible noche en que su padre
los descubriera. Los Arismendi al saberlo se pusieron histéricos, y los
llamaron por teléfono, ni siquiera una visita. Se derramaron abundantes
lágrimas y tras hablar con sus padres, Juan fue al cuarto de baño y vomitó. Sin
embargo y pese a las condiciones y reproches los padres dijeron a Juan que a
diferencia de Graziani seguían considerándolo su hijo aunque no sería buena
influencia para sus hermanas, ellos seguían
queriéndolo y apreciaban también a Guillermo. En verdad Mirna se alegró en
secreto al enterarse que ellos echaron a su esposo de la casa.
No
obstante la reacción medida de los padres, el golpe lo acusaron las hermanas, y
la menor que había crecido con niñeras y que solo vivía por Juan, esa misma
noche se levantó con sigilo, y tan solo con un bolso salió de la casa, intentó ver a su hermano. Con la conmoción
reinante en casa de los chicos no oyeron su llamado y la chica de tan solo trece años
dejó una nota en el buzón como otra de despedida había dejado en la casa
y partió.
Por
su parte Mirna al día siguiente fue a ver a Guillermo al que quería repetirle
que estaba de su parte. Madre e hijo se fundieron en un abrazo y luego ella
abrazó también a Juan. No era fácil la situación y ella hubiera querido
cualquier cosa, pero así era su hijo y quería decirle que siempre sería bien
recibido en su casa, que seguía formando parte de su familia pese a lo que le
dijera su padre y que, a partir de aquel momento, ella correría con los gastos
de sus estudios y su manutención. Si su esposo quería cortar todos los lazos,
allá él, ella en cambio, siempre estaría a su lado. Guillermo se echó a llorar
al escuchar las palabras de su madre en sus brazos y prometió conseguir un
empleo para contribuir a los gastos, Juan hizo lo mismo pese a que sus padres
le dijeron que seguirían manteniéndole mientras estudiara y que nada cambiaría
en sus vidas.
Aquella
noche cuando su esposo regresó muy tarde a la casa, Mirna supo que había estado
bebiendo, que no había cambiado de parecer, y en la cena recordó a todos que
Guillermo ya no era bien recibido en la casa y que para él era como si hubiera
muerto.
Lo
mismo decían en casa de Juan sus hermanas gemelas, a lo que la menor, Hannah respondió poniéndose de pie, a lo que su
padre quiso poner fin obligándola a sentarse.
En
silencio acabó la cena y al levantarse miró a sus hermanas.
__Juan
es mejor que todos.
__Pues
entonces vete con él __le espetaron sus hermanas.
__Lo
haré __ dijo y salió en busca de su ropa.
Los
muchachos habían oído el timbre y los golpes, pero estaban destrozados y solo
pensaron que era de nuevo el padre de Guillermo, por lo cual la pequeña no hizo
más que garabatear una nota a Juan y dejarla en el buzón: “Te amo, Juan, y
siempre lo haré”.
De
regreso a su casa, hizo una pequeña maleta y se deslizó por la ventana de su
cuarto tal como lo hizo horas antes cuando fuera a verlos. Pensó habría muchos
sitios donde apoyar los pies, y ni siquiera volvió la mirada atrás cuando
abandonó la casa. Echó a andar haciendo autostop siguiendo la autopista y le
sorprendió comprobar cuán fácil era.
Para
entonces su madre había encontrado la nota, ella había dejado la puerta
entreabierta y la nota sobre la cama tendida, y su madre al hallarla creyó
morir de dolor y el peor momento de su vida mientras aguardaba la llegada de la
policía preguntándose si podría resistirlo.
Todos
sabían que su único amigo era Juan, y nadie sabía a dónde podía haber ido, ya
llevaba horas desde que se había marchado de la casa, y nada pudo hacer la
policía para hallarla.
__
En
tanto junto al mar, varios días llevó a Gaby dejar la casa en condiciones, y
varios llevaban allí, esa noche mientras
comían la tarta de fresas que ella e Isabel habían preparado y tomaban café,
charlaron alrededor de la mesa. Guillermo llegaba al día siguiente e Isabel
preguntó a Gaby si sabía algo más del misterioso “alguien” que había dicho que
quizá lo acompañara, mientras Alberto hacía el tonto.
__No
he sabido nada más de él desde que salí de la ciudad. Supongo que nos lo dirá
cuando llegue, pero no creo que sea aquel muchacho hijo de la actriz. Apenas se
conocen, me parece que nos preocupamos por nada.
__Eso
espero _dijo Isabel con aire adusto, tenía un tema complejo con Marcos que guardaba celosamente.
Luego
de saber de la infidelidad de este con Sonia, parecía haberse convertido en la
guardiana de la moralidad. Se había prometido que no iba a dejar que Guillermo
hiciera el ridículo, y si les decía que había invitado a ese chico, ella tenía
toda la intención de decirle que estaba cometiendo un tremendo error y que era
un enorme insulto a la memoria de Juan
que saliera con alguien libertino como de seguro sería Pedro Beggio,
difícilmente sería un descarriado en verdad teniendo en cuenta quiénes eran sus
padres pero tanto ella como Gaby estaban convencidas de que no podía ser decente del todo y lo único que querían era
proteger a Guillermo, ya demasiado había sufrido tras la muerte de Juan y con
ella.
Para
el día siguiente cuando llegó, Guillermo tenía un aspecto enteramente
respetable. Salió del coche alquilado con Fabián, que solo llevaba camiseta y
vaqueros, mientras Guillermo llevaba camisa azul de algodón y pantalones caqui.
Los dos tenían un aspecto alegre, fresco, limpio, sano y parecieron
sobresaltarse al ver la casa.
__No
es así como la recordaba de las fotografías _dijo Guillermo, con aire
desconcertado__. ¿Estoy loco o es un tanto mucho más rústica?
__Mucho
más _explicó Gaby.
Beto
la miró, divertido, y añadió.
__Y
espera a ver a la doncella y el jardinero, pero nos han devuelto la mitad del
dinero, así que vale la pena.
__ ¿Por
qué lo han hecho? __Guillermo parecía sorprendido por lo que acababa de decir
Alberto.
__Porque
nos estafaron, son argentinos, ¿qué se puede esperar? __Gaby lo fulminó con la
mirada, pero él no se arredró__. Para decirlo sin ambages, al parecer, cuando
Gaby llegó aquí era como una casa fantasma, pasó tres días limpiando y comprando
cosas, y ahora está bien, solo que no trates de tirar de la cadena de los baños
ni esperes encontrar que funcionen los hidromasajes.
Guillermo
sonrió con aire divertido, mientras que Fabián pareció más preocupado.
__ ¿Pero
se pueden usar los baños?
__Claro
que sí __lo tranquilizó Beto__, solo que cuando entres no olvides ponerte
chinelas, porque puede que se inunde.
__Oh,
Dios _dijo sorprendido__. ¿No sería mejor irnos a un hotel? ¿De verdad podemos
quedarnos aquí?
Imaginaba
que no podría usar la instalación de agua para nada y habría preferido ir a un
hotel.
__Llevamos
tres días acá _dijo Isabel con buen tono__y hasta ahora hemos sobrevivido sin
problemas. Ven, te enseñaré tu habitación.
Pero
cuando lo hizo, Fabián solo se sintió ligeramente tranquilizado. Las tuberías
gorgoteaban, se oía gotear agua y notó un olor húmedo y mohoso en la
habitación.
__Te
abriré las ventanas _ dijo Isabel, tratando de airear, pero cuando intentó
hacerlo, una de ellas se soltó y cayó al jardín__. Haré que el jardinero venga
y la vuelva a poner en su sitio _dijo, sonriendo ante la expresión horrorizada
de Fabián.
Cinco
minutos después, el muchacho acudía a su padre y le preguntaba si creía que la
casa era segura. Además, tenía fobia a las arañas y a los bichos y por lo que
sabía también Guillermo y la casa contaba con más de los que correspondían.
__De
verdad pienso que no deberíamos quedarnos aquí __propuso __, y además habló del
mejor hotel del lugar que uno de sus amigos había conocido el año anterior.
__Estaremos
bien acá, hijito __le contestó el padre, tranquilizándole__, lo pasaremos bien.
Es mucho más divertido quedarnos con nuestros amigos. No es necesario ir a un
hotel.
Beto
ya les había dicho que el velero estaba en buenas condiciones y se moría de
ganas de salir a navegar.
__Quizá
tendría que irme a Venecia con mis amigos antes __dijo aún preocupado.
__Haz
como quieras __dijo Guillermo con calma.
Silvina
lo manejaba siempre mejor que él que se impacientaba cuando chillaba o
protestaba por todo. Pero, a su edad, no creía que pasar unos días en una casa
decrépita fuera a hacerle daño. Y resultaba que a él le gustaba. Era cómoda, y
aunque todo estaba un poco raído creía que tenía encanto y ya le había dicho a
Gaby que le gustaba, lo cual le complació, porque se sentía muy culpable porque
ella la había elegido y era mucho menos impresionante de lo que les había
prometido. Sin embargo, todos se habían adaptado bien.
La
primera crisis surgió al final de la tarde, cuando Fabián fue a tumbarse en la
cama para leer un rato. Acababa de ponerse cómodo cuando la cama se hundió, con
él encima. Dos de las patas estaban rotas y la habían apuntalado cuidadosamente
para ocultarlas, pero, en cuanto el chico se movió, varió el equilibrio y
terminó en el suelo. Soltó un grito y todos entraron, al fin echándose a reír
al verlo derrumbado en el suelo.
Cuando
llamaron al casero para que intentara arreglarla vieron que la habían encolado
tantas veces, que esta vez no había modo de conseguir que se sostuviera. Fabián
tuvo que resignarse a dormir encima del colchón, en el suelo, lo aceptó con
buen talante aunque Gaby sospechó que no
tardaría en marcharse a Venecia con sus amigos.
Cuando el ama de llaves apareció por la tarde
llevaba una blusa de encaje y unos leotardos, y Fabián no pudo evitar echarse a
reír aunque Guillermo pareció escandalizado.
__Yo
la encuentro mona _dijo Beto, con aire divertido, y Guillermo sonrió a su
pesar__. Espera a ver su numerito con
pantalones de ciclista rosa brillante.
Guillermo
soltó la risa mientras Fabián desaparecía. Aquella tarde lo había pasado muy
bien en el velero y le divertía el estado de la casa, para él, era como una
aventura, y estaba convencido de que a Juan le habría encantado, que como
siempre habría visto el lado divertido de la situación. Siempre había sido
aventurero y no les temía a los bichos. Fabián por la madre era un chico de
ciudad.
Gaby
estaba preparando la cena, y cuando abrió el horno para ver cómo estaban los
pollos que estaba cociendo, la puerta se salió de los goznes y aterrizó en el
suelo. Pero Beto se las arregló para repararla con alambre de empacar y un
ingenioso sistema y los demás aplaudieron su habilidad.
__Me
gusta esto _dijo Guillermo con sencillez__y a los demás también, cuando su hijo
volvió a mencionar ir a un hotel, estaba claro que no disfrutaba del estado rústico
de la casa, aunque había que reconocer que para él no resultaba divertido, no
había nadie de su edad para salir y estaba empezando a pensar que había
cometido un error al ir. Pero no quería herir los sentimientos de su padre
marchándose antes de lo planeado.
Incluso
el velero no le entusiasmaba demasiado, no le atraía navegar sino el esquí
acuático, ir a bailar por la noche y estar con gente de su edad.
__Mira
hijito, esto no es muy divertido para ti ni la casa tan confortable como
pensaba.
__Me
gusta estar contigo, papá _dijo sinceramente.
Siempre
le habían gustado los amigos de su padre, también se sentía solo porque su
madre no podía estar allí, aunque sentía afecto por Isabel y Gaby.
__ ¿Quieres
marcharte antes a Venecia? No me lo tomaré a mal si lo haces.
__Claro
que no. Me encanta esto.
Ambos
sabían que eso estaba lejos de la verdad.
Al
fin al ir a la ciudad se tropezó con un compañero de facultad muy agradable y a
la noche, fue a buscarle para ir a cenar y de copas.
Los
demás fueron a cenar fuera, un restaurante que les habían recomendado. Salieron
en dos coches de buen humor, excepto Isabel y Marcos que fueron en coches
separados. Marcos parecía alicaído, ella mucho más callada que de costumbre.
Pero a todos les gusto el lugar y más cuando probaron la comida y los vinos, y
a medianoche seguían allí, luego de beber tres botellas entre cinco hasta el
humor de Marcos e Isabel había mejorado, aunque no estaban sentados juntos ni
se habían hablado durante la noche.
Gaby
estaba hablando con Guillermo cuando este mencionó de nuevo a la persona de la
que les había hablado que llegaría el lunes cuando se suponía que Fabián se habría
ido para el fin de semana.
__ ¿Es
alguien que conocemos? __preguntó Gaby como sin darle importancia, muerta de
curiosidad, pero sin querer que sonara como si estuviera husmeando en sus
asuntos.
__No
lo creo. Es alguien que conocí hace unas semanas.
Gaby
aguzó el oído, preguntándose si sería aquel muchacho. Por lo menos ella lo
suponía ignominioso, e Isabel estaba de acuerdo con ella.
__Seguro
han oído hablar de él, o al menos de la madre __continuó Guillermo__, es muy
agradable. Está pasando estos días muy cerca de acá y pensé que sería divertido
que todos ustedes lo conocieran.
__ ¿Es
alguien _ dijo Gaby esforzándose por
encontrar las palabras justas entre la curiosidad y los buenos modales _en quien estés
interesado, Guille?
__Solo
somos amigos _dijo él con sencillez y entonces se dio cuenta de que todos estaban
escuchando y pareció un poco violento__. Es Pedro Beggio, el hijo de la actriz
famosa hoy directora, para quien acabo de terminar la película.
En
cuanto lo dijo Isabel del otro lado de la mesa le lanzó una mirada de franca
desaprobación, esos días estaba más crítica respecto a todo.
__ ¿Por
qué querría venir aquí? __preguntó sin rodeos__. No somos interesantes y la
casa es un desastre. ¿De verdad quieres que venga?
Todos
rogaban porque no fuera así, no querían un extraño entre ellos, en especial
alguien que era más que probable que fuera difícil y caprichoso. Las dos
mujeres estaban seguras de que “el chico”, como lo llamaban ellas, estaba
tratando de aprovecharse de Guillermo de alguna manera. Él les era muy querido,
y después de tantos años protegido dentro de su unión con Juan, daban por
sentado que era ingenuo.
__Es
una persona muy agradable. Creo que les gustará a todos _dijo Guillermo con
calma.
Los
hombres asintieron, curiosos por conocerlo, y las mujeres torcieron el gesto.
__Esto
no es exactamente Miami _dijo Isabel
tratando de desanimarlo.
Sin
embargo, él no pareció impresionado por su falta de entusiasmo por conocer a
Pedro, ni porque sí los hombres aunque no lo confesaran a las mujeres.
Isabel
no podía pensar en nada peor que en tener que agasajar al nene bien de los Beggio,
y Gaby estaba segura de que sería una pesadilla, era lo bastante famoso como
para que fuera así. Les arruinaría las vacaciones. Y posiblemente… la vida de Guillermo.
__ ¿Cuántos
días se quedará?
__Unos
días, una semana. Depende de cuándo deba volver a la facultad, yo mismo debería
regresar para empezar a ensayar para una película, queríamos descansar primero,
creo que acá podremos. __Lo dijo de un modo paternal, protector__. Comparte
muchos de los gustos de Juan, libros, obras de teatro, música.
Gaby
miró a Beto preocupada, Isabel incluso le lanzó una mirada a Marcos. Ninguno de
los hombres creía ni por un momento que Guillermo y Pedro fuesen solo amigos, y
ellas estaban seguras de que Pedro estaba buscando cazarlo y que Guillermo
estaba embobado, no podían pensar en motivos nobles que los unieran.
Como se había hecho el silencio entre ellos,
Marcos pidió la cuenta, y cada uno pagó su parte, las mujeres apenas podían
esperar para hablar entre ellas del amigo de Guillermo, les pareció que
invitarlo a la casa al fin era un atrevimiento por parte de este, tanto la
persona como la visita les parecían mal
en todos los sentidos.
Cuando
regresaron a la casa… distinto fue lo
que se habló en cada habitación, las mujeres en el camino hablaron animadamente
de sus planes para salvar a Guillermo, en tanto este no cabía en sí de ganas de
llegar al silencio de su cuarto y llamar a Pedro.
__Vivo
cautivado por tu amor, derramando entre medio de tantos sueños las caricias y besos que solo tú sabes
cosechar de allí… las caricias las recoges con tu suave mirada y mis besos los
tomas entre tus labios cuando en voz baja por aquí, oculto, me descubres y
pronuncias mi nombre.
Vivo
cautivado por la belleza que encierran tus ojos, por el sabor inigualable de
tus labios, por ese sonido de tu voz que logra estremecer mi alma y erizarme la
piel… tu amor cautiva todas mis palabras, dejando escondidos tantos te amo a
mitad de las frases, como de mi voz que, para ti se viste de melodía de amor, necesites
escuchar cada día.
Vivo
cautivado y en mis estados de ánimo se
refleja en todo, lo que provoca este incondicional amor que me deja con los
brazos en cruz, el pecho abierto y el alma para ti desnuda esperando aquí en
medio de los días me encuentres y
sientas que por amarte así, mi corazón, todo lo quiere volver poesía.
A
medio vaso quedamos, nos bebemos un sorbo de silencio, para que las gargantas,
en respuesta a miradas enamoradas, exclamen los te amo que se ocultaron entre
letras perdidas, viajan aquí, para ti suspiros, que por tu piel quieren viajar,
deshojarás de aquí, a mitad de camino, los besos para ti que nunca cesarán,
como no cesará este amor que me vuelve magia, para que logre hacerte el amor
aun distante, mientras mis susurros te acarician.
Tú
eres mi deseo, mi locura y mi pasión, eres el sol que me cobija en este
frío invierno y eres la luna que cada noche, enciende mis sueños y por
quien me desvelo, como ella, desaparece al amanecer, y es por eso, que
hoy quiero escribir con besos y caricias, en el lienzo de tu ardiente
cuerpo, palmo a palmo y suspiro a suspiro, todo lo que mis labios
esconden y no pudieron expresarte, para así poder crear el más bello
poema de amor. Te gusta jugar con la humedad de mis labios, bebiéndote con
ellos mi aliento. Jugando con mi cuerpo y acariciando cada parte de mi piel
erizando todo hasta llegar a sucumbir en mis deseos, húmedo, jadeante en tus
caricias, como si quisieras comerme todo mi cuerpo. Una delicia jugar con la
humedad de mis labios, una delicia jugar con mi piel. Te amo, te extraño.
CONTINUARÁ.
HECHOS
Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER
PARECIDO CON LA REALIDAD ES COINCIDENCIA.
LENGUAJE
ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.
Teresita Excelente
ResponderEliminarBlanca Hermosa
ResponderEliminarFlor Hermosa
ResponderEliminarLily Maravilloso!
ResponderEliminarSusana Luz para el corazón.◼️
ResponderEliminarDelia Bellísimo
ResponderEliminarMarta Bellooo...
ResponderEliminarNidia Bellísimo
ResponderEliminarMargarita Me encanta ❤️
ResponderEliminarBellísimo Eve...Me encantó...
ResponderEliminarVeronica Lorena Piccinino Tienen que aceptar que Guillermo quiera armar su vida con otro que no sea Juan... y Pedro tiene que dejar que Guille le quiere los miedos a ser inferior, amo quererse como es
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