domingo, 9 de abril de 2017

"EQUIVOCADO". CAPÍTULO CATORCE.



“Ésta es mi casa
No cabe duda. Ésta es mi casa
aquí sucedo, aquí
me engaño inmensamente.
Ésta es mi casa detenida en el tiempo.
Llega el otoño y me defiende,
la primavera y me condena.
Tengo millones de huéspedes
que ríen y comen,
copulan y duermen,
juegan y piensan,
millones de huéspedes que se aburren
y tienen pesadillas y ataques de nervios.
No cabe duda. Ésta es mi casa.
Todos los perros y campanarios
pasan frente a ella.
Pero a mi casa la azotan los rayos
y un día se va a partir en dos.
Y yo no sabré dónde guarecerme
porque todas las puertas dan afuera del mundo”.
*Mario Benedetti.

"Sólo se siente culpable quien cedió en su deseo". *Jacques Lacan /

"EQUIVOCADO".


 CAPÍTULO CATORCE.

Bs. As., lunes 11 de setiembre de 2016.
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… Debo regresar, no dije que salía, no quiero dañarla más __ dije atolondrado por los besos.

… Te acompañaré, debe acostumbrase a vernos cerca.
… Me parece bien, Orestes es como tu papá, diré que estuve acá, arreglando lo de mañana, empezaré... la farsa, ya comenzó, pero no era menor la anterior, quizá el verdadero farsante aunque no lo supiera, fuera el de antes de tu llamado… que no fue… EQUIVOCADO.
___
"Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos, y entonces primero cosas como estrellas amarillas (moviéndose en una jalea de terciopelo), luego saltos rojos del humor y de las horas, ingreso paulatino en un mundo - Maga que era la torpeza y la confusión pero también helechos con la firma de la arena Klee, el circo Miró, los espejos de ceniza Vieira da Silva, un mundo donde te movías como un caballo de ajedrez que se moviera como una torre que se moviera como un alfil. Y entonces en esos días íbamos a los cine-clubs a ver películas mudas, porque yo con mi cultura, no es cierto, y vos pobrecita no entendías absolutamente nada de esa estridencia amarilla convulsa previa a tu nacimiento, esa emulsión estriada donde corrían los muertos; pero de repente pasaba por ahí Harold Lloyd y entonces te sacudías el agua del sueño y al final te convencías de que todo había estado muy bien, y que Pabst y que Fritz Lang. Me hartabas un poco con tu manía de perfección, con tus zapatos rotos, con tu negativa a aceptar lo aceptable. Comíamos hamburgers en el Carrefour de l'Odeon, y nos íbamos en bicicleta a Montparnasse, a cualquier hotel a cualquier almohada. Pero otras veces seguíamos hasta la Porte d'Orleans, conocíamos cada vez mejor la zona de terrenos baldíos que hay más allá del Boulevard Jourdan, donde a veces a medianoche se reunían los del club de la Serpiente pare hablar con un vidente ciego, paradoja estimulante. Dejábamos las bicicletas en la calle y nos internábamos de a poco, parándonos a mirar el cielo porque esa es una de las pocas zonas de París donde el cielo vale más que la sierra. Sentados en un montón de basuras fumábamos un rato, y la Maga me acariciaba el pelo o canturreaba melodías ni siquiera inventadas, melopeyas absurdas cortadas por suspiros o recuerdos. Yo aprovechaba para pensar en cosas inútiles, método que había empezado a practicar años atrás en un hospital y que cada vez me parecía más fecundo y necesario."
Rayuela. Capítulo uno. Julio Cortázar.
Hoy…
Bs. As., Ciudad Autónoma.

.. Pedro, ¿dónde estabas?
Me preocupaste, no te sentías bien. __ Camila se vino a mí al verme regresar, al fin Guille no entró, eludí la mirada sintiendo que mi rostro se desmoronaba en la culpa.

.. Por allí, necesitaba pensar a solas.
…¿Estás bien? __ dijo Orestes preocupado, los chicos se abrazaron a mis piernas, y sentí una punzada de dolor en el pecho.

… Sí, Orestes, algo preocupado por los cambios, es sólo eso.
Te queremos papi, te extrañábamos __ dijeron a coro con las palabras cargadas de amor, los abracé con el alma y con el cuerpo, Camila me miraba leyéndome, estaba escrutándome de arriba abajo, sentía que sabía todo sin decirle.

… También yo los amo. __ Los abracé con fuerza, las palabras se habían abierto paso hasta mi pecho, habían anidado en las células de mi corazón, el mismo donde albergaba el amor que sentía por Guillermo.

… Hora de ir a dormir para ustedes, ¿comieron? __ Desalojé la angustia que amenazaba con crecer, y decidí demorar la mirada en mi mujer.

… Sí, querían esperarte, pero será mejor así, o se dormirían luego sin cenar.
… Vamos  que  dormiremos,  no voy a cenar, iré a jugar con ellos, Camila, acompaña a tu padre.
“Lamentablemente  ella se lanzó lentamente hacia mí como un felino a punto de abalanzarse sobre su presa, supe que le temblaba la mandíbula, me asustó pensar que fuera el inicio de uno de sus ataque de ira, pero cerró los puños y me siguió, callada”.

… Camila, dije que te quedaras con tu papá. __  Abrí como pude la puerta de la habitación de los chicos, que se aferraban a mí como cada vez que temían los gritos de la mamá.

… Son mis hijos también, además puede dormirlos la nana, no quiero cenar, quiero estar contigo.
… No yo, no esta noche al menos.
… ¿Qué mierda te pasa, Pedro? __ alzó la voz, los chicos se asustaron, le lancé una mirada reprobatoria, y los acaricié.

… Espérame en la suite, les contaré un cuento y te veré allí.
… Están grandes, ya. En nuestra suite, no veo por qué ocupaste otra.
… Mami, ¿por qué no nos quieres? __ dijo Dayana con la ingenuidad del niño.

… ¿Qué mierda dices, mocosa? __ gritó echando chispas  por la mirada.

… ¡Basta, Camila!, no volverás a gritarle a tu hija, te vas __ dije con firmeza, ella se quedó inmóvil mirándome con desdén, al fin dio media vuelta y lentamente se fue, temí el portazo, pero no lo dio.

“Abracé a los chicos y puse todos mis sentimientos en el abrazo, miedo, dolor, dudas, culpas, amor, una dosis de gratitud por tenerlos, el terror de dejarlos sin madre, pero consciente que sólo estaba allí por ellos, que era a Guillermo a quien necesitaba, que sabía que él estaría para mí como mi padre, eso tenían en común en el sueño además, que estaría cada vez que lo necesitara, que cuidaría de mí si lo dejaba, y lo único que sabía en ese instante es que me iba a pasar el resto de mi vida agradeciendo ese llamado aparentemente equivocado, esa voz en el teléfono que me permitiera conocer de la existencia del amor, en la persona de un hombre, de Guillermo, que jamás pensé que pudiera ser el primo de mi mujer, y el hombre de mis sueños”.

… Papi, ¿mamá está mal de nuevo? __ preguntó asustada la nena, se me encogió el corazón, sentí dos prensas de acero ciñéndome el pecho en sus dulces palabras.

… Está cansada, nada más, como ustedes, mañana deben  dormir hasta tarde, jugar con su nana en el patio, ella necesitará descansar unos días, yo saldré a hacer trámites para empezar a trabajar. ¿De acuerdo?
… ¿Y Guillermito papi? __ dijo Thomas ansioso.

…¿Quieren verlo?
… ¡Sí! _ contestaron a coro.

… Bueno, ya veré de arreglar una visita a casa de Guillermo, entonces, ahora a dormir, vamos, que papá debe hacerlo.

“Les conté el cuento automáticamente, los ayudé a cambiarse, los arropé y arrullé mientras vi la belleza de los rostros al trasladarse hacia el dormir, rogando poder protegerlos de la locura de Camila o de la orfandad, de mí mismo, cuando apagué la luz, el peso me dobló los hombros, sabía que ella estaría acechándome en la suite, que no sería fácil escapar a otra.
La encontré sentada en el borde de la cama, con la mirada perdida en la pared, vacía la mente, o quizá en otro lugar”.

… Camila, necesito tiempo, paz, mujer, por favor, entiende que no todo te sucedió a ti, los chicos están en otro sitio, sin sus amigos, sin nada conocido más que nosotros y el abuelo, no vuelvas a gritarles, no lo hagas.
…¿O Qué? ¿Me internarás?
¿Es lo que necesitas para decir que estoy loca? __ me espetó sin aviso __. Porque pareciera que de pronto te molesta mi presencia, mi voz, mi contacto,  me echaste de tu cama, vomitaste casualmente, no intentes disimular que no estás pensando en dormir acá.

¿Qué mierda te pasa?  Siempre fuiste tú el que me buscaba, me amabas, me volvías loca persiguiéndome.
… Quizá ahora nada sea como entonces, es verdad, Camila, siempre te busqué, casi nunca estabas para mí, siempre ausente aunque en mi cama, pensaba que recordando a tu último amante, cuando en verdad estabas pensando siempre en Guillermo.
Quizá sea hora de que tome conciencia de que nunca me amaste, de que fui tu ancla al mundo, al hogar estable, a la cordura, a tu profesión _ dije con sinceridad y se abrazó a mí como temía, temblando, otra vez con el llanto torrencial.

… No digas eso, perdóname, ya pasó, Guillermo era una ilusión, necesitaba verlo, por ello quise venir, para ver su cara, porque nunca antes la mostró,  vivió enmascarado, es un farsante, es un puto de mierda.  
Y sí debo quedarme, verlo caer, ver a sus personajes desmoronarse ante el odio del hijo, porque en tribunales mi papito lo evitará, pero a Fabián lo perderá  y será mi venganza, será su fin.
… ¡Basta, Camila! __Le aferré del antebrazo con rudeza apartándola,  me miró entre asustada y confundida. __ No volverás a insultarlo,  es parte de tu  familia, tu padre lo ama, es tu primo, debes convivir con lo que es, te engañaste sola, jamás te prometió amor.

… Lo sé, pero lo creí, me perecía lo lógico, cualquiera moría por mí, menos él, claro, pensé que era por esa borracha y no entendía.
… Eres tan adicta como Ana, no quiero un insulto más.
…¿Cómo?
… Escuchaste, no bebes, pero eres adicta a mí, a las relaciones enfermas, a las pastillas, lo fuiste antes a drogas, ya deja tus propias máscaras, aunque en verdad todos somos un poco farsantes, somos seres humanos.
… No, tú no lo eres, Guillermo es un experto, es abogado, es tan famoso por su manejo de la mentira, no quiero que te ensucie, no debes ser el empleado de otro de sus amantes, te lo suplico.
… Mi trabajo lo elegiré yo. Trabajo con abogados penalistas, y jamás nadie fue mi jefe, soy psiquiatra, independiente de ellos, ese Miller no será mi jefe, tampoco Guillermo, trabajaré con ellos que es diferente, mas antes debo revalidar el título, hacer miles de papeles, esto es complejo, demasiado para mí, para todos.
Deberías pensar en ti antes que en  mis jefes.
…¿Qué quieres decir?  __ Se secó el rostro con la remera.

… Que no estará Diego para ayudarte y bien sabes que tu psico_ diagnóstico no es normal, Camila eres psicóloga, mujer, cuando estás bien sabes que no siempre puedes estarlo.
…¿Otra vez estás diciéndome loca? Te tengo a ti para ayudarme a ingresar al sitio que elija.  __ La mirada estaba cargada de súplicas.

… No Camila, no conozco a nadie ni tengo contactos ni deseo falsificar nada.  Soy médico, no puedo tener como jefe a abogados, pero tampoco soy especialista en  la clínica que necesitas, quizá sea hora de que asumas que necesitas tratarte de verdad, y que sólo podrás manejar un consultorio.
… ¿No me vas a ayudar? Sabes que odio el consultorio, que me gusta la clínica, mi papá pondrá dinero, él lo hará, él me ayudará  y puede darte trabajo, mierda, no necesitas de Guillermo.
… Ya basta Camila, intenta si puedes conseguir trabajo, tienes nacionalidad y título argentino a tu favor, cosas que yo no, temprano iré por ello, luego al estudio Graziani y a conocer a Miller.
… Quiero acompañarte, quiero ver a Guillermo con ese otro amante, me daré cuenta si es un montaje o es real.
… Ya termina con eso, Camila, no todo hombre será amante de Guillermo, déjalo en paz, céntrate en tus hijos por ejemplo, sería más sano, y te necesitan, no vendrás conmigo, no el primer día, no mañana, se terminó, ve a cenar o duerme, yo iré a ducharme y a dormir en la otra habitación.
… ¿Me estás dejando, Pedro?
… Estoy dándome tiempo y espacio para saber qué existe entre nosotros, Camila, qué sientes, qué me quedó luego de tu confesión, hago lo mejor que puedo. Quizá sería sano que vivas acá y yo en un departamento, hasta ver qué quedó de nuestro matrimonio. Por lo que sé, no te salvó de nada, pensé que te estaba rescatando de esos hombres casados, cuando convivías en sueños con un primo que estaba lejos, que ni siquiera me presentaste jamás.
… No me dejes, Pedro, no lo hagas, mi amor eres tú, te lo repito, no lo hagas,  no...o…
… Estoy agotado, no me amenaces, es lo último que necesito, déjame ir a dormir, tengo demasiado que resolver y rápido, ni siquiera el título tengo, esto me salió más caro que a ti, bailar al ritmo de tus caprichos, nos costará caro a todos, trata de no hacerlo más difícil, hasta mañana, si es que te veo en el desayuno, intenta estar con los chicos, ellos te necesitan más que nunca.
…¿De lo contrario qué?
… Son tus hijos, de lo contrario, me obligarás a plantearme la separación y la tenencia de ellos por su salud, ya basta, termina con esto, Camila.
…¿Qué dijiste? Jamás me robarás a mis hijos, jamás, ¿escuchaste? Antes me mataré, te mataría, Pedro.
¿Cuándo sucedió esto?
… Hasta mañana, Camila.

“Ingresé a mi habitación con el cuerpo y el alma destrozados, me desmoroné en la cama, en un ovillo, mis hijos estaban sufriendo en parte por ella, pero también detestaba el hecho de que fuera por culpa mía. ¿Cómo podría amar a Guillermo sin hacerles daño?
 Estreché mi cuerpo con mis propios brazos, casi vi la parte equivocada de mi sueño de años, y al cabo de instantes las lágrimas se tornaron en sollozos, y éstos en un llanto agitado. No supe cuánto tiempo dejé que mi alma se desahogara, que exorcizara los demonios de lo que había sucedido, que sabía que jamás desaparecería.
 Camila necesitaría ayuda psicológica, quizá psiquiátrica, era imperioso que lo viera, que la aceptara.
Sacudí la cabeza intentando desalojar las imágenes con Guille en Chile, retozando en la cabaña, riéndonos al desayunar, disfrutando uno del otro de un modo que jamás había vivido antes con Camila ni con nadie. Recuerdos de mis sueños haciendo el amor con él, en todos lados, contra la pared, en la cama, en la ducha, amándonos hasta que perdíamos la razón. Recuerdos de cuando pasábamos horas usando los labios, besándonos cada milímetro de nuestra piel, imaginándolo con el otro en el teléfono, soñándolo, en la realidad de besos furtivos y de miradas en Chile, y al llegar. Acababa perdiendo el conocimiento, muriendo en orgasmos imaginarios por la boca y la destreza de ese hombre. Recuerdos del compromiso jurado en susurros, con las bocas pegadas. Era en lo único en que podía pensar, mi mundo se reducía a él, al hombre que amaba sin saberlo desde años tras, quizá más, por nada del mundo podría traicionar su confianza, sin embargo mis hijos eran un límite infranqueable, la cordura de Camila era otro por ellos, necesitaba más tiempo,  intenté persuadir a mis sentidos, pero todo gritaba por él, para él, necesitaba de sus besos, del sabor de su aliento, del calor de sus brazos, del ardor de sus miradas, de Guillermo Graziani, del hombre que amaba.
 Me vi en la playa, en ese   amor que sigue creciendo, que extinguiría la soledad de años.
Lo llamé.
…Mientras, miro por la ventana, un cálido día, un cielo esplendoroso prometiendo un despertar glorioso y, mirando el mañana con optimismo, en verdad llego a sentir  que el amor todo lo puede, todo lo supera y todo lo soporta.  Guille, te amo, añoro los días en la playa, me veo caminando por la arena, en un paisaje conocido y querido, nos comprometemos en una relación más seria, profunda y estable. Mientras, el oleaje moja nuestros pies. Vamos dejando, un camino de huellas en la arena. Y atrás, quedan las penas y amarguras, los equivocados en el suntuoso camino de la vida. Juntos, unidos por nuestro amor, caminando por los caminos de mi país o del tuyo. Cuánto te amo mi amor. Más que las gotas al mar. Más que las estrellas en el infinito. Más que mi propia vida, que sin ti no sabría cómo continuarla, sin embargo aquello pasó, en este presente ella amenaza, ella grita, mis hijos temen,  tú tienes amantes, una mujer, un hijo que todo lo ignora.

…Cielito, no estás preparado para ser como yo, no podrías mentir, no eres un farsante lo supe siempre, te esperaré lo que sea necesario,  no sabes cuánta pelotudez me callo, cuánto aguanto yo cada día, se lo diría a Camila si no fuera mi prima, casi una hermana, ven tranquilo, no te presionaré, me bastará con mirarte, te amaré en la voz, en la mirada, en cada roce, en cada abrazo, hasta que puedas rendirte sin culpas, hasta que ella se marche, hasta que no temas por los chicos, hasta que no sientas que es equivocado.

… ¿Guille?, ¿sabes que si no tuviera dos hijos con ella todo sería muy diferente entre nosotros desde la primera vez, verdad?
… Sí, Pedro, lo sé, descansa, duerme, lo sé.
.. Siento que amenaza, veladamente pero lo hizo, siento que maltrata a los chicos, se me congela la sangre, pero al menos logré escapar de su cama, le dije de irme a un departamento, aunque me arrepentí al oírla gritar a la nena, no puedo aún.
Necesito un poco más de tiempo para pensar, a la vez tengo todo por hacer, trámites, título, conocer el estudio, el manejo, la brigada, Guille…
… ¿Qué?
… ¿Miller?
…¿Qué sucede con él?
… ¿Es hoy tu amante? __ dije sin poder evitar la punzada de celos agobiándome en el pecho.

… No le será ya, ni él ni nadie, Pedro te amo, te amo y quiero ser tuyo, que seas mío, no existe más José, ni Juan. Nadie más.
Maldigo no haber dicho la verdad a mi hijo desde pequeño, no estar divorciado o jamás haberme casado con Ana, pero es así, viví equivocado no esperando el amor, y sin predicciones ni control estabas junto a Camila del otro lado del país, ahora todo deberá tener un costo, lamentablemente para todos.
… Lo sé, disculpa, intentaré verlo como a cualquiera. Temprano iré al estudio, quiero conocer a tu gente. Luego a tu hijo, los chicos desean ver a Guillermito, organizaré con Orestes el fin de semana, haga lo que haga y diga Camila, no le permitiré que los separe.
… Me parecería bien, Ana callará, mi hijo preguntó por ustedes, desea conocerlos, le dije que ella no está del todo bien, por las dudas, también necesito tiempo para decirle la verdad, mierda, es un hombre, no es vulnerable como tus nenes, pero callé más de veinte años, me odiará, por cobarde, fui un estúpido imbécil,  cavé mi propia tumba, no pude amar a nadie porque no me amaba a mí mismo, hasta que me di de bruces con vos, y me enamoraste en la mirada.
… No hables así, hagamos las cosas despacio, caminemos juntos, nos veremos, compartiremos miradas, abrazos, comidas, reuniones, y en el camino el cielo se irá despejando, debe de ser así.
… Tienes razón, supongo que debe de ser así, pero ahora mismo desearía tenerte acurrucado contra mi cuerpo, verte dormir, estudiar tu rostro dormido, leer las líneas que lo surcan. Me hundiría en tu cuerpo, pegando mi corazón al tuyo para acoplar nuestros latidos, y me permitiría indagar tus sentidos hasta poder comprender cada uno de tus temores. Coronaría de besos el pelo, el rostro dormido, borraría las huellas de las infamias de otros de tu piel, desalojaría mi raciocinio junto a la ropa que echaría amontonada al piso de la casilla para amarte como salvaje, como un  animal  hambriento despojado de intelecto, de pudores, de juicios, de piedades, para volverse sólo piel, carne, cuerpo, para amarte hasta que las caricias quemaran la piel, hasta que se derritiera en una y así embeberme de tus sales, de tu aroma.
. “Esto... lo nuestro” ya no es una simple elección, nuestro amor estaba dictado y marcado por el destino. Estaba escrito. Necesito cumplir con el sueño con que ese Dios en el que no creía te dijo en susurros que podríamos tener la noche más bella en cualquier lugar, porque el hogar es el sitio en el otro, acá, en Chile, en la casilla del Delta, así te amo Pedro.
Vi en la transparencia de tus ojos la propia, mi reflejo, sólo yo, sólo vos podemos borrar blasfemias y sentires de otros equivocados quitando emociones y sensaciones que no les pertenecían, para tatuar sólo las nuestras, las de seres destinados a estar juntos hoy, mañana, o alguna vez, pero juntos y te podré llevar al infinito en cada instante que me quede de vida, no podrías ser mi redención si no me amara y te amara antes, y lo lograste sin proponértelo antes siquiera del encuentro de miradas, sólo la voz fue suficiente.
Te amo, Pedro, aguantaré lo que sea, te amo.

“Cuando la llamada terminó, quedé sentado en la cama, besando el teléfono como adicto fetichista, con la mirada perdida.
Mi tranquilo amor, a la vez el fiero abogado, el hombre y amor de mi vida deseaba cuidar de mis sueños, estaría allí, costara lo que costase, le besaría hasta la última de sus heridas, mentales y físicas. Lo borraría todo, lo de otros, con mis palabras, con mi cuerpo, amándolo más que en mis sueños imaginarios durante esta vida y quizá más allá”.

.. Te amo, Guille __ dije en voz alta aunque él ya no pudiera escucharlo, tal vez, sólo tal vez, estás palabras podrían viajar por el aire hasta su cama, colándose por sus ventanas, donde, como mínimo esperaba que las sintiera, palpables en caricias sobre su piel, sobre su alma, en su corazón.
Entonces agotado, me sumí en el mundo de los sueños.


Provincia.

“Pedro, llevaba años preguntándome el significado de la palabra hogar. Aunque la realidad es que la farsa, el pecado lo había sido desde que salí de casa de mis padres, durante la mayor parte de mi vida, lo cierto es que allí jamás me sentí yo mismo del todo menos en ningún lugar físico, en ninguno hubo alguíen esperándome, recibiéndome en amor al llegar excepto quizá Fabián, más cuando era niño, mas no me alcanzaba porque detrás estaba Ana.
Hoy siento que todo el mundo ha seguido con su vida o está en el camino como Alberto con Gaby, sin embargo yo llevo años en el mismo lugar, en un largo periodo de adormecimiento, estancado en el vacío, como nunca preparado para dar ese salto que Beto espera de Gaby, yo la empujo a ella, porque jamás me jugué en darlo, la diferencia es que para mí la vida antes del llamado, de tu voz, era una paleta de grises, no tenía color. Lo único que veía eran tonos de grises, negro o blanco, como en tribunales en cada aspecto de la existencia. No encontraba belleza a mi alrededor, no amé, y no me jugué, estaba vacío, antes de vos me definía el gris, y el vacío, el no sentir, a veces apenas un dejo de culpa para con mi hijo, ni siquiera con Juan, menos con los otros tipos que usé, con Ana.

Ahora en esta habitación, con la copa de whisky te imagino, pierdo la mirada en la ciudad dormida, me quedo mirando el cielo. Está oscuro, cubierto de nubarrones, amenazando las calles con una tormenta de verano en primavera. Refleja exactamente mi vida, el gris, las nubes, la tormenta que se avecina por este amor, mi estado de ánimo anterior a vos. Un fogonazo de luz a lo lejos me hizo anticipar el trueno, contar en su espera, con el teléfono en la mano, oí el estruendoso sonido y un nuevo estallido de luz atravesó el cielo como un flash demasiado intenso, me ciega, y desaparece tan pronto como llega, me cierne el temor de que sea un presagio, de que  desaparezcas de mi vida así como tu voz llegó al teléfono, literalmente entraste a mi vida por la voz en el teléfono, yo hice la llamada, esperando llegar a Camila, luego llegó tu mirada, mi reflejo en tus pupilas que bailaban al son del ritmo de las mías en el aeropuerto, para terminar sobre una ola, en la playa de Chile.
 Desde el instante en que bajaste de la tabla de surf, pisaste la arena y observé cómo caminabas hacia mí, robándome la cordura, arrancándome gemidos. Eras un dios del sol, el sol mismo en la sonrisa con hoyuelos. Bronceado perpetuo, con el pelo húmedo y las lágrimas del Océano cayendo  por un pecho que podría haber sido tallado en piedra por su firmeza.
Tus ojos de color miel colmados de dulzura comparable se prendieron en los míos en un día primaveral, pero nada de eso me atrajo de vos, o fue todo, pero más lo hizo la seguridad  con que manejabas esta tabla, en vos mismo, tu peculiar sonrisa, la manera desenfadada con desparpajo de caminar, de hablar, como imagino que debes hacer el amor. Es como si tu cuerpo estuviera diseñado para estar ensamblado al mío,  para acariciarme, para cobijarme en tus brazos. o tal vez lo contrario, tal vez mi cuerpo necesite estar a tu lado, darte refugio entre mis brazos, anhelo tus caricias, tu alma, tu corazón.
Por favor, ven a mí __ rogué en voz alta al tiempo que sentí un inmenso calor que me quemaba desde dentro, y un presentimiento instantáneo me erizaba el vello, la imagen del bello rostro demudado de Camila, y las lágrimas empezaron a descender por mi rostro, mientras sentí el cuerpo temblar, el corazón en un puño, suspirando por el recuerdo de la voz de Pedro, a quien acababa de entender, en la visión de Camila.
Me apreté las sienes con los dedos, intenté relajarme, necesitaba dormir, quizá lo encontrara en el sueño”.

Ciudad. Autónoma.

“Siento los labios cálidos y húmedos finos cuando rozan los míos, gimo, lo escucho jadear como si el eco llegara desde lejos, quizá desde el teléfono. Realizando lentos movimientos elevo los brazos hasta las caderas de Guille. Lo miro, él gime, la noche iluminada tan sólo por reflejos de la luna, lo muestra aún más bello, me imita en espejo, hundiendo los dedos en mis caderas con la fortaleza que lo caracteriza y aunada al roce me hacen gemir, mientras mi cuerpo entero se estremece, se arquea y contorsiona, sé que me arrodillo, hundo la cara en él, tira sin dolor de mi pelo, siento hambre, sed,  necesidad de su fuente, de su carne, de su esencia.
Acaricio con ternura su fuerte torso, me devuelve un mordisquito en mi labio inferior, que recibo con placer y adrede le doy uno en su labio superior, chupándolo lo introduzco en mi boca, en el húmedo calor de mi ósculo, jugando como cada vez en mis sueños antes de amarnos de verdad, pegándonos pieza a pieza, sintiendo el deseo latir contra las caderas. Abro la boca, su lengua no vacila, ése era el beso del amante que sabe cuándo dar, cuándo recibir y tomar, sus movimientos, los sonidos de ambos se están abriendo paso al sitio del cerebro donde está el placer, el que sólo puede detonar él, lo estoy devorando, elevo las manos, atrapo las mejillas y lamo la boca de mi hombre, saboreándola, provocándolo, disfrutando de la danza magistral de las lenguas. Puedo percibir su esencia, y hasta su masculino aroma a hombre, a madera que me sume en placer y deseo de más, meneo las caderas, hundo la lengua en su boca, me pasea las manos haciendo cosquillas en los brazos, desciende por los costados, delinea las costillas, me deslizo por la superficie de su cuerpo reptándolo como si fuera una serpiente enroscándose alrededor de su presa.
… Guille, te deseo __ digo en su boca. Gime, siento más oleadas de calor que me encienden por entero, sus manos están por todas partes, meneo las caderas, me vuelvo, lo dejo que se interne en mi ser, penetra con suavidad. Como jugando a descubrirnos sin apuro, disfrutando cada momento. Ya no concibo vivir sin sentirlo dentro de mí, es mi verdad, la que soñé por años, grito de placer el te amo. Me acomodo a su ritmo, me acompaso a él sintiéndolo más adentro, y el silencio  es música celestial, es coro de ángeles cuando une a mi voz su grito callado, y acelerando los movimientos me eleva, volamos en la mezcla de dolor y placer que conozco a su lado. Poco a poco, sus movimiento se tornan compulsivos y su voz se quiebra en un bramido que amenaza con llegar. Sigo sus deseos, me muevo con fuerza, me acoplo a sus movimientos, el corazón late  con el suyo, su lengua traza senderos en mi espalda, se demora en la nuca, barre el cuello y los hombros, estremece cada centímetro, bebe mi rocío.
Disfruto de su aroma, de sus gemidos y de su poder en mí, hasta tomar conciencia que lo único importante que me ha pasado en la vida ha sido conocerlo.
Cierro los ojos, jadeamos y me rindo totalmente hasta sentir sus espasmos finales. Volamos juntos en el grito ahogado del silencio, el alivio de la lluvia en un día de verano y el desahogo de cada parte de mi cuerpo.
Guille jadea, me da pequeños mordisquitos, hasta que pierdo el conocimiento, aferrándome a su pecho como si no existiera un mañana, ni nadie más en el mundo.
… ¡Guille, mi amor, no, otra vez en sueños, ya no!


Provincia
Estudio Graziani y Asociados, martes 12 de setiembre de 2016.

…Vivía feliz en mi quimera, amándote sin que me amaras, vivía de mentiras de amor, esperando mi frase favorita de un te amo, un te extraño, un te quiero de cualquiera.  Juan me  había notado distante, ya no era el mismo luego del llamado, mis ojos denotaban una nostalgia que tenía tu mirada. El frio penetró en nuestra cama, el silencio acompañó nuestros ratos compartidos. Llegó el día amargo, nos sentamos cada quien en un sillón.  Le dije por suavizar el momento que fuéramos amigos, pero cómo mirarme sin desear darme un beso en esos labios que un día fueron suyos. Cómo no soñar en las mañanas que cansados amanecíamos abrazados mirándome absorto la paz con que dormía.
Por eso me gusta escribir porque yo defino lo real o irreal en el final de mis escritos, casi siempre idealizo o me masturbo la mente haciendo que muera de amor el protagonista, o llore de pena porque nunca será feliz. Retratando mi vida artificial teniéndote sin tenerte.
Y así terminé con él como hombre, dejándole una carta en su departamento, en la cama.
Desde que regresé de Chile, pasaste a ser el centro de mi vida, no me extraña lo que sentiste anoche, en verdad sucede en algún plano, sentí lo mismo.
En ocasiones cierro mis ojos para no verte. En mi mente burlona ansiedad del alma mía refleja tu rostro, tus labios, tus manos. Desde  la vez en que eternizaste el momento de ser mío en un beso.
Intenté en vano en un sobre cerrado enviar mi desamor al espacio, pero me lo devolvieron con sello de dirección diferente, ¿será que el desamor viene a mí en forma de lágrima, sin dirección a donde enviar un sollozo o un suspiro? Te imagino dándome un beso de amor tal vez agazapado en mi mente febril para luego, emboscarlo y asesinarlo.
Quise escribirte una carta de despedida, pero mis lágrimas nublaron mis ojos, mi mente empezó a dibujarte de los momentos en que juntos nos reímos de la vida. Terminé adorándote, deseándote, amándote, extrañándote  menos olvidándote.
 Si un día dijeras que amas  a otro hombre, cabizbajo caminaré sin saber qué hacer con miles de preguntas asesinando mi alma, la ansiedad me dominaría, querría saber del ladrón.
 Lo soñé, sentí rugir la bestia de los celos, cuando quedamente me dijiste que amabas a otro hombre que de sólo pensarlo me sacaba un suspiro triste, viste mis ojos llenos de tristeza, cabizbajo, meditabundo me tomaba mi cabeza entre mis manos, sentía a flor de piel la herida en mi corazón. Viéndome en tal estado, clavaste tus ojos en los míos.  En seguida continuaste que amabas a otro hombre, tomándome suavemente mi mentón con tu dedo pulgar elevaste mi cabeza para que mis ojos estuvieran a tu nivel, sentí tu mirada penetrar profundamente, por qué sufres amado mío musitaste, si quién más que tú puede saber que ese hombre eres tú o más bien dicho eras tú en los días que una flor en mi ventana decía cuánto me amabas,  la cual se marchitó por la cotidianeidad de la vida. Tus ojos se llenaron de lágrimas continuaste, que seguías amando a ese hombre que con besos, mimos y caricias te encumbraba al universo, ese galán que día a día te traía una palabra de amor, o te daba un beso sin pedirlo sin anunciarlo, simplemente te lo daba entregándote el alma.
Fingí mirar a otro lado, para que no notaras mi turbación, nunca esperé una respuesta así, mi corazón latía presuroso alegre de saber que yo era el propietario de tus pensamientos de amor, me vi recordando los momentos felices de nuestros días. Aquellos días del arco iris que no podría olvidarlos marcando mi vida. No dije palabra alguna, simplemente te abracé en silencio dejando que mi pecho estuviera en comunión con el tuyo estampando un beso en tu frente sin más palabras que nuestras miradas de amor que se cruzaron para seguir eternamente enamorados.
…Guille, yo jamás amaría a otro hombre, siempre has sido tú, el del sueño, la voz, la mirada, el abrazo, siempre tú, y con ella ya no puedo siquiera dormir, pero  no encuentro la salida, no sé mentir, no puedo seguir la farsa, a veces como anoche estuve a punto de decirle que si te deseaba ver como gay, entonces que sería a mi lado, que haríamos el amor, porque yo era tu hombre, porque ya lo soy, ni Juan, ni Miller como ahora desea ver, yo.

…Permiso, Guille, hola Pedro, encantada.
… ¿Gaby?
…Sí, la única, Guille nos contó todo antes de que llegaras, nada, está todo bien, bienvenido al estudio, a nuestras vidas.
… Gracias. __ Me acerqué y de súbito sentí la necesidad de abrazarla, la sentí amiga, y lo hice sin darme cuenta del rostro pétreo que estaba detrás, que la acompañaba.

…¿Miller? __ Me separé de Gaby, Guille asintió, Miller me odió, lo supe en las vísceras, lo leí en la mirada, ese hombre sería mi compañero de trabajo, sin dudas amaba a Guillermo.


CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS, LOS ÚLTIMOS PERTENECEN A POL- KA.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.

ADVERTENCIAS: LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.

29 comentarios:




  1. Sandra Sarmiento Saludos mi linda, gracias a ti siempre por tu especial atención a todos, por tu obra. Bendiciones querida Eve Monica Marzetti

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  2. Marinela Roger
    Traducido del Portugués
    Que maravilla

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  3. Mari C Gracias Eve, buen día, feliz domingo Hermosa

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  4. Marcela , me encantó. Graciss querida Eve! Feliz domingo!

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  5. Raul Aguilera Garcia Hola buenos días saludos.
    Gracias muchas gracias bonita historia queda prohibido ahora parece, saludos.

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  6. Enrique No tan escondido 😂😂😂 ya deje mis humildes letras para el concurso. Gran abrazo amiga. Admiro tu entrega, escribir, y organizar grupos, eventos, lo más..

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  7. Extraordinario capitulo, una trama compleja e intensa el amor que sienten es invetable a pesar que todo alredor se complique, a un mas con Miller indeseable,apasionante historia gracias por tanto escribís brillante leerte un placer te quiero :) genia !!!

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  8. Muy buen capítulo me gusta mucho como se van dando las cosas y Pedro celoso me encanta

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  9. Hermosa historia Eve, complicada por ahora pero seguramente el amor de ellos vencerá cualquier obstáculo...

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  10. Sol Urvino El camjno hacia Guillermo esta cada vez mas dificil para Pedro, demasiados palos en la rueda de ambos. Un BESO, EVE.

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  11. Hermoso capítulo!!! Espero con ansias poder leer el próximo

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