"PROHIBIDO".
CAPÍTULO VEINTICINCO.
22 de diciembre de
2016.
Norte de Chile.
.”..sin dolor sin desesperaciones
sin angustia y sin miedo
dócilmente empezó
como otras noches
a necesitarlo”.
Mario Benedetti.
…padres no tenían la dirección,
pero no era raro que algún si techo llamara a esas horas, con una vela
encendida en la única mesa del comedor, se dirigió a la puerta de la humilde
casa, y al abrir, se le escapó el corazón, mejor dicho sintió en la
mirada y en la sonrisa que el suyo volvía a latir luego del intento de morir, y
que el de Guillermo caía a sus manos, cuando las miradas se encontraron respiró
el mismo aire, y las palabras no salieron de él.
__ ¡Qué difícil es llegar acá,
amorcito!
No supo cómo ni cuándo, pero al
instante siguiente, estaba cobijado, seguro, entre los brazos del hombre de su
vida, sintiendo el pecho henchido de amor, con el mismo latido y el alma en sus
manos, Guillermo estaba allí, Guille, su Guille lo seguía amando, como
él,… más que a Dios.
__Pedro… amorcito, estás temblando,
tranquilo. Ya estoy acá.
¡Pero, mira vos, atorrante,
cómo estás!
__ Guille, mi amor, perdón, lo
que hice…
__ Chhh. Ya pasó, ya todo pasó.
Casi muero con vos cuando me dijeron que estabas muerto, pero mi alma se negó a
creerlo y viajé.
Guillermo se apartó sólo para
barrerlo, recordarlo y le impactó lo que
sus ojos le mostraron, hoy ya no había frente a él un sacerdote, ahora Pedro
pese a lo que la iglesia pensara era un hombre, y era su amor, reaprendió sus
rasgos dibujándolos con sus terminales nerviosas, cinceló sus líneas, su
barbilla, sus labios, su perfil, hasta tropezar con el estigma, con la maldita
cicatriz en el cuello que probaba que todo había sido cierto, y la sangre se le
congeló, el mundo pareció caer sobre sus hombres o con todo su peso, en la sangre
bulló la ira, en la mirada se reflejó el dolor como propio, Pedro lo leyó y
posó su mano con suavidad para retirarla del sitio, y volvió a acurrucarse en
sus brazos, anclados en el sitio de encuentro sintiendo el agobio de haber
corrido kilómetros y universos para poder estar allí, contra mareas, contra el
viento, contra el mundo, contra el mismo Dios.
__ ¿Sabes lo que sentí? No me
pidas perdón, sentí y creo que morimos el día que te trasladaron, que quizá
estemos resucitando, mi vida no vale nada, porque mi corazón sólo late al
acompasarse al tuyo. En la lejanía sólo vi muerte, soledad, vacío.
Sólo con otros, sólo en la
farsa, hasta con Juan dije un falso
perdón, a vos no te pido perdón por amarte, y no acepto el tuyo por haber sido
de Dios. Quizá el de ellos, el de los curas debió escucharse y aun así, se
habría asimilado a los míos con otros, en esos casos, el
perdón necesitaba ser perdonado porque no nació en el corazón.
__ ¿Qué sucedió con Juan?
__Todo y nada, excusas primero con la verdad y pena,
bronca y puñetes al final.
La caricia envuelta y devuelta por necesidad del egoísta
deseo y la pregunta, sentada en el portal de la esperada respuesta, lloraba una
palabra. El orgullo perdió su capacidad
porque no hubo perdón ni devolución de caricia, tampoco la respuesta indicada
llegó. Sólo ese profundo silencio que desbarata el alma y la llena de vacío. La mirada desparrama lágrimas, la oscuridad se
convierte en malla de acero de tu coraza, tiemblan las manos y se acortan sus
líneas de vida. Tu soledad ya no llora, sólo suda intensa, el cielo se abre, te
da una oportunidad y no la ves porque los ojos cansados, no transparentan la
sal de sus gotas. Arrecia la lluvia, la
humedad huele a mojada tierra y en ella clavas tus pies. El núcleo vibra, el
pasto crece y en tus piernas sientes el escalofrío de un amor natural, puro y
generoso. Caminas despacito, observas de frente, escuchas viento y enjuagas tu
sal. El paisaje es tuyo y el ocaso lo pinta de un ardiente rojo. Sientes
infinito y tu alma lo sabe, tocas brisa y tu corazón late. Cierras pestañas
pero no piensas, la imaginación no nace y ves como el sueño se pierde por los
recovecos de tu mente. Así sucedió al morir lo de Juan, al creerte perdido. Sin
embargo cuando menos lo esperaba escuché tu alma viva.
__ La Tierra es
sabia y entre sus árboles, nace un violín. Tiene forma de hombre y cuerdas de garganta de ángel. El
espíritu del bosque lo afinó, la miel de una abeja reina le dio brillo a su
madera, el sauce llorón lo bautizó en el sentimiento y cien lianas se fundieron
para crear sus cuerdas. Lo pusiste en tu pecho y ya su jalea, empapó vellos y
resbaló en el vientre. Su música brilló, su estampa enrojeció ante el sol en su
puesta, sus cuerdas cantaron y tu alma venció miedos. Poco a poco, tus manos lo
acariciaron, envolvió tu caricia y te regaló la composición de la exquisita
ternura. El corazón le pidió perdón porque sin querer provocaste una
excitación, se ruborizó y te mandó un beso, ese beso que sólo la música tatúa
en el recuerdo, ese beso que los labios se abren al recibirlo y ese beso que la
lengua baila suavidad. Nació la pregunta y la respuesta fue verbo. El
violín se transfiguró y creció. Vibraron las cuerdas, latió la madera y tanta
miel se convirtió en hombre. Bello, hermoso, tierna y desnudo. El ocaso se difuminó
y emergió radiante la luna, los destellos eran estrellas, los cometas cabellos
y su piel cambiaba de color como sus ojos cambiaban miradas. Alzó la mano y su
dedo apuntó a una abertura en el cielo. Ya los ojos no miraban tierra, sino al hombre, seguían su dedo y apuntaban a
ese pedacito de universo. Sonrió la luna
y el sol se durmió. Del vacío cayeron sedas con cara de sábanas, nubes con
sabor a cama y sonidos de ángeles.
En tus brazos se estremeció y los ojos se cerraron cuando
sentiste su piel. En tu interior creció la imaginación y el sueño empezó a
prender, salivó el deseo y el orgullo desapareció en un viejo y aprendido
teatro de vida. Ya no buscaste respuesta porque no había pregunta que soltar,
tenías tu espacio y pediste callar al tiempo. Le dijiste al amor que se
hiciera, a la eternidad que fotografiara el momento y al cielo, que en su
inmensidad los absorbiera.
Llegó primero el
mar, bravo y cansado, intenso pero relajado, espumoso y salado. Puso su alta
marea al servicio de tu lecho, su profundidad entre los abrazos y su dulce sal entre los labios. Renqueante llegó una vieja
estrella. Todavía luminosa mostraba con decoro sus añejas puntas, un libro
abierto en su vientre leía su historia y un reloj de arena en sus manos
enseñaba cada gramo de su sabiduría. Puso el ambiente a su media luz y una por
una prendió las ceras de su larga vida. Se sentó, los vio y recordó…Y en su
vieja y bien formada educación, se convirtió en fugaz para no molestar. En su huida, un millón de sus hijas se
convirtieron en lluvia y despacito, mojaron sus cuerpos de pasión.
El viento enfureció y la ventana se abrió. Entró el
resplandor, el aire gimió, las paredes se agrietaron, enloqueció la música, las
rosas desprendieron pétalos, el grillo se sorprendió y calló. El universo vibró...
Llegó la luna y se posó a tus pies. Desnudó mares, activó cráteres y dejó que
la lava fluyera por tus piernas. Sus antiguos ríos empezaron a salpicar, sus
valles a recibir tanta humedad y desvistió su natural sensibilidad. El poro se
abrió, la piel sudó, una lágrima sintió y la rima bailó… Le dio sensualidad y
él contorsionó, te dio seducción y la sangre llenó el espasmo, desvistió su
manto, los abrigó y les prestó su orgasmo, lo sintieron profundo, eyacularon
juntos, soltó un gemido y vos un abrazo, te hizo suyo y entraste en su alma, lo
hiciste tuyo y sus tintas escribieron
versos en tu corazón…Fueron uno. Así
sentí o presentí este momento antes del momento final, así lo dejé en el diario
antes de la nota letal, no quisiera que la hubieses leído.
Guille, perdón, no sé
qué sucedió, sólo que estaba confundido y desesperado, con meses
detenidos en medio de la nada en que actuaba como autómata suplicando por el
mundo, solicitando la dispensa por cartas que no salieron jamás y en su lugar
estaba Felipe, que me adivinó el amor por ti, que me ofreció el mundo al
ofrecerse a llamarte, pero solamente quise que te avisara que regresaría, mas
al regresar nos escucharon, y cuando lo arrancaron de mi lado, el mundo se me
vino encima, cuando en lugar de echarme
dispusieron enviarme como misionero, me vi en medio de la selva,
imposibilitado de llamarte, de volverte a ver, y no puede soportarlo, el dolor
fue una daga que escarbó el pecho, en nada parecido al real dolor que sentí al usarla de verdad, no pensé,
no pude, no supe, sólo quise si no podía ir a ti, no ser de ellos ni de Dios,
condenarme a ese infierno del que decían desear salvarme, porque si amarte era
para ellos caer en las llamas, entonces decidiría yo con el suicidio lanzarme a
ellas…_Las palabras se desvanecieron en el llanto compulsivo que me embargó
desde el pecho, Guillermo me apretó
entre sus brazos como deseando entregarme su fuerza, temblaba a la par, lloramos
juntos, pero a la vez las miradas reían, las pupilas danzaban las almas se
reencontraban, titilaban allí.
La respiración se tornó entrecortada, yo me estremecía, vi el temblor en la mandíbula
de él, el aroma narcotizaba, me hubiese quedado para siempre aspirándolo en el
cuello, quería hacerle miles de preguntas más no salía ninguna como en aquella
primera vez en que me entregué a él, me asfixié en el recuerdo de los besos tan
húmedos y fantásticos que erizaban palabras que no decían nada.
__Me acuerdo de mis manos bajo tu camisa la primera vez y de tus dedos
intentando resolver el crucigrama de mi ansiedad por tenerte.
__Desbocado romanticismo que envenenas la osadía de
nuestra juventud, instinto animal que engulles las neuronas de nuestra
educación, pérdida de razón y conocimiento…Convulsión de cuerpos confundidos
entre tanta pasión, olvido de principios y pecados, reconocimiento de tu
primera carne, tu primer tacto, tu primera ilusión, tu primera vez.
Mis dedos dieron las caricias negadas a tu pelo, mis
manos la ternura a tu espalda, mi boca derramó millones de “te amo” negados
hasta por ese Dios que amas, y pudiste enfocar tus ojos y dibujar mi rostro,
dejar a tu cuerpo sólo temblar en el silencio, escuchando sólo los sonidos del
amor, susurrando al fin esos bellos labios el amor negado por imposición de
otros, sin embargo allí mismo nació la nostalgia al separarnos, se empezó a
escribir la sinfonía de acordes de una
melancolía, de una añoranza que pudo ser eterna.
Nunca nos dieron la opción de aprender, de
enseñarnos en la ternura, educando caricias y quizás, pervirtiendo nuestros
deseos más allá. Inocencia y deseo, pasión y descarado convencimiento por
hacerlo. Afanosa y trabajada búsqueda del escondite perfecto, tiempo y espacio,
perfume y ropa, palabras estudiadas y quizás una rosa escondida entre los
brazos y la espalda. Premeditación y alevosía para el amor perfecto.
Estar a solas nuevamente fue conmovedor, lo primero que
hicimos fue mirarnos, recorrernos y abrazarnos para comprobar que de verdad
estábamos juntos.
_ ¡Ay Pedro! ¡Pedro…! Tuve tanto miedo de no volverte a
ver __dijo al oído mientras me apretaba
contra su pecho y recorría mi espalda con sus manos.
En la espera sólo consigues el paso del tiempo, en la
nostalgia ves crecer arrugas en tus párpados y en tu melancolía sólo llenas de
viejos acordes los latidos de tu corazón.
Nada fue tu culpa amorcito, no hay pecado, culpas ni
castigos que pueda imponer ese Dios que dicen es Amor. La respuesta es muy
simple, vos me redimiste del desamor, del odio, de la muerte, y era tu misión,
estaba escrita y ellos no podían intentar borrarla __dijo Guillermo sin dejar
de abrazarme enjugándose los ojos __. Yo era un hombre enfermo, creo que de
odio, era incapaz de amar. No tenía nada para dar, apenas algo pude entregar a
mi hijo, estaba enfermo, y no hice más que usar a todos, que sembrar cicatrices
peor que la que llevarás en el cuello.
No pidas perdón, sólo ellos deberían hacerlo, y Matías
que envió el anónimo y Juan al que le rompí la cara, puedes decidir si quieres perdonarlos u
olvidarlos, pero hagas lo que hagas debes estar convencido que nuestro amor
era, fue desde eones, que estaba escrito, que era inevitable y que nada fue
culpa tuya, tampoco mía como quisieron decir. Mi corazón vivió cincuenta años
vacío, y se llenó de amor cuando entraste en él en la primera mirada, y fue en
el altar, no puede ser pecado, si tu Dios fue el primer testigo.
Hasta mi hijo creo que me vio desfallecer de asombro
mientras caminaba hacia ti, llevando a Gaby.
Eras un nene cuando te equivocaste rechazando el mundo,
no tenían derecho a encadenarte para siempre a ese error inocente que marcó tu
vida.
__ ¿Era eso entonces? ¿Así de sencillo? Por fin tengo las
respuestas, pero ahora que siento tus latidos que son los míos, sólo no pude
ver nada delante. Todo fue un error del destino, toda esa vida de aislamiento
fue una emboscada, un capricho de la naturaleza, y yo llegué al final de un
camino que no me llevaba a casa, donde no tenía salida, mi odisea duró treinta
y cinco años, me equivoqué pero no me permitían regresar sobre mis pasos para
buscar en medio del laberinto el camino alternativo, tuve que estar frente a la
muerte para que en días me liberaran, porque les di vergüenza, Jorge siempre
tuvo razón.
Para poder tener la dispensa, tuve que pecar al extremo
de casi perder la vida, fue recién entonces que me echaron de sus vidas, viajé
hace un mes, me desgarré el alma en el despacho del padre Manuel, me dio por
escrito el papel del arzobispo, ni siquiera quiso volverme a ver, el padre
aunque sé que me ama, no puede volverme a ver, me ocultaron en las sombras de
la noche, sólo pude despedirme de las paredes para no levantar rumores, no
tenía que dejar que llegara el día antes de salir de allí. Estaba tan débil,
tan perdido cuando me cerraron las puertas del único mundo que había conocido,
que regresé en el primer avión, antes
les prohibieron a mis padres contactarte, sólo suplicando mi madre pudo
avisarte que estaba vivo. Luego me quedé acá, cerca de la clínica, hace apenas
días que terminé la rehabilitación, necesitaba pensar, y adaptarme al afuera,
conocer la realidad del mundo antes de ir a ti, pero jamás dudé de amarte, supe
al borde de la muerte, que más que a Dios.
Acá en esta casa humilde trabajando la huerta, dando
clases, encontré una serenidad desconocida en sus retiros y penitencias, acá
conocí el rostro de Dios, a solas con mis sentimientos, con mi dolor.
Tu llegada a mi vida fue como si un rayo me hubiese
atravesado, el mismo sacudón causó, hasta la inconsciencia, y durante meses
había pensado que era culpable de todo, del dolor de mis padres, de elegir mal
entonces, de enamorarme de un par, de soñarte cada día, de la crueldad de
ellos, del abandono, de llevarte a una vida
que no es la que mereces, pero quizá aunque ignore qué puede suceder entre
nosotros en el mundo, aunque me muera de miedo, si es algo realmente bueno, hoy
sé que lo merecemos, que no será pecado, en estos días dejé de sentir lo que
intentaron grabarme a fuego, y mal que les pese ya no siento que esté maldito o
destinado al castigo para siempre, llegué a ver la muerte tan sólo para
liberarme del peso con el que me habían condenado a vivir.
Me sucedieron tantas cosas hasta hoy, vi tantos fantasmas
en Misiones, ardí en deseos de ti, y estaba embargado de ansiedades, y acá fui superando
cada piedra, fui allanando senderos, como se tala la maleza en el huerto que en
la mañana verás.
Borré lo que había escrito en el libro de mi vida, quiero
escribir de nuevo mi destino, comenzando el libro desde la libertad que para
ellos fue mi condena.
El poder de tu mirada es la magia que torna huracanes en
calmos y suaves vientos, mirada de sutil caricia con la fuerza devastadora que
derriba murallas, escudos que ceden frágiles a la intensidad de tu mirar. Reflejarse
en la tarde de tus ojos es perderse en
la inmensidad de mundos por descubrir, no conozco nada pero de tu mano no
temería hacerlo, mirarte es sumergirse
en oleajes de ilusión, de amor, de lluvioso atardecer con dorados hilos de sol,
de cantos y estrellas bajo el firmamento azul. Así me perdí en lo profundo de
tus ojos color café desde la primera vez, inmerso en la oscuridad de tus sueños
delirantes, sucumbí al encanto de esos ojos de mirada penetrante con sabor de
olvido en primavera, alma de hombre que
subyuga, que encanta, que desvela... Fueron esos ojos de mar el océano inmenso por el cual navegó con libertad mi barca, y perdido
en la intensidad de esa dulce mirada bebí
de tus labios la miel cual divino brebaje, surcando el infinito de tu cuerpo
sin rumbo fijo cruzando la extensa geografía de tu piel salvaje. Ojos brujos,
de mirada cristalina que hechizan, que cautivan, que incitan al amor, que
cubren con pasión mi ser de manera tan genuina sin pretender escapar al encanto
de tus brazos. El poder de tu mirada es creer que la magia existe, es sentir por
dentro como el amor calcina, es subir al cielo de forma repentina en un beso
fugaz y entregarse al placer de amarte sin esperar nada más. De arrojarse al
abismo insondable de los secretos de tu
alma, rincón donde nacen las palabras de
amor eterno que habitarán los senderos desiertos por años de nuestras almas,
dejando huellas perennes, como la marca
que surca mi cuello.
__
Guillermo acercó su rostro, me habló al oído con voz
queda…me susurró el “te amo”, y abrazados al fin cerré la puerta, entramos, y
nos sentamos en el borde de la cama, Guillermo paseó la mirada por la pequeña
habitación, incrédulo de lo que sus ojos estaban viendo.
Apenas una habitación, donde tenía una desvencijada cama,
con una mesa, colmada de libros y papeles, tan sólo dos sillas, y la cocina
incorporada, una puerta comunicaba con el baño, era todo lo que me rodeaba, y
sin embargo en ese sitio había comenzado mi libertad.
Y sé que en mi
mirada ya no ve lo mismo, sé que hoy ve ojos fuertes, valientes, sabios, que ya
no temen verlo, por haber logrado sobrevivir a todo por lograr llegar hasta
este aquí y ahora, quizá al fin juntos para siempre.
__ Lo siento amorcito... dijo él perplejo aún ante las
palabras.
__ ¿Cómo llegaste acá? Mis padres saben que estoy cerca
de la clínica donde ellos me trajeron casi muerto hace dos meses, pero ni
siquiera ellos tenían la dirección exacta, necesitaba estar solo, pensar, al
tiempo que recuperar mi alma, mi cuerpo y la paz.
__ No daba más sin saber nada, desde Bs. As. no logramos
dar con ellos, cambiaron los números, y hasta
Fabián entendió que sin vos no vivo. Sí mi amor, te he seguido todo el
tiempo, enfrenté a esos curas apenas te trasladaron, me insultaron, me culparon
de todo, luego me mintieron tu muerte, me dieron el diario, sólo por Felipe
pude saber que estabas en Misiones, quiero creer o elijo creer que Jorge no
miente, que no lo sabía, y tuve un pre infarto en el aeropuerto, Beto estaba a
mi lado, no querían que volara, fingí estar mejor, él que era pánico, y viajé
lo mismo. Llegué a la capilla, cuando ya estabas volando a Chile, encontré en
la sala a Felipe, y me contó lo de tus padres. Te dio su sangre, por ello no
pudo seguirte.
__Mi lindo, lo dejé solo.
Guillermo me miró acariciándome el rostro con los
nudillos, sonriendo en la mirada.
__ ¿Qué?
__ Vos lo puedes haber dejado, pero desde que me
reconoció no sé cómo, no se despegó más.
__ ¿Cómo?
__ Que se vino a Posadas con nosotros, recorrió
Hospitales buscándote, y cuando yo no pude seguirte porque me internaron allí,
se quedó con Beto, luego conseguí un poder de los padres, y se vino a Bs. As,
ahora está con mi hijo en mi departamento,
__ ¿Con Fabián? ¿Le contaste?
__Hace meses, sí, me separé de Ana, le conté todo a
ambos, mi hijo me echó, viví en un pequeño departamento, hasta que me internaron
en Posadas, Beto lo llamó, no sé qué le dijo, pero al fin llegó a mi lado, y me
pidió perdón, hoy sabe que viajé a buscarte, le pedí el favor de cuidar a
Felipe, quiso estar con nosotros no hace más que desear verte, pero no es mi
hijo, no podía sacarlo del país. Él ha sido mi faro desde que regresé a Bs.
As., me contaba cada día de vos, de los días en Misiones, dormía conmigo, fue
como estar cerca de vos, quiere estudiar, trabaja en el estudio, todos lo
adoran, y los papás estuvieron de acuerdo.
Las lágrimas surcaron silentes el rostro de Pedro,
Guillermo bebió hasta la última gota, y quedaron respirando el mismo aire,
apenas a centímetros de distancia, las miradas hilvanadas se amaban, se
aspiraban el aroma, se escuchaban las respiraciones, recordaban los detalles,
perdían las distancias, uno estaba más delgado, con una cicatriz en el cuello,
el otro con algunas líneas en el rostro que marcaban el dolor de ausencias, irrumpía
entre ellos una nueva familiaridad. Parecía
que la mirada de Guillermo penetraba e iba a desnudarlo por entero en alma y el
cuerpo intempestivamente, y estando sin espacio, el beso llegó como el más
deseado durante tanto tiempo.
Se besaron explosivamente, ávidamente, hambrientos, como animales
salvajes, como si ese beso tuviera forma y estuviese conformado de ansias, de
rabia, de imprevistos, de amores prohibidos, de los fuegos del mismo infierno.
Era dinamita, pólvora, amor, pasión, la mandíbula de Guillermo temblaba, los
cuerpos se estremecían, mientras la mano hizo lo que venía soñando desde meses
atrás, colarse hacia atrás y acariciar la seda del pelo, fundir los dedos hacia
el cuero cabelludo, ayudar a acomodar la cabeza para profundizar el beso, y el
cabello era seda, terciopelo, delicia que se pegó a la mano.
__Te vi caminando en un templo donde desentonaba mi
imagen, de la que huyo siempre porque no me dejó estar con vos durante meses
__susurró en los labios.
Todo se fue haciendo fluido, la piel se fundió en rocío,
los labios resbalaron como olas donde navegaron
a antojo, las cumbres en el pecho serían islotes en las lenguas, y se
vieron de súbito en el mundo nadando en el otro, sintiendo la muerte, y el
renacer como vagabundos peregrinos, navegando y naufragando en saliva,
disfrutando en el templo, todo fue llenándose de aguas, risa, llantos
mezclados, miradas que se sentían palpables en el mapa, ganas de ahogarse entre
las piernas, aromas intensos de vívidos placeres, azotando los recuerdos,
escucharon los latidos furiosos en el pecho, rozando la piel, como en el vientre
se asemejó el latir, anticipando las
caricias de labios que como pétalos rozando surcarían el cuerpo desnudo, la
piel mojada, ardiendo, vibrando, en cada
poro y milímetro, sin apagarse el fuego iniciado al primer roce en las chispas,
todo nació en el primer beso del reencuentro, con las manos entrelazadas en
perfecta armonía, los cuerpos prendidos a la piel, sintiendo umbrías en
ansiedad de saciarse… de adentrarse en el otro, de comulgar la unión para
llegar a ser, uno.
__Siempre me ha encantado el sabor de la lluvia porque
viene con ráfagas de vientos e inquieta nuestros pensamientos, nos hace
imaginar estar a solas en la habitación de nuestro amor. Presiento que tus
caricias serán frías, es por la humedad de tu cuerpo, pero llegará un momento
que el calor llenará todo tu ser al notar que mis labios demuestran cuánto te
amo. No podremos contener lo que sentiremos porque escalaremos la montaña
tomando el recorrido de nuestras caricias. Se cruzarán nuestras miradas,
mezclaremos suspiros para sentir que nos estamos elevando a un cielo único, no
habrá momentos para recordar las soledades que te han atormentado,
Llegará el cansancio, pero sentirás un final de
emociones, te liberaras del frío que tu cuerpo tenía.
__Despiertas mi cuerpo con un simple susurro y despega mi
alma al lugar donde te encuentres.
Ya no tengo gobierno de mí mismo y me succionas por completo. Viaja mi piel a encontrarte y
recorrer tus laberintos. Tu boca resulta ser la puerta a ese pasaje donde entro
y alucino. Si vas a atraparme que sea completamente. Dejaré mi cuerpo
abandonado en algún sitio, para mudarme a las estrellas y vivir el éxtasis
contigo. Cuando tomé el cuchillo, te
pensé perdido, ya lo mismo me daba estar
ahí, en la selva, en una fosa, o en cualquier otro lugar. Todo estaba perdido
y yo no podía encontrar de dónde aferrarme. No pude hacerlo de Dios, no le
encontré, porque a él lo encuentro sólo en el fondo de tus ojos, y no estabas
en esa celda.
Quiero dar un paso al frente, hoy sé que jamás se conoce
cuánto durará la vida, que el riesgo de muerte no se puede prever, porque ella
siempre se burla, sorprende al mismo destino, y nunca se puede jurar eternidad
si es el rencor y no el amor el que adorna el alma, sólo el amor puede ser
eterno.
__Hazlo amorcito, camina libre, lentamente, aprendiendo
el mundo, como el niño que se cae y
titubea al comienzo, estaré al lado para evitar que te dañes, camina
con un paso firme, uno a la vez. Seguridad, lealtad, firmeza y
convicción. Mamaste principios y recibiste educación, aprendiste de tus errores
y escribiste tus propósitos de año nuevo. Deja que el olvido se encargue de
puñaladas ajenas, deja que la historia relate aquellas leyendas que falsearon
tu vida. Deja que sean otras lágrimas las que mojen tu ausencia.
Escribe en el
diario no ya añoranzas, escribe un propósito, uno a la vez. Amor, ternura,
cariño y pasión. Tu corazón escribe día con día en tu alma y en ella renacen
tus sentimientos. Cada amanecer abres tus ojos y ves el primer milagro de la
vida. Consigue llevarlo entre tus brazos y cobijarás ajenos anocheceres,
elevarás amor en tu cielo y en tus caricias harás que cien lunas sonrían tu
profundo erotismo.
Deshaz los nudos que debilitan tu inseguridad,
nunca digas adiós, sino hasta luego pues el mundo da muchas vueltas y en
él ruedan nuestros anhelos. Sé cómplice de la vida y aprende de ella. Da amor y
recibirás amor, entrega tu alma y te darán su corazón, da vida y te regalarán
más vida. Recuerda que siempre que das, recibes por mil la dádiva de tu
generosidad. Libera tu camino. Saca las piedras del no puedo, quema las malas
hierbas que sólo enredan tus pies y
provocan tanta lentitud, desvanece las tinieblas de la duda con tus
exhalaciones y cuando el paisaje sea hermoso…Respíralo y llénate de su
plenitud. Absorbe los miedos de quienes te rodean y cuando no te vean, vomítalos.
Abraza sus carencias, porque quizás no son tan culpables. Dales amor
porque tú tienes ese maná de vida. Y cuando la nostalgia invada tu alma,
escribe. Cuando la melancolía se adueñe de tu corazón, canta y cuando te alcance
tu pasado, aprende y sigue escribiendo tu destino.
__Guille, no quise ir a ti porque no sabía que habías
sincerado tu vida, que Ana no estaba a tu lado, que Fabián sabía la verdad, que
tomaste a trompadas a Juan, pero aun así, los rumores existen, aunque intente
reescribir mi vida, si es en Bs. As. apenas pise la calle, me van a condenar, y
jamás quisiera que te roce el odio o la infamia, mucho menos a Fabián.
Los curas impusieron voto de silencio cuando se supo todo
allá, en parte por ello me he refugiado
acá, soy libre en el anonimato, trabajo y vivo en humildad.
___Pedro, amorcito,
sos rico, no puedes vivir así, esto es una celda como en la que te
tenían ellos, no debes darles el gusto de aunque saliste de allí, continuar viviendo
igual o peor. Tenías un trabajo en la
Universidad del cual te arrancaron, a mí no me dejan mella los rumores de
nadie, no siento estigmas, si alguna vez
me sentí aterrado, fue cuando antes de los trece años supe que era gay, y pensé
en la condena de mis padres primero, de la sociedad después, ese terror de
entonces, me encerró en la farsa que me dominó por cincuenta años, y la única
condena que me importaba hasta allí no más, era la de mi hijo, pero ante tu
amor, lo enfrenté con la verdad, y la verdad me liberó de todo, de cada juicio,
de cada culpa, de cada farsa, de cada muro. Hoy Felipe y mi hijo nos aman así,
amándonos como pares, no es abominable como dicen los curas, no es lo que ven
todos los representantes de otras iglesias, menos Dios.
__Guille, no puedo ir a la UBA; y ver que señalen a tu hijo como el del hombre
que es pareja del cura, jamás podría soportar que humillaran a tu hijo,
entiéndelo, no puedo renunciar a lo que siento, pero no podría condenarlo a él,
no quiero que algún día me odies por ello, tengo mucho miedo de lo que pueda
suceder, el mundo, además de la iglesia
puede ser cruel por igual, y Fabián es inocente.
__Mi hijo ya entró a la UBA y ya se sabe en todos lados
que tiene un padre gay, Pedro él no lo supo hasta hace poco, esos hipócritas,
de la calle, desde el decano a mis ex alumnos, todos saben que soy gay, todos
sabían quién era mi amante de turno, y seguramente murmuraban a pasos de mi hijo. ¿Sabes qué?
Hoy no creo que a Fabián le importe escucharlos, hoy lo
creo capaz de estampar a alguno contra una pared si llegara a reír porque amo a
un cura, sos un hombre que hizo una
carrera que no le gustó, y como tal quedó con el título, sin el cargo, mas hoy sólo serás
filósofo o profesor en letras o lo que quieras estudiar, no es ser una cosa u
otra, tampoco cura lo que determina tu esencia, lo que sos, sos un ser humano
igual al Papa, a semejanza de Dios,
igual a cualquiera, cura, gay o heterosexual, nacimos todos iguales, moriremos
como tales, y nadie puede crear rumores por nada de ello, y si lo hacen que se
ahoguen en su veneno, sé que mi hijo ya lo entendió.
__ Visto así, tienes razón, pero duele, me dolió que me sacaron
de la iglesia de noche, que me aislaran como a un leproso, que me dieran esa
dispensa negada por amar a un par, y puede que a Fabián le duela, que le
señalen como el hijo de…
Por ello me aislé acá.
__ Nos aislaremos juntos, porque lo que estás pensando,
está sólo en tu mente, tu alma y tu cuerpo ya se liberaron, la mente es
perezosa.
__No. Tú tienes todo en Bs. As.
__Mi todo sos vos, nos iremos sin prisas, sin saber
dónde, con el bolso en un hombro lleno de libertad. Disponemos de tiempo, sin
fantasmas ni mentiras hoy, tenemos la vida por delante.
El uno al otro y tiempo para disfrutarnos en libertad, es
todo lo que hoy necesitamos, hoy ya no hay respuestas que buscar, y eso nos
hace libres.
Pues primero mi corazón, tuyo fue. Solamente un beso y el
mundo cambió, tanto que lo fue por un beso, pero un beso dibujado con todas las
alegrías de los suspiros, con abrazos tiernos, como la mirada entregada al
cerrar de ojos, que nos llevan a conocer lo cristalino del río, en donde lavas
tus poros con mis manos, razón de carne hueso que eriza roces y toques,
escuchados por todos, pero vistos nada más por la pasión definida en dos bocas
que se besan con un beso, beso único y último para volver a crecer con el beso
y convertirlo en eso, en beso y en besos, besando las bocas que son unos labios
que se atrapan cuando la carne se detiene y respira el aliento hasta
entregarse, sin sospechar que la vida es un beso, besos cercanos e inmediatos,
que no tienen fecha, sólo capacidad de entrega, pues los besos son tan
especiales que no se compran, solamente se dan en la boca con labios vírgenes,
cada labio se vuelve virgen después de convertir el beso en el beso que fue, en
el beso que se hace nuevamente beso, por la ternura de las carnes, vistas en
las miradas que brillan.
El camino de la vida para ambos ha sido largo, tortuoso, interminable,
duro, colmado de errores, de farsas, equivocados, hoy sé que estoy en casa, que
vos sos mi hogar. Prometí a tu madre no presionarte, y no lo haré, si deseas
permanecer acá, me quedaré acá, si deseas enfrentar a quien se plante, regresaremos a Bs. As., mi
hijo es un hombre, y sabe lo que debe decir y hacer.
__Conoces mi alma que te ama, tan cerca de mí has estado,
mis suspiros te pertenecen, siempre aun en la ausencia has habitado cada
espacio de mi mente, de mi cuerpo, sé de tu amor sincero desde antes de
encontrarme en el casamiento, lo noto en tu rostro cuando sonríes, lo gritan
tus ojos cuando me acerco, al menos conmigo nunca fue una farsa, al menos
conmigo no sabes fingir, estoy junto a ti, tu dulce fragancia me pertenece.
Desnúdame a besos, eso queremos, la piel no sabe guardar
secretos, no teme, no duda. Estando contigo me siento vivo, con un nuevo brillo tus ojos me miran. Amarnos
es el camino que nos lleva al cielo, no más prejuicios, que fluya el deseo
entre los dos, poco a poco en cálida brisa, todo un mar de sensaciones, tú y
yo. Bebe la suavidad de mi piel, sólo tú das luz a mi alma, inundas mi vida de
ilusiones, muestras mi belleza en tu reflejo, das calma a mis tormentas. Tus ojos,
parecidos a dos luceros, resplandecientes e inmensamente bellos, iluminan mi vida. Con su belleza día a día perdido en la
inmensidad de tu alma me hallo perdido en la belleza de tu mirada dejando
grabada en mi ser.
Te pido unos días, si no puedes en esta casa, siempre
podríamos alquilar otra mayor o visitar a mis padres, debo el último chequeo,
si tú estás seguro de enfrentarlo todo, de que no sufrirá tu hijo, no te
separaría jamás de tus lugares, mis padres ya me dijeron que se mudarían a la
estancia de Bs. As. de yo elegir regresar, ya creen que la separación fue
demasiado larga.
Sé que tengo dinero, mas me niego a acepar la riqueza
aún, deseo trabajar, quizá estudiar. No sé si me darían mi cátedra luego de lo sucedido, regresar a
ella sería la prueba de lo que me marcó dejar la iglesia y saberme enamorado de
ti, no será fácil pero me gustaría retomar mi lugar en algo conocido, y quizá
estudiar abogacía, algún día unirme a ti en eso también.
Ahora que te he vuelto a ver, sé que no podría dejarte
ir, que no podría vivir sin ti, por lo tanto, es enfrentarlo todo, o condenarte
a dejar a tu gente, y no es lo justo, sé que a ti los rumores no te marcan, si
me dices que no dañarán a tu hijo, tampoco a mí ahora me podrán voltear, el
amor es más fuerte, intenté morir, y Dios no lo quiso, si debo de vivir, sólo
puedo a tu lado.
¿Tienes hambre?
Sé que a simple vista esta casa parece no tener nada,
pero tengo de todo porque debí comer por
tres si no deseaba vivir a hierro para recuperarme, aún estoy delgado, tú
también lo estás.
__ Tuve que adaptarme a un programa, casi hice un
infarto, además me consumió la ausencia.
__Tengo verduras orgánicas, carne, pollo, he tenido que
comer proteínas obligado.
Dame el bolso, no hay demasiado lugar, pero lo haremos.
__No traje demasiado, no estaba seguro siquiera de
encontrar a tus padres, hasta llegué a imaginar que quizá estuviesen de viaje, barajé
toda posibilidad y sólo la remota esperanza de encontrarte, ven, la comida
puede esperar, sólo el amor es urgente, deseo mirarte, empapar las retinas de
tu rostro, sí que estás más delgado.
__ La cicatriz se irá, sólo debo cuidarla del sol para
que no se tatúe, sustituyeron los puntos por estéticos apenas detener la
hemorragia, uso cremas especiales, se irá desdibujando.
__Me duele por lo que representa, no te hace mella en tu
belleza, ven, mi precioso, necesito saborear tus caricias y besos, entregarte
mimos y suspiros, sonreírte y ver tus hoyuelos entre sueños, acariciar tu pelo
que amo. Sentir que te acercas a mi cuerpo, mirarte despacio sentir suave tus
manos y también el roce lento, callado de tu cuerpo intenso. Mi piel erizada te
espera, te sabe, te siente, se altera presiente ya tu roce, tu aroma te anhela,
te desea, te llama. Ya sé que estás cerca y siento, adivino tus ganas frenéticas, ansío que llegue,
que pierdas ante mí la calma. Que te pierdas entre mis brazos, sentirme
cubierto por tu cuerpo, arropado con tus tiernas caricias y besado por tus
húmedos besos.
__Eres mi vida, eres todo para mí, Guille, por ello casi
terminé con ella, porque no estabas a mi lado.
Eres el Amor que sólo llega sin que los llames como un disparo al
corazón, un disparo de ternura, de dulzura que nadie más posee, y aun en el
recuerdo de los furtivos encuentros dentro de mis sueños o escribiendo, sentí
que mi vida no tenía sentido para seguir sólo soñándote como antes de que
fueras real porque siempre te vi como mi
gran amor prohibido, pero siempre seré cura… sí, mas me cerraron para siempre
el camino que los hombres trazaron hacia Dios, no puedo pisar siquiera el
portal de la iglesia ni ver a mis pares de antes.
No elegí dejarlos, no elegí traicionarlos, no elegí
amarte, no elegí que fueras un par, fue, y fue el Amor que llegó, y no
traiciono a nadie hoy, antes lo hice quizá, a mí mismo.
Eres la causa, motivo y razón al despertar. Eres esa ansiedad por la que cada mañana deseo despertar. Tan sólo por saber de ti, por escuchar tu voz que he añorado, o por leer esos recuerdos de aquellos momentos que vivimos juntos. Viví tan sólo porque sentía que algún día, en algún momento nuestras miradas volverían a encontrarse, y deseo que ahora como entonces, como la primera vez que me viste y te impresioné, nuevamente vuelva a encender esa llama en ti.
Eres la causa, motivo y razón al despertar. Eres esa ansiedad por la que cada mañana deseo despertar. Tan sólo por saber de ti, por escuchar tu voz que he añorado, o por leer esos recuerdos de aquellos momentos que vivimos juntos. Viví tan sólo porque sentía que algún día, en algún momento nuestras miradas volverían a encontrarse, y deseo que ahora como entonces, como la primera vez que me viste y te impresioné, nuevamente vuelva a encender esa llama en ti.
__Nos quedaremos acá el tiempo que sea necesario, pero en
la mañana deberé avisar a mi hijo, a Felipe que te encontré, Pedro ellos nos esperan, Felipe te adora, y pronto saldrá mi
divorcio.
Podría acostumbrarme a vivir en cualquier sitio, pero no me
parecería justo, si ellos pudieran ahora opinar, elegirían los rumores, a estar
lejos, los chismes se irán apagando, la gente se aburre, pierde la memoria, y
si hablaran será sólo porque somos dos
hombres, en un año, ya nadie lo recordará.
Pero piénsatelo, quiero que no te apresures, puedo
esperarte el tiempo que sea, hoy que sos libre, ya todo lo demás dejó de tener
importancia.
Dame tu mano, no te soltaré aun en tiempos difíciles, ahí
estaré, al lado tuyo, hombro a hombro, nunca detrás, tampoco delante tuyo,
siempre a tu lado, peleando una y mil batallas y cuando intentes caer te
sujetaré, en vilo te levantaré y
entrelazando nuestras manos, una vida juntos caminaremos, paso a paso mirando
el horizonte, de la mano junto a ti. Y cuando llegue el ocaso a nuestras vidas,
ni así te soltaré, iré con vos de la
mano a donde la vida vuelva a comenzar
pero siempre, siempre juntos, tomados de la mano.
__Entre tus brazos me encuentro, de tu mano, me arropas,
me acunas, eres mi hogar, mi puerto seguro y en mi corazón un latido aceleró su
ritmo al momento del tuyo, del primer
roce que me enloqueció por dentro.
Déjame besarte el alma y conocer el secreto de tus besos y saber por qué mi cuerpo se estremece a cada beso y saber por qué eres mi razón de ser de cada día, por qué mi ser te clama cada noche y cada hora, deseando estar a tu lado. Tanto te amo que hasta el último pensamiento y suspiro cuando pensé que moriría fueron para ti.
Déjame besarte el alma y conocer el secreto de tus besos y saber por qué mi cuerpo se estremece a cada beso y saber por qué eres mi razón de ser de cada día, por qué mi ser te clama cada noche y cada hora, deseando estar a tu lado. Tanto te amo que hasta el último pensamiento y suspiro cuando pensé que moriría fueron para ti.
___
Guillermo no esperó el permiso, tácito ni de ningún tipo,
sino que lo besó con rapacidad, mientras Pedro sintió que los huesos se
derretían. Ante aquel asalto soñado su resistencia cayó. Guillermo lo empujó
suavemente y las piernas chocaron, cuando todo intento por recuperar el centro se
desvaneció, el deseo rugía en las entrañas, el cuerpo de ambos estaba rígido,
tenso, dispuestos a morir en la posesión, a encender de inmediato las hogueras mortales,
y en estado febril se devoraron con avidez, recordando sabores, recovecos y fluidos,
sintiendo el culmen de pasiones, más gigantes y fascinantes que nunca,
deseosos, anhelantes.
Pedro lo había desafiado un día a enfrentar su miedo más
profundo, el miedo a amar, a develar su verdad sin reparos, él lo estaba desafiando
a afrontar su verdad más profunda, la verdad de que lo amaba más que a Dios.
Le daría lo que pidiese, todo lo que pudiera, no
permitiría que nadie se lo volviera a arrebatar, ni el diablo ni Dios. Cuando
la muerte casi se abatió sobre ellos ni uno ni otro pudo hacer nada para evitarlo,
sin embargo una mano de Alguien los salvó, estaban vivos y juntos, el lugar era
lo de menos, ahora ningún mortal, ni curas ni rumores les arrebatarían el
destino de amarse, la certeza fue convicción, la confusión dio paso en ella a
la calma, las emociones se acomodaron.
Guillermo estaba
dispuesto a todo, lo supo y se lo dijo, a manipularlo, a coaccionarlo, a
seducirlo, con tal de hacerlo en poco su esposo ante la ley, pese al éxito a
medida que se acercaban al momento se tensó. Sintió el dolor pulsátil en el
vientre, los músculos tensos, ya no quería ni podía luchar contra sí mismo,
había tomado la decisión y sabía que era la correcta, quería todo de Pedro, su
alma, su corazón, su cuerpo, su mente, y paseó la mirada por el rostro
sonrojado, observó dibujando con los ojos sus labios, oyó en su mente los
gemidos que alguna vez había emitido mientras se retorcía de placer, deseaba
poseerlo, protegerlo, retenerlo libre para siempre, que lo eligiera en cada
alborada, en libertad.
__Sos mío, Pedro.__ Su tono profundo transmitía
seguridad. El aire entre ellos se crispó.
__ Lo soy amor, y algún día quiero ser tu esposo, encarar
el mundo a tu lado, tener hijos. __Puso toda la convicción de su alma en cada
palabra __. Y lo más importante...__, hizo una pausa para recobrar el aire,
colando dedos bajo la camisa__, es que te deseo. Ahora, hazme el amor, como la
primera vez y como si fuese la última.
__Guillermo se vio asaltado por un deseo fulminante.
Dolorosamente consciente de las manos de Pedro en su pecho, un brillo de
excitación en los ojos de miel, lo llamó al beso, apretándose contra él, se
invitaron y aceptaron, Pedro se entregó ofreciendo sus labios trémulos, su
boca, como dulce caverna que llenar, explorar, conquistar, recordar, bebió el
aliento de Guillermo y se lo devolvió, lo besó y lo retuvo, reabsorbió el
aliento, las manos de Guillermo cincelaron sus costados asiendo las cadenas, y
bajó las manos a las rodillas ascendiendo despacio, mientras los pulgares
describían círculos, y las manos de Pedro desabotonaban curiosas las camisas,
los labios pegados encendieron más el deseo, caliente, urgente.
Pedro notó el profundo cambio, sintió que los músculos se
endurecían que las manos fuertes se cerraban alrededor de sus muslos, mientras frenéticamente
los labios de Guillermo paseaban los hombros, tomando mordiscos desde el cuello
a los brazos, a medida que la camisa caía olvidada sin reparos y que Pedro
movía la cabeza facilitando los accesos,
Cuando las manos dieron cuenta de cintos y cremalleras se
deslizaron a las nalgas, las acariciaron despacio, las veneraron en círculos,
sensuales garabatos susurrados en la piel desnuda que los transportaba a
cornisas desde donde vislumbraban abismos olvidados, el beso regresó exigente,
los dedos se escurrieron a las habitaciones albergues, explorando con cuidado,
luego con firmeza, perdiendo el aliento, mientras las finas llamas de velas
jugaban en los esculpidos cuerpos, expectantes, presos del otro, con la
excitación palpitando bajo la piel, sin palabras, piel que palpitó ante el
tacto cuando no quedaron barreras de ropa, ya que se sentaron con prisas para
dejar caer pantalones y bóxeres, admirando las carreteras largas de musculatura
de la espalda, visiones deliciosas como las del pecho. Por momentos para Pedro
pareció la primera vez, aunque había saltado a colocarse a horcajadas sobre el
cuerpo desnudo, hubo en la mirada titubeo, asombro, quizá porque era libre, y
no estaban escapando de nadie, y en instantes los labios se unieron, navegando humedades,
no podía saberse quién besaba a quién. Las manos de Pedro exploraban el pecho,
Guillermo lo besó con avidez sintiendo los dedos hundirse en sus músculos,
apoyó las manos en los firmes montículos gemelos, y lo atrajo hacia él chocando
sexos, calmando el ansia palpitante contra la ajena. Se retorcieron,
encendidos, anhelantes, exigentes, agresivos, destrozando resquicios de
control, de razón desgastada, encendiendo una y otra vez más descargas y olas
de deseo, todo afán del alma.
Acariciaron pezones, deseando empalarse al destino
escrito, exploraron y aprendieron los bordes de laderas y montes, esquinas y
llanos, con el placer estallando, demasiado intenso como para intentar
controlarlo, atrapando umbrías en las manos, se miraron sin tiempo, con los
ojos entrecerrados, apretaron los dedos, sedoso y suave descubrimiento que los
fascinó, rígido y cálido, se estimularon hasta ver estrellas, hasta sentir que
las mandíbulas estallarían, y fue entonces que giraron y Guillermo lo colocó
debajo, lo atrapó en la jaula de su poderoso cuerpo, se quedaron quietos,
aunque Pedro estaba abierto para él, ardiendo con los muslos separados sin
culpas, suaves, receptivos, y sus caderas eran una cama donde se encajó
Guillermo que deseaba hundir su palpitante umbría en la habitación que deseaba
acogerlo. Guillermo parecía un Dios ante la luz de la vela con su masculinidad
expuesta, inhiesta por él y para él, y la suave luz doraba sus fuertes brazos,
la mandíbula tensa, el mentón arrogante, su pecho, el cuerpo entero, respiraron
hondo, los latidos resonaban en las sienes. Guillermo no hizo lo esperable, lo
sentó en sus piernas, y lo llevó al beso, deslizando la mano por la espalda,
por los cuadrados del vientre, dibujando el ombligo y el diamante, perlados en
el mismo sudor que fundió en la misma piel, bebió el agua que poblaba cada
resquicio, caminó con los labios el pecho antes de cerrarlos en sus inhiestas
cumbres, las acarició arrancando gemidos, y cuando Pedro echó la cabeza atrás
el cuello y su deliciosa curva invitó al beso, Guillermo barrió la cicatriz,
con la lengua, quiso borrarla depositando suaves besos, paseó la arteria
palpitante, y lamió al fin las cúspides, mordisqueando pezones inhiestos, y
Pedro se terminó de derretir, torturando a uno y a otro, Pedro se aferró a los
brazos de su hombre, contuvo el aliento y se balanceó, sus huesos eran miel, se
sentía desfalleciente, los tirones de los labios y las manos en la espalda sólo
lo mantenían erguido. Cálidos y húmedos, sus labios, la boca entera se movieron
sobre el pecho, excitando las puntas al límite, creando rocas excitadas, hasta
que comenzaron los mordisquitos. Pedro fue presa de unas sensaciones
avasalladoras que recorrieron el cuerpo entero, emitió un grito, y los labios
finos volvieron a lamerlo, a chuparlo. En las entrañas de Pedro se encendieron
ardorosas oleadas de deseo como respuesta una necesidad primaria que crecía, un
gemido, un balanceo hacia la boca de él.
El placer se adueñó mientras las manos enormes moldeaban
sus ondas, tomaban rectas y curvas, cada centímetro de piel palpitaba y deseaba
más. La espalda, los costados, el vientre, los muslos, los brazos, las nalgas,
nada escapó del asedio y de la conquista. El estremecimiento lo sacudió desde
muy hondo, con un susurro se desprendió del mareo del que era preso, y se
sintió rodeado de piel caliente que era una con la suya, de músculos duros, y
los labios firmes encontraron a los suyos, exigiendo, ordenando, arrasándole
los sentidos, adueñándose uno del otro, sin poseerse, del alma, del cuerpo, y
de todo el ser. Pedro tembló en la jaula afrontando la oleada de deseo,
satisfaciendo las de su amor con las suyas. La pasión creció, se extendió y se
dilató, los músculos se tensaron, el beso fue fervor, apremio, deleitados de la
embriagadora fiebre, con la creciente vorágine de deseo. La excitación los
sacudió, los labios se fundieron, el aliento de cada uno murió en la boca del
otro, las lenguas entrelazadas, danzaban, hundidos en el calor del fluir,
bebieron del otro y se dejaron inundar por entero. Las manos se movían con la
misma exigencia que los labios, las palmas esculpieron muslos, caderas contra
caderas, explorándose con los dedos inquietos, encontrando calor, caminando
presionando hendijas, sondando cálidos parajes, encendiendo el fuego muy
profundamente con los dedos, mas la acometida desenfrenada de las llamas los
arrasó, Pedro se retorció y ardió, ahondando el beso, se mantuvo cautivo,
mientras las llamas seguían ardiendo, acariciando deliberadamente, y las llamas
estallaron en un frenético infierno alimentado por el apremiante deseo,
infierno que palpitaba en Pedro al ritmo de los latidos desbocados del corazón,
retumbando en las sienes como redobles de tambores de pasión. La sangre
hirviente recorrió el cuerpo excitado inflamando hormonas hasta alucinar dentro de Pedro.
Sintió que las manos de Guillermo lo guiaban, notó el
primer contacto duro que se detuvo, ardiente, sintió la primera intrusión
íntima del ser de su hombre en su cuerpo, luego se hundió más al tiempo que
notaba cómo entraba en sus entrañas, lo albergó en grosor, jadeante a su vez
por la presión de las manos en su hombría, lo sintió hundirse más allá,
desgarrando túneles fundiendo mareas como hierro forjado, caliente como acero
fundiéndose, el miembro viril penetró a su antojo, vivo, calmándolo,
ensanchándolo, creando torbellino de sensaciones que los asaltaban,
incertidumbre, deseo, necesidad, amor, aderezados con un dejo lejano de peros,
hundido todo en él bajo el anhelo más desesperado que nunca había tenido,
mientras Pedro sintió el incendio interior expandirse y se hundía a la par, acompasándose en cada
contorsión, ritmo y compás.
En cada vaivén flamearon, henchidos los labios pidieron
besos, se apropiaron de las bocas con voracidad, debatiéndose en duelo para
controlar la pasión desenfrenada, y se confirmó en una embestida coordinada,
que abrió brechas al hundirse en lo más hondo conocido, dilatándose, llenando,
acogiendo, aceptando, empujando a mayor penetración sin contemplaciones. Con
los sentidos a flor de piel, sobrecargados de sensaciones, acompasando cada
movimiento, sintiendo la absoluta vulnerabilidad que los recorrió desde el alma
al sitio de fusión en un ser, la que daba el Amor, en una quimérica batalla,
los músculos se tensaron, cabalgando juntos se sintieron cacheteados por el
viento, relinchando en campo abierto, deteniéndose en dos patas, y en el
interior, el uniforme palpitar irradiaba calor y apremio apenas controlable,
desplomándose los últimos vestigios de evitar lo inevitable, en acuerdo tácito
de miradas, Pedro supo que se detuvo a centímetros de salir de él, vio su
vehemencia, el deseo compartido agolpándose, y sin más instrucciones para
volver a hundirse despacio, cautivado por el tacto acerado que se deslizaba,
resbaladizo y caliente, en vaivén magistral a sus profundidades, una y otra
vez, abriendo cada sentido para saborear el momento, mientras las manos
acompañaban en notas justas, los labios se buscaron.
Los cuerpos se
entendieron en un ritmo conocido,
exquisito, besándose con ardor, cagados por la promesa de aquellos cuerpos cegados
que insaciables pedían y daban cada vez más.
En la cima del ascenso las miradas se encontraron, y
concentrándose Guillermo en la rígida dureza del abrazo que lo envolvía, volvió
a hundirse despacio, le mordisqueó el lóbulo de la oreja, Pedo lamió como pudo
el cuello en el pulso, Guillermo se estremeció tensándose la mandíbula,
desesperados por aferrarse aún a la lucidez, aspiraron agonizando, Guillermo se alzó sobre los pilares de su
brazos, y se empaló con torturante lentitud, conteniendo el aliento, uno
ascendía ,el otro bajaba, en cada movimiento eran dueños y esclavos, maestros
en el arte, alumnos, presionaba uno, se hundía más allá el otro, abrazado
cerradamente dentro, Guillermo hundió las manos a cada lado del edredón, se
besaron con devoción, atraparon las miradas, se retiró despacio, flexionó las
caderas y se lanzó a lo profundo del mar con un potente movimiento.
Lo poseyó inexorablemente, centímetro a centímetro,
caliente y resbaladizo, y Pedro lo abrazó albergándolo, deteniéndolo y
dejándolo avanzar, acogiéndolo, recibiéndolo, mientras la visión se nubló ante
cada embestida, los ojos se oscurecieron desapareciendo el iris, envuelto él en
el abrasador abrazo, penetró hasta el final, reposó, engastado allí, Pedro lo
contuvo en un abrasador y sedoso potente guante. Se miraron agonizando
inmóviles, apenas respirando, él llenaba a Pedro por entero, la pulsión llegaba
hasta el ombligo, las facciones estaban teñidas de pasión controlada, los
inundó un sentimiento que les dejó el corazón henchido.
Eran supervivientes, y se habían salvado por ese amor,
desnudos se estremecieron, un rayo de
millones de voltios electrizó las ganas de poseerse con la pasión que no tiene
límites, eran polos de imanes que atraían al mundo de sorpresas íntimas y
renovadas, se conocían y se reinventaban enviciando cada vez más a todo el ser
que esperaba cautivado, alocándose con aromas sensuales, los besos recorriendo piel y
caricias que hacían explotar no deseando detenerse ni terminar jamás,
derrochando imaginación en la hombría nunca, en momentos inolvidables, olvidado.
Los labios se reencontraron, gruñeron, Guillermo se apoyó
en los codos, apartó el mechón para ver el rostro amado, cuando el beso se
volvió más profundo, los sentidos se arremolinaron, el vaivén sumaba más
placer, y juntos se deslizaron como olas avanzando hacia la playa. Pedro
recordó su ola gigante, antes había sido de miedo, ahora la surfeaba en medio
de sensaciones en aumento como la marea, llegando el flujo cada vez más alto,
marcando y acompasándose al ritmo, acogiendo, absorbiéndolo con fuerza durante
un segundo para retirarse al siguiente en aquel íntimo abrazo donde cada
embestida, cada acometida los ascendía, los llevaba más lejos, hacia una orilla
que los llamaba, que apenas vislumbraban, fundidos pensamientos y sentimientos,
ascendieron, encerrados en un ímpetu aturdidor, mientras calor y nervios,
descargas recorrían la sangre e irradiaron luz y energía alrededor, el calor
pronto fue fuego, y la luz resplandor incandescente.
Alimentada por los cuerpos que se debatían, por cada
respiración jadeante, por cada suave grito, por cada gruñido gutural, la esfera
ígnea de pasión creció y se volvió brillante e intensa hasta que estalló en los
dos, al mismo tiempo, en un ser.
Pedro se perdió en aquella energía, en fuego, luz y
esplendor que encendía las entrañas, sintiendo a él, sabiendo que estaba allí,
sintiendo su calidez llenándolo, sabiendo que era real, que era su amor,
sintiendo al fin en libertad el sentimiento que siempre los había unido, que había
forjado aquel estallido de estrellas, sabedor ahora de que nada ni Dios podía
modificarlo, desconociendo si llegarían al cielo o al infierno en el éxtasis
imparable de dos amantes que se fusionaban por siempre.
La inconsciencia se los llevó en el bienestar de estar
unidos en un ser, uno en los brazos del otro, mientras las velas se fundieron
goteando. Cuando Guillermo regresó a la tierra al verlo, lo embargó la emoción,
acarició el rostro sonrojado, los labios henchidos, en una intimidad vibrante,
se tumbó admirando el cuerpo, sintiendo que tenía todo el tiempo del mundo,
toda la vida para explorar posibilidades, apartó un mechón de pelo que cubría
el rostro, Pedro se removió pegándose a él, se acurrucó paralizando a
Guillermo. La emoción que había despertado el gesto le era desconocida. Le robó
el aliento, lo conmocionó, y ante ella estando aún en él, se hundió en lo más
profundo de su ser, Pedro se acurrucó más estrechamente, Guillermo se fue al
sueño, con los labios adornando el rostro con una sonrisa.
__Bésame mí amor, cierra tus ojos y viaja conmigo a un
mundo de ensueño al escuchar a mí corazón enamorado de ti. Bésame despacio y
deja sobre mis labios el sabor, desplaza sobre mí esa caricia de amor, y
permíteme ser el único que te haga sentir esa pasión que te haga feliz. Entérate
de una vez que soy el hombre que más te ama al entregar el alma y con un beso
te entrega todo, por unos labios que adormece todos los sentidos. __ Sonrió
sobre mis labios con esa sensualidad que podía lograr en mí lo que se
propusiera.
__ Entremos y vivamos la frondosidad de esa gran
montaña, comprendamos su profundidad, exaltemos la oscuridad entre las luces de
sus amaneceres y cuando estemos dentro, cuando estemos en el centro de su
orgullo, respiremos la naturaleza y gozaremos su pureza.
Sus labios volaron hacia los míos como dos aves sin nido
buscando refugio en plena tormenta. Sus manos se aferraron a mi cuerpo y soltó
el ancla para asentarse en mi vida por el resto de la suya.
Uno nunca sabe dónde encontrará el amor que nos marcará por
el resto de nuestras vidas, es algo que simplemente pasa y por más que pongamos
resistencia, simplemente pasará. Hay cosas que están escritas desde hace eones
y nada puede contra ellas.
__Eres vida y en tus cimientos todavía hablan los
ancestros de nuestros pueblos. Eres historia, leyenda y nuestro futuro. Guardas
entre tus brazos los fósiles de tantas poesías como amantes que las escribieron
y recitaron, posees el don del maná del creador y en tu alma hay tanto corazón
que la eterna luz se avergüenza al mirarla.
Hermosura sin igual, belleza dibujada por los ángeles del
silencio, ternura imaginada sólo por las hadas de lo sublime. Deseo y pasión
que escriben fuego en nuestras vidas. Amor, montaña de nuestros sueños, vieja
condición de perfección en el ser humano, suave palabra que en tu expresión
invades la sonrisa de nuestra timidez. Te escribiría un verso, pero vería como
tu piel enrojecería mis dedos. Te escribiría una canción, pero sentiría que mis
notas no alcanzan tanta melodía. Te escribiría un deseo, pero fundiría mi
letargo en tu obsesión. Deja que mis
lágrimas recorran tu cuerpo, deja que mis manos escriban en tu espalda, deja
que mi poesía invada tu alma. Déjame ser en ti y te prometo que dejaré que seas
en mí. Amor, mi montaña, mi sueño hecho realidad al fin.
Grita el silencio entre las sílabas de mi prosa.
Siente el frío la calidez, en medio de la sombra de mis ceras. Se enchina
el gusto ante la nobleza de un añejo tinto y respira mi aliento enredado en el
humo de un habano.
Perversa noche que disfrazas de azul el suave manto de mi
luna, terciopelo de amor que resbalas por las paredes de mi agonía. Te siento a
mi lado cuando caminan mis pensamientos por las hiedras de los eternos
atajos y en la obsesión del cariño, dibujo tu abrazo. Dibujo tus manos, tocando
el techo de la profunda excitación. Navego noches de ríos y mares buscando el
faro de la ternura, vivo entre relámpagos sólo escuchando el oscuro e
intermitente canto del búho y en mi gran deseo, cruzo las más grandes pesadillas
sólo por encontrar el sueño de una caricia.
Gran creador que
petrificaste la dulzura en mi corazón, escultor de vida que diste forma a sus
curvas y las pintaste en mi memoria, compositor que transformaste en sinfonía sus notas y la grabaste en mi silencio, Creador
que llenaste su mirada de ternura y la clavaste en mi alma. Resucitador
de alientos, deja que mi boca abrace su respiración. Mago del universo capaz de
crear ilusiones entre las estrellas de mi luna por tenerla, deja que mis manos
toquen su pasión. Amor de lo absoluto, deja que mi corazón sienta sólo una vez…
La ternura de su alma.
__Me envuelves en mí sino, flameas en mi origen, me acunas en tus brazos, te amo
más que a Dios Guille.
__ ¿Desde cuándo sabes cocinar vos atorrante que me
ofreciste la cena?
__ Pollito al horno sé, nada más. Guille, me dieron la
dispensa apenas sucedió aquello, oficialmente hace un mes.
__Lo sé. No quiero hablar de ello o los insultaré y no
quiero hacerte daño.
__Guille, tenemos tanto por hablar, por hacer, por
pensar, Felipe, mi pequeño amiguito.
El único que entendió, el único que me escuchó, que se
jugó por nosotros.
__ A mí me ayudó en todo, y ya no se me despegó, casi me
rogó ir a Bs. As., me hizo acordar mucho
a Beto cuando lo saqué de la calle, aunque no sea huérfano.
¿Pedro?
___ ¿Qué?
Las miradas se enlazaron, los ojos lo dijeron antes que
las palabras.
__ No será fácil aunque sea abogado y tenga contactos, es
compleja la adopción, casi imposible para parejas gais si no vas a África, a
Asia, o si no eres tan poderoso como
para pasar cometas a medio país, pero con el consentimiento de los padres,
cuando podamos casarnos, ¿quisieras que intentáramos adoptar a Felipe?
__Claro, puede ver a su familia pero ellos no pueden
mantenerlo, menos darle una carrera, nosotros podríamos, él nos quiere, yo lo
amo, ¿Podremos?
__ Lo nuestro era imposible, y míranos, aunque sea en el
exilio, estaremos juntos, todo se puede intentar, por algo sólo en medio de la
nada donde te enviaron, estaba esperándote Felipe.
Pero para ello deberás desear regresar a la civilización.
___Lo haré, me siento libre, soy libre, seré sacerdote
como filósofo, no es mi esencia de hombre, soy libre para amar a mi alma
gemela, soy libre para formar un hogar como para pasear contigo los Bosques de
Palermo sin escondernos, llevar a Felipe, somos libres, el amor desaloja el
temor, el amor, nos hace libres. Es el amor la clave, y te amo, para siempre,
como a Dios, a ambos para siempre, aunque sus representantes me cierren las
puertas, te amo.
Debes pasar la Navidad con Fabián, si me acepta, llamaré
a mis padres, y viajaremos, nos acomodaremos por ahora en tu pequeño
departamento, o quizá acepte algo de mi herencia hasta que estudie otra cosa o
consiga trabajo __afirmé.
__ ¿Estás seguro de poder ahora? Mira que en casa con los
quilombos con Ana, mucho nunca festejamos.
__ Lo estoy, y sí quiero festejar, tenemos mucho por lo
que festejar, con tu hijo, con Felipe, quizá con Gabriela y Alberto, necesito
verlos como hombre y mujer, que sepan que no deben de sentirse mal porque los
casé, en ese momento ejercía a pleno el ministerio, no te había conocido, los casó un sacerdote en ejercicio pleno de
sus funciones, en cambio hoy regreso como el hombre de tu vida, el que añora
que lo acepten como tal, como un simple amigo.
“Nada es seguro, salvo el cambio. Es una constante que
todo muta y que, a veces, lo que parece bueno termina siendo malo. Sin embargo,
lo malo también puede terminar siendo bueno.
Cada acto que realizamos tiene un final abierto en la
historia
de nuestra vida. Porque si miramos con detenimiento
un suceso __una desgracia incluso___, descubriremos,
quizá,
el camino hacia algo mejor.
Existe la posibilidad de que inclusive doloroso __con la
incomodidad que conlleva___, ordene y ponga en su lugar
El arte de pensar, el arte de amar, el arte de vivir”.
V. Rivero.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO.
ESCENAS EXPLÍCITAS.
Rosa Maria Se siente, es... hermoso, maravilloso mi querida, gracias.
ResponderEliminarJulio Hermoso Gracias por compartir algo tan bello.
ResponderEliminarIve que lindo gracias x la etiqueta besitos de buenas noches.
ResponderEliminarSilvina MUy bello.
ResponderEliminarEdith Muy bello!
ResponderEliminarRosa Es hermoso fabuloso.
ResponderEliminarRoss Odino me gusta
ResponderEliminarGloria Que bonito, sigue escribiendo asi.
ResponderEliminarMarta Me encantoo!!!
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ResponderEliminarDiana Bello
Tan fuerte y necesario como el aire para la vida¡
Jaume Alegre Lasterra Sin palabras
ResponderEliminarAlena Suchankova
ResponderEliminarAlena es hermosa
Ramón
ResponderEliminarQue maravilla.
Norma Gracias Eve Mónica Marzetti... por tus bella novela, gracias!!!
ResponderEliminarMaria Angeles ..me encanta
ResponderEliminarPatricia Precioso!!!
ResponderEliminarMoni Genial!
ResponderEliminarGloria Carrión Muy sensible y hermoso
ResponderEliminarRita WoW interesante Genial!
ResponderEliminarPaula Hermoso!!
ResponderEliminarRaquel Buenos días. Felicitaciones por tu fantástico y deslumbrante sentir gracias por esta novela, por todas, cariños
ResponderEliminarJose Perez Me encanta
ResponderEliminarJorge S Hermoso, debordante en erotismos y pasiones, no existe los enajenamientos, ni los despojos de virtudes, es el amor tal cual se presenta en la vida, no un resumen simple de acciones concertadas o concedidas. La pasión es una parte bella del amor.
ResponderEliminarGladys Excelente
ResponderEliminarYoli Ganuza Gonzalez preciosoooo
ResponderEliminarLucy Chadid Chadid Hermoso
ResponderEliminarAli Fernandez Me encanta
ResponderEliminarMartha Arreaga Que bonito
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ResponderEliminarPilar Preciosa
Fascinante Eve...Tanta pasión, tanta seducción, y la total entrega fruto del verdadero amor...Brillante capítulo de este maravilloso Prohibido...
ResponderEliminarMaravilloso, lo amo, y eso que estoy viviendo una tragedia amiga. NORMA SUI ESTÁS ACÁ, AMOR, NO PUDE VIAJAR, LA CAUSA ES LA QUE PUEDES IMAGINAR, ESTOY SIN SALIDA, CUANDO NO ESTÉ EN CASA TE LLAMARÉ, LAS AMO, PROHIBIDO ES BELLÍSIMA, SIEMPRE LO FUE, MERECÍA EL REENCUENTRO, ES LO MÁS, ES LO QUE SOÑÉ, QUE DEMORÓ PORQUE TENÍA PENSADO OTRA COSA, CÓMO SIGUE, NO SÉ, DISCULPAS POR EL ATRASOI EN DEVOLUCIONES, CADA VEZ QUE PUEDO PREFIERO PUBLICAR PORQUE NECESITO ESCRIBIR, PARA VECINOS Y ESTO ME SALTÉ UNA NOCHE PARA DARLAS, EN BREVE SEÑALES Y ATRAPADOS, EL VIAJE VIEJITA, LAS AMO, BESOS.
EliminarGRACIAS GRUPO, PERDÓN POR EL ATRASO EN DEVOLUCIONES, BESOS.
EliminarSol Urvino Hermoso, EVE, y me encantaria que Jorge pudiera bendecir esa union, como amigo de Guille, aunque fuera en secreto. Te mando un Beso.
ResponderEliminarEPA, ya me los están casando, momento que Guillermo no está divorciado aún, no corran, disfruten del ahora, es bella, al fin te puse contenta, en señales también, vienen las felices, atrapados, el viaje, son felices,gracias y mi amor.
EliminarRaquel Sanchez Eve lo leí anoche.. lo que me pasa es que suelo leer a última hora y aunque a veces no comente siempre leo, puedes estar segura 😉 hermoso este encuentro de Pedro con su Guille.. por fin se lo merecían después de tanto sufrimiento, esperemos a ver que pasa en su regreso a Buenos Aires ... gracias 😘
EliminarPerdón Raquel, no llegué con señales y estoy dormida, no me sale, duermo y lo saco que es de tus preferidas, besos, sí, veremos, Solcito ya los casó, y no, no terminó, gracias y mi amor.
EliminarHermoso capítulo, un reencuentro esperado!!!
ResponderEliminarUn capitulo emocionante,bello reencuentro con tantos sentimientos en ambos, el amor sublime,compleja trama y extraordinaria tu manera de escribir genia gracias un placer leerte te quiero mucho :) !!!
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