"VIÑETA". DÍA DEL AMIGO.

VIÑETA.

DÍA DEL AMIGO.

Bs. As., Provincia. 20 de julio de 2017.

Mario Benedetti.

“…quisiera que en las noches me añorara

que me echara de menos”.

Estudio Graziani y  Socios.

__Guille, ya están todos avisados, pero no me parece, a Pedro esto no le va a gustar.

¿Era necesario? El cree que  haremos un asado de amigos del estudio, me parece que puede terminar mal __afirmó Beto preocupado.

__No te alarmes, es mi marido hoy, sí es verdad que sigue siendo un celosín divino, pero es una reunión de amigos, nada es como antes, estará todo bien, descuida __respondí. Gaby no muy convencida iba y venía alrededor.

_ ¿Y Pedro? __interrogó.

__ No sé, dijo que tenía que hacerle algo al coche, vendrá en un rato, no digan nada por favor.

¿Confirmaron todos?

__ Sí, Guille,  pero perdona que insista, me huele mal.

__Beto, de verdad, no pasará nada, pero igual… ver enfurruñado por celos a Pedro, me fascina y me halaga, es tan bonito celoso, que más lo amo. Tranquilo.

__! Hola, amor! Hola gente, tengo un caso que pinta bueno,  lo encontré de paso por el taller, es especial para Marcos, pero podríamos sacar dinero grande.

 ¿Sucede algo que me miran raro?

__Nada, amorcito, a ver, cuéntanos  de qué se trata, si hay dinero, Marcos ya es feliz.

__Dale pibe, al fin, no vayas a salir con un divorcio.

__ No, es que la empleada que me atendió en recepción tiene un nene en terapia, con daño cerebral, cuatro años.

__! Ah! __dijo Gaby llevándose las manos a la boca.

__Ya Gaby, es duro, lo sé, con más razón podremos ayudarlos si lográramos una buena demanda e indemnización.

  ¿Está todo listo para el festejo? __interrogó Pedro contento, desparramando papeles en el escritorio, abriendo archivos en la PC con real entusiasmo.

__ ¿Qué haces, amorcito?

__ Estoy buscando en google efectos del plomo, y sitios de contaminación. El chiquito que les dije, aparentemente tiene una intoxicación por plomo, afectó sistema nervioso, y no saben si fue el agua, la comida o los juguetes, necesito ver las fuentes, ir a la casa, ya me contacté con la madre, quiero ver qué fue, luego ir por el fabricante.

Me pregunto a la hora de dejar a un nene con daño cerebral dónde está la defensa al consumidor y toda esa mierda de burócratas que dicen controlar lo que importan y llega, porque al parecer, es un juguete, es la pintura, pero deberé ir a la casa.

Con el olorcito a asado que llega del patio, dudo que pueda concentrarme, ¿quiénes vienen Gaby?

___ Los de siempre __la salvó Guillermo con un guiño, pero no había terminado de hablar cuando el corazón de Pedro dio un vuelco al escuchar la risa de Juan.

__ ¿Juan? __interrogó y echó una mirada asesina a su esposo.

__Es amigo de la vida, sí, es Juan.

__ ¿Tenías que invitarlo a él, Graziani?

___! Hola gente!

Juan entró en una exhalación, con una botella de vino que dejó en manos de Gaby y fue a abrazar a Guillermo, posando un beso en la mejilla, Pedro sintió la ira bullir en la sangre, y se contuvo cerrando los ojos.

Pero todos los recuerdos acudieron raudos, del día en que lo conociera en el año 2013, su aplomo, sus risas, cómo se divertía Guillermo mientras a él lo ignoraba recordando las travesuras de adolescentes  y más y el estómago se le revolvió. Empezaba a arrepentirse de haberse levantado.

Una decisión podía alterar para siempre la vida de un hombre. El día de la Audiencia Postiglione por estafas hubo un instante que alteró su vida, cuando fue a la trampa de Miguel y encontró moribundo a Orestes hubo otro, el peor, el que lo llevaría a Camila, a ser prófugo, a casi dar la vida.

Siempre estaré a tu lado, le había dicho Guillermo en la casilla del Delta, tienes que tener paciencia amorcito. Y si te vas iré con vos para siempre. Y si no te alcanzo, siempre te estaré esperando.

Tanto sufrimiento, tanta lucha, tanto dolor para regresar a él, para esperar que la justicia llegara, para al fin casarse, para consolidar una familia, pero Juan seguía allí.

El recuerdo del vacío que seguía a la pérdida, al abandono, le dolió como presente al acudir a la mente los días y las noches que pasó solo en la casilla del Delta, el terror de cuando llegó Miguel, el dolor de correr y correr entre las balas, el frío y el agotamiento al echarse al río, el dormir en cualquier lado, comiendo cualquier cosa de los días de estar prófugo, tan sólo para no ponerlo en peligro y a la vez no morir para regresar a él.

La voz de Juan saludándolo lo sacó del ensimismamiento.

__ ¡Hola, Pedro! Pero, si sos el único que trabaja hoy al parecer, es el día del amigo.

__No tengo amigos, Juan, los que tengo, deberían estar trabajando, traje un caso importante.

___ ¡Pedro! __Lo fulminó Guillermo, Gaby ya temblaba cuando escuchó que llegaban Sonia, Isabel, Solange y Aída, con el resto de platos y postres y se disculpó para ir a ayudarlas.

Juan se instaló frente  Guillermo en el despacho, Pedro intentó eludir su presencia enfrascándose en el plomo, mas su oído iba a las anécdotas y risas, su esposo volvía a ignorarlo, festejando cada estúpido chiste de Juan, ahora contaba cuando murió un pibe en su cama y Guille lo salvó como una gracia.

__Permiso __apareció con la risa congelada Nazarre, ya Pedro sintió que moriría, el corazón se desbocó, sintió náuseas, incrédulo de lo que estaba sucediendo cuando Guillermo se incorporó a abrazar al estúpido de Franco Nazarre, recordando cómo mientras él intentaba permanecer con vida, prófugo para no ponerlo en peligro, él se había tomado vacaciones con el idiota profesor de la cátedra.

___Hola, Pedro, ¿te hacen trabajar, hasta hoy?

__No respondo a órdenes de nadie, trabajo porque me gusta __contestó con sarcasmo.

A metros de allí.

__Gaby, esto terminará mal, a Guille se le fue la mano, Pedro vino contento, con un caso, y ya está por estallar, no sé siquiera si dejar pasar a los que faltan, yo lo banco en todas, pero en esto, no me parece.

___ A mí tampoco, intentaremos mimarlo con Cuca, aunque si Guille sigue ignorándolo esto no llegará a la tarde.

__Hola Guillermo, qué gusto que me invitaran al asado __lanzó con la sonrisa y la mirada clara Matías, Pedro sintió una punzada, no podía ser verdad, la amargura le inundó el corazón al ver que Guillermo consideraba amigos a todos sus ex, a los que tomó y desechó según él para soportar su ausencia, cuando él apenas respiró el aire acompañado de los recuerdos de la única noche de amor en la casilla del Delta, los que llenaron su memoria cuando la muerte lo estuvo buscando por meses, no contestó ni miró, menos cuando remató el peregrinar de tipos la llegada de José Miller, el mismo que de entrada se instaló junto a Guillermo intentando ocupar su lugar, aunque lo ayudara a salvarse luego de los disparos, tuvo siempre en claro el doble juego de intento de seducción de su amor.

Se había sumido en miles de interrogantes, en un océano de confusión, y se sintió sin fuerzas siquiera para levantarse del sillón y escapar de allí, ya las voces, impedían siquiera saber de qué estaban hablando, cuando al fin Cuca con Gaby vinieron con café, al parecer su esposo sin adivinar siquiera una décima de lo que había padecido para estar a su lado, ahora le sumergía en mayor dolor, temía que se le escabullera de las manos, cuando mudo y sintiéndose invisible, salió tras las mujeres, y fue al patio, inhalando profundamente mientras ellas llevaban platos y bebidas a la mesa, intentó eludir la preocupación, y ayudó mientras luchaba contra las lágrimas no derramadas que sentía escocer los ojos y las preocupaciones, luchando contra las sensaciones de desazón que anidaban en su pecho. No hacía más que mirar a Guillermo, y desear besarlo, acariciarlo, mas resistir a la distancia que imponía para no darle el gusto se hacía cada vez más difícil. Volvió a entrar y se dejó caer sobre el sofá del estar resignado. Intentó apartar la atención del amor que le despertaba su hombre y para ello buscó el dolor que le provocaba la voz de Guillermo que sonaba distendida con sus ex del otro lado de la puerta.

A Gaby y a Beto que lo vieron abatido se les encogió el corazón.

Tenía derecho a sentirse mal, nada había hecho más que luchar por su vida para estar a su lado, se decía. Se odiaba por haberlo dejado solo ese tiempo de estar prófugo dando sitio a estos idiotas para entrar en su vida a antojo, pero como era la persona que más amaba en el mundo, fue su manera de mantenerlo a salvo de Miguel. Y cada día que pasó como fugitivo se convencía que la paz no era más que una ilusoria falacia, que  quedaba en manos enemigas.

Cuando estaban yendo hacia la mesa, al parecer Guillermo recordó que él estaba allí.

__ ¿Lo estás pasando bien? __le dijo con ironía.

__ Perfecto, amorcito, ven, son amigos.

__  Tuyos, míos no hay ninguno, y no pareciera importarte que más que amigos sean tu ex, pero ocurre que a mí sí, me importa.

Consciente  de que se estaba dejando llevar por el sentimiento de injusticia, se encaminó a la cocina en busca de agua. Tenía que apagar el odio antes de que lo consumiera, mas tomó una copa tras otra de Cabernet. Al fin terminó tomando de la botella, incrédulo de oír que Joaquín Delgado, el pibe de Rosario acababa de llegar al almuerzo del día del amigo.

__No me gusta que hagas eso, Pedro, toma en copas __dijo Guillermo que entró.

Pedro asentó un golpe sobre la mesada y se dio vuelta.

__ ¿Cuál de todos besa mejor? __preguntó incapaz de ocultar su resentimiento que ya opacaba la razón.

No te da vergüenza traer a todos tus ex hoy que eres un hombre casado, que está al llegar tu hijo, con tu nieto, ¿eh?

Guillermo le obsequió una mirada plena de indignación. Respiró profundo, y Pedro lo imitó tratando de evitar un acceso de ira, su corazón latía acelerado.

__ ¿Te divierten sus conversaciones estúpidas? __continuó Pedro al tiempo que daba un paso hacia él___. ¿Te hacen sentir bien? ¿Son mejores que yo haciendo el amor?

__ No te pases, Pedro, no tienes derecho a juzgarme, hoy son todos mis amigos, es una manera de compensar que alguna vez los usé como objetos para  disimular el dolor de tu ausencia  __bramó Guillermo en voz baja __. No entiendo cómo puedes olvidarlo y actuar como si te estuviera traicionando.

___! Eres mi esposo, mierda! Antes estabas solo, no hoy __clamó alzando la voz, preso de resentimiento___. Yo no he invitado a Camila, a nadie, a Diego, no pensé que harías algo así. Toda la injusticia de años atrás pesaba en el pecho de Pedro como toneladas del plomo que empezaba a investigar y lo hundía en un abismo de intolerancia y desolación. Había pasado por una existencia impuesta, primero por su padre, luego por Miguel, por Camila, asociada a lo peor, la mancha de su nombre, de su conciencia, el hambre, el frío, la soledad. Y ahora no quería medir sus reacciones, quería herir a Guillermo, en su orgullo, lastimarlo un mínimo de lo que lo estaba hiriendo con esos tipos allí.

__Sos mi esposo, y ellos mis amigos hoy, pero no te equivocas, sí, todos en su momento besaron e hicieron el amor demasiado bien a alguien que no los amaba.

__! Mentira! __gritó Pedro e intentó rodearlo para atraerlo hacia él.

¿Qué mierda estás haciendo?

__ ¡Suéltame! __ordenó Guillermo__. Estás borracho además.

___ Un poquito __dijo haciendo el gesto con los dedos.

En contra de su voluntad Pedro obedeció, Guillermo comenzó a enumerar.

__Me abandonaste, huiste solo. Ellos estuvieron cuando el dolor de tu ausencia me consumía. Me arrebataste el derecho a decidir al fin huir con vos, y no tienes idea lo que padecí por tu culpa, creyéndote muerto, una y mil veces, lo que padecí cuando te fuiste, cuando escapaste de la balacera en el Delta. Quería morir, prefería la muerte a vivir sin vos. ¿Y sabes por qué me aferré a la vida?

Porque tenía la esperanza de verte regresar, ni siquiera por Fabián, porque pensaba que en algún rincón del tiempo, íbamos a poder tener un “esto… Lo nuestro”, un hogar, hijos, la casa que tenemos.

Pedro supo que los recuerdos también habían acelerado el corazón de Guillermo, estaba tenso, la mirada estaba irritada, pero decidió priorizar sus  emociones.

__Ve a la mesa con tus… amigos, no te prives de recordar cada día con ellos, incluso puedes contarme cómo sedujiste y le mentiste al pibe de Rosario, nunca lo supe demasiado bien. Anda ve, iré en un rato, sé libre, aunque estés casado.

Cuando Guillermo salía, Pedro bebió otro trago de vino, Gaby lo vio, se acercó cuando gruesas lágrimas abandonaron los ojos de Pedro y rodaron hasta su boca, con la vista nublada vio a la amiga y tragó para poder formar las palabras.

__Es una broma, Pedro.

__Gaby, ambos estuvimos al borde de la muerte, ¿te parece montar algo así como una broma? Me duele más que cada disparo de Camila, los había perdonado, había asimilado a esos tipos en la vida pasada de mi esposo, ¿por qué hoy?

Me está cobrando mi ausencia, yo estaba harto de ser un prófugo, nada fue justo, yo recibí los disparos, me harté de la injusticia, del dolor, del olvido. Me condenaron sin que ningún juez dictara sentencia por la muerte de Orestes, siendo inocente, Camila me baleó por amarlo, me arrebataron todo por meses.

El sentimiento de impotencia lo hizo estallar en furia, corrió al patio donde todos ya reían en la mesa, y liberó al salvaje que llevaba dentro ante la primera broma de Juan.

__Dame un beso, Guille, dale, como cuando te di un pico en tu casa y me preguntaste, ¿por qué? Porque te quiero, te dije.

 Junto con un grito desesperado, nacido de las profundidades de su garganta,  Pedro barrió la mesa con el brazo. Los platos y jarras se estrellaron contra el piso y los vidrios como Juan volaron por el aire, mientras el rostro de Nazarre que reía por sus intentos de llevarse a casa a Guillermo desde conocerlo se demudó, otro tanto la cara de cera de José al recordar cuántas veces le dijo a Guillermo que amaba a Pedro porque sería imposible. Pedro lanzó puñetes a todos y a cada uno, la ira bullía, el dolor laceraba desde las vísceras, el alcohol lo estaba dominando, el cielo daba vueltas, para cuando  cayó de rodillas, ovillado, llorando como cuando era un nene, al tiempo que  el ulular de sirenas estaban acercándose, los vecinos habían escuchado gritos, y la policía estaba llegando, en vano Beto intentó frenarlos con Marcos en la puerta, Cuca y las mujeres lloraban  contra la pared, los hombres intentaban levantarse, Guillermo quedó paralizado, no imaginó la reacción de Pedro, menos midió su dolor.

Comisaría número 34.

Pedro no volvió a emitir sonido alguno, Guillermo se dejó llevar por la policía, el resto por igual, las mujeres en vano intentaron explicar que todo había sido una broma del día del amigo, un exceso de los tantos del día, para cuando Pedro vio que Guillermo llegaba a su misma celda, y Gaby que quedó fuera de la redada, intentaba hablar con el fiscal.

__Gaby, sácanos de acá__ le pidió Guillermo.

__ Te portaste mal, Guille, pésimo, primero sacaré a Beto, luego a Marcos, al fin a ustedes, aunque Pedro no tiene la culpa, a tus ex que los defiendan sus abogados o Baunes, no moveré un dedo por ellos, te pasaste.

__ ¡Gaby!

Guillermo se volvió y vio a Pedro sentado contra la pared de la celda, lloraba compulsivamente como un niño pequeño perdido. Entonces reconoció que la vida sólo se concebía junto a Pedro.

Dejó de importarle quién fue el culpable, sabía que a Pedro le dolía también la culpa de los golpes, que no era capaz de dominar los celos, como tampoco él, mas Guillermo dejó de racionalizar y se entregó a sus sentimientos.

Se arrojó de rodillas y lo abrazó. Podía sentir el pecho subiendo y bajando, el aroma del pelo, el calor de la piel, la tibieza de sus lágrimas, y supo que estaba sufriendo y él daba su vida por acabar con ese tormento. No midió que podría arrojarlo a ese estado con la broma del día del amigo, el alcohol había hecho parte, pero no todo.

__ ¿Por qué, Pedrito? __balbuceó entre lágrimas, tocándole la frente para indagar en la mirada __. ¿Por qué no me dijiste que guardabas esos sentimientos de odio hacia ellos aún? ¿Por qué no me pediste ayuda? Yo no habría sentido miedo, ni habría jugado a celarte, te habría ayudado, porque vos sos todo para mí, tontín, ellos nunca fueron nada, creí que invitarlos calmaría en algo mis culpas, pero yo estoy y siempre estuve dispuesto a darlo todo por vos, sólo por vos.

Cuando escapaste solo, tu amor debió ser tan fuerte como para llevarme con vos.

__Yo era inocente, Guille y tú también, no tenía pruebas para demostrarlo, todos me querían muerto, Miguel, Camila, y quise protegerte, no separarte de Fabián, por momentos me dijiste que estabas cansado, y yo ni siquiera ya sabía quién era.

__ ¿Por qué entonces te fuiste?

__ Lo hice para protegerte, primero te pedí que dejaras todo y que huyéramos para siempre.

__ Y sí, y lo iba a hacer, había despedido a mi hijo, le había contado a José que me iría con un prófugo con todos los riesgos legales, nadie nos hubiese encontrado en Uruguay o en otro sitio.

__Ni siquiera quizá habríamos podido salir de Bs. As., no podía arriesgarte, y me fui solo, pero no para que te consolaras con ellos, para que dejaras nuestros lugares y te aturdieras con esos estúpidos, para demostrar mi inocencia sin arriesgarte y regresar limpio, sano, entero, como te prometí esperarte aquella noche en el Delta.

No imaginas los lugares donde dormí, la comida y el agua que tomé, nunca te hubiese arrastrado a ello, agradecí que no pasara, que los disparos impidieran irnos juntos, preferí sufrirlo solo.

Y pensé que había perdonado y superado todo, lo de ellos, con los años, con el matrimonio y los chicos, pero hoy los vi reír del pasado contigo, y en mi mente el pasado se cernió sobre el presente, me agobió, me dominó, el dolor regresó, y estallé.

Me asaltaron miles de preguntas, me llevaron a sumergirme en un océano de confusión, pensé que quizá cualquiera de ellos era mejor para ti que yo.

__Yo te creí siempre inocente, si me cubriste a mí.

__Lo sé, pero no quise convertirte en prófugo sólo para permanecer juntos. Te amo y te amaré siempre.

__ Y yo te amo, no lo dudes, todos me dijeron que lo de hoy era una locura, quise verte enfurruñado, no terminar presos  o lastimados, no medí tus heridas, perdón.

__Graziani, Beggio, vamos, están libres, agradezcan que no haya lugar para andar dejando presos a abogados, y a su socia, que de lo contrario, quedaban acá todos, por hacer papelones.

Vayan adelante a buscar sus cosas, y desaparezcan, antes que el comisario se arrepienta.

Pasamos a recoger celulares y documentos, Gaby y Beto esperaban para llevarnos a buscar el Sonic, cuando me acerqué a Pedro y le susurré.

__! Feliz día del amigo!

___! Vete al carajo, Graziani, no soy tu amigo!

__ No puedo.

__ ¿Qué?

__ Ir a ese sitio, no sé adónde queda.

___ Eres imposible, vamos a casa, los chicos espero que duerman.

Llegados a la casa, a la suite, ninguno pudo resistir la cercanía sin dejar escapar lo que llevaban dentro. Había pasado tiempo, una eternidad para dos seres que se amaban en silencio siempre.

Guillermo acarició la mejilla de Pedro, él buscó sus labios. Los rozó y enseguida se unieron en un beso cálido. Las sensaciones recorrieron el cuerpo  de cada uno, era una mezcla de angustia, miedo, celos y anhelos contenidos, un consuelo tardío y necesario.

Guillermo atrajo a Pedro para atraparlo más en su boca, recorrió dibujando los labios, los saboreó a mordiscos, indómito, le revolvió el pelo, y Pedro se acomodó en su regazo.

El dolor se había transformado en alivio, el alivio en deseo.

Las manos torpes se deslizaron por la espalda, acariciando colándose bajo la ropa, los omóplatos, trazando la columna, abrazando las caderas. Entonces el roce de sus umbrías se volvió irresistible, y empezaron la danza para aumentar las sensaciones.

 Apoyaron frente en frente, los ojos se entendieron, jadeaban, a tientas dedos intrépidos buscaron botones  de las arrugadas camisas de la batalla del día y los desabrocharon. Se deslizaron para descubrir los hombros, hambrientos libraron la lucha por besarlos al tiempo que respiraron el aroma en la piel, quemando con el aliento de fuego, los ojos eran estrellas, las manos eran de artistas, los labios eran el fuego, la piel se iba estremeciendo con el roce del aire y de la lengua,

Las manos siguieron peleando con telas, cintos, cremalleras, hasta que dejaron el pecho al descubierto, se apartaron segundos para admirar el lienzo, corredores, esquinas, ondas y cumbres. Guillermo descendió la cabeza agonizando de amor cuando las tomó entre los labios, haciendo gemir a Pedro. La imagen del rostro lo cautivó, pensó en que no debía saciar su deseo devorándolo allí, al menos debía llevarlo a la cama.

__Guille, ¿qué esperas? Hazme el amor __pidió Pedro rompiendo el dejo de tribulaciones, besándolo de nuevo olvidado de los otros, sólo deseando recuperar lo perdido, sin esperar más por el amor que durante tanto tiempo se le había arrebatado, que casi le quitaron ese día, mas la espera se desvanecía en la bruma del deseo, tocaba su fin.

 Guillermo dejó de preocuparse por el control y se entregó a la pasión que latía en su cuerpo, se ayudaron desabrochándose los cintos, elevándose para que fueran arrastrados, cayendo en la tentación de venerar desde los pies a los muslos, centímetro a centímetro, piel con piel, y Pedro dejó escapar un gemido cuando al fin Guillermo se internó en su ser, mientras su esposo emitía un sonido salvaje, único, Pedro abrió los ojos, buscando la unión de almas, al fin de vio reflejado en los de Guillermo y supo que lo amaba tanto como él.

__Te amo __jadeó acariciándole como pudo un trozo del cuello.

Guillermo cambió al oír la confesión. En la mirada de Pedro no se reflejaba más que un hombre. En sus ojos, él era el mismo de siempre. El que nació al ver su foto en el currículum.

Le acarició la mejilla, su necesidad de él crecía a medida que los movimientos y el vaivén se agilizaban en ritmo y compás.

__Puedo verme… a través… de... tus ojos __ balbuceó, enredando los dedos en el pelo que añoraba siempre.

Muy pronto el clímax azotó los cuerpos como un vendaval asolaba el río en el Delta, dejándolos temblorosos, convulsionando e indefensos, al borde del abismo, sabiendo que se estrellarían al lanzarse, como al fin lo hicieron estallando en polvo, muriendo en la inconsciencia.

__Siento… lo... que pasó __ apenas recobrar la conciencia balbuceó Guillermo.

__Somos mortales, algún día los dos moriremos, en tanto… disfrutemos de “esto…lo nuestro”.

__ ¿De verdad no quieres ser mi amigo, además de mi socio, de mi esposo, de mi mejor amante, del padre de mis hijos?

__ Tontín, más te vale, soy todo eso, y tu mejor amigo.

¡Feliz día mi amor, feliz día del amigo!

Cuando regresemos a ser dos cuerpos, te daré un regalo que había comprado cuando salí.

Además del caso que conseguí… te compré el perfume que adoro respirar.

___ Y yo el tuyo amorcito, yo el tuyo, pero quiero que bridemos con champagne, por... el día del amigo.

Te amo, Pedro.

__ Yo más, Guillermo.

¡Feliz día del amigo!

Antes del brindis, unos ruiditos en la habitación contigua… les recordaron que llevaban años casados,  y que los trillizos ya sabían o comenzaba a decir… papás.

FIN.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS.

CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES  MERA COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO.

ESCENAS EXPLÍCITAS.