jueves, 22 de marzo de 2018

"EL EMBAJADOR". SEGUNDA PARTE. CAPÍTULO UNDÉCIMO.


EL EMBAJADOR.
SEGUNDA PARTE.
CAPÍTULO UNDÉCIMO.
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Julio Cortázar. 
*El otro.
"¿De dónde viene esa mirada
que a veces sube hasta mis ojos
cuando los dejo sobre un rostro
descansar de tantas distancias?
Es como un agua de cisterna
que brota desde su misterio,
profundidad fuera del tiempo
donde el recuerdo oscuro tiembla
Metamorfosis, doble rapto
que me descubre el ser distinto
tras esa identidad que finjo
con el mirar enajenado..."
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“Ah, no chiquito, pensó Guillermo de nuevo, por sonrisa encantada que muestres, no vas a verme”.

 Lejos estaba Guillermo de saber quién sería Pedro Beggio, en y para… el embajador.

“1964.
I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,
cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente
para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.
II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina”.
*Jorge Luis Borges /

__ ¿Lo conociste, Pedro? – interrogó Moravia.

__Digamos que intenté presentarme, vaya carácter tiene el embajador,  me echó una y mil veces -adujo Pedro calmo.

__Bueno, no tienes que caerle bien  después de todo, es así como funciona tu misión __ continuó Orestes __.Es buen tipo, ya te conocerá, tienen tiempo  para ello.

__Espero que me trate algo mejor, porque años a su lado así, no es demasiado simple.
__Lo hará, tranquilo, y  no será la primera vez que te adaptes.
Vamos, que Marcos tiene un sitio para que lo saludes, y le encargues a los chicos ya que no te basta con el abuelo.


Toda la mañana para Guillermo fue una experiencia desagradable. James Stick estuvo francamente antipático con él. Al mediodía se sentía tan contrariado que no tenía ni ganas de comer, razón por la cual decidió salir a pasear en su hora de almuerzo para tranquilizarse.

“Voy desarraigando  de mi mente tu recuerdo, Silvina,  y dejando atrás ese amor  que tanto me duele. Intento olvidar esas caricias  perfectas, que me llevaban  a sentir en la piel,  el éxtasis intenso.
Dejo atrás tus ojos suplicantes por quedarme solo un rato y decido avanzar. Suelto tu mano de ahora en más,  para que te sostengas  en pie por ti misma donde sea que estés.
Hoy quiero resurgir  desde los escombros de mi alma,  que no me dejaban ver que tu amor me asfixiaba por momentos. Es hora de hacer mi propio viaje, de secar mis lágrimas  y de echarte a un rincón de mi alma.”

Frente al Instituto del Servicio Exterior lo esperaba su limusina.
__Buenos días, señor __ lo saludó el chofer__. ¿Adónde quiere ir?

__A cualquier parte, John. Demos unas vueltas.
__Sí, señor. __El auto arrancó. _ ¿le gustaría visitar el barrio de las embajadas?

__Sí, cómo no. __Cualquier cosa con tal de sacarme el gusto amargo de la boca.

El hombre dobló a la derecha y enfiló hacia la avenida Massachusetts.
__Comienza aquí _anunció al ingresar en la ancha calzada. Redujo la velocidad y fue indicándole las diversas delegaciones diplomáticas.

Guillermo reconoció la de Japón por la bandera de sol naciente en la fachada. La embajada de la India tenía un elefante encima de la puerta.
Pasaron frente a una hermosa mezquita islámica. En el jardín de adelante había gente arrodillada, en actitud de oración.
Llegaron a una esquina de calle Veintitrés y pasaron frente a un edificio blanco, con columnas a ambos lados de la breve escalinata de entrada.
__Esa es la embajada de Rumania, y al lado…
__!Deténgase, por favor!
El vehículo se detuvo junto al cordón. Guillermo leyó la placa del edificio: EMBAJADA DE LA REPÚBLICA SOCIALISTA DE RUMANIA.

__Espéreme un momento __pidió por impulso__. Quiero entrar.

El corazón comenzó a latirle con fuerza. Iba a tener el primer contacto con el país sobre el cual había dictado cátedra, el país de su abuelo, el que sería su hogar en los años venideros.
Respiró hondo y tocó el timbre. Silencio. Tanteó el picaporte y comprobó que la puerta no estaba cerrada con llave. Abrió y entró. El hall estaba a oscuras y frío. Había un sofá rojo detrás de una arcada, y a un costado, dos sillones frente a un pequeño televisor. Al oír pasos se volvió. Un hombre alto, delgado, bajó presuroso por la escalera.

__ ¿Sí, sí? ¿Quién es?
__Buenos días _saludó Guillermo con una sonrisa feliz__. Soy Guillermo Graziani, el nuevo embajador…

El hombre se dio una palmada en la cara.
__!Dios Santo!
__ ¿Qué sucede? __preguntó Guillermo, sorprendido.

__Sucede que no lo esperábamos, señor.
__Sí, ya sé, pero como pasaba por aquí…
__El embajador va a disgustarse muchísimo.
__ ¿A disgustar? ¿Por qué? Tuve deseos de entrar a saludarlo.
__Por supuesto. Por supuesto. Perdóneme. Mi nombre es Gabriel Stoica, soy el subjefe de misión. Permítame encender las luces y la calefacción. Como verá, no esperábamos a nadie.

Era tan evidente el pánico de ese hombre que Guillermo sintió deseos de marcharse, pero ya era tarde. El hombre corrió a encender lámparas y arañas hasta que el salón  quedó ampliamente iluminado.
__La calefacción va a demorar unos minutos _se disculpó__. Tratamos de ahorrar todo lo que podemos en combustible porque la vida en Washington es muy cara.

Guillermo tenía ganas de que se lo tragara la tierra.
__Si hubiera sabido…
__!No, no! No es nada. El embajador está arriba. Voy a avisarle que llegó.
__No se moleste.
Pero el hombre ya trepaba por la escalera.


Cinco minutos más tarde regresó.

__Pase, por favor. El embajador está encantado con su visita.
__ ¿Seguro que…?
__Está esperándolo.
Lo acompañó arriba. En la planta alta había un salón con una larga mesa y catorce sillas a su alrededor. A un costado una vitrina con artesanías rumanas, y en la pared, un mapa orográfico de Rumania. El embajador Radu Corbecue se adelantó a saludarlo en mangas de camisa, calzándose rápidamente la chaqueta. Detrás de él, un sirviente iba encendiendo luces y estufas.

__!Señor embajador! ¡Qué honor inesperado! Perdón por recibirlo tan informalmente, pero el Departamento de Estado  no nos avisó de su visita.
__La culpa es mía __se disculpó él__. Andaba por el vecindario y…

__!Es un placer! ¡Un verdadero placer! Lo hemos visto tanto por televisión y en los diarios que ya teníamos curiosidad por conocerlo. ¿Le ofrezco un café?
__Bueno… si no es mucha molestia.
__ ¿Molestia? ¡En absoluto! Lamento no haber preparado una recepción formal. ¡Perdóneme! Siento tanta vergüenza.

“El avergonzado soy yo. Y todo por la culpa del imbécil de Pedro Beggio que me puso de mal humor. ¿Qué se me dio por hacer esta locura? Soy un pelotudo, más que tonto. No pienso ni contárselo a los chicos. Será un secreto que llevaré a la tumba.”

Cuando trajeron el café, el embajador estaba tan nervioso que lo derramó.
__!Qué torpe soy! ¡Perdóneme!
Guillermo deseó que dejara de disculparse.
Corbescue procuró conversar pero fue un vano intento, lo cual solo empeoró la situación. Tan incómodo lo notó, que apenas pudo, Guillermo discretamente se puso de pie.
__Muchas gracias, Su Excelencia. Fue un gusto conocerlo. Adiós.
Y huyó de prisa.

__
No bien llegó a su despacho, James Stick lo mandó a llamar.

__Doctor Graziani, explíqueme por favor qué anduvo haciendo.
“Ya veo que no va a ser un secreto que guardaré hasta la tumba.”
__ ¿Se refiere usted a la visita a la embajada? Bueno, pasaba por ahí y quise saludar.
__Acá no se estilan las reuniones de amigos como en los pueblos. En Washington no se entra a una embajada de paso. Un embajador visita a otro solamente si ha recibido una invitación. Usted logró cohibir totalmente a su colega y tuve que convencerlo para que no presentara una queja ante el Departamento de Estado. El hombre cree que apareció por allí para espiarlo y tomarlo desprevenido.
__! ¿Qué?! Pero si…
__Trate de recordar que ya no es más un ciudadano particular sino el representante del gobierno de Los Estados Unidos. La próxima vez que sienta un impulso menos personal que lavarse las manos, venga a consultarme primero. ¿Está claro? ¿Queda bien claro?
__Sí, por supuesto.
Stick tomó el teléfono y marcó un número.
__El doctor Graziani está conmigo. ¿Quiere venir ya? __Cortó.

Guillermo permaneció en silencio, sintiéndose como un adolescente castigado. Se abrió la puerta y el corazón saltó a la garganta, de nuevo el mundo se detuvo, las paredes se cernieron rodeándolos, entró…  Pedro Beggio, quien lo miró más allá de las pupilas y con una sonrisa colmada de hoyuelos lo envolvió.

__Seguí su consejo y fui a afeitarme y a peinarme _dijo con desparpajo.

 James miró a uno y a otro.
__ ¿Ya se conocían? __preguntó Stick. Guillermo echaba fuego por los ojos pero no podía apartarlos de ese rostro.

__Lo encontré revisándome el escritorio, efectivamente.
James Stick, entonces los presentó.
__El doctor Guillermo Graziani. El doctor Pedro Beggio. El doctor Beggio será su subjefe de misión.
__ ¿Qué? __bramó, Guillermo incrédulo barriendo la facha de Pedro.

__El señor Beggio se desempeña en el área de Europa oriental. Suele trabajar lejos de Washington, y se ha resuelto darle destino en Rumania como subjefe de su delegación.
Guillermo se levantó del sillón como impulsado por un resorte.
__!No! __protestó __.Eso es imposible.

__Prometo afeitarme y peinarme todos los días embajador __ quiso congraciarse Pedro.

Guillermo se dirigió a Stick.
__Creí que un embajador podía elegir su propio subjefe de misión.
__Así es, pero…
__Entonces le digo que a este señor no lo quiero.
__En circunstancias normales estaría usted en su derecho pero lamentablemente en este caso no le queda otra alternativa puesto que la orden provino de la Casa Blanca.
__Vamos, doctor Graziani, que no muerdo,  hace años que trabajo en Rumania, acepte que lo acompañe.

Pedro sintió al peor enemigo de un ser humano aletear, mariposas en el estómago, y no pudo entender el porqué si ese hombre lo estaba despreciando desde verlo.

“Aquí estás como cada día  llenando de ardorosas sensaciones  ese infinito que me diste.
Aquí estás como todos los momentos  dándome verbos que escribir y reescribir  sobre el tangible lienzo de mi vida.
Cuando las pasiones se hacen carne  o cuando el fuego muere, cuando el amor nace desde lo profundo o cuando la soledad  angustiosa aparece siempre renaces...  siempre te renuevas... eres ese templo interior  en donde los sentimientos se desnudan,  en donde los vuelos y naufragios tienen el ritmo de las palabras.
Aquí estás hoy… como estuviste siempre como aquella sensación sentida  que fue revelación al descubrir en Rimbaud  el sentido de aquella búsqueda que decía: “Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos pero el amor sin límites me crecerá en el alma.”
Y ahora que tu llama flamea por sobre mis abismos. Aquí estás… como cada día... firmamento en donde se redactan mis latidos, espejo del corazón donde fluye mi universo. Pero, maldito seas Graziani,  no sé qué pienso ni siento cada vez que  tropiezo con esa mirada, con tus labios que me desprecian, y pasaremos años juntos, en el otro lado del mundo y…, cuando sepas que estuve casado con Camila, creerás que me acomodaron a tu lado. No es así.”

“Mágico arroyo  que corre en el resplandor de sus aguas cristalinas y frescas, que deambulan entre los valles como diamantes brillantes. Tú eres un símbolo de belleza, de la bondad, y de un corazón que jamás se alejará, tan gracioso que siempre estarás entre sombras y tu luz emanará en esa sonrisa.
Cuando me observas,  en ese momento me llenas de luz y me haces vibrar, porque me haces sentir el más bello arroyo que tiene la magia del mismo creador, porque en tu corazón sembró la semilla del amor, como en tu curso la magia de la victoria que llevas en tu alma, la cual vibra ante los rayos de tus bellos ojos, que llenan de alegría mi alma.
Pedro Beggio. ¿Quién eres que pienso cualquier cosa cuando en verdad no deseo verte más?”


No podía eludirlo nunca. Se topaba con él en el Pentágono, en el comedor del Senado, en los pasillos del Departamento de Estado, y siempre lo veía vestido de jeans y remera. Guillermo se preguntó cómo era que podía andar con esa traza en un ambiente tan formal.
Un día lo vio almorzando con el coronel Alberto Marini, trabados ambos en una profunda conversación.
¿Serán viejos amigos? ¿Estarán planeando algo en contra de mí? Estoy poniéndome paranoico, se dijo. Y eso que ni siquiera he llegado a Rumania.
__
“Las palabras cambian la vida de quien las lee, aunque ya no existan en el presente esas letras,  se quedan en el fondo de la mente, los  escritores podemos transmitir un sinfín de sentimientos y dejar una huella imborrable en quien ha sido nuestra inspiración, escribir hace que seamos eternos mientras exista alguien que nos dedique unos minutos de su tiempo para leernos, mientras exista un corazón que palpita mientras recuerda sus propias historias; es decir, que nuestros pensamientos tocan lo más profundo de su alma.
Nunca leerás lo que escribo sobre ti, Guillermo, no admirarás la belleza tras mis palabras ni sabrás que tu mirada me inspira a ir más allá de lo técnico.
No tengo nada que hacer con lo que me causas, sé que estás de duelo por tu esposa muerta, y yo apenas hace días que siento diferente, un bullir de mi sangre ante la presencia de lo masculino. Lo percibí en el gimnasio, rechazaba el perfume que usaba Camila, y me enloquece el aroma de hombre, el perfume y el olor a hombre, a sudor, su piel firme, su cuerpo resistente, fuerte, su cara lavada, y tú lo tienes todo, o lo imagino.
Nunca se me ocurrió que pudiera ser gay, amé a Camila, solo a ella, es verdad, pero la amaba, mas luego de verte la primera vez, despertaste esta pulsión diferente y hoy creo que me puedes volver loco, embajador, mucho más porque debo guardar distancia.
Y aunque sé tu vida, he visto a tus hijos, no puedo dejar de sentir que algo nos va a unir, aunque sea loco, aunque es inimaginable que te ame y me ames, que salgamos de la embajada, que algo pueda suceder, siento que  soy la droga que a tus poros ha destinado; como una flecha salvaje se ha lavado en tu centro, por ello me maltratas y  destila su veneno dulce,  se esparce por tus territorios más desolados, esos que se muestran inertes, a los ojos de quienes no te han visto descarozado.
Soy ese hechizo un día, mis hilos sobre ti han ejecutado su magia profética, en su destino te han enredado; soy todos los verbos que guardan el mundo y la noche, soy aquello que tu ser ha buscado desde otros tiempos, has cruzado la tierra infinita, para abarcarme hoy en tu abrazo. Soy ese tatuaje que existe  bajo la tinta invisible de tus poros exactos y todos los besos, que sobre el universo voy derramando; con idas y venidas, justo cuando el mar embravece, o las tormentas agitan sus brazos...  Así es como me despliego cual huracán
arrasando todo a su paso. Mi rostro en tus caricias  revive este amor que fuera de antaño;
huyen de mí todos los verbos  cuando tu prosa cae por mis hombros dorados,  el fuego se extiende, vertiendo su candor en mis brazos, tu voz ronca de penumbra no me ofende sino que canta mi nombre, mientras te mezclas, con mis hilos y manos.
Cae mi voz en silencio, guardando memoria, del cielo en tu abrazo”.
__
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, organizó una reunión en honor de Guillermo en la Galería Corcoran. Cuando él entró en los salones y vio a tantos hombres y mujeres de vestir elegante, pensó que se notaba que él pertenecía a otro ambiente y que desde luego su impresentable subjefe de misión  no podría estar allí. Sin duda era gente distinguida de nacimiento.
No tenía idea de lo interesante y apuesto que él estaba.
Había varios periodistas gráficos que lo convirtieron en el hombre más fotografiado de la noche. Bailó con media docena de mujeres __algunas casadas__, y varias le pidieron el teléfono. Él no se ofendió, pero tampoco sintió el menor interés, echando el hastío a que solo deseaba la presencia de Silvina,  sin atender el llamado visceral que comenzaba a sentir ante la sola mención de otra persona.

__Lo siento __ le contestó a cada una __, pero entre el trabajo y mi familia estoy tan ocupado, que no tengo tiempo para salir.

La idea de estar con otra que no fuese Silvina le resultaba inconcebible. Jamás habría otra mujer para él… y no se equivocaba.

Se había ubicado en una mesa con el organizador y su esposa. Y varias personas más del Departamento de Estado. En la conversación se intercambiaron anécdotas sobre embajadores.
__Hace unos años, en Madrid _relató uno de los invitados___, cientos de estudiantes realizaban una manifestación frente a la embajada británica, pidiendo la restitución de Gibraltar. Cuando estaban por irrumpir dentro del edificio, llamó uno de los ministros del general Franco. “Lamento profundamente lo que está sucediendo en su embajada”, dijo. ¿No quiere que le envíe más policías, señor embajador? “No”, respondió este. “Me conformaría con que enviara menos estudiantes”.

Alguien preguntó:
__ ¿No era Hermes el patrono de los embajadores en la Grecia antigua?
__Sí _se le respondió__. Y también era el protector de los vagabundos. Los ladrones y los mentirosos.

Guillermo estaba muy entusiasmado. Todas esas personas le resultaban tan inteligentes y simpáticas, que le daban ganas de quedarse allí la noche entera.
En un momento dado, el hombre que tenía a su lado le preguntó:
__ ¿Mañana no tiene que madrugar?
__No. Es domingo, de modo que puedo dormir hasta tarde.
Un rato después una mujer bostezó.
__Perdonen __se disculpó __; pero tuve un día agotador.

__Yo también _convino Guillermo. De buen tono.

De pronto advirtió un silencio extraño en la habitación. Miró a su alrededor y comprobó que todos tenían los ojos clavados en su persona.
"¿Qué pasa?” Se fijó en la hora, las tres de la madrugada. Lleno de espanto recordó algo que le había dicho Orestes. En una cena, el invitado de honor siempre se retira primero.
“!Y él era el invitado de honor!" Qué barbaridad, nadie puede irse por culpa mía.
Se puso de pie y habló con voz sofocada.

__Buenas noches a todos. Fue una velada muy agradable.
Dio media vuelta y enfiló hacia la salida. A sus espaldas, oyó que los demás comensales comenzaban también a marcharse.
__

El lunes por la mañana se topó con Pedro Beggio en un pasillo.

“No me ladres, Graziani. Hay momentos que no entiendo por qué discutimos tanto, si el llevar esto a buen puerto está en tus manos. Yo solo soy marioneta que acepta lo que hay que hacer, porque para dominarme bastarían tus besos de hombre, es lo que deseo creo.
Pídeme lo que tú quieras,  te confieso que lo haré, claro, si tú me lo pides con besos. Tus besos me volverían loco, manso cordero, ¿será su sabor a miel? o ¿será porque te quiero?
No sé por qué me sucede pero me tiemblan los huesos  cada vez que tú me mandas.
Te buscaré en mis sueños,  te cubriré de besos... Te grabaré en mi memoria,  te tatuaré en mis huesos... Te amaré como nadie,  entre mi presente  y mis recuerdos... Te escribiré mil poemas,  entre rimas y versos... Y te diré una y mil veces,  que como tú no hay dos”.

Pero lo que dijo en voz alta fue diferente.
__Me enteré de que tuvo a medio Washington levantado hasta tarde el sábado, mejor dicho ya en domingo.

El aire altanero de Pedro a Guillermo le indignó, y al tiempo unas raras cosquillas aparecieron en su vientre.
Pero pasó rápidamente a su lado, no lo suficientemente rápido como para no sentir un mareo extraño al inspirar el exquisito perfume de Pedro, para cuando entró al despacho de James Stick,  aún lo retenía.

__Señor Stick __dijo__, la idea de que yo trabaje junto con el doctor Beggio no me parece que sea la más apropiada para el buen funcionamiento de la embajada de Rumania.

El hombre levantó la mirada del papel que estaba leyendo.
__ ¿Ah, no? ¿Cuál es el problema?
__Es… la actitud de él, su presencia. El señor Beggio me resulta primero grosero y antipático. Sinceramente no es de mi agrado.
__Sí, sé que Pedro tiene ciertas peculiaridades, pero…
__ ¿Peculiaridades? Es un hombre sin modales. Yo le solicito oficialmente que se nombre a alguna otra persona en su lugar.
__ ¿Terminó, ya?
__Sí.
__Doctor, Graziani, sucede que Pedro Beggio es nuestro mayor experto en temas vinculados con Europa oriental. La tarea suya consistirá en entablar lazos de amistad con los rumanos. La mía es ocuparme de que reciba usted toda la ayuda necesaria, y esa ayuda solo puede brindársela Pedro Beggio. Sinceramente no quiero volver a oír hablar de este asunto. Como si fuera poco, el Presidente lo tienen en alta estima, es el padrino de… No importa ¿Está bien?

“Es inútil. De nada me vale protestar. Tendré que tolerarte o hacerte la vida imposible, Pedro Beggio, veremos”.
Volvió furioso a su oficina.
“Podría recurrir a Moravia. Porque él seguro me comprendería. Pero también sería un signo de debilidad mía. Tendré que encargarme yo solo de Pedro Beggio.

__ ¿Soñando despierto, Graziani?

Levantó los ojos, sobresaltado. Y se encontró con el propio Beggio plantado ante su escritorio, con una enorme pila de memos en la mano.
__Esto le bastará para no meterse en líos por esta noche _dijo Pedro, y dejó los papeles sobre el escritorio.

__La próxima vez, golpee antes de entrar a mi oficina.
Los ojos de Guillermo  atravesaron a Pedro por entero, este le ofreció lo que se le antojó una expresión desafiante.
__ ¿Por qué me da la sensación de que no está loco por mí, embajador?
Guillermo le perforó con la mirada y volvió a indignarse.
__Yo le digo por qué, doctor Beggio: porque es usted un hombre arrogante, antipático, consentido...
__Y muy guapo, además de inteligente, y… ¿qué más puedo decir de mí?

Pedro blandió un dedo sonriendo, calló lo que casi se escapara, que era el yerno de Moravia.
__Lo noto un tanto redundante.
__No se atreva a burlarse de mí. __Se dio cuenta de que gritaba __.Tal vez me falte decirle que viste pésimo.

Pedro bajó la voz hasta un volumen intimidatorio.
__ ¿O sea que yo no puedo hacer lo que hacen los demás?
¿Qué se cree que comenta todo el mundo sobre usted aquí en Washington?
“Me duele, Guillermo, pero debo de hacerlo.
Quisiera inventar una nueva forma de besarte  para ser único en tu recuerdo.  Y recorrer jactancioso las cimas de tu pensamiento  seguro yo de que tus abrazos y besos a otros
eran solo,  tan solo un alejado sueño.
Quisiera inventar una nueva forma de tocarte con susurros entre dedos en vez de silencio.
Susurros lentos y cadenciosos sobre tu piel  cual roce del cielo a la tierra  en el oriente de tu mirada. Quisiera inventar una nueva forma de mirarte.  Mirar  excavando tu silencio;
mirar  explotando tu alegría  convulsa…  sencilla… mirar y abrazar tu pena;
mirar  como en los delirios del tiempo  se espesa la lluvia en tus ojos sangre del alma.
Pero también quisiera  -si la locura tuviera pasadizo a nuestra cordura-  que nuestra faz en reposo hablara.  Y en mi más ardorosa entrega  al reino de tu nada,  mis labios, mis dedos, mis ojos, te acaricien…  A la distancia.
Te adentraste en mi subconsciente provocando sueños de ónice como quimeras que se adentran entre mis pesadillas.
Te adentraste en mi vida como caballo de Troya entre voces de ultratumba para luego asestarme la traición de tu corazón dejando mi alma abandonada en las zonas umbrías de la oscuridad de un desierto al anochecer.
Te llevaste las esperanzas que traía conmigo desde mi niñez como de cuento de duendes, dormidas.
Y me provocaste tal aquelarre de sentimientos por tu desdén que ni un océano cubrió las lágrimas del llanto de mi alma.
Yo quiero ser tu luz, y que tú seas mi sol. Yo tu emoción... Tú mi motor.
No puedo hablar en pasado, no entiendo pero  sí siento que  me estoy enamorando de ti, basta con mirar tus ojos, café  y soñarte a mi lado.
Pregúntale a mi alma cómo nos fuimos acercando, por mirar tus ojos bellos quedé prendido a tus labios aunque los uses para despreciarme, quiero inspirarme con la dulzura de tu boca que de lejos imagino sabrosa.
Quiero  inventar un verbo que haga juego con tus bellos ojos que me enamoraron,  quiero tu luz para ver mi oscuridad,  quiero emoción para prender el motor,  quiero dedicarte mi mejor noche de amor  aun desconocida para mí mismo.  Apenas te conozco y ya te extraño.
Te extraño más... y tu recuerdo respiro y el vacío de  tu presencia me malogra los sentidos en la lágrima, que inquieta, está hilando las tristezas más allá de la pureza en traslúcidos zafiros tan azules como el tiempo  que no encuentra los cimientos de la historia que escribimos  con las voces del silencio  y secretos juramentos  con tinta sangre torcidos en la roca que alimenta, que espera que le libere de los viles espejismos la única verdad. Verdad que en el medio en que estamos es un pecado, es una atroz prohibición de vida.
A veces... Te extraño menos... cuando pienso que te encuentro, cuando contemplo en mis sueños  el verdor de los caminos, príncipes, cuentos, un país libre, calles anónimas de adoquines y castillos,  espadas, caballeros, filos y perfumes asilados por perdidos  laberintos.  Estás apostado en la salida desesperado en la espera como quien no se ha rendido  para hacerme prisionero  de esos besos clandestinos. A veces... Muero un poco
al extrañarte.
El destierro te llevó a mis quebradas alas,  sus aleteos de anhelo sin vuelo, brazos desfallecientes te invocaron renovado aire para remontar vuelo. Permuta en Edén mi tierra árida, amanece con su luz sin mirar atrás sol cegado tras nubes de dudas,  las apartarás con halo de esperanzas. Infunde fe en el averno, enjuga lágrimas con los labios finos, besa pesares, enciende el rostro,   sé el Amor. Amor que llega, sana, aleja mi averno, dudas y pesares iluminando con su fulgor las sombras.”

__No me interesa en lo más mínimo lo que se diga _respondió Guillermo prendido a la mirada que se le antojaba decía lo contrario a los labios, que por primera vez pudo ver en su magnetismo y belleza… gruesos, rosados, tentadores, anhelantes, para…

“Tantos besos han sido enviados  por mis propias manos, y tan pocos labios los han recibido,
que se han agrietado, en un silencio  bien definido. Se han abierto sin besarse, como una curvatura paciente, y tienen una calidez volcánica, que penetra  en todos los sentidos calcinados.
Hay bocas  que huyen de su misma  boca, y nunca entrarán  para conocerse  en la penumbra  de los dientes. Bocas, labios, dientes, todos estarán ausentes, solamente la garganta, en plena soledad me traerá aquellos roces, que son reales  en la propia cavidad  de saberse besado, sin labios. Pero esos labios…”

__Sin embargo, debería importarle. __Se apoyó sobre el escritorio. __Todos se preguntan qué derecho tiene a ocupar el puesto de embajador. Yo, que pasé cuatro años en Rumania, puedo asegurarle que ese sitio es dinamita pura a punto de explotar más allá del asesinato de Groza, sin embargo el gobierno nombra a un señor del campo para que se ponga a dar clases con eso.
Guillermo lo escuchaba apretando los dientes, en su fuero íntimo sabiendo que decía lo que él mismo se había dicho desde el inicio.

__No puede negar que es un aficionado, doctor. Si alguien quería desquitarse con usted, debería haberlo designado embajador en Islandia.

Guillermo perdió el control. De un respingo se puso de pie y le pegó una trompada.
Pedro Beggio suspiró, pero echando chispas por la bella mirada, que Guillermo no supo si era ira, dolor, las dos cosas u otra.
__Se ve que siempre tiene una respuesta lista, eh? _dijo.

Lo siento, tenemos que vernos en una recepción en la embajada de Rumania, Graziani, ya luego quizá por unos días se pueda liberar de soportarme.
Le dejo los papeles, doctor.
__!Pedro!
Iba disculparse, pero él ya se había marchado.

“Tu ausencia congela esta primavera y el invierno lo vuelves primavera con el fuego del silencio, tristes campanas tocan en anunciar un funeral, la soledad llora desconsolada, ha perdido el amor a su amor, no pueden ver sus ojos,  se empañaron con el agua de mar salada que desbordan las dos ventanas de su alma, un nudo en su garganta lo atrapa sin poder respirar,  un grito de lamento pronuncia su voz y grita y grita el nombre de su amor sin contener tanto dolor en el alma, preguntándose una y otra vez ¿por qué? ¿Por qué? Sin encontrar respuesta a su alma torturada, atormentada sin su amor que lo mató en vida, congelando su corazón con su ausencia”.
“Hoy poso mi alma en ti,  mi destino no puede seguir sufriendo más calvarios,  que me lleve la muerte si es mi momento,  pero yo sin tus besos no muevo mi alma de tu pecho,  ya cansado estoy de ser parte del universo y solo tenerte en mi mente,  hoy poso mi alma en ti,  en tus dulces besos de miel de romero,  no huyas, no temas,  si tiemblas que sea de deseo,  no huyas mi amor que la noche llega y nuestros cuerpos volverán a unirse,  no temas mi vida,  ahora hay amor,  ahora hay olvidos,  despierto de otro sueño,  no estás,  vuelvo a posar mi alma en ti,  hoy vuelvo a comenzar a soñar en lo sublime de tus labios,  Guillermo“.
__
La tarjeta decía. “El Embajador de la República de Rumania tiene el agrado de invitarlo a la cena de gala, que se ofrecerá a las 19:30 horas en los salones de la embajada, calle 23.N: O: 1607. RSVP”.

Guillermo recordó la vez que se presentó en la embajada y el tonto papel que hizo. Bueno, no volverá a sucederme. Eso ya lo superé. Ahora soy del ambiente de Washington.
Se puso un esmoquin de Dior nuevo que había comprado, gemelos de oro, zapatos negros a juego, y el pelo lucía impecable, la imagen que le devolvió el espejo y la opinión de sus hijos hicieron el resto, estaba despampanante, según Malena.
__Estás más bueno que un actor de cine, papá, despampanante__ lo elogió Malena.

__ ¡Qué facha, viejo! _acotó Fabián.

Guillermo los abrazó.
Gracias queridos. Ustedes dos pueden cenar en el comedor y luego suben a ver televisión. Yo no creo que vuelva demasiado tarde. Mañana vamos a ir a visitar la casa del presidente Washington, en Mount Vernon.

__ ¿De verdad? __se entusiasmó Fabián.

__De verdad hijito.
__Que te diviertas, papá _dijo Malena besándolo.
Sonó el teléfono. Era el empleado de mesa de entrada.
__Señor embajador, el señor Stick lo espera en el hall.
Me habría gustado poder ir solo. No necesito que ni él ni nadie me cuiden para no meterme en un problema.

___
La embajada presentaba un aspecto totalmente distinto de la vez anterior. En la puerta los recibió Gabriel Stoica, el subjefe de misión.

__Buenas noches, señor Stick. Un gusto de verlo.
James Stick señaló a Guillermo con un gesto de la cabeza.
__Quiero presentarle a nuestro embajador en su país.
__Mucho gusto, señor. Vengan conmigo, por favor.
Cuando iban cruzando el pasillo, Guillermo advirtió que todas las habitaciones estaban bien iluminadas y caldeadas, desde la planta alta llegaban los acordes de una pequeña orquesta. Había jarrones con flores por todas partes.
El embajador se hallaba conversando con unas personas cuando vio que se acercaban Stick y Guillermo.

__Ah, buenas noches, señor Stick.
__Buenas noches, embajador. Permítame presentarle a nuestro representante diplomático ante Rumania.
Orbescue miró a Guillermo y habló con voz sin matices.
__Me alegro de conocerlo.
Guillermo esperó algún mínimo guiño de ojos, que jamás le llegó.

Había un centenar de invitados. Los hombres vestían como él mismo esmoquin y las mujeres llevaban hermosas prendas de diseñadores tales como Givenchy, Oscar de la Renta y Louis Esteves. A la mesa larga que había visto en la planta alta la vez anterior se había agregado media docena de mesitas chicas alrededor. Camareros de librea recorrían el salón ofreciendo champagne.

__ ¿Quiere tomar algo? __le dijo Stick.

__No, gracias. No bebo __mintió Guillermo, aunque tomaba algo de buen vino y whisky de noche.
_ ¿De verdad? Es una pena.
Guillermo lo miró.
__ ¿Por qué?
__Porque es parte de su trabajo. En todas las recepciones diplomáticas a las que asista habrá brindis y si no bebe, ofenderá al anfitrión. De vez en cuando debería tomar algún sorbo.
_Lo tendré en cuenta.

Paseó la vista por el salón y vio a Pedro Beggio, aunque al principio, no lo reconoció. Tuvo que admitir que parecía un galán de cine con ropa de etiqueta, demasiado buen mozo se dijo. Aferraba con un brazo a una rubia despampanante, y esta daba la impresión de que en cualquier momento se quedaría sin el vestido.
“Ordinaria aunque preciosa. Ideal para el gusto de él.
¿Cuántas amiguitas estarán esperándote, Pedro en Bucarest?
Un retortijón casi lo obligó a llevar la mano al vientre, la ira bulló sin motivo en las venas.
¿Sin motivo?
Entonces recordó las palabras que él pronunció: No puede negar que es un aficionado, señor. Si alguien quería desquitarse con usted, debería haberlo designado embajador en Islandia. El muy hijo de mil putas.
Guillermo vio entonces   que el coronel Marini, de uniforme de gala, se adelantaba. Pedro se disculpó ante la rubia y fue a un rincón a conversar con Alberto.
A estos dos, voy a tener que vigilarlos”.

Como en ese momento pasaba el camarero ofreciendo Champagne, Guillermo resolvió que, después de todo, una copa iba a beber.
James Stick lo observó apurar la bebida.

__Bueno _dijo __; ya es hora de empezar la recorrida de trabajo.
__ ¿Qué?
__Muchos negocios se concretan en estas fiestas, casualmente para eso las organizan las embajadas.
--
Guillermo sentía la mirada de Pedro casi palpable en cado sitio y postura, rogó que no le tocara sentarse al lado de él en la cena, y felizmente se le concederían sus deseos. Pedro tenía asignada otra mesa, junto a la rubia semidesnuda, que para muchos aún era su esposa.
A punto estuvo de pedir otra copa, cuando se acercó Orestes Moravia, no por el afable saludo de siempre.

__ Ya sabes que mi  yerno es tu subjefe de misión _acotó Orestes al paso.

__ ¿Qué?
__Perdón, es la costumbre, como lo es que Camila lo acompañe, mi ex yerno, se divorciaron hace poco.
__ ¿La rubia es tu hija?
__Sí, Pedro aunque no lo parezca es tímido, no vendría a estos sitios con alguna desconocida, y como no todos saben de su divorcio, Cami, se coló, ella fue la que quiso acompañarlo, es casi la despedida, no creo que vuelva a verlo…  por años.

“A veces no me reconozco cuando me veo frente al espejo, veo mi imagen y aunque sigue siendo el mismo de ayer, ese hombre que se refleja ahora es fuerte, decidido y además disfruta la vida, quién lo iba a decir que después de que mi corazón estaba roto, encontré muchas razones para querer enmendarlo y entre tantas encontré tus palabras.
¿Por qué antes de desnudar nuestros cuerpos no desnudamos nuestras almas, Pedro?
¿Por qué por vez primera no dejamos que la verdad nos haga libres?
¿Por qué hacernos daño con mentiras?
Buscando pretextos para no gritar lo que sentimos. Si al volver a vernos nuestras miradas lanzan petardos de amor del uno al otro. Nuestros cuerpos tiemblan de placer aun sin tocarnos  como jamás he sentido con Silvina, como nunca imaginé sentir… por un hombre.
Nuestras mentes solo sueñan con poseerse.
¿Por qué la cobardía nos hunde en el abismo de la nostalgia?, si esta noche te trajo la fuerza y el deseo de decirme cuánto me amas. Y decidí verte tan solo para tenerte. No amas a la rubia, es  tu ex, y Silvina ya no está.
¿Por qué no escuché que me amas en las palabras que hieren y te pegué en lugar de decirte que eres precioso, así o con los jeans?
 Inventamos terceras personas para evadir lo que lo que sentimos porque no se puede
¿Por qué decir tanta mentira que duele y ese esconder al amor que mata?
¿Por qué no dejar que fluyan esta furia de pasión y el sentimiento que emana el corazón?
¿Por qué nos lastimamos, por qué no nos entregamos, por qué no lo vivimos?
Volvieron las mariposas a anidar en mi vientre,  sensación que hacía tiempo había olvidado , hoy al verme en tu mirada volví a sentir que el amor nunca se fue, que siempre estuvo aquí conmigo , acompañándome en cada instante en cada momento .
Descubro nuevas emociones que le dan vida a mi existir, tu llegada es justo en el momento  menos indicado. No encuentro todavía explicaciones pero siento esa emoción desbordante que habita en mi vientre y no puedo negar.
Mis mariposas se encuentran alborotadas hoy,  cuánto tiempo dormidas estuvieron , hoy se encuentran felices desde el momento que llegó ese aroma de amor, el amor que le da brillo a mi rostro, mis ojos reflejan nuevo brillo,  aquel brillo que un día se opacó, aun antes de la muerte de Silvina.
No hay explicación para para este amor que siento, solo sé que siento ese cosquilleo que hace mucho dejé de sentir, mis mariposas despertaron después de un largo sueño, vienen cubiertas de ilusiones, creo que esta vez se quedarán por siempre…  así lo siento.
Volveré a sonreír, el silencio que alguna vez llegó hoy se marchará y vendrán momentos de grandes emociones, emociones que viviremos al ritmo de nuestros sentimientos,  ya nada opacara este amor, alimentemos estas mariposas que alborotadas están.


Si nos sentimos, si nos permitimos soñar, si lo sufrimos.
 No puede estar sucediendo, no debe de ser, no puede ser”.


__Pedro, ¿me lo vas a presentar?
__No lo sé Camila, veremos. Ya casi me he despedido de él.

“Y es que debería ser ilegal despedirnos, pues no sé qué duele más, si decirte adiós, o verte partir. Si tu frialdad que me consume, o tus palabras que me confunden, cuando dices que no  me soportas y siento que no quieres que se nos acabe el tiempo.
Debería darte la pena máxima, por no darme un beso que me robe el aliento, uno que me diga cuánto me vas a extrañar.
Un beso que selle lo mejor de nuestros encuentros juntos, sí, uno que despierte la pasión, te juro que pago la condena si ha de ser un delito, necesito sentir el calor de tus labios junto a los míos.
Qué más da, entrégate, o es que acaso no te has dado cuenta que he puesto todas las armas letales que tengo en tus manos, asesíname ya de una vez, por Dios, mira que el chaleco anti balas ya no lo traigo puesto, estoy a tu merced, sin armaduras, esperando que rompas el silencio.
Yo tengo la necesidad de que tus labios me confirmen con un beso lo que me dices, yo tengo la urgencia de derretir el témpano de hielo que nos separa, que no nos deja ser, que no me deja entender si lo que sientes por mí es real, si es odio o amor, tan real como son estas ganas de pagar renta en tu boca, esta ansiedad que en las noches no me deja dormir, estas benditas ganas de  no tener que irme en horas, de que te quedes junto a mí, estas ganas de pagar a tu lado, una cadena perpetua”.
__
__Pedro, ¿estás loco? _dijo Alberto en un susurro, estás equivocado, no puedes.

__ No puedo contárselo a nadie más, Beto. No lo quise, no lo supe, no lo imaginé
Siento que la vida  decidió algo por nosotros, que seríamos solo uno, que cuando amas no existe nada más que te separe.
Cuando amas  eres complemento de esa persona especial a quien llamas siempre amor, cómo podemos ser tan diferentes y  así estar amándonos tanto.
Es posible que el mundo necesite de un equilibrio para poder subsistir, como el día y la noche como lo bueno y lo malo, como tú y yo  diferentes, pero nos necesitamos. Cuando amas, solo somos dos seres hechos de amor, que nacieron  para encontrarse en este gran mundo, que se hizo diminuto para juntarnos y así poder enamorarnos. Cuando amas eres solo uno,  eres luz, eres amor,  eres sol  o luna,  eres todo lo que has deseado, eres inmensidad.
__Como quisiera que me pasara, nunca me enamoré, pero me gustan todas, las mujeres, a ti también.
__No. Amaba a Camila que es diferente, la quiero, es la madre de mis hijos. Ya te vas a enamorar y entenderás.

No fue una simple mirada, aquella era una invitación para entrar a su abismo. Sentía vibrar las paredes de mi alma,  mientras mi cuerpo parecía  desvanecerse por completo, no pudiendo soportar la intensidad que ella reflejaba.
Y yo, que me creo suficiente para enfrentarlo todo,  esta vez solo quería correr,  correr para salvarme, y a la vez solo deseaba ser devorado por sus inmensas llamaradas.
__Qué lío, hermano, espero que estés equivocado, porque esto recién comienza, sabes que no se puede, que no se acepta, no en tu carrera, en la de él, además, acaba de enviudar, y estaba enamorado de la mujer.
__Y yo de Camila, Beto, hasta hace cinco minutos, yo estaba enamorado de Camila. Lo sé, lo sé todo, no puedo sentir ni dejar de hacer lo que me provoca… el embajador.

LIBRO DE ANCLAJE SIDNEY SHELDON. El Capricho de Los Dioses.
CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.
LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.


19 comentarios:

  1. Flora Qué bueno.Feliz jueves estimada Eve monica Marzetti
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  2. Patricia, Wau, juntos al fin, qué bueno. Muchísimas gracias

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  3. Veritoo, uy, me encanta. Gracias linda Eve Monica

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  4. Julissa Muchas gracias linda Eve Monica Marzetti siempre es un honor leerte,

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  5. Carolina Divino. Buenas noches Eve, feliz descanso cielo.Besos.

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  6. Guau Eve..Se puso buenísimo...Como siempre, vos ya lo sabés, muero por el momento en el que el amor no puede más que mostrarse...El flechazo ya fue, y vaya que los atravesó a ambos...

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  7. Viviana Veronica RojoDiaz Muy bueno gracias 😍

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  8. Laura Mora Gracias Eve Monica MarzettiMarzetti.un beso
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  9. Veronica Lorena Piccinino un capitulo brillante Eve... Guillermo y Pedro juntos son dinamita pura. Gracias.

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