NAUFRAGIO. CAPÍTULO DOCE. PARTE UNO.

 

NAUFRAGIO. CAPÍTULO DOCE.  PARTE UNO.

Bs. As., domingo 07 de noviembre de 2014.

___ El amanecer  del domingo encontró a Camila en brazos de Manuel, en su departamento, en su cama, vestidos pero abrazados y apenas abrir los ojos, para él fue el sueño realizado aunque todavía no se hubiese consumado.

Permaneció contemplándola con adoración, separando las mechas de cabello rubio para ver cada detalle de ese rostro que se le aparecía en cada rincón del tiempo desde que la conociera.

 Cuando apenas la rozaba con sus labios ella despertó y apenas verlo pensó en Pedro, y Manuel en sus ojos lo supo.

… Cami, soy Manuel, estás en casa, no te asustes hermosa.

___ Camila se incorporó de inmediato tomándose la cabeza con las manos, le dolía, no recordaba nada,…, se sentía sucia, culpable.

…. ¿Manuel, qué hago acá, cómo he llegado a tu cama, qué mierda significa esto?

…. Tranquila, hermosa está todo bien, no pasó nada, estás vestida, ¿ves?

…. Sí, pero en tu cama, ¿es tu departamento?

…. ¿Qué es lo último que recuerdas?

… Que estábamos en el boliche, bailando y…, nos besábamos.

…. Tomaste un poquito de más, sí, todo eso sí sucedió, me alegra que lo recuerdes, no podía llevarte a tu casa porque apenas  te mantenías en pie y no quise llamar a Pedro.

Camila, mírame. Jamás me aprovecharía de una mujer porque haya tomado de más, mucho menos de la mujer que amo.

… ¿Entonces, qué pasó?

… Te traje acá, y nos acostamos vestidos, nos dormimos hasta recién, hace minutos que acabo de despertar.

… ¿Entonces, entre nosotros,…?

… No hicimos el amor si es lo que deseas confirmar, pero es verdad que te amo, es verdad que nos besamos hasta el delirio. Y es verdad que voy a pelear por vos y por tu amor.

… Basta Manu, soy la mujer de Pedro, esto es una locura.

…. Eso ya lo habíamos hablado.

Voy a preparar café y el desayuno, si quieres puedes darte una ducha, ponerte una camisa mía, o tu ropa, pero antes de correr hacia él te pido una oportunidad.

…. ¿Qué oportunidad?

… Que pasemos el domingo juntos, que me dejes llevarte a pasear. Si luego sigues pensando en que mi hermano es tu destino, te prometo desaparecer de tu vida.

… Me voy a duchar, creo que lo necesito, y también el café.

___ En la clínica Guillermo y Pedro le pasaron la guardia a Alberto, apenas podían disimular la situación, aunque el dolor de Pedro cada vez que hablaban o veían al niño en terapia empañaba  la alegría del amor.

…. Pedro, pero ¿por qué estás así?

… Alberto, siéntate. Quizá a la noche regrese porque necesito hablarte, a Gaby, a todos en verdad pero a ustedes primero.

… ¿Qué pasa Guille?, vos también estás raro, y desde hace días. Sabes que yo veo antes que otros.

… Lo sé, y sí, estoy muy raro, me siento otro. Pero dos cosas quiero decirte ya, frente a Pedro.

La primera, es que Pedro tuvo un ataque de pánico con el caso del niño, porque fue un chico maltratado por su padre.

…. ¡Uy!, lo siento, pero, ¿por qué?

…. No importa ahora eso Beto, tiene cicatrices, físicas y emocionales. Igualmente eso no afectó para nada su desempeño a la hora de operar.

.. ¿Y la otra cosa?

…. Bueno, la otra es un milagro. Vos miraste el currículum de Pedro, sabes que nació en Kenia.

.. Sí, en la zona del naufragio de tus padres.

…. Pedro,…, mejor dicho el padre de Pedro, el mismo capaz de pegarle hasta dejarlo inconciente, también fue la persona que le salvó la vida a mi madre, Mirna está viva Beto, mi madre vive en casa de Pedro en Kenia desde hace cuarenta años, y en días regresará a Bs. As. Pedro me devuelve a mi madre, sin saberlo hasta que hablamos en la entrevista, él estaba enviándole un pasaje para que regresara.

… No lo puedo creer. Por Dios, cuéntame. Todo, Gaby vendrá en un rato, quiero poder decírselo.

… Te contaremos todo, pero ojo, Fabián, nadie lo sabe todavía, no sé como voy a manejar la situación en el contexto en que se dará el regreso de mi madre.

… ¿Qué contexto?, Fabi estará feliz, es su abuela.

… Beto, hay una buena parte de mi vida, de mi historia que nadie conoce, que quizá nunca hubieran sabido,…, de no ser por la llegada de Pedro. Pero de ello te hablaré después. Ahora solamente te contaremos de Mirna.

…. Manuel, ¿está bien esta ropa?

… Perfecta hermosa, lleva algo de abrigo por las dudas.

… ¿Con este calor?

…. Ya sabrás el por qué.

… Manu, tengo que llamar a Pedro, tengo una llamada perdida suya.

… Luego Camila, cuando regresemos, a la noche si todavía lo deseas. ¿Una sola llamada en dos días te parece importante?

…. ¿Qué quieres decir?

… Ya sabes, ya te lo dije.

… Nada, salta el contestador. Podría llamar a Manuel y saber pero algo me dice que estaremos seguros, vamos amor, Camila no aparecerá.

… Llama a tu hermano precioso, por favor.

… Está bien, si te quedas más tranquilo lo  haré.

…. ¡Hermano!, ¿todo bien con Camila? ¿Salieron?, la estoy llamando y me salta el contestador.

…. Todo bien Pedro, se quedó sin batería su teléfono, mira hermano, no la esperes hoy, la he invitado a pasear por el Delta, ella te llamará luego si lo desea.

… Está bien, me alegro, Manuel, lo que te dije sigue en pie más que nunca, gánate su amor, yo no la merezco, no es para mí, no la amo.

… Lo sé Pedro, por ello no quiero dejarla ir. Beso.

… ¡Qué valiente sos, qué admirable!

… Honesto, la quiero con el alma, lo sabes, deseo lo mejor para ella. ¿Vamos?

…. Vamos.

___ Al llegar al departamento Pedro intentaba nervioso encontrar las llaves de la puerta principal. La mirada de Guillermo era tan intensa, tan endiabladamente sexy que sentía que podría perderse en sus profundidades si lo miraba y al verlo se estremeció con la alegría reflejada en la sonrisa que le regalaba... Mientras intentaba abrir la puerta Guillermo se inclinó y Pedro pensaba que buscaba el beso, pero no, solamente le inspiraba el pelo y el cuello inhalándolo en profundidad.

…. Sos riquísimo Pedro, y una chispa de humor asomaba en sus ojos.

¿Vas a invitarme a pasar o me vas a enviar  a casa por ser técnicamente tu jefe?

… ¿Debería?

…¿Vos que crees?

… Que no puedo, que antes prefiero renunciar a que lo sea, a lo que no puedo renunciar es a que seas mi hombre,…, para siempre.

Pedro sonrió al abrir la puerta, aquello parecía una ensoñación, un delirio, una ilusión pero ya se habían amando, era real, existía y pasarían juntos su primer día completo.

… Pasa,…., es raro ver a Guillermo Graciano en mi departamento. Parece demasiado pequeño para ti.

___ Pedro se sentía adulto pero tímido, solamente lo observaba mientras se paseaba por el estar. Verlo allí en su departamento era reconfortante, milagroso, excitante, más que reconfortante, lo amaba y sintió que su corazón se expandía exaltado de júbilo y que su mente se iba embriagando en ese hombre, en su presencia, en su esencia, en su aroma que ahora sí estaba realmente a su lado, en él, incrustado en su piel para siempre.

Guillermo examinaba cada cosa, cada rincón.

… ¿No te gusta?

… Me encanta, es bonito, pasa que quiero ver cada detalle, en ellos conocerte,…, tus gustos, tu criterio, tus elecciones, tus emociones, tu sensibilidad, tu vibración, tu energía…. Esas velas por ejemplo dicen mucho. La biblioteca.

… Estoy recién instalándome, faltan cosas, ¿podrías ayudarme con ella?, incluso traer alguna de tus ficciones para cuando…

… ¿Para cuando,…?

…. Para cuando te quedes acá.

… ¿Crees que estando acá a tu lado me voy a poner a leer? En todo caso compraría otra clase de novelas en lugar de policiales.

___ Los vivaces ojos negros descansaron en los marrones.

… ¿Quieres algo de beber? ¿Desayunamos otra vez?

…. No. Solamente un café, ya casi es hora de almorzar

“¡Dios!, si ya hicimos el amor, ¿por qué estoy tan nervioso?

…. ¿Qué te gustaría hacer Pedro?

___ Guillermo le hablaba con dulzura caminando hacia él ardiente.

…. Porque yo sé lo que deseo hacer.

___ Pedro caminó hacia atrás y chocó con la mesada.

…. ¿Tomamos el café?

…Sí.

……¿Qué pasa,…, estás preocupado?

…. No, hoy al menos no quiero estarlo. Me asiste el derecho de disfrutar de un día de mi vida.

Te miraba, te admiraba, te aprendía, te dibujaba, te reconocía, y en vos a mí mismo luego de tanto tiempo de ausencia y de soledad.

…. ¿Y te sientes a gusto con estar encerrado acá?

…. ¿A gusto? Cuando te dije que me encerraras acá y en tu vida hablaba desde lo más profundo de mi ser, es lo que deseo con el alma si fuera factible. Escapar, de todo y de todos y quedarme encerrado para siempre con vos.

Pedrito, hace un mes no nos conocíamos, hasta entonces era un autómata, un robot cumpliendo funciones biológicas y para los demás. Respirar, dejar latir al corazón, levantarme para eso, ducharme, desayunar con mi familia hablando de nada, ir a trabajar,  hacer caso a las pulsiones y tener sexo sin amor, mintiendo, omitiendo, inventando, una esposa, un amante, jugar con mi nieto,…, lo más real quizá o parecido a una vida, Guillermito.

Eso era antes de vos. Ver pasar vidas ajenas, a mi hijo lo adoro pero su vida no es la mía, aunque él y Valeria sean felices, mi vida seguía hueca, vacía, sin sentido ni eje ni dirección ni propósito. Todo eso llegó con vos, me devolviste la vida en un instante, te respiré y sentí el aire nuevamente, tu corazón galopó al acercarme y el mío volvió a latir, mi  capacidad de asombro regresó de un larguísimo periodo de anestesia, mis emociones se dispararon a mil por hora, me acordé que podía sentir, y descubrí que el Amor existía. Todo eso sucedió el 22 de octubre en un árbol de los bosques de Palermo, todo eso lo provocaste vos apareciendo allí.

Necesito un renacer, volver a iniciar mi vida, en plenitud, con vos.

… ¿Y las normas? Amor, eres muy conocido, tienes un puesto importante.

… Sin normas precioso, nada de normas. No sé como se darán las cosas,  no lo sé.

.. ¿Ninguna norma? Pero tú necesitas algunas cosas, muchas cosas en verdad.

… Te necesito mucho más a vos. Mi vida ha sido un infierno. Las horas en que me planteaba reanunciar a vos para no hacer daño fueron un infierno.

Todo me dice que te deje marchar, que no te merezco, pero no puedo, ya no puedo.

Soy un hombre egoísta. Te  esperé desde que nací en esta vida, mal, equivocadamente pero te estaba esperando. Te amé desde que te percibí, antes de verte, te deseo a cada instante con desesperación, con el alma y con el cuerpo. Sos exquisito, sincero, cálido, bello, inteligente, fuerte, seductoramente inocente, la lista es infinita. Y te quiero en mi vida para siempre. Me tienes cautivado, hechizado, emocionado,…, te deseo e imaginar  que te posea otro, es como sentir que un cuchillo hurgara en mi alma oscura.

…¿Que dices? ¿Por qué piensas que tienes un alma oscura? Yo nunca lo diría. Triste quizá, pero eres un hombre bueno, inteligente, amable, generoso,.., la lista también es interminable. Nunca me has mentido. Y si lo de recién no fue una declaración de amor, no sé qué fue.

…. ¿Te gustaría comer algo?

…. Sí, a vos, de todas las maneras.

___ Pedro sintió que su cuerpo se tensaba  de la cintura hacia abajo, solamente su voz bastaba para seducirlo, pero esa mirada, esa mirada hambrienta de deseo urgente,… ¡Dios!, lo hacía temblar.

___ Guillermo estaba de pie enfrente, sin llegar a tocarlo. Bajó la vista, las miradas se encontraron y el calor que irradió por los cuerpos los inundó, los arrasó devastándolos a su paso. Y un ardor sofocante los aturdía, las piernas no los sostenían, y el deseo les recorría las vísceras.

… Te deseo Guille. No quiero hablar de comida.

… Tienes que comer.

…. La verdad es que ahora no tengo hambre… de comida.

…¿De qué tienes hambre?

…. Creo que ya lo sabes.

… ¿Quieres que te bese?

… Sí.

… ¿Dónde?

… Por todas partes, recórreme, descúbreme, devórame, bébeme, hazme delirar, hazme el amor Guille, acaríciame, por favor.

___ Estaba tentadoramente cerca, su aroma era embriagador… Pedro alargó la mano y Guillermo se apartó.

…No, no.

…. ¿Qué?

….No… vuelve.

…. NO.

…¿Nada de nada?, Pedro no podía reprimir el anhelo de su voz, pasándose la mano por el pelo.

… No es mala idea amarte  en forma continua. ¿Dónde está tu dormitorio?

… Allí, el mío y el que tengo preparado para Mirna.

… Bueno, vamos a comer algo.

… Creía que íbamos a amarnos. Guille, quiero acostarme contigo, sentirlo todo, aprenderte y aprenderlo todo, dejarte hacer y aprender a hacerte todo... Me has hecho el amor una vez, con dulzura, sin prisa. Recuerdo mi cuerpo arqueándose, anhelante bajo tus manos expertas. Eres un amante excepcional, de eso estoy seguro y deseo aprender a serlo para ti, claro que no tengo con quién compararte.

… Lo sé. Y espero que nunca lo tengas ni desees compararme.

… No, por supuesto que no.

___ Guillermo se le acercó, lo tomó de las manos, lo atrajo, estrechándolo contra él mientras Pedro temblaba en esos brazos como el primer día.

…. Vos tienes que comer y yo también.

___ Guillermo murmuraba en sus labios con mirada profunda y ardiente.

… Además la expectación es la clave de la seducción, y en verdad estoy muy interesado en posponer la gratificación.

…¿Desde cuándo ese interés? Ya me has seducido y deseo mi gratificación ahora.

___ Guillermo lo besó en la frente y lo dejó.

… Después de almorzar nos sentiremos mejor.

… Lo sé.

___ Guillermo se derretía por la carita adorable que le estaba poniendo, y mientras, se miraban fijamente, Pedro ardiente, anhelante, y él, relajado, divirtiéndose por primera vez.

… Podría cocinar algo,.., pero tendremos que ir de compras.

.. ¿Cuánto hace que no vas a un supermercado?

… Perdón, te dije que me estaba instalando, había comprado algunas cosas esenciales y luego entre el examen y lo demás se me pasó.

… Bueno, vamos a comprar. Es parte de lo que deseo hacer con vos. De ese todo que quiero empezar a vivir con vos. Además, necesito no regresar a casa, por nada quiero que algo me retenga allí, y tampoco  puedo mañana ir a la clínica con la misma ropa.

Voy a comprarme algo y dejo esto acá, ¿puedo?

… Claro amor, es tu lugar.

…. Vos sos mi lugar desde anoche, mi hogar, mi puerto y mi barco, mi refugio, mi oasis, mi todo, vos.

___ Fueron al supermercado por comida y vinos, por la ropa de Guillermo y regresaron con urgencia.

“Graziani, te deseo como te recuerdo de anoche pero en mi cama y te me estás haciendo el difícil, quizá debería hacer lo mismo contigo”

___ Entraron con las bolsas.

…. Se te ve muy acostumbrado a tareas domésticas para ser jefe de servicio.

.. Me gustan, me gusta cocinar. Me relaja luego de una guardia, aunque nadie me había acusado de ello como vos.

.. A mí no, y no sé hacerlo.

___ Guillermo dejó las bolsas en la cocina y tomó los labios gruesos fabricando una trompita para succionarlos y besarlos sin permiso, antes de apartarse para ir a acomodar la ropa.

___ Pedro comenzó a acomodar las compras, sacó una botella de vino mientras Guillermo le preguntaba por el sacacorchos.

…. Este sitio es nuevo también para mí todavía, creo que lo puse en el último cajón.

Esto es muy normal ¿no?

… ¿Normal?

.. Dos personas que se está conociendo, que se disponen a cocinar para comer juntas. Y, sin embargo, es tan raro. Hemos hecho el amor y aun así apenas nos conocemos.

… ¿Eso piensas de verdad?

___ Guillermo se quitó el saco dejándolo en el perchero, se desabotonó la camisa arriba y se soltó los puños para cocinar o ayudarlo.

… Es poco lo que te conozco, en realidad, al menos en tiempo es nada.

… Me conoces mejor que nadie Pedro.

… No creo que eso sea verdad.

… Es verdad. Pasa que soy una persona muy cerrada, pero te aseguro que he hablado y confiado más en vos que nunca en nadie.

… Y yo.

…. ¿Quieres un sorbo de vino?
… Bueno. Luego déjalo en la heladera.

… ¿Te viene bien un pollo al horno con ensaladas?

… Perfecto, me parece perfecto. Mi especialidad son las pastas pero ahora mismo llevaría demasiado tiempo hacerlas.

… ¿Te ayudo?

…. No hace falta,…, siéntate, eres mi invitado.

…. Me gustaría ayudarte.

.. Y yo puedo hacer una ensalada solo, pero si quieres.

___ Se miraban, se anhelaban, se pensaban, se absorbían, se inhalaban, se perdían, hasta que Guillermo dejó el cuchillo, apagó el horno y colocó el pollo en la heladera.

…. Creo que tenías razón precioso. Creo que comeremos después.

___ Su voz era suave y seductora y se quedaron inmersos el uno en el otro, perdiéndose en la mirada, embebiéndose en ella el uno del otro… cargando el ambiente de energía y de luz, las chispas estaban  a punto de saltar, sin que ninguno dijera nada, solo mirando al otro.

El deseo de uno por el otro los dominaba incendiándolos, robándoles el aire, inundándoles el ser y en el espejo del otro veían las reacciones reflejadas, en los ojos, en la mirada del otro.

Sin aviso Guillermo lo tomó de las caderas y lo arrastró hacia él, hundiendo los dedos en el cabello y reclamando la boca que ya era suya. Lo empujó contra la heladera, y vagamente escucharon el quejido de las botellas y tarros del interior, mientras las lenguas se encontraban en la búsqueda y uno jadeaba en la boca del otro. La mano del cabello le echó atrás la cabeza mientras el beso se hacía salvaje y desesperado.

… ¿Qué deseas hermoso?

… A ti, en mi cama, ahora y para siempre.

… Es lo mismo que deseo yo.

____Guillermo lo soltó, lo tomó en sus brazos y deprisa y sin esfuerzo aparente lo llevó al dormitorio dejándolo de pie junto a la cama. Y sin perder la mirada echó una mirada rápida a la habitación, corrió las cortinas y la colcha.

…. ¿Y ahora qué?

…. Hazme el amor. Desnúdame Guille, ya lo has hecho con la mirada.

___ Ambos jadeaban, penetrándose en la mirada, sonreían mientras Guillermo introdujo el dedo índice bajo la camisa para atraerlo hacia él y sin que los ojos negros ardientes lo dejaran un instante, comenzó a desabotonarle la camisa dolorosamente despacio mientras Pedro con cuidado apoyó las manos en sus brazos para sostenerse, esos brazos fuertes que ya eran para él su zona segura, su lugar de equilibrio, su sostén, su apoyo, su lugar en el mundo. Al terminar, arrastró la camisa admirando lo que se iba descubriendo mientras caía, para luego inclinarse a desabotonar el pantalón y bajar el cierre. Los ojos centelleaban, las respiraciones se entrecortaban y los labios separados esperaban, anhelaban.

Guillermo los llevó apartando el pelo a recorrer la línea de fuego desde la base de la oreja a la garganta, dejando un rastro de besos suaves y cariñosos que pasaron a descender por el cuello que Pedro ofrecía echando la cabeza hacia atrás.

…. Sácame todo amor, los pantalones, el bóxer, todo.

___ Guillermo desde el cuello se dejó caer arrastrando todo lo que quedaba hacia el piso mientras Pedro ayudó para despojarse de los zapatos, y de la ropa.

 Guillermo sin levantarse lo miraba extasiado y expectante y Pedro que presentía lo que haría se ruborizó en la espera mientras Guillermo iba ascendiendo a besar la cúspide de sus muslos. Pedro cerró los ojos mortificado, avergonzado, pero al mismo tiempo imposiblemente excitado y Guillermo lo besaba encantado.

Besaba y desplegaba la lengua, su lengua experta en dar placer, Pedro gemía y él no se detenía, lo rodeaba y abarcaba con su lengua y con sus labios volviéndolo loco, una vez, y otra vez, una vuelta y otra más.

… Guillermo, por favor…. Hazme el amor.

…. Es lo que estoy haciendo precioso, exhalando su aliento en su sexo.

… No, te quiero dentro de mí.

… ¿Estás seguro?

… Sí, por supuesto que sí.

___ Guillermo se incorporó mirándolo sin dejar rincón fuera de su campo visual, de arriba abajo, de abajo arriba, de  lado a lado , a cada nivel y en sus labios brillaba la prueba de la excitación de Pedro que estaba sin aliento, mirándolo con ansia febril.

… ¿Y bien?

… ¿Y bien qué?

… Que sigo vestido amorcito.

… ¿Quieres que te desnude?, claro perdón, sí, eso puedo hacerlo.

___ Pedro le besó el rostro, los labios y el cuello mientras desabotonaba la camisa y luego se dejó caer de rodillas ante él. Con los dedos temblorosos y bastante torpeza, le desabrochó el cinturón, el pantalón y bajó el cierre, tirando después de sus pantalones y del bóxer hacia abajo liberándolo jadeando. Alzó la vista a través de las pestañas y Guillermo lo miraba con ¿inquietud, asombro… sorpresa…pudor?

Ambos parecían sentirlo como la primera vez, la urgencia y necesidad de amarse en la guardia no los había dejado disfrutarse y descubrirse como en la intimidad de una habitación aislados del exterior, de los juicios, de las dudas, de los miedos, de las voces ajenas, del mundo, de todo, porque en este presente continuo, ellos,…, uno en el otro hacían ese TODO.

___ Guillermo reaccionó dando un paso para liberarse de los pantalones, se sacó las medias y Pedro lo tomó en su mano apretando y tirando hacia atrás como él le enseñara haciéndolo gemir, tensarse, echar la cabeza atrás y desesperar. Y no podía creerlo, estaba haciendo perder el control a Guillermo Graziani que ahora respiraba con dificultad con los dientes apretados mientras Pedro con devoción abarcaba su miembro en la boca y comenzaba a succionar,…, más, fuerte.

… Pedro, ¡Dios!, despacio precioso, déjame disfrutarte, disfrutar de esa boca perfecta, de esos labios que me llevan al delirio, despacio.

___ Le tomó la cabeza con ternura acariciándole la seda del cabello y Pedro lo empujó más a fondo en su boca, juntando los labios tan fuerte como pudo se cubrió los dientes y volvió a succionar mientras Guillermo deliraba entre gemidos que para Pedro eran música celestial,  un sonido sugerente, sexy, agradable, el sonido del amor de su hombre y de lo que él le provocaba ahora, al hundirlo en su boca hasta el fondo haciendo girar la lengua alrededor del extremo saboreándolo, degustándolo, desesperando por beber e impregnarse de él.

… Pedro, ¡Basta!

___ Pedro continuaba, y otra vez y los dedos perforaban su cráneo.

.

… Precioso NO, no quiero liberarme ahora en tu boca, deseo que sea al unísono.

___ Pedro no podía detenerse y Guillermo se inclinó tomándolo de los hombros, poniéndolo de pie de golpe y echándolo en la cama  terminándose de sacar su propia camisa.

… Acuéstate, déjame admirarte.

___Pedro lo hizo buscando la mirada que lo recorría haciéndolo temblar.

…. Sos precioso, sos hermoso Pedro Beggio.

___ Guillermo se inclinó sobre la cama y lentamente se arrastró sobre él. Sin perder el contacto visual, besándolo, jugueteando con los pezones por turnos mientras Pedro jadeaba y se retorcía debajo pero no podía detenerlo.

…. Guille, espera, te deseo demasiado, por favor.

… ¿Por favor qué?

… Te quiero dentro de mí. ¿No es acaso tu lugar en el mundo?

… Sí amorcito, lo es.

___ Sin dejar la mirada, lo giró separándole y enredando las piernas con las suyas, moviéndose planeando sobre él, suspendido sobre Pedro y sin apartar los ojos negros fue hundiéndose en su interior, con un ritmo deliciosamente lento.

Pedro cerró los ojos al fin, deleitándose en la lentitud, en la exquisita sensación de su posesión, e instintivamente arqueó la pelvis para recibirlo a mayor profundidad, para unirse a su otra parte en la intimidad, gimiendo en voz alta.

 Guillermo se retiró suavemente y volvió a colmarlo muy despacio recorriendo con sus dedos surcos y senderos que lo llevaron al cabello sedoso y rebelde, alborotado por sus manos mientras seguía moviéndose muy despacio, adentro, afuera, espera, aceleración, adentro, afuera, una  y otra vez.

…. ¿Estás bien?

… Más rápido amor, más rápido, no me harás daño, por favor.

___ Guillermo bajó al vista triunfante buscando el beso salvaje y comenzó a moverse con permiso y de verdad, implacable, exacto, preciso en cada embate más y más, y sabiendo que ya no podrían esperar mucho más para lanzarse al vacío. Adoptó un ritmo palpitante mientras Pedro aceleraba y sus piernas se tensaban enredadas buscando empujarlo arañando por detrás.

… Vamos precioso vamos juntos, lánzate, dámelo.

___ Las palabras fueron un detonante, y estallaron de forma escandalosa, arrolladora, desesperada, sublime y divina, en un millón de pedazos en torno y dentro, al grito de la gloria al unísono, uno nombrando al otro mientras Guillermo se derrumbó sobre Pedro hundiendo la cabeza en su pelo palpitando y dejando su fruto en el interior de su templo.

___ Cuando Pedro recobró la cordura, alzó la mirada viendo el rostro del hombre que amaba, con una expresión relajada, tierna, suave. Frotó la nariz contra la suya, se apoyó en los codos tomando las manos con las suyas colocándolas junto a la cabeza besándolo con dulzura al tiempo que suavemente terminaba de salir de su interior.

… Extrañaba tus labios.

… Yo también.

___ Ambos se miraban viéndolo todo y susurraban extasiados y Guillermo lo tomó de la barbilla besándolo con fuerza, un beso apasionado, salvaje, suplicante de vidas y de más, ¿pidiendo qué? Pedro no lo sabía y lo dejó sin aliento.

Hasta que le imploró mirándolo a mayor profundidad y los supo.

… No vuelvas a dejarme, no vuelvas a correr como en Palermo, no huyas de mí pase lo que pase, por favor.

… No la haré. Lo prometo. Nunca más voy a huir.

… ¿Pase lo que pase?

… Nunca más. Pedro le regaló una resplandeciente sonrisa con hoyuelos que Guillermo añoraba y  le respondió con lo mismo, deslumbrante de alivio, euforia y placer combinados a una mirada que derretía glaciares y témpanos.

… Vamos a comer, ahora sí estoy hambriento de comida. Ahora comida por favor precioso.

… Ya que lo pide con tanta amabilidad y me colma de atenciones, me pondré a cocinar ahora mismo.

__ Levantándose a velocidad sonrojándose al verse descubierto, saliendo para la cocina mientras Guillermo lo admiraba sonriendo en toda su amplitud, no existía nada más que Pedro y para él nada más que Guillermo.

 Se sentaron a comer en la alfombra, con las piernas cruzadas, admirándose desnudos sin vergüenza y sin pudor. Voraces en la mirada tanto como por la comida, como si estuvieran muertos de hambre de todo, de ella y del otro, por siglos de ausencia y desamparo, de compañías equivocadas y de soledad.

… Esto está muy bueno para ser que no sabes cocinar. Estás acostumbrado a cuidar de la gente, pero yo también.

__ La mirada de Guillermo hablaba y confundía.

… ¿Qué pasa?

… Es que yo quiero cuidarte, siempre precioso.

___ En los ojos brillaba una expresión inefable y el corazón de Pedro se aceleró.

… Ya lo he notado, lo vienes haciendo desde ayer,.., desde que supiste,.., desde antes.

Guille, qué voy a decir a mis compañeros de trabajo, cómo lo haremos, eres mi jefe.

… No se lo digas.

… ¿Me quedaré sin trabajo? ¿Piensas echarme?

…. Sinceramente lo dudo.

…. ¿Y si me marcho y rindo en otro lugar?

…. ¿No lo estarás pensando no? Ya lo hablamos esto.

… Posiblemente, dijiste que no querías interferir con mi futuro profesional y yo quiero cuidar el tuyo.

…. Ya sabes lo que sería capaz de hacer si intentaras eso. No quiero discutir.

___ Guillermo dejó el plato y lo miró impasible suspirando y Pedro se levantó recogiéndolos.

… ¿Quieres algo de postre?

…. ¡Ahora sí te escucho!

… No, yo no. Otra cosa.

… En serio. ¿Por qué no?

… Tengo helado y creo que puedo empezar a hacer algo al fin. ¿Te quedas?

___ Guillermo se incorporó con agilidad.

…. ¿Puedo quedarme?

…. ¿Qué quieres decir?

… El resto del día y toda la noche.

… Lo había dado por hecho. Ya habíamos dicho esto. Te quiero en mi cama, a mi lado hoy, al dormir, mañana al despertar, y siempre.

…. Y yo, y yo precioso.

___ Al apartarse del beso Guillermo suspiró con los ojos centelleando y girando la cabeza mientras Pedro iba por el helado.

… Precioso, ¿Qué estás planeando? Mira que todavía puedo tumbarte en mis rodillas.

___ Pedro colocó los platos en las bachas y fue al congelador por el helado sonriendo. Abrió el cajón de los cubiertos y sacó una cuchara y  deslizó la lengua por encima de los dientes de arriba.

… ¡Dios, esa boca, esa lengua Pedro!, son mi debilidad. Me falta el aire y el deseo me recorre la sangre nuevamente, estoy enloqueciendo, nunca imaginé que llegaría a sentir algo así. ¿De modo que esto era amar, esto era hacer el amor?

… Esto era lo que mi hermano me decía, dejar la vida en el otro. Sí mi amor, es esto. Y ahora me toca comenzar a mí, ya me has enseñado todo, y nos vamos a divertir, literalmente te voy a degustar Graziani.

Ven.

___ Pedro le tomó la mano y Guillermo se la entregó.

Una vez en el dormitorio colocó el helado sobre la mesita, apartando nuevamente el edredón de la cama, sacó las almohadas y las apiló en el piso.

… Si es lo que imagino lo que deseas hacer, necesitarás ropa, sábanas de recambio.

… La tengo Graziani. Quiero divertirme, hacer travesuras contigo y amarte por primera vez.

___ Guillermo lo miraba fascinado, deleitándose en la idea de ser poseído al fin por la persona que correspondía,  de entregarse al fin sin reparos, sin miedos y sin dudarlo, porque  ya no quedaba nada de eso, él era, era el Todo, era el Amor, solamente Pedro. Y su cuerpo era un huracán de emociones y de deseo incesante.

___ Pedro se le acercó sin dejar de mirarlo, y con destreza lenta y seductoramente deshizo el nudo del cinturón de la bata y se la quitó con delicadeza a tiempo que se abría la suya quedando paralizados ante la mirada ardiente del otro.

Al reaccionar moviendo los hombros la bata cayó a sus pies quedando desnudo ante su hombre. Le acarició la cara con los nudillos y el roce resonó en todo el ser de Guillermo y se besaron en forma fugaz.

… Es también mi primera vez precioso, lo de antes no lo fue, no fue entrega, no fue amor.

….. Shhhh. Lo sé. Acuéstate, boca arriba, nos estamos incendiando.

___ La habitación estaba a oscuras, salvo por la luz tenue de las velas pero los cuerpos iluminaban la noche y en vano el viento los quería espiar y acariciar, soplaba queriendo colarse entre los vidrios a medida que la tormenta se avecinaba, pero con vergüenza al verlos se quedó contemplándolos, detenido en el lugar al igual que la luna que  intimidada por el resplandor de los cuerpos se empeñó en ocultarse detrás de las nubes y ellos brillaban esplendorosos  contemplándose, uno acostado, el otro al pie de la cama.

… Podría pasarme el día y la noche mirándote Pedro pero no creo que sea tu plan.

___ Disparado por las palabras voló a colocarse a horcajadas sobre su cuerpo y le llevó los brazos por sobre la cabeza.

… Pedro, antes nunca  me he expuesto como ahora, estoy dejando mi ser en tus manos, nunca había cedido el control, siempre había mantenido distancia…

… Shhhh. Lo sé.

___ Pedro para callarlo se inclinó para atraparlo en los labios y Guillermo se sentía transportado a la gloria.

… Realmente eres extraordinariamente hermoso. Tu belleza me ciega.

… La luz de nuestro amor es lo que te ciega, ¿no la ves?

… La siento. Pero te he palpado, a ciegas podría decirte que tienes los hombros anchos, los músculos trabajados, la cintura estrecha, los bíceps prominentes, los labios más tentadores del universo, la lengua más provocativa del mundo.

___ Pedro se dejaba contemplar mientras abría el pote de helado y llenaba la cuchara.

… Mmmm, todavía está muy duro. Sacó una cucharada relamiéndola en su boca. Delicioso, ¿te gusta el chocolate?

… Vos me gustas.

… A mí el chocolate y tú y los quiero saborear combinados. ¿Quieres?

… ¡Dios!, Pedro, están tan absolutamente sexy, divino, joven, desinhibido, sentado sobre mí tomando ese helado, con los ojos brillantes, el rostro resplandeciente, y me estás llevando al abismo.

___ Pedro sacó otra cuchara de helado y se la ofreció, Guillermo abrió la boca, y Pedro volvió a metérsela en la suya.

… ¡Eh!, me ibas a dar.

…¿Te gusta entonces?

… Claro, dame.

___ Pedro cedió y le dejó probar el helado, Guillermo reía y sabía que Pedro disfrutaba y se contagiaban la felicidad como el sabor.

… Suficiente, basta, me vas a ahogar en chocolate.

___ Pedro le ofreció más, Guillermo mantuvo la boca cerrada moviendo la cabeza, y Pedro dejó que se derritiera lentamente en la cuchara, de manera que comenzó a gotear sobre Guillermo, en el cuello, en el pecho y Pedro lo iba recogiendo con su lengua, lamiendo despacio degustándolo, saboreándolo de a centímetros y el anhelo incendiaba a Guillermo.

… Mmm, viniendo de ti es más rico.

--- La cama crujía alarmada, Guillermo se estaba consumiendo, ardía de deseo y Pedro dejó gotear otra cucharada en sus pezones, extendiéndolo con la cuchara en los sitios precisos.

… Estaba frío, y los pezones se endurecieron.

… ¿Tienes frío?

___ Al tiempo que se inclinaba para lamer todo el helado y más y la boca estaba caliente, era torturante.

 A medida que iba derritiéndose, el helado se derramaba en regueros sobre el cuerpo hasta la cama y los labios carnosos con pausado martirio iban chupando con fuerza, rozando con suavidad, lamiendo y saboreando y Guillermo jadeaba.

...¿Quieres?

___ Y sin esperar respuesta Pedro introdujo su lengua en la boca, fría, hábil ahora experta sabiendo a chocolate y a Pedro, deliciosa como él hasta dejarlo acostumbrarse a la sensación para retirarse y deslizar una cucharada de helado por el centro del ombligo e ir a jugar allí, en círculos deliciosos, estaba frío y sin embargo la piel ardía.

 Pedro succionaba los pezones con fuerza, siguiendo luego el reguero de helado por todo el cuerpo, descendiendo,…., lamiendo y succionando, embriagando a Guillermo de sensaciones: de temperaturas extremas, caricias y sus caderas comenzaban a moverse, rotando a un ritmo involuntario,  atrapadas en el embrujo de Pedro que lamía su vientre, girando la lengua dentro  y alrededor del ombligo.

Estaba frío y tórrido, tentador, insaciable, Pedro no paraba, como antes esa boca era incansable siguiendo el rastro del helado hasta llegar donde Guillermo lo esperaba y él deseba asfixiarse, abarcándolo al grito de Guillermo, mientras lamía y lamía el chocolate y más.

… Pedro, por favor.

… Lo sé.

___ No paraba, no se detenía, no se saciaba y el cuerpo de Guillermo ascendía levitando, arriba, más arriba y más… ante lo cual Pedro deslizó un dedo en su interior y con lentitud agónica luego otro, moviéndolos acariciándolo, adentro afuera, ensanchándolo por detrás, sin dejar de abarcar, succionar y  lamer por delante de un modo implacable y exquisito, asombrado y  asombrando con algo que en su vida Guillermo jamás había soñado con experimentar.

E inesperadamente lo llevó a estallar, sin remedio explotó en un orgasmo alucinante, que le aturdía los sentidos y arrasó con todo lo ajeno a su cuerpo y a Pedro, mientras no podía dejar de retorcerse y de gemir gritando su nombre.

… ¡Dios, chiquito, qué rápido ha sido, qué increíble que sos!

___ Era vagamente conciente de que Pedro  se había detenido, lo había ladeado y estando él en la cima lo penetró con precisión y rapidez, enérgico gritando su nombre antes de hundirse en su interior que convulsionaba como todo su ser. Y los restos de helado se desparramaban entre ambos corriendo y huyendo de los cuerpos embravecidos. Era una sensación extrañamente perturbadora, en la que apenas se sumergieron unos segundos porque Pedro salió y lo giró para bruscamente volver a ingresar colmándolo deliciosamente al tiempo que llevaba las manos a los pezones estirando y girándolos con los dedos y la boca al hueco del cuello mordisqueando y acariciando mientras flexionaba la cadera y embestía, enloquecía con las caricias y Guillermo gemía y lo volvía a desear con desesperación inusitada mientras Pedro lo colmaba una y otra vez y jadeando le susurraba.

… ¿Sabes lo que significas para mí?

… NO.

… Pedro era implacable usando todos los instrumentos para poseerlo y Guillermo se entregaba y todo por primera vez.

… Sí, lo sabes. No te dejaré marchar nunca más. No voy a huir de nada nunca.

… Sos mío Pedro.

.. Sí, lo soy y tú ahora eres mío para siempre y yo cuido lo que es mío.

___ Siseaba, entraba, profundizaba, aceleraba, acariciaba, lamía, succionaba, mordía y ambos gritaban.

__ Pasó la mano por la cintura, con la otra sujetó la cadera y lo penetró con mayor fuerza obligándolo a gritar más y más comenzando un ritmo frenético intenso, acelerado, profundo, y la respiración se acompasaba, brusca, difícil entrecortada, uno en el otro con la sensación visceral conocida.

.. ¡Dios, precioso, otra vez! Nunca viví algo así.

___ Eran solamente ellos, sensaciones.

… Pedro, tomas mi cuerpo y lo posees totalmente, de un modo en que solo puedo pensar en vos. Tu magia es poderosa, arrebatadora, somos iguales, somos mariposas atrapadas en la red del otro sin deseos de escapar. Soy tuyo, absolutamente... tuyo,…

… Vamos amor, juntos.

___ Y juntos se liberaron y se perdieron y se dejaron ir, sobre las sábanas pegajosas cubiertas de helado y sudor.

___Pedro se acurrucó con la cara en la espalda y luego  la nariz hundida en la nuca.

… Guille, lo que siento me asusta.

…. A mí también precioso.

… ¿Y si me dejas? Es una idea terrorífica.

… No me voy a ir a ninguna parte, hoy  ha sido el inicio de la vida, y si vos te fueras yo…

… Pedro le hizo girar, todavía en su interior y le disipó las dudas en el beso.

… Nunca había sentido el vacío que sentí cuando te dejé en el edificio aunque sabía o presentía que algo nos volvería a nuestro lugar, a esto.

___Hablaba triste y abrumado y Pedro volvió a responderle besándolo.

…. Creo que necesitamos una ducha urgente ¿no? Y la sonrisa con hoyuelos iluminó la habitación y la noche  del afuera.

___Pedro lo miraba, lo tenía esplendorosamente desnudo, era suyo, se había entregado como nunca y lo sabía, sentía que era verdad... Guillermo lo rodeó bajo el agua besándole el cuello con devoción, le acarició la boca desencadenándole un delicioso cosquilleo.

…. ¿Qué tienes que hacer en los próximos días a demás de estar a mi lado todo el tiempo?

… Me gustaría cortarme el cabello, para no parecerme tanto a Manuel, diferente, y comprar el coche antes que llegue Mirna y..., creo...

…¿Crees?

… Que alguien me debe un festejo de cumpleaños o ¿me equivoco?

___ Se miraron y lo notaron, el tirón, esa electricidad tangible entre ellos que los arrastró a ambos. Y de pronto Guillermo lo empujó contra la pared, su boca sobre la de Pedro reclamándolo con ansia. Con una mano en sus nalgas, con la otra tirándole el pelo y Pedro aferrándose a él.  Con la respiración agónica. Guillermo presionaba su cuerpo contra el suyo, lo apresaba y Pedro lo sentía, lo deseaba y al notar que lo necesitaba lo excitaba a la vez, se mareaban, la sangre entraba en ebullición bajo el agua.

… ¡Dios!, Pedro sos imposible, quiero poseerte ahora, sos desquiciante, enloquecedor, nunca me cansaré de vos.

… Y tú me enloqueces a mí, en todos y con todos los sentidos. Te amo Graziani, te amo para siempre.

…. Yo te amo, amo por primera vez desde siempre, y para siempre.

 ___ Mientras ellos se amaban encerrados, otra historia se contaba en el Delta,….Camila y Manuel….

 Continuará.

 UN DESTINO… UN AMOR… GUILLE Y PEDRO…. PEDRO Y GUILLE.