OTRO FINAL. ESPÉRAME... CAPÍTULO SEGUNDO.

OTRO FINAL. ESPÉRAME....

  Capítulo Segundo.

 Por la mente de José, como en una pantalla, pasaban  imágenes de Guillermo, Pedro, Camila, Miguel, Beto, Gaby, hasta de sí mismo y en ese preciso instante comprendió que aquello quizá marcaría el final de su carrera.

 Sin embargo amaba a Guillermo y Pedro en ese mismo momento y desde mucho antes, cuando   había caído  en la trampa de Miguel para su hermano, estaba dando la vida por su amor. Entonces José supo que lo que sentía por Guillermo era verdadero amor, solo que había llegado tarde a su vida, por lo cual estaba seguro de estar haciendo lo que debía, aunque lo perdiera todo en el camino, incluso lo que el abogado le daba: su amistad.

 Salió un momento e hizo e 2 llamadas: la primera al juzgado para ordenar la detención de Miguel y la otra a alguien muy especial, la única persona confiable e idónea que podría salvar a Pedro, si es que aún estaba con vida: María Soledad, Marisol o Sol como le decía con cariño, amiga de años, médica especialista en cirugía que le había salvado a él mismo de morir por 1 ataque de 2 delincuentes que lo dejaron con múltiples heridas de arma blanca. Sol, desde entonces también colaboraba   en el comedor donde alguna vez había llevado a Guillermo.

José: Sol, soy José, necesito tu ayuda, urgente y sin preguntas por el bien de todos.

Sol: parece terrible, ¿estás herido nuevamente?, José recuerda que tengo códigos, no hago favores para delincuentes.

José: estoy bien en primer lugar y en segundo no se trata de un delincuente sino de una víctima inocente de todo, alguien muy especial en mi vida, que está agonizando, tiene 2 balazos en el pecho y se está desangrando. Necesito que envíes ya una ambulancia y prepares quirófano. Sol por favor, si tiene alguna posibilidad de vivir sé que es en tus manos, ¿aceptas? (las lágrimas le nublaban la visión, ¿eran por Pedro, por Guillermo o por él?), Soledad Necesito que lo salves,  es demasiado joven y necesario para morir. Y esto es absolutamente confidencial, hay mucha gente en peligro, por tu bien no me hagas preguntas, para que no te comprometas en la clínica, iré tras la ambulancia a hablar con el director. Ya sabes que el Dr. Fuster fue amigo de mi padre y que me quiere como a un hijo, sé que puedo confiar en él.

Sol: lo sé, salgo para allá.

 De pronto José se dio cuenta que conociendo a Soledad, en algunos minutos estaría tocando el timbre y que tenía que sacar del departamento a la policía como fuera.

 Actuaba a cada momento, no tenía tiempo de planificar, lo primordial era la vida de Pedro.

 Entró a la habitación justo  en el momento en que  los 3 policías estaban colocando al cuerpo en la bolsa negra.

José: oficial, espere…., oficial... sigo yo.

Oficial: ¿Como?

 José: que sigo yo, le dije que era una persona especial y desde ahora me encargo de todo solo. (Los oficiales de la policía científica se miraron sin entender pero era un Fiscal de la Nación, no podían contradecirlo).

Oficial: está bien Sr., ¿desea que dejemos los informes periciales en su juzgado?

 José: sí, por favor y además les pido que trasladen el cadáver del hombre que encontraron en la calle al baúl de mi coche, me haré cargo de ambas causas,  ya hicieron demasiado por hoy, yo mismo los llevaré a la morgue (y le tendió la mano con la llave de su coche ante el asombro de los policías). Oficial, no es necesario que informen nada de lo sucedido con ninguno de ellos, le repito que desde ahora todo queda a mi cargo, Uds. vayan a descansar que mañana tienen que seguir de pie.

 (Los policías no se movían y  a José le desesperaba el paso del tiempo).

José: oficiales, obedezcan, soy un Fiscal de la Nación y sé lo que hago, no tienen de qué preocuparse.

 Oficial en jefe: Sí Sr., desde luego. (Finalmente salió a cumplir con sus hombres la última orden del fiscal para retornar en unos minutos a devolverle la llave del auto, José los despidió con prisa).

 Al volver a la habitación vio el bolso de Pedro sobre la cama, Guillermo le había contado de los documentos que le había hecho hacer a Pedro por si tenía que fugarse de urgencia y la suerte estaba de su lado, en el bolso a poco de buscarlos encontró los documentos verdaderos y los falsos, leyó el nombre en éstos, el que Guillermo había elegido para su Pedro: Andrés Aguilera, 35 años.

 Guardó el   DNI y pasaporte verdaderos en su bolsillo, dejó sobre la cama los falsos y  retiró al vestidor el bolso.

 Era todo tan vertiginoso que casi le faltaba el aire, se acercó a la ventana y por la esquina asomaba la ambulancia de la clínica privada donde Sol trabajaba desde que se había recibido.

 Casi corrió a abrirle y la condujo hacia Pedro,aliviado de que al fin hubiera llegado una médica.

Sol auscultó el pecho ensangrentado, le tocó a Pedro el cuello, la pierna, y lo miró a José quien sintió que el corazón se le detenía.

Sol: está vivo, sus pulsaciones son apenas audibles y está en shock por la pérdida de sangre. Chicos por favor llévenlo urgente a la ambulancia. José ¿qué grupo sanguíneo tiene tu amigo?, necesito iniciar la transfusión ya o se muere.

 José le tendió el documento falso rogando que Guillermo que pensaba en todo lo hubiera detallado allí correctamente, no lo había pensado.

 Sol miró el nombre y le dijo:... Bueno vamos, es A +, tendremos dadores y tengo sangre para iniciar la transfusión en la ambulancia.

 __Sol se adelantó diciéndole que lo entraba directamente a quirófano y José cerró y la siguió en su auto sin dejar de recordar lo que llevaba en el baúl.

 ___Por su lado, Guillermo  desconocía cuánto tiempo llevaba vagando por la costanera, cuando se dio cuenta que su ropa tenía la sangre de su amorcito precioso, entonces decidió ir a cambiarse al estudio y salir para el juzgado desde allí, no quería, no podía contestar preguntas de Fabián o de Ana o de quien pudiera estar en su casa.

 En el estudio Gaby lloraba a mares en el pecho de Beto que ya no sabía cómo calmarla, Cuca hacía lo propio en la cocina en brazos de Sonia, solo Marcos permanecía entero en su escritorio sin escuchar a Isabel que les hablaba y ofrecía café.

 En el estudio de Guillermo estaba Camila con la vista perdida en la nada, en silencio.

 Gaby: Beto no puedo, esa loca dice que lo mató, no la voy a llevar al juzgado, es una hija de mil…, no la voy a acompañar, que José le busque un abogado de oficio.

 Beto: bueno Gaby, la llevo solo, corta la bocha, vistes. No sé por qué dice que lo mató, también dice que GUISHE y él llegó conmigo, que Miguel, está chiflada la piba vistes, pero la llevo yo y para de llorar que Guishe puede venir y no te puede ver así, ahí va. (La besó en la frente y fue por Camila para llevarla al juzgado).

 Continuará.