ATRAPADOS. CAPÍTULO PRIMERO.

ATRAPADOS.

CAPÍTULO PRIMERO.









Misiones, 26 de octubre de 2015.







___Pedro se dejó caer en el sillón del supuesto despacho,.., agobiado.





¿Cuándo su vida se había paralizado? ¿Cuándo los sueños con los que llegara a la frontera cinco años atrás habían desaparecido?

Nacido en Coquimbo, Chile, había decidido dejar su país natal, a sus padres y a sus escasos amigos para estudiar medicina en la UBA y conocer otros horizontes, sin embargo,…, con el tiempo comprendió que el problema no era el lugar sino él mismo.

Tampoco en Argentina logró hacer amigos, ni abrirse a alguien en la facultad, ni tener una vida social importante en la gran ciudad como los jóvenes de su edad, más allá de alguna fiesta con sus compañeros, y solitaria concurrencia al teatro y a recitales en el Colon.



Se recibió con honores, medalla de plata, rindió para iniciar la residencia en neurología y obtuvo el puntaje más alto. Habría podido elegir el lugar y tener una posición de privilegio, sin embargo decidió convertirse en uno más, en médico sin fronteras, sin nombre, sin pasado, sin títulos honoríficos, ser él mismo. Tímido, introvertido, un tanto ermitaño pero feliz solamente en la intimidad de la consulta, en la ayuda al más necesitado, en la entrega diaria sin descanso, y allí encontró lo que pensó que era la felicidad.

Viajó a Ruanda, a Siria, a sitios de conflicto, pero al fin regresó a Argentina, y luego de un breve recorrido por las provincias del Norte, le dieron un nombramiento en un hospital de un pequeño pueblo perdido en Misiones, en el cual se quedó desde el año 2010. Era en el departamento El Dorado, el más cercano a Iguazú, aunque solamente fue una vez a conocer las cataratas.



Decir hospital era demasiado atrevido, apenas tenía a su cargo una sala que ni llegaba a la categoría de Centro de Salud. Era el único médico en los 50 kilómetros que lo rodeaban, y solamente lo ayudaba una enfermera. Nélida, una mujer de mediana edad que tenía tres hijos pequeños y vivía en la pobreza como la mayor parte de la gente allí.



Acababa a desgano de dejar a Camila no dando crédito a que podría perderla. Cáncer era un eco resonante continuo en su mente desde que la llevara a Posadas apenas un mes atrás y le dieran el diagnóstico, que no terminaba de aceptar, que no podía explicar, cáncer terminal de endometrio dijeron y Camila le hizo prometer que no la iban a mutilar.



No aceptó ni cirugía ni quimioterapia, solamente deseó regresar con su esposo y el pequeño José Thomas al pueblo, hasta que Dios o el destino que había determinado la enfermedad, dispusiera su partida.





… “¿Por qué, Camila? ¿Por qué mi amor te niegas a luchar? ¿Qué vamos a hacer nuestro niño y yo sin ti? Ni siquiera permites que te lleve a Bs. As., que lo sepa tu padre, ¿por qué?”







___Pedro se torturaba día y noche, aun en medio del trabajo, diciéndose si debía obligarla y llevarla a Bs. As., decirle la verdad al Juez Orestes Moravia, al padre que adoraba, quizá él sí la convenciera de dar pelea, aunque a su edad la enfermedad fuera tan agresiva que ganarle era prácticamente una utopía.

Los días transcurrían olvidados, y el tiempo era el enemigo más temible de su vida, y en él se debatía en cómo convencerla.

. ¿Cómo explicárselo a su hijo de tres años? ¿Qué hacía en ese miserable hospital si no podía salvarla? ¿Para qué continuaba fingiendo que era un médico capacitado para todo, cuando ni siquiera podía convencer a su mujer de luchar contra la enfermedad que se las arrebataba minuto a minuto?





… Dr. Dr. Pedro.

… ¿Sí?

.. Me retiro, es tarde, ya no queda nadie en la sala. ¿Por qué no va a su casa con su familia? Tiene una carita terrible.

.. Gracias Nélida, estuve con Camila y el nene más temprano, tengo que escribir una fichas pendientes y me iré, pero para usted,…, es hora de estar en su casa.

… ¿Le dejo un mate o un termo con café, algo para comer?

… Un café solamente, gracias.

… No se quede hasta muy tarde, ya sabe que comienzan a molestar estos muchachotes que salen a beber o que vienen de los Bunkers, es lamentable cómo estamos viviendo.

… Lo sé. Cerraré no se preocupe.







__ Nélida era demasiado discreta. Lo había visto llorar por Camila sobre el escritorio, sabía la verdad, y sin embargo no tocaba el tema si él no lo hacía. Leía que en su mirada además de cansancio, dominaba el dolor, la pérdida, la vacuidad en que se transformaría su vida sin la mujer que amaba, sin la madre de su hijo.



Todavía recordaba el día en que se conocieran cinco años atrás, apenas llegar al lugar.

Era una cálida noche de carnaval, donde la algarabía de la gente en las calles le ganó a su forma de ser, y se atrevió a unirse a ellos, a aceptar unos tragos, a bailar como no lo había hecho casi nunca excepto…



Chocó al descuido con la mujer más bella del planeta, al menos así le pareció al volverse y encontrar esa sonrisa deslumbrante, ese físico escultural bajo un alegre vestido corto, ese cabello rubio más allá de la cintura, y los dos rieron ante las primeras palabras de ella:





…. ¡Qué lindo que sos, por favor! Yo con vos me voy a casar.







___Y no se volvieron a separar, como si el destino hubiera marcado el encuentro, y ella hubiese decretado la vida juntos que comenzaron apenas tres meses después conviviendo, para casarse a seis meses de conocerse, y a poco de buscar una bonita casa en un lugar donde no eran muchas, y festejar la próxima llegada del primer hijo.





“… Mi amor, es varón. Pero quiero darte seis al menos, por lo tanto en uno o dos años nacerá la nena”





___Camila era médica, especialista en pediatría, y lo ayudaba todavía en la salita, al menos hasta hacía muy poco tiempo atrás. Era tan querida por los padres como por los hijos, y pensó que había logrado la vida que deseaba, el lugar, la esposa, el hijo, la profesión.



Pensó que no podía pedir nada más a la vida. Aunque llevaban una vida austera, con dos sueldos de empleados públicos, eran felices así, mezclados con la gente necesitada, ayudando, compartiendo, y casi dejaron de viajar, pese a que Orestes y Camila eran muy unidos.





___Pedro se frotó las sienes en un desesperado intento de desalojar de la torturada mente los recuerdos y el presente, porque justamente lo que más deseaba era regresar a su casa, cuidarla, mimarla, jugar con su niño de tres años y cuatro meses que ajeno a lo que se vislumbraba, vivía en la felicidad del mundo de fantasía.



Comenzó a escribir las fichas del día cuando sonó el teléfono, y pensando que era Camila atendió de inmediato, pero desilusionado comprobó que continuaría trabajando, a pesar de sus deseos. Era el dueño del único hotel que tenían, casi podría ser considerado un hostal, una posada, pero en su austeridad, don Jorge lo llevaba lo mejor que podía, para los pocos clientes de paso a Cataratas que se alojaban por una o dos noches cada vez.







… Dr., perdone que moleste a esta hora, pero necesito que venga.

Hoy llegaron de capital dos hombres, y no sé qué hacer con ellos.

… A ver, explíqueme mejor, no estoy entendiendo, Jorge.

… Una pareja gay, recién casados, desde Bs. As. Iban camino a Cataratas, y la camioneta, la cuatro por cuatro se les averió, decidieron pasar la noche acá.

Me da mucha vergüenza decirlo, pero necesito su ayuda.

… ¿Qué cosa le da vergüenza, la condición de ellos? Es habitual Jorge.

… No. Es que al parecer consumieron, les pegó mal, y encima con el calor los encontré haciendo el amor, en el piso, en la glorieta de la entrada, en trance, un papelón, y el esfuerzo, más la droga más el calor los descompensó.

… Ahora voy. ¿Adónde están ahora?

… Los llevé como puede a una habitación, imagine el papelón si los veían desnudos, en el piso en ese estado.

Venga Dr. por favor, no sé qué pueden tener.



“… ¡Mierda! ¿Por qué seré el único médico al que pueden llamar?

Justo dos tipos de Bs. As. vienen a caer acá y a drogarse.___ Pensó a disgusto cuando el celular volvió a sonar.”





… ¡Hola! Estoy saliendo.

… Pedro, soy yo, Matías, me parece bárbaro. Iba a invitarte a tomar una cerveza, o lo que desees.

.. Perdón, Matías, no. No puedo. Me acaban de llamar para ver a dos pacientes y me espera mi mujer. Otro día. Gracias.





__ Matías, otro porteño que llevaba apenas una semana allí, y tras verlo una vez tomando un café en el único bar decente, no había dejado de llamarlo. Era agradable, pero no tenía tiempo para entretenerse con él. Quizá si fuera de la zona podría haber sido su amigo ya que necesitaba poder hablar con alguien, no solamente contener y ayudar a los demás, pero se marcharía en breve, no volvería a saber de él.



Pedro se sacó la chaqueta, vio de llevar lo necesario en el maletín, rogó que los hombres no estuviesen con un infarto o algo que lo obligara a traerlos y tratarlos allí.

Fue a apagar las luces de la sala de espera, de enfermería, de la pequeña sala que usaba como quirófano…. cuando una súbita revelación lo dominó y la ira contra el destino o lo que fuera que había planeado los sucesos bulló en la sangre.



No dejaría que Camila se dejara morir sin dar pelea, no tenía derecho a dejarlos, no podía imaginar la vida solo con su hijo, la iba a hablar por última vez para que razonara que tenían que viajar a Bs. As., y dejarse operar de inmediato, no importaba si sacaban el útero y todo. Con José era feliz. Tampoco si perdía el bello pelo con la quimioterapia, se aseguraría de comprarle la peluca de cabello natural más bella que existiera, pero no podía dejarla morir.___ La decisión lo hizo lanzar un suspiro de alivio.



Estaba al salir para la posada, cuando el celular sonó nuevamente:







… ¡Hola! Amor, ven por favor.

… Cami ¿qué sucede?

… Me siento mal, Pedro tengo miedo.

… ¿Estás sangrando de nuevo?

… No, se me parte la cabeza, y veo borroso, casi no distingo al nene, por favor ven.

… Ya tesoro, tranquila, tenía que ver a unos pacientes, pero salgo para casa, recuéstate y trata de que el nene no te vea nerviosa, ya estoy allá…







___ Colgó…. con una loza deslizándose por el pecho, los ojos escocidos en lágrimas agolpándose, un desasosiego sin motivo inmediato, un súbito presentimiento sin razón, cuando de repente sintió un dolor agudo en la cabeza, un golpe seco, y cuando quiso ver al agresor, todo se derrumbó en la oscuridad de la inconciencia.









Misiones, 26 de octubre de 2015. 09 AM.





…Guille afloja. No es tan grave. Gracias a Dios que alcanzamos a encontrar un pueblo antes que la camioneta muriera.

…. ¿Quedar entrampados en medio de la nada en nuestra luna de miel no es grave Juan?

….Es un día. No sé qué le pasó a la camioneta. Ya viste, paré a cargar gas y parecía estar normal, apenas hicimos dos kilómetros y milagrosamente nos dejó llegar acá. El dueño me ayudará a traer al mecánico más cercano, en el pueblo no hay ninguno.



Y lo de luna de miel porque pasamos por un juez,…, parece exagerado, Graziani. Hace años que estamos juntos. Ni siquiera quisiste hacer una fiesta como para que esto pareciera un casamiento, apenas un brindis en el estudio.

… No tenemos edad para papelones, Juan. Hicimos lo justo y necesario. Ya tienes la libreta de familia como siempre quisiste.



A la vez que decido hacer frente a la sociedad y blanquear todo sucede esto, es un mal presagio.

… Amor, por favor, es solamente una tontería en el vehículo, lo hice revisar antes de salir.



¿Cuántos viajes hicimos de pibes más largos y nos quedamos miles de veces?

… Era otra época, mi reacción siempre fue la misma, vos y tu espíritu aventurero. ¿Adónde se supone que estamos?

… En Misiones.

… Eso lo sé. Los bichitos que vi al paso en la selva no me dejaron lugar a dudas.

… Relájate mi amor, si esto no sucedía, por la mañana hubiéramos llegado al Sheraton de Iguazú.

… Pero estamos en la Cochinchina, y en una habitación que más que de un hotel parece un establo.









__ Juan se le acercó sensual, y Guillermo se apartó, lo menos que pensaba era hacer el amor en ese lugar, y no sabía todavía si cuando el sueño a la noche lo venciera, no dormiría en la camioneta.







… Sos insoportable, no sé qué te vi para enamorarme de vos en la facultad.

… Tampoco yo.









__ Transcurrieron el día recorriendo el lugar caminando, a la mañana siguiente irían por el mecánico, y les horrorizó la indigencia general, y las caras sospechosas en cada esquina, aunque el dueño del hostal era amable y parecía contento de tenerlos allí.



No vieron a nadie más alojado y les comentó que los turistas eran aves de paso hacia Cataratas, pero que para él, lo que ganaba le sobraba para subsistir.



Les contó que en algún tiempo,…, el lugar había sido tranquilo y próspero, pero que desde la llegada de narcos a la triple frontera, los jóvenes habían caído en la droga, el delito había crecido a la par, y nadie estaba seguro.



Les advirtió que salieran con ropa poco llamativa, evitaran ciertas esquinas peligrosas, y así lo hicieron por la tarde.



Finalmente se ducharon por separado, porque el baño era minúsculo como la habitación, y Guillermo antes de la cena decidió llamar a Fabián.







… Papá, ¿llegaron?

… No hijito, llegamos a cualquier lado, algo así como al Dorado, no estamos lejos, pero el vehículo se detuvo, recién en la mañana traerán a un mecánico.

.. ¡Qué garrón!

… ¿Todo bien allí?

… Sí, tranqui, solo, con la casa para mí, estoy feliz.

… Sos un atorrante, vos. Ya veré cuando regrese el estado de la casa.







___Guillermo Graziani era un famoso abogado penalista de la provincia, vivía con su hijo de 23 años, hijo de Ana, de la cual llevaba años divorciado, con una relación con altos y bajos.



A poco de andar a su lado, supo que a pesar de la llegada de su hijo, no podría hacerla feliz, menos serlo él sin tener a un hombre a su lado, y el que siempre estuvo desde que estudiaran en la facultad fue Juan. Soportó que lo dejara para casarse con Ana al embarazarla de Fabián , aventuras varias con otros, pasajeras, sin amor, un cariño basado en el mutuo conocimiento y la costumbre, en intereses compartidos y buena voluntad, al menos de parte de Guillermo, que no supo si a Juan le era suficiente o se engañaba pensando que era amor.



De cualquier manera, llegado Fabián a los veinte años, había decidido decirle la verdad, y con un tiempo prudencial de adaptación, fue aceptando su naturaleza diferente y también vio con buenos ojos a Juan.







… No está nada mal el asado, Guille.

… No sé si es que moría de hambre o está bastante bien, la verdad.

… El Cabernet no es de los mejores, pero al menos no es un vino común.

… No lo encuentro agradable para nada, pero asado con agua, me parecería espantoso.

… ¡Qué lindo hubiera sido estar en el spa, nadar, ir al sauna y luego encerrarnos en la suite!

… Mejor te callas o puedo llegar a matarte, lo más cercano a un sauna acá… es la calle con el calor que hace.

Vamos a caminar un rato, me falta el aire.









___ Guillermo sintió que el aire no ingresaba, o que los pulmones no lo aceptaban, al tiempo que comenzaba a sentirse alegre como nunca lo había estado. Sin darse cuenta una rara inquietud lo invadió como si estuviera borracho, pero había bebido menos de lo habitual, el techo giraba o lo hacía él, la visión se había nublado, con colores que iban y venían difuminando el rostro de Juan.







… Amor, me siento muy bien de pronto. Con ganas de moverme, de bailar. ¿No habrá un boliche por acá?

… No lo creo, menos para nosotros. Yo no me siento bien, creo que estoy borracho, y vos también, vamos afuera a despejarnos, siento que todo da vueltas, no puedo respirar, necesito caminar creo.









__ Juan empezó a sentirse embriagado y creyó que era el deseo por su hombre largamente contenido, y de repente sin saber cómo, en el lugar en que se encontraban , en la puerta del hotel, comenzaron los besos voraces, mientras las manos se colaron hacia la piel y en instantes estuvieron desnudos, sin reparos, sin tapujos, haciendo el amor en el suelo, en el mismo lugar, empapados por el esfuerzo y el calor, cuando de repente en el éxtasis sintieron que caían a un abismo del cual no podrían regresar.









Continuará.