ENIGMA. CAPÍTULO 36.

ENIGMA.





CAPÍTULO 36.









Bs. As., martes 22 de julio de 2015.

Hospital Borda.











…Es mi culpa, Alberto. No debí someterlo a esto. A veces lo veo tan bien que olvido su condición. Hace un mes que le destrozó la vida el desgraciado proxeneta de Miguel y se lo traje, le dijo lo peor de ellas, y él le clavó la mirada como deseando asesinarlo con ella. No quise que Pedro conociera el odio, y lo aprendió recién.

… Está bien lo que hiciste Guille, salvo por lo de mañana. ¿Quieres que llame a Matías y cancele la audiencia?

… NO. Todavía no.



Tiene que despertar, su vida depende de ella. Me apuré. Desesperado por atrapar a Miguel lo llamé demasiado pronto, tuve que resguardar a Pedro antes, no llames aún.



… Guille, tiene el pulso lento, la presión baja, el electrocardiograma es normal. Quizá sea sólo una lipotimia. No te tortures.

… Gracias Ana, pero saquen análisis y llamen al neurólogo. Quiero una resonancia y una tomografía de cráneo.



Si no despierta en las próximas horas me pondré de rodillas para que tomen mi declaración, pero yo lo sacaré de acá como sea.



¿La custodia sigue reforzada?

… Sí, pero si no quieres llamar aún al Juzgado puedo pedir a Gaby más refuerzos, para el pabellón sobretodo.

… ¿Harías eso?

… Guille, más bien.

… Beto, habla en personal, que no dejen entrar a ninguna cara nueva, por documento del Papa que traiga, sobretodo en enfermería y en cocina.

… Está bien, me encargo. No creo igual que Miguel venga ya por Pedro.

.. Ya no, pero en un par de días puede. Debe haber notado en la mirada que lo reconoció, que no está desconectado de la realidad.

… Ana ¿lo acompañas a rayos que necesito hacer unas llamadas?

… Obvio, ve.









___ Guillermo caminó hacia el despacho incrédulo, aturdido, con la mirada hacia el piso, la carga en los hombros, las manos en los bolsillos, suspirando y sintiéndose en una nube, hasta que las piernas parecieron dejar de sostenerlo y se deslizó en el sillón.









… ¡Hola, José! ¿Tuviste noticias de Manero?

.. Anoche, sí. Aceptó. Me pidió 48 horas pero le di 24 horas o mejor nada, habló con Bujedo, ex mano derecha de Arias, hoy al parecer quiere hacerlo a un lado para ocupar su lugar. Le venderá lo que pedimos. Le entregué el dinero anoche mismo. Estoy esperando noticias.

… Es urgente, José, necesito distraer y acorralar a Miguel, vino a ver a Pedro, y él se me fue de nuevo.

.. Era arriesgado Guillermo.

… Necesito confesarte algo más, tendría que ir al juzgado, pero más que nunca no puedo moverme de estar junto a Pedro.

… ¿Qué cosa?

… En primer lugar, Marcos que debe estar al llegar, te llevará el container con las huellas de Miguel para que coloques la droga antes de dejarla en el despacho. Deja también adentro las chucherías que tiene del prostíbulo, las marcó y le pertenecen.



Lo segundo que nadie sabe porque lo he mantenido enterrado en algún recóndito sitio de mi mente, es que el expediente de la causa anterior de Miguel lo tiene Fontana, él lo sacó de prisión. Yo mismo vi cuando Arias salió de su despacho cuando pensé que lo iba a imputar. Tienen que llegar a él, a los expedientes cajoneados cuando se detone esto, para que los unan.

… ¡Qué difícil, Guille! No tenemos nada contra Fontana todavía.

… Bueno dile a Matías y encuéntrenlo, den dinero al secretario, todos los secretarios saben dónde cajonean las cosas, José.

… Está bien, me encargaré.



Si tengo todo listo hoy, la droga y el container, mañana mismo la plantaré en el despacho de Miguel, Matías no sabe que entraré para eso, quizá venga bien para escuchar lo que dice a Fontana el tema de los micrófonos que voy a colocar, después de todo.

… En un rato tendrás la bolsa, está todo lleno de huellas de Miguel, no tiene cómo zafar.___. Su anhelado desquite estaría en marcha en horas pero no podía cerebrarlo.



… ¿Vas a suspender la audiencia?

… Voy a esperar el milagro de que Pedro despierte, José, necesito sacarlo de acá.



Están haciéndole estudios aunque darán normales. Regreso con él. Si no estoy acá, Alberto le dará la bolsa a Marcos, la tendrás en un rato, no sospechó nada de eso.

… Está bien, suerte con Pedro.



… Guille, Gaby está mandando a cuatro oficiales para el pabellón. Está Marcos estacionando.

… Betito, necesito regresar junto a Pedro. ¿Puedes darle con cuidado de no tocarla, la bolsa que preparé?

… Sí Guillermo, ve.











___ Pedro yacía como cada vez, pareciendo en un mundo lejano y pacífico que nada tenía que ver con lo que en el verdadero se habían convertido la mayoría de seres humanos, donde la especie parecía condenarse a sí misma en su mezquindad , odio y vanidad, hasta crueldad,…, bestialidad, y el silencio ahora era abismal.



Guillermo agradeció los truenos que lo rompieron, y a poco…el tamborileo de las gotas en el cristal, hasta que la lluvia cayó recta en catarata plomiza y perdió la mirada allí, con las manos de Pedro aferradas en su pecho, como para llevarlo a sentir su palpitar.









… Pedrito, lo único que podemos hacer es tratar de lograr nuestra paz, vivir en ella, la vida que podemos vivir.



No podremos hacer nada con el afuera, pero sí cuidar y fortalecer nuestra propia vida.











___ Guillermo se hablaba a sí mismo, tratando de convencerse, pero la inquietud y desesperanza le estaban ganando la batalla, y lo sabía.





Veía el rostro de Pedro feliz, su dulzura, la expresividad cuando le ganaba la pasión, e imprudentes lagrimones pugnaron por unirse a las gotas de lluvia del afuera. La aprensión lo ahogaba. Lo miró,…, con el rostro transfigurado, sabiendo que no podría acceder a su subconsciente.



Respiró con dificultad, vigilando los ausentes movimientos en el ser que amaba, mientras escalofríos lo apremiaban recorriendo la columna, y el pulso se aceleraba o se detenía, cuando creía ver alguna señal, para luego no encontrar nada que ni siquiera le dijera que estaba vivo.



Se inclinó a revisarle las pupilas con el corazón en la mano, trató de tranquilizarse, exhaló e inhaló mil veces, esperando, suspirando su desasosiego, soportando las ganas de llorar.

Lo veía dormir con placidez, respirar con tanta suavidad que se obligó a aguzar el oído para escucharlo. Imaginó las veces que entre gemidos y jadeos le había repetido su amor una y otra vez, en tanto vio su pecho desnudo y lo cubrió con la sábana, cómo atrapaba sus labios cada vez para silenciarlo, las sonrisas adormiladas con hoyuelos, necesitaba aferrarse a esas dulces imágenes para continuar.



Y ahora no dejaba de preguntarse adónde estaría la atribulada mente, las preguntas que estaría haciendo a Claudia o a Diana, al crepúsculo, a la vida o a la muerte, y se conmovió hasta el fondo del alma susurrándole su amor, acariciándolo con la mirada, pidiéndole que regresara y confiara en él, mientras el corazón ascendió a la garganta,…, trémulo por el miedo a que no regresara.



El temor de haberlo llevado al borde del abismo precipitando el encuentro con Miguel lo embargó y el de ahora…. arriesgarlo si no despertaba a tiempo para declarar, sabiendo que si lo exponía a algún daño se moriría.



Suspiró decepcionado, agitado, percibió la inquietud con que le latía el corazón en el cuello, la tensión que le agarrotaba los músculos, volvió a temblar aparatosamente angustiado al pensar en Miguel escrutándolo, y las lágrimas que había mantenido atadas al fin se deshicieron en llanto, jurándose que la justicia llegaría a tiempo.



Tomó el aire una y otra vez, inmóvil, incapaz de alejarse, vencido por el cansancio y las lágrimas, llevándose las manos al pecho temiendo que el corazón escapara cada vez que creía ver en el rostro alguna señal.



Lo amaba, con la desesperación del náufrago, hasta el final de los tiempos sabía que siempre lo amaría, y rezó porque sintiera en el alma y no sólo en la piel la caricia de su angustiada mirada recorriéndolo. Estaba hermoso, más que nunca.



Lo escudriñó como la primera vez, sus dedos se volvieron independientes en la necesidad de acariciarlo y fueron a delinear los ángulos del rostro, a dibujar los carnosos labios y la sangre se incendió devastando hasta los huesos, pero en la mente solamente había lugar para un pensamiento. Daría la vida por mantenerlo lejos de Miguel, por salvarlo del peligro.



Le martirizaba recordar las palabras del malnacido al que lo había expuesto, le abrasaban las entrañas, pero a la vez le conferían el valor para jurarse que jamás llegaría a rozarlo, ni a volverlo a mirar, ni a respirar el mismo aire siquiera. Lo defendería con su vida.









___Pedro no estaba en ningún lugar o sí, en la energía, en la luz donde una vez se encontrara con los suyos, y de pronto se escuchó llamar a Diana, preguntarle por qué, pero la energía que lo abrazó no fue la de su madre, lo supo. Sintió a Claudia.









… Hermano, mi lindo hermano, Diana hizo lo que pudo, yo misma hice lo que pude, o lo que quise,…, pero no en el maldito sentido que escuchaste de ese hombre, sino en que no quise dejarla sola, y que una vez que por sorpresa me tomaron aquella noche entre cuatro, ya nada tuvo importancia para mí. Me mataron esa noche. Y solamente seguí respirando para acompañar a mamá.



No sé por qué te llamé hace un mes, quizá para verte por última vez porque sabía que nos iban a matar. Perdón.



No te hundas en el odio por nosotras, no busques venganza sino justicia y si no pudieras no importa. Sé feliz.



Regresa al mundo que tanto te costó construir y sigue esa vida que estás iniciando junto a un amor, que yo ya no conoceré.



Sé feliz por los dos.





… ¿Hombre?











___ Pedro, de súbito dejó de sentirse en brazos de Claudia y como las imágenes de un caleidoscopio que se van transformando,…. de pronto vio la mirada penetrante, los labios finos, y hasta casi creyó escuchar su llamado, y entonces recordó a…. Guillermo.











… Mi amor, Guille. Me llamas, estás allí. Tengo que regresar a ti, tenemos que estar juntos, no quiero morir, no.





… Pedrito, __, Guillermo sentía el cuerpo y el alma agarrotados, ___; tienes que volver mi amor. Tienes que poder declarar mañana, por favor sé fuerte mi cielo, una vez que hayas declarado nos iremos a mi casa. Y quiero que la sientas no como mi departamento, sino como nuestro hogar, regresa por favor.



Donde sea que te hayas ido no puedes ya hacer nada por ellas. Acá sí podremos hacer justicia, hemos logrado mucho ya.







___ Guillermo se apoyó en los brazos en el borde de la cama con los párpados pesados de llorar, y sin darse cuenta se fue adormilando, sin tiempo.

Cuando despertó horas después, se sintió aturdido, pero conciente de que estaba a su lado, con Pedro.



Trató de espabilarse y los recuerdos se agolparon dolientes en la mente y en el alma.



Le había ganado el agotamiento, el dolor lo había dejado emocionalmente exhausto y se había quedado dormido, y ahora le dolía más el cuerpo que el alma.



Se incorporó en un intento de volverlo a sentir, cuando le pareció lo imposible,…, un ligero parpadeo en el rostro bello dormido de Pedro, y el corazón le dio un vuelco antes de comenzar a latir desbocado. Ni siquiera sabía la hora, pero algo de luz había, y la lluvia había cesado.



Con el alma en las manos, se acercó con la lentitud lánguida y la esperanza contenida, y entonces fue un ligero movimiento en los labios que le confirmaron que Pedro lo había escuchado, que de alguna manera esta vez no se había hundido tan hondo, que sabía que tenía que volver.

Se sentó y lo llamó suavemente al oído.









… ¿Pedrito?

… Gui…lle.

… ¡Gracias a Dios! Estás acá de nuevo.

… Perdón.











___ Perezosamente Pedro fue de a poco abriendo los ojos, y cuando las miradas se encontraron, sin permiso se anegaron los dos.









… ¿Qué sucedió esta vez?

… ¿No lo recuerdas?









___ Pedro pareció aturdido, confuso, pero luego de instantes que parecieron eternos en un susurro, habló.









… Ese hombre,… ellas… no lo soporté.

… Chsss. No importa ahora, olvídalo, lo importante es que te recuperes para declarar mañana y que salgamos de acá. Miguel pagará por sus crímenes, y te juro que en un tiempo el único nombre que todos recordarán como el de un delincuente es el suyo, ni el tuyo ni el de Claudia. Te lo juro.











__ Pedro miró a uno y otro lado reconociendo el lugar, y escudriñó el agotado rostro de Guillermo.









… ¿Suero otra vez?

… Ya te lo sacaré, por precaución tuvimos que hacerte estudios y tenerlo, cuando estés totalmente despierto sacaremos todo.



¿Te duele algo?

… No.



El alma supongo, si es que puede doler.











___ A Guillermo se le encogió el corazón en el pecho, recogió las lágrimas del rostro con los pulgares y las bebió.











.. Claudia me dijo que regresara a ti, que fuera feliz por los dos. Que no le creyera a ese hombre.



No recuerdo…

…..Chsss, tranquilo, no te exijas ni te tortures, espera un poquito más, ¿sí?



…. Tengo mucho sueño, estoy agotado, estoy muy cansado.

… Lo sé.___Acariciándole la frente con los ojos brillando.

… Duerme si quieres, nada va a sucederte, nadie te puede hacer daño ya.











__ Guillermo necesitó salir un instante, respirar el hielo del aire, sentirlo abrazándolo y calmando el dolor, del cuerpo y del alma, y así lo hizo, apenas abriendo para que no llegara a él… que ahora dormía el sueño de todos, el único que debía conocer.



Se apoyó en la pared en el patio, dejándose azotar el rostro por un tiempo que no quiso medir, tratando que su cerebro dejara de dar órdenes, de buscar sentido a las cosas, de funcionar, sintiendo que todo daba vueltas en su mente, y temeroso de la súbita inestabilidad entró.



Pedro estaba de pie, pero lejos, ausente, como mirando a alguien que no estaba allí.









…¿Pedro?

… Vete, no quiero seguir ya con esto, déjenme.









___ Las palabras fueron dagas que le escarbaron el pecho, hiriendo directo el corazón, no estaba allí, estaba con ellas, o con la imagen que había grabado de Miguel. Sabía cuánto había perdido, y no podía dejar de sentirse culpable.



__ Pedro parecía estar ebrio, las cosas le daban vueltas, caminaba a tientas como buscando la silla para no caer, sin verlo, y Guillermo sin saber bien qué hacer lo siguió de cerca para sujetarlo si caía, con el corazón encogido, pero tras algunos siseos Pedro se sentó abandonándose contra el respaldo del sillón. Y lo miró apenas abriendo los ojos.









… ¿Estás aquí aún?

… No voy a dejarte solo, nunca.

… No tengo a nadie yo. ___Los ojos se anegaron y a Guillermo una punzada le atravesó el alma.









____Derrotado Pedro dejó caer la cabeza sobre las piernas, ovillándose como cada vez y Guillermo le acarició el cabello agachándose a su lado, rozándole apenas la barbilla para buscar la mirada, y supo que perdido en algún sitio impreciso de la memoria no sabía dónde estaba ni quién era.



Casi gimió cuando le rozó los labios y en un dejo de cordura susurró un te amo, que flotó en el aire cuando Guillermo le quitó el mechón de pelo que cubría el rostro, y la felicidad de esas dos palabras dichas por descuido le expandieron el corazón hasta que no cupo en el pecho.



Lo amaba a pesar de haberlo perdido todo a causa de Miguel.









.. Te amo más que a mi vida.







___ Guillermo se tomó el pecho, sabía que era el alma de Pedro y no su atormentada mente la que estaba confesando su verdad y atenazado por el miedo de que volviera a perderse y no regresara intentó que se incorporara.











… Suéltame.

.. Vamos a la cama, no estás bien todavía.

… No te importa.



.. Mi amor, pareces un niño, más pequeño que Guillermito, intenta ponerte de pie y ven conmigo.___. Le rogó con dulzura y paciencia. Te sacaste el suero, estás sangrando, te llevaré a la ducha, ven.



.. Estoy bien. ___Con los ojos enrojecidos, extenuados, Guillermo lo zarandeó para que lo mirara y suspiró desde el fondo de su ser conteniendo las lágrimas que en su interior se deslizaron hirientes, al ver al hombre que amaba derrotado.



.. Estoy bien solo un poco mareado y aturdido, pero te amo, Claudia dijo que te amo.









___ Balbuceando mezcla de fantasía y realidad se dejó conducir hasta la ducha, Guillermo hizo contorsiones para que no se escapara de sus brazos y abrir el agua, hasta que al fin lo hizo entrar, y vestido lo aferró, con el alma encogida, dejando al fin que las lágrimas se desataran libres mezclándose con el chorro, y de a poco, con todo el amor del que era capaz, le fue quitando la ropa sucia y la propia, para liberarse de la confusión, el cansancio y el dolor, intentando que con la suciedad el agua se llevara también todo lo demás.



















Bs. As., martes 22 de julio de 2015.

Provincia de Bs. As. Horas antes.









___Antonio trató de mostrar aplomo cuando se detuvo frente a Bujedo, cargando un maletín.



No tenía alternativa mejor que ayudar a Miller y a sus amigos y trató de decirse que todo saldría bien.







.. Deja el maletín en el suelo.







___ Miró a su alrededor y la sangre se le congeló recordando otro momento, cuando el mismo desconcierto, la misma angustia lo habían invadido, cuando Arias lo hizo caer.



Ahora vio el escenario de los autos de Bujedo esperando, con el motor encendido, a éste contar el dinero, viviendo esos segundos con agonizante lentitud, aunque esta vez y por ahora, el mundo no parecía abatirse sobre él.



Cuando el narcotraficante lo miró el corazón se le detuvo, pero procedió a pasarle los paquetes.











… Cuento con vos pibe, estaremos en contacto, ya sabes lo que pretendo. A mi lado tendrás un lugar.

Cuando Arias desaparezca.

..Gracias, por ahora necesito deshacerme de esto, no es mi intención que me lo encuentren encima de nuevo, tampoco regresar a la tumba.

… Lo sé. Seré discreto. No te preguntaré para quién es, por ahora.



Cumple con lo tuyo… que llegado el momento yo cumpliré con mi palabra.











___ Asegurándose de que no lo siguieran, extremando las precauciones más que nunca, al fin llegó al bar de encuentro con José Miller, buscando una mesa apartada en un rincón.









… Es más segura la entrega en un lugar concurrido como éste, saldré por atrás porque alguien puede conocerme, vos pibe hazlo por la puerta de adelante.



Arias o Mendoza ¿te siguen?

… No estoy seguro de nada. No lo sé. Intento tomar precauciones.











__ José paseó la mirada por el lugar no encontrando rostros sospechosos, cuando intercambiaron bolsos de deporte.







… No sigas con esto Antonio, tampoco molestando a Gaby, trata de aprovechar tu salida y empezar otra vida, sabes que de lo contrario terminarás en prisión o agujereado por una bala de uno u otro bando.

… He hecho de enlace ocasional porque lo pediste, tengo un trabajo limpio, aunque no sé si pueda escapar de esta mierda. Se me desgarraron las entrañas cuando toqué esto. Y se me fundió el corazón al reconocer que los años no cambian nada, Bujedo es peor que antes, no quiero imaginarlo a Arias.



Mira, aún tengo las manos heladas, mojadas, el miedo rezumando por cada poro que tocó esa mierda, no pude llegar más rápido para quitármela de encima, pensé que no lo lograría.

… Ya pasó, te lo agradezco. Ahora esto me quema a mí. Nunca estuve con algo así en mis manos, pero tengo que hacer algo con esto para ayudar a gente inocente.



Piensa que lo que te pedí fue por una buena causa. Esto no dañará a nadie, será usada para que la justicia se acerque donde debe.







___ Salieron por separado del lugar, uno a casa de su amigo, al que tendría que darle explicaciones luego de días y José inquieto en busca de la bolsa que Marcos había dejado en su casa al regresar del hospital.











Bs. As., martes 22 de julio de 2015.

Ciudad Autónoma.







… ¿Estás cansada amor?

… Bastante, no paré en todo el día. Fui al refugio como custodia de las chicas rescatadas, salieron de la clínica.



Pobrecitas, qué desamparo. Miraban la calle con extrañeza, con miedo. No sé si se regresa de eso, Alberto.

.. Las ayudaremos. Guille me pidió que arme un grupo de ayuda. ¿Quieres estar?

… Me encantaría, luego de lo de Claudia, me siento muy cercana a ellas, además estuve en el lugar, vi ese mundo.



¿Y con Pedro qué sucederá?

… Espero que despierte y mañana pueda declarar. Que Moravia le dé la protección. El encuentro con Miguel fue demoledor para él. Tenías razón.



No pudo ser más cruel para provocarlo y no sé si no sospechó que está lúcido y conectado. Por eso te pedí más hombres. Guille no quiso que avisara a Matías, que suspendieran la audiencia.



En un rato llamaré a ver qué se hace, si me necesita. A veces me limito a contenerlo solamente como amigo, aunque no comparta sus criterios y acciones, tampoco las puedo juzgar, menos luego de lo que sucedió con vos, de cómo me golpeó a mí.

… ¿Pedro sabe lo que van a hacer con la droga?

… Poco. No que ya debe estar hecho o por hacerse.

…Por un lado ahora me parece bien, creo que habría que bombardear a Mendoza con eso y más allanamientos, confundirlo, no darle tiempo de reacción con lo de Pedro. Hasta que se encuentre seguro.

… Es posible, todo depende de que despierte, de mañana, y de lo que tarde Moravia en la papeleta.

.. No demorará. No es mal tipo, menos Matías. No dejarán a Pedro en riesgo.



.. Cambiando de tema, ¿esperabas compañía? Digo porque estabas vestida, y la mesa preparada para dos, con el vino, Aída dormida.

… Nunca se sabe.











___ Alberto no la había ido a buscar ni la había llamado por temas personales, le había dado espacio, y a Gaby tenerlo allí la llenó de euforia, le pareció que se le colaba a los huesos, que la llevaba cosida a la piel, que le enriquecía el alma. No tenía sentido tratar de poner excusas a lo inevitable. Lo amaba y Alberto no era Antonio.









… ¿Tienes que irte? Porque tengo comida, además del vino.

… No.

… Pensé que volverías al hospital.

.. Acabo de decidir llamar más tarde, si Guille me necesitara… puedo ir más tarde.









___ A Gaby el corazón le dio un vuelco al verlo sacarse el saco, dejarlo en el respaldo del sillón, arremangarse la camisa, quitarse la corbata, desabotonarse los primeros botones de la camisa, dejándole ver el vello que le quitó el aliento.









… Te extrañé hoy.

… Te di espacio. No quiero que me denuncies por acoso.

… Tonto.

.. Gaby, me cuesta mucho frenar lo que siento si estoy cerca, y por lo que me dijiste prefería no verte, pero quería contarte lo que sucedió, por lo de la guardia que te pedí.

… ¡Qué malo! ¿Viniste por eso?











__ Las miradas se encontraron y Alberto alargó uno de los brazos y la atrajo hacia él, Gabriela se acurrucó en el pecho.









… Extrañé saber qué estabas haciendo, contarte lo que estaba haciendo yo, que fueras a buscarme, todo.

… Bonita, no quiero que te sientas presionada, nuestra entrega será cada vez mayor, nunca ya como la primera vez, necesito que te sientas segura.

… Te has apoderado de mi ser Marini.









___ Los labios de Alberto buscaron rozar los de ella, y al ver que no opuso resistencia, al sentir los corazones desbocados al unísono, el beso se ahondó convirtiéndose en voraz, los labios se enredaron , los cuerpos se atraparon, y Gaby gimió cuando deslizó el beso a la garganta.









Sin interrumpir el beso, fueron hacia la habitación al tiempo que las manos se entrecruzaron desparramando regueros de ropa aquí y allá, hasta caer desesperados en la cama, mientras una desinhibida Gabriela acarició el vello de un musculoso muslo y fue más allá hasta comprobar el deseo duro y pulsátil de su hombre por y para ella.



Alberto ahuecó sus manos en las cumbres que ella mostraba orgullosa, torturando los pezones con los dedos hasta erguirlos más y más, al tiempo que la acomodó en la cama atrapándola con su cuerpo enorme dejándola sin aliento y excitada más que nunca.











.. Sos mi mujer, Gabriela, por mí serías mi esposa, pero no me has dado el sí todavía, te amo.









__ Gaby no encontró excusas ni nada que responder, jamás había estado excitada y deseándolo como allí, y se sintió tan conmovida que las lágrimas de amor escaparon por el rostro, mientras las manos de Alberto la recorrieron por entero, y los largos dedos acariciaron la cara interna de los muslos, llegando a la intimidad, penetrándola con ellos.



Gaby se rindió moviendo las caderas para absorberlos y sentirlos, frotándose contra la mano, perdida en el rostro excitado de su hombre a la vez, hasta que Alberto la instó a doblar las rodillas y los labios la recorrieron desde los pies y en la expectativa ella se estremeció retorciéndose, hasta que alcanzó con los besos su intimidad y todas las defensas se desmoronaron sucumbiendo en las oleadas de placer.



Alberto fue implacable, concentrándose en darle todo con labios y lengua, en una cadencia y ritmo incapaz de ser tolerado, llevándola al borde del abismo y Gaby cayó cegada en un orgasmo arrollador, con espasmos incontrolados prolongado más allá,…, por las caricias suaves que siguieron allí.



Alberto luego la recorrió hasta encontrar los labios nuevamente, y apenas protegiéndose la cubrió nuevamente penetrándola de una vez, para salir y hundirse en forma absoluta hasta atravesar el ser.



Gaby aturdida aún de a poco salió a su encuentro, y movió las caderas a su ritmo, la cadencia variaba, y los movimientos también…. desde lánguidos enloquecedores, a implacables después, pero cuidándola y pendiente de cada respuesta, descubriendo qué le agradaba más y cómo darle más y siempre más. Le estaba haciendo el amor como solamente él podría, y Gaby lo supo sin dudas, gimiendo, nombrándolo, mientras las embestidas iban y venían , llegaban al fondo, y ella las seguía, sin vergüenzas, sin pudor, imposible de controlar nada, hasta que sintieron que juntos comenzaban a estremecerse, que las llamas los estaban consumiendo, que ninguno de los dos se salvaría del incendio, y se sacudieron en la explosión final cuando al fin él se deshizo derrumbándose en los restos de ella.



Mucho o poco tiempo después, siendo uno aunque ya eran dos, se ducharon uno al otro, entre sensuales caricias, besos y arrumacos, incrédulos de lo que acababa de suceder.









… ¿Me apuré otra vez?

… No. Pero fue muy distinto.

…. Siempre lo será, te lo dije, cada vez será e irá más allá. El amor in crescendo lo hace diferente cada vez.













Bs. As., martes 22 de julio de 2015.

Hospital Borda.















___ Guillermo se había acostado junto a Pedro, que ahora dormía en sus brazos relajado, pareciendo en paz, al fin.



Ni siquiera había comido en el día, ni sabía la hora aunque presumía que era el horario del crepúsculo, cuando con el rostro arrebolado, tierno y como regresando al fin, para esta vez quedarse aferrado a él, Pedro abrió los ojos y la sonrisa con hoyuelos lo iluminó.









…. ¿Estás bien?

…. Sí. ¿Qué hice antes?

… No importa, ya pasó. Lo único que importa es que sufriste dos tremendos golpes entre ayer y hoy, y sin embargo puedes estar acá.



Lo que resta es sencillo en comparación, solamente tienes en la mañana que decir a los jueces toda la verdad, y si Dios quiere, en un par de días saldremos de acá, a nuestro hogar por ahora de dos.

… Lo haré.

…¿Tienes hambre?

… Un poquito.

… ¿Seguro que te sientes bien como para levantarte y que cenemos?, me has hecho ayunar hoy.

… Sí amor, me siento bien ahora.













___ Antes de que Guillermo reaccionara, Pedro le rodeó el cuello con los brazos atrapando los labios desesperado, y cuando pudo reaccionar, Guillermo lo estrechó más y continuó el beso como si no quisiera que acabara más, como si esa boca fuera una poderosa adicción que debiera consumir con mesura, por el riesgo de morir en ella, y cuando se separaron estaban uno perdido pero en el otro como si nada hubiese sucedido más que la unión allí.











___ Pidieron una cena liviana, esta vez apenas con agua, y terminaron apurados, embebidos en la mirada, amándose en ella, sin miedo a la mañana, deseando salir de allí en pocas horas después, sin pensar en nada más que en regresar a la cama y hacer el amor.







Ambos se sacaron por sobre la cabeza, camisas y remeras que olvidadas fueron al suelo sin más, y riendo,…, atropelladas las manos de Pedro fueron decididas a desabotonar el cinto y los pantalones de Guillermo, lamiendo el abdomen mientras los descendía, hasta la línea del vello que se perdía más abajo, encantado de sentirlo tan cerca, y Guillermo enterró los dedos en el cabello…. asombrado de lo que estaba por suceder.











… Un botoncito más, ___, y luego le bajó los bóxers, Guillermo le ayudó esta vez y todo cayó, al tiempo que Pedro se lanzó por él y la delicada piel se movió con facilidad arriba y abajo hasta que al abarcarlo en la boca,…, Guillermo asombrado se estremeció jadeando, mientras Pedro lo devoró, con los labios, la lengua, los dientes enfundados, improvisando, imaginando, disfrutando del gusto salado, del tacto aterciopelado, del latir desbocado, compensándolo, succionando hasta lamer una gota de fluido para cuando Guillermo lo llamó, y reptó por el cuerpo hasta recolocarse haciéndolo rodar y montarlo como nunca, penetrándolo asombrado, imponiendo un ritmo inesperado, pero luego deteniéndose a sentirlo, para prolongar el momento, y dejar el abrazo allí, concentrados en el beso de bocas, retorciéndose de placer, cuando las manos fueron a los pezones, y Pedro reanudó las embestidas, intercambiando besos, caricias, el mismo aire, el mismo sudor, los mismos latidos, el mismo corazón ….al ascender a la cornisa a vislumbrar el abismo, hacia el que decididos a demolerse se lanzaron los dos, chocando en la gloria de saberse Uno y Uno con Dios.













CONTINUARÁ.







PRECAUCIONES: La ficción contiene lenguaje adulto y escenas explícitas relacionadas.