ENIGMA. CAPÍTULO 34.

ENIGMA.


CAPÍTULO 34.




Bs. As., lunes 21 de julio de 2015.



___La luz mortecina de un día gris entristecía la mañana y Pedro se vistió como un alma en pena, pese a que luego de un mes usaría ropa de calle y la volvería a ver.

Un mes atrás había sucedido todo, el hoy le negaba la posibilidad de tener a Claudia en sus brazos para festejar su cumpleaños número diecinueve, y se volvió a sentir vacío, de a ratos odiando al destino o a los hombres que se la habían arrebatado sin siquiera permitirle una despedida.



… ¿Estás listo mi amor? ¿Estuviste llorando?
.. Un poquito.




___ Guillermo le acarició la mejilla con los nudillos, y le ayudó a cerrar el cierre del piloto con capucha que le había traído para ocultarlo de curiosos, además de un nylon impermeable y paraguas porque una fina llovizna parecía unirse al estado de ánimo.




… ¿Seguro que deseas ir?
… Sí, tengo que poder asumir que no estará más a mi lado, que no festejaremos cumpleaños, ni ninguna otra cosa ya.

¿Estoy bien?
… Precioso y encapuchado, nadie te reconocería, ni yo siquiera.
.. Tonto.
… No creo que Miguel sepa adónde las enterraron, tampoco que nos siga allí, pero prometí tomar precauciones, hasta yo usaré capucha.
… ¿Tendremos custodia?
… La guardia que tienes solamente, mucha gente llamaría la atención. Vamos, no mires a nadie, no escuches lo que digan, recuerda que muchos deliran. Y si sientes algo raro,…, aviso de ataque de pánico o convulsiones regresaremos.
… Estaré bien.




___ Recorrieron los pasillos sin darse cuenta, sin conciencia,…, con la mente y el alma perdidas en lugares distintos.

La de Pedro en su familia que ahora estaba bajo tierra, la de Guillermo en él, y entraron a una camioneta que los llevó hasta Chacarita, donde descendieron seguidos de cerca pero disimuladamente por los custodios.

De manera casi imperceptible, Guillermo aferró la mano de Pedro y sintió el temblor que disimulaba en el llanto silencioso, del día húmedo que soportaba estoico como un merecido castigo eterno, por estar vivo, y quizá alguna vez sentir el dolor adormecerse.

Una pareja de ancianos lloraba al salir de un panteón, pocos estaban esparcidos ante las tumbas, cuando al fin llegaron a la de Claudia Beggio, en el suelo,…, la piedra cubría a la mujer- niña cuya vida había quedado detenida un mes atrás, con una lápida que demarcaba lo que ya no iba a transcurrir hacia delante.

Pedro se soltó con los dedos y el frío colándose al alma, las lágrimas agolpadas tras los párpados, rodaron al descender la mirada.
Guillermo lo dejó, era su derecho, debía vivir ese dolor.




… ¡Feliz cumpleaños princesa, dondequiera que te encuentres! Espero que lo pases con mamá y papá.

Perdón, no supe, no pude cuidarte. No llegué a tiempo ninguna de las dos veces, no estuve cuando te atacaron ni te acompañé hacia el otro lado en la comisaría.




__ El dolor era tan profundo, tan intenso, que lo oscurecía todo, abarcaba todo acariciando a Guillermo y e irradiando más allá.
Pedro dejó de hacer esfuerzos por contener la catarata de lágrimas que regaron la tumba, las primeras, y seguramente no las últimas que derramaría por ella y allí, un ser irremplazable en su vida que ya no podría recuperar.
No había indulgencia ni consuelo en él ahora que la pensaba bajo tierra.





… Perdón, princesita, perdóname por no haber sabido nunca cuidarte, por haberte dejado sola siendo tan inocente. Porque supe que la llegada de ese hombre sería destructiva y te abandoné allí.
Soy yo quien debería estar en tu lugar.




___ Guillermo sentía que cada palabra susurrada le provocaba punzadas de dagas en el pecho pero era su derecho decirlas, y se mantuvo solamente a su lado en silencio…. mientras Pedro acarició con la mirada los contornos y surcos de la lápida hasta detenerse en el nombre de Claudia, en la fecha de nacimiento, y los murmuró.




… Claudia, nadie debería morir a los dieciocho años, menos padecer lo que tú desde los trece, no lo entenderé nunca. A Diana nunca entenderé.




___Y las palabras se fundieron en un gemido desgarrado, mientras la luz escaseaba, el tiempo transcurría y comenzó a mirar los alrededores, viendo a los escasos seres dolientes alejarse exhaustos, como si ellos entendieran de acarrear un alma solitaria, aunque no supo si se juzgaban tan culpables como se sintió él.

Y se dejó envolver por los sonidos del viento y del lugar cerrando los ojos, mientras Guillermo no sabia cómo ayudarlo, eran lamentos lo que escuchaba, quejidos, involuntarios, quejidos del lugar, y tomó una bocanada de aire de lamentos, de almas, caminó unos pasos, y dio con un ramo de flores en una losa vecina, fría, impersonal para él.





.. Pedrito ¿qué haces?
… No traje su regalo, Guille. Déjame sacar unas pocas flores, no tiene nada.

Disculpa si te robo unas flores, algún día regresaré a reponerlas.





___ Guillermo lo vio recogerlas y se le partió el corazón, más cuando regresó a la sepultura de Claudia, se arrodilló en el barro y las depositó junto al nombre del ser que amaba como para que velaran su sueño en su lugar.



… No tengas en cuenta que son robadas.




___ De pronto se derrumbó en el suelo y apoyó el rostro anegado en la lápida.




…! Perdóname! Hazlo tú hermanita linda, porque yo lo intento pero no puedo hacerlo.
Solamente vine a prometerte, que ese hombre pagará por tu muerte. Pagará por ti y por todo el daño que causa a otros. Te lo juro.




___ Elevó la mirada encontrando la de Guillermo y musitó:

… Te lo juramos.


___Y lloró de rodillas en silencio.



… Me enamoré de Guillermo, pero eso no cambia nada, te lo prometo. También él lo quiere ver pagar por tu muerte y lo anterior.





___Se restregó los ojos escocidos en llanto, inundándose con el del cielo, confundiéndose en los lamentos del viento, y por un instante deseó, hasta envidió la paz perpetua de los muertos.
Pero allí estaba la razón por la cual se ponía de pie cada día, el hombre en el que se fundía para ahogar en él su dolor, la respuesta a cada pregunta.




.. Estoy vivo hermanita. Por Guillermo supe que sigo vivo, y no puedo remediarlo tampoco.




___ Por momentos los lamentos del viento barrieron las lágrimas, que regresaron cuando musitó:




… Por favor, cuida de Diana y de Papá, dile a mi madre que no la entiendo todavía, pero que igual la extraño y la amo.



___Inundado por la lluvia de arriba y la propia volvió la cabeza, y vio el nombre de Diana, y luego de recorrer el de Claudia,…, los esbeltos dedos fueron al de su madre, acariciándolo con dulzura, susurrándole con infinito dolor, el “te amo”.




___ Guillermo ya no soportó verlo torturarse así, ni siquiera pareció ver la calle pese al mes de encierro en el trayecto, y le tomó el brazo para que se incorporara, pasándole un pañuelo secándole el rostro.





… Despídete por ahora, amorcito, ya está. Regresaremos siempre que desees, pero por ahora ya está. Y yo también juro acá que Miguel pagará por su muerte y la de todos.







Bs. As., Lunes 21 de julio de 2015.


___Antonio al salir no daba crédito a lo fácil que había vuelto a la tumba, a lo imposible que le resultaba encontrar una salida. Había despertado ahogado, sudoroso, en medio de pesadillas con la policía, con Gaby y de nuevo con la prisión, con Arias matándolo.

Aspiró una bocanada de aire helado, y necesitó buscar a Pao, saciar su necesidad egoísta de hombre, el vacío que lo embargaba en el alma.
Y pasó buena parte de la mañana con ella, pero su mente y su alma vagaban a la visión de Gabriela. Podría haberla tenido, y el desasosiego y la crueldad le obligaron a fingir desapego y amabilidad.

Era de nuevo un día frío de una mañana perfecta para caminar bajo la lluvia tratando de expulsarla de su ser aspirando el aroma a invierno.



… ¡Manero!




___Antonio dio un respigo al ver a José, pensando que sería peor, que lo habían encontrado los que lo deseaban muerto.



… ¿Quién sos?
… Tranquilo, no trabajo ni para Mendoza ni menos para Arias, por ello te necesito.

Conozco tu historia y puedo llegar a ayudarte.
… ¿ Sos poli?
… No ahora pero lo fui. ¿Vamos a tomar un café?
.. ¿Cómo sé que puedo confiar en vos?
.. No lo sabes, pero según creo tienes un amigo y el resto son todos enemigos, por tanto no tienes mucho para perder.
… ¿Cómo sabes que tengo un amigo?
… No es sitio para hablar, entremos a un bar. Soy José Miller, fui comisario hasta que mataron a Claudia Beggio y dejé el lugar a Gabriela.
… ¿Te mandó ella?
.. No, pibe, Gaby tampoco sabe nada de esto.
… Está bien, supongo que tienes razón, tengo poca gente que me quiera vivo, y muchas chances de que me maten de un bando o de otro.





___ Entraron a un bar y buscaron una mesa apartada, en un rincón, José no podía negarse al pedido de Guillermo, ya tenía vía libre con Matías para apagar las cámaras, en definitiva había que embarrar a Mendoza, y cualquier manera aplicada era pausible de ser perdonada.




… Mira Antonio, lo que te voy a pedir es un favor que me pidió un amigo, que desea hundir a Mendoza. También a Arias, pero fundamentalmente a Mendoza.
… Pero a mí me protege.
… Mendoza no protege a nadie, por favor. ¿Acaso no te entregó como Arias antes? Es más, entregó a Gómez que fue su mano derecha. Sabemos todo.
… ¿No me sacó él, entonces?
… No. Y espero que no abras la boca, porque no tendrás otra oportunidad si nos traicionas, Antonio.
.. ¿Qué significa el plural?
… Te soltaron el fiscal y el juez que no apoyan a Mendoza, precisamente, tampoco a Arias. Trabajo en cierto modo con ellos, desde el crimen de Claudia Beggio.
… No tuve nada que ver con eso, creo que estaba preso aún.
.. Lo sé. Te dije que conocemos tu historia, es más, yo te seguí el día en que Mendoza te hizo llevar para pedirte el secuestro de Gaby y mis hombres te vieron entrar al prostíbulo cuando te liberó.
… ¿Cómo? ¿Sabías todo?

… Te conté hasta acá,…, para que sepas que no miento, nada más, no hagas más preguntas.
… ¿Qué necesitas de mí?
… Mercadería. Tres panes de cocaína.
.. ¿Qué? Es mucho, no tengo dónde conseguirlo.
… Sé que Arias te busca, de tus cuentas con él, sé todo, no te pido que pongas la cabeza con él, pero le puedes comprar a alguien de la banda, te daré el dinero.
… ¿Para qué la quieren?
… Lo sabrás en su momento.
… ¿Qué gano yo ayudándote? Suponiendo que me arriesgue a ir con alguno que la venda. No quiero volver a ensuciarme, estoy limpio desde que salí.
… Si no vuelves a molestar a Gaby y nos ayudas,…. tienes todo para ganar, porque terminaremos reventando tanto a Mendoza como a Arias y a los suyos. ¿Te parecería poco?

Sin ellos sí serías libre para comenzar una vida limpio como dices, con ellos en la calle dudo que puedas.
Es urgente lo que te pido, pero piénsalo y me contestas acá,…esta noche.







Bs. As., lunes 21 de julio de 2015.

Comisaría número 34.




___Gabriela había concurrido al trabajo ya formalmente, sin novedades ni casos terribles como al irse, y salió a mediodía respirando el aire helado, emponchada tras un grueso cuello con bufanda, cuando una voz masculina ahora conocida y amada, la sobresaltó.



… ¡Buenos días!




___Alberto estaba en la acera, apoyado en la pared, con una ramo de flores, ahora rosas blancas enorme como el primero pero en la mano, y sonriéndole con la dulzura del amor confirmado, ofreciéndole las flores.




… Espero que no me eches. Esto es un pequeño soborno para que tomes un rato y vayamos a almorzar, te extraño mucho, pero muchísimo.
… Gracias. Son bellísimas. También yo te extraño, pero quedamos en no interferir en nuestros trabajos, al menos por ahora.
.. Lo siento, tienes razón. Lo sé. Parezco un marido celoso, o un guardaespaldas, pero después de todo creo que necesitas de los dos.




__ El brillo en los ojos celestes mutó a intranquilidad, más que a celos y Gaby supo del temor no confesado.




… No quiero insistir con un tema que te pone nerviosa, pero quiero que sepas que pase lo que pase acá estaré, siempre a tu lado. Y si llegara a aparecer, prometo que no repetiré que te lo advertí.
… Gracias, pero no creo que sea tan imprudente, no tendrá otra oportunidad.


___Alberto la adoraba en la mirada, no seguro de las palabras, y le dio un tirón fingiendo aspirar el aroma de las flores para robarle un beso, mirándola con amor y admiración.




… No me quites mi soborno, o te quedarás sin el almuerzo.
.. No. Pasa que también me gustaría que me digas que puedo venir a buscarte a la tarde, que cenaremos juntos…



___La mirada ahora era seductora y misteriosa. Llena de promesas.



.. Está bien, pero ahora llévame a casa para poner este soborno en agua, a la mía porque en la tuya quedó el primero.




__ Gaby le sonrió, Alberto le acarició el rostro incrédulo aún, mirando la alianza brillando en la mano. Era un secreto de dos todavía. Luego la tomó por la cintura.




… No pensé que tuvieras tanto tiempo.
.. Para vos de donde sea, lo tendré siempre. Mandas en esta relación, y ya hablaremos de todo cuando pase lo de los Beggio.






Bs. As., lunes 21 de julio de 2015.
Hospital Borda.





___Guillermo quiso acompañar a Pedro hasta el pabellón. Estaba aterrado de que tuviera una crisis, que el dolor estallara de alguna de las maneras conocidas.

Estaba ausente y en silencio desde salir del cementerio, apenas le había permitido que le besara las manos, y sabía que Marcos lo esperaba en el despacho.

Cuando ingresaron, Pedro fue hacia la cama y se echó en ella vestido, Guillermo acercó una silla al costado.




… Amorcito, si quieres dormir un rato sácate la ropa, hace calor acá.
… No dormiré.
… Igual, sácate un poco de ropa.
…¿Por qué, Guille? ¿Te das cuenta que el llamado de Claudia unió nuestros caminos y los de Alberto y Gabriela?

¿Por qué tuvo que pagar con su vida el amor de dos parejas?

Pudimos encontrarnos de mil maneras, en la calle, en un bar, en un banco,…
No lo entiendo.
… Chiquito precioso, lo sé. Nada parece justo. Tienes razón. Diana y Claudia nos llevaron al encuentro, y a Beto con Gaby. No tengo las respuestas para tus preguntas.

Dicen que los caminos y los tiempos de Dios son perfectos, que nosotros, los pequeñitos hombres somos a veces incapaces de interpretarlos. Quizá en un tiempo podamos, hoy no lo sé.

Tampoco sé por qué Diana no reaccionó antes, y esperó a la muerte de la última chica. Son cosas que no podemos respondernos.
…No continuaré el libro de posibles encuentros en el afuera, sería una ofensa para Claudia. Ella ofrendó su vida para causar esta unión, nos encontramos por ella, acá, en un pabellón, debo sentirme orgulloso por ello y dejar de imaginar otra cosa.
… Me parece bien, si lo quieres, me enamoré de vos acá, en el otro pabellón, es más,…, pensando que ni siquiera hablarías.




___ Pedro tenía la mirada fija en el techo, como buscando escritas allí las respuestas ausentes en el decir.





… ¿Qué pasará con las chicas que rescataron y con las que mataron?
… No sé.
… Si no estuviera preso, o encubierto, o así, quizá por Claudia hubiera podido ayudarlas, me hubiese gustado hacer algo por ellas.
… Pedrito, supongo que el Juzgado las ayudará. Buscarán a la familia, o las deben estar buscando, de lo contrario sabrán de lugares para acogerlas hasta que busquen trabajo, tendrán que buscar su identidad y documentos, no es un tema simple.

Muchas veces en ellas se desarrolla el síndrome de Estocolmo, y aunque te parezca mentira, fuera de cautiverio se pierden y regresan a lo mismo.
.. Pero tú puedes ofrecerles ayuda, deben tener alguna asistencia desde acá o de grupo.
… Sí, puedo pedirle a Alberto que lo organice, para ello me lo tienen que autorizar en el Juzgado. Si te sientes mejor con ello lo haré.

Me espera Marcos en el despacho. Se lo voy a proponer.
¿Puedo dejarte un ratito? Seguramente trae noticias de tu declaración.

Piensa en eso, en que luego de ella iremos a casa, viviremos juntos, iniciaremos nuestra vida de pareja.
… Ve amor, no lo hagas esperar. Dile lo del grupo para las chicas. Con lo que le pasó a Gaby, seguramente a Alberto y a ella les encantará la idea.




__ Pedro luego de un frío momento de silencio, volvió la mirada, con los músculos ligeramente temblorosos, con sombras en los ojos marrones.





…Guille ¿crees que soy capaz de cuidar de ti, de Guillermito, de alguien yo?
… Claro amor. Con Guillermito lo haces mejor que yo.
… ¿Te animarías a tener hijos conmigo? ¿Crees que podría cuidar de hijos de los dos?
… Serías el mejor padre, te veo con mi nieto, precioso.





__ Con la necesidad inquieta de perseguir y capturar el amor, de confirmar cada sentimiento, Pedro continuó.





… Dime que me amarás para siempre, que a ti no puedo perderte.
.. Claro, nunca me perderás, te amaré para siempre, te amo así.



___Guillermo se levantó y le besó dulcemente los labios, la frente, los ojos que lo miraban sombríos pero con dulzura, ausentes pero cálidos, bellos como la miel.



… ¿Y vos? ¿Me amas?



___Pedro le respondió besándolo, y se sintió vivo de nuevo en la unión, recordando que en el crepúsculo aparecían sus sueños, que alguna vez al visualizarlo lo había soñado a él.



__ Guillermo le depositó un beso en las manos,…. pálidas, esbeltas, las mismas que lo enloquecían en el contacto, y fue retrocediendo a su pesar, acariciándolo con la mirada, alcanzando a ver que cerraba los ojos, quizá ya pesados de tanto llorar, mientras el alma se le arrugó en la visión, el corazón latió fuertemente, y las manos temblaron al abrir la puerta suspirando.

El aliento le faltaba, los pasos supo que eran más que lentos, pero una turbulenta energía de ira sin embargo le impulsaba hacia el encuentro con Marcos.

Comprendió de súbito cuán sutil y extraño era el odio.
Por primera vez, en el cementerio entendió que odiaba profundamente a Miguel, era un sentimiento tan vivo como el Amor que lo unía a Pedro.

Y no quería mentirse, estaba intentando que lo pudieran llevar a la cárcel, que quedara sin fueros, sin fuerzas, pero muy internamente, deseaba que desapareciera del mundo. Cuán libre y vivo se sentía admitiendo para sí mismo que deseaba la muerte de Miguel.

Odiándolo así, no podía seguir pisando los mismos lugares que él.
El dolor compartido frente a la tumba de Claudia lo había unido a Pedro mucho más de lo que habían logrado hasta el día.

___Y en un silencio iracundo entró al despacho, donde Marcos esperaba, con la notificación de visita, de audiencia para el miércoles, y con una enorme bolsa de plástico conteniendo chucherías allanadas en el prostíbulo.


Estuvo largo rato con Marcos, contándole de Pedro, de sus sentimientos, y de su plan para que sacaran a Miguel de la Fiscalía,… temerario, difícil, pero del cual ya no había marcha atrás.

Alberto llegó a tiempo de escuchar el final, y aunque lo saturó un gélido escalofrío de pánico, esta vez no se opuso.

___Cuando Marcos se fue, Guillermo y Alberto se pusieron al día con las novedades, y Alberto le contó que se había comprometido con Gabriela.

Se mostró encantado con la idea de Pedro de averiguar en el juzgado si autorizaban un grupo de ayuda para las chicas que fueran rescatando, ya que según Marcos,…, en días continuarían con los allanamientos.

Mientras charlaban sonó el celular de Guillermo.





… Voy a trabajar un rato Guille, estamos al tanto.
… ¡Hola, José!
… Guille, hablé con Manero, aceptará. Lo dejé hasta la noche pensando, pero no tiene más alternativas que aceptar. Y le dije una pequeña mentirilla a Matías, que no tiene por qué serlo, puedo poner micrófonos en el despacho de Miguel, pero básicamente le pedí que me apague las cámaras de seguridad y me libere la zona para entrar los paquetes, eso no se lo dije.
… Gracias, José, Sabía que encontrarías la manera.

Ahora me toca actuar a mí. Avísame cuando te entreguen la mercadería.
… ¿No me contarás lo que estás haciendo?
… Marcar el envoltorio donde la colocaremos con huellas de Miguel, no te mandes solo cuando la tengas, nos encontraremos acá, en un pabellón a solas.
Confía en mí.





___ Guillermo sintió el odio bullir en la sangre, lo necesitaba para lo que ahora tendría que hacer, lo más peligroso de todo pero también la trampa ideal para Miguel.
Para tomar fuerza, aspiró el aire, y marcó el número que jamás pensó en utilizar, y la voz que nunca quiso escuchar, le respondió como siempre, con ironía y burla.






…¡Querido hermanito! ¿Te arrepentiste de tu maltrato en el restó y llamas para disculparte?
… No precisamente. Tengo algo que puede interesarte.
… ¿Vos?
… Cosas que sacaron de tu bulo, por ejemplo.
… ¿Qué?
… Si quieres comprobar que sé todo, puedes venir a verlas por la mañana.
… Yo no tengo nada que ver con esas cosas.
… ¿Y con la búsqueda de Pedro Beggio?

… ¿Qué sabes vos de ese tipo?
.. Que es autista, y está internado acá, desde que mataron a los padres.
… ¿Cómo? ¿Lo tienes allí? ¿Habló?
… No creo que hable alguna vez, pero si vienes por la mañana te haré comprobar su estado. Ya no tienes que seguir buscando.
… ¿Y por qué me lo pones en bandeja vos?
… No te lo pongo en bandeja, quiero que sepas de su condición, no podrá declarar en tu contra ni de nadie, primero porque no te conoce ni la historia de sus padres, segundo porque no habla.
… Quiero comprobarlo, sí. Iré.
… Te estaré esperando, pero lo verás y lo dejarás en paz, a cambio haré desaparecer las cositas del lugar que te dije, no sin antes mostrártelas para que revises a ver si en verdad no son tuyas.
… Claro que no son mías. A las diez estaré allí.





___ Guillermo exhaló el aire y la furia que estuvo conteniendo en la llamada, mezclada con asco y mucho más, temiendo por Pedro, rogando porque su plan no tuviera fisuras.

Sabiendo por Ana, que Pedro agotado de llorar estaba dormido, fue a la habitación a guardar la bolsa bajo llave, preparó un baño y repasó el plan mentalmente,…, mientras el agua lo fue relajando para regresar junto al hombre que amaba.

Tenía que contarle las cosas paso a paso, y esa noche tendría que decirle lo que debía mostrar a Miguel.

Sintió estremecimientos por doquier al pensarlo, pero si funcionaba, podría ponerlo a salvo, de lo contrario, tarde o temprano Miguel llegaría igualmente a él y por él.


Trató de parecer tranquilo cuando regresó a su lado.





… ¿Despertaste amor?



___Se inclinó a besarlo sonriendo en los labios y Pedro se incorporó, mirando alrededor como reconociendo el lugar.


.. Es raro que quizá en un par de días dejemos este lugar.



___Guillermo lo acarició sobre la camisa, y Pedro se sintió fresco.




… Saquémonos la ropa, hazme el amor, Guille.
.. Eh, no. Cenemos primero.,
… No, luego.




__ En un acuerdo tácito cada uno sacó la ropa que llevaba encima, y la belleza de cada uno apareció frente al otro como la primera vez.

Pedro se deslizó fuera del lecho, pálido, delgado, desnudo, espléndido, y fue hacia el ventanal abriendo las cortinas para dejar que la luna espiara si se asomaba, o el crepúsculo en el cruce con el sol, desconociendo la hora exacta.
Guillermo se embebió en su bello torso, reparó en las firmes nalgas, en la exquisita virilidad que emanaba, en la fuerza interior de su cuerpo delgado.
Y le extendió los brazos.



… Sos hermoso, puro, bello.




__Pedro en su desnudez erguida se ruborizó e intentó cubrirse con las camisas del montón.



.. No, déjame mirarte, deseo acariciar con los ojos el vientre plano, el pecho, los muslos, tu virilidad anhelándome, oscura, valiente sobre una nube de bellos.___ Y Guillermo se asombró de querer contemplarlo como redescubriendo el cuerpo de un hombre y del suyo en el del que amaba. Se extasió en las curvas, en la estrecha cintura, en la redondez de los hombros, en el vello del pecho, en las tetillas, en el vello del vientre perdiéndose más claro en la pelvis, en su virilidad.

Y se acercó aferrándolo de las caderas, atrayéndolo a su boca excitado y tomando pequeñas gotas de fruto ya derramado, manteniendo el abrazo íntimo, hasta abarcarlo en la boca con maestría, mientras Pedro se estremeció cambiando el foco de la conciencia hacia el centro de placer, viendo como su sexo se expandía, crecía, se agigantaba, se endurecía, mientras Guillermo lamió y succionó temblando a la par y con la mente derretida, en un raro estremecimiento durante el clímax de Pedro que lo fundió en uno a la vez, arrastrándolo a la descarga ciega y extrema en la boca, hasta que quedó empapado en la esencia de su amor.




… Quiero ir a vivir contigo.
… Y yo amor. Si no existiera el mundo, si ahora mismo pudiera crear otro para vos, créeme que lo haría.


___Guillermo manteniéndolo abrazado de las caderas lo llevó a tumbarse, en una promesa de noche de pasión sin fin.

Pedro a pesar suyo estaba asustado de una entrega tan absoluta a otro ser a tan poco tiempo de perderlos a todos, pero sumido en oleadas de estremecimientos de sensualidad únicos, agudos, explosivos, más deseables y a pesar del miedo lo dejó hacer, y en la entrada a fondo, una sensualidad desvergonzada, insolente lo sacudió, lo despojó de los últimos reparos, e hizo de él un hombre nuevo, el hombre de Guillermo. En una sensualidad abrasadora. Con el fuego en la sangre, a su vez se fundieron las almas, y el mismo fuego quemó lo indeseable, la vergüenza más profunda en los dos, las corazas más antiguas, en los lugares más recónditos.

Y dejó a Guillermo que lo poseyera a su antojo, por todos lados, embistiendo bravo, otras veces lánguido, con tiempo al comienzo, desesperado en el dolor luego, y sin embargo la pasión creció siempre, consumiendo, devastando, atravesando las entrañas, y creyendo que llegarían a morir en ella, no les importó.

El fuego completamente puro del amor quemó vergüenzas y fundió todo en pureza, la materia se deshizo en ella. La vergüenza que era miedo murió en la entrega, en las mutuas absolutas entregas de una noche a la que no desearon poner fin.

Y fueron un ser, desnudo, puro, primitivo, natural en su esencia, desprovistos desde la raíz de miedos y de vergüenza.

No quedó nada oculto, y así eran ellos y la vida en sí misma, en su naturaleza de hombres, la desnudez última con su hombre, con su ser.


Estallaron miles de veces, se rearmaron y volvieron a fundirse en el Uno, hasta que al fin exhaustos en la ducha, decidieron poner fin por un rato, cenar y hablar.






… Pedro ¿confías absolutamente en mí?
… ¿Lo dudas?
… No, por eso es que decidí hacer lo que vamos a hacer, pero tienes pruebas difíciles que sobrellevar. Tengo que prepararte.

… ¿Qué pruebas mi amor? ¿La declaración?
… No es tan brava y falta un día para ella, en la mañana será la peor.

Necesito que logres enfrentarla, y que juntos podamos vencer a Miguel.
…¿Cómo?

… Lo llamé y le dije que estás acá antes que llegara por su cuenta, que no lo conoces, que no supiste la historia de Claudia y de Diana, que no hablas, que eres un autista extremo, y vendrá a corroborarlo en la mañana.

Diga lo que diga, haga lo que haga, estaré con vos todo el tiempo, los guardias en la puerta, necesito que finjas el autismo absoluto, que se lo hagas creer, para que luego de la declaración, cuando cambien la carátula, nos ocultemos en casa, y si regresara a buscarte, encuentre su fin, o a alguien que lo empuje hacia él.


¿Podrás?





CONTINUARÁ.