"ATRAPADOS". CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS.

"ATRAPADOS".

CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS.

PREVIO…

 

Boston, miércoles 06 de abril de 2016

Hemos logrado, porque si estamos proyectando el futuro, ya está acá, sólo faltan horas para plasmarlo en real, te amo Pedro, amo a José, pasaría por todo sin cambiar ni un día, si este es el camino a recorrer de ahora en más.

… Te amo igual, daría lo mismo, aprendí a mentir, contra mi voluntad, hasta empuñé un arma, pero sé que no hicimos daño a nadie, que sólo intentamos no estar… atrapados.

“Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría”.

*Mario Benedetti.

El sistema/3

 “QUIEN no se hace el vivo, va muerto. Estás obligado a ser jodedor o jodido, mentidor o mentido. Tiempo del qué me importa, el qué le vas a hacer, el no te metás, el sálvese quien pueda. Tiempo de los tramposos: la producción no rinde, la creación no sirve, el trabajo no vale. 

 En el río de la Plata, llamamos bobo al corazón. Y no porque se enamora: lo llamamos bobo por lo mucho que trabaja”. 

Eduardo Galeano - El libro de los abrazos.

 

Viernes, 08 de abril de 2016. Washington.

Lo más destacado que ver en Washington es, sin duda, la Casa Blanca. El edificio más reconocible de todo el país tiene un sistema de visitas al que puede acceder cualquiera y sentirse como un presidente de película, aunque por fuera ya es bastante espectacular.

El siguiente en la lista de sitios que ver en Washington sería el Memorial de Lincoln. Este señor fue uno de los presidentes más destacados de la historia del país y el iniciador de la abolición de la esclavitud. Y siguiendo con los presidentes y con los lugares que ver en Washington está el Monumento a Washington, el obelisco de 184 metros de altura al que se puede subir y tener unas vistas impresionantes de toda la ciudad.

Hay muchos teatros y museos en la ciudad, sin duda otra de las cosas que hacer en Washington es pasar unas horas impregnándose de cultura de esta ciudad. Para amantes de la ciencia, hay que visitar en Washington el Museo del Aire y del Espacio. Aquí se pueden ver las cápsulas del Apolo 11, 12 o 13, cámaras Super-8, instrumentos del viaje a la luna, etc. Y esto es sólo un ejemplo porque en la ciudad hay muchísimos museos más como el de Arte Americano, el de Historia, el de Historia Natural...Por su importante relación con la guerra también están los memoriales a Iwo Jima y el de la Guerra del Vietnam, ambos muy emotivos y que forman parte de las cosas que ver en Washington. Y así, una lista larguísima de sitios y cosas que hacer en Washington hoy.

…Papá, es muy linda esta ciudad, mira Fabián está todo lleno de flores. Guille, es lo que te gusta, deberíamos vivir acá __ dijo José embelesado.

… Es así, la ciudad no es como  la que dejamos, menos como Nueva York, tiene más espacios verdes,  menos edificios, más muesos,  memorial, monumentos y la Casa Blanca, el Capitolio __ respondí revolviendo el pelo a mi hijito__. Estaba feliz de su asombro, al fin luego de años de estar aislado, chocaba con el mundo, aunque a todos nos impresionó por igual la ciudad, apacible por ser el centro político, con flores por todas partes que a Guille lo tenían embrujado.

..Es precioso de verdad, casi que dejó de gustarme el cemento al ver estas flores, me gustaría vivir en esta ciudad, Pedro.__ Sonrió y enseguida me dio un suave beso __. En otra vida, en ésta ya estamos demasiado comprometidos en Argentina.

… Viejo, el museo del espacio estuvo impresionante, lástima que no me dejaron sacar fotos, compré videos y folletos, encima el negro grandote me retó en inglés _ dijo Fabián y Guille sonrió.

… No hijo, toman medidas de seguridad extremas, imagina que les desaparecieron las torres, a punto estuvieron de volar esa belleza que vimos.

… Papi, ¿esa casa blanca y el otro edificio de quién es? _ José preguntaba todo, no le alcanzaba la mirada para detenerla en cada parada, habíamos recorrido la zona de Casa Blanca, Capitolio, Memorial a ex presidentes y guerras, estábamos en zona de restaurantes y residenciales__. No hijito, de todos, allí está el presidente, y lo que en Argentina sería el congreso, de un lado la cámara de diputados, en el otro la de senadores. Hace demasiado frío, pararemos a comer, acá todo se cierra muy temprano, a las 17 horas no queda nadie en las calles, por el frío, y  mejor será estar en el hotel.

… Pedro, ese Hilton, es impresionante, ¿estás seguro que podremos pagarlo?__ interrogó Guille, no estábamos acostumbrados, menos yo que viví en Misiones años, pero sí, gracias a todo lo sufrido podíamos y quise dárselo, sobretodo a los chicos.

..Pedro, yo no hago deportes como vos, pero el gimnasio tiene esas máquinas gigantes, es tan tentador, que cuando vayas, me prendo __ dijo sonriendo Fabián.

… En la mañana quizá, antes de salir, el tiempo para dar paseos no es mucho, será mayor en Nueva York, ya pasado mañana volamos.

… Papi, son impresionantes esos aviones, nunca vi en la reserva, allí a veces había avionetas.

… Sí, mi niño, por eso vinimos, para que conocieran los aviones, estas ciudades, y la playa de Miami, Disney.

 

“Washington D. C.

De Wikipedia, la enciclopedia libre

“Washington D. C., oficialmente denominado Distrito de Columbia (District of Columbia), es la capital de Estados Unidos. Se administra como Distrito federal, una entidad diferente a los cincuenta estados que componen dicha nación, y depende directamente del gobierno federal. El Distrito de Columbia fue fundado el 16 de julio de 1790, y en 1791 se oficializó, dentro del distrito, una nueva ciudad denominada Washington, al este de la ya existente Georgetown. En 1871 se unificaron los gobiernos de estas dos ciudades y del resto de poblaciones del distrito en una sola entidad, D. C.

Se localiza a orillas del río Potomac y está rodeada por los estados de Virginia al oeste, y de Maryland al norte, este y sur.

La ciudad de Washington nació como una ciudad planificada, y fue desarrollada a finales del siglo XVIII para servir como la capital nacional permanente, después de que diversas localidades ostentaran dicha posición desde la independencia del país, en 1776; en tanto, el distrito federal fue formado para marcar la diferencia entre la capital nacional y los estados. La ciudad fue nombrada en honor a George Washington, el primer presidente de los Estados Unidos. El nombre del distrito, Columbia, es el nombre poético de Estados Unidos, en referencia a Cristóbal Colón (en inglés Christopher Columbus), descubridor de América. La ciudad es llamada comúnmente Washington, the District (el Distrito) o simplemente D. C. En el siglo XIX también se la conoció como Ciudad Federal o Ciudad de Washington.

Los centros de las tres ramas del Gobierno de los Estados Unidos se ubican en el Distrito. También situadas en la ciudad están las sedes del Banco Mundial, el FMI, la OEA, el BID, y otras instituciones nacionales e internacionales, incluyendo asociaciones profesionales y sindicatos. Debido a su importancia a nivel político, Washington es un lugar de frecuentes manifestaciones y protestas, particularmente en el National Mall. Además es un destino popular entre los turistas, debido a los numerosos monumentos y lugares de interés nacionales. La ciudad es un centro de la historia y cultura estadounidense, y en ella se encuentran el complejo de museos más grande del mundo (el Instituto Smithsoniano), además de galerías de arte, universidades, catedrales, centros e instituciones de arte dramático, y escenarios de música nativa.

El Distrito de Columbia y la ciudad de Washington son gobernados por un solo gobierno municipal. Para cuestiones prácticas son considerados como la misma entidad. Éste no siempre ha sido el caso: hasta 1871 —cuando Georgetown dejó de ser una ciudad separada— había múltiples jurisdicciones dentro del Distrito.^[3] A pesar de que hay un gobierno municipal y un alcalde, el Congreso tiene la autoridad suprema sobre la ciudad y el distrito, lo que resulta en que los ciudadanos tengan menos autogobierno que los residentes de los estados. El Distrito tiene un representante en el Congreso, pero no tiene derecho a voto.

La población del Distrito de Columbia es de 646 449 habitantes en 2013 según estimaciones de la Oficina del Censo de los Estados Unidos.^[1] El área metropolitana de Washington D. C. es la octava más grande de Estados Unidos, con más de 5 millones de residentes,^[2] y el área metropolitana que forma junto a la cercana Baltimore tiene una población que excede los 8 millones. Si Washington D. C. fuera un estado, estaría último en cuanto a superficie (por detrás de Rhode Island), en penúltimo lugar en cuanto a población (por delante de Wyoming), en el lugar n.º 35 en cuanto a producto interno bruto y primero en densidad de población.

Aunque el Distrito de Columbia no tiene un miembro votante del Congreso los residentes todavía están obligados a pagar impuestos al gobierno federal. Esto es diferente de los territorios de Estados Unidos, como Puerto Rico, cuyos ciudadanos en general no pagan impuestos sobre la renta individual. Los residentes protestan por la falta de derechos de voto, sobre todo porque la falta de representación en el Parlamento británico fue una de las principales razones para la independencia del país del Reino Unido. La ciudad adoptó una frase de la Guerra de la Independencia, «No hay tributación sin representación», para protestar por la falta de derechos de voto.^[4] El eslogan también aparece en las placas de automóvil expedidas por la ciudad”.

… Es para quedarse a vivir en cada ciudad, pero supongo que mejor es llegar a Miami, disfrutar de la playa, acá el frío no deja andar demasiado __ dijo Fabián mientras cenábamos, raramente a las 17 horas, very late, decía el mozo, muy tarde era para ellos, para nosotros era más almuerzo que cena, nos corrían de todos lados con los horarios, pero estábamos tan felices, que reíamos.

… La pasaremos genial, ya verán lo que será el hotel, haremos excursiones, además creo que alquilaré un auto, es fácil manejar allí, y son automáticos, así seremos más libres, allí estaremos como en casa.

..Pedro, a casa no  querrán entrar estos dos luego de visitar estas ciudades, ni a la de Orestes, más vale que pronto busquemos una linda allá. Estas comidas y el café lavado  me vuelven loco, mejor comeré ensaladas __ protestó Guille.

… Ya amor, es lo que extrañaremos de Argentina, los asados y el café, al regresar  nos pondremos al día __. Fabián, si mi niño no te deja dormir avisa,  lo veo demasiado  inquieto, ansioso, no está acostumbrado  a esto.

… Al contrario, Pedro, llegamos tan cansados que lo ducho y ya se me empieza a dormir, ustedes disfruten, que es una luna de miel anticipada, a todo esto, ¿cuándo se van a casar?

… Hijo, espera, calma,  yo  me siento en el exilio luego de meses de estar atrapado por tu tío, huyendo por todos lados, sin casa, después secuestrado, no veo la hora de regresar, nada más que para readaptarme, no ya a la casa, allí viví con tu madre, con Juan, no es lo justo para Pedro quedarnos, pero sí me llama el estudio, además aunque pareciera que pasó un siglo por el peligro constante, no es nada, Camila murió el primero de enero, Juan días antes, estamos en pleno duelo.

.. Yo creo que fin de año puede ser buena época, amor, si es que ya me acomodé en los trabajos, que no sé dónde será, si ya equipamos una casa, pero creo que puede ser bueno.

Me gustaría instalar el instituto cerca del estudio, para no estar separados todo el día, además que el nene pase  el tiempo que no se encuentre en el jardín en uno u otro lado.

… Me parece, perfecto, te ayudaremos a buscarlo, con Alberto, vos hijo debes regresar a la facultad, o perderás el año. Al menos… en el tiempo de ausencia en que no supiste nada, seguiste con el cursado.

__Empezamos a hablar en clave, decidimos regresar al hotel, el frío luego calaba hasta los huesos.

…Papi, ¿llamarás a Nélida? Lo prometiste.

… Sí, hijito, la traeré, ya le dije cuando viajé, en cuanto instale el sitio, ella vendrá, vivirá cerca o con nosotros, quizá en la casa del parque de la de tu abuelo, no la usa.

“Llegamos al hotel y era imposible no recorrerlo un rato, tomamos una copa con Guille en el bar, pero mi niño se tumbaba de sueño, de hecho se quedó dormido en mi regazo, subimos todos con sigilo, lo llevé a la cama para que Fabián leyera o viera algo sin ser molestado, nos despedimos hasta el desayuno”.

… No despertará, está fundido, en la mañana iré a correr, te aviso, luego seguiremos paseando museos, en coche, y ya temprano estaremos rearmándonos para volar pasado a la Gran Manzana, chao Fabián.

… Buenas noches hijo, descansa.

“Llegamos a la suite, y mientras Guille se paseó distrayéndome al ir quitándose provocativamente la ropa, para quedarse en bata,  recibí el llamado que esperábamos,  me acomodé acurrucado a su costado, me estrechó, mientras agudizó el oído”.

… Sí William,  ya dejamos Boston, pero es lo que te contamos, es lógica la actitud de tu esposa, prudente, dale tiempo. Lo importante es que sabe que estás vivo, que tiene nuestros datos, que si quiere ubicarte podrá __ le dije tranquilizándolo __. ¿Cómo están?

… Más o menos, digamos que pudo ser peor, cuando los llamé antes, no les dije lo grave que estuvimos, en coma, congelados, con agua en los pulmones, nos salvamos de milagro, digamos que porque estaba acostumbrado a experiencias extremas, no vi al Pampeano por días, ahora sí estamos en la habitación intermedia, con el nuevo rostro tapado aún, no me resulta fácil hablar, el resto de contusiones, de heridas, están evolucionando, dicen que en un mes estaremos como nuevos. Mis contactos están marchando los documentos, buscando un sitio __ respondió eludiendo decir dónde, entendimos __. Me alegro que Elizabeth los conociera, que ya sepa de la cuenta, que empiece a usar el dinero, el perdón vendrá o no con tiempo, mucho.

Por lo pronto, con nuevo rostro y nombre podría ir a verlos, pero prefiero no forzarlos, no podré ser o ejercer de abogado, excepto que rindiera reválida, veremos, estamos planeando en tanto poner un negocio, una concesionaria, algo así, veremos, por ahora estamos averiados aún, disfruten del paseo que lo merecen.

Lamento que hayas tenido que volver a mentir por mí, pero ya terminó __ concluyó.

.. No te preocupes, Miguel me acostumbró a cosas peores, además  ellos casi dieron por hecho lo de tu muerte, no indagaron demasiado, y estamos satisfechos, contentos de que tengan otra oportunidad, de verdad, no la suelten.

En quince días estaremos en Bs. As., quizá cuando cambies de identidad, teléfonos, etc. sería bueno por seguridad que matemos a William, me parece lo mejor.

… Me parece, bien, gracias por todo,  los llamaré cuando me vea la nueva cara, cuando esté de alta, saludos, besos a los chicos, saludos indirectos, y gracias por todo. __ Cortó y me quedé envuelto en el calor de los brazos de Guillermo que tanto había añorado.

… Loco, ¿no? era igual a mí, saldrá de allí con otra cara, ojalá que se le den las cosas como espera. Pensaba que por momentos si tuve un rescoldo de culpa por desear la muerte de Miguel, hoy se desvaneció, si el perro no lo hubiera asesinado, o los militares, si William hubiese sido apresado, tendríamos que haber pasado meses de juicios, en Argentina y por tu cargo, acá, en los dos países, íbamos a seguir atrapados en el tema años quizá, la supuesta muerte de uno, la real del otro, nos permitieron continuar o recomenzar nuestras vidas _ dijo Guillermo acariciándome el pelo, aunque me aparté para quitarme el suéter por sobre la cabeza, allí con calefacción hacía calor. Más la de los cuerpos llamándose como cada vez.

… Merecemos esto, sabes, miraba a los chicos, a Josecito, y lo vi tan excitado, asombrado, que sentí un dejo de nostalgia,  apareció la imagen de Camila, ¿no te molesta que hable de ella, verdad?

… No, lindo, es la mejor madre que pudo tener el nene, una mujer ejemplar, una amiga que me pidió que los cuidara.

… Siempre hablamos con ella que tendríamos que dejar Misiones cuando el nene cumpliera los cinco años, ya viste… allá creció con nosotros, y pocos más, viajó pocas veces a Bs. As., pero era muy chiquito. Hoy al verle la excitación en la ciudad, antes en los aviones, en Boston, entre cientos de personas, me di cuenta que no podía quedarme allá.

Camila fue una gran mujer, me enamoró su forma de ser, amén de su belleza indiscutible, ¿crees que pude amarla antes que a ti? _ interrogué confundido.

… Creo que sí, que la amaste de otra manera, sí, era muy especial ella, además te dejó a José __ afirmó Guillermo.

… No sentía la pasión que nos une, pero me encantó sólo ella en años, al verla en los carnavales, cuando se dio vuelta con esa sonrisa preciosa, me cautivó.

Nos casamos aunque no puedas creerlo, en la humilde capilla de El Dorado, Orestes insistió para que fuera en Bs. As., pero ella era sencilla, simple, humilde, se negó, sólo aceptó que el vestido llegara desde allá, por lo tanto, en la capilla entró del brazo del padre, y estaba Nélida, Jorge, y pacientes, gente de la reserva, pobladores del lugar, así fue el casamiento, la fiesta al aire libre, entraron todos, estaba feliz, radiante.

Los primeros años solos, nos concentramos en el micro hospital, estábamos felices de ayudar a esa gente, hasta que se anunció el embarazo, obvio que pensábamos tener más hijos, pero el destino no lo quiso. __ Elevé la mirada, encajaron en una, supone que Guille estaba emocionado con el relato, que apreciaba a Camila de verdad ___. Fuimos a controles a Misiones, a ecografías, pero el nene se adelantó unos días, habíamos previsto quedarnos en la ciudad, pero tuve una emergencia que me retuvo en la reserva, ella no quiso que abandonara a la paciente, Orestes bramó cuando supo que estaba en trabajo de parto, viajó y llegó para ya verlo a José en la cunita.

Camila, al ser pediatra, supo prepararse leyendo, haciendo ejercicios durante  el embarazo, y llegado el parto, estábamos Nélida y yo, ella fue la que más ayudó, pujando, tranquila, y yo tenía la emoción en un nudo, a la vez pánico de que algo no saliera, pero cuando toqué la cabecita, supe que mi niño había intuido cómo nacería, salió rápido, no olvidaré jamás esa carita colorada, ensangrentada, pero que ya se veía bello al llegar a mis brazos, Camila lloraba, yo estaba empapado, Nélida por igual, fue hermoso.

… Lo imagino, las dos cosas fueron especiales, ese casamiento, y ese parto, ¿tienes filmaciones?

… Sí, es lo que traje entre las últimas cosas cuando tu… hermanastro me envió la última vez, Jorge filmó, sé que no te trae buenos recuerdos, pero actuó coaccionado por Miguel, no es malo.

… ¿Te queda algo pendiente allá? _ preguntó Guillermo delineando mi rostro, quedándose con mis suspiros y algo de mi cordura, en el derrame de la mirada de color miel que empezaba a oscurecerse por la chispa de pasión que se estaba encendiendo.

… No, lo último, lo traje entonces, es de José, de Orestes que hará trasladar el cuerpo en estos días, el resto le dije a Nélida que al viajar lo done, ya viste las necesidades de aquel sitio.

Pensaba que quizá de haber previsto lo de Camila hubiese adelantado un viaje así con ella y con el nene, claro que con el padre conoció esto, y Europa, pero pensando en que el tiempo sobraba, nunca salimos más allá de Cataratas, espero que pueda vernos desde donde esté.

… No sientas culpas, nadie puede conocer el destino, la enfermedad de Camila era imposible de prever, fue digna  como esposa, como madre, como médica, coherente hasta en la muerte.

… Así es, y confiaba en mí como en nadie, tanto que insistí en viajar para el parto, pero me dijo que nadie como los dos traeríamos al nene, confió en mí a nuestro hijo, como a su vida, a su muerte, merecemos todo, por ella, por Juan, debemos ser felices, lo prometimos

…Nos merecemos más que sólo palabras, nos merecemos que el corazón sea el único que por nosotros pueda hablar y demostrar lo que no se puede con sólo nuestras simples palabras.

Esa clase de amor no está en los libros, ni siquiera en el viento por ahí escrito, sólo lo escribe el corazón y el alma prisionera de ese romance eterno del cual tenemos derecho y este amor que sentimos es amor de todos los tiempos, amor sin pedir nada a cambio, sin pedir permiso de gozar de un sentimiento supremo como el que estamos viviendo.

Te amo mi dulce amor y sólo con vos puedo vivir en completa armonía y felicidad, sólo vos le das esa paz, esa fuerza y felicidad a mi mente, a mi alma y a mi corazón.

¿Piensas en ella a veces? No está mal que la ames, yo quise a Juan, lo extraño como compañero de años en otras, te lo dije una vez en Brasil, pasamos años con ellos, fueron buena gente, se fueron,  vaya a saber por qué, y los vamos a recordar quizá siempre, bien, pero ahora estamos nosotros amándonos, planificando, recobrando la vida que Miguel nos quiso robar en estos meses, y están los chicos, que merecen todo, obvio.

 Ya no nos separarán jamás, nunca más, te amé desde intuirte, Pedro, y hoy no sé distinguir límites entre vos y yo, somos un ser, aunque la gente vea dos. Me aferré a este amor en la celda, arropé en mi almohada con tus cartas, mis sueños junto a los tuyos, sintiéndome atrapado en tus brazos.

___Pedro sintió que la calidez invadía su corazón, podían hablarlo todo, sin permisos, sin reparos, eran un ser, en alma, en cuerpo, en mente, al fin juntos y libres para comenzar la vida junto a sus hijos.

Habían hecho el amor miles de veces, en cada lugar, sin embargo cada vez los nervios aleteaban en el interior, en espirales descendentes hasta tensarse como nudos en la expectación. Guillermo le dedicó una lenta sonrisa que le robó el suspiro cuando entrelazó los dedos, elevando la mano para besarle los nudillos, y con las rodillas temblorosas, ruborizándose, Pedro ladeó el cuello dejándole sitios a Guillermo imposibles de no  dedicar su atención, y trazó el cuello con los labios, mordisqueándole el lóbulo de la oreja, mientras sintió a Pedro estremecerse, hasta en cada centímetro de su piel. Con los sentidos a flor de piel, sobrecargados de sensaciones postergadas en cautiverio, con prisas en las huidas, se estrecharon en el abrazo, incitándose a la posesión, aceptando las invitaciones, mientras las manos se aventuraron a desprender los botones de las camisas, y se ofrecieron al tiempo los labios trémulos, la boca como dulce caverna a llenar, a asediar, a explorar, a conquistar, a saborear.

El beso llegó, se retuvieron, absorbieron el aliento y luego lo devolvieron, la ropa que quedaba no era más que una finísima capa que susurraba ante las acaricias,  y Guillermo descendió a los tobillos describiendo lentas caricias en círculos, …ansioso sin permiso, Pedro se hizo cargo de la cremallera, del cinto que sentía en su vientre desnudo, las manos resbalaron junto con las prendas, centímetro a centímetro, subiendo y bajando, hasta que  quedaron cerca de la intimidad, esperaron atrapar la mirada, en ella se estremecieron, y los labios se reencontraron felices.

Entre ambos se encendió la llama, el deseo, caliente, urgente, sintiendo a los músculos tensos, con las manos cerrándose alrededor de los muslos, trasportados entre susurros de sábanas y pieles, hasta que manos firmes aferraron las nalgas, el beso se tornó exigente, subyugando los sentidos, robando el aliento, vaciando la mente. Entrelazaron las manos en la nuca retornando al beso. Guillermo lo profundizó como desafiando al tiempo, como recuperando meses, al tiempo que una mano llegó al vientre plano, más arriba a crear cúspides, en la carne ardorosa y caliente, arrancó gemidos, los sofocó en la boca.

Pedro echó la cabeza hacia atrás, dejando como ofrenda la tentadora curva del cuello, ofrecimiento que Guillermo aceptó depositando suaves besos en el pulso, y más se unieron las piezas. Guillermo lamió, succionó, mordió sin pedir disculpas, Pedro se retorció, gimió pidiendo más, mientras el placer crecía adueñándose de todo, la pasión se desataba furiosa, Guillermo se dedicó sin prisas a torturar las cúspides inhiestas, mientras Pedro contenía el aliento, balanceándose, acariciando la espalda, dando seductores estirones a los labios, hasta que henchidos como los pezones quedaron,  y fueron presas fáciles de sensaciones avasalladoras que recorrieron todo el cuerpo.

 Los lametones siguieron, las entrañas se encendieron ardorosas en oleadas de deseo y una necesidad primaria casi impulsiva llamó. Las manos estaban en todas partes, surcando curvas y valles, no dejando nada sin atender, y el estremecimiento sacudió desde muy hondo, hasta que siguieron mareados la caída de las camisas al piso, rodeados de piel caliente, de músculos duros, de vello, con los labios arrasando los sentidos, dispuestos a afrontar el desafío se besaron con fervor, disfrutando del apremio de aquella embriagadora fiebre, con la creciente vorágine del deseo. Los labios se fundieron, el aliento de cada uno en el otro, las lenguas enlazadas como las miradas, Pedro se hundió en el calor de Guillermo, dejando que  inundase su cuerpo. Las manos de Guillermo se movían exigentes y en ritmos aunados a los labios, aferrando las nalgas, hasta que una se deslizó a palpar delante, sondeando delante y atrás cálidos sitios, hasta penetrar con los dedos hasta muy hondo.

La intrusión desenfrenada de las llamas lo abrasó, Pedro se retorció y ardió, ahondaron el beso, deliberadamente manteniendo la caricia con los dedos, y las llamas regresaron más altas e intensas, para estallar en frenético infierno alimentado por el apremiante deseo, al fin llegó el  deseo al sentir de Pedro expiando sus caminos cauteloso, besando el corazón amoroso, logrando seducir  fantasías, así la lujuria penetró su esencia, y con el amor invadió la vida.

Con  la pasión desordenaron, sutiles labraron la arcilla, deleitándose en las caricias, moldeando senderos renovados, fascinando con besos reinventados, elevándose a olas gigantes en el deseo, colmando las ansias y anhelos. Acoplaron en crepúsculos con albas, el encuentro de los deseos, con la ardiente pasión encendieron la hoguera, uniendo al fin el caminar con el sendero, internándose en el ser sin contemplaciones.

 Pedro sintió su vehemencia, el mismo deseo compulsivo que en él se agolpaba, y sin instrucciones acoplaron los movimientos, uno acogiendo el sexo del otro, cautivados por el recorrido, resbaladizo y cálido a las profundidades convertidas en mar que absorbía las llamas, regando en aguas el volcán de lavas voraces, y bajo ese tormento que los iba consumiendo poco a poco, como el fuego que iba devorándolo todo a su paso, sólo quedaba el amor, dando y recibiendo.

 Fueron recorriendo todo  el  cuerpo, acariciando los besos de miel con los labios, delirando en el color desprendido de los ojos al sentir el avance, el vaivén colmado de amor, de ternura, guiados los pasos por sonrisas, que los alejaron de soledades y tristezas, sabiendo que vivirían para siempre  en ese sueño hecho realidad por el amor de almas, en el mismo  camino de dos corazones amándose.

Por la comisura de los labios, entre suspiros, Pedro se entregó a su hombre, dando paso a la necesidad,  a la necesidad de sentirlo y estar de nuevo dentro de su cuerpo, dentro de su mente y dentro de su alma.

Como si hiciera meses que no hacían el amor,  Pedro empezó a deslizar sus labios entreabiertos por las mejillas de Guillermo dándole tímidos besos hasta llegar a su boca, le besó el labio inferior para seguir después con el superior en un lento juego, chupándoselos suavemente, mordisqueándolos. Para cubrir después la totalidad de ellos con suavidad y lentitud, hasta que su lengua exploró juguetona la boca deseada cual sensual baile. Ese lento beso hizo que una corriente eléctrica atravesase todo su cuerpo para instalarse en su entrepierna, imposible detenerse en ese momento. Los latidos de sus corazones se aceleraron y el deseo se hizo realidad. En cada beso avanzaba tenue y silente un suspiro, exhalando centelladas al insomnio que sintieron en la noche lúgubre.

Se tomaron y se brindaron, con besos cada vez más profundos, sentidos arremolinados, mientras el vaivén los aturdía, llenándolos de placer.

Juntos se deslizaron como las olas del mar avanzando hacia la playa.

Las sensaciones amenazaron como furiosa marea, llevando el flujo cada vez más alto.

Pedro aceptó el ritmo, dejando que su cuerpo lo acogiera, absorbiéndolo con fuerza en segundos, para dejarlo avanzar o retroceder en el siguiente.

Una y otra vez se perdieron en aquel abrazo íntimo elevándose en cada acometida, más lejos, hacia algún acantilado que llamaba pero que no vislumbraban, alimentados por cuerpos que se debatían por todas partes, mientras luz y calor, como relámpagos corretearon en las venas e irradiaron todos los nervios, hasta que el calor se hizo fuego, la luz incandescente, en jadeos y gemidos, gruñidos guturales, la cabeza ígnea de la pasión se hizo más brillante e intensa, estallando al unísono, hasta que todo fue luz, calor, fuego, esplendor, ciegos, sordos, lo único que podían era sentir al otro, saber que estaban fundidos, sentir que el sentimiento que los unía, el que  lograron en el estallido de estrellas nada podría cambiarlo.

 Sabiendo que habían descendido a tierra sintieron ser la brisa refrescando en las mañanas, que en cada día iluminaba el alma. El sentir era la magia que envolvía el soñar, los besos del otro, la cúpula de los deseos unidos, abordados por el deleite de amarse libres.

… Amor,  siento que somos amanecer y resplandor, unión hoy inalterable, se aman mi corazón y tu corazón, somos  fusión inquebrantable, dos almas gemelas de la pasión, nuestros sentimientos… la alquimia perfecta, somos de la regla, la excepción.

Mi alma llena de amor y un mundo de  ilusiones por cumplir a tu lado me esperan al fin sin reglas, sin amenazas. Mis pasos repetidamente podrán recorrer, una y otra vez los lugares donde me  hiciste feliz dulcemente.

..Extrañé días oscuros tu andar casi  silencioso y el sonoro retumbar de tu voz en mi pecho al atardecer. Un enorme vacío dejaron al cerrar la puerta,  sombras en mi corazón sin tu amor y mi voz que no entendía nada al inicio, como en susurros o plegarias al cielo preguntaban por qué, dónde estabas, al no sentir el cobijo de tu amor ni la magia de tus besos en mis  labios ni el toque de tus dedos en mi piel. Tus caricias eran mi fortaleza y tu amor mi alimento espiritual, mi sosiego eras vos, y en cautiverio me rendí, intenté pensar que estabas de viaje, que ibas a regresar, pero el corazón volvió a latir, cuando bajaste a la celda, y hoy con dulces y tiernos besos borrarás el dolor de los días que pasé sin tu amor, llorando, esperando, sabiendo que me seguías amando, hasta sintiéndote cercano antes de las cartas.

Necesito decírtelo, creí que no resistiría al cautiverio de no tenerte, pero volví a ver mi reflejo en tu mirada, y supe que eras el amor del alma y del cuerpo, que íbamos a volver a ser uno, bebiendo uno del otro, devorándonos hasta las entrañas y el alma, que regresaríamos a “esto… lo nuestro”.

Por todo ello, no me siento culpable de haber deseado la muerte de Miguel, quiero viajar en horas a Nueva York, quiero ir al teatro, perderme en la Quinta Avenida, y pasar horas en arenas blancas y mar celeste, llevar a los chicos a los parques, conocer el mundo con vos, antes de regresar a casa, para crear… un hogar, en libertad.

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.

LENGUAHE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.