SUR. CAPÍTULO DIECINUEVE.

Sur.

CAPÍTULO DIECINUEVE.

 

“Dos corazones que se entregan

en su totalidad, calcinando

mutuos deseos desenfrenados

de dos almas que se funden

haciendo eterno el tiempo.

Pues las almas gemelas no se buscan,

se reconocen en el primer encuentro.

Verónica Arañaga M.

USA”.

Ushuaia.

Miércoles 13 de enero de 2016.

__Guillermo despertó acunado por el agua del Beagle, olvidado del sitio, del tiempo , del mundo más allá de la noche de amor que había pasado con Pedro, hasta pesadamente abrir los ojos y recordar que estaban en el agua, en el camarote del barco encantado, en las aguas del canal, en la magia en que vivía desde encontrarlo, pero lamentablemente no estaba con él, y pensó en ir a buscarlo arriba donde seguramente estaría preparando el desayuno, aunque su noción del tiempo y de la hora, era muy difícil de vislumbrar allí.

Sin embargo el diario lo llamaba tanto como él, estaba a un paso de conocer lo que intuía, el cruce de caminos con el relato de Dora en el museo, es decir su nueva muerte en aquella vida a la que llegó de la mano de Pedro.

Alargando la mano se colocó los anteojos, y retomó el relato, esperando noticias de su cielito al ver que no lo buscaba.

“… Y así pasé los meses en que mi amado niño grande, adolescente ya trabajaba en campos y con animales de otros,…. educando a las hermanitas, ayudando a los padres en la granja, y comenzando a atender enfermos, que supieron de algún modo que trabajaba en sanación con mis manos, y con planta medicinales.

Así fue como me relacioné con los tehuelches, que eran  amigos y vecinos, intercambiábamos animales y pieles por granos, y me llamaban en  ayuda de los curanderos de la tribu, que también trabajaban con  infusiones y cataplasmas derivadas de las plantas.

Muchas veces ellos me visitaban, y juntos estudiábamos las del lugar, los efectos curativos y la toxicidad, comenzando desde entendernos por señas, hasta luego ir aprendiendo el rudimentario lenguaje del otro.

Lo que no sabía, es que mis años en la colonia polaca, estaban llegando a su fin, también los de mi querido  niño.

Habían transcurrido meses de su partida, casi ya no esperaba su regreso, pero como capricho del destino, aquel día apareció de la nada.

Me encontraba trabajando cegado por el sol, inclinado sobre la tierra, cuidando de los cultivos, cuando la sombra se cernió sobre mí.

Pensé miles de cosas, menos la realidad, que fuera Dorota que venía a mostrarme sus avances, o Dosia o el papá, incluso  Michal,…, que en una nube de fuego venía por mí, con la muerte grabada en sus ojos claros, y el pánico me dominó en la visión.

Me volví esperando lo peor, pero entonces lo vi, era él, mi querido niño grande, mi amor de siglos, estaba allí, sonriendo fijando los ojos oscuros en mí, y no puede más que ir a sus brazos, en el abrazo más desesperado que jamás recordaré, como si nos fuese la vida, como no deseando ponerle fin ya nunca más.

Y sin embargo, de súbito me aparté, un raro sentir me invadió al percibir contra mí, su cuerpo de hombre, por primera vez en esa vida.

Entonces comprendí que nada quedaba del niño que había ayudado a nacer, era un hombre, fuerte, alto, esculpido, por el duro trabajo con la tierra y los animales, sus músculos estaban allí, poderosos, y una línea oscura cubría la barbilla. Sus manos y su rostro estaban curtidos, pero para mí se había convertido en el hombre más bello del mundo, tanto como mi  verdugo de Varsovia, pero apenas de dieciséis años.

…Estás distinto, has cambiado en estos meses.

… En cambio vos estás bello como siempre.__. Ni sorprendido ni horrorizado, más bien fascinado de que su recuerdo de mí se hiciera realidad. El tiempo había pasado, y no para mí.

___En sus ojos oscuros pude observar, el brillo de una verdad ni siquiera percibida por mí hasta ese momento. Volvíamos a parecer pares, iguales, de la misma edad como en Varsovia. Estábamos frente a frente de igual a igual, él se había convertido en un hombre y yo lo había esperado.

Desde traerlo al mundo y reconocerlo, mi amor por él estuvo siempre allí, como almas gemelas que volvían a reencontrarse, pero el deseo físico quedó relegado a lo imposible, sublimado en el puro amor de almas.

Y sin embargo ahora no había nada que impidiera el paso a los sentimientos de Varsovia, que caminaron de a poco, pero sin retorno, con las mismas reservas de entonces,…. de nuevo éramos dos hombres.

No hubo necesidad de palabras, sino un mutuo acuerdo en el mismo reconocimiento, y por ello cuando los labios se sellaron en nuestro primer beso de adultos, de Amor apasionado de nuevo, no existió sorpresa ni arrepentimiento, culpa ni juicio, sino el mutuo reconocimiento de lo que siempre estuvo allí.

La aceptación de que  era posible de nuevo, de que había renacido para volver a amarnos, hizo a nuestro amor tan intenso que cegaba a su paso, y pronto despertó a los demás.

En las primeras semanas intentamos ocultarnos, no por vergüenza sino por la sorpresa y los comentarios que pudieran herir a los papás, pero ellos lo vieron pronto, y nos aceptaron así, no obstante las normas nos condenaban, no tanto por la supuesta diferencia de edad de más de veinte años no aparente, sino por el género, y para cuidar a los padres de Wilheim, es que decidí que debía dejar la casa de la familia.

Entre los dos construimos otra, en la periferia de la propiedad, apenas una choza, pero nada importaba con tal de tener nuestro lugar.

Me mudé allí y seguí trabajando con ellos, mi amor venía cada tarde, le encantaba cuidar de las plantas, sembrarlas, hasta ver la flor, y a mí me fascinaba observarlo concentrado, hasta que se perlaba en sudor trabajándolas,…,  pero para evitar los rumores, comenzó a venir a medianoche, cuando todos dormían.

Nunca entenderé las normas, ni familiares ni sociales que truncan la libertad, a nadie dañaba nuestro amor de pares, y no pudimos elegir el sexo, simplemente fue el nuevo encuentro de almas, laborioso, casi un milagro, que no podíamos rechazar por ellos.

Así fue que dos meses luego de mudarme, comenzamos a vivir en pecado para ellos, no para nosotros.

Era un verano donde esa noche se sentía una brisa caliente,  pegajosa, húmeda, y mi amor trabajaba con las plantas porque decía que lo relajaba antes de dormir, mientras yo desde el caballo que peinaba, lo miraba extasiado, por las expresiones del rostro cincelado, las ondulaciones de las manos, mientras pensaba en lo mucho que había cambiado desde que lo había traído al mundo, físicamente, psíquicamente, en su carácter y personalidad, no sabiendo si se parecía al nazi de Varsovia, porque con él compartí una noche solamente.

 En cambio yo,…, seguía igual en todos los aspectos, pensando en cuándo mi abuelo había descubierto aquello que ansiaba, y si no había sido un error dármelo sin que yo supiera ni siquiera cómo, aunque ahora creo saberlo, al momento de su muerte, y quizá había sido impulsado a buscar lo que  poseo por su propio temor a envejecer, a sufrir y a morir.

Él elevó la mirada, y notó la nostalgia en mi rostro, preguntándome el porqué.

Mentí diciéndole que estaba contando cada gotita de sudor que nacía de cada poro de su piel, y me lanzó la sonrisa que me hechizaba, con los finos labios sensuales.

Fui por un paño mojado, me arrodillé, y me puse a acariciarlo secándole el rostro, hasta que me aferró el antebrazo, y se acercó sellando los labios con ansia creciente, su lengua se adelantó  exploradora e indecente, y supe que el deseo esa vez nos llevaría al todo, y mientras rodamos en el mismo lugar, entre besos y susurros de amor, hicimos el amor por primera vez en su vida  y en la de los dos en el Sur… bajo el cielo estrellado que nos miró curioso llamando a los amantes eternos, al matrimonio cósmico a asomarse los dos, mientras la cálida brisa cómplice se les unió en la caricia, bañados de  oro, plata y viento, hicimos el amor una y otra vez.

Sellamos así el compromiso eterno, renovado en su primer llanto cuando lo tuve en brazos al nacer de Dora, en cada beso, en cada  partida, sabiendo que comprometerse era reservarse de los demás en espera del otro, y supe que nunca había hecho otra cosa más que amarlo, como su amante de una noche en Varsovia, como guardián desde traerlo al mundo, y de nuevo al hacerse hombre como tal.

El momento adecuado de regresar al Amor pleno, a la fusión holística había llegado y nos parecía un sueño, pero de hecho para mí nunca existió nadie más que él. W.

Sin embargo jamás imaginaba lo poco que esa vida nos daría de tiempo también, cuando solamente las normas ajenas estaban en contra, no se creyó merecedor de la vida que llevábamos, amándonos a hurtadillas en una choza de paja, viviendo a escondidas, y con sus amigos íntimos de siempre, nueve mese después de habernos reencontrado, decidieron ir en busca de la cordillera, del oro que dijeran que allí iban a encontrar, desafiando a la tierra, al desierto, y a los indios, y no hice lo suficiente para retenerlo, no imaginé lo que podría suceder. Pensé que como el año anterior iría y vendría, a lo sumo estaría a pocos kilómetros hacia donde podría correr yo si me necesitaba, pero no fue así.

Yo no necesitaba nada más que su amor eterno, era feliz con la granja, en la choza, a escondidas, con el cielo como único testigo, pero él deseaba que pudiéramos irnos a Bs. As., a llevar una vida como en Europa, y para ello se necesitaba dinero, la tierra apenas nos daba para comer”.

“…!Mierda! No puedo seguir.

No quiero saber.

¿Y si esto fuera una novela y no un diario?

¿Si todo lo que vengo viviendo desde salir del estudio, desde la muerte de Ana no es real? ¿Si es un sueño, o peor, si enloquecí y deliro?”

…Guille, amor, mira qué rico… ¿Qué sucede?

___Guillermo sacudió la cabeza, tratando de expulsar todo lo que leyera y lo imaginado, Pedro estaba allí, lo amaba como siempre, lo había soñando desde niño, no era imaginario lo que estaba viviendo.

… Pedrito...

..¿Te sientes mal?

___Pedro dejó la bandeja en la mesa y le tocó la frente, le acarició el rostro, le depositó los besos que guardaba, y Guillermo lo estrechó hasta sentir el crujido de los cuerpos.

.. No me asustes amor, ¿qué te sucede?

… A veces creo que al morir Ana me fui con ella, o que enloquecí y todo esto lo imagino. Que nunca tomé ese avión, que la historia de vidas no existe.

… Guille, cielo, tócame, estoy acá, soy real, soy tu amor, ___, las lágrimas asomaron en los ojos marrones que suplicaban ser vistos, __, mi amor.

… Perdón, amorcito, perdón, si asaltas cada acceso e ingreso a mí, eres el centro de mi universo, el dueño de mis pensamientos.

…Tomaré todos tus accesos, tus delirios, tus excesos, me adueñaré de todos tus asentamientos, reciclaré tus afectos y defectos, te amo, Guille, desde siempre, no es una alucinación.

Necesito difuminar tus limitaciones, tus razonamientos, tus límites, allanar tu angustia, tu desconcierto, tus miradas estrechas, que son lógicas, pero este amor es real, te lo prometo.

__Con los ojos anegados, cargados de ternura, Pedro dejó caer el cálido beso enamorado,  y recorrió caminando con sus labios los senderos, en tiempos y contratiempos, en marcas y en llanos, puliendo las cadencias, absorbiendo olores y colores, catando, acariciando, paladeando efluvios que en la intimidad del hombre  se resguardaban recelosos, y Guillermo lo sintió por entero, lo imitó en espejo para reconocerlo como lo que era, real, eterno, único, hasta que navegaban en mares de deseo y de pasión, en la unión de mareas de los dos, mientras en susurros fabricaron castillos de fe y de promesas, dibujando en la piel corazones, soplando al viento gemidos y suspiros, esculpiendo universos en los cuerpos.

 Hicieron el amor con calma, seduciendo el navegante la marea del amado, fusionados en cuerpo y en alma, saciando el ansia hasta explotar en llamas,  y morir allí exhaustos entre gemidos, que con los suspiros y jadeos hicieron volar fuera, para que se unieran a los de siglos, en el universo único que siempre los vio desfallecer.

…¿Estás mejor?

¿Desayunamos ahora?

… ¿Cuándo regresaremos a  la casa?

… No lo sé, hoy, mañana, ¿qué importa ahora?

… Quisiera ver a Dora, preguntarle por mis hermanas, hacerlas buscar por mi gente en Bs. As., saber que todo eso existió.

…. Yo existo, ¿no es suficiente?

Aquello pasó, terminó, esta vida tenemos ahora, esta es la que deseo cuidar.

Vamos, Graziani, iré a traer café caliente, o dúchate y desayunaremos arriba, ¿quieres?

Hace frío pero no está ni lloviendo ni nevando, como si el clima respetara nuestro viaje.

… O como la calma que precede a la tempestad.

… Chsss.

Estaré arriba, apúrate, que volverá a enfriarse el café.

__Guillermo lo vio alejarse embriagado, tenía razón, no podía seguir dudando de todo,  no del amor que los unía, o terminaría solo, con un hijo bebé.

Lo mejor sería enfrentar lo que quedara en el diario, y luego a Dora con la verdad, y sabría todo de sus vidas pasadas, al menos desde la de Varsovia.

La ducha arrastró las dudas, el corazón acompasó los latidos, la respiración se ralentizó, y la alegría de tener a Pedro colmó los sentidos de nuevo, en la felicidad de ser uno con él, de acabar de mudarse a sus casa, y decidió que al regresar, llamaría a su tía para que viniera con Fabián, en tanto las cosas se acomodaran para ver si decidían quedarse o instalarse allá.

Se lo contó a Pedro en el desayuno, mientras los ventanales mostraron el Beagle en su calma majestuosidad, confundiéndose el color del agua con el cielo, cuando Pedro lo tomó de la mano, lejos de imaginar que  alguien más estaba allí, y lo llevó a cubierta para que escucharan el sonido de aves y del agua golpeteando la madera del barco.

… Guille, sé que tiene mil preguntas por responder, que crees que lo sé todo, es verdad, mucho lo sé, pero necesito que no te asustes y protegerte, por ello no apuro la información.

Ya sabes que hubo otra vida luego de la de Varsovia, que Dora fue tu madre, que pueden quedar hijos de tus hermanas en capital.

Sabes de boca de ella tu destino en esa vida, si no lo cuento yo, es porque me duele demasiado, entiende, es hurgar  escarbando la herida mortal de cada pérdida y  no creo poder soportarlo más, estoy decidido a protegerte de todo mal, a no perderte de vista nunca más y hoy sé cómo hacerlo, aunque recurra a medidas extremas, pero debes confiar en mí, amor.

___Sin palabras Guillermo dejó caer los besos a los labios gruesos, cuando un trueno, una marejada, una fuerza irresistible, desconocida y poderosa, le arrancó a Pedro de su estrecho abrazo, mientras el zumbido del viento arreció alrededor, y apenas tuvo tiempo de sentir que él lo empujó al suelo y los gritos a la tripulación.

… Por favor, bajen la lancha, no se preocupen por mí, lleven a Guillermo al camarote, por nada lo dejen salir, y a toda marcha regresen a puerto.

…¿Qué?

¿Qué mierda es esto?

Pero si ni brisa corría, es un maremoto, un huracán, una pesadilla, ¡Pedro!

___Guillermo luchó con ahínco por ponerse de pie, pero una fuerza demasiado poderosa que no tenía nombre ni forma apenas lo dejaba respirar, estaba hundido en el piso de cubierta, mientras las lágrimas cayeron por las mejillas en la desesperación de lo inevitable, y sintió de súbito a los hombres que lo aferraron de los brazos para arrancarlo de otras que sintió deseaban su vida.

Pero la perdió en el aliento, en el grito desgarrador que lanzó furioso al cielo, al ver que Pedro era arrastrado al agua, empujado por el viento y una ola gigante que de súbito como la garganta de un animal salvaje lo engulló haciéndolo desaparecer.

…¡NO!

___El barco como ordenara antes se puso en marcha en sentido opuesto a su caída y con los ojos desorbitados, el rostro desencajado, dominado por una punzada lacerante en el pecho, apenas pudo emitir las palabras a la tripulación que ante su forcejeo, sin piedad lo arrastraba hacia el camarote, dejando a Pedro  a  merced del siniestro macabro, sin que entendiera nada de nada.

…!Mierda! Suéltenme Vayan por él.

¿Desde cuándo los tripulantes de un barco si su capitán cae arrasado por una tormenta, lo dejan solo, para que se ahogue en instantes?

..Calma, Dr. Cumplimos órdenes, siempre el Sr. Pedro supo defenderse solo, de cada tempestad, estuvo en la marina, en el faro, y tenemos la orden de jamás que le pase algo arriesgar una vida por él. Cálmese, verá que pronto sabrá regresar.

…¿Está loco?

El viento lo arrancó de cubierta, las olas gigantes lo deglutieron. ¿Cómo mierda creen que solo puede regresar de esto?

¡Tienen que volver, no pueden dejarlo morir, no!

… Tranquilo, Dr., le bajamos la lancha, Pedro nada contra todo, llegará a ella en algún momento, y en ella lo encontrará en tierra, confíe por favor, no es la primera vez.

..Pero... por Dios, tiene un hijo chiquito, no pueden dejarlo morir.

___El viento furioso  bramaba contra el ojo de buey, como el grito  hacia dentro de Guillermo en el dolor de las entrañas que lo paralizaba, hasta para abrir los ojos, sintiendo de súbito una exhalación helada cerca, algo conocido, una sonrisa sonora, que le erizó el bello y le hizo desbocar el corazón.

…¿Mateo?

¿Qué tienes que ver vos con esto, hijo de mil putas?

… No temas, no es su hora, todavía, haz caso a esta gente___Guillermo supo que nadie más que él lo veía___, esta vez no va a morir.

…¿Qué quieres decir desgraciado con esta vez?

… Que esta vez se va a salvar, no es el momento de su muerte.

__Guillermo vio la sonrisa macabra, supo que alguien le aferró un brazo, sintió un pinchazo, y luego de ello se fue relajando aunque con los ojos abiertos, sintiendo que el barco se movía a manos del motor, del timón, que no estaba a la deriva, afuera el sonido aterrador había desaparecido como de súbito había llegado, y por el ojo de buey, alcanzó a vislumbrar a la lancha que lanzaran a Pedro, y muy cerca apenas en la cresta de la ola mayor, como experto surfista sin tabla, como poderoso gigante luchando contra las poderosas bravas mareas, a Pedro que braceaba con vida, acercándose cada vez más y más a la lancha, increíblemente tranquilo y entero, en las heladas aguas del Canal, mientras los hombres que como él lo divisaron reían llorando al mismo tiempo.

… Es único, Sr. Pedro tiene la fuerza de un ángel, siempre ha sido así.

__Guillermo se volvió, fregándose incrédulo los ojos, y de pronto vio las manos ya aferradas al borde de la lancha, y más tarde los brazos como pilares… mientras el cuerpo se deslizó dentro ingrávido, poniéndose a pilotear la lancha como el capitán del Titanic cuando éste estaba por chocar.

Fue conciente del llanto en puñados que derramaba sin cesar, del corazón saliéndose del pecho, del ruido de la trabajosa respiración, hasta que la oscuridad lo engulló a él, perdiendo la conciencia rodeado de hombres de la tripulación.

___

__Guillermo pensó que estaba en el cielo o en el infierno, de súbito en la mente se agolparon las últimas imágenes, el cuerpo parecía existir…. agarrotado y paralizado, quizá por el pánico, pero no se mecía como en el barco al desaparecer el mundo para él.

El miedo le  mantuvo los ojos apretados, no quería ver la realidad, la garganta estaba oprimida por una tenaza incapaz de vencer, pero de lejos la letanía dulce de la voz amada, le llegó como si un ángel saliera a recibirlo en el reino de Dios, con la figura y la forma de su amor.

… Guille, cielo, despierta, estamos acá, en casa, mi amor, ya todo pasó.

… No, estamos muertos, estoy en otro plano, y me estás ayudando a aceptarlo.

… No mi amor, te dije que te iba a cuidar, eso no fue algo natural, por favor abre los ojos, estás en nuestra cama, en casa, Agustín te cuidó mientras fui a ducharme y a secarme, estamos vivos, mi amor.

__Guillermo anegado se obligó a abrir los ojos, aterrado los paseó por todos lados, comprobando que real o ilusorio, todo parecía decir que estaban en casa de Pedro, en su nueva habitación allí, y él con el pelo apenas húmedo mirándole el alma con el amor de siempre.

…Cielito ¿de verdad estás acá?

¿Qué fue lo que sucedió?

… Una tentativa de homicidio hacia la persona que más amo, un mensaje de Michal para mí, ya ocurrió en otra oportunidad con José.

…. ¿Qué?

¿Quién desearía asesinarme a mí? fue un huracán…. un tsunami.

… Fue la forma que ese degenerado se le antojó adquirir esta vez para matarte, como lo intentó cuando te cuidé,…., envenenándote.

…¿Cómo?

… No fue una intoxicación, fue él, Michal, te envenenó.

Esta vez tomó la forma del viento que abofeteó, de olas engullendo para alejarte de mí, por ello te eché al piso e hice que te sacaran de allí.

… Pero… ¿cómo pudiste  escapar y llegar a la lancha?

… Es la tercera vez que me salvo del agua, amor, no es la forma en que puede matarme a mí, sólo existe una manera, y no es así, lo dirigió a ti, para hacerme daño.

…Mateo...

..¿Qué?

… Apareció en el camarote, el hombre que se dice antropólogo que sólo veo yo, ¿es él?

… No le he visto mi vida, no lo sé.

No puedo permitir que te pase nada más, si volviera a perderte, me condenaría por la eternidad, al sufrimiento eterno, y no lo puedo admitir.

… ¿Qué quieres decir?

… Necesito que te vayas a Bs. As., te buscaré cuando haya vencido a Michal. El asesinó a animales y turistas en el Parque, todo lo malo que sucede es él, me encontró, y es hora de vernos las caras, sólo uno puede continuar.

…¿Quise decir que te vas a enfrentar con el mal y que te puede matar?

… Sí, y no deseo que lo veas, menos que te haga daño a ti. Te buscaré dondequiera que sea, cuando todo haya terminado.

… No mi amor, no. No me pidas que te deje, no.

CONTINUARÁ.

Hechos y personajes son ficticios, cualquier parecido con la realidad s mera coincidencia.

Lenguaje adulto.