AMOR ETERNO. CAPÍTULO DIEZ.

 

AMOR ETERNO. CAPÍTULO DIEZ.

Inglaterra, diciembre de 1836.

___ Spencer despertó por los movimientos de Peter y al verlo se preocupó.

Estaba empapado en sudor, un torrente de lágrimas corría presuroso por el rostro y gemía haciéndole encoger el corazón.

Sin pensarlo lo cubrió de besos, lo atrajo hacia sí y trató de despertarlo con susurros.

… Peter, amorcito, despierta, es una pesadilla bonito, ya pasó.

… Con pereza y desazón abrió  lentamente los ojos, y al reconocerlo, con la mirada torturada y confusa se aferró más al fuerte pecho y a los brazos que lo acunaron.

… Ya, ya pasó.

.. Spencer, mi amor, estás acá.

… Siempre. ¿Qué pasó ahora? ¿Soñaste otra vez con el naufragio?

… ¿Por qué aparecen estos sueños? ¿Qué pueden significar?

… No lo sé. Miedo supongo, pero ¿qué ha sido esta vez?

… Fue muy extraño, pero éramos nosotros, por la forma. Nos conocemos igual.

.. Peter, precioso, no entiendo, a ver, explícame.

… Estamos en una guerra, muy grande, todos los países parecen participar, y soy mujer, creo. Soy yo, sí.

… Amorcito, es una pesadilla, no hay una guerra.

… Pero la habrá, tengo la certeza de que sucederá, no sé cuándo. Soy una mujer judía, alemana creo, pero estoy de paseo con mis padres y hermanos. He salido a caminar, y en el sendero apareces rozándome, haciéndome  tambalear, tomándome en brazos antes de la caída. Eres hermoso, alto, fuerte. Con  hombros anchos como ahora, me tomas en brazos como en esta vida al conocernos, nuevamente me he vuelto a lesionar el tobillo. Eres un militar francés, cristiano.

Nuestro amor es imposible nuevamente. Pero nos quedamos  fascinados en la mirada como siempre, en un encuentro casual como esta vez, y nos quedamos horas charlando de todo, sentados en un banco. Eres hermoso. Pero ambos sabemos que nuestras familias se opondrán a nuestro amor.

Compartimos el gusto por los libros, por los caballos, por el arte y mucho más, y decidimos seguir viéndonos. Pero tú tienes que regresar al frente de  batalla y yo a mi casa con mis padres.  No quiero dejarte ir. No sé si te volveré a ver. Nos prometemos escribirnos, nos vemos en secreto y estamos enamorados de súbito, nos juramos pelear por nuestro amor.

… Ya está, precioso, no sé qué guerra estás soñando, no somos judíos, no entiendo qué son esos sueños.

.. Sarah, dijo que  algunos creen que tenemos muchas vidas, que el alma al morir regresa en otro cuerpo, y quizá estoy soñando con eso, Spencer, quizá el naufragio no sea premonitorio de que sucederá en esta vida y haya pasado y lo mismo esta guerra. No puedo ubicarlos en el tiempo, pero estamos juntos siempre.

… Sí mi amor, no sé si lo que sueñas sucedió o sucederá, pero anoche nos hemos jurado amor eterno, eso sí es verdad, por ello nos ves siempre juntos, ha sido y será así.

Duerme, no estamos en guerra aunque el mundo nos condene a vivir escondidos, no somos judíos,  tranquilo, vuelve a dormir.

___ El sueño les ganó la batalla y también al soñar, hasta que  volvieron a despertar abrazados, pero porque la mañana les avisó.

___ Spencer se asomó desde el ventanal, la mansión se erguía en una suave colina. Alrededor el parque y los jardines se extendían entre un bosquecillo de robles y sauces. El jardín escalonado se encontraba nuevamente cubierto de nieve y solamente quedaban indemnes las esculturas que asomaban de los ventisqueros.

Más allá estaba el campo virgen, que tendrían que sembrar en primavera, los establos y las casas de sirvientes sin contratar.

Pensó en cuánto tendrían por hacer para quedarse  allí y armar la granja, cuando al volverse, Peter enredado en las sábanas comenzó a despertar.

Se aproximó con sigilo, tumbándose al lado, retirándole los mechones que le ocultaban la belleza del rostro.

….  Buenos días, mi amor. ¿Pudiste dormir al fin?

… Sí, no te he dejado descansar con mis sueños o pesadillas.

… Estoy bien. En el cielo de tu sonrisa.____La mirada se posó en los labios y los finos los tomaron sin permiso, dibujándolos con la lengua que los recorrió por dentro, los acarició y succionó sin cesar antes de reconquistar la boca donde fue gozosamente recibida con ardor.

… No. Ya está.

.. ¿Por qué?

… Porque nos esperan para desayunar, porque anoche nos hemos amado sin cesar, y el cuerpo se tiene que adaptar.

… Pero…

…. Chsss…, ___ los dedos esbeltos se posaron en los labios gruesos recorriéndolos y disparando oleadas de calor en Peter, que intentó atraparlos y lo hizo, succionándolos hasta casi hacer derretir las defensas de Spencer, que con el último resquicio de cordura se apartó.

… Mi muchacho ansioso y seductor, dije que ahora iremos a desayunar, además tienen que limpiar, y no pueden encontrarnos acá, aunque Anthony demore a las doncellas.

Toma.

… ¿Otro estuche?

… Para Gerard. Despertaría sospechas que nos vea con los anillos, entonces compré uno para él, diremos que  hemos decidido regalarnos anillos  para los tres.

… Eres increíble, piensas en todo.

… Te estaré esperando  en el comedor.

…¿No me esperas?

… Será mejor así.

___ Spencer se adelantó, encontrando a sus  padrinos ya en la mesa, dispuestos a desayunar.

Los saludó con una reverencia y les sonrió, pero algo en el rostro de  Sarah le despertó un escalofrío desagradable que lo recorrió, al tiempo que se sentó, sin ver que ingresaron detrás Peter y Gerard.

… Buenos días Spencer. Pareces feliz, hijo.

… Lo soy, lo estoy, padres.

… Peter, Gerard,  buenos días. Vengan a desayunar.

… Buenos días Sarah- Edward, ___haciendo la misma reverencia.

… Sigue nevando, nunca podré ir a cabalgar y a conocer el lugar.

… Podrás, Gerard, así es el invierno acá, lo sabes.

… ¿Cuándo iremos a Londres?

… En invierno no podremos. Tendremos que esperar el deshielo. En primavera quizá, además tendremos que comprar las cosas para la granja y contratar a la gente.

… No puedo cabalgar, tampoco montar fuera mi caballete…, ya he leído mucho.

… Gerard,  pienso que podrías comenzar a retratar a Sarah, por ejemplo, intenta montarlo dentro.

… Es muy buena idea, Spencer, me encantaría Gerard.

… Pero... yo solamente sé pintar paisajes.

… Pero puedes intentar, así no te aburrirías y aprenderías a hacer figuras humanas, los paisajes ya pasaron de moda, Gerard, son del siglo pasado.

… Spencer tiene razón, cariño. Te prometemos que cuando deje de nevar, iremos en carruaje a conocer el territorio y a la gente, para que puedas ir a fiestas y vislumbrar a alguna chica que haya por acá.

… ¿Me prometerán en matrimonio tíos?

… Gerard, ¿qué dices?

… Pero… es que si nos quedaremos acá para siempre, quiero casarme, Peter, y como nuestra única familia son los tíos, pensé que ellos deben concertar nuestros matrimonios.

…Nosotros no les impondremos a ninguna esposa, Gerard, si bien nuestro matrimonio fue así, y el amor llegó con el tiempo, no deseamos lo mismo para ustedes.

… Peter, ¿me lo concertarás tú? Y tú y Spencer... ¿No quieren ir a Londres a buscar esposas?

… No Gerard, Peter y yo, no deseamos casarnos... todavía.___ Las miradas se encontraron suplicando ayuda y Peter hizo acopio de aplomo para hablar a su hermano.

… Gerard, como tutor y hermano mayor, deseo que te enamores de quien corresponda, que puedas elegir. No voy a concertar ningún matrimonio. Cuando conozcas a la mujer de tu vida lo sabrás, y tú mismo decidirás el casamiento.

… Pero... no se hace así.

.. No, en general, no. Pero nosotros opinamos así. ¿No te gusta?

.. Sí, creo que sí. ¿Entonces yo elegiré a mi esposa?

… Así es hermano. Y nunca te juzgaré ni te cuestionaré si es una buena mujer y la amas.

… Gracias.

Sarah, tío, ¿puedo montar el caballete en sus habitaciones e intentar aprender a pintarlos?
… Claro, te esperaremos lindo, ve a buscar lo que necesites.

… Lo intentaré. Gracias.

… Hermano, toma, es tuyo.

… ¿Qué es?
… Spencer,  ha comprado anillos para los tres.

… ¡Qué  belleza!, gracias Spencer. ¿Puedo ver los de ustedes?

… Claro, son iguales.

… Muy lindos Spencer, los merecían.___ Los tíos sonrieron cómplices.

…  Espero que las chicas que conozca no piensen que estoy prometido.

… Es una joya, Gerard, no creo que tengas problemas.

… Bueno, te estaremos esperando.

Spencer. Peter. ¿Nos acompañan?

… Claro, vamos.

___ Spencer y Peter tomaron del brazo a Sarah y Edward y fueron a las habitaciones, y al llegar se sentaron en los sillones de terciopelo del estar privado junto a la chimenea.

… ¿Se comprometieron, verdad?

… Sí. Anoche.

… Está muy bien. Ojalá pudiéramos dar una fiesta por ello.

… No importa. Quizá cuando lo sepa mi hermano podamos hacer un brindis, pero por ahora ha sido hermoso igual.

… Spencer, tengo algo que decirte, y como ahora son UNO, quise hacerlo frente a Peter.

… ¿Qué sucede, Sarah?

… He recibido correo del Duque.

 Stewart, uno de tus primos al parecer  se casará en un mes,  el Duque le concertó matrimonio. Obviamente nos invita amablemente a concurrir a la fiesta en el palacio y a la ceremonia.

… No iré.

… Le he dicho que  no concurriremos por motivos de salud, porque el viaje es demasiado largo, más en esta época, pero pregunta por ti.

Spencer, en teoría saliste rumbo a Londres por tus tareas administrativas  en el Ducado y ya saben que nunca llegaste a destino. Estoy respondiendo la carta, he pensado en decirle el comienzo de la verdad, y que te he retenido porque te necesitábamos acá. Lo que en principio fue la realidad.

… Fue la verdad al comienzo, madrina, pero ya no regresaré jamás.

… Hijo, no será tan fácil si no vas aunque sea una última vez y te despides  con algún motivo de peso. Si no vas a la boda lo tomarán como un desprecio.

… No iré. Stewart es menor que yo, si fuera, el Duque intentará concertar mi matrimonio con alguna dama que haya invitado a esa fiesta. No puedo ir.

… Está bien. Le diré que estás cuidando de nosotros, pero eres el mayor, Spencer. En cualquier momento aunque no regreses puede concertar tu matrimonio. Tu caso no es como el de Peter y Gerard que están a nuestro cuidado. El Duque es tu tutor.

… No regresaré nunca, madre, no puedo regresar, lo sabe. Padre, no regresaré. Soy mayor de edad y no pueden obligarme a nada, ya.

… Está bien, hijo. No es un tema sencillo, lo sabes. El Duque podría declararte en rebeldía, sentirse ofendido, desheredarte y repudiarte si…

… No me importa nada, padre, solamente quedarme acá.

 Si regresara a dar explicaciones que no podrían ser las reales, algo podrían hacer para lograr que me quede allá, y… moriría sin Peter.

… ¿No podría acompañarlo,  tío?

…No, Peter, no. Sería muy peligroso. No iremos. Padres, déjenme pensar unos días y yo mismo enviaré un correo particular, renunciando a mis títulos, deberes y herencia.

 Trabajaremos como granjeros, estaremos a su cuidado y servicio. No necesitamos nada más.

… Pero… no es justo. Por mi culpa perderás todo, no quiero.

… Peter, todo, ahora eres tú. No necesito más. Trabajaremos acá, y tienes tu propia fortuna para pagar los estudios de Gerard.

… Está bien, Spencer. Responderé este correo excusándonos por no ir a la boda, y luego te encargarás de enviar otro de tu parte. Toma unos días para pensar tu decisión final.

… Lo haré, pero no tengo nada que pensar, padres.

Todo lo que necesito en la vida lo tengo acá, hoy. Nada de lo que dejé puede darme la paz y la felicidad.___Spencer habló en un ronroneo mirando en profundidad y sin disimulo a Peter.

Iremos a dar un paseo hasta las casas lindantes ahora que está nevando menos, solamente para distraernos.

… Bueno, hijos, vayan, antes que Gerard regrese y quiera acompañarlos, vayan con Dios. Los veremos en la cena.

---La nieve caía leve sobre las capas, y corrieron hacia el carruaje, acomodándose cerca de las brasas mientras el lacayo cerró la portezuela. El interior estaba oscuro, Peter con avaricia buscaba absorber el fuego.

… Te dije que hacía mucho frío.

… No importa, quería salir un rato.

___ Spencer con disimulo premeditado pasó el brazo rodeando los hombros de Peter que se estremeció, cuando lamiéndole la oreja le susurró.

.. Puedo darte más calor que las brasas.

___ Mientras el coche andaba, con la destreza de siempre, Peter se encontró en el regazo de Spencer sin haber alcanzado a emitir protesta alguna, cuando éste ya estaba quitándole la capa mojada y recorriéndolo sin pausa sobre la ropa. Los labios finos tomaron los gruesos y lo dejaron sin capacidad de emitir más que gemidos en ellos y suaves susurros cuando bajaron a pasear por la garganta, para luego cosquillear el cuello con la punta de la lengua.

… Spencer, no, en el carruaje es imposible.

… ¿Por qué no? El cochero no nos verá, y ahogaré tus gritos en mi boca, te lo voy a demostrar. Es muy excitante hacer el amor acá.

… Pero…

___ Los labios capturaron los ajenos mientras los entreabrieron para ingresar la punta de la lengua a buscar a su compañera, y las manos lucharon por desprender la camisa, levantando el chaleco.

 Peter se vio enterrado contra el duro pecho, con los ojos negros mirándolo en la penumbra, brillando más que el afuera, y se perdió en ellos sin cesar.

Los labios y las manos de Spencer  provocaron el latido desenfrenado que retumbó en la intimidad en un ansioso palpitar que ambos percibieron en la pelvis, surgiendo una súbita erección dolorosa en ambos y el deseo de chupar, de lamer, de poseer, de esculpir y dibujar, morder, arañar y estrujar cada milímetro del otro.

Spencer ahogó un gemido de Peter capturando su boca, y hundió la lengua para saborear con ansia su delicioso elixir… a lo cual Peter respondió dándose en la boca, dejándolo que lo besara a su antojo, mientras arqueó todo hacia él buscando el contacto, llevando las manos a la ardua tarea de quitar algo de ropa, o al menos apartarla para llegar a la piel.

__ Apenas se separaron para dejar caer abrigos y chalecos, y a ciegas Spencer buscó y buscó, hasta  que al fin encontró y capturó un pezón, y empezó a darle atención con labios, lengua y dientes mientras las manos de Peter arañaron su espalda colándose bajo la camisa, a lo largo de la columna en venganza por aquella tortura.

Fueron brasas y gemidos ahogados en las bocas a cada caricia y a cada lametón, y Peter en su desesperación tiró hacia fuera abriendo la camisa de Spencer y se enterró a devolverle la atención, chupando, succionando y haciéndolo gemir a él.

Alternativamente uno y otro pasó a torturar los pezones, la boca los capturó a uno y el otro, lamiendo en círculos, demorando la llegada a la cima que erguida y dolorida esperó y esperó cada ataque  mientras el aroma del otro los embriagó, la conciencia se fugó, y solamente fueron sus cuerpos entrelazados en un carruaje que los meció y cobijó amándose sin piedad.

Y ninguno fue pasivo, cada uno respondió a cada beso o a cada caricia con la misma avidez, en los mismos lugares, en espejo y más allá...

Las manos fueron hacia abajo y atrás ahuecándose y moldeando las nalgas unidos en la boca desesperados, para luego entrecruzarse por delante, intentando desabotonar los pantalones con premura y ansiedad,  haciendo que muchos de los botones volaran en la urgencia por llegar.

….Quiero tenerte en mis manos, sentirte.

… No. Me llevarías al estallido.

… Sí.___Y Peter tomó el sexo duro expectante  que pugnaba por escapar de la tela, frotándolo con devoción observando extasiado el placer reflejado en los ojos negros, y Spencer se agitó gimiendo, sintiendo que Peter era adorable, exquisito, ingenuo y tanto…. que le despertó un sentimiento único y peligroso que nunca imaginó  albergar por nadie en el mundo.

… Está bien, mi chiquito juguetón, ___jadeando. Yo fui el culpable, es justo.

___Las manos de ambos al fin liberaron la erección temblando, agitándose, gigantes y libres de las barreras, ansiosos por hundirse en la humedad ajena.

De nuevo Peter posó los dedos sobre el acerado miembro paseando, acariciando la piel tensa, aterciopelada, sedosa, cubriendo el sexo pétreo mientras Spencer apretó los dientes para no gritar, soportando la lenta exploración, luchando por no morir en ella, por no sucumbir en el fuego que las manos de Peter sin saber ni querer habían iniciado.

… ¿Te doy placer?

… Me matas, me torturas y enloqueces, pero ahora me toca a mí.___y en espejo Spencer llevó sus manos a su objetivo mientras Peter se ofreció ondulándose y arqueándose hacia él.

 ___Spencer continuó la caricia de manera desesperantemente lenta, sinuosa y desestabilizadora.

Pero al fin ambos estuvieron en la cornisa del pozo más profundo de sus vidas, y ya no pudieron seguir jugando, ayudados por el movimiento del carruaje que se confabuló para unirlos más, Spencer lo apoyó espalda contra pecho, las suya contra el carruaje, y encontró la puerta de acceso con su erección y allí esperó, reacomodando a Peter en su regazo, rozándolo apenas con el extremo, y el placer amenazó con demolerlos en breve, cuando Spencer perdido ya toda rienda, olvidado de todo control se aferró a las caderas de Peter que empujó hacia él y se valió de la lengua para instarlo en el beso a continuar hasta el final, ante la tensión insoportable que exigía liberación.

… Déjame detenerme antes que sea tarde, fue un chiste, seguiremos en la cama.

.. No, continúa, por favor, hazlo acá.

___El ruego más el pensar en  el propio deseo de lo que quería hacer con Peter, por él y en él fueron abrumadores como para seguir intentando  resistirse a lo irremediable. Habían llegado demasiado lejos ya, y el había sido responsable de la propuesta del inicio.

Spencer lo preparó deslizando los dedos en el trayecto, sintiéndolo, deleitándose en la textura, en la humedad, en la calidez, mientras aspiraba y absorbía los gemidos de Peter en la boca, con los ojos llameando, las mejillas escaldadas, jadeando y ciñéndose alrededor de los dedos que lo torturaron cuando deseaba más.

Las miradas y las bocas se encontraron, las lenguas se hundieron tan profundamente como los dedos, al mismo ritmo,  acercándolos al abismo demoledor.

… Spencer, por favor.

__Y lo escuchó, apremiado por su propia desesperación retiró los dedos y en una embestida se enterró en Peter, que gritó en la boca ante la intrusión gigante a la cual abrazó con  gusto, gozoso de sentirlo palpitar, y se acompasó con la cadera, moviéndola a cada embestida, contrayéndose en el abrazo íntimo, retorciéndose, arqueándose, empujando, y continuó empujando aun cuando apareció el dolor, porque se le antojó más profundo, más en su ser.

 Los cuerpos se cerraron en un abrazo estrecho, pesando el de Peter sobre el de Spencer, y ya no pudieron articular palabras, ni pensar o poner fin a nada, se exploraron con la lengua por donde pudieron, entre jadeos, absorbiendo el mismo sudor.

Peter se elevó y descendió llevando a Spencer a enterrase más y más y los gritos de ambos retumbaron sin remedio, cuando lo hicieron por última vez, luego de miles de embestidas, la última antes de la mayor calidez, del fuego que los devastó, de la caída libe al pozo mayor, al clímax brutal que los alcanzó en oleadas y los hizo convulsionar hasta desfallecer y agonizar, con la respiración huidiza, los latidos  disparados por doquier, y los ojos fuera de lugar, hasta caer en un montón,…., al tiempo que quedaron sin conciencia de más.

… Amor, estamos disminuyendo la marcha.

… Spencer sonrió relajado, al ver el rostro arrebolado, el pelo alborotado de su hombre amado, que ansioso buscó la ropa, tratando de acomodarla en uno y en el otro, mientras Spencer solamente buscaba con languidez los labios para saciar su sed en la boca, el hambre en la caricia, y los notó hinchados por sus besos, y se sintió feliz.

___ Urgentes se acomodaron la ropa, intentaron peinarse con los dedos, y para cuando el carruaje se detuvo, la tormenta de nieve acechó nuevamente, y para suerte de ambos les quitó el calor abrasador, cuando el lacayo les abrió la portezuela, y como adolescentes descubiertos en falta, descendieron presurosos, ocultándose de la vista, corriendo casi a la habitación para asearse y cambiarse para la cena en familia, felices, plenos y luminosos.

… Amor, cuando regresemos tenemos que hablar de  tu situación, no creas que lo olvidé.

… No hay nada que hablar, Peter. Prometimos ser fieles uno al otro, nos hemos comprometido anoche, no importa nada más.

CONTINUARÁ.

“El Ser no necesita

que le  expliques a todo el mundo

cómo actúa.

Richard Bach”