AMOR ETERNO. CAPÍTULO NOVENO.

 

AMOR ETERNO. CAPÍTULO NOVENO.

INGLATERRA, diciembre de 1836.

…. Tíos…

…¿Qué sucede Peter?
… Creo que Gerard se aburre, acá, le gusta cabalgar pero comienza el invierno, la lluvia, la nieve y no podrá hacerlo. Me siento con culpa.

… No mi amor, no es tu culpa.

…. Creo  que sé por qué lo dice madre. Peter, quisieras llevarlo a Londres, ¿verdad?

… Extraña el medio social, Spencer, es joven, necesita de las fiestas, el teatro, los museos, los bares, amigos. Es muy distinto a mí y no creo tener derecho de arrastrarlo a este tipo de vida, aislado, en la granja.

…. Peter, en parte tienes razón, pero no tiene por qué estar aislado en la casa, él. Seguramente encontrará amigos en la zona  y podrá compartir intereses con ellos. Y sí, en algún momento se irá a Londres  o al continente. Por ahora debe vivir contigo.

… Tiene razón tía, le diré que recorra el lugar cuando deje de nevar.

…. ¿Van a vivir juntos, Spencer?

… Sí. Obviamente que sí madrina, pero todavía no le hemos contado nada a Gerard.

… Peter, mi amor, no bajes el rostro, no tengas vergüenza de amar a Spencer. Con nosotros pueden hablarlo todo. Así solamente podremos ayudarlos.

… ¿Les contamos, Spencer?
… ¿Qué cosa mi amor?
… De la casa, del lacayo...

… Ya les dije, que estaremos juntos. Lo que quiere decirles…. es que a veces como anoche no dormiremos en la mansión, al menos hasta que Gerard lo sepa, y otras como hoy por la nieve sí. He mudado a Peter junto a mis habitaciones y habíamos pensado que Anthony podría ocuparse de servirnos, yo creo que podemos decirle la verdad. ¿Qué opina Madre?

… Creo que sí, si quieren podemos llamarlo, se lo diré yo, para que sepa que cuentan con nuestro apoyo. Y pasará a ser vuestro lacayo, desde hoy mismo.

Pero, cuídense de las doncellas, suelen hablar demasiado.

.. Descuide madre,  seremos discretos.

.. Bien, llama a Anthony entonces, le contaremos la verdad.

Spencer, ¿estás enamorado de Peter?
… Absolutamente, madre, sin dudas, a cada instante lo amo más.

… ¿Peter?
… Lo amo, Sarah.

 Las mujeres y hombres que conocí antes se me antojaron deprimentes, aburridos, a menudo tontos y superficiales, pero como ustedes bien dijeron  Spencer es muy diferente, es serio, profundo, cálido, protector y sincero, honesto, lo fui conociendo y lo amé más cada día.

…. Solamente estas palabras importan acá.

…. Peter, no te preocupes mi amor, todo irá bien, nos arreglaremos, no estamos solos y no voy a permitir que nada ni nadie se interponga entre  nosotros.

__Peter no podía apartar los ojos de los negros. Algo increíble, único y mágico había ocurrido entre ellos, estaba fascinado en Spencer, prendado de él, alucinando de Amor, confiaba en él absolutamente y se sintió protegido como nunca mientras Spencer supo que en un instante Peter  provocó que su vida diera un vuelco sin retorno.

___ La tarde transcurrió perezosa. Con absoluta calma y paz, Sarah transmitió al lacayo los sentimientos que unían a Spencer y a Peter, y lo dejó afectado a servirlos en todo.

Anthony no los juzgó, había conocido a otras parejas de hombres, y  vio el Amor en los ojos de ambos, por lo cual  esa misma tarde, Spencer le hizo un encargo, además de acondicionar el lugar con leña, bañera, y dejarlo impecable.

… Anthony, luego de la cena iremos con Peter, verás que he convertido el lugar en uno, como una casa interior dentro de la mansión. Usaremos alternativamente una u otra habitación. Pero necesito que dejes una botella de champán con las copas y velas, quiero que todo el ambiente sea muy romántico hoy. Necesitaría música también.

… Descuide  milord, así será.

___ Durante la cena, solamente Gerard podía no  distinguir el halo de magia que rodeaba a su hermano y a Spencer, aunque estuviesen sentados enfrentados. La voz de cada uno con el otro era suave como el susurro en que se movían las olas que acariciaban la orilla, y a la vez se sumaron  cálidas y penetrantes miradas furtivas  que se capturaron de vez en cuando en el encanto de a dos.

Las manos  se rozaron sin querer en la botella, y deseándolo con excusas y el contacto mínimo provocó cosquilleos internos, escalofríos, piel de gallina y tensión, malestares sutiles, que les recordó que tenían algo pendiente por hacer, urgente, con  el ansia de lo recién iniciado, del comienzo de un reencuentro largamente esperado.

La música resonó suave en la estancia, turbando los sentidos de ambos, sumada a las copas de vino que  bebieron mirándose  y los ojos brillaron con intensidad en destellos que iluminaron la calidez. Mientras comieron en silencio, ambos rogaron por que nadie pudiese escuchar el tamborileo de los corazones, se dijeron en secreto que desde hacía unos días cualquier comparación de alguien con el otro lo llevaría a salir perdiendo siempre.

… Peter, ¿me oyes?

… ¿Qué?, perdón hermano.

… Decía que podríamos ir de compras a Londres cuando el tiempo mejore. Los tíos necesitan sus remedios, nosotros ropa de invierno.

… Claro mi cielo, cuando deje de nevar y pueda soportar el viaje, lo haremos.

… Spencer, ¿iremos alguna vez a tu ducado?

… Veremos, Gerard, recién hemos llegado acá, hay mucho por hacer.

__Spencer nunca habló de sí mismo con ellos, recién comenzaba a hacerlo con Peter. Era heredero del ducado de los Linsters, rico, había estudiado en varias universidades del continente, y sabía varios idiomas, pero estaba harto de  que lo apreciaran por ello, y a pesar de todo, en su corazón se libraba cada noche una especie de lucha entre el que había sido y el que acababa de nacer allí, junto al hombre que amaba, junto a Peter. Y algo similar le ocurrió a éste. Entre ellos no necesitaron de títulos, estudios ni riquezas contables. Compartieron el gusto por la buena comida, el buen vino, la ropa elegante, la granja y los caballos, por la música y los libros, y el Amor que los inundó en un solo ser.

Cuando terminaron de cenar, mientras los ancianos tomaron el té en los sillones, la pareja se acercó a los ventanales. En la densa niebla de la noche blanca sin luna de diciembre, Spencer alzó la mano de Peter mirándolo y le besó los nudillos, suspirando, y sabiendo que ya no sería una noche más, sino que de ahora en más cada una sería una noche como no habría otra, porque la vida renacía junto a Peter. La respiración se les quebró en el acto, si bien habían llevado la cena con prudencia.

… Debes estar muerto de frío, acompañaremos a los ancianos a sus habitaciones e iremos a lo nuestro, te vas a sorprender del cambio.

… ¿Le aviso a Gerard?

.. Mañana, o quizá se lo diga Sarah.

___Embebidos   y casi de la mano acompañaron a los ancianos a sus habitaciones, los despidieron con una inclinación de cabeza, y luego sí, observando aquí y allá, fueron sigilosamente a las suyas tomados de la mano, perdidos en la mirada.

Spencer abrió y Peter sintió que el corazón se le detuvo en el pecho al ver el ambiente, los ambientes unidos.

Ingresaron a un vestíbulo amplio con chimenea y sillones, con una mesa de bar, la música suave y romántica impregnaba de sonidos, un perfume a jazmines y lluvia los envolvió, más allá se veía la habitación comunicada con la adyacente, iluminadas por velas, con otro hogar donde el fuego crepitó susurrando palabras de amor.

.. ¿Te gusta?

… Es increíble. Tú lo eres.

__ Los ojos brillaron como la luna llena en noche de verano, y Spencer le plantó en suave beso, casi acariciando los labios gruesos, cálido y asombrosamente tierno. Peter sintió la garganta seca, y que  había perdido la capacidad de articular las palabras.

 Spencer lo guió de la mano, y entonces vio la botella de Champán y las copas.

… ¿Y eso?

__La mirada profunda indagó en su alma, las manos llevaron sus nudillos a los fascinantes labios finos que los besaron devotos.

… Quiero brindar por nuestro amor, quiero entregarte mi corazón, en una ceremonia de dos.

… Spencer, de pronto siento que somos cómplices en una conspiración, en un conjuro, en un pacto: ___Spencer lo interrogó sin palabras mientras le acercaba la copa.

La prolongación de nuestro Amor, para siempre. Convertir esto en Amor Eterno, por ello deseo brindar.

___ Las copas chocaron, y apuraron la bebida, mientras el calor los arrasó y el fuego curioso se preguntó para qué estaba allí.

Ambos estaban elegantemente vestidos con levita negra, corbatas atadas con nudo prolijo, camisas y pantalones blancos a juego, reluciendo como estrellas de un cielo aterciopelado de verano, perdido uno en el brillo del otro.

…. Cierra los ojos mi amor.

.. ¿Qué?

… Confía en mí, ciérralos, me encandilas.

__Peter obedeció, Spencer extrajo dos estuches de un cajón, le tomó las manos luego de extraer los contenidos.

… ¿Qué haces?

…. Chsss, mi precioso impaciente como siempre, siente.

___Le deslizó un anillo en el dedo anular derecho, otro en el izquierdo, con la delicadeza de una pluma y Peter sin esperar abrió los ojos extasiándose mientras se anegaron sin remedio ni permiso.

… ¿Y esto?
… El de la derecha es el anillo que creo buscabas cuando te conocí, el que te regaló tu madre.

Al otro día de llegar a la casa lo encontré, luego corroboré preguntándote y esperé la ocasión para devolvértelo.

___ Peter ya  había posado la mirada en el diamante que brillaba en su otro dedo, en un anillo que nunca imaginó poseer.

…¿Y esto?

… Es la llave de mi corazón, de mi alma, de mi ser,… la deposité en tu mano en forma de perla, de anillo, cerrado, porque solamente  vos lo puedes abrir. Es tuyo. Soy solamente tuyo.

¿Querrías brindarme una llave igual que selle nuestro pacto?

…. Claro, pero…

… Toma.__ Spencer le dio el estuche y Peter encontró un anillo similar, lo extrajo extasiado, adorándolo en la mirada, suavemente lo deslizó en el dedo anular izquierdo de Spencer que suspiró.

… Ahora sí, ahora sé que  me perteneces. Este es nuestro secreto, el pacto que dijiste, nuestra ceremonia de unión eterna. Te amo, Peter, para siempre.

… Te amo, Spencer, para siempre. He sucumbido a ti aunque intenté apartarme. Por insensato que sea para el afuera, vine al mundo para amarte en esta vida.

… El mismo deseo nos une, la misma ardiente familiaridad, mi amor. Te amo. Me haces sentir vivo. Nunca he deseado así a nada ni a nadie y hoy sé el por qué.

___ Las miradas vagaron a los labios y se quedaron fijas allí.

.. Tu belleza es exquisita, desde el pelo que me gusta alborotar, al rubor de tus mejillas al amar hasta los dedos de tus pies. Me excitas, tengo apetito de vos, Peter, algo que jamás ni siquiera soñé.

Tus labios me pierden, __Spencer lo atrajo hacia él esbozando un baile sensual que amoldó los cuerpos vestidos, y provocó un fuego devastador alrededor.

… Dime que no  lo estoy imaginando, dime que no estoy soñando todo.

.. Mejor te lo voy a demostrar. Estamos en el cielo, pero en todo caso si esto es un sueño, es un sueño de dos.

___Las miradas recorrieron al otro encendiendo un fuego  más arrasador que  las caricias reales, pero ambos las deseaban, sin barreras, en la piel.

___ Spencer sin dejarlo, apartó la ropa de la cama, la abrió… y continuaron mirándose.

… Esto no es normal, no es habitual, lo que nos sucede…

… Vos no sos normal, yo no lo soy, Peter. __ Spencer le colocó los dedos bajo la barbilla obligándolo a la mirada.

… No me refiero a esto, yo no he provocado esto, a menos que tú creas que…

… Chsss… sé que  sos ingenuo, inocente, que no te diste cuenta cómo ni en qué medida me sedujiste.

___ Peter quiso hablar, pero Spencer capturó sus bellos labios y lo hizo callar con la menor de las caricias que tenía preparadas. Lo incitó succionándolo a abrir los labios, y Peter le dio lo que tanto anhelaba, la dulzura de su lengua que se enroscó abrazando la suya, y el interior cálido, húmedo y suyo de la boca que reexploraba cada vez encontrándola nueva y más deliciosa, y en una invitación  a continuar, Spencer profundizó el beso, Peter gimió, y las manos respondieron entrecruzándose para desatar el nudo de las corbatas, y comenzar a desabotonar las camisas.

Los cuerpos respondieron con sublime impaciencia, abriéndose al placer, excitados hasta el dolor, en un impulso ciego de hacerse el amor con premura y a la vez con lentitud, saboreando cada sensación, la ardiente pasión, mientras los músculos se tensaron y quedaron sin aliento en el beso, agonizando uno dentro del otro en la boca. Aunque el aire faltó, las lenguas profundizaron como manifestación del imperioso deseo de poseer al otro, en la cama, en el piso, en el agua, en todas partes, de todas las formas.

Pero al fin le pusieron fin, jadeando anhelantes, con las camisas desprendidas y el vello erizado… mirándose intensamente, sin embargo diciéndose que deseaban saborearse por la eternidad. Lamer palmo a palmo cada milímetro de los labios, la boca, el cuello y de cabeza a pies o al revés y más. Devorarse, beberse, embeberse, incrustarse, inhalarse, embriagarse, penetrarse y acoplarse en el UNO de Dios.

… Te deseo en la cama, hacer lo que vengo imaginando desde todo el día, y solamente de pensarlo he enloquecido y quedado de piedra como lo que late bajo mi pantalón.

… Hazlo, mi amor. Mi corazón nunca ha latido tan acelerado y errático.

___ Permanecieron de pie, incapaces de mover un músculo, pétreos, con la garganta seca, perdidos en la mirada, descalzos y sin camisa, deseando ambos lo mismo del otro,…. los besos como nadie los dio, las caricias surcando valles, planicies y montes,  el tacto, el aroma, la virilidad pulsátil en la mano, en la boca, adentro. Todo. Enloqueciendo, deseándose, admirándose en su beldad. Despeinados, y con el refulgir sensual en los ojos negros y marrones, quemándose en el mismo aura, midiéndose como adversario antes del inicio de la batalla, admirando la tersa tez hasta el inicio del vello que los pantalones todavía ocultaron, y recordando lo que había debajo que habían memorizado con manos y labios en la primera vez y más. Apenas un poco más.

Las lenguas pasearon por los labios, y lentamente los pies respondieron a lo demás, al alerta general que los impelió a adosar piel con piel, mientras se envolvieron los labios primero con las caricias de los cálidos dedos que los dibujaron a su antojo, al antojo del otro, con las miradas llameando y al fin se dejaron caer, piel absorbiendo piel, sobre la cama, Spencer sobre  Peter, temblando, restregándose cuerpo a cuerpo, urgentes, ardiendo en deseo y pasión, en un volcán de sensaciones, las pelvis besándose y la erección caliente, acerada de uno en el vientre del otro escaldando, hundiendo la carne, queriendo penetrar.

Y se amoldaron, se retorcieron, se embebieron, se revolcaron , giraron, se aferraron por las caderas, sin apartar la boca  ni la mirada, restregándose en oleadas de deseo y de placer, mientras dejaron dialogando a los cuerpos y se concentraron en la boca y en el beso por un instante suspendido en un tiempo no medible.

Las lenguas hambrientas, entraron y salieron, entraron más y más profundo cada vez, para salir  a succionar y lamer los labios y reingresar más allá, bebiendo el uno al otro y del otro, inspirando el mismo aliento  hasta no poder respirar, deseando más y más, mordisqueándose, hasta al morir en la garganta, separarse para suspirar y revivir, paseando la mirada de cabeza a pies, de Este a Oeste y  deseándose  más.

… Peter, mi amor, necesito estar dentro de tu ser.

Las yemas de los dedos descendieron a los pezones, las manos se ahuecaron una en los glúteos moldeándolos, la otra se coló bajo la ropa para excitar delante, cuando los pezones pasaron a ser atendidos por los dientes que estiraron, mordieron, la lengua que humedeció y los labios,…. fueron enloqueciendo en los jadeos y los gemidos se unieron al crepitar de las brasas.

… Necesito poseerte, ahora.__ Disparador profundo, macizo, cautivador,  en palabras, imagen y ritmo que compusieron una sinfonía de amor, mientras Spencer se incorporó quitándose en una pieza las barreras y arrancó de Peter las suyas arrastrándolas al mismo montón, para urgente reptar por su cuerpo, separando las masas con las manos, y Peter pudo sentir el miembro inhiesto presionando, cautivador, desesperante, casi insoportable en la espera, hasta al fin arquearse para instarlo a enterrarse en él.

Pero resultó peor, más enloquecedor, cada invitación mayor, cada penetración mejor.

 Y Spencer se aferró de las caderas,…. entró y salió y entró más y más, adentro, profundo, arriba, más. Se retiró y penetró cuantas veces se le antojó, mientras Peter se retorció debajo, se estremeció…,  inundados en el mismo sudor, en el mismo torturante placer al cual ninguno quería poner fin dilatando el tiempo de la gloria final.

… Esto es solo el principio, no puedo, no quiero detenerme. Estoy desesperado por vos.

… Haz que dure mi amor, que dure  por la eternidad, ____; al tiempo que movió las caderas para adentrarlo a mayor profundidad.

 Y Spencer renovó el ritmo por más, de nuevo, más rápido, más fuerte, más adentro, Peter lo recibió en sus gruesas y potentes arremetidas estremeciéndose, ahogando los gritos en el beso, con las miradas oscuras refulgiendo.

Pero lejos de la mansión, de la isla, de la nieve, del invierno, en algún rincón perdido del tiempo y del espacio, no pudieron soportarlo más, y al fin se dejaron ir en el otro, con el otro, se dejaron arrastrar contra murallas de demolición, en el éxtasis mayor, convulsionando, ordeñándose y embebiéndose en el fruto vertido a borbotones y por doquier, dentro, y fuera y alrededor, hasta la última gota del ser.

Para al fin quedar deshechos, derrumbado uno en el otro aletargados sin tiempo, recuperando el aire, luego el latir, para al fin todavía fusionados y derretidos, confundidos en uno, susurrarse su Amor, y sellarlo en tiernos besos depositados aquí y allá, llenos de  dulzura y  adoración.

… Te amo, Spencer, para siempre, hasta el final de los tiempos siempre te amaré.

… Te amo, Peter, desde el principio de los tiempos, siempre te he amado.

 CONTINUARÁ.

 AMOR ETERNO.