AMOR ETERNO. CAPÍTULO OCTAVO.

 

AMOR ETERNO. CAPÍTULO OCTAVO.

INGLATERRA, DICIEMBRE DE 1836.

… Peter, mi amor, despierta, que está amaneciendo.

… No. Es muy temprano.

… Lo es, pero si no estamos en la casa para la hora del desayuno Gerard se preocupará.

___ Los ojazos de Peter recordaron lo sucedido y que no estaba en la casa, y se incorporó asustado, Spencer le besó la espalda con ternura.

… Tranquilo, tampoco es para que te asustes.

… Mi amor, estaba soñando, creo.

¿Tenemos que regresar ahora?

… Yo creo que sí.

¿Qué pasa? ¿Estás preocupado?

… Un poquito.___ Peter se abrazó a Spencer acurrucándose nuevamente.

… Cuéntame.

… No sé si podré disimular que  eres mi hombre, que te amo, que te deseo a cada instante. No entiendo por qué nuestro amor es prohibido.

....Chsss. Spencer le besaba con suavidad el pelo.

… Vamos a tomar un café, y si podemos pasaremos por la casa que quiero mostrarte, ¿sí? Desayunaremos con todos en la mansión.

… Hazme el amor.

… No precioso, ahora no, a la noche.

…. Ahora, por favor, sino no soportaré hasta la noche.

… Mi lindo ansioso. Dije que ahora no.

___  La mirada suplicante de Peter paseó por los ojos negros para perderse en los labios finos y los gruesos fueron por ellos, entreabriéndolos para ingresar a reexplorar la boca recién descubierta y tomarlo todo a su paso.

Spencer ante la caricia sintió flaquear sus defensas y una oleada de placer lo invadió amenazando con  derribar a su paso con sus convicciones.

… Peter, precioso, tenemos que regresar. Vamos, a vestirse que hace frío, y solamente traje una carga de agua para bañarnos.

Voy a preparar un café. ¿O quieres té?

… Café. Lo miraba como niño a quien le quitaron su juguete preferido y a Spencer lo inundó la ternura y más.

… ¿Podremos regresar a la noche?

.. Claro amorcito, en eso habíamos quedado.

… Por ahora todavía estas casas no están ocupadas, podemos regresar a ésta hasta acondicionar la otra.

… Sí, está bien, tomaremos prestada ésta y mientras, dejaremos lista la otra. Bebe, antes de que se enfríe.

___ Spencer trató de ignorar las  miradas de Peter que lo ponían en alerta y tensión, se dirigió a la ventana concentrándose en el cielo, caía una fina llovizna que amenazaba con ser aguanieve, y el cielo gris se cubría de nubarrones amenazantes por doquier, mientras la brisa se colaba al interior.

.. Creo que va a nevar, mi lindo. Quizá esta noche tengamos que quedarnos en la casa.

… ¿Y cómo haremos?
… Dormirás en mis habitaciones. Mira, en verdad, están comunicadas con las contiguas. Lo descubrí al llegar, hay una puerta apenas sellada, que no me será difícil habilitar cuando nadie se encuentre cerca. Te mudarás como dijimos, cruzarás o lo haré yo libremente por el interior.

 Ya sabes cómo es nuestro clima en invierno, y muchas noches estará nevando o lloviendo demasiado para salir de allá.

… ¿Dijiste que confiaríamos en algún lacayo para que nos atienda? ¿En quién? ¿Quién puede entender lo que nos sucede?

… Anthony, el viejo lacayo de los padrinos, en él vamos a confiar llegado el momento.

… ¿Estás seguro?

… No. Pero vamos a necesitar de alguien y me parece el más confiable.

___ Peter se resistió a dejar el lugar sin más.

 Spencer se había  vestido, pero Peter manejó la situación acercándose por detrás tocando sobre la ropa las notas exactas para disparar latigazos de placer en su hombre y sus labios lamieron el cuello, mordieron y succionaron el lóbulo de la oreja, se regodearon en la garganta al tiempo que las presurosas manos, desabotonaron la camisa,  y antes  de que Spencer lograra protestar, selló los labios en un beso devastador, que rompió con toda muralla o negativa a lo irremediable.

Los pulmones se agitaron como fuelles, los corazones se hicieron uno en el galope, mientras le lengua de Peter buscó, encontró, bebió, danzó y ahondó hacia la garganta, hasta que las manos de Spencer  moldearon sus glúteos, para finalmente levantarlo entre sus brazos sin dejar la boca y depositarlo en la cama todavía deshecha, separando la ropa que cayó al suelo.

De pie ante la atenta mirada de Peter se desabrochó los botones del pantalón y el cinto, liberando su deseo acerado con urgencia mientra Peter lanzó una exclamación y ruborizado de deseo sus ojos se enturbiaron cuando Spencer lo cubrió con su poderoso cuerpo, amoldando pieza con pieza, buscando ahora él recorrer la boca de punta a base, de Este a  Oeste, bebiéndola y devorándola, embriagándose con el sabor, saboreando el aroma , mientras Peter se retorció urgente debajo, apremiándolo en todo su ser.

… Sos terrible, te dije que a la noche, va a doler.

… No importa

Las manos de Spencer descendieron a las nalgas fuertes y presionaron hacia delante contra su poderosa erección, y audaces se hundieron en la carne, recorrieron a gusto las formas plenas de las nalgas de Peter, estrujándolo, hacia sí, y los sexos se frotaron uno al otro, disparando explosivos por doquier, los sentidos se embotaron, la razón se fugó, y los dedos  sumados a las palmas recorrieron lo que quisieron, dejando rastros escaldados o de fuego mientras el vello de ambos se erizó de deseo y excitación.

 Los pezones inhiestos y adoloridos esperaron impacientes, hasta que al fin los labios de Spencer y luego los dientes capturaron a uno y al otro, mientras Peter se arqueó buscándolo, y el placer abrasador que desde allí se disparó lo recorrió en su totalidad, generando gemidos y preparando a su cuerpo para dar albergue a la virilidad pulsátil que atormentaba la propia.

Peter se agitó, se retorció, invitándolo a acelerar la posesión del dominio, pero Spencer decidió torturarlo con lánguida lentitud, y así fue cubriendo de besos húmedos cada centímetro del territorio, mientras las manos frotaron el sexo, y la lengua dibujó el ombligo haciéndolo gritar.

Cuando la boca de Spencer lamió y atrapó su virilidad, Peter se paralizó ante el asombro y la novedad, espiando la caricia, aprendiéndola para el después, y volvió a gritar cuando mientras la lengua lo recorrió por delante un dedo se coló por detrás tomando su camino interior y acariciando en círculos como la boca por delante.

Peter tembló, se rindió, una manta de fuego lo envolvió por delante y por detrás, abrumándolo de sensaciones tortuosas y recién estrenadas, se aferró a la cabeza de Spencer empujándolo a continuar.

… Voy a darte lo que deseas así, solamente así.

… No, tómame por entero.

… Chsss. No quiero hacerte daño.

… No lo harás.

Spencer lo abarcó y con movimientos de vaivén  fue estimulando los puntos exactos, con sus labios cubriendo los dientes, y los dedos recorriendo el paisaje interior, mientras el cuerpo de Peter se onduló, se retorció, se arqueó pidiendo más, demandando todo, y cuando fueron un sudor y sal, un aliento  en la misma urgencia, Peter lo aferró para separarlo, pero Spencer continuó,  sin apartar la fascinante y turbia mirada del rostro arrebolado de pasión de Peter, mientras lo sintió convulsionar y ascender a la cima del éxtasis mayor, a la cornisa del abismo profundo al cual deseó dejarlo caer solo esa vez.

Peter se mordió el labio inferior desesperado por soportar la tortura y al fin sucumbió, y cayó desde lo más alto al pozo más profundo mientras se brindó a borbotones en la boca de Spencer que lo tomó, lo saboreó, lo degustó, bebiendo pausadamente el fruto del Amor que sintió correr por su sangre para ir a embeber cada fibra, cada célula, cada átomo y partícula de su ser.

Cuando ordeñó hasta la última gota de sal, ascendió a los labios y Peter saboreó de su propia esencia el final, y le suplicó en un susurro que aliviara su tensión, rodando se ofreció, y fascinado en la visión, Spencer no pudo mantener atadas las riendas y al fin  se apoyó en las fuertes manos y brazos, tomando una bocanada de  aire para derrumbarse  hundiéndose en el túnel de  Amor, húmedo, cálido, envolvente, preparado para abrazarlo y darle el sitio preciso para verter su simiente.

Pero se quedó inmóvil, percibiendo los temblores remanentes del orgasmo de Peter, hasta que éste vio renacer el deseo, al sentirlo pulsando en su interior, y lo instó a moverse haciéndolo primero.

Spencer sin creerlo lo siguió, lo colmó, lo dilató, lo ancló, y se enterró en cada embestida más y más, apoderándose  de los labios, succionándolos y degustándolos, para ingresar a la boca  y beber en ella lo que encontró de ambos, y se acompasaron los ritmos de uno y del otro en la boca, en la intimidad, y esta vez una marea desconocida de un mar salvaje los elevó juntos a la cima de la ola mayor,  que a cada empuje  fue creciendo y elevándose, acelerándose y dirigiéndose al choque inevitable con lo más duro y peligroso, y ninguno deseó detener la muerte instantánea que el impacto podría producir.

Se aferraron con ahínco hasta que en la última embestida, al fin la ola chocó, se deshizo en espuma, ellos en partículas y energía, en un montón de restos inundados del mismo fluido, por dentro, alrededor, en la boca y en la intimidad e inconcientes, quedaron mientras la nieve asustada los espió por la ventana, no sabiendo si avisarles que pronto no podrían salir.

___ El día parecía noche, la nieve se  apoderó del camino, y enterrando las botas en ella, cargando a Peter en brazos, tirando de las riendas del caballo, Spencer los condujo presuroso a la mansión.

… Perdón, amor, no  supe ver que nevaría así.

… Está bien, ya casi hemos llegado. Entrarás primero y por detrás, mientras llevo el caballo a los establos,  ve a cambiarte y nos encontraremos en un rato en el comedor, donde seguramente estarán ya todos desayunando, ¿sí?

… Sí. Me resultará difícil.  Aunque lo saben y lo aprueban siento pudor con mis tíos, y miedo por lo que cuando se entere pueda pensar y sentir Gerard.

… Tu hermano es más maduro de lo que piensas, Peter. He hablado mucho con él, lo subestimas me parece.

A él le gustan mucho las chicas y creo que ha probado a varias, ya, pero  nunca se enamoró de verdad. Lo que si sé sin dudas, es que lo que más ama en el mundo es a vos, y que aprobará todo lo que te haga feliz, aunque esto alguna vez los separe físicamente.

… ¿Crees que debo hablarlo todo con él?

… No ahora todavía, podemos esperar un poco más.

Ve, entra por atrás y sácate la ropa mojada, nos veremos en el comedor.

… Spencer,…

… ¿Qué?

… Te amo.

… Yo también te amo, precioso.

… Gracias por la sorpresa.

… Tengo otra para darte, pero será a la noche, y no insistas con que la adelante.

… Está bien, esperaré.

___ Se besaron en los establos,  con la complicidad de sus caballos, y despacio, pisando con seguridad pero volviéndose a perderse en la mirada, Peter se dirigió a la mansión e ingresó por la puerta de atrás, para al rato entrar en el comedor, donde la familia estaba comenzando a desayunar, con doncellas yendo y viniendo aquí y allá.

… Peter, lindo, ven a dar un beso a tus tíos, y siéntate a desayunar, hace mucho frío y necesitan comer.

… Falta Spencer, tía.

… Ya vendrá, Gerard.

___ Sarah y Edward llevaban cincuenta años de casados, y seguían amándose como en la luna de miel, o más. Su matrimonio como casi todos, había sido concertado por las familias, pero el Amor los sorprendió en el tiempo. No tuvieron hijos, y para ellos Peter, Spencer y Gerard fueron los hijos que eligieron en su peregrinar.

… Buenos días, madre, padre___ Spencer los saludó con una inclinación de cabeza y besó la mano de Sarah, que percibiendo lo sucedido le sonrió cómplice, lo cual hizo subir el rubor por el rostro de Peter.

… Siéntate, Spencer. ¿No crees que deberías avisar al duque que te quedarás a vivir con nosotros?

… No soy un niño madre, puedo decidir donde vivir.

… No creo que el Duque opine lo mismo, Spencer. Al morir tus padres  pasaste a ser como su hijo más que un primo.

.. No puede saber que estoy acá, madre, me buscarían, tratarían de que regrese a ocupar mi lugar, a la sociedad, a un matrimonio concertado que no deseo.

… ¿No quieres casarte, Spencer? ¿Cuántos años tienes?

… Treinta y cinco, Gerard, y no. No creo en el matrimonio. No lo deseo.

… ¿Y no quieres tener hijos?

.. No. Nunca ha sido prioritario para mí.

… Como para Peter, ¿no hermano?

… Algo así.

 Gerard, Spencer y yo tendremos que ir a votar, ahora es obligatorio.

.. ¡Guau!, qué lástima que yo todavía no pueda. ¿A la reina?

.. No, cariño, a los miembros del Parlamento. Y no preguntes porque el voto es secreto.

… La  chica que será reina bien podría ser mi esposa, es más chica que yo, me encantaría conocerla y conquistarla.

… Hay, Gerard, mi chico lindo, ya pronto podrás viajar a Londres o al lugar que desees, pero no creo que te guste ser esposo de la reina de Inglaterra. Perderías toda tu libertad.

… Nos retiraremos a descansar, luego podríamos hacer una partida de ajedrez, ¿no Spencer? Con este día no podrán cabalgar, además Peter aún no puede.

… Está bien, Madre, iré a sus habitaciones en un rato, entonces.

…  A mí me aburre el ajedrez, estaré en la biblioteca ensayando las obras de teatro que estoy leyendo.

… Bueno hermano, ve.

… Peter, ve con los tíos, iré a revisar las habitaciones, mudaré tus cosas si no hay nadie cerca y luego abriré esa puerta interior.

… Cuídate.

___ Spencer se inclinó rozándole los labios y el calor los volvió a cubrir de cabeza a pies.

Desde la puerta lo adoró con la mirada, mientras Peter fue  con sus tíos.

… Estás distinto, Peter, se te ve muy feliz esta mañana. Ya sucedió lo que esperabas con Spencer, ¿verdad?

… Sí, me siento pudoroso, pero no puedo ocultárselo tía. Pasamos la noche en la casa de los sirvientes, regresamos para el desayuno.

… ¿Eres feliz?

… Muy feliz y Spencer también, aunque ambos sabemos que nada será fácil ahora.

… No mi amor, tienen que cuidarse mucho y de todos, pensar la manera de decírselo a Gerard, o quizá decidir no hacerlo.

… Cree que no le debo contar.

… Lo que sientas, Peter, lo que sienta tu corazón, eso es lo que debes hacer.

… Tía, me mudaré a vivir con Spencer, quiero decir, que uniremos nuestras habitaciones en la mansión o que dormiremos en una casa fuera, pero ya no deseamos estar separados.

… Está bien tesoro, solamente sean discretos y cuídense.

… Sarah, ¿existen los sueños premonitorios?

… No lo sé. ¿Qué estás soñando?

… Algo que se repite y me hace temer, no quiero preocupar a Spencer.

Pero estoy con él en un barco, no sé dónde ni cuándo y naufragamos, morimos tía y me está atormentando.

Pensábamos en algún momento llevar a Gerard al continente, pero no quiero subir nunca a un barco, no quiero morir, quiero vivir mucho tiempo con Spencer, aunque tengamos que escondernos, para siempre.

… No  sé qué decirte lindo, muchos hablan de que pasamos por muchas vidas en  nuestra evolución, distintos cuerpos, el alma cambiando de ropa de una a otra, y que pueden tenerse recuerdos de ellas en sueños. Ese Naufragio tal vez sea de algo que puede suceder y de una vida que ya pasó, ¿entiendes?

Solamente tú si continúas soñándolo lo podrás averiguar, si alguna vez localizas la época. Realmente deseo que sea pasado, así pueden viajar libremente en esta vida.

… Ojalá, tía, porque Spencer y yo alguna vez podemos necesita huir al continente, soy conciente de ello, y le temo a los barcos, ahora.

….Por ahora están bien acá, y seguros, relájate mi amor.

… Gracias, tía.

.. Permiso… ¿jugamos?

___ Spencer al dejar la caja en la mesa  le susurró a Peter al oído:

… Ya dejé todo preparado, mi amor…

CONTINUARÁ.