AMOR ETERNO. CAPÍTULO SIETE.

 

AMOR ETERNO. CAPÍTULO SIETE.

INGLATERRA, 1836.

… Sí que tenías hambre, nunca te vi comer así antes. Menos teniendo en cuenta el reposo de estos días.

__Peter lo miró con picardía y más.

… Reposo, hasta que el hombre que amo, me hizo alcanzar y volar más allá del paraíso, primero solo y luego  acompañándome.

Está muy rico todo. Si vamos a hacer lo que comentamos, tendremos que llevar a la casa provisiones, aunque cenemos en la mansión.

… Sí mi amor, y leña para la chimenea, hace frío. Tengo que ver el establo. Es pequeño, para los caballos estará bien, no sé si quede lugar para un carruaje.

¿No duele más la rodilla?

… No. Está un poco débil, no puedo andar mucho, pero ya no duele. Me encantó el medio de locomoción alternativo, no obstante, y fue justo porque me lesioné por tu culpa.

… ¿Por mi culpa?
… Sí, por distraerme, por seguirte porque me dejaste solo.

… Te lesionaste por no hacerme caso y quedarte donde te dejé seguro, por tu culpa. Pero igualmente me encantó tenerte en mis brazos estos días, por tanto, estamos a mano.

… Gracias a estar en tus brazos, descubrí muchas cosas.

… ¿Serían?

… Tu fuerza, la forma de tus hombros, de tus músculos, pero lo que más me fascinó es tu aroma, tu olor que me turbó desde el primer instante.

… Y a mí me perdían, me pierden tus labios tan cercanos, irremediablemente si los miro tengo que besarlos. ¿Sabes que tus labios llaman al beso?

… Si es a los tuyos, me encanta.

… Voy a lavar esto, no me ayudes, no quiero que te esfuerces.

.. Puedo estar de pie.

__Spencer llevó a la pileta los platos y los jarros, y Peter desde atrás le rodeó la cintura, haciéndolo tensar de inmediato, disparando oleadas y calor ígneo, cargas de dinamita que amenazaron con detonar por doquier, cuando comenzó a pasear los labios con besos húmedos por el cuello hasta la oreja al tiempo que por delante buscaba su sexo con las manos, tomando los costados con una presión exquisita sorprendiendo a Spencer.

… NO, Peter, por Dios, voy a tirar todo al piso. ¿Quién te enseñó eso?

… Nadie,  supuse que te gustaría.

…. Me vas a volver loco, espera que deje esto seguro, quédate quieto un poquito más.

… No, ya no puedo.

___Spencer suspiró desesperado, intentando bloquear el insolente movimiento de las manos torturando con maestría su intimidad sobre la ropa, y finalmente las capturó llevándose los nudillos a la boca besándolos.

… Sos terrible. Voy a servir una copa de vino, y a colocar más brasas al fuego.

… ¿Más?

__Spencer se separó con dificultad, con la respiración quebrada, se apoyó contra la pared cruzando los brazos contemplándolo asombrado, mientras la luz de las velas y del fuego proyectaban flecos y figuras de luces y sombras que embellecían aún más el rostro de Peter.

Peter contemplaba el fascinante vestir de Spencer, chaqueta y camisa, con pantalón a la moda, botas negras impecables haciendo juego, y la camisa blanca almidonada impecable que destacaba su piel curtida por el viento, el frío, el sol, la corbata había quedado en algún lugar al llegar, pero para él era un dios del olimpo y Spencer lo pensaba de él.

Se miraban de arriba a bajo, en detalle, con fascinación, al tiempo que los ojos centelleaban, y hormigas les recorrieron la piel.

… ¿Qué pasa, me tienes miedo?

… Creo que sos más peligroso de lo que pensaba sí, sin duda. Estás derribando mi aplomo y mis defensas a cada mirada o movimiento y siento que voy a  fracasar estrepitosamente en resistirme a tus encantos mucho más__ La voz de Spencer se estaba tornando profunda y ronroneante, los corazones retumbaban en la habitación.

Acá no hay lacayos ni doncellas, al menos esta noche, puedes hacer lo que desees.

___ Spencer suspiró y fue a servir dos copas de vino tinto, mientras Peter se acomodó en un sillón, el fuego crepitaba en el silencio de la habitación, y las luces provenientes de la chimenea jugueteaban en el cabello de ambos proyectando sensuales figuras.

… ¿Brindamos?

… Por esta noche.

__Chocaron las copas sin apartar la mirada del otro, y Spencer se incorporó sofocado, quitándose la chaqueta, para regresar a sentarse  junto a Peter, que se acurrucó a él sin tapujos ni reservas, aunque por dentro temblaba ante el macizo de músculos y carne que lo rodeaba, pero no lo aparentó. Inspiró el exquisito olor que emanaba la piel, y Spencer con cuidado, apoyando el brazo estratégicamente lo fue rodeando y acorralando.

… Tienes un rostro soñado, y  unos labios perfectos, la boca más perfecta que he conocido y la más adecuada para el amor. No tienes idea de lo que puedes llegar a hacer con ella de mí y en mí, Peter.

___ Al crepitar del fuego pareció unirse la respiración de ambos y el bombeo desbocado de los corazones galopando, y ambos parecían no tener apuro en desencadenar lo que vendría.

Terminaron el vino dejando los vasos en la mesa mirándose en profundidad.

.. ¿Sigues asustado?

…Sí, es increíble haber llegado a esta edad desconociendo todo lo que los demás, hasta mi hermano creo conocen, el deseo, la pasión,el éxtasis, todas las sensaciones que nunca había experimentado hasta que me besaste por primera vez, y más hasta hoy.

___Los ojos de ambos refulgían más que las brasas de la chimenea.

Spencer cerró los ojos, presintiendo el acercamiento de Peter, su aliento caliente lo escaldaba y por reflejo llevó la mano a acariciarle el pelo de seda de nuevo. Comenzó a jugar con él, mientras se concentraba en los labios de Peter que le besaban las manos, succionando los dedos, paseando por los nudillos hasta las muñecas y ya se encendió por completo, se sorprendió cuando Peter lo tumbó cubriéndolo con su cuerpo y selló los labios en los suyos sin aviso.

Y Peter paseó, conquistó y salió recorriendo las mejillas hasta las orejas, tomando, lamiendo, succionando mientras sobre la ropa palpó los brazos y el pecho y Spencer comenzó a retorcerse de placer y más.

Peter fue desabotonando la camisa lentamente, regodeándose en la visión del vello, de las sombras que resaltaron los músculos del pecho poderoso, y se le antojó que nunca ni en los obreros, en los sirvientes, en nadie había visto tanto poder.

… No  te voy a hacer daño, deseo prepararte.

___Spencer experimentó un torbellino de sensaciones, urgencias, ansia y deseo mientras las tetillas quedaron a la altura de la boca de Peter y éste no dudó en tomarlas entre sus labios, con lo cual Spencer se arqueó ofreciéndose, y Peter lamió en círculos alrededor, hasta aprisionar los pezones entre sus dientes y succionarlos sin piedad mientras Spencer luchó por seguir respirando, temblando por entero. Peter lo calmó estrechándolo más al percibirlo, impregnándolo de su calor y de su ser, y Spencer entonces reaccionó desabotonando la camisa de Peter.

.

. Eres muy rico, tiene sabor a miel.

___Las palabras susurradas causaron estragos en Spencer que sintió que moría en el lugar. Peter lo cortejaba, lo hacía brillar, lo hacía  hermoso por él y para él, lejos del manoseo apurado y urgente del instinto que alguna vez lo dominó con alguna mujer cualquiera.

Los labios de Peter vagaron desde las comisuras describiendo regueros aterciopelados, pasando por la garganta hacia las orejas y los hombros  y la lengua atrevida penetró en el oído sorprendiendo a Spencer que lanzó un gemido.

Las extremidades estaban enredadas, muslo contra muslo, tumbados, erección contra la ajena, excitados por igual, y las oleadas de placer los  llevaron a ascender de manera peligrosa y a la vez los paralizó.

La boca de Peter jugó, presionó, lamió y succionó por todas partes, hasta entreabrir la ajena y entrar la lengua a enroscarse en la de Spencer que sintió una tenaza aprisionarle el vientre y más. Peter exploró la boca reclamándolo, exigiendo, bebiendo para saciar su sed, de manera íntima, excitándolo y saboreándolo, mientras  Spencer enterró los dedos en el pelo y le susurró.

… Quítame la ropa y déjame sacar la tuya.

___Peter lo enloqueció a besos mientras pelearon por sacar las camisas de los pantalones, y las manos desesperaron paseando por la tersura de los músculos de la espalda, y del pecho, entrecruzándose torpemente, chocando desesperadas, irradiando calor, con el aire que no estaba, mientras los dedos indagaron por doquier, por delante y por detrás y se absorbieron con avaricia piel a piel. Peter lo besó en profundidad, y una profunda excitación invadió a Spencer.

Desesperados se ondularon entrecruzando brazos y manos, hasta quitarse los pantalones y quedar al descubierto y expuestos uno al otro en su esplendorosa desnudez, y a la luz que los reforzaba se contemplaron extasiados en su belleza, antes que Peter tomara nuevamente las tetillas de Spencer, paseando en círculos primero, cosquilleando, buscándolas con los dientes, y mordiendo, succionando, mientras los escalofríos recorrieron la columna y Spencer supo que le estaba dando lo que él… antes de poseerlo, solamente placer.

Hasta que finalmente ambos no pudieron hacerse los distraídos y no notar erección contra el muslo ajeno, aceradas, gigantes, esperando adentrarse en el otro con ansia y anhelo de siglos, mientras andanadas de placer recorrieron lugares secretos, y se sintieron borrachos, y no de vino, perdidos, buscándose contorsionándose.

.. Peter, por favor, tómame.

.. Aún no.

___ Y siguió dibujando a su antojo el cuerpo de Spencer con dedos y labios, con lengua y aliento, descendió, circundó, bebiendo, devorando de abajo hacia arriba succionando los pies, contorneando las piernas, saboreando las rodillas y los muslos, asombrándose en la venas turgentes de las masas laterales, y apenas depositando temeroso un beso en el extremo del acerado miembro que lo había recorrido, como no sabiendo bien qué hacer allí,…, por ahora.

… ¿Vamos a la cama?

… No hay tiempo, te deseo en mi interior, Peter, por favor, una caricia más y voy a estallar en pedazos.

… Un poquito más, no quiero hacerte daño, vuélvete.

__ Lo recolocó de costado, y ante el asombro de Spencer mordisqueó a gusto la espalda descendiendo a los glúteos y abriéndolos buscó el acceso, la puerta, pero lejos de penetrarlo, lo lamió, lo lubricó cual experto amante cuidadoso, y Spencer se sintió cuidado, venerado,  y para cuando introdujo un dedo para tantear el recorrido y ampliarlo lo adoró y se arqueó contra la mano buscando profundizarla más, sintiendo que el corazón se le detenía, y que a una caricia más… irremediablemente estallaría en esquirlas.

… ¿Duele?

… Apenas, no importa, tómame. Peter por favor, libérame de esta tensión atronadora.

… La siguiente vez será mejor.

__ Peter buscó la boca en besos ávidos y Spencer respondió con avaricia, penetrándolo hasta la garganta invitándolo en el beso a poseerlo en la intimidad, mientras Peter amoldaba las piezas,  y desde que localizó la puerta de entrada siguió jugando allí lubricándola con la propia humedad, hasta que colocó su erección allí, suspendida, sin penetrarlo, solamente para que Spencer lo sintiera, como besándolo. Y éste cerró los ojos sabiendo que no le quedaba casi control, con el cuerpo rígido y empapado en sudor, jadeando.

.. Peter, hazlo, por favor.

___ Las miradas se fijaron refulgiendo turbias, Peter se acomodó apoyándose en las manos y en los brazos y  al tiempo que tomó la boca penetrándola con la lengua hasta el final, mientras Spencer se arqueó buscándolo, al fin  se dejó caer penetrando en su ser con un movimiento único y certero que lo colmó, lo llenó, lo dilató y Spencer ahogó el gemido en la garganta instándolo a moverse, sintiéndose amado se retorció sin pudor y Peter con maestría se movió, ingresando, ondulándose, retirándose, llenándolo, exigente, reclamando su botín, y en cada embestida se hundió a mayor profundidad, mientras  ascendían a la oleada y la marea se aceleró sin remedio, contra el paredón más cercano, y acompasados, sincronizados en la boca y debajo, penetrando sin cesar y más aceleraron con decisión para estrellarse juntos y morir sin remedio deshechos en el choque, derretidos en el fuego y en el mismo calor, inundados en los fluidos mezclados del amor, y por un momento, la conciencia sucumbió, cuando ante la última embestida se deshicieron en pedazos de energía, que se mezclaron con las del universo alrededor, y dejaron de ser para caer en otro lugar, suspendido en el tiempo, carente de espacio, recién descubierto, pero conocido, y olvidados del dolor de la primera vez, eran solo luz, energía y  luz, cuando la luna ya no estaba y el  fuego se apagó.

Durante un tiempo indefinido, en la oscuridad de la noche y de la habitación solamente la luz de los cuerpos entrelazados demarcaba el espacio mientras el silencio era solamente interrumpido por jadeos, por gemidos, por susurros de amor, por exclamaciones y gritos que se ahogaron en la garganta y al fin apenas lamentos, lánguidos, exhaustos y moribundos, como los amantes luego del combate mayor en esa vida.

… Spencer…

… ¿Qué mi amor?

… ¿Crees que alguna vez la gente como nosotros podrá casarse y no será castigada?

… Quizá, precioso. Pero nosotros no lo vamos a ver. ¿O sí? En otra vida, en otro siglo las mismas almas en otros cuerpos, quizá….

CONTINUARÁ.