NAUFRAGIO. CAPÍTULO SETENTA.

NAUFRAGIO.





CAPÍTULO SETENTA.





Bs. As., 02 de julio de 2015.









“… Desde que regresamos del viaje a la costa,…, todo ha sido trabajo y ecografías para ver el crecimiento de nuestro niño.

Hemos pasado más tiempo en la clínica que en casa, adelantando guardias para quedarnos luego junto a José cuando su cabecita se asome al mundo.



Mi padre escribió una vez, intentando saber la fecha de parto, le dijimos de manera aproximada, pero es difícil saber cuándo un niño hará acopio del coraje suficiente para dejar el sitio de resguardo en el que vivió 36 semanas o más, hoy Camila está de 37 semanas, y sabemos que el parto ocurrirá en estos días.



Las habitaciones en las dos casas son de ensueño. Paredes empapeladas en celestes de distinta tonalidad, cunitas con sábanas bordadas, y mantas celestes, catrecitos iguales, cochecitos celestes con juguetes con sonidos colgantes, sillitas de coche desparramadas aquí y allá, el vestidor de cada una lleno de ropa, desde tejidos propios de las abuelas a lo que hemos comprado con Guille, Camila , Orestes y Manuel.



Orestes parece un chico, entre la felicidad de estar de novio con María y la llegada de su nieto, casi desearía renunciar al juzgado, para disfrutar de lo que nunca pensó en tener.

Porque en verdad, él también vio naufragar su vida, a su familia al internar a su esposa, y de pronto se encuentra inmerso en la nuestra que lo acogió como uno más.

Aunque mi padre escriba, aunque no lo odie, aunque haya dejado de juzgarlo, aunque quizá venga al fin para el 22 de octubre, creo que tanto Manuel como yo hemos adoptado la figura paterna de Orestes, por elección, contagiados del amor que por él siente Camila y de la estrecha amistad que lo une a Guillermo.





A mediados de mayo tuvimos la audiencia en el juicio penal de Juan, y en el de Martín, ambos con los cargos de privación ilegítima de la libertad, tentativa de homicidio hacia mi persona, acoso sexual para Martín, y en Juan homicidio en primer grado de Miguel Ángel Mendoza, además de narcotráfico y participación en delitos de trata de blancas y tráfico de armas.



Fue un trago amargo para Guillermo y para mí. Los dos declaramos nuestra verdad de los hechos, mirando al otro y a Orestes, no a ellos, y los delitos que asociaron a Juan con Miguel fueron probados por pocos testigos, mucho más por los papeles encontrados en el allanamiento del estudio paralelo donde lo llevó a trabajar.

Lucía y la esposa declararon desconocimiento de todo, no fueron inculpadas de nada, aunque les fueron embargados fondos, inversiones y propiedades provenientes de dinero sucio, igualmente conservaron lo suficiente para supervivir dignamente y sobretodo la casa, que era del padre de Guillermo, además del dinero que obtuvieron de la venta de la parte del estudio Graziani y de la casa de Pinamar, comprados en vida de Guillermo Graziani padre.

No hablamos con ellas, yo tampoco pretendía ver menos hablar con Juan o con Martín, ni siquiera pensaba en ir el día del veredicto, pero por respeto a los cuarenta años de convivencia, Guille quiso estar presente, Mirna y yo, Manuel y Fabián, Máximo e Isabel lo acompañamos.



Cuando Juan vio de lejos a Mirna obviamente la reconoció, afloraron lágrimas disimuladas en los dos, al fin ella quiso acercarse y se fundieron en un trémulo abrazo, mientras a Guille le brillaron los ojos.



Martín había participado de algunos de los negociados de Miguel, desde que conoció a Juan, y le dieron seis años de prisión efectiva, con la posibilidad de excarcelación cumplidos dos tercios del tiempo.



Al tipo que me disparó apenas le dieron tres años y luego la posibilidad de dos años más en domicilio o en trabajos comunitarios.



A Juan le imputaron todos los delitos en concurso real, y su condena fue reclusión perpetua, al oírla hasta yo sentí una punzada en medio del corazón, tomé de la mano a Guillermo que estaba temblando, y las lágrimas que tenía agolpadas tras los párpados rodaron al fin.

El abogado de oficio que le pusieron dijo que apelaría, pero supimos que aunque la condena se redujera, no cambiaría en mucho el destino del hombre que compartió media vida con mi amor.

Cuando Mirna quiso saludarlo y la flanqueamos, a Juan lo vimos extrañamente en paz, como sabiendo que la condena le quitaría del alma algo peor, la culpa por haberse desviado del camino, por haber atentado o colaborado en que intentaran asesinarme… en un desesperado intento por recuperar a alguien que nunca le perteneció más que instintivamente en cuerpo, y nos dijo que estaba todo bien. Que terminaría el libro, y quizá luego continuara escribiendo si lograba ubicarlo en alguna editorial, además eso le reportaría algo de dinero para pasarla algo mejor adentro, que armaría talleres de trabajo y estudio en pabellones más accesibles, y con ojeras difíciles de disimular, y los ojos escocidos en lágrimas paseó la mirada desde Guillermo hacia mí, y solamente nos dijo una palabra antes de que se lo llevaran esposado al penal de máxima seguridad: perdón.

Guillermo y yo ya lo habíamos perdonado para entonces, y deseamos que pueda salir a la luz de la libertad…. antes de que la muerte eclipse sus días.

Guille estuvo callado varios días, le respeté su especie de duelo, en verdad luego de cuarenta años de convivencia , con o sin amor, tuvieron muchas cosas en común, compartieron sueños y desencantos, y la condena de Juan, fue un duelo para él, amén del dejo de culpa que sé que sintió, aunque prefiero pensar que todos tenemos libre albedrío para ser y hacer, y que Juan eligió el camino equivocado al perder lo que hacía mucho o quizá nunca le había pertenecido.

Pero pensándolo el resto de la vida dentro del penal, yo mismo sentí dolor, el de una vida que pudo continuar de manera distinta, productiva, haciendo el bien, encontrando el amor, pero luego preferí pensar que quizá no todo sea extremo, negro o blanco, y lo que hoy nos parece oscuridad quizá mañana no lo sea, quizá dentro del penal Juan primero se reconozca en su verdadero ser, luego haga en consecuencia, finalmente quizá conozca allí al amor que no era Guillermo, que no estaba en la calle.





Fue el único momento que nos estremeció a todos, hasta a Orestes, con sus años de juez, al fin se conmovió, pero para nosotros la vida continuó afuera, y nos prometimos nunca olvidar que somos sobrevivientes, de varios naufragios, cada uno del suyo, y por tanto nos merecemos lo que llevamos cosechado de la siembra de los años de dolor, y lo que resta por recoger, y a poco de ese día,…, volvimos a concentrar la energía en la familia, en la casa, en la vida gestándose en Camila, en al Amor.



Mi niño este último trimestre demostró ser un Beggio, pobre Cami, le patea a cada rato, no la deja dormir, y cada movimiento que acaricio sobre la panza, me parece un milagro, un hecho al que Dios olvidó firmar, y escalofríos me recorren de cabeza a pies, mezcla de temor, y de plenitud por el hijo que se nos regaló, cuando todo estaba modificándose, dándome la oportunidad y el desafío de demostrar que puedo ser padre, el padre continente, presente y amoroso que se me negó, y recibo a José como una ofrenda divina, que me resignifica, que me dice que no viví tan equivocadamente como alguna vez me dijeron si soy merecedor de un milagro. Que en verdad hice siempre lo que mejor pude, lo que mejor supe, sin desear dañar a nadie, y no traicionando mi dignidad, mi esencia, la misma que me llevó al encuentro con mi otra mitad, con mi otra parte, sin buscarlo, el 22 de octubre de 2014, cuando estaba por cometer el error de casarme con Camila, y en él arrastrar a la desdicha a Manuel que ya la amaba, desde verla la noche anterior.”











…Pedro, está sonado tu celular ¿adónde andabas?

… Gracias Alberto, en mil partes, en el juicio, en mi niño, es Guille, seguramente está celoso porque demoro contigo luego de la cirugía, está en el despacho.

… Voy por mi mujer, hablando de celos, hay un residente de clínica que le hace demasiadas consultas y lo voy a estampar contra alguna pared en cualquier momento.



Creo que es tiempo de ir pensando en darle la hermanita a Julio Renzo.

… Sí amigo, genial, lo mismo debieran hacer Fabián y Valeria para Guillermito.

Es hermoso tener hermanos, bueno en mi caso, Guille no diría lo mismo precisamente.

.. Bueno, pero casos como Miguel no se ven todos los días, Pedro.



Cuando rescate a Gaby pasaremos a despedirnos.









___Pedro regaló su luminosa sonrisa con hoyuelos y atendió despreocupadamente.









… ¡Hola amor! Ya terminamos, estaba terminando de cambiarme, voy para allá.

… Pedrito… nada, mejor ven, pero urgente.

…¿Qué sucede? Tienes la voz ronca como cada vez que estás nervioso.

… Un poco nervioso estoy, ven lindo. No es nada malo, ya no hay nada malo en nuestras vidas, pero ven.







___ Pedro se dirigió hacia el despacho sintiendo un ligero agarrotamiento general por las horas de trabajo, pero además aleteos de mariposas en el interior, y una extraña inquietud desconocida hasta entonces, que creyó escuchar en el decir de Guillermo y al llegar se dio cuenta del temblor de la mano cuando tomó el picaporte para abrir.





Guillermo lo recibió sonriendo pero pálido, estaba como cuando entrara a la entrevista de la residencia, de pie, junto a la ventana del despacho, con el nuevo teléfono en la mano, cosa extraña en él porque lo odiaba.







… ¿Qué sucede mi amor?



Demoramos porque si estos chicos no dejan de matarse en las calles y boliches, me negaré a seguir sacando balas, estaba muy profunda, hicimos piruetas para llegar sin hacer más daño…

… José, precioso.

… No sé si se llama José, creo que no.

… Nuestro José amorcito, está por llegar.









___ Pedro sintió que el piso se movía a un lado, al otro, meciéndolo, mientras aspiró y exhaló un millar de veces mirando el techo que se movía por igual, y por dentro cada fibra, cada órgano temblaba, pareciendo haber caído en el olvido de la formación de las palabras, para cuando las lágrimas descendieron en manto, y las piernas dejaron de sostenerlo, desmoronándose en los brazos de Guillermo que a tiempo corrió hacia él.









…¿Qué dijiste?

… ¿Estás bien? Espera que voy a tomarte la presión, a darte algo de comer y de beber.

.. Dime lo que creí escuchar.

.. No llores amorcito, es el momento más feliz de nuestras vidas, bueno tuyo, yo en parte lo viví con Fabián.



Camila está viniendo para acá, rompió bolsa y suerte que estaba Manuel trabajando allí con Fabián, por tanto de inmediato salieron todos para acá.

Estabas operando, llamé a Lucía, estará todo bien, la espera en sala de partos.

…. ¡Dios! Es lógico, lo estábamos esperando, pero no pensé que… Mi amor no pensé que fuese tan fuerte. No puedo tenerme en pie.

… Eso es en parte cansancio y hambre, te daré algo o no podrás acompañarla en el nacimiento.

…¿Qué?

… Lógico ¿no vas a entrar? Manuel trae video te cuento.

… Obvio que sí, pero contigo, serás el padre también en pocos meses, desde ya, no sé lo que digo de la emoción.

.. Toma, como no salían nunca de esa cirugía dejé la comida acá, y hay café en el termo.

… No quiero, no puedo, no me pasará o con la emoción me hará mal.









___Guillermo le revolvió el pelo, le besó con ternura en la coronilla, y lo fulminó a la vez con la mirada.







… Dije que comas, tienes tiempo, de lo contrario, si el trabajo de parto llegara a ser largo sí te desmayarás. Come, tomas un café y podremos ir a cambiarnos para entrar a sala de parto.









___ A disgusto y casi intimidado por la mirada, Pedro dio vueltas la comida en el plato, sintiendo el corazón martilleando a mil latidos por minuto contra las costillas, y tomó un café, cuando Alberto con Gaby detrás entraron corriendo.







… Pedro, llegaron, ven.



Pobre Camila está con contracciones ya frecuentes, fueron directamente a partos.

… Te dije Guille, ni cambiados estamos, ya vamos Gaby, dile que en minutos estaremos, y a Manuel dale ropa porque querrá entrar seguramente.







___ Se cambiaron a prisa en la habitación, Pedro no dejaba de llorar, las lágrimas saltaban de los ojos a distancia como nunca imaginó, Guillermo lo acariciaba al paso tratando de calmarlo, aunque estaba más nervioso que él.



Supieron que en la sala de espera, como cada vez, en las buenas y en las malas estaban todos: Mirna, María, Orestes, Fabián, Valeria, Máximo, Isabel con Solange, todos.



Se dirigieron en una exhalación a partos por la parte interior esterilizada, y ya encontraron a Camila acostada en la camilla, con contracciones, pujando y llorando, más resplandeciente y hermosa que nunca bajo el gorro y la bata, y Manuel filmando la sala.





Pedro se abalanzó a tomar la mano de Camila y a besarle la mejilla, mientras al paso bebió las lágrimas.



Habían hecho el curso de pre-parto, todos, ella, Pedro, Manuel y Guillermo y todos reían de la particular familia que tendría José, Lucía ya estaba curada de espanto de la multitud que recibiera en cada ecografía.







… ¡Hola papis! Al fin, estoy llegando.



¡Guau!, Lu.

.. Respira y puja, vamos hermosa.



¿En verdad no quieres anestesia?

… No... Lo soportaré.

… ¿Viene bien Lucia?

… Perfecto Pedro, está en posición, tiene ocho milímetros de dilatación, digamos que en una a dos horas José estará en tus brazos, bueno de brazo en brazo, solamente de ustedes tres, los abuelos tendrán que esperar unas horas.











___ 02 de julio de 2015, 23 horas.







… Hay, me duele mucho.

… Tranquila hermosa, respira, a ver los cuatro juntos como en el curso, vamos Cami, puja, respira y empuja.

… Vamos linda que ya casi le veo la cabecita.

… Dios, mi amor, es torturante, deja que te pongan anestesia.

.. No Manuel, ya está casi afuera.









__Pedro se apoyaba en el hombro de Guillermo empapándolo con lágrimas y sudor, y Guillermo intentaba hacerse el fuerte, pero no podía dejar de sollozar, respirando con dificultad a cada grito de Camila.







… Camila, me siento impotente, estás sufriendo, deja que te pongan anestesia.

… Estoy bien Pedro.

…¿Estás segura amor que querrás darme hijos a mí luego de esto?









___ Camila le sonrió a Manuel colmada de amor, pero enseguida la dejó en un grito una nueva contracción, mientras Pedro y Manuel miraban por primera vez asombrados ese vientre que contenía una vida… ponerse pétreo para luego relajarse, mientras todos soplaban a cada contracción, y al fin Camila le dio una mano a cada gemelo que se alternaban en besarle la cabeza, mientras Guillermo tenía a Pedro de la otra, intentando calmar los temblores.







… Vamos amiga, ahora sí ya tengo la cabecita, empuja.___. El grito de Lucía los hizo dar un respingo a todos, pero quedó el todo suspendido, cuando el llanto de la vida asomando… inundó la sala bañándolos a todos en la misma emoción, en el mismo júbilo, en el mismo amor.





José Thomas Beggio acababa de llegar al mundo, y estaba ahora en brazos de la mamá, que lloraba sin contención, con los padres y esposo en igual estado contemplándolo como a un milagro de la creación, y era Pedro, y era Manuel, y ninguno de los dos porque era José Thomas.







…Camila, preciosa ¿estás bien? Gracias, no sé qué decir.







___Pedro le dio un tierno beso en la mejilla, mientras Manuel le acariciaba la cabeza.







… Digamos que no quisiera un parto todos los días, pero bien a merecido la pena.



… Un hijo, Guille, amor, tenemos un hijo pequeño, Manu, tío, mírame, tengo tus ojos verdes, los de la abuela.

… Es precioso hermano, igual a ti, bueno digamos que no tenía posibilidades de no ser el bebé más bello del mundo.

…Creo y quiero que se parezca a él mismo, que sea él mismo...





___Pedro abrazó con temor el bultito que tenía envuelto en sus brazos, disfrutando de la sensación, y pegando los labios a la orejita le susurró:



Bienvenido al mundo, mi niño. Creo que te gustará, que podrás ser feliz.







___Guillermo y Pedro besaron nuevamente a José, lo devolvieron a Camila, y luego a Lucía, que lo entregó a la ayudante para que lo limpiaran y pusieran en condiciones de presentarlo brevemente en sociedad.





… Bueno, muchachos, Camila en un ratito estará en la habitación, necesitará descansar, ha hecho un gran trabajo. Manuel,…, puedes esperarla allí si te quedarás con ella.

… Pedro, Guillermo, en minutos les daremos un ratito a José para que lo muestren a los abuelos y luego irá con la mamá.



Les diría que no se queden todos, mañana ya se irán a casa.

… ¿De verdad?

.. Claro, pero esta noche dejen descansar a Camila, lo que José le permita.

… ¡Guau! Cami, les mostraremos a los abuelos y te iremos a despedir. ¿Te quedas tú Manuel?

… Obvio, hermano, me quedo con mi esposa, ve a dormir tranquilo por última vez.

… Tonto. Te quiero.

…. Yo también te quiero hermano.







___ Mientras preparaban a Camila y la llevaron a la habitación, en minutos pusieron a José ya en brazos del papá, y con los ojos chiquitos de llorar, se asomaron donde esperaban los demás, que vinieron cual avalancha a conocer al milagro del día, Orestes lloraba, María en brazos de Mirna, Fabi y Valeria recordaron cuando tuvieron a Guillermito, Alberto y Gaby el parto de Julio Renzo, y al fin cuando todos se deleitaron en el rostro de José,…, que sin llorar parecía mirarlos con curiosidad, Pedro les dijo que lo devolvería a su mamá y que cada uno regresara a la casa, decidiendo todos pasar la noche con ellos en la casa del Delta como cada vez que ocurría un acontecimiento importante.





María se acercó a Pedro empapada en lágrimas, y le enmarcó el rostro besándolo con ternura.







… Hijo ¡felicitaciones y gracias!



Tengo que reconocer que me equivoqué al pensar que el que me daría el primer nieto sería Manuel.



Estoy orgullosa de ti, lo sabes, y José Thomas será el niño más feliz del mundo, estoy segura.

… Eso no se discute, ___acotó Orestes abrazándolos___, y también el más malcriado por supuesto. Es bellísimo Pedro.



¿Cuánto pesó a todo esto?

… Cierto, tres kilos 800 gramos, muy bien.

… Iré a darle un beso a Camila, María y partiremos en caravana a la casa, que mañana estará revolucionada cuando regresen.













Bs. As., 03 de julio de 2015.









La caravana de coches ingresó a la propiedad, y a la casa de Pedro y Guillermo, menos Orestes que iría a cuidar la de su hija, felices, agotados, llorando, riendo, y apenas entraron, antes de que Orestes cruzara, Guillermo trajo champagne, Pedro las copas e hicieron el primer brindis por el acontecimiento más importante del año, más que las uniones civiles que continuarían en octubre.







… Por nuestro hijo.

… Por José Thomas cielito, porque sea feliz, porque nunca nadie lo juzgue ni lo maltrate.

… Así será, lo juro.





___ Pedro y Guillermo pasaron a ver cada detalle de la habitación de José que ya no era un sueño sino una bella realidad y reafirmaron el catre y la cunita, en realidad Pedro, mientras Guillermo lo miraba embelesado, hasta recibirlo en sus brazos desarmado, cansado pero pleno, su magullado corazón terminaba de sanar por completo en el nacimiento de su niño, el de los dos, y entre sollozos murmuró.







… Ya no necesito nada más de la vida, amor, lo tenemos todo.









__Guillermo lo estrechó en sus brazos, con la mirada llena de promesas y le respondió con voz ronca de llorar y de deseo.





….Cielito tampoco yo, y en este momento solo te deseo a vos.







___Pedro lo miró sonriendo con lágrimas que bañaban el rostro sin parar, de alegría, de emoción, y de Amor, de puro y divino eterno Amor.



Guillermo le sonrió sensual, con la letal sonrisa que a Pedro lo había derretido desde la primera vez, y le susurró: Te amo.









… ¿Cómo?

… Que te amo Pedro Boggio.

… Yo te amo, Guillermo Graziani, y mañana, y pasado mañana, y cada día de toda la vida y más allá.







____Las labios se lamieron, se sellaron, las lenguas se entrelazaron en el aliento cálido, en la misma saliva, agonizando en la garganta para comenzar la noche en la cual se demostrarían lo que acababan de decir en palabras, el Amor Eterno que reconocieran el 22 de octubre de casi un año atrás.









UN DESTINO… UN AMOR… GUILLE Y PEDRO… PEDRO Y GUILLE.







CONTINUARÁ.