PREDESTINADOS- AMOR ETERNO- EPÍLOGO. FINAL.

PREDESTINADOS- AMOR ETERNO.





EPÍLOGO.









Bs. As., Olavarría, cinco años después. Año 2020.





…!Pedro!

¿Amor, adónde estás?

… Papá, estamos con papi, jugando a la pelota, ya viene, se quedó recogiendo la ropa.

… Pero… mirá cómo estás William, no te pareces en nada a mí, y eso es culpa de papi.

…¿Y yo?

… Vos sos igual a papi, Peter, como que te llamas como él, en todo, pero por eso sos el amor de papá.

… ¡Mentira! El amor tuyo es papi.

… Eso es verdad, pero que no se entere, sino se pone insoportable.

… ¿Quién es el insoportable?

… Los niños,…, todos embarrados como están ahora por ejemplo, cielito.

Gerard, mírate, por favor. Más que jugar a la pelota pareciera que la pelota era de barro.



A bañarse, vamos, los tres.

Los cuatro mejor dicho. Salgan de mi vista, están enchastrando la casa entera, y son mal ejemplo para el resto.

….¡Ufa, papá!

… Guille, basta, no les digas cosas así a nuestros niños, se ponen mal.

… A los niños y a vos se los digo, no se te ocurra tocarme, estás todo embarrado.

…. Los años pasan y el Graziani ogro sigue igual. Supongo que puede evolucionar la tecnología, pero la gente no cambia.

..¿Qué dijiste?

… Nada, vamos amores, a bañarnos o papá nos echará de la casa, nos fuimos.

“… Y sí, mis cuatro amores, Pedro y los trillizos, aquella vez en que hablaron por primera vez, a poco de recogerlos en la casa, nos eligieron, no pararon de decir pa, y pa, por días, aunque nunca completaban la frase.

Pero fuera que intentaran decir papa o papá o papi, supimos que nos estaban destinados, que por algo desde el orfanato habíamos logrado que nos los dieran en acogida, y justamente tenían diez meses y comenzaron a parlotear.

Son tres estrellitas luminosas en nuestra vida, y como es obvio, Pedro intentó enseñarles a decir antes su nombre o papi, yo el mío o papá, y se sumó Fabián intentando que aprendieran el suyo.



Fabián, mi hijo mayor, hoy es un hombre hecho y derecho de veintiocho años, casado con Valeria, abogados los dos.

Y sí tengo un nieto, a ocho meses de la noticia durante el casamiento, nació Guillermito, que es igual a Fabián,…. los rulos, los ojazos, la inteligencia, hasta diría que será abogado, vive enamorado de Valeria, pero físicamente es igual al padre, es un Graziani auténtico.

Se casaron sin fiesta, a un mes del nacimiento, lo desearon así, obviamente fui el padrino, pero juro que no me quejé por el tema, no tuve nada que ver con que no se hiciera la gran boda.

Pedro fue testigo, Gaby la otra.



Pero…. regreso a los trillizos.

Nos costó mucho al comienzo adoptarlos, para entonces, pese a la ley de matrimonio igualitario, no era sencilla la adopción en el país, pero igualmente estaban en casa, en la casa de Olavarría, y ya nos habían elegido, cuando comenzaron a charlar en su idioma, gateando venían a aferrarse de nosotros ante la visita de gente del Juzgado y asistentes sociales.

Como si fueran hijos biológicos míos, casi diría que tenían berrinches pero teatrales cuando intentaron separarlos de los demás habitantes de la casa y de nosotros.

Por propia decisión comenzaron a llamarnos por nuestros nombres, y cuando los dieron a prueba a matrimonios heterosexuales nos llamaban a gritos, enfermaron, los médicos dijeron que sin causas orgánicas hacían síndromes febriles importantes, y al fin nadie los soportó demasiado tiempo y regresaban acá.

Cuando comenzaron a caminar, no soportamos vivir en el centro y no verlos, por tanto, antes del nacimiento de Guillermito, los dejamos a ellos en la casa, y como había pensado Pedro, nos instalamos acá, en el ático, y nos acostumbramos a viajar a diario al estudio, pero regresando para estar con todos a la noche.



Corría el 2016 cuando al fin se legisló la adopción para nosotros, y obviamente con la cantidad de solicitudes que habíamos presentado, los tres varones fueron nuestros al fin, en octubre de 2016.

Nosotros ya les habíamos puesto los nombres, en verdad quisimos que fueran esos, los de aquellos tres seres destinados de 1836 que nos dieron la pista inicial de nuestra relación en esta vida. Y tuvimos otra pelea por colocarles los nombres en inglés y no el equivalente existente en castellano, pero al fin lo logramos, con alguna que otra trampita y por qué no berrinches de mi parte, como les llaman a mis exabruptos ocasionales.

En definitiva, los trillizos que nos eligieron al comenzar a decir pa, son ellos tres: William, Peter y Gerard, en verdad son gemelos idénticos, William y Gerard, Peter es el tercero, y por eso digo que es Pedro, porque es algo distinto a los hermanitos y muy parecido a mi cielito o al diablillo de Spencer, o sea al Peter de 1836.



Nunca supimos nada de sus padres biológicos, en el juzgado tampoco, solamente se supo que a poco de llegar a nuestra casa los dejaron en la puerta del orfanato, y que los pedimos cuando lo supimos al inaugurar la casa.

Les hemos ido explicando la verdad, y en el entorno, conviven con madres adolescentes o no, solteras y víctimas de violencia, que albergamos con sus niños, Gaby y Valeria los adoran, casi a todas las mujeres ellos les dicen mamá, o mami, sobretodo a Gaby, es como si sintieran la empatía que nos une a ella.



La casa, sigue con la misma finalidad y tipo de población que le diera origen, la vamos manteniendo en el mismo estado y mejorando si es posible.

Viviendo acá, los fines de semana hemos armado salones y patios de juegos, y los niños tienen todo lo que puedan desear. Excepto los nuestros, los demás han ido cambiando, algunas mamás de las iniciales crecieron, se enamoraron, se casaron, otras tuvieron salida laboral o terminaron carreras y se mudaron, los niños fueron adoptados, y la población se va renovando, pero muchas de aquellas mamis y los niños mayorcitos siguen viniendo a colaborar, a trabajar o a visitarnos.



Matías y José se casaron, se fueron a Europa un mes, y al regresar en el 2016 adoptaron a una parejita que teníamos acá. La verdad me sorprendió y me alegró.



Gaby y Beto tienen a la parejita pero propia, Julio Renzo y Emma, y siguen siendo nuestros mejores amigos, también de Valeria y de Fabián puesto que trabajan en el estudio, y no son penalistas, no nos movieron el piso a Pedro y a mí.

Fabián hace derecho civil orientado a lo laboral, Gaby con Alberto continúan en derecho tributario, y Valeria hace derecho de familia.



Marcos sigue su vida de siempre, mujeriego, mal en el hablar, vive puteando, con la edad más, las peleas con Isabel son las mismas… pero siguen casados. Solange se casó al fin con Renzo y es maestra jardinera.

Marcos sigue con los divorcios, las quiebras y cobrando en lo que sea, es así, no lo vamos a cambiar, como no me pueden cambiar a mí.



Con Pedro seguimos siendo socios en lo penal, en la vida, en la calle y en todo.



Los fines de semana la casa nos queda chica, porque todos se vienen a pasarlo acá, Alberto hace los asados, los niños van a los juegos y piscinas, y los demás ayudan, hacemos partidas de cartas, de ajedrez, la pasamos realmente bien.

Casi diría que he aprendido a amar el lugar, no hay tierra ni bichos como les dije recién, Pedro se desvive por dirigir a los jardineros y al personal para que tengan todo impecable y fumigado, juegan a la pelota en una cancha que les hizo, pero no es mucho lo que se ensucian en verdad.



Como prometiera y más a los nuestros, les enseñó cuanto deporte existe y existirá, cabalgan, nadan, juegan al fútbol, hasta vamos a la cancha, cosa que no lo puedo creer de mí, pero cielito se hizo de tigre, al menos fuera de boca o de ríver, pero no. Se hizo hincha de tigre y los niños lo siguieron, porque a mí me da todo igual, es más no entiendo nada, los veo jugar a o vamos a la cancha y sé que hay once tipos creo tras una pelota y nada más, lo mismo en tenis, en padle, aunque rezongando he aprendido a jugar al golf.



La primera vez en que Pedro se puso detrás y me enseñó a tomar el palo, noté que tenía ventajas importantes, y con tal de sentir lo seductor que era tenerlo así, al fin aprendí, y tenemos canchas para todos los gustos.



A veces también vamos todos a navegar al Delta, alquilamos los yates y Pedro lleva el timón, a los niños y a las chicas les encanta, a mí me gusta amarlo mecido por el río, también tiene ventajas.



Alquilamos películas, hicimos un microcine, otras las compramos para tener nuestra filmoteca, tenemos bibliotecas de pared ahora repletas con catálogos de libros de todo tipo, para el uso de los niños y de las chicas que estudian, también ficción.



Nunca hicimos un viaje largo, no pudimos salir del país al llegar los niños tan pronto y con el estudio, más la casa, no lo deseamos tampoco, tenemos más de lo que se puede pedir. Sí año por medio vamos a la costa, al Atlántico, la furia de sus olas a Pedro le fascina, a mí a veces, pero a los niños y a él, lo enloquecen, Fabián y Guillermito se prenden y generalmente alquilamos otra casa enorme y vamos casi todos a Monte Hermoso o a San Clemente, fuera de la muchedumbre que sigue poniéndome nervioso.



Pedro,… ¿qué puedo decir de Pedro?

Lo amo, lo amo con locura, es mi hombre destinado. Valiente, inteligente, transgresor, desordenado, le encanta que los niños se revuelquen en todas partes, contagia alegría y entusiasmo por todo lo que hace, y aunque proteste lo merece, la vida como padre de estos tres varones, le demostró en el transcurrir, que su infancia quedó enterrada muy profundamente, o directamente se diluyó en el amor, y los niños, no sólo los tres hijos, todos lo idolatran.



Recuerdo los nervios del primer día de jardín de tres, de cinco, y en marzo ya comenzarán oficialmente el colegio, los dos parecíamos más chicos que los tres niños. Temblábamos, y la noche anterior no dormimos, temíamos dejarlos, pero son tan sociables por el entorno en el que están creciendo, por el haber llegado vaya a saber de qué lugar y entorno completo en carencias económicas y afectivas, que hoy se adaptan a todo y a todos, y son felices, no les importa declamar y defender que tienen dos papás, no se sienten juzgados, por nada ni por nadie. Se saben defender solos, aunque siempre estamos detrás.

Soy feliz, ahora regresarán de ducharse como siempre, a medio secarse, se me vendrán los cuatro encima, los voy a retar nuevamente, y terminarán acosándome con las cosquillas hasta que culminan haciéndome caer rendido ante ellos, y bajamos a compartir las comidas y ratos con todos en el comedor o en el salón.

Mañana hay un cumpleaños, hay tanta gente en nuestra vida que casi todas las semanas acá se festeja algo.



Por suerte tenemos aportes económicos sólidos, de todos y los nuestros y vivimos de manera holgada, sin apremios, aunque Marcos siga diciendo siempre que el estudio está en rojo, no es así, nos va bien.

No podemos quejarnos de la vida que llevamos porque es realmente una vida en plenitud, feliz, llena de amor.







Nuestros amigos del 1800, están acá, conviven en nosotros todo el tiempo, a veces los percibimos como una energía separada, como cuando elegimos los nombres de los niños en que los vimos sonriendo, en otras oportunidades los soñamos, con la vida que llevan en el año de ellos acá, en el mismo lugar, pero mejor que de ellos les cuente Peter, mientras creo que iré a unirme a ese baño con mi esposo, bello como siempre y mi amante perfecto.”











Olavarría, Bs. As. 1842.









… Spencer amor, voy a cabalgar con los niños.

… Precioso, cuidado con los más pequeños.

¿Adónde está Gerard?

… No, salieron, tenían que ir con Den al centro a vender o liquidar unos granos y las chicas fueron con ellos, me dejaron a los niños.

… Bueno, vayan, pero que Arthur y William cuiden a los más pequeños, y no salgan del parque.

Iré a las habitaciones a jugar con Sarah al ajedrez, se aburre solita cuando Melany no está. Déjame a Annita.

… ¿Te dije que te amo?

… No diablillo precioso, desde que hicimos el amor a la mañana no me has dado ni un beso.

… Bueno besos ahora no, pero sí te digo que te amo.









“…Spencer, mi Amor Eterno, lo amo con locura, aunque a veces peleamos por su carácter y el mío, pero nada que no se arregle con mimos.



América nos trajo la felicidad a todos, fue una buena idea que la familia estrecha se trasladara a la casa del duque, somos muy unidos todos.



Den y Melany, luego del casamiento soñado que vieron, viven haciéndose arrumacos por todas partes, les encanta pasear caminando por los jardines, o bien cabalgando, viajan a la ciudad por negocios, somos granjeros y acá se comercia muchísimo, los cultivos, alquileres, la cría de animales, nos llevan el día aunque tenemos peones, pero los productos se venden a buen precio y el comercio nos permite llevar la vida casi de nobles sin los títulos ni la estructura de la Inglaterra que dejamos.



Somos respetados en esta sociedad, damos fiestas en la casa, y nadie sabe de lo nuestro excepto la familia, obviamente.



Arthur es un hombrecito de siete años ya, William tiene más de cinco, y tuvieron a la nena, Anna, la primera mujer de la casa que hoy tiene tres años, para Den son todos sus hijos, nadie recuerda ya que alguna vez existió aquel padre siniestro, ni nada de esos días.



Gerard, mi pequeño hermanito, es un hombrecito precioso, para mí siempre será mi hermanito, pero es todo un hombre ya de 23 años, yo tengo 33, y tienen o nos han dado hasta ahora dos sobrinos, la parejita, que están más tiempo con Spencer y conmigo que con ellos que trabajan demasiado, Danny y Elizabeth, son preciosos, pero qué voy a decir yo si son los hijos que no puedo tener, tienen cuatro y la bebé apenas dos años, y a Danny ya le enseñé a cabalgar.



Tenemos establos lujosos, caballos de raza y de carrera, los vendemos muy bien, pero además están los nuestros y los de los niños, se deleitan cuando salimos a cabalgar, como todos allá en Inglaterra.



En la casa, Anthony, es el mayordomo, no podía ser de otra manera, y dirige a sirvientes y peones de la granja. Los primeros tienen las habitaciones en el sótano, y los segundos en casas secundarias en la misma propiedad.



El trigo crece y se vende solo, tenemos plantaciones frutales de todo tipo, la primavera es un placer, el verano otro, porque cabalgamos hasta el río, y a veces salimos a navegar, en pequeñas embarcaciones a vela, el invierno es menos crudo que en Europa, y en la casa con las chimeneas no lo sentimos, no nieva acá y eso lo extrañamos, Spencer y yo sobretodo, nuestro amor allá tuvo mucho que ver con tormentas y días de nieve, pero por lo demás somos los tíos de cinco niños, los padres cuando ellos trabajan o las chicas se entretienen bordando o leyendo, les gusta instruirse en historia y geografía, queremos en breve recorrer el país, cuando los niños sean mayorcitos.



Sarah, nuestra querida tía, ya casi con noventa años continúa con nosotros, cuando pensábamos que tras la muerte de Edward lo seguiría en breve, eligió quedarse y disfrutar de esta vida en Argentina, los niños la adoran, le dicen abuela, es como la madre de todos, aunque están los padres de Valery.

Está muy viejita, pocas veces viene al comedor con todos, la mayoría de días se queda en sus habitaciones, y todos desfilamos por ellas, sigue siendo Spencer su preferido, a veces me pongo un poquito celoso.



Spencer, mi amor Eterno, mi esposo, mi amante, mi socio, mi razón de ser, lo amo más que antes, y no pudimos elegir mejor destino que vivir acá, embebidos en el mismo amor de Guille y Pedro, que en nuestro honor se casaron y le pusieron a sus hijos nuestros nombres, estamos en y con ellos en cada día, en cada momento, y es otro motivo de felicidad para todos.



Somos felices, completamente felices, apenas recibimos algún correo de los primos que quedaron en el ducado, pero sentimos que nuestra verdadera familia es la que está acá, y nadie extraña aquello ni pretendemos viajar hacia allá, sí a conocer Argentina.”











Bs. As., Olavarría año 2020.







___Pedro y Guillermo al fin habían logrado que los niños se durmieran, no se agotaban nunca, menos cuando deseaban inflar globos y ayudar para fiestas como en ese día.



Tenían una amplia habitación con tres camitas y baño en el ático, cerca de los papás que siguieron con la decisión de vivir donde lo hiciera Augusto, aunque compartían la cena con la gente de la casa, y no regresaban a almorzar, se quedaban en el estudio.



Cuca era ya viejita, y no trabajaba, vivía con Aída que aunque estaba en su mundo,…, con ella se llevaba bien, veían películas y jugaban a las cartas, en un departamento que les habían comprado, una señora las cuidaba, aunque las visitaban a diario, y los fines de semana las traían a la casa.





Pedro, como siempre, agotado de trajinar con sus hijos, se derrumbó vestido en el somier, Guillermo bebía su whisky,…, en el sillón contemplándolo.







.. Amorcito, vamos a ser nonos, y seguirás tumbándote vestido.

… Serás nono y seguirás protestando por todo, Graziani, ven y desvísteme ya que te molesta verme así.

… ¿Me estás provocando vos atorrante?

… Tómalo o déjalo, como dice la canción.









__ Guillermo no necesitó pensarlo demasiado, se levantó con los ojos ya brillando, nublados de pasión, se sentó en el borde y se inclinó a devorar el labio inferior de Pedro que era su debilidad, rosado, turgente, grueso, y más cuando él lo modelaba a su antojo, y Pedro lo atrapó,…, lo tumbó sobre él, abriendo los labios, tanteando la dentadura con la punta de la lengua, hasta que la de su esposo salió a su encuentro a mitad de camino y se derritieron en la saliva y en el juego danzarín de las dos gemelas que iban y venían aún redescubriendo desconocidos u olvidados resquicios en el otro.



Las manos de los dos, ya se ocuparon de recorrer y tocar notas blancas y negras, exactas en el otro, sobre la ropa excitaron, y se empaparon en sudor, lo que permitió hacerles notar el deseo en las cumbres del pecho, el hormigueo en la piel y el vello erizándose como el palpitar en la pelvis como cada vez, y ya no tuvieron excusas para atropellados ir por los botones y broches, por los cintos y lo demás, hasta dejar deslizar las camisas regocijándose en la visión de la perfecta onda de los hombros, y cincelaron el rostro con labios y lenguas para pasear a moldear los hombros y los brazos, dejando caer las camisas, y atrapando entre dientes los pezones hasta henchirlos de sangre detonando llamitas allí que palpitaron en la pelvis, donde las manos se cruzaron buscando descender los pantalones con todo lo demás.



Cuando las piezas encajaron piel a piel,…, las llamas de pasión incineraron los cuerpos, las olas de deseo se hicieron gigantes, estalló el centro visceral, y se estremecieron buscando cada uno recorrer al otro, con la mirada primero, de hito en hito, con las manos por todos lados después, con la lengua y labios más allá, en accesos y pulsaciones, saciando la sed de siglos, el hambre de años, cual perdidos en el desierto, devorándose uno al otro, para ahuecar las manos en nalgas y sexos, para adentrar deseos en la boca y en el otro, hasta al fin uno llegar al sitio exacto donde poder lanzarse y zambullirse, derramando olas concéntricas cada vez más profundas, hasta lograr el ajuste de ritmos, en la boca y en la intimidad.



Y allí comenzar la danza, que como siempre sucedía, la luna envidiosa espiaba por el ventanal, de montículos gemelos ondulándose y retorciéndose en malabarismos y garabatos, refulgiendo más que ella, además de quemar más que su amor el sol.



Finalmente llegaban al centro ígneo, a la cresta de la ola, a la unión del placer con el dolor, al límite y miraban el abismo, las rocas y las paredes, decidiendo juntos el momento de chocar en alguna parte para hacerse añicos y derramar el mismo amor, en uno y alrededor, para quedarse inmersos en la energía de cuatro, de infinitos seres, de infinitas vidas pasadas y porvenir, y derrumbarse allí en el montón con ellos, casi inconcientes, aturdidos en el mismo amor.







… Te amo Guillermo Graziani mi amor eterno, mi alma gemela, mi otra parte, mi remedio y mi ser.

… Te amo cielito lindo como fue siempre y siempre lo será. M hombre destinado, y todo lo que sos. Y quiero que sepas que admiro el padre que lograste crear,…, para William, Peter y Gerard.









___Peter y Spencer escucharon la declaración, y aunque ellos no los vieron, un soplo de vida los rodeó, y eran ellos dos,…, jugando alrededor.



















FIN.