SUR. CAPÍTULO TRECE.

SUR.

CAPÍTULO TRECE.

Ushuaia, sábado 09 de enero de 2016.

“¿Que cuántos años tengo..?

¿Qué importa eso?

¡Tengo la edad que quiero y siento...

La edad en que puedo gritar

sin miedo a lo que pienso.

Hacer lo que deseo sin miedo

 al qué dirán o al fracaso.

Pues tengo la experiencia

vivida de mis  años

y la fuerza y la convicción

de mis deseos.

¿Qué importa si cumplo veinte,

treinta, cuarenta o setenta?

Lo que realmente importa es

la edad que siento en mi corazón!

Original: José Saramago”.

 

…¿Qué te sucedió en el río? Parece que ya no te duele nada. Me asusté. Pensé que estabas enfermo. Me pegaste. ¿Estás loquito?

.... Perdón. No quise hacerlo.

 ...¿Entonces? Quería que te viera Matías.

.... Me vio. Pasé por su habitación antes de venir.

___ Guillermo sintió el calor de la ira. Las vísceras punzando de celos.

…¿Por qué solo?

…Es mi amigo. Hemos pasado mil noches en la Base, en el barco, nunca sucederá nada que no sea amistad entre nosotros, en cambio no puedo ser sólo tu amigo, y menos ahora dejarte ir.

___Pedro sopesó sus pérdidas, el dolor, el miedo, pero  sin embargo no podía arrancar las raíces de la tierra, Guillermo era su tronco, parte del todo.

...Matías  sabe todo de vos. Te ama y ¿nunca pasó nada?

 .... Con él no.

....¿Y con otro?

Pedro ¿por qué te casaste con Camila si me amabas desde 1939, si recordabas aquello?

… Por egoísmo supongo, por aburrimiento, por negligencia, deseaba tener un hijo, al que ni siquiera sé si podré cuidar.

… Pero... te gustan los hombres, me amas. ¿En medio te enamoraste de alguno?

.. Sí, te he amado una y mil veces, siempre he estado contigo.  Solamente contigo.

..No juegues conmigo, soy un hombre grande aunque nunca me he sentido hechizado de esta forma.

… No es un juego.

..¿Qué te sucede conmigo que no puedes confiarme todo?
… Yo... quisiera, pero no. Tengo que protegerte, por favor, no me preguntes.

___Pedro debía saber qué conexión extraña existía entre Guillermo y aquella sombra que viera en el río, o sería la muerte de todos, y aunque no lo deseó, las lágrimas y los sollozos ganaron la batalla, Guillermo lo estrechó en su pecho acunándolo, y sin desearlo se fue deslizando al sueño,.., que le trajo el soñar con otra época,  con él.

“… No vayas, por favor, no me dejes.

… No quiero que sigamos viviendo así, casi en una choza como los indios, ocultos, no es lo que merecemos.

.. Déjame acompañarte, puedo ser más fuerte que tú.

… No amorcito, no.  No iré solo, si vinieras nos descubrirían, y aunque sean amigos esto no terminaría bien, regresaré pronto, lo prometo. Y te necesitarán acá.

… No necesito riquezas, ni nada más que a ti, por favor”.

…No vayas, No vayas amor, no me dejes.

___Guillermo lo sintió temblar como en el río mientras se iba empapando en el mismo sudor, y le tocó la frente pensando en que realmente debía tener fiebre y lo negaba, pero por el contrario estaba helado, abrió los ojos asustado, acariciándolo ausente, como  no creyendo que estaba allí.

… Pedrito, mi amor, estoy acá ¿qué estabas soñando ahora?
… Debo irme, no he visto a mi niño, en la mañana estaré mejor.

… Me estás evadiendo, y me doy cuenta.

… Te estoy protegiendo, perdón.

__Se vistió en una exhalación y se deslizó por la puerta como si le urgiera escapar de nuevo, Guillermo exhausto pensó en el diario, y en el museo.

Y con la imagen de lo que haría en la mañana, sin proponérselo se sumió en un dormir relajado y profundo, sin darse cuenta que desde que estaba allí, junto a él, ya no lo soñaba.

__Ushuaia, sábado, 09 de enero de 2016.

09.00 horas.

___La mañana y las callejas reciben a Guillermo con un aire gélido, una fina llovizna que amenaza con convertirse en nieve, y sin embargo  no desiste esta vez de regresar al museo.

Todos lo dicen, no encuentra respuestas en el entorno cercano, menos en Pedro, y de pronto allí está de nuevo, observando el rostro de esa mujer grande, madura, y sin embargo transmitiendo un aire y entusiasmo juvenil envidiable, afable, de mirada confiable, que sin dudar se entusiasma ante el grupo de turistas que ingresan a visitar lo que allí guarda, y  a escuchar lo que tiene para decir.

Guillermo pasea la mirada con detenimiento mayor, observando los objetos originales que casi no viera la primera vez, armas, arcos de lanzas y flechas indígenas, una cama de hierro, una chimenea de piedra, la biblioteca, y un extraño escalofrío  de culpa lo invade, de ella había robado ese diario, pensando que era de un colono que dirigiera la salida desde Europa, y sin embargo por lo que lleva leído, por las mismas iniciales y el descuido de la Sra. Dora en  la custodia, sabe que no es de él.

Se sienta a esperar el relato, dejando vagar la mirada por el rostro de la anciana, tratando de calcular la edad que se disfraza, cuando ve en los ojos la emoción, en los gestos el acompañamiento a las palabras que brotan sin descanso, que embriagan a todos los presentes por la pasión que la anciana pone en la historia.

“…Salimos de Varsovia milagrosamente cuando comenzaron los bombardeos, en setiembre de 1939, estábamos en los sótanos, alertados por aliados, que aquella mañana podría suceder. Sin embargo pocos lo creían de verdad.

Llegar a Inglaterra no fue nada fácil, y aunque teníamos amigos en Liverpool, no había embarcación disponible para huir hacia  América, el dinero era escaso, las provisiones mucho más, las noticias de lo que estaban logrando los nazis no obstante, convertían todo tolerable.

Éramos alrededor de cien personas, me aferraba a mi esposo, y a la abuela de mi querido niño sabio, aunque tenía veinte años, muchos lo llamaban así.

Desde Argentina prometían una tierra segura, pero no obstante, casi sin comida, durmiendo en estrechas habitaciones, recién logramos zarpar en 1940, en un velero que conseguimos a través de amigos ingleses.

La guerra se expandía como regueros de pólvora, y cualquier cosa que nos esperara fuera de Europa sería como la tierra prometida.

Estuvimos en el océano alrededor de tres  meses, y antes de tocar tierra firme, con mis veinticinco años casi, supe que estaba embarazada.

 La noticia me llenó de miedo, y a la vez lo tomé como el presagio de lo bueno de llegar a La Patagonia, la tierra prometida.

Tocamos tierra en marzo de 1940,  estábamos en la Provincia de Santa Cruz, y  desembarcamos en principio en Río Gallegos, pero lejos estaba aquello de parecerse a nuestra tierra natal, solamente veíamos mar y desierto, abandonados desde el Viejo Continente y desde el gobierno argentino, hicimos acopio del coraje y de la valentía de haber sobrevivido a la guerra”.

__Dora pone tanto el alma en el relato que tiene el poder de llevar a la gente al lugar, a la época, a las mismas emociones.

Guillermo sopesa cada gesto, cada fecha, cada palabra, el chico sabio.

¿Quién era? ¿Por qué le aleteaba el estómago al oír esa referencia?

Puede sentir el hambre, la sed, el miedo, la decepción, el coraje de aquellos primeros colonos en medio del relato, y allí continuaron escuchándola.

“… Mi esposo era muy culto, y de a poco se fue relacionando con los pueblos originarios, los tehuelches y mapuches que peleaban por el territorio, sin embargo fueron hermanos en la desgracia, llegamos a trabajar codo a codo, a intercambiar mercancías, alimentos por animales, por cueros, estaba todo bien con ellos, y un grupo convenció a mi esposo y sus amigos, de que  cruzando la cordillera y en su pie, podrían encontrar oro y metales.

 Así fue que en 1956 mi esposo y mi hijo que ya tenía dieciséis años con un grupo de ocho amigos, partieron rumbo a los yacimientos que nos sacarían de la pobreza.

Cabalgaron la llanura hasta el agotamiento, al comienzo con los indios, que a medida que se acercaban al supuesto tesoro,  fueron cambiando de humor, y algunos se adelantaron.

Tres meses después, un día sintieron el aullar de guerra de los indios más salvajes que imaginaran jamás, a mi esposo una punta de lanza lo alcanzó, y vio caer atravesado a mi… hijo y a sus compañeros, solamente él regresó gracias a su fortaleza y a la de su caballo, a su pericia para eludir a los indios, herido y sin fuerzas, desgarrado en pedazos, y yo casi me volví loca, al igual que el niño sabio, pero fue él quien tuvo la fuerza para hacer la denuncia, y capitanear una expedición de cincuenta hombres y milicias, en búsqueda de los caídos.

Pensaban que quizá eran prisioneros, pero no., guiados por el relato de mi esposo localizaron el sitio, estaban muertos, mutilados, masacrados, sin corazón.

El dolor fue muy grande para muchos, que unidos a indios amigos, siguieron buscando la vida hacia el Sur. Hacia el Fin del Mundo dijeron al despedirse”.

__Guillermo siente el corazón vacío, y una profunda admiración por aquel valiente que había jugado su vida en pos de su gente, mientras él tira a la basura la suya en la monotonía de cada día, en especial mientras estuvo en Bs. As, en la rutina del estudio y tribunales.

Un ansia arrolladora de hacer de ese día un punto de cambio lo invade, ya está seguro que  desea un futuro muy distinto al que venía trazando, un futuro que marcara  destinos como el de aquellos hombres, y con esa convicción recorre con los demás los objetos, hasta a paso lento regresar al hostal y en  un halo de ensueño encontrar a Agustín en el recibidor.

….!Hola Guillermo!

… Agustín ¿adónde naciste?

…En Chile, pensé que Pedro te había contado.

… ¿Y él?

… En… Acá.

Bueno no exactamente en Ushuaia, en Argentina digo, aunque dice ser chileno, es argentino.

¿Te lo dijo?
… No. Pero te juro que no le contaré nada, es que fui al museo, y me surgieron dudas, por mi investigación, para mi libro, ya sabes.

… No es mi hermano de sangre, aunque  lo amo como si lo fuera.

…. ¿Qué?
… Pedro  fue adoptado por mis padres en Chile, donde llegó no sé bien cuánto tiempo antes de que yo naciera, huérfano, solo, devastado de peregrinar por acá, por la Patagonia, y le dieron su apellido, nunca dijo el verdadero, ni me contó de sus padres, ni de su infancia.

Me dijo solamente que habían enfermado cuando era chico, que no tenía a nadie, y que harto del hambre cruzó a Chile,  a trabajar allí cuando mis padres lo encontraron, y a poco decidieron adoptarlo.

No le cuentes, por favor.

___Guillermo no supo cómo se sostuvo en pie, la mente era un lío, el corazón un torbellino de sentimientos y emociones encontradas, el cuerpo  estaba exhausto, agotado,  y una mezcolanza de fechas, edades, hechos y nombres se barajaban en alguna parte de él, cuando tomó el diario de P.V., acariciando el cuero viejo, fijando la mirada en las hojas amarillentas, en la tinta en manchones, en cada lugar, hasta al fin sin sentir nada más sumirse engullido allí.

“Siempre me gustó la naturaleza, me sentía en comunión con ella, desde muy pequeño suplía el aislamiento con mis escapadas a los parques, al bosque que rodeaba la casa, en las afueras del pueblo.

Me echaba en la hierba, y percibía el palpitar de la tierra, el movimiento de las hojas acariciadas por la brisa, el canto de lejanos pájaros era nítido, como un lenguaje mágico que  no me estaba vedado.

En una de mis escapadas, mi abuelo me sorprendió abrazado a un árbol, y temí que me retara, siempre me decían que no anduviera solo, y sin embargo no lo hizo.

…¿Qué estás haciendo mi niño?

… Lo escucho respirar, latir, abuelo, se puede, ven, escucha.

Pensaba que no daría crédito, que me mandaría a la casa, y sin embargo se sentó en una piedra, y me llevó a sus brazos, acariciándome el pelo, me dijo que tenía un Don, que no debía olvidarlo.

Que captaba el alma del mundo.

Y entendí que el mundo era un solo ser, todo era UNO, plantas, animales, humanos, con su inteligencia particular, “el alma mundi.”

El mundo como un alma, todo es UNO, con los custodios de estudiar en pos de la gran verdad, como era mi abuelo, el último alquimista de Polonia.

Mi abuelo comenzó a enseñarme algo más que a leer y a escribir como en la escuela, el uso de plantas medicinales, para hacer  infusiones o cataplasmas, sin que perdieran sus principios activos en la maceración o en el hervor, y de allí que algunos enfermos supieron de nosotros, como dije, también  fuimos perseguidos por ello, en verdad ellos, mi padre y mi abuelo, porque yo era demasiado joven todavía, hasta que comencé a entrar al laboratorio.

Y mi abuelo comenzó  a trabajar a mi lado, concentrado en el uso del fuego en el horno de atanor, llevaba años en busca de la Gran Obra, para mí era un misterio esotérico pero sé que no lo era para él, mientras yo inyectaba aire con un fuelle,  fijaba la vista en los metales, y me explicaba, que cuando trabajaba el azufre modelaba mi alma, con el mercurio mi espíritu, y que mi cuerpo era el atanor, que el poder estaba dentro de mí, que debía encontrarlo para lograr la Gran Obra, la restitución del estado divino del hombre hijo, me decía.

Y que nunca olvidara la ley de atracción, ni la ley de correspondencia, como es arriba es abajo, como es abajo es arriba.

No solamente purificábamos los metales sino a nosotros, con ayunos y meditaciones.

Pero de pronto, en aquel negro día de lluvia en que la puerta sonó, allí estaba ÉL, y cuando lo vi supe que cambiaría nuestra vida para siempre, en su sinistra mirada clara, en su sonrisa cínica, sentí miedo por primera vez, el plomo en el estómago, los gélidos escalofríos, y mucho más cuando el abuelo lo acogió en el laboratorio y en la casa, y ya casi me apartó de ellos, embobado por lo que el extraño podría aportar a la causa.

Me refugié como tantas veces dijo en la naturaleza, en la meditación, en las enseñanzas, y regresé a ellas…. cuando los rumores de un ser tan siniestro como ese hombre que arrasaría con la humanidad comenzaron a llegar, y con él los de una guerra mundial.

Un día de 1939, me encontraba recostado en el barro, cuando la naturaleza pareció presagiar la tragedia, las copas de los árboles rugieron en la furia del viento, la tierra palpitó y de súbito supe que algo estaba por suceder, a mi abuelo o la llegada de aquella maldita guerra, pero me vi sin  tiempo corriendo hacia la casa, más raudo que el viento, que la luz, hasta que al llegar, una humareda negra y llamas gigantes me dieron la respuesta, y en un arranque de  valentía fui al laboratorio, mientras un cachetazo de humo negro me asfixió, sabiendo que todo había estallado, que el mercurio había sido manipulado, haciendo volar todo por el aire, y que ÉL había sido el responsable.

Grité, pero la tos y la falta de aire, el calor, el humo y los derrumbes dificultaron mi desesperada búsqueda de mi abuelo, hasta que un gemido no muy lejano me hizo llegar reptando por el piso a él, estaba atrapado, pero vivo.

… Tienes que salir de acá, Pedrito.

… No. Te sacaré. Ayúdame, hay que salir de acá.

… Tienes que ir con los demás, a los túneles, tienen que huir pronto, los nazis van a entrar.

… No puedo solo abuelo, no.

… Puedes, si recuerdas lo que te vine enseñando y además tienes que saber el…

Una palabra más dijo, que guardé en secreto en mi alma, sé que usarla es definitivo y definitorio, y en mis brazos estaba… cuando una sombra oscura, negra como la noche sin luna nos envolvió, supe que era él, que venía por los dos, y todo estalló en pedazos, aunque supe que mi abuelo había muerto antes en mis brazos, cuando me fui a la oscuridad, pero la palabra dicha había operado en mí la obra que él buscó y había prometido entregarme.

La misma que el ser oscuro conoció, y supe que me  debía creer muerto en los escombros, porque aquello fue dicho en susurros, aunque luego sentí que no. Que de alguna manera sabía que estaba vivo, que le había arrebatado el secreto que mi abuelo ya no podría usar.

No sé cómo sobreviví, cómo me sacaron de allí, pero sí que todos comentaban que era imposible mi recuperación, estaba quemado y de súbito las cicatrices desaparecieron, las fuerzas regresaron pronto, los pulmones calcinados se llenaron de aire, y supe que debía cumplir con la misión, cuando   el fuerte rumor de la capitulación de Varsovia invadió de pánico a todos,…, y aunque algo débil todavía, fui en búsqueda de los elegidos para la huida.

..Y sin embargo,  en medio de las calles de Varsovia, me choqué de frente con aquellos soldados.

Me habían atrapado los nazis,…, pero allí estaba él, el Oficial que me sacó de manos de los soldados, el hombre que amé y que me amó una noche,…. mi Amor Eterno.”

…!Dios!

Pedro, yo, nosotros.

¿Quién escribió esto?

___La oscuridad se ciñó sobre Guillermo que se sumergió en un pozo sin luz, sin conciencia, mientras Pedro en otro lugar, le contaba a Matías de su amor por él.

Y de su temor.

…Lo siento, ya sabes lo que pienso.

… Lo amo, Matías, es él, regresó, no puedo dejarlo ir, entiende.

… Tienes que hacerlo.

… ¡No! Esta vez no.

__Celoso y a disgusto, Matías se incorporó para ir a su habitación a hacer la valija.

.. Regreso a la ciudad, Pedro, nada podré hacer acá. Recuerda cómo te fue la última vez que te dejaste llevar.

__Cuando los ojos claros se volvieron, los de Pedro estaban anegados, le había acertado un disparo directo al corazón, pero algo superior a ello, le dijo que fuese a buscar a Guillermo.

De súbito entendió que no lo había visto en todo el día, que lo había evadido sumido en dudas y temores, pero que ahora estaba corriendo hacia él, sabiendo que las revelaciones  a medida que llegaran, le irían conmocionando más y más.

Entró sin pedir permiso alguno, y  como en la anterior oportunidad,.., de nuevo lo llevó a sus brazos, sabiéndolo en  shock por la visita al museo y por alguna visión… de ellos.

Lo acarició, le secó el sudor con un pañuelo, lo besó dándole el aire a sus pulmones, y atrajo un vaso con agua, cuando vio que comenzó a balbucear su nombre.

…Pe...dro.

… Sí, mi amor, estoy aquí, ya pasó mi cielo, tranquilo mi amor, tranquilo.

___Lo mantuvo en sus brazos transmitiéndole el calor, acompasando el ritmo del corazón y de la respiración, hasta que la temperatura y el color regresaron, y lo miró atravesándolo con los ojos llenos de interrogantes.

..¿Quién sos, Pedro?

… Tu Amor eterno.

… ¿Qué más?

… Tu Amor eterno, sólo eso importa.

… No naciste en Chile, Agustín no es tu hermano de sangre ¿verdad?

… Verdad, no tenía cómo explicártelo perdón, aún no tengo manera, espera un poco mi cielo, te juro que al fin entenderás.

… ¿De quién es este diario?

__Aferró las tapas de cuero como si en ello le fuera la vida.

… ¿Y esta letra?

Habla de nosotros, habla de tu abuelo, de vos esto.

… Sí. Te dije que mi abuelo fue alquimista, que trabajé junto a él, te hablé del hombre que cambió el destino.

…¿Por qué dijiste que me viste morir en Polonia?

..Porque fue así.

… ¿Qué poder te dio tu abuelo antes de morir?

Llegó a descubrir algo muy importante trabajando con el mal ¿verdad?

… Sí.

…¿Quién es el niño sabio?

…¿Y eso?

… Dora lo nombró en su relato de la colonización, el niño o el chico sabio que llegó al Sur con su abuela.

… No puedo responderte todavía, no puedes aceptar más información ahora.

Te prometo que llegarás a las respuestas a todo lo que acabas de decir, pero no debo ser el que lo diga.

Viniste a investigar, puedo, de hecho te estoy ayudando, pero no debo darte yo todas las respuestas.

De hecho, ya había dejado de esperarte, no pensé que al fin llegarías, creí que aquí no me encontrarías, ni tú, ni...

…¿Ni?

..ÉL.

…¿Por qué te persigue?

… Porque manejo demasiada información, por ello no debo hablar, los estoy protegiendo, a ti, y a los míos, confía Guille, por favor.

¿Quieres regresar a Bs. As. y dejar todo esto correr?

..No. No podría.

… No lo deseo, temo que él te siga y otra vez no pueda cuidarte, te necesito a mi lado, pero no quiero mantenerte alejado de los tuyos.

…¿Debo hacerlos venir?
…No lo sé. Te juro que no lo sé.

… Está bien, esperaremos un poco más.

¿Volverás a escapar o podemos cenar juntos esta noche?
…Tendremos nuestra noche de cena, whisky y tabaco, y… de amor.

Hace demasiado tiempo que espero ser tuyo de nuevo mi amor.

¿Te gustaría para que te despejes un poco de lo de hoy que vayamos a navegar por el Beagle mañana?

…¿Solos?

… Si lo deseas,.. solos.

… Y la lluvia, la nieve.

.. Quizá salga el sol, veremos.

__Agustín y su mujer estaban en el pueblo, y Pedro ultimaba los detalles de la cena en la casa, mientras, Guillermo puso la música, encendió las velas, y vagó la mirada por la biblioteca, con un cosquilleo aguijoneándole la piel por el parecido con la del museo.

Libros nuevos ordenados, otros amarillentos en bolsas de nylon, y  numerosos libros de medicina, de terapias con plantas, con aromas, pero ya sabía que Pedro en aquella vida manejaba todo eso, lo que no aún es que le siguiera interesando pese a ser abogado.

Para su tranquilidad, también vio los infaltables libros de Derecho Penal, y en verdad de toda clase, de historia, de literatura, de arte, y de súbito en un porta de madera, entre los lomos de los libros, aquella foto, idéntica a la que viera en el museo la primera vez, el hombre blanco entre los indios.

¿Quién era? ¿El niño sabio?

Apartó de la mente la idea, la expulsó deseando disfrutar de la noche, agotado de pensar, de imaginar, de hilvanar, ahora sólo… lo deseaba a él.

Su Amor Eterno.

Cenaron olvidados adrede de todo,  envueltos en la luz de las velas que dibujaba garabatos antojadizos en los perfiles, anudando los dedos en las copas, en la botella, entre besos furtivos y miradas sin palabras, mientras el viento golpeaba los ventanales, terminado exhausto de desear colarse a molestarlos.

…¿Qué sucedió con tus padres adoptivos?

… Fallecieron en Chile, primero él, luego ella, me pareció lo mejor para Agustín sacarlo de la casa y del lugar, empezar de nuevo acá, creo que fue lo mejor.

… Tampoco me vas a contar de ellos, supongo,…, ni de dónde naciste en realidad   y de cómo terminaste en Chile.

… No. Ahora no.

__Pedro levantó la vajilla dejándola en la lavadora, y tomó de la mano a Guillermo, arrastrándolo hacia su habitación, en lugar de detenerse en el living esta vez.

…¿Y esto qué significa?

… Que continuamos el Tour por la casa,… y que deseo que duermas en mi cama.

…¿Y el nene y Agustín?

… Josecito duerme en su cuarto ya, y Agustín se quedará en el pueblo esta noche.

Somos grandes además, muchas veces se ha quedado Matías y otros amigos de la base en casa, no sabe de lo nuestro, me casé con una mujer después de todo, es lo que vio todo el mundo.

Aunque no deseo ocultar lo nuestro más allá de la publicación de tu libro o antes.

…!Publicación!

¿Quién dijo que eso sucederá?

…¿No?

… No lo sé, veremos, no he escrito nada todavía.

__Guillermo no alcanzó a ver detalles de la habitación porque se perdió leyendo el rostro de su hombre destinado, que a la luz de velas aromáticas y del fuego de una chimenea de piedra, comenzó a desvestirse para él y por él, para que sus ojos que todo eran capaces de ver, leyeran cada línea,  curvatura y montículo que a su paso pudieran encontrar, en espera de que le regalase lo mismo, para después recorrer y ser recorrido en la completa reexploración de sus cuerpos… por las caricias de  las manos, de la lengua, de los dientes, de los labios y   por el agua de la saliva y del sudor.

Suavemente los labios finos se apoderaron en dulce lametazo de los gruesos, los recorrió en cada milímetro como  antes el rostro, delineándolos con los dedos, para luego adelantar la lengua a abrirse paso entre los dientes, y unirse a su par, para reexplorar la cavidad en la misma saliva, con whisky y tabaco que compartían cada noche allí.

Guillermo tomó el mando de una geografía virgen, que imploraba la exploración, el dominio, y la conquista, luego de siglos de espera, y por allí paseó a su antojo, con cada parte e instrumento de su ser, sin dejar recodo del valle ni de las cumbres sin demarcar como suyo, antes de zambullirse penetrando a recorrer el interior, que Pedro ofreció en ondulaciones, y que él preparó como pudo, lubricando con sus fluidos, y dilatando el acceso con sus dedos, antes de tantearlo con todo su ser.

Cuando Pedro comprimió sus nalgas, lo penetró con temor a dañarlo, y se aquietó en el abrazo cuando ahogó el grito en el beso.

… Dolió mi amor, dime, iré despacio, aunque sé que estoy tan desesperado que me siento gigante.

… No importa el dolor, si soy yo quien provoca tu latir, necesito al fin sentir que regresas por tu dominio, dejando tu marca registrada para siempre, sacando el polvo a las huellas de hace tiempo,  haciendo renacer en mí, lo que creí perdido por la eternidad, muévete mi amor, que espero todo de ti, mi marea crece y se transforma para cobijarte, para que bucees en ella hasta  que en el mismo grito, nuestro estallido sea escuchado en el mismísimo infinito, desde y hacia donde vinimos e iremos cada vez los dos.

CONTINUARÁ.

Hechos y personajes son ficticios, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

La tira contiene lenguaje adulto y escenas explícitas.