SUR. CAPÍTULO DOCE.

SUR.

CAPÍTULO DOCE.

“EL DESTINO ES UNA DAMA CAPRICHOSA,

QUE SIEMPRE HACE SU VOLUNTAD,

NOS GUSTE O NO”.

 

Ushuaia, sábado 09 de enero de 2016.

01.15 horas A.M.

..¿Adónde está Pedro, Matías?

… Ya regresará, déjalo solo un rato.

¿Qué sucedió exactamente que lo hizo escapar?

… No lo sé, creo que tiene miedo de algo, de alguien del pasado que lo persigue hasta en sueños.

Al parecer está acá porque supo que nos reencontraríamos, es la encarnación del mal o algo así.

..Lo sabía. Si tú llegaste, él te reconoció.

… Algo parecido dice, Pedro, pero  no entiendo nada, me volveré loco.

… Lo mejor será que vayas a tu habitación, cuando Pedro se calme te buscará.

Te acompaño si quieres.

___Guillermo elevó la mirada a los ojos claros, instintivamente rechazó la idea de dejarlo entrar a su lugar, era gay, amaba a Pedro, y no era aconsejable tenerlo cerca.

… No. Necesito encontrarlo, hace mucho frío, salió como estaba, es una locura.

¿Adónde puede estar?

No creo que no lo sepas si tanto lo conoces.

___Matías suspiró resignado.

… Tiene una embarcación donde suele refugiarse, o se pierde en el Beagle, pero no creo que haya llegado, está en Ushuaia.

… Me invitó a navegar, pero no me dijo que tenía un barco, aunque debí suponerlo al ver esto, la casa, la avioneta.

… Ha trabajado demasiado, y durante más tiempo de lo imaginable, podría comprar la Patagonia entera.

…¿Cómo?

… Nada.

Mira, puede estar cerca, su abuelo le enseñó a comunicarse con la naturaleza, a refugiarse en ella cuando necesita calma, a absorberla hasta ralentizar su mente y sus funciones y suele escapar al piedemonte, donde bajan riachuelos helados desde la cordillera.

…Es de locos, hace demasiado frío.

Ve a tu cuarto, Matías, lo encontraré.

… Espera a que regrese, Guillermo, no conoces la zona, serán dos los perdidos, por favor.

...Dije que lo iré a buscar,.., solo.

…Estaré en mi habitación, al menos agenda mi celular, por si necesitaras ayuda.

¡Guillermo!

.. ¿Qué?

.. No lo presiones. Busca respuestas en el museo, él no debe dártelas.

… Lo sé, como también que aunque te pregunte no me dirás quién es P.V.

…¿Tienes el diario?

___Guillermo se estremeció, el robo del diario le palpitaba en la mirada, sintiendo que todos podrían leerlo.

…¿De dónde lo sacaste?

… No es asunto tuyo, igualmente apenas he leído, no conozco el idioma, es complejo.

… Está bien. El diario y Dora casi tienen toda la información que viniste a buscar, la explicación a tus sueños de siempre.__Matías lo miró por unos instantes, y Guillermo arqueó las cejas en un mudo gesto, incorporándose esperando que no lo siguiera a la habitación. Debía arroparse y llevar mantas por si encontraba a Pedro por allí.

Al sentir la calidez del ambiente, se le encogió el corazón de pensarlo afuera en remera, ni corriendo  sería factible que soportara  mucho tiempo, y la sangre se le congeló de pensarlo.

Necesitó guardar el diario, aunque la conciencia le pesaba al saberlo robado, el espíritu estaba inquieto, y fue al ventanal que le devolvió solamente oscuridad.

Se colocó un traje de montaña, un abrigo, tomó la mochila con  alguna ropa, licor, por si lo encontraba, y  aliviado salió sin cruzarse con nadie. A esa hora los espacios comunes del hostal estaban desiertos.

Habían comenzado a llegar turistas extranjeros, que evitaba, y se le antojaba que cada vez que iba sin Pedro a alguna parte lo miraban como bicho raro.

Era más que obvio que en un pueblo pequeño, todos debían conocerse desde siempre, y que ver un rostro extraño llamaba la atención.

El aire helado le cacheteó las mejillas, pese a que  se había cubierto hasta la cabeza, respiró hondo, sabiendo que el aire del Sur era lo primero que captaba la atención del extranjero, trayendo desde las hierbas húmedas, el frío hundiéndose más allá de la piel, el aroma de la fragancia de las montañas, adivinando en él al Oeste la majestuosidad erguida de titanes con nieve perpetua, rodeando el llano de bosques en los que  cualquiera se perdería, entre hayas y arbustos, con riachuelos helados surgentes de la Cordillera.

Caminó un sendero en cuesta ascendente, que le quitó el aire, en aquella oscura noche  con la única luz de la luna y de la linterna que iba encendiendo de a ratos, deteniéndose buscando un murmullo que lo orientara a algún cause de agua, alguna señal, aunque su instinto y su alma le decían que estaba en el camino hacia él.

__Pedro,…, ante la súbita debilidad de piernas temblorosas, inútiles,…, de gelatina que lo habían tumbado en la habitación, intentó recobrar la fuerza para salir de allí, conmocionado, negando con la mente y la cabeza, repasando las imágenes de la llegada de Guillermo, de las horas transcurridas a su lado, el único que podía terminar con el sosiego que creyó tener en el Fin del Mundo, que de hecho había encontrado allí hacía años.

..”¿Y si no fuera él?

Es más grande, más maduro, pero es igual.

¿Y si el tiempo me estuviera volviendo loco?

¿Si no fuera él ni las sombras estuvieran acechando y lo estuviese soñando?”

__Contuvo con las manos en el pecho al corazón  latiendo furioso como caballo desbocado, bombeando igualmente la sangre al cuerpo que temblaba en cada golpe, y respiró todo el aire que ingresó, incorporándose tambaleando.

Como imágenes de un caleidoscopio, la mente desde Guillermo se trasladó a otra época,  al difuminarse en otro diseño, donde yacían juntos en una precaria cabaña, levantada por ellos con sus propias manos, para esconderse del afuera, al descubrirse enamorados en una época en la cual ese amor estaba prohibido.

Habían hecho el amor por primera vez, en el piso, y no podían ser más felices, hasta sintió los mismos labios de la actualidad sobre los suyos, el aroma, el sabor que nunca olvidó, que jamás podría, y un alarido súbito interior, el grito de él mismo sin sonido, desgarró el aire alrededor.

Era su propio grito que venía repitiéndose  cada vez que el destino arrasaba con todo, apartándolos, el de Varsovia, el de...

No se permitía pronunciar sitios y nombres porque regresaba el dolor punzante de la muerte, y volvió a pensar en Guillermo.

Salió sin esperar conexión cuerpo- mente, sigiloso y raudo olvidó abrigarse, y la luna en lo alto  unida al gélido viento lo envolvió sin reparos cuando comenzó a correr, buscando que el mismo viento le hiciera llegar el aroma del hombre que dejara en el jardín.

Se deslizó por senderos conocidos, recordando el eco remoto de las palabras de su abuelo,  entremezclado al pálpito de que la sombra estaba allí, a la imagen de los dedos esbeltos de Guillermo en sus manos cuidadas de intelectual, acariciándole el pelo, a los rasgos memorizados del rostro que le resultaba tan conocido como el propio desde la primera vez, fascinado por las arrugas emergiendo en los contornos de los ojos, las entradas en la frente, la montura de los anteojos que se acomodaba cada vez, cuando espiaba sobre ellos…  cuando se deslizaban por la nariz cincelada por donde resbalaban, fascinado, embriagado por su aroma perpetuado en él, mientras la angustia le atenazó la garganta, y una punzada súbita en el pecho lo hizo aspirar el aire con ahínco,…y divisó el sitio que añoraba, frío, solitario… junto al riachuelo de corriente imparable donde se refugiaba buscando ser uno con él.

La inquietud lo perseguía, su mente era un caos, su alma un lío de emociones encontradas: dolor, anhelo, fe, amor, pánico, todo provocado por la llegada de Guillermo, por el destino que permitía que se volvieran a encontrar en esta vida, y su sosiego situado en Argentina, estaba patas arriba como todo su ser.

“Cuando la angustia te gane, cariño, busca la paz en la naturaleza, sé uno con ella, y lograrás su armonía”

__Olvidado del frío se clavó las piedras en el cuerpo al recostarse junto al agua donde en su gelidez enterró las manos, sintiendo la fuerza vital de la corriente entrando por sus poros, hidratando su piel, llegando al sistema nervioso y las caricias de la corriente helada se le antojaron la vida misma colándose en su ser, recorriéndolo de cabeza a pies hasta la columna y por ella,  impregnándolo de fragmentos de esperanza, de  fuerza, de coraje, y mientras no se apartara de esa comunión todo  marcharía bien.

 Cerró los ojos en trance, intentando evitar que la mente se escapara de la sensación sublime de la energía del agua,… pero traicionera y mala, se desvió a otras caricias, tentadoras y cálidas, las de Guillermo en su piel, en las dos noches transcurridas juntos sin hacer el amor siquiera.

…!Basta!

___Sacó las manos del agua, salpicándose por entero, abrió los ojos y el reflejo en el agua le dijo que estaba allí.

Su porte inconfundible, de noche, y reflejado, le devolvió la imagen del hombre que amaba, el de siempre, el único, y con una furia naciendo desde las vísceras le pegó al reflejo, pensándolo imaginario, poniéndose de pie para huir ahora de él, pero chocando con un muro de piedra detrás que sabía de quién era, mientras la piel se quemó más que con el fuego, y las miradas se anexaron en la misma calidez.

…¿Cómo me encontraste?

… Siguiendo a mi instinto, a tu llamado, no sé.

¿Estás bien? Me asusté mucho cuando saliste corriendo.

Déjame secarte y arroparte, estás helado.

___Guillermo mantenía prudencial distancia temiendo que se escapara de nuevo, pero Pedro alargó la mano y se cubrió con la manta luego de ponerse el suéter que le extendió.

..¿Cuántos años tienes?

…¿Y esa pregunta?
… No sé casi nada de ti, me interrogas una y otra vez, y solamente me has hablado lo que a todos,… de Fabián, de Ana.

… Cuarenta y cinco ¿son demasiados para tus… treinta y pico?

Me harás sentir un viejo.

___Pedro descendió la mirada temiendo ser leído.

..¿Te preocupa el paso de los años?

…Pedro, regresemos, hace frío, este lugar debe ser muy lindo en el día, con otra temperatura.

… ¿Te preocupa el tiempo?

¿Qué harías si tuvieras en las manos la vida eterna?
… No me preocupa el paso de los años, sino cómo los vivo, y hoy sé que no deseo más perderlos vacíos como estos cuarenta y cinco, que quiero otra vida, y la vida eterna me gustaría si tuviese objetivos trascendentes que llevar a cabo, sino sería más de lo mismo.

___El viento revolvía el pelo de Pedro como sus dedos en la noche, y a punto estuvo de robarle un beso que se negó, pero lo percibió más conectado, hasta esbozando una titubeante sonrisa,  que cuando él se acercó se comenzó a difuminar.

De súbito Pedro palideció, temblando como no lo estaba antes, casi desnudo mojado junto al río, y  las manos se apretaron contra la punzada en el vientre que lo dobló en dos, mientras comenzó a retroceder.

Guillermo se turbó por igual llamándolo, pero con la mirada ausente, se le antojó que ya no lo veía, y corrió hacia él abrazándolo cuando tropezó cayendo, convulsionando como en la casa y más en sus brazos, con los ojos en blanco, y la gelidez dominando la piel.

..Pedro, mi amor, vamos, Matías es médico, tiene que verte, está en el hostal, te llevaré.

… Vete, déjame.

… Mi amor, no.

… Que te vayas, por favor, déjame.

__Guillermo no dio crédito a las palabras, al deseo, al estado, pero cuando intentó alzarlo, con una fuerza inusual que no supo de dónde emergió,…, Pedro le acertó un golpe y se apartó, escapando raudo, doblado en dos.

Corrió, corrió, anegando el sendero, con el mismo dolor, lágrimas de sangre inundando el interior, hasta al fin llegar al hostal, a su lugar y exhausto desmoronarse en el piso.

No dudó de que su paz en el Sur hubiera concluido.

 Él lo había encontrado al llegar Guillermo, los había reconocido, y en su proximidad de minutos atrás había visto detrás…. la sombra de la muerte, aquella  sombra tan remota y tan conocida.

__Guillermo,…, congelado y aturdido,  con pasos inseguros logró seguirlo a distancia, hasta al menos ver que entraba en el hostal, y al mismo llegó exhausto y turbado, sin saber bien qué hacer, a quién acudir, caminado lentamente a la cocina a prepararse un café, cuando la presencia que intuyó le provocó escalofríos en la médula.

Frunció el ceño, sintiendo recién el dolor en la zona del golpe, y vio a Mateo surgir del pasillo en penumbras que iba a las habitaciones.

… ¡Lindo golpe! ___Se acercó pausado.

Déjame ver.

__Guillermo estaba de piedra, cuando sintió los dedos paseando en su rostro, mientras lo mirada como sabiendo lo sucedido.

Turbado en angustioso desasosiego, tragó saliva para hablar.

.. No... es ... nada.

___Mateo deslizó los dedos por la piel causando más escalofríos y aturdido Guillermo asió folletos de la mesa.

… Ve al museo, Dora tiene respuestas. Te lo he dicho mil veces.

__La mirada se perdió ausente en angustioso silencio, Guillermo notó que en ese lugar parecían llenar los vacíos con silencio, o dejaban los vacíos intentando hablar con los silencios, que él no lograba descifrar aún.

Ansioso, y con la mirada clara clavada en la suya, Mateo se fue apartando.

..¿Quién sos?

… Ya te dije.

… No te creo, nadie te ve más que yo.

.. Pedro sabe que estoy acá.

___ Sin esperar respuesta, raudo se esfumó por el mismo pasillo, y Guillermo se derrumbó en el sillón del estar, manoteando hacia la botella de whisky, pensando, en Dora, en la foto, en el diario, en el museo, en Pedro, en Matías, y en esa presencia que sólo él veía.

Todo a su alrededor era silencio y ausencia, pero decidió no buscarlo, esperar que viniera a él, y perezosamente sin saber bien cómo, entró a su habitación, sintiendo el llamado desde el escritorio, como si el diario hablara en un extraño incomprensible idioma que le urgía descifrar, y con el whisky, el café, añorando el aroma a tabaco de los cigarros de Pedro, se zambulló en él.

“..Nunca pensé en plasmar todo lo que me viene sucediendo con los años.

Me ha sucedido de todo, una cosa detrás de la otra, dejando un cúmulo de miserias, carencias, pérdidas y profundo dolor en mí.

La orfandad absoluta, mi abuelo ausente enfrascado en la oscuridad de la alquimia con ese ser siniestro que presiento me expulsa del laboratorio con la mirada, el aislamiento social, ahora la inminencia de la guerra.

Los pequeñitos hombres llegan a creer que todo se puede olvidar, y es mentira, solamente enterramos todo eso, en el lado oscuro del corazón, muy profundo para supervivir y continuar.

Hoy al ver a los obreros en las excavaciones siento que el momento que mi abuelo dijo se está acercando, y mi lado oscuro parece rebosar.

Alguien decidió por mí al regalarme este diario que vuelque acá los que siento, y en verdad sé, que estoy por iniciar un largo viaje, a un nuevo continente, con una misión por cumplir que me aterra, pero que no puedo eludir. También merezco ir a un lugar donde encontrar la paz del niño que perdí, y ese lugar existe.

El dolor es difícil de entender,  inclusive a mis veinte años.”

“… ¿Qué mierda es esto?

¿Cómo Matías conoce sus secretos y yo no?

¿Por qué huye y tiene esas reacciones físicas?

¿Quién mierda es Mateo y por qué elige que lo vea nada más que yo?”

__Guillermo cerró los ojos sacándose los anteojos, enterrándose en el sillón, cuando  sin saber ya qué era real y qué su imaginación, le pareció oír pasos acercándose por el pasillo, pero no se movió, en tensa expectativa.

Sin embargo se súbito, el aroma que le faltaba a la noche como desde cada una de las transcurridas allí, se coló por las hendiduras que pudo, era el del humo del tabaco, de los cigarros de Pedro, estaba viniendo a su lugar al fin.

Entró sin golpear ni pedir permiso, se había duchado y cambiado la ropa embarrada, tenía aún el pelo mojado, el cigarrillo en la mano, y buscó disculpar la noche en la dulzura de la mirada dirigida al hombre de su vida, que abrió los ojos para encontrarla, y le tendió la mano para que fuera a acurrucarse en su regazo.

Pedro vio la marca del golpe, y el corazón se le partió no entendiendo el ataque furioso cuando sabía que él no era culpable de nada, ni siquiera sabía mucho todavía, y se abalanzó a cubrirlo de besos, a  acariciar la zona con sus dedos de pluma, mientras Guillermo inhaló el perfume en el pelo donde lo repasó con sus besos, disfrutando de tenerlo en sus brazos relajado, como la noche anterior, de la mirada dulce libre del terror y del tormento de horas antes, estrechándolo como para incorporarlo dentro suyo, como para que no escapara nunca más, al menos sin llevarlo con él.

…¿Qué sucedió, precioso?

Matías está acá, dice que se quedará. Que sabe que lo necesitarás.

… Le dije que no viniera. No podrá hacer nada.

… ¿Es uno de los que conocen tus secretos?

.. Sí. En un momento me asfixiaba en ellos, necesité confiar en alguien del presente, y lo  hablé todo con él. Es buena gente, pero no quiero ponerlo en riesgo.

Sin embargo, las dos personas de las que te hablé antes,…, pertenecen al pasado, aunque siguen acá.

Huí por Él, porque lo siento, está acá.

..¿El mal?

¿Es Mateo?

… Supongo que sí, pero no se deja ver por mí, sabe que lo reconocería por la mirada use el cuerpo que use.

Lo vi detrás de ti en el río, por eso la reacción que tuve, mejor dicho lo percibí, como una negra sombra acechando.

… ¿Le temes?

… No si estuviera solo, pero debo proteger a los demás, como aquella vez en Varsovia, a ti, a José, a Agustín, a todos, viene por todos.

… No te haré más preguntas, en la mañana iré al museo. Hablaré con Dora, miraré en detalle y escucharé su historia.

… Me parece bien.

__ Pedro elevó la mirada, y Guillermo intuyó que deseaba algo más que hablar del pasado, del presente, de Mateo, de los demás.

…¿Qué sucede precioso?

… Perdón, esta noche arruiné todo.

…Chsss. No es tu culpa.

… Guille, hazme el amor. Por favor déjame reconocerte, estar seguro.

…¿Cómo?

… Que ya no me bastan tus besos, tus caricias, tu aroma, tu sabor, lo necesito todo, necesito reconocerte, desenterrar la sensación de sentirte dentro de mí, recorriéndome, hundiéndote en mi esencia, tomándome y dejándome hacerlo.

Solamente así sabré si eres el mismo.

… ¿Tu verdugo de Varsovia?

… Mi verdugo, el hombre de… siempre. Por favor.

__Pedro se  abalanzó ansioso devorándolo en el beso,  entrelazando en feroz batalla las lenguas, bebiendo la saliva, ahogándose en el aliento, mientras las manos le arrancaron la camisa, haciendo volar los botones por el aire, y Guillermo se incorporó con él en brazos, dejándolo de pie junto a la cama, el tiempo exacto para quitarle la remera por sobre la cabeza, para estrecharlo de nuevo, mientras las manos se cruzaron a descender las cremalleras, y pantalones, bóxers y todo lo demás salieron disparados a patadas, cayendo desesperados en el lecho, mientras se reencontraban como la noche previa, en la mirada ardiente repasando surcos, carreteras, hondas, montes, las caricias, que imprudentes se colaron a todas partes, uno en el otro, sosteniendo enlazadas las miradas, y se iban derritiendo en la fogata interior arrasadora de la pasión de siglos, el iris se  oscureció en ella en los dos, mientras las oleadas de deseo ascendieron raudas, dejando al descubierto el sexo anhelante de todo en los dos, pero era Pedro el que pidió primero sentirlo, y beber el líquido que el miembro de su hombre tenía para inundar su ser-.

 Lo lameteó y paladeó de hito en hito, sin reparos, con urgencia, y Guillermo incrédulo enterró los dedos en el pelo, empujando la cabeza, cuando con las manos en sus masas, la lengua acarició su virilidad, para tomarla entre sus labios que ascendieron y descendieron, frotando, lamiendo, hasta a abarcarlo entero, y succionarlo sin piedad, ahogando los gemidos y gruñidos desesperados de Guillermo en  los propios hasta llevarlo a la cima más alta desde donde sin espera, se dejó caer, inundando la boca amada con lo que Pedro le pidiera beber, para embeber cada molécula, átomo y partícula de su ser.

Y raudo ascendió a la boca, dándole a probar su propio fruto salado, viscoso, caliente, y en ella se quedaron suspendidos, hasta que las manos de Pedro descendieron la espalda, y Guillermo se volvió, para dejarlo entrar en su ruta interior, que hacía tiempo, demasiado quizá gritaba de orfandad y desamor.

Pedro pareció dudar, y lameteó el acceso, intentando lubricarlo, no quería dañarlo, ni causarle dolor, pero era tal la necesidad de corroborar del todo que era él, que en una embestida precisa lo invadió hasta el fondo como un rayo atravesándolo, ahogando el grito por el mismísimo dolor mezclado con mayor placer experimentado jamás por Guillermo, al menos que pudiera recordar.

..¿Te hice daño?

… No precioso, es hermoso, recórreme, tómame, hazme tuyo por entero al fin en esta vida, te he extrañado tanto mi amor.

… Yo mucho más.

___las palabras se fugaron, y Pedro se movió latiendo y expandiéndose, sintiendo el abrazo muscular en tensión ayudándolo a ascender y zambullirse en mareas profundas, oscuras y cálidas, que Guillermo facilitó, y fue mil veces más allá y arriba, ascendiendo ambos hasta alturas desconocidas, sintiendo que ya habían estado en esa cornisa, observando el mismo abismo, donde poco después y a desgano, el dolor obligó a que se lanzaran sin más,…, derramándose juntos, al grito de un solo ser.

.. Eres tú mi amor, el de Varsovia, el de siempre, el Amor.

…¿No iba a tomarte yo atorrante?

… La noche es larga, la vida mucho más, no pude evitarlo, te espero  mi amor.

CONTINUARÁ.

Hechos y personajes son ficticios, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

La tira contiene lenguaje adulto y escenas explícitas...