LA CÁTEDRA. CAPÍTULO SIETE.

“Gitano o payo pudo ser
o un aristócrata que ayer
perdió su cetro de oro y su corona.
Camina sobre el bien y el mal
con la cadencia de su vals,
mitad juicio y mitad mueca burlona.
Cató de todos los vinos,
anduvo por mil caminos
y atracó de puerto en puerto.
Entre la ruina y la riqueza,
entre mentiras y promesas,
aún sabe sonreír.


Da todo lo que puede dar,
su casa está de par en par.
Quien quiere entrar, tiene un plato en la mesa.
Pero no os cambia el cielo por
la Orden de la Legión de Honor
que le dio la República Francesa.

Aún tiembla con los motores,
las muchachas y las flores,
con Vivaldi y el flamenco.
Tiene de un niño la ternura
y de un poeta la locura
y aún cree en el amor,


Por ti balsea en re bemol
agradecido el tibio sol
de este otoño que hiciste primavera.
El vaso de mi juventud,
yo lo levanto a tu salud
Rey del país del sueño y la quimera.

Qué suerte tienes "cochino",
en el final del camino
te esperó la sombra fresca;
de una piel dulce de veinte años
donde olvidar los desengaños
de diez lustros de amor”.

Adaptado de Tío Alberto.

Joan Manuel Serrat.

“Mírame sin mirarme, querido. No escuches más allá de los gemidos.
Quiero besar la piel que adorna tu cuerpo, esconderme en tus cuevas y esperar a que suba la marea.
Quiero que te hagas agua y beberte por completo, llenarme con tu sal, caminar en tu arena, que dances en mi monte y reventar en ti, como ola en huracán.
Terminar siendo espuma y volver a comenzar.”

— Malaci (Cafeína para dos).

 

 “LA CÁTEDRA”

CAPÍTULO SIETE.

Bs. As., viernes 10 de junio de 2016.

__Guillermo turnaba la mirada entre el afuera intentando adivinar el destino, y el adentro que le daba una vista privilegiada más bella que las nubes paseando en el cielo, empujándose, ocultando al sol, y ensombreciendo a la gente que por la calle las miraba en su deambular.

..¿Me parece a mí o te cuesta hablar con los tuyos de tu sexualidad?___  Pedro no se privaba de llevar la mirada hacia el acompañante, y regresaba al frente.

…Es mi intimidad, siempre me dio pudor, antes no lo vi necesario, nunca llevé aventuras a casa, pero ahora llegó sin aviso alguien que me  arrebató en minutos el corazón, por lo tanto deberé hablar.

… Supongo que para mí fue más natural porque dejé de importarle a mi familia por otros motivos, y las burlas de Agustín, vienen desde todos lados.

Creo que es bueno que se sepa en la cátedra, así las chicas que se me insinúan pierden rápido la esperanza, te dije que no me gusta alentar falsas ilusiones.

¿Es sólo eso lo que te sucede o te doy miedo?

… Parte y parte, digamos que soy un hombre grande al que realmente lo tomó un viento huracanado cuando se había refugiado.

…! Me encantan los hombres maduros! ___  Pedro le regaló una sonrisa pícara.

..¿Me estás diciendo viejo elegantemente?

… Tú lo crees, no yo. Para mí eres el hombre perfecto, el que elijo.

… Un muchacho joven, te acompañaría en tus aventuras, en cosas que yo no puedo o temo.

___Guillermo observó una expresión de enfado, y le rozó el brazo, la descarga de energía los dejó sin aire, para el momento en que al volverse vio que tomaban la ruta dos, entendiendo que iban hacia la costa, y el temor a la tormenta regresó.

…¿Vamos hacia el mar?

… ¡No me digas que no te gusta!

…En verdad, no. Odio Mar del Plata, el gentío, la arena, me torturaba cuando mi ex me hacía venir de vacaciones para traer a Fabián de pequeño,  además hace frío, estamos en junio, en momentos nos caerá el cielo encima, ¿te parece buen lugar en esta época?

…Mi amor, nosotros hacemos a los lugares___  Pedro lo miró internándose en el ser, escarbando en el alma.

No importa si nieva o llueve, si es verano o invierno, importa que estemos juntos,  por lo tanto lo pasaremos genial.

__Guillermo pensó en que decía lo cierto, ahora no importaba el lugar, jamás hubiera hecho el amor, como la primera vez, el recuerdo lo embriagó al ver el campo, sin embargo con él lo había disfrutado.

… Tienes razón, tenemos que ir dibujando el mapa de nuestros lugares, ¿tienes casa allí?

.. Sí, una cabaña, pequeña, en San Clemente, es mía, como amo el mar, la compré hace tiempo, es muy acogedora, ya verás.

Pasaremos por el súper porque no traje comida, ni vinos.

…Si es por tu pasto, lo arrancaremos de cualquier lugar.

..No seas, malo, ya te dije, convénceme de comer carne.

… ¿No te pondrás a hacer ese lío que me contaste con proteínas vegetales, verdad?

…No amor, compraremos en el primer súper que encontremos, hace desde el verano que no voy, tengo unos caseros que la mantienen, pero limpia, no con mercadería, y no saben que venía.

__Cuando Pedro bajó a cargar combustible luego de ambos hacer las compras, Guillermo lo  escrutó palmo a palmo, vestido de blanco, con  jean ceñido, remera, campera ecológica, era un sueño en medio de la oscuridad del día de invierno, y para cuando regresó al coche sonriendo, tragó saliva ante el vendaval de sensaciones que le provocó.

…¿Me extrañaste?

… Durante toda la vida, ¿Nos alcanzará lo que queda para recuperar el tiempo perdido? ___ penetrando con la mirada, suspirando mientras el corazón retumbaba en el pecho.

… Yo pienso amarte la eternidad.

… Me conformo con el hoy___ Guillermo en el fuero interno seguía pensando que el futuro con Pedro era incierto, y de súbito aunque el aire era frío necesitó tomar una bocanada, mientras Pedro observó que las nubes se tornaban más densas.

… Nos alcanzará la lluvia.

… No lo creo,  no hasta la noche. Sos hermoso cuando sonríes.

… Vos sos precioso. Me parece que estoy en un sueño, no me creo poder acariciarte, tenerte sin restricciones, aquí, a mi lado.

… Siempre me tendrás.

___Cambiaron de camino dos veces, hasta que Guillermo se relajó del andar, de las nubes y se concentró en el paisaje interior, de modo que cuando el Sonic se detuvo, recién apareció ante su vista la cabaña, de madera y ladrillo, con un jardín  seguramente floreciendo en primavera, y de una planta.

 Pedro accionó un control y se sumergieron en la cochera.

Guillermo paseó la mirada por el sitio desconocido, aspirando  el aire salino, sabiendo que le costaba disfrutar,  pero decidió que sería uno de sus lugares, y sonrío a Pedro que se acercó, mirándolo mientras buscaba las llaves.

… En verano, con las flores, es más bello aún.

__Pedro abrió, y cuando corrió el cortinado, la penumbra del  afuera alcanzó a iluminar el ambiente, mucho más cuando corrió otra cortina blanca, que dejó ver un ventanal, detrás majestuosamente apareció a saludarlos el océano.

El ambiente era un living comedor, acogedor, con un living estilo francés verde oscuro,  pisos de madera clara, una mesa con sillas, y desde allí se veían  el acogedor  hogar  a leña y el desayunador  que  dejaba adivinar la cocina, la puerta más allá, el ingreso a las dos habitaciones y dependencias.

…Puedes recorrerla, iré por leña antes de que oscurezca.

…¿Leña?

… Hace frío, y la necesitaremos.

__Guillermo sintió un dejo de culpa por haberse negado a compartir esa belleza con su hijo y su nieto, pero Pedro regresó sin tiempo, con la leña que colocó en el hogar y toallones.

…¿Vamos? La playa nos espera.

… La lluvia, nos espera.

…Aún no, confía en mí.

___Pasearon de la mano por la arena, por la orilla del mar, el agua en movimiento sutil parecía desear alcanzarlos, acariciarlos, y en el vaivén rememorar otro ritmo, mientras iba mar adentro y regresaba, invitaba, llamaba furiosa, seducía como en la mente de Pedro estaba planeado sin que su amor lo supiese.

Su plan era que el oleaje los desnudase, acompasara los cuerpos amándose colmados de deseo, de pasión, sumergidos enmadejado en uno, en las profundidades, solos, en el mar, disfrutando de hacer el amor, empujados por él.

En un momento Pedro se detuvo,  colocó un toallón en la arena y comenzó a sacarse la ropa, ante la mirada incrédula de Guillermo que paseaba de la belleza del cuerpo que aparecía en frente , a las nubes grises empeñadas en asustarlo arriba, al mar bravo y seguramente helado, donde no pensó que nadie podría ingresar, excepto,… Pedro.

…¿Vas a entrar?

Hace mucho frío, está por llover, está muy bravo.

…No puedo verlo allí y no ir, amo nadar, el mar.

___Guillermo sabía que podría haberse puesto un traje térmico, mil excusas que en ese hombre  no encajaban, y nada dijo cuando vio el torso desnudo, luego caer el pantalón, permaneciendo frente a él un adonis atlético, con un tatuaje asomando desde el traje de baño, que en la penumbra, en medio de la pasión recién veía.

…¿Y eso?

… Un diamante, para ti.

___Pedro le dio un beso  de trompita y corrió hacia el agua, las protestas de Guillermo se desvanecieron en el rugir de olas furiosas, y supo que jamás se había sentido igualmente asustado y excitado, al verlo desaparecer bajo el agua.

Dejó de respirar, pensando lo peor, y sin embargo, no supo cuándo ni cómo allí estaba, asomando la cabeza, braceando, nadando como un pez. Y sonrió con admiración y nostalgia, sabiendo cuánto amaba el mar, el aire, todo lo que lo llevara lejos, al peligro, a volar, lo que alguna vez temía que los iba a separar.

Tuvo intención de llamar a Fabián, sacó el celular, pero tendría que dar explicaciones, y desistió, cuando reapareció Pedro  sonriendo, pidiéndole que le sacara una foto antes de morir congelado.

Quedó sin aire de nuevo al ver la piel mojada, el pelo chorreando, y sacó la foto a tientas,  tragó con fuerza, intentando apagar el fuego que había encendido la mirada de ojos marrones, como el fuego que estaba consumiendo el alma. Se miraron en silencio hasta quemarse, y Pedro le susurró que entraran al agua juntos.

.. No sé nadar, te dije, además no tengo traje de baño, no puedo.

.. No tienes más que aferrarte a mí, confiar en mí.

___Pedro se secó como pudo, se colocó la campera sin cerrar y lo aprisionó desde atrás embriagándolo en el aroma unido al del mar, dejando el recuerdo helado del agua en la piel, mientras los brazos le mecían como las olas del mar, para arrastrarlo hasta hacerlo caer en el toallón  sobre la arena, a contemplar el crepúsculo, sin sol, entre sus piernas el cuerpo quemaba a tal punto que deseó el agua del mar.

..Una vez llevamos con Juan a Fabi de campamento, y hacía tanto frío que nos calentamos en el abrazo.

¡”Mierda, no! ¿Cómo le voy a hablar de Juan?”

…Perdón.

…¿Por? Cuéntame___  Pedro le lamía el cuello, Guillermo se humedeció sus labios estremeciéndose al contacto. Guillermo suspiró,  preso de lo que se disparaba donde Pedro besaba y reverberaba en la pelvis.

… Nada.

… ¿Cómo lo conociste? ¿Qué te enamoró de él?

..Lo conocí en la facultad, y no me enamoré, bueno, es honesto, amigo, inteligente, pero no fue amor__ Guillermo deseaba dejar el pasado enterrado y concentrarse en las caricias y besos prodigados, pero Pedro dejó las zonas sensibles buscando la mirada.

… No sé para qué saqué el tema.

… No me importan las reglas, no soy celoso, lo hiciste porque confías en mí, eso es lo que importa. Quiero que sepas que puedes contarme lo que sea, enojarte, tener fobias, todo, siempre que seas sincero, no importa, y quiero que cuando te pregunten qué te enamoró de mí, no dudes en decir, que mi amor, que te hago feliz.

__Olvidado del frío, del mar, de la lluvia, de parejas anteriores, Guillermo se volvió, enmaró el rostro de Pedro, y las miradas de los dos hicieron el amor, antes de ir a los labios, en el mismo apremio por capturar uno los del otro, mientras las mariposas en el vientre aleteaban, el frío intentaba entrar en vano  en ellos deseosos de respirar los alientos cálidos, amantes mágicos, soltando al que tenían retenido, y el terciopelo de los labios  hizo preso a los ajenos de la boca, los labios iniciaron una danza de roces, sobre los del otro, con sublime melodía, mimetizando a la del mar, sólo inventada allí, en el danzar.

Prendidos en abrazos, envueltos en el calor, el alma y el cuerpo iban grabando de nuevo el sabor, y el motor del vientre llamó a la palma de uno que fue a sentir el latido, que gritó alertando la caricia, y rugidos del alma enlazaron los cuerpos y  nada fue en pausa, como el fuego, la tormenta y el mar, el contacto llevó a lo salvaje, a la lucha pasional, sin saber quién saldría derrotado, hasta que un sonido muy cerca, impidió que hicieran el amor, así.

…! Pedro!

___Guillermo sintió el frío y la orfandad, cuando éste se puso de pie para ir a saludar en un abrazo a un hombre de  edad que era un vecino del lugar, conocido de sus padres, a quien se unió su esposa, al saberlo junto a Pedro al que habían visto nacer.

… ¿Y Agustín?

… No quiso venir, no le gusta.

Guille, ven___  tendiéndole la mano.

…Alberto y Amalia, son como mis padres, me vieron nacer, él es Guillermo, mi pareja.

… ¡Encantado! ___  a punto del desmayo, Guillermo no podía creer lo que Pedro acababa de decir, cuando escuchó la invitación a cenar, que rechazó, diciéndoles que querían estar solos, que otra vez.

Para cuando saludaron retirándose, con la promesa de pasar a saludar antes de irse, Guillermo estaba  de color escarlata.

…¿Te sientes bien, amor?

…¿Tenías que dar tantas explicaciones?

…No di explicaciones, dije mi verdad__ sonriendo sin tapujos.

___Se recostaron mirando el gris plomizo del cielo, conversando, Pedro predijo que en una hora llovería, cuando comenzó el cielo a tronar, Guillermo se puso de pie, ante la caída de las primeras gotas, mientras Pedro lo atrapó en sus brazos.

… Vamos, puede caer un rayo, nos vamos a ahogar.

.. Esto es lo mejor, el agua del mar se torna más cálida que el afuera__  ¿estás seguro que quieres ir adentro ahora?

___Guillermo libró la batalla, entre la razón que deseaba correr a la casa, y su pasión que estaba clavada en la arena, mirándolo en súplica, pero dispuesto a cumplir con su deseo.

..Amor, sé que lo deseas como yo, y tienes miedo___ Pedro comenzó a desvestirse de nuevo, Guillermo tembló, el viento arreciaba, el frío por igual, las olas eran violentas.

…Ven conmigo.

… No puedo, me ahogaré.

… Confía en mí___ Guillermo quedó sopesando las posibilidades mientras Pedro se internó contra las olas, abriendo los brazos, esperándolo.

Guillermo mantuvo la mirada, diciéndose que era hora de que el deseo venciera el miedo, y se quitó la camina, el pantalón, quedando con el bóxer, mientras latigazos de hielo lo aguijoneaban, entre el viento y la lluvia, y todos lo arrastraron hacia el agua que en verdad sintió más cálida que el afuera, mucho más cuando Pedro lo atrapó, con el pecho henchido de orgullo por el hombre que mostró el arrojo, el coraje que sabía tenía en su interior.

Cuando se adentraron sí el agua  y el viento eran dagas de hielo que se enterraban en la piel, y más allá.

Guillermo no sabía nadar, sintió frío, miedo y alivio, dependía de Pedro, hacía media vida que todos dependían de él, era bello depender de su amor, el agua helada era castigo y descanso, el mar furioso peligro y fuerza, se sintió al fin poderoso, con la energía del irrefrenable deseo por el hombre que deseaba amarlo ayudado por la mismísima furia del mar tormentoso.

Cuando lo atrapó entre las piernas y lo sintió latir, supo que deseaba que el mar guiara las embestidas, las profundizara, y en el instante, los labios se atraparon con la adrenalina fluyendo y el deseo mayor que todo lo demás en la pasión puesta en el beso.

Aunque el deseo de Guillermo era un huracán, el frío dominó su cuerpo que descendió el color, y la temperatura,  por lo cual Pedro supo que era mejor sacarlo de allí, y sin dejar de darle su calor en el cuerpo, en el abrazo y en el beso, fueron hacia la orilla, tomó los toallones, y casi corrieron a la casa, que los esperaba con la leña encendida en el hogar.

En todo el trayecto Guillermo supo que no estaba hecho para experiencias extremas, y sin embargo no apartó la mirada, cuando pudo el beso, sabiendo que jamás fue más libre, seguro, fuerte y feliz.

Ingresaron por la puerta- ventana,  y se enmadejaron en el piso junto al hogar, recuperando calor y color,  Pedro se acercó acariciando desde el cuello hacia abajo, susurrando su amor.

…Te secaré bebiendo toda el agua de tu cuerpo, lo prometo, y te llevaré del extremo del frío al mismísimo fuego de la gloria final__ la mirada echaba chispas, la oscura por igual, dejándose acariciar y besar desde el cuello por todas partes, hasta la cara interna de los muslos, paseando a las caderas, al vientre, al ombligo, bebiendo con los labios, el aroma de la piel y del agua del mar.

…¿Puedo secarte así?

…Guillermo asintió alzando las caderas, para que arrastrara el bóxer que se perdió con el bañador de Pedro en el piso más allá.

___Se sentaron apoyados los codos en el piso, flexionando las rodillas, mientras el fuego y el lustre del agua les daba una belleza moteada, con la visión enturbiada por el deseo acumulado, el cabello estaba mojado, los labios sonrojados, tentando, provocando a la mirada a ir hacia allí.

Se acercaron sin excusas, se acomodó Pedro en el vientre de Guillermo y se dejó caer, suspirando en el alivio, de sentirlo ingresar profundamente en su ser, en un alma, un cuerpo, unidos en el uno, acariciando por donde fuese, adelante, y la espalda, comenzando el vaivén tan intenso en esa posición como si fueran empujados por las furiosas olas del mar, y los gemidos se unieron al crepitar del fuego, con la lluvia furiosa golpeando frustrada el ventanal, en forma arrolladora,  como ellos embestían una y otra vez, de manera que ni  el afuera, ni el adentro olvidarían jamás, deseando llegar al límite de los límites, hasta sentirse volar, jadeando y sonriendo entre besos, moviéndose en frenesí acuático de la pasión, bailaron sincronizados, navegaron en la piel, y en el fluido, en las aguas cálidas ahora,  llenándose de besos, flotaron en cada uno, en las manos yendo y viniendo, en un vuelo acuático  en el que combinaron, caricias  imprudentes, zambullidas temerarias  en aguas deliciosas, navegando y bebiendo, paseando cual peces enamorados en el mar que dejaron, siguiendo el trino de los corazones, a dúo, en el mismo ritmo, los besos, y navegando en la piel y en la marea interna, ascendieron una y mil veces, para caer, y la última vez, desparecer, comprendiendo que en la gloria del éxtasis mayor, lloraron lágrimas colmadas del mismo amor, conmovidos por igual, y permaneciendo en el uno, no dejaron de llorar, entre besos y susurros del mayor amor conocido,  del que pensaron ser capaces de sentir, dar y recibir, sin siquiera saber el porqué.

 Encontrar a alguien con quien volar, y al mismo tiempo sentir la fuerza de poder llevarlo en el vuelo, y a la vez la vulnerabilidad de desnudar mucho más que el cuerpo, en esa feliz unión del ser.

Guillermo le acarició el pelo empapado, le besaba,  mientras los dos saborearon  en el beso la sal del mar y de lágrimas, y Pedro buscó la mirada preguntando el porqué del temor que percibió en Guillermo pese a haberlo sentido volar con él, en él.

Guillermo aún no se atrevió a confesarle que liberaba todo lo que antes callaba y decía, mentiras y secretos, todo lo enterrado y esclavizado por años, en ese amor, y Pedro en respetuoso silencio, envolviéndolo en el abrazo, lo consumió en la ternura de los besos que continuaron sin pausa hasta hacer renacer, todo lo demás.

La cena esperaba, pero antes el amor venció al dolor, a la ausencia, al frío, y al miedo, y se amaron en la cama, donde el sueño por un rato los robó a otro mundo, unidos, abrazados, adentrados, en cuerpo, alma, espíritu, en uno, uno con Dios.

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON  FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD  ES MERA COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO Y ESCENAS EXPLÍCITAS.