PROHIBIDO. CAPÍTULO SIETE.

"El amor,
Es una gota de agua en un cristal,
Es un paseo largo sin hablar,
Es una fruta para dos.

El amor, es un espacio donde no hay lugar
Para otra cosa que no sea amar,
Es algo entre tu y yo.

El amor es llorar cuando nos dice adiós,
El amor es sonar oyendo una canción,
El amor es besar poniendo el corazón,
Es perdonarme tu y comprenderte yo.

El amor es parar el tiempo en un reloj,
Es buscar un lugar donde escuchar tu voz,
El amor es crear un mundo entre los dos,
Es perdonarme tu y comprenderte yo.

El amor, es una boca con sabor a miel,
Es una lluvia en el atardecer,
Es un paraguas para dos.

El amor, es un espacio donde no hay lugar,
Para otra cosa que no sea amar,
Es algo entre tu y yo".

 

PROHIBIDO.

CAPÍTULO SIETE.

Ciudad Autónoma de Bs. As., viernes 17 de junio de 2016.

__Los días transcurrieron amontonándose en dudas, en miles de excusas, en trabajar hasta agotar el cuerpo, hasta adormilar a la mente, para renacer lo mismo en el sueño, el tormento del recuerdo,…, de la presencia existente… en algún lugar.

Pedro tomó la decisión, estaba perdiendo peso, a causa del exceso de trabajo y de deportes, de no dormir por soñar con él, con extrañas sensaciones  en las que abría los ojos empapado y trémulo, en el temor a pecar, en el recuerdo de lo dicho y leído en la mirada en el hospital, salió de la iglesia rumbo a la del padre Jorge, uno de sus confesores, no podía seguir sin saber qué era todo eso.

Caminó las calles de la ciudad vestido como cualquiera, mirando alrededor quizá por primera vez a la gente en el mundo real. Ansiosos, otros preocupados, los linyeras de siempre, los mendigos, los artesanos, los ejecutivos de impecable traje y maletín, los niños saliendo de los colegios, las risas de adolescentes, parejitas de enamorados, aquí y allá, el bullicio, los autos, el rugir de motores y de bocinas, el pavimento, el tibio abrazo de la fría mañana de la ciudad, y de súbito se sintió uno más, uno entre los demás, vivo, compartiendo la diversidad de mundos a los que se cegara cinco años atrás.

“… Dios, yo pude ser como uno de ellos, de los hombres de traje y de maletín con coche importado, y me negué, encerrándome en ti, en la seguridad de tu mundo, de tu morada, del silencio y de la soledad a tu lado”.

___Jorge estaba en el altar, apenas había despedido a la gente luego de la misa, cuando al verlo ingresar le sonrió con la ternura de siempre, era para Pedro desde el día en que lo conociera siendo seminarista, el padre que hubiese elegido, bonachón, humilde, simple, uno más.

Y la necesidad del abrazo lo llevó a apurar los últimos pasos hacia los brazos continentes, hacia el pecho donde el latir le daba paz, como lo hacían las manos que acariciaban el pelo como a un niño asustado.

…Chiquito, ¡qué alegría verte bien!

Fui a visitarte, pero estabas dormido, luego ya supe que estabas bien y me ganó el trabajo__ refiriéndose al asalto, a la breve internación ulterior.

…Estoy bien, no fue nada.

…¿Cómo que no fue nada?___ buscando la mirada clara que se le antojó llamativamente esquiva, perturbada.

Me gusta que ayudes, es nuestra función, pero no que justifiques el delito, pudo ser grave, pudo matarte ese muchacho. Me contaron que un fiel de la iglesia te ayudó.

… No lo hizo, al muchacho me refiero. No creo que llegue a asesinar a nadie, padre. Me socorrió…Guillermo, su amigo. También me aconsejó como abogado.

…¿Guillermo Graziani estaba en la iglesia?__ con franca expresión de disgusto.

.. Así es.

… Está bien, cuéntame, ¿viniste de visita o a buscar al sacerdote?

Estás más delgado, y te presiento preocupado, ¿qué sucede, hijo?

¿Tiene que ver con Guillermo lo que te pasa?

… Tal vez, quiero confesarme, padre, necesito al sacerdote, porque desde aquella misa del día del asalto, no he recibido los Sacramentos__ casi en un hilo de voz, observando la expresión incrédula de Jorge, que tomó los elementos para llevarlo a un sitio apartado, para escucharlo, cara a cara.

..Te escucho, Pedro.

..Me siento en pecado, padre, no entiendo lo que me está sucediendo, nunca antes sentí algo similar.

…¿Estás dudando de tu fe?___ Jorge casi adivinaba todo, sabiendo que contra sus palabras, Guillermo lo había seguido visitando.

.. No de mi fe en Dios, pero algo me hace ruido en el pecho, en el cuerpo, y todo comenzó el día en que llegó Guillermo acá, en el casamiento de su amigo, cuando las miradas chocaron, y disparó en mí un cúmulo de sensaciones que jamás sentí, cosquillas en las manos, corrientes eléctricas, nudos en la garganta, en el estómago, aletear de aves allí, estremecimientos, temblores, manos frías, y empapadas como las sienes, y cada vez que me reflejo en esa mirada que me lee, sucede lo mismo, y desde hace unos días, cada vez que su recuerdo nace en mi mente consciente o en sueños.
No había entrado con la novia que lo presentí, y a lo lejos  choqué con los ojos, almendrados, oscuros, enormes, intensos, profundos, y a la vez que supe que me atravesaban, los leí tristes, sin rumbo, y se fueron acercando como las demás sensaciones.
Pero ya no puede despegarme de esa mirada, me reflejé en ella, diáfana para mí, al mismo tiempo pérdida, sin rumbo ni sino, sin norte.
Fue el encuentro en la mirada el responsable de que los destinos se cruzaran el día del casamiento de sus socios y amigos. Miradas que se encadenaron a lo lejos para darse luz, sin permiso ni elección, siento que las almas se fundieron allí, y ya no se separaron, aunque nos cegaran los hombres o la muerte.

Al día siguiente de casar a los amigos, Guillermo apareció en el confesionario, pero me dijo que no sabía orar, menos confesarse, que ni siquiera creía en Dios, y entonces lo saqué de allí, y me contó mucho de su vida, fuera del sacramento, charlando.

__Jorge no perdía palabra, aunque las imaginaba, al tiempo que escrutaba el lenguaje gestual de Pedro, que de hecho estaba temblando, y se restregaba las manos en la inquietud, contrastando con la actitud relajada de años.

..¿Te dijo que es gay?

…Sí, conocí a su hijo en el casamiento, me habló de su condición, no pude juzgarlo, aunque sé que para el sacerdote es pecado, me cuestiono ahora el porqué. Iba a venir a preguntarle el porqué.

Si Dios es amor, ¿qué pecado hay en amar almas que se encuentren  bajo trajes de hombres o vestidos de mujer?

Lo sé, sé lo que considera nuestra religión respecto de una relación sexual, cuya finalidad es la procreación, obviamente entre pares, de igual sexo no puede darse, y estaría abolida la finalidad de la unión, pero eyectamos de la iglesia a la gente del mismo sexo que se ama, y los asesinos son perdonados. Los mandamientos incumplidos, se perdonan, pero aun cuando el alma no tiene género, el amor entre pares no.

Comencé por no entenderlo, luego de charlar con Guillermo, que se considera un pecador. Y yo puedo verlo como tal en el contexto de haber usado a hombres y mujeres como objetos sin amor, pero no en y por su condición.

…Lo entiendo, algo así me sucede a mí, hacia él. Hace  treinta años que lo conozco, llevo casi el mismo tiempo preguntándome sobre el tema.

 Pedro, soy su amigo, y veo mal en él lo que vos, además que sea su religión y soberano, desafiando a Dios, pero como es mi amigo, lo quiero como es, lo acepté, y lo quiero así, y sé que no viene a buscar al sacerdote, las pocas veces que lo veo, sino al amigo.

La Iglesia, como Organización tiene una estructura muy dura, que en siglos cambia sutilmente, quizá en algún remoto futuro que no veremos revierta esta actitud frente al verdadero Amor entre gente del mismo sexo, en base a la unión de almas, hoy no lo admite, aunque nosotros no juzguemos la homosexualidad internamente y en secreto. Pero sospecho que no es esto lo que te llevó a dudar de tu fe.

…No. Es lo que siento por Guillermo, lo que causa en mi alma, en mi mente y en mi cuerpo, lo que siente él___ los ojos de Pedro estaban escocidos en lágrimas, el temblor en aumento, el sudor perló la sien, Jorge supo que habían más encuentros.

…Guillermo siguió viéndote, ¿verdad?

… Sí___ observando la desaprobación en el rostro, adivinó que contra el consejo de Jorge, y Pedro lo justificó.

No lo quiso, quiero decir, no quiso que yo lo supiera, en realidad __las palabras se apagaron en el silencio, Jorge le elevó la barbilla, buscando leer en la mirada y Pedro musitó la verdad___, me confesó cuando estaba internado, que se enamoró por primera vez,…, de mí.

… ¿Qué hizo qué cosa?

… No fue a propósito, no lo eligió, le sucedió. El día del asalto, estaba en la iglesia luego de semana larga de tormento, de  no ser él, pero para intentar aprender a aceptarme en mi rol de sacerdote, su propósito era ir a las ceremonias en intento de entender que amo a Dios, que estoy casado con Él,.., y sin embargo, me confesó lo que siente, porque entendió que el asalto, que él estuviera a pasos, que me desmayara en sus brazos, fueron  señales del mismo Dios que desafió, de que debía yo saber de su presencia allí, en mi vida, y de su amor, que me pertenece.

…! No lo puedo creer y sí lo creo, es Guillermo!___ Jorge aparecía atormentado, tomándose entre las manos la cabeza que negaba.

Cuando vino a preguntarme por vos, le dije de tu vocación, de tu compromiso, le exigí que no te molestara, que dejara de mirarte como hombre, y sin embargo continuó el camino de siempre.

.. No lo hizo, intentó no hacerlo, pero las cosas se dieron vuelta en el asalto, y entendió que debía decirme toda su verdad. Sin embargo, dijo que me llamaría, lo hizo, pero a la iglesia, no a mi celular, no regresó tampoco, y me confunde todo eso, me dijo lo que sentía, y desapareció.

…¿Y a vos qué te sucede con esa actitud?

… Que lo... extraño, necesito verlo.

..!Dios!

.. No es su culpa, Padre, recién, caminando las calles, me pregunté por qué  rechacé esa vida de afuera, para aislarme en la soledad.

…¿Dudaste? ¿No lo hiciste porque el amor a Dios fue superior a todo lo demás?

… ¿Acaso no se puede amar a Dios y andar en la calle, ayudar desde la calle?

… Sí, pero me pregunto por qué esto aparece en el momento en que extrañas a Guillermo. Antes eras feliz en la iglesia, hoy ¿ya no?

… No lo sé, padre, no sé qué siento. Paso el día rezando, haciendo penitencia, trabajando, me agoto, por ello he perdido peso, pero cuando me descuido, la imagen, la voz de Guillermo se agolpan sin permiso, me atolondran, y en sueños voy más allá, llego a sentirlo, en el cuerpo, su presencia está en mis sensaciones, lo olfateo, palpo su piel, su textura, rozo sus labios con los míos como si lo conociera de siglos, el aroma me da vértigos, está en mí, el sabor es el mío, me recorre, me ama, lo amo, y…

…¿Y?

..Alcanzo orgasmos sublimes, perdón, es así, despierto luego, empapado, convulsionando, como si hubiera estado a su lado, me siento un santo de día, un pecador cada noche, y ya no puedo seguir así, padre, tampoco me atreví a contarlo, a confesarlo así, hasta ahora, y me muero de vergüenza, me duele el pecho.

___El bello rostro de Pedro se demudó en llanto copioso, en manto, convulso,  como si la confesión hubiera echado por  tierra con muros y fortalezas de años de construcción cuidadosa, que ante el recuerdo de la mirada penetrante, se caían como castillo de naipes, y frente a Jorge se deshicieron en llanto, que empapó la ropa del sacerdote, cuando conmovido, lo llevó al abrazo, dejándolo llorar en respetuoso silencio, mientras lagrimones también saltaron desde sus ojos, por él, por Guillermo, por lo que podría suceder.

..Pedro, el efecto, Graziani, me  temo que esto ya sucedió, le prohibí acercarse a vos, sos tan puro, tan ingenuo, no conoces nada del mundo, y Guillermo cree conocerlo todo, quizá así sea, una cosa tenía ausente, y era el Amor,…, su materia pendiente.

__Pedro elevó la mirada inundada interrogando.

…¿No cree que me ame? ¿Cree que soy uno más?

… No lo sé, no volví a verlo, Guillermo nunca se enamoró, siempre tomó a hombres y mujeres a su antojo, como objetos de deseo para descargar su pulsión, así nació Fabián de Silvina, estando con ella conoció a Juan y entendió su  elección diferente con él, que sigue en su vida, pese a él tener una madre del corazón para su hijo en su casa, Ana, que se hundió en el alcohol por su obsesión de cambiar lo inmodificable, el desamor, el rechazo de Guillermo por las mujeres hoy.

En medio del caos que es la vida personal de mi amigo, sos un oasis en el desierto, si es amor, es casi un milagro, y casi entendería que se empeñe en defenderlo aun desafiando a Dios, porque serías el único, pero… ¿y vos?

No creas que no pensé muchas veces, que habías llegado a Dios huyendo de la vida que tus padres desearon imponerte desde la panza, rechazando la nobleza, la riqueza, como dijiste, pudiste ser un millonario de los que andan por la calle, quizá ayudar muchísimo, porque si alguien honesto, con tu bondad, además tiene el dinero que retendrías desde tu familia, podías hacer mucho bien desde la calle, pero sin embargo, abrazaste a Dios desde la Biblia, pensé que era auténtico amor a Dios.

…Y lo es, amo a Dios.

…! Pedro! Sé que lo amas, pero lamentablemente deseas a Guillermo, despertó en vos al hombre, la líbido, el deseo, que ninguna mujer ni nadie antes tentó como para hacer el amor en sueños, en pensamientos y hacerte sentir en pecado.

¿Qué quieres hacer?

Puedo conseguirte una licencia, quizá puedas reencontrarte con tu familia.

__Pedro sintió los latidos del corazón furiosos, acelerados contra las costillas, el nudo en la garganta era una mano asfixiante que impedía respirar, pero alcanzó a gritar.

..!No!

No Jorge, perdón, padre, deme la penitencia que sea, perdóneme, esto tiene que ser un error, deme una oportunidad.

… Hijo, no te niego el perdón, no elegiste tampoco lo que estás sintiendo y reprimiendo, estás muy confundido, y tienes que saber, Guillermo tendría que contarte toda su vida, y el lío que tiene en ella actualmente, porque debe resolver mil cosas antes de decir te amo a un sacerdote.

… Un retiro, deseo, me hará bien, sé que estando entre mi gente junto a Dios, esto pasará, mi mente se va a despejar, por favor, padre, no quiero ver a mi familia tampoco escapar pidiendo un traslado.

___Pedro suplicó, al tiempo que Jorge fue secándole el rostro con su pañuelo, sopesando las posibilidades, en cierta forma supo que necesitaba ganar tiempo para hablar con Guillermo, y Pedro merecía la oportunidad.

…Está bien hijito, tranquilo, tengo lo que deseas, justamente estaba buscando coordinador de un retiro en Rosario, de un grupo de seminaristas y sacerdotes jóvenes, salen la semana que viene, ¿quieres serlo?

…Sí, por favor, claro, sé que los fantasmas se irán, por favor, padre,

¿Me perdonó?

… Reza, sabes lo que tienes que hacer, veremos cómo te sientes en el retiro y al regresar, pídele a Dios que ilumine el camino, y no te tortures con las respuestas.

Saldrás el martes durante quince días, con el grupo que te dije, si estás decidido.

__Pedro se arrodilló llorando, besando las manos del sacerdote, del padre, y él lo acarició embargado de miles de dudas, presintiendo que el retiro no borraría la mirada de Guillermo si en ella  se habían enredado  las almas.

__Guillermo a diario charlaba con Alberto, seguía con su vida en piloto automático, algo más contenido por los amigos, pero sin rumbo se encontraba más de una vez andando las calles de Bs. As., muy cerca de la iglesia donde estaba Pedro,  sintiendo temor al rechazo, a terminar de perderlo si intentaba verlo para luchar como le dijera Beto.

Y exactamente ese día el desasosiego, o algo más, en cambio, en lugar de llevarlo al estudio, supo que lo estaba conduciendo a otra iglesia, donde seguramente tanto Dios como el representante, irían en su contra, con todas las armas, pero necesitó de súbito a Jorge, al amigo, al que todo lo sabía, y no lo juzgaba, aceptándolo así.

“..Pedro, Jorge me va a acribillar por lo que hice, por lo que te dije, y sin embargo lo necesito, como a vos, pero temo verte ahora, temo perderte, aunque sé que tengo  una vida errónea que resolver y enderezar, que podría esperar mucho tiempo para tenerte, es más que lo necesito para tener algo que ofrecerte, para merecer tu amor, lo haría sin morir en  tanto, si tu Dios me concediera la bendición de verte, sabe como nadie que sos mi razón de vivir, vos y Fabián  son todo para mí, pero hoy es tanto el Amor hacia vos que desearía dejar de existir si no sos para mí, si te quedas con Dios.

Quisiera poder volar con vos, estallar de gozo en libertad, flotando en una nube, con la luz de las estrellas como única porque la de tu sonrisa me basta, al tiempo que en ella me fundiría en la ternura de tu mirada.

Daría lo que he vivido, por darte cobijo entre mis brazos, como cuando a ellos caíste herido, y poder en ellos cuidarte, y aprendería a dejar atrás la farsa, a adorarte y venerarte en elegida fidelidad eterna, porque sos mi real Amor, y te llevaría a nuestro propio  cielo, para declararte de nuevo mi amor, por los siglos de los siglos, amén”.

__Un bocinazo lo sacó de las palabras, de las imágenes que siempre eran las mismas, y de pronto supo que estaba en las puertas abiertas de la Iglesia de Jorge, sin entender sin embargo a su loco corazón que se había acelerado hasta el infinito, latiendo en las sienes, mientras el piso se movía, las piernas se doblaban endebles, y de nuevo aquel andar titubeante con respiración trabajosa, lo dominó, mientras iba hacia el altar, cuando de pronto conoció el motivo, ya que vio a Jorge cerca de las imágenes,  pero casi a su lado, se enlazó al ingresar, en la mirada clara de Pedro Beggio.

…! Pedro! No pensé que estuvieras acá.

… Vine a ver al padre, a confesarme___ tímido, intentando desviar la mirada de esos hechizantes ojos oscuros, sintiendo que estaban leyendo todos sus pensamientos y sentires, cuando Jorge los vio y se acercó.

… Te hice llegar a la iglesia la dirección de los muchachos del asalto, están libres, pero al menos con antecedentes, con lo cual espero que no regresen a lo mismo.

… Lo sé, gracias, ya iré a ver a las familias, no he podido.

… ¿Estás bien vos?___ Guillermo notó la delgadez y el rostro pálido.

… Bien.

… ¡Buenos días, Guillermo! Estaba esperando verte, justamente, tenemos charlas pendientes, y Pedro debe irse, a  organizar sus tareas, el martes se va a Rosario en retiro espiritual, como coordinador.

___El corazón de Guillermo se encogió, una punzada lacerante lo atravesó, mientras la palidez ganó ahora su rostro, los escalofríos gélidos del pánico recorrieron la médula.

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO.