ENIGMA. CAPÍTULO CUATRO.

 

ENIGMA. CAPÍTULO CUARTO.

Bs. AS., 21 de junio de 2015.

… ¿Por qué estoy aquí y no en la comisaría?

… Porque tengo que hacerte el psicodignóstico, saber si sos imputable.

… Lo soy, entrégame.

___ La mirada de Pedro fue una súplica que a Guillermo lo congeló de cabeza a pies.

… Yo no maté a mi madre, la amo.

… Lo sé, tu primo nos contó. También amas a tu hermana.

… Sí, cuídala, sácala de esta mierda.

… Pedro, no me has dicho nada. Puedes confiar en mí, aunque recién me conozcas.

___ Pedro no supo explicarle ni decirle que le  creía, porque algo en su interior le hacía sentir que lo conocía desde siempre, pero no pudo ponerlo en palabras. Tampoco pudo entender los latidos acelerados de su corazón golpeteando contra las costillas ni la fascinación que sintió cada vez que se sumergió en los ojos negros. El hombre que parecía comprenderlo, era un enigma en su ser, en sus sentimientos.

… Tú sabes que me cuesta hablar. Ayer no simulé, no podía en ese lugar, tampoco esta mañana.

… Lo sé. Con la conmoción de lo que viviste tu capacidad diferente hizo que te descompensaras, ___ Guillermo lo miró con la dulzura que le despertó esa voz aterciopelada que lo seguía acariciando como seda.

… Pero ahora estás hablando, por favor, Pedro, justamente por tu condición, no puedes darte el lujo de ir preso,  sería tu puerta al infierno. Morirías en la cárcel.

… No importa. ¿A quién le importo ya?

… A mí.___ Guillermo se asombró de sus palabras, pero eran la verdad de lo que sintió desde verlo.

 …Soy médico, me importas, a tu hermana, a tu primo, a tus tíos. Hasta mi hijo te aprecia mucho.

… Fabián.

… Bueno al menos recuerdas nombres. Por favor cuéntame lo que sucedió. De tu vida Marcial me contó, de tus años felices en Nueva York y en Chile.

¿Qué pasó ayer? Ellos te despidieron al salir del trabajo. ¿Qué sucedió después, Pedro?

.. Está bien, intentaré contarte, pero si me detengo no es intencional. A veces no encuentro las palabras.

… Lo sé, tranquilo, conmigo puedes saber que entiendo todo, solamente intenta recordarlo.

… Me despedí  de ellos como a las 18 horas, supongo,… porque es la hora en que salimos habitualmente. Subí a mi coche y pensaba ir al supermercado. Hace poco me mudé a vivir solo, a un departamento cerca de Marcial.

… Eso me lo contó, continúa.

… Antes de dar arranque al auto sonó el celular. No miré pensando que sería Marcial, y era una voz de mujer llorando, que no pude reconocer.

___ Los ojos profundos como dos cuencos de dolor se dirigieron a los negros, anegados al continuar.

… Era mi hermanita, y no reconocí su voz.

.. Es lógico que no pudieras, dejaste de oírla a sus siete años.

… Lloraba, no entendí ni cómo tenía mi número, todavía no lo sé.

… Luego te contaré, Marcial se lo dio y no te lo dijo, hace un par de meses, pero sigue o puedes olvidarlo.

… Lloraba y apenas habló en un susurro, yo las creía en Nueva York, pero me dijo que por favor fuese a una casa donde vivían desde hacía cinco años, en provincia, me pasó la dirección, estaba muy asustada, me dijo que no podía hablar. Que fuera lo antes posible, que dejaría la puerta sin llave, que entrara y las buscara, que mi mamá estaba en peligro.

 Y cortó, no supe si en verdad era ella, si lo estaba imaginando, no entendí nada, luego pensé que quizá hubieran ladrones, de todo pensé,  que no fueran ellas, pero igual puse en marcha el coche dejando allí el celular y fui. A un lugar de  Núñez, no estaba lejos, pero era un barrio de clase media baja.

Pensé que me habían hecho una broma, que allí no podía vivir mi mamá, mi reina.

Hacía mucho frío, comenzó a llover, no había un alma en la calle a quien preguntar, me asusté y me paralicé. No pude bajarme por un tiempo que no supe calcular. Deseaba hacerlo y sacarme la duda pero las piernas no respondieron, ¿entiendes?

… Sí. El miedo te paralizó, como ayer, como hoy.

.. Al fin pude, creí que era una locura, una broma,…, pero llegué a la casa y al tocar la puerta estaba abierta, como ella dijo,… entonces entré.

… Sigue, Pedro, sé del esfuerzo que estás haciendo pero necesito que puedas contarlo, aunque luego con la policía no puedas, al menos a mí.

… ¿Por qué?

… Porque necesito poder comprobar que no sos imputable, en realidad que sos inocente, no puedes sobrevivir en prisión.

… No lo soy, no maté a mi madre pero sí a mi padrastro.

___ Guillermo lo miró escrudiñando el alma y supo que no lo había hecho, pero que seguiría empeñado en que lo acusaran, en no defenderse y el corazón se le partió.

.. Continúa. ¿Quieres levantarte y que vayamos a la mesa junto a la estufa?

… No, estoy bien acá, me sentaré y me apoyaré en la almohada, gracias.

… Sigue.

… Cuando entré,…, en principio pensé que la casa estaba desierta, sin luces encendidas en el estar ni en la cocina, todo cerrado, ventanas, cortinas, pero…. desde  lo que supuse serían las habitaciones vinieron ruidos. Como muebles  corridos y gemidos, no llegaron a ser gritos.

Me saqué el saco y lo dejé en el perchero, me aflojé la corbata tratando de aliviar la tensión, tuve miedo.  Fui a la cocina y por si hubieran entrado ladrones tomé un cuchillo, no se me ocurrió otra cosa. No vi teléfono en ningún lugar y mi celular supe que lo había dejado en el auto.

… ¿Entonces?

… Fui acercándome a los sonidos, y llegué a la puerta de una de las habitaciones, había otra abierta que supuse era la  de Claudia, porque había dejado la ropa tirada en el piso, la cama abierta, como si hubiese estado acostada, la luz encendida y en la pared comprobé que eran ellas, porque había un retrato de mi madre y de ella, más o menos de cuando tenía cinco años, yo estaba allí.

Aturdido y asustado... abrí la otra puerta, y…

___La humedad de las lágrimas dominaron las mejillas y a Pedro no le importó que lo viera llorar, como no le hubiese importado morir ni en la casa ni entonces. De hecho deseó estar muerto. Yacer él en un charco de sangre en lugar de haber tenido que presenciar el infierno.

 Guillermo le enmarcó el rostro, recogiendo lágrimas en los dedos, lo miró levantándole la barbilla suplicándole así que continuara.

… Mi reina,…, supe que estaba muerta.

… ¿Cómo, adónde? No te detengas.

… En la cama, estaba toda revuelta, había colchas en el piso y ella estaba… desnuda, pálida, con la cabeza hacia un lado y los ojos abiertos… inertes.

 --Los sollozos angustiosos de Guillermo rescataron a Pedro de las tinieblas de la escena, y al momento sintió el cálido contacto de fuertes manos que tomaron las suyas besándole los nudillos con adoración que nunca vio más que en su padre y en una tenue vocecilla susurró su nombre, ronca por la angustia y por las lágrimas.

Sin remedio y sin medir ni acciones ni consecuencias Guillermo lo estrechó en sus brazos y las lágrimas saladas de uno se mezclaron con las del otro, en el mismo ser.

… Perdón.__ Pedro susurró sabiendo que  sólo Dios perdonaba, pero a él no se atrevió a pedírselo, sintió que no era merecedor del perdón divino...

Apretado contra Guillermo sin saberlo se estremeció transitado por la pena, respiró afanosamente ahogado en sollozos, con los músculos de la garganta agarrotados por la angustia que lo llevó a no poder articular sonidos nuevamente

Guillermo se sintió peor, lo había presionado para   hacerlo decir y revivir lo que para él podía significar quedar en un aislamiento mayor y no desear regresar. Sólo había hecho mayor el dolor que lo agobiaba, y de pronto algo sobrenatural lo hizo temblar. Una mano temblorosa le tomó con ternura el rostro acariciándole las mejillas en una dulzura que nunca supo que pudiese existir.

Y fue  Guillermo el que habló:

.. Soy yo el que tiene que pedirte perdón. No sé si tengo derecho a hacerte pasar por esto. Sos sólo un hombre, que ha sufrido y ha visto demasiado, desde muy corta edad. Todos los hombres cometen errores, y si te equivocaste, tomaste una decisión entre posibilidades malas, inhumanas, fue porque viste muerta a tu madre y sentiste que podían matarte o a Claudia, y supongo que intentas aliviar el sufrimiento de la mejor manera que crees. Sos humano Pedro, Dios los sabe.

Y en cuanto a mí, yo..., ___ Guillermo quiso decirle que sin razón, inusitadamente, inexplicablemente lo amó desde el primer instante en que lo vio, y ahora mucho más que una hora antes. Sintió un dolor agudo en el pecho y lo estrechó más  acariciándole el pelo que se le antojó sedoso como sus caricias y como su voz. Y lo miró con un brillo especial que se reflejó en los ojos de Pedro.

… ¿Puedes seguir?

… Quiero seguir.

… ¿Adónde estaban tu padrastro y Claudia?

… Él… estaba casi sobre mi mamá, echado el asqueroso, supongo que hicieron el amor o que  la violó antes y luego la estranguló. Y el hijo de mil putas estaba tumbado encima… llorando.

… Pedro chiquito, tranquilo, ya, la policía encontró las sábanas con semen, la policía científica las embolsó, es probable lo que dices, ellos estaban desnudos, eso lo vieron todos. Tranquilo mi…

… Estaban desnudos.

… ¿Y Claudia?

… Ella es una víctima, no tiene ninguna culpa, no quiero que se manche su nombre, tampoco el de mis padres, los Beggio no tienen que ver con ese tipo.

… Pedro, ¿adónde estaba Claudia?

… Allí, no me acuerdo,….__ Bajando la mirada.

___Guillermo sintió un puñal, como psiquiatra sabía que quien decía la verdad o lo que en su alucinación pensaba que lo era… miraba directamente a los ojos como Pedro lo hiciera antes, y quien desviaba la mirada lo hacía para mentir.

Pedro pareció asustado y en sus ojos ahora se traslució miedo, y resignación por lo que había tenido que vivir. Su porte era digno, sin embargo, a pesar del lugar y de la situación, como quien ha tenido que luchar mucho por algo y pagar un alto precio por conseguirlo, y Guillermo no pudo evitar la conmoción en su ser al mirarlo.

No pensó que estuviese loco o que tuviera algún grado de retardo mental como sospechó la policía de los dos hermanos al encontrarlos. Por el contrario  se le antojó inteligente, educado, extrañamente dueño de sí mismo teniendo en cuenta los hechos y lo que estaba por venir, si no decían la verdad. Menos era peligroso ni para sí ni para nadie.

__Por momentos su mirada se iba lejos, se distanciaba al sitio en que siempre vivía, alejado de todos: en lo más profundo de su alma, en el recoveco donde nadie pudiera hallarlo ni dañarlo. De repente el llamado de Claudia lo había sacado de súbito de su refugio y arrojado al peor de los infiernos.

…¿Alguna vez usaste un arma, cualquiera?

… No. Nunca.

… ¿Tu padrastro estaba armado?

… No, solamente yo, con el cuchillo.

.. Pedro,…, la policía creyó que el cuchillo que encontraron en tus manos lo sacaste del plato de comida que encontraron en la mesa de noche.

… No. No vi la mesa. No recuerdo. El cuchillo lo saqué antes, de la cocina.

… ¿Peleaste con tu padre?

… No… bueno más o menos,…no. No era mi padre.

.. ¿Intentó sacarte el cuchillo?

… No tuvo tiempo, ___ mirándose aturdido las manos y entonces Guillermo observó los dedos esbeltos y delgados como el mejor de los pianistas, dedos que sabrían acariciar, tanto como dar placer esos labios que lo turbaron desde entrar al lugar.

… ¿Alguna vez fuiste violento o pensaste en matar a ese hombre?

.. No. No me gustó apenas conocerlo, pero no. Aunque quizá debí haberlo matado entonces, pero le hubiera destrozado el corazón a mi madre. Después de morir mi papá ella creyó amarlo.

.Mi hermanita cuando entré se desmayó, estaba jadeando de ver a mi mamá muerta y al tipo encima, en la puerta o cerca creo, y se desmayó, no vio el resto.

.. Pedro.___...Guillermo supo que ocultaba la verdad desde el momento que ingresó a la habitación y vio muerta a su madre. Pero,…, ¿por qué se negaba a decir lo que sucediera? No estaba seguro si era algo que deseaba que no se supiera de él, de Claudia, de sus padres o tal vez deseaba no manchar a nadie de la familia y cargar con todo sobre sí pensando que por su condición no tendría mucho por vivir.

Sabía que no estaba allí para descubrir si era culpable o inocente sino para saber si era imputable, saber si supo lo que hacía si es que había hecho algo.

… Pedro, es muy importante que me digas si peleaste con él, si te agredió y te defendiste.

… No nos peleamos, no cruzamos palabras.

… Sí pelearon. Yo creo que sí. Estabas a centímetros de su cara para matarlo. ¿En qué pensaste entonces?

… No lo sé,.., sólo trataba…, no importa, nada.

.. Lo acuchillaste sin más.

… Sí,  cuando me vio se puso rojo, se incorporó y se vino encima, supongo que intentaría estrangularme también, para luego  matar a Claudia y huir, y entonces le clavé el cuchillo en el cuello, y… la sangre saltó en mi cara, por todos lados, me miró... y cayó allí mismo. No pensé, no quise, lo hice.

… Pedro, si lo hiciste porque te agredió y mató a tu madre puede alegarse que fue en defensa propia, y de tu familia, o crimen involuntario, o en emoción violenta, de lo contrario te o los acusarán de asesinato e irás  o irán 30 años a prisión, quince con suerte, entiende por Dios.

Ni siquiera es claro que él haya estrangulado a tu madre.

… ¿Cómo?___

 Pedro lo miró en una súplica.

… No dejó huellas en el cuello, la policía dijo que usó guantes.

… No tenía guantes. ¿Crees que la maté yo? Porque supongo que no pueden pensar que mi hermanita tenga fuerza para estrangular a alguien. Nosotros amamos a mamá.

… No dije que la mataron, Pedro, sino que ni siquiera hay pruebas de que la mató él.

..  Seguramente tomó una manta para cubrirse la mano, era lo que tenía más cerca. No iba a ir a buscar guantes, salvo que lo tuviera planeado, no lo sé, porque no sé nada, no pude saber de ellos antes de la muerte de mi mamá, y Claudia se desmayó, cuando despertó estaba sin aliento y confundida, no supo decir qué sucedió, yo no lo alcancé a ver.

Mierda, es que yo los dejé en Nueva York a los veinticuatro años, nunca respondieron mis cartas, no supe nada de ellas hasta el llamado, menos de lo que pasó allí.

… Lo sé,  todo eso lo sé.

.. Lo único que tienes que saber de mí es lo que saben, que soy autista, que no lo premedité, pero que lo maté, y encontraron el cuchillo en mi mano.

… ¿Por qué Claudia estaba desnuda y ensangrentada, Pedro?

.. No sé. Quizá intentó defender a mi mamá y le sacó el camisón, la sangre es porque cayó  al piso, y cuando el tipo se desmoronó fui a ella y la llené de sangre, la cubrí con una manta y nos quedamos así, allí,… él estaba vivo, con los ojos abiertos chorreando sangre a borbotones.

.. Sí, murió al rato allí.

… En ese mismo momento, casi al mismo tiempo, apenas después entró la policía y nos encontró.

No hay nada más que pueda decir. Ni siquiera averiguar porque están muertos los dos y mi hermanita no sé si pudo hablar, si está bien.

.. Está bien, tranquilo, ve a lavarte la cara, yo tengo que salir un rato, me esperan para una reunión. Quiero que pienses en lo que te he dicho.

… He dicho todo lo que recuerdo y sé.

… ¿Y por qué solamente puedo creerte hasta que entraste viendo a tu madre muerta? Del resto no te creo nada, pero quizá digas la verdad más tarde. Pasaremos mucho rato juntos hasta que pueda redactar mi diagnóstico.

… ¿Diagnóstico?___ Guillermo era muy seguro, muy inteligente y hacía demasiadas preguntas y Pedro se asustó.

… Sobre tu estado mental, sobre las circunstancias que rodearon la muerte de tus padres. Hasta ahora me has dado información parcial.

… No tengo más para decir. De repente vi que mató a mi madre, tenía el cuchillo y se lo clavé, en la garganta creo.

.. Así, porque sí,  en primera instancia, sin mediar palabras.

… Sí.___ Como intentando convencerse a sí mismo.

… No te creo.___ Mirándolo fijamente.

… Es así, da igual tanto que lo creas como que no. Fue así. Del modo que lo piense soy culpable, nunca debí dejarlas con ese tipo solas en Nueva York. Soy el responsable de todo.

… Vendré luego, te dejo solo pensando.

___ Guillermo sin tapujos le tomó el rostro y le miró en profundidad, Pedro se mareó sin razón y una oleada furibunda de calor lo invadió desde las entrañas, sintiéndose impelido hacia la oscuridad de la mirada penetrante. Sabía que ese hombre miraba más allá, que veía todo, que no le creería nunca lo dicho, y sintió impotencia y alivio a la vez, la misma confianza y protección que lo impulsó a comenzar a hablar, sin siquiera conocerlo.

… Pedro, no puedes ir a prisión, no lo soportarías. ¿Tienes idea de lo que te harían allí?

… Sí, soy autista, no tonto.

… No puedes defenderte ni supervivir en un medio hostil como el penal. No puedo dejar que te hagas esto.

No voy a permitir que vayas preso.

… No puedes impedirlo, todo me condena, hasta según parece podrían decir que maté a mi madre, yo sí tendría la fuerza, por celos, por Edipo.

… ¡Basta!, carajo. ¿Vas a empezar a declarar ahora que los mataste a los dos?

Perdón, no quise levantarte la voz.

 Tengo que salir un rato, me dijeron que no has querido comer nada. ¿Cenarías si lo hago con vos en un rato y seguimos pensando?

… Sí, cenaría quizá. Pero no quiero pensar. Y no puedes cenar acá.

.. Quiero y puedo.

.. Te esperan.

.. ¿Quién?

… Tu mujer, supongo. ¿No tienes un hijo?

… Tengo un hijo pero no mujer, no me gustan las mujeres, Pedro. Soy gay.___ Nuevamente Guillermo se encontró con palabras dichas sin remedio antes de haberlas pensado siquiera, un instinto primario le hizo desear que supiera su verdad.

… ¿Gay?

… Sí. Nunca estuve enamorado, ___y a punto estuvo de decir: hasta hoy, __ pero salgo con hombres. Alguna vez me acosté con la madre de Fabián y nació, lo reconocí, ella se llama Silvina, es mi amiga  ahora, o algo así.

Regresaré en un rato, quizá esta noche me quede a dormir acá.

___ Pedro se quedó perdido sosteniéndole la mirada como sopesando el significado de lo que acababa de escuchar, más allá de la tragedia y de su confesión, y Guillermo  suspirando, lentamente… se dirigió hacia la puerta y a su pesar, salió no sin antes regalarle una sonrisa que Pedro atrapó en su memoria.

___

….Padres, necesito hablar con ustedes, de Pedro. Tienen que acompañarme por la mañana a declarar.

… Obvio hijo, todo lo que podamos hacer por Pedrito lo haremos, somos todo lo que tiene ahora. Y cuando entreguen los cuerpos tendremos que hacernos cargo, era mi hermana.

... Pedro está en un hospital psiquiátrico, su autismo se descompensó y no declaró nada en un comienzo, Claudia al parecer tampoco, o no ha sido coherente.

… Lo de Pedro es de esperarse, solamente funciona normalmente en un ambiente conocido, donde se sienta querido como acá o en las empresas.

… Madre, usted fue la hermana de Diana Beatriz Aguilera de Beggio.  No pudo  no saber nada de ella desde  que Pedro vino a vivir con nosotros, tuvo que saber de ellas.

… Sí hijo, supe, y tu padre, pero no quisimos decirte, porque te cuesta mucho no contarle todo a él, y a Pedro lo hubiera alterado. Quisimos cuidarlo y sin más,…, pasó a ser un hijo más.

… Pero ahora hay dos cadáveres y una investigación, dos hijos que no estuvieron juntos hasta el momento de... las muertes, y que pueden ir presos.

¿Qué sucedió con Diana y Claudia en estos años, madre?

… Marcial, hijo, tú sabes que nunca estuve de acuerdo con el casamiento segundo de Diana, ni siquiera fuimos. No me pareció coherente, supe que se casó por desesperación y soledad más que por amor como con Adolfo Pedro.

… Siga, madre, ya sé que no fue a ese casamiento.

… Cuando veíamos a Pedrito obsesionado escribiendo carta tras carta a su hermana y a su madre sin respuesta, la llamé.

Peleamos. Me dijo que estaban bien, que amaba a su nuevo esposo, pero que él no quería oír hablar de Pedro. Que cada carta le traía problemas, que intentara que no enviara más. Que sabía que él estaría bien con nosotros como ellas con él allá, y que las dejáramos en paz, que hiciera de cuenta que Pedro era mi hijo.

… ¿Cómo?

Pero si ella lo adoró siempre.

… Lo mismo me y le dije, y me contestó que porque lo amaba lo dejaba ir, que no tendría nunca más lugar cerca de ellas, que elegía seguir su vida junto a su esposo y a Claudia y a Pedro hacerla acá. Que la incapacidad de Pedro era un límite infranqueable para su nuevo esposo que ponía en riesgo su matrimonio.

 Me enojé, me dolió, insistí, pero terminó diciéndome adiós y que lo cuidara.

… ¿Y nunca más supo nada de ellas?

… Claudia seguía siendo una nenita, Marcial, esto pasó el mismo año en que trajiste a Pedro. Ella decidió por ambas.

En definitiva como recordarás fui desalentando a Pedro hasta que dejó de escribir y de esperar, y entonces comenzó a ser más feliz, a incorporarse a su grupo de contención acá, en la  facultad, en el trabajo, sobretodo contigo.

… Mamá, Diana y Claudia llevaban cinco años en Argentina, a pasos de nosotros. Me encontró en el centro hace dos meses Claudia, ella me reconoció, y maldigo el momento, pero me pidió el teléfono de Pedro, y se lo di, se fue sin decirme nada más. No le conté a él para no preocuparlo, no desestabilizarlo o llevarlo a obsesionarse en la espera de un llamado.

… Lo sabíamos hijo.

Cuando Diana tuvo esa actitud, llamé al tío de Chicago, al hermano del ex esposo, del papá de Pedro, y quise averiguar sobre el hombre que le presentó a Diana. Me dijo que era respetable, un brillante abogado de allí, que lo llevó de paseo esa Navidad y nunca pensó en que enamoraría a Diana igualmente, pero lo aceptó. Después de todo eran socios en el bufete.

A poco de casarse le vendió su parte y abrió un estudio en New York, lo cual pareció lógico.

… ¿Entonces?

… A dos años del casamiento más o menos, la esposa llamó. El tío de Pedro apareció muerto en el estudio, al parecer fue un infarto masivo estando solo. Lo encontró la secretaria al día siguiente. Ella desconocía que fuera enfermo coronario, hacía chequeos periódicos, pero sucedió.

Llamó para decirnos que se iba a Italia, a vivir con los pocos familiares  que le quedaban, que estaban allí, que escribiría, pero nunca lo hizo.

¿Recuerdas el viaje a Estados Unidos que hizo tu padre hace dos años?

… Sí, a ver unas empresas del rubro que deseaba comprar.

… Y quiso visitar a Diana y a Claudia, decirles que Pedro estaba bien, que se había recibido, que ya no vivíamos en Chile.

Fue a la casa, a la antigua mansión y no las encontró. Los nuevos propietarios le informaron que Diana y su esposo le habían vendido la casa hacía bastante, cuatro años.

… ¿Pero entonces llevaban acá seis?, Claudia dijo cinco.

… No sé hijo, no sé si viajaron directamente a Argentina. Tu padre reconoció a un vecino de cuando vivía el padre de Pedro y le contó que aquel hombre fundió no solamente el estudio sino que perdió el dinero de toda la familia, que malvendieron la casa y que salieron de allí huyendo, porque fue descubierto en negociados turbios a través del estudio, concretamente se corrió la voz de que estuvo involucrado en redes de narcotráfico y de trata, que lo inhabilitaron y que si no fue preso es porque alcanzaron a huir.

 No sé hijo si llegaron así a Argentina o pasaron antes por otro lugar, pero quiero que sepas y que Pedrito sepa que intentamos hacer lo mejor para él.

Lo que haya sucedido en verdad, hoy, solamente puede saberlo y decirlo, Claudia.

… ¡Qué desastre! No es justo. Esto terminará con la estabilidad de mi primo si lo sabe, pero la policía sí tiene que saberlo, mañana mismo, todo padres.

Más que nunca debemos ayudar a Pedro, quizá a Claudia...

¿Y si los asesinatos son un ajuste de cuentas y Pedro y Claudia quedaron en medio?

¿Si este tipo continuó en Argentina lo que inició quizá ya en Chicago?

… Iremos por la mañana, Marcial. Vamos a declarar todo lo que sabemos, pero lamentablemente, Pedro y Claudia hoy se tienen uno al otro y a nosotros, a nadie más.

--- Mientras esto sucedía en la casa de Marcial, Guillermo ingresó al despacho donde lo esperaban Alberto y la oficial Gabriela Soria, con noticias del día….acerca  de Claudia Beggio.

CONTINUARÁ.