ENIGMA. CAPÍTULO SEGUNDO. GUILLERMO.

 

ENIGMA. CAPÍTULO DOS.

GUILLERMO.

Bs. As., 21 de junio de 2015.

Nací en Bs. As.,  el 21 de agosto de 1963, tengo 52 años.

Mi padre fue médico al igual que yo y falleció por un accidente cerebrovascular a los 60 años, mi madre, Mirna Sanz de Graziani está vida y lleva una vida asombrosamente productiva. Es diseñadora de interiores y continúa trabajando. Tiene hoy 72 años y lleva una vida independiente, tanto en su trabajo como en el plano afectivo y emocional.

La amo, aunque respetamos nuestros espacios y nuestras diferencias.

Cuando mi padre falleció ella  vivió en la casa paterna dos años, sola, porque yo hacía rato que no estaba allí, y luego, a los 48 años volvió a casarse con un arquitecto. Sus intereses profesionales eran coincidentes, compartían gustos comunes por el arte, los viajes y más, pero él también era viudo, y tenía un hijo  tres años mayor que yo, Miguel Ángel Mendoza, mi sombra gris en esta vida.

El padre no fue malo conmigo, todo lo contrario, mi padre biológico tampoco,  pero Miguel sí lo es. La envidia, los celos, y la mediocridad lo llevaron a odiarme desde el minuto primero y lo desviaron  de todos los caminos correctos en la vida. Trato de evitarlo. Su padre ya no está entre nosotros.

Tuve una familia tipo, excepto porque Mirna no pudo darme hermanos.

Luego del embarazo ya no volvió a desear más hijos. Nunca quiso tenerlos en verdad, pensaba que les quitarían libertad, y llegué casi sin permiso, pero a mí me adora y yo a ella.

Mi infancia fue normal, buena. Pertenecí a clase media alta, fui a buenos colegios, mis padres se amaban y me amaron, pero yo no terminaba de ser feliz.

Mi padre, más perceptivo entonces que Mirna o quizá por el hecho de ser hombre, muchas veces intentó hablar respecto de mi sexualidad, pero nunca pude abrirme, expresar mis dudas ni a él ni a nadie. Fui un niño solitario, inteligente pero que vivió ensimismado, estudiando y con pocos amigos.

Amante del teatro y de la música siempre preferí ir con uno al cine o al Colon antes que a una fiesta.

 Y a pesar de lo que estoy diciendo, tengo un hijo de veintisiete años, Fabián, casado, con un hijo de cinco años ya, Guillermito, mi nieto precioso, bisnieto de mamá.

Al igual que yo, pero en otro rubro, Fabi tiene un doctorado en Ciencias Económicas y Administración de Empresas, lo realizó en Harvard, luego de hacer la carrera básica en la  UBA. Valeria, mi nuera es abogada, trabaja en un prestigioso bufete de la provincia, es buena piba, y no tengo nada que objetar respecto de la familia de mi hijo.

Me recibí de médico en la Universidad de Bs. As., y  en el transcurrir de un viaje con mis padres a Estados Unidos, decidí probar suerte en Harvard, para efectuar la especialización en Psiquiatría,…, luego de un año de quedarme como becado en investigación básica, al fin logré mi objetivo, para luego de cuatro años allá, regresar a mi país.

Fabián nació de una relación ocasional con su madre, Silvina. Una linda mujer que conocí entre mis idas y venidas desde Estados Unidos a Bs. As., con la cual salí un par de veces, en alguna de las cuales hicimos el amor, y cuando regresé a Bs. As. tenía un hijo, un bebé que reconocí, pero no estaba enamorado de la madre ni jamás lo estuve de nadie hasta hoy.

Lo más similar al amor que conozco, es Juan, sí, un hombre, el hombre que me hizo reconocer luego de años de intentos fallidos de relacionarme con mujeres, que no las deseaba, mucho menos podía amarlas, porque soy gay, y solamente funcioné alguna que otra vez como pareja ocasional de alguna mujer, como lo fui de Silvina.

Hasta los 25 años en que nació Fabián, mientras yo no estaba en el país, no  conocía mi naturaleza, ni sentía deseos de investigar qué sucedía que no lograba enamorarme.

Puse mil excusas, que  prioricé mi carrera, lo cual en cierto modo es verdad, que no conocía a la persona adecuada, lo cual a la fecha sigue siendo  así, pero lo concreto es que alguna vez, Juan a  poco de regresar a Bs. As. me hizo sentir deseo,  pasión, atracción hacia y por un hombre, concretamente por él, y hoy desde entonces convivimos como una pareja cualquiera, sin habernos planteado casarnos ni tener hijos.

Tampoco me casé con Silvina, si bien reconocí a  Fabián y ella siempre supo que nunca hubo amor entre nosotros, la puedo llegar a querer como lo que es, la madre de mi hijo, y la respeto por ello.

¿Si estoy enamorado de Juan?

Creo que no, que lo nuestro es tolerancia y buena voluntad, ternura, compañerismo, compañía, amistad con buen sexo, quizá él sí me ame, al menos está convencido de ello, pero yo no, de mis sentimientos no lo estoy.

Sé que lo quiero mucho, pero pienso que el Amor es algo más que no he logrado conocer, que a pesar de haberlo vivido en casa, en el hogar paterno, no logro vislumbrarlo en mi vida, tampoco siento la imperiosa necesidad de tener hijos propios y adoptados con Juan, menos de casarme con él. Estamos  bien juntos. Es abogado, trabaja con Valeria en el mismo bufete.

Creo que  me importa más mi profesión que mi vida afectiva, que paso más tiempo en el hospital Psiquiátrico donde ingresé al llegar de Harvard como psiquiatra de planta a los  27 años, que en la casa con Juan, pero  lo acepta,  soy conciente que recibo mucho más de su parte de lo que soy capaz de dar, pero no me exige otra cosa y quizá por ello siga a su lado. Por inercia, por pereza, por apatía, por costumbre, por familiaridad.

Llego y alguien me espera, no es un desconocido como alguna que otra vez, es alguien que me quiere, que me escucha, me entiende, me espera con la comida, de repente con una cena y buena música o con la sorpresa de  llevarme a distenderme a un boliche  o al teatro.

Y así vivo, sin dar demasiadas explicaciones de mi intimidad, obviamente mi madre y mi hijo lo saben, me aceptan. Fabián creció sabiendo que no pude amar a su mamá porque  fui incapaz de enamorarme de mujeres, luego supo que su papá es distinto de la mayoría, y en el crecer a mi lado y de su madre fue entendiendo y aceptando mi diferencia con  lo más común.

No sé que más puedo pedir a una vida que no ha sido mala, que me dio un buen hogar paterno, un hijo que amo con una familia armónica, una madre presente y  a la vez independiente, un amante estable que cada día me espera en casa, una profesión que amo y a la cual dedico mucho tiempo, algunos amigos, como Alberto Marini, brillante psiquiatra que siempre me acompaña, en el hospital y en la vida.

No puedo quejarme, creo y sin embargo lo hago, sin embargo me siento solo en medio de la gente, espero más y no sé qué ni dónde buscarlo, mucho menos encontrarlo.

Es un vacío existencial que mi profesión,  mi familia y Juan no logran llenar, un algo o alguien o pedazo de mí que no está en mi ser, y que extraño sin saber qué es ni dónde está.

¿Será  lo que algunos llamar Amor?

No lo sé porque no lo he conocido,  por tanto no puedo dimensionarlo”

…. Guille, llegamos. ¿Te fuiste?

.. Perdón, Alberto, cada vez que ando en coche la mente se fuga.

… Es mejor hablar con Miller antes de que veas a Pedro y a la hermana, a ver qué piensan ellos.

… Sí,  además si luego tenía  un operativo importante no podemos poner condiciones nosotros.

Vamos, a ver qué dice.

… Miren Dres., en verdad es todo muy confuso. En el barrio donde vivían nadie tiene quejas del matrimonio asesinado.

Dicen que la Sra. salía temprano y regresaba alrededor de las 20 horas, de trabajar, no sabían bien en qué. Alguna vez comentó que había sido actriz de joven, pero al parecer cuidaba enfermos, ahora y a  veces trabajaba de noche. Tenía 55 años.

El marido, un abogado de prestigio alguna vez, acá al parecer nunca ejerció como tal. Tenía 63 años. Nadie supo decir si trabajaba, en qué, dónde. Nadie sabe nada al parecer, excepto que no tenía horarios, a veces ni siquiera salía y lo veían trayendo las compras o regando el jardín, otras llegaba de madrugada, pero nunca molestó al punto de levantar sospechas de ser alguien peligroso.

Hubo un llamado de un vecino ayer alrededor de las 19 horas y cuando el patrullero y la ambulancia llegaron, nadie abrió, ingresaron por la fuerza, y en uno de los dormitorios encontraron el horror.

En el living no había nada extraño, excepto un saco de hombre en el perchero, que suponemos es del hijo, de Pedro Beggio.

… Tengo entendido que no vivía con ellos.

.. No, llegó esa tarde a la casa según refieren los vecinos. No hay cámaras de seguridad para verificar, es una casa de clase media,  que por lo que hemos averiguado hoy, está hipotecada.

El matrimonio llegó al país hace cinco años, el hijo mayor al parecer no los veía desde hace más de diez años.

Vivió en Chile desde los 24 años donde estudió  Ciencias Económicas y Administración de Empresas, luego de recibirse comenzó a trabajar en empresas de sus tíos, con los cuales vive en zona Norte, en Ciudad Autónoma desde hace años, más o menos cinco como su hermana, pero extrañamente al parecer no se contactaron antes.

Lo poco que les estoy contando de la familia lo sé por los tíos de Pedro, y por su primo Marcial, porque como saben él no ha dicho ni una palabra.

El caso es que se encontró a la Sra. con marcas de estrangulamiento, sin huellas, o sea que el asesino usó guantes, y la autopsia según el informe preliminar denotó muerte por asfixia. No tiene golpes o signos de violencia previos a la muerte.

En la misma cama se encontraron manchas de sangre del esposo, y manchas de semen presumiblemente de éste.

Pedro y Claudia Beggio, estaban en el piso, cerca de la cama, hechos ovillos, ambos empapados en sangre del padrastro.

El hombre recibió un certero apuñalamiento en el cuello, en la garganta, básicamente se le seccionaron los grandes vasos y se desangró.

Junto a la cama, en la mesa de noche, había un plato con restos de comida, de donde presumiblemente el asesino habría tomado el cuchillo.

Pedro llegó a la casa minutos antes  del hecho, hay dos testigos que lo vieron bajar de un coche, un Sonic azul que efectivamente fue secuestrado en el lugar, a media hora de la llegada de la policía.

Estaba sin el saco,  con camisa y pantalón de marca, cubierto de sangre, con el arma homicida del hombre en sus manos. No emitió sonido alguno.

Claudia, estaba en ataque de pánico, la policía la creyó loca o drogada al comienzo, parecía aturdida o perdida, no dijo nada coherente.

  El médico constató la muerte del matrimonio, con diferencia de minutos, luego se llamó a los peritos y a la policía científica.

El hombre estaba agonizando cuando llegaron pero hizo un paro del cual no lo pudieron reanimar con éxito, básicamente se había desangrado.

 Bien, y acá está lo curioso, ambos estaban desnudos, y Claudia también.

… ¿Cómo? ¿Y Pedro?
… No, él estaba vestido, Claudia básicamente estaba envuelta en un saco o en una bata, pero su camisón estaba en el piso, junto al de la madre.

… ¿Con manchas de semen en la cama?

.. Tomamos las muestras de todo, obviamente. El padre estaba igual. Sería de suponer que estaba haciendo el amor con su esposa, y alguien los mató. ¿O él mató a la esposa  y Pedro por tanto a él? ¿Y Claudia en el mismo escenario desnuda qué estaba haciendo?

¿Cómo apareció Pedro Beggio luego de años?, según cuenta el primo sin relación con ellos, casi apenas conociendo al padrastro.

Claudia llamó la atención, por su presencia en el dormitorio de los padres, por su estado, al oficial que quiso sacarla del lugar le pareció en primera instancia en pánico y drogada, o aterrorizada, tenía hematomas en un brazo, Pedro no,…, pero  tenía en sus manos el arma, ni siquiera intentó lavarla u ocultarla.

Todos interrogantes de un enigma a la fecha indescifrable. Se tomaron muestras de sangre de todos, no se encontraron drogas ni alcohol,  las muestras del semen de las sábanas son del padrastro, y Claudia no dijo nada coherente, Pedro no emitió palabra alguna.

Ambos se dejaron traer, les leímos sus derechos, se les tomaron las huellas y fotos correspondientes,   fueron llevados a celdas aislados, allí un oficial  trató de interrogar a Claudia, le dimos la posibilidad de llamar a un abogado, pero no supo o no quiso.

Dijo que no recordaba nada más que a su madre muerta, que entonces se desmayó. No sabe cómo llegó Pedro, y  dice no recordar nada de la muerte del padre.

Pedro no ha dicho absolutamente nada, dejó que se le quitara el arma de la mano, luego se dejó encerrar.

No hemos obtenido una cosa coherente de ninguno de los dos.

Al persistir así, a la chica un móvil con una oficial mujer la trasladó a una clínica para un examen exhaustivo, y a Pedro lo enviamos a ustedes.

El primo que declaró, no sabe nada de Claudia, menos de sus padres desde que fuera a Nueva York hace más de diez años regresando a Chile con Pedro, éste al parecer nunca le dijo que contactara a la familia, cree que no. No sabe cómo llegó allí ayer, Pedro. Solamente declara que es excelente persona, respetable, educado, y que trabaja en las empresas familiares desde que se recibió. No puede aportar nada al crimen en sí, porque no supo de esa visita a esa casa que desconocía absolutamente.

… Estoy en cero, Dres. O casi.  Tengo dos cadáveres, esposos, dos hijastros que no aportan declaración alguna, la chica habla pero no dice nada útil, al menos hasta hoy, y Pedro no emitió sonido acá.

.. En el hospital tampoco, Dr. Miller, no habla, no  solamente no emite palabras sino que no responde a órdenes básicas para hacer ningún test. El Dr. Graziani lo verá en un rato, queríamos hablar con usted, pero los psicólogos y yo como Psiquiatra a cargo no hemos conseguido nada de él.

… ¿Qué hipótesis tiene Miller?

 Porque yo tengo un paciente, que según me  informa el Dr. Marini no le parece un Psicópata capaz de premeditar asesinar a su madre, por decir el caso del vínculo de sangre, pero tampoco pareciera estar delirando o ser psicótico.

Pienso así muy al pasar y todavía sin muchos elementos que estamos frente a un experto simulador o frente a un autista, pero según relata el primo, habló y se movió socialmente en forma adecuada hasta horas antes del crimen por lo que acaba de decirnos.

.. Así es. Pueden pedir los datos para hablar con la familia si lo desean. Y si creen que es imputable, lo mando a buscar. De hecho el arma que mató al padre, estaba en sus manos.

… No. Por favor espere, déjelo en el hospital. Quiero evaluarlo personalmente, hablar con la familia, observarlo. No parece peligroso, tiene custodia, está en pabellón judicial, aislado, le pido 72 horas, Miller, por favor. Digamos que es una corazonada.

… Está bien, igualmente  sé que ustedes le han hecho  examen clínico, análisis, está llegando todo al igual que de la chica.

Ella, salvo que encuentren alguna indicación no está internada, regresará a la celda en un rato. Pero también necesito que sea evaluada. Ya que están  en el caso, me gustaría que lo hagan ustedes.

… Por supuesto, es fundamental para nosotros cotejar el estado de los hermanos, incluso verlos interactuar.

… ¿Quiere que le envíe a la chica al hospital?
… No hoy, deseo ver a Pedro. El Dr. Marini vendrá a primera hora a entrevistarla, y quizá nos pueda informar o nos pondremos en contacto con la gente de la clínica a la que la enviaron.

.. Me enviarán los informes, igualmente,…, lo dejo a su criterio.

… Perdón, buenas tardes.

… Adelante Gabriela. Les presento, la oficial Gabriela Soria, fue quien estuvo casi todo el tiempo junto a Claudia, Los Dres Graziani y Marini, del hospital donde enviamos a Pedro.

___ Gabriela sonrió y a Alberto se le escapó el aire, quedó embebido en la mirada, al tiempo que las manos temblaron.

… Si me disculpan, tenemos un operativo. Creo que mañana Dr. Graziani, ustedes podrán tener copias  de los exámenes de Claudia y la entrevista y nosotros noticias de Pedro si lo verá en un rato.

 Y veamos si la familia a ustedes les da más información, mientras, de no aparecer desde ellos algún abogado, tendré que nombrarlo de oficio.

 En principio tengo dos homicidios en primer grado, agravado probablemente, lamentablemente de ser ambos imputables, el o los asesinos porque no puedo descartar  nada todavía, tendrán un juicio penoso y una pena capital. Es una tragedia si fue alguno de ellos.

… ¿Existe la posibilidad de un tercero?

… Remotísima, no. Las puertas estaban cerradas desde adentro, las ventanas también y los hijos no abrieron, fueron forzadas por nuestro personal.

… Bueno, oficial, ya que la chica estará acá mañana, no iremos a la clínica ahora, entonces vamos al hospital a ver si logro que este muchacho recupere el habla que al parecer tenía.

… Gracias Dr. Estaremos en contacto, de no estar yo, lo hablan todo con la Oficial.

Gaby, mañana el Dr. Marini vendrá a entrevistar a Claudia.

… Perfecto, me parece muy bien, yo lo intentaré nuevamente cuando regrese y me gustaría estar presente en algún momento mañana. Porque la chica parece muy sola y asustada y algo me ha visto.

… Perfecto, gracias.

___ Guillermo y Alberto salieron con más interrogantes que respuestas, pero uno con alguien a quien deseaba ver y conocer, y el otro sin saber que Miller deseaba conocerlo mucho más.

___

…Guillermo, iré a ver a los pacientes comunes.

Todo tuyo Pedro Beggio.  Luego lo charlamos.

___ Guillermo se dirigió al pabellón de Judiciales, caminando lentamente, con las manos en los bolsillos, con la imagen del rostro que le mostró la foto paseando sin permiso en su mente,  por alguna extraña desconocida razón estaba temblando, y un estremecimiento generalizado lo dominó.

Se detuvo a pasos de llegar al oficial que custodiaba la puerta, apoyó los brazos en la pared y suspiró varias veces intentando sentir el aire ingresar, hasta al fin plantarse en sus pies para dar los últimos pasos,… hacia... Pedro Beggio.

… Buenas tardes Dr.

… Abra por favor.

___ En la penumbra del pabellón, de paredes azules descoloridas, con olor a humedad y encierro, con un catre en un rincón y una mesa pequeña con una silla en otro,  todas las sensaciones del pasillo se sumaron a un escalofrío que recorrió su médula de  arriba abajo, al momento de divisarlo apoyado en la pared, con los ojos cerrados, intentando aspirar el aire que allí no existía, y el alma se le encogió ante la visión.

Sintió las piernas como de gelatina, que no reconocieron órdenes mentales de moverse, y creyó que  caería en el lugar.

No supo cuánto tiempo transcurrió, hasta que al fin logró lentamente recorrer la distancia que existía entre los dos.

¿Pedro?

Cuando los ojos marrones transparentes para los suyos se fueron abriendo, la mirada era  sombría y turbulenta, el alma de la tristeza, el vacío, y el dolor, un dolor tan agudo que nubló los ojos, ¿o quizá Guillermo no reconocía ya entre dolor y la culpa?

Por algún motivo supo que sus ojos también se velaron perdidos más allá de los marrones que enfrentaron su mirada penetrante. Estaba a pocos pasos de Pedro y éste no desvió la mirada de los ojos negros.

Guillermo no podía emitir más palabras, más que aquel nombre intentando unirlo a esa mirada, a ese rostro que perezosamente comenzó a escrudiñar, mientras un fino temblor lo atormentaba, y los nervios le agarrotaban el estómago.

Cuando la razón regresó de algún sitio perdido, al fin pudo articular una frase:

… Soy el Dr. Guillermo Graziani, el Director de este lugar. Soy psiquiatra, y quiero ayudarte, pero para ello necesito que me hables.

___Nada cortó la tensión eléctrica entre los cuerpos, nada interrumpió el silencio entre los dos, Pedro no separó los labios por los cuales la mirada de Guillermo paseó, le sostuvo la mirada unos instantes y en la misma posición se quedó, negándole nuevamente la visión al cerrar los ojos como una huida  a continuar.

… Pedro, necesito que hables, que digas lo que sucedió, sé que puedes hablar. No hay razones clínicas en tu historia para que no lo hagas otras que pánico o psicológicas, pero para eso estoy aquí.

__ Pedro entreabrió los ojos, y Guillermo vio nuevamente imágenes  turbulentas  velando la belleza de más atrás y entendió que al menos entonces, todo seguiría así.

Sin excusas, sin razones, inexplicablemente, pero también sin reparos ni engaño alguno sintió algo jamás experimentado,….profundo, irrefrenable, intenso, desesperado.

Deseó poder abrazarlo, consolarlo, acunarlo y protegerlo de todo mal, sacarlo del mundo si fuese necesario para calmar lo que vislumbró y en la profundidad de su ser nació una certeza.

Jamás podría creer que Pedro fuese un asesino y al mismo momento se juró que daría la vida por sacarlo de allí, del infierno interior en el que seguramente decidiera encerrarse y del infierno exterior que  una burla del destino le  había preparado.

CONTINUARÁ.