ENIGMA. CAPÍTULO SIETE.

 

ENIGMA. CAPÍTULO SIETE.

 Bs. As., lunes 22 de junio de 2015.

___Guillermo le enmarcó el rostro sintiéndolo trémulo y lo miró en profundidad.

… Habla, tranquilo. Necesito saber la verdad.

… En primer lugar tienes que saber que lo que hablo lo hago bajo el secreto profesional. No sé qué diré en audiencia o declaración ni siquiera sé si hablaré.

… No me pidas eso. Me sigues atando de manos y pies para ayudarte.

… Promételo, de lo contrario no volveré a hablar ni afuera ni contigo.

.. Pedro, me estás extorsionando.

… No. Quiero poder confiar en ti, y para eso necesito que guardes lo que diré.

… Está bien, necesito saberlo todo para poder ayudarlos. Y tienes que saber que tus tíos te estuvieron ocultando cosas.

… ¿Cómo?

… A vos y a Marcial, para protegerlos, para no hacerte daño.

… ¿De qué mierda hablas, Graziani?

… Tu padrastro, lo perdió todo.

.. Eso pude imaginarlo al ver cómo y dónde vivían.

… Vendió su parte en el bufete de Chicago para instalarse en Nueva York, al parecer allí perdió el rumbo, quizá antes y entró en negocios oscuros, droga, trata,___ Guillermo lo miró sopesando el efecto de cada palabra en su estado, temiendo mayor descompensación que una convulsión y vio el bello rostro transfigurarse en rabia y dolor__

Al parecer lo inhabilitaron, y salieron huyendo de allá hace seis años. 

Tu tío de Chile viajó y supo esto por un amigo de tu verdadero padre, hace dos años.

No supieron nada más de ellas, además porque tu tío de Chicago murió hace más tiempo y tu tía regresó a Europa con su familia.

… Y estaban acá.

….Tu familia intentó localizar a tu madre y a Claudia, pero ya no pudieron, y no supieron nada de ellas.

Pedro, al parecer y según lo que en la mañana van a declarar y lo que me dice mi intuición, es poco probable que ellas leyeran tus cartas. Por eso nunca te respondieron. Si quieres mi opinión el tipo nunca se las dio.

… ¿Por eso no pidieron ayuda antes? ¿Habrán pensado que las había olvidado?

… Algo así, quizá. Igualmente Claudia reconoció a Marcial hace dos meses en el centro, él le dio tu teléfono pero recién te llamó anteayer, con muy poco margen de tiempo para que pudieras hacer nada por ellas ya.

___Pedro apartó la mirada para que no lo delataran las lágrimas. Algo había cambiado ahora, y por primera vez desde que  llegara a esa casa en la tarde trágica, ahora sintió miedo. Tenía las manos húmedas y frías aunque la mirada de Guillermo que percibió sin verlo le llenaba de calidez las entrañas, sensación que intentó apartar.

Guillermo buscó los ojos marrones, y vio una gelidez asombrosa que dio paso a algo apasionado y volátil, distinto, que en cualquiera hubiese pensado que significaba incertidumbre o aturdimiento, confusión quizá, pero en Pedro le asustó y sintió un nudo en la garganta que le dificultó respirar.

Pedro le fascinó todavía más con el ceño fruncido, echando chispas por los ojos, y  deseó desterrar  esos sentimientos expresados  y  reemplazarlos por una determinante sumisión. Algo que no pudo permitirse por el momento.

Lo miró con una expresión que se le antojó peligrosa pero que no hizo más que fundirle las entrañas.

… Lo siento, pero tenías que saberlo. Quizá ayude a que podemos idear estrategias que lleven a inculpar a terceros. Seguramente tu… ese tipo tenía más enemigos que amigos.

… Quizá.

… Pero no te veo entusiasmado por la noticia.

… Cuando Claudia me llamó me pidió ayuda, esa parte es verdadera, todo lo es como percibiste…. hasta que entré a la habitación, no vi a extraños en la casa. No me pareció que hubiese entrado nadie forzando puertas o ventanas, estaba todo limpio y ordenado, excepto en el dormitorio de mi princesa, porque  se a había acostado un rato luego de ducharse, dejó todo tirado y la cama deshecha.

… ¿Eso quiere decir lo que estoy imaginando?

… Hablé un ratito con ella, sí, luego de las muertes, o de... la muerte de mi madre, cuando el cerdo estaba agonizando en el piso. Algo alcanzó a contarme.

… Ven, siéntate y mírame cuando me hablas. Cuéntame.

___ Pedro regresó a la silla y  apoyó el mentón sobre las manos mirando hacia los ojos negros.

… Mi mamá estaba muerta, como te dije, desnuda, con el cuello dislocado, la mirada inerte.

Pero…, ___ sin aviso una catarata de lágrimas anegaron el rostro de Pedro y Guillermo desesperó en él, corriendo a arrodillarse a su lado y a estrecharlo en sus brazos para que pudiera continuar, y quizá encontrar alivio.

… Sigue, precioso, te sentirás mejor si lo dices. ¿Qué viste además de…  a tu mamá muerta?

… El tipo... estaba desnudo… y había desgarrado el camisón a Claudia. Por eso ella estaba desnuda y encontraron su camisón en el piso. Acordamos en decir que se lo arrancó cuando ella intentó defender a mi mamá, si es que nos obligaban a hablar, pero no fue así. Él se lo arrancó, el cerdo asqueroso la estaba manoseando. Cuando entré estaba intentando violarla.

___ Pedro lo miró con el bello  rostro enrojecido por el llanto y la furia y como si las palabras brotaran demandadas continuó...

…Claudia le pegó, intentó sacárselo de encima, el hijo de mil putas mató a mi mamá cuando ella intentó evitar que fuese por Claudia que ya estaba acostada, en su dormitorio.

.. Pedrito, precioso, no entiendo, a ver. Estás mezclando todo y no entiendo. Tranquilo.

… Claudia había limpiado y ordenado la casa, estaba cansada, se duchó con intención de acostarse. Nunca sabía bien los horarios de ellos.

 Entonces regresó mi mamá. Ese día no había conseguido trabajo ni dinero alguno, y el tipo se ponía loco cuando eso sucedía.

… ¿Quieres decir que tu mamá llevaba el dinero a la casa?

… Eso mismo. Con lo que me contaste todo cierra. El tipo nunca más pudo trabajar de abogado ni de nada que no fuese hacer esas porquerías, y tenía deudas. Muchas veces iban tipos a buscarlo, y les pegaban a ellas porque él se escondía cuando debía dinero. Vivieron amenazadas años, por él y por terceros.

Por eso Claudia me llamó, porque como mi mamá regresó preocupada sin dinero ese día, sospechó que el tipo iba a enfurecerse, y cuando eso pasaba la molía a palos.

… ¿A Diana?

… Sí, cuando ella no traía dinero suficiente y él estaba endeudado le pegaba hasta desmayarla. Mi mamá no dijo nunca nada a nadie, ocultó las marcas en los trabajos  bajo la ropa o con maquillaje, nunca lo denunció, siempre creyó amarlo, pero eso no es amor, ¿no?

… No precioso, claro que no lo es, por eso te hablé del síndrome víctima- victimario y todo eso, el Amor no hace daño, el amor no pega, no mata.

…. Mi mamá estaba muy asustada, Claudia la trató de calmar, la hizo acostar y le llevó comida. El plato que vieron en la mesa de noche. Mi… padrastro llegó a poco de ella, ni siquiera alcanzó a comer, y Diana le pidió a  Claudia que se encerrase en su habitación, como muchas veces, así escuchara cualquier cosa.

Mi hermana hizo caso. Pero antes me llamó porque lo presintió, presintió en la cara del tipo que justamente aquel día necesitaba dinero, y Diana no lo tenía. Con sigilo luego que ellos  comenzaron a discutir fue a  abrir la puerta y volvió a su habitación, pero comenzó a sentir que mi padrastro tiró cosas, adornos, ruido de muebles, y luego el llanto de  mi mamá.

… Pedrito, la policía no encontró rastros de violencia reciente en el cuerpo de tu madre, al menos en primera instancia.

… Al parecer descargó la bronca con cosas, no le pegó como otras veces, sino que…

… No llores así, Dios, no puedo verte llorar así. ¿La mató directamente?
… Le arrancó el camisón, se desnudó, la violó en forma salvaje y mientras estaba dentro la estranguló,… y Claudia entró porque no soportó los sonidos, el miedo…, lo vio. Vio todo ese horror, que seguramente pasó mil veces antes y yo no estuve allí para matarlo. ¿Entiendes?

Y esta vez me paralicé en el auto mientras en la casa asesinaba a mi mamá. Pude haber llegado a tiempo...

… Pedro, vos no lo mataste ni ahora ni hubieras podido antes ni nunca. Es terrible lo que vio tu hermana, lo que vino pasando tu madre. He visto miles de casos en que no hay manera de que las víctimas pidan ayuda a tiempo hasta que terminan así, o la piden y no les creen, y eso  lleva a que descrean de la justicia y no denuncien, hasta que ocurren  estas tragedias.

___ Guillermo le fue secando el rostro con los dedos, con las palmas, con pañuelos,… pero las lágrimas corrían como las olas hasta romper en espuma en la arena, en un día de tormenta tropical.

… Continúa.

… Claudia se abalanzó sobre él intentando  salvar a mi mamá, no pudo o no supo encontrar algo con lo cual pegarle, y evitar que le siguiese comprimiendo el cuello, y para cuando terminó, la miró con los ojos fuera de órbita, la insultó, le arrancó el camisón y la tumbó al lado del cadáver de... para violarla... para matarla.

Cuando entré escuché los gritos de mi princesa, sofocados, pero me di cuenta, y para cuando abrí la puerta, lo vi. sobre ella que se retorcía desesperada debajo, mi mamá estaba al lado, muerta, le grité.

Al principio el asqueroso estaba tan excitado que ni siquiera me escuchó, volví a gritar mientras fui hacia él, se dio vuelta y sin  dudar… lo apuñalé, y liberé a mi hermanita, que entonces se desmayó cuando el tipo cayó al piso.

___ Pedro ahora se mecía en la silla como un autómata, como el autista que era, como el asesino que no podía ser y Guillermo lo abrazó para acunarlo él y que llorara todo sus dolor en su pecho.

La cubrí con la manta, y me quedé abrazándola hasta que despertó y me contó cómo empezó aquello.

El tipo  había cortado la línea telefónica, ella no tenía celular, ni amigos, mi mamá tampoco. Les avergonzaba el secreto, al menos al comienzo. O mi mamá lo defendía y se sentía culpable por no conseguir un trabajo acorde a su educación. No querían que nadie supiese.

 Claudia por eso no habló con nadie en la escuela, no tuvo amigos que pudieran ir a la casa y descubrirlo, nunca tuvo novio…

___ Pedro ahogó sollozos en suspiros.

…Acordamos con ella que yo no hablaría y que ella diría que no recordaba nada.

… No, precioso, no. Eso los condena a los dos.

.. No importa, a ella tendrán que dejarla pronto libre, el arma la tenía yo.

… No lo sabemos. Tienen que confesarlo todo, fue defensa propia, hay atenuantes, de lo contrario además de las muertes habrá falso testimonio, o encubrimiento, es una locura lo que piensan. ¿Para qué? Para guardar un secreto, para cuidar la reputación familiar, si ellos están muertos, mucho más tu padre verdadero. No, Pedro no.

___Pedro lo miró en una súplica anegado.

… Pero Claudia está viva, y puede ahora empezar  a ser libre. No es justo que crean cualquier cosa de ella, que se vea manchada por la historia de ese delincuente, que hasta los padres de Marcial saben, ya. No quiero.

… Tranquilo, ya, no llores. Yo temo por vos, Claudia está sana, vos no. Tranquilo.

Y no creo que lo hayas matado, nunca lo voy a creer.

… Mierda, Graziani, ¿qué quieres que invente ahora para  convencerte de que sí lo hice porque mató a mi mamá y para salvar a mi hermana?

.. Pedro, si hubieses querido apartarlo de Claudia, lo hubieras hecho, lo hubieras arrastrado, golpeado, él a vos, le hubieras pegado con algo.

… No lo pensé, no vi nada para pegarle y tenía un cuchillo en la mano.

… ! Pedro!, no soy idiota, si el tipo estaba sobre Claudia y  vos lo hubieses matado, le hubieras apuñalado por detrás, no en la garganta. ! Dime la verdad!

… Mierda, te dije que se volvió cuando le grité, y lo aparté de mi hermana y quedamos de frente,… no puedo más. Lo creas o no es la verdad de lo que sucedió. __ Y lo miró con un gesto inescrutable, más peligroso que el silencio y que todo lo demás.

… Yo lo maté, pero debí haber estado antes con ellas, nunca haber permitido lo que padecieron. Debí haberlo asesinado cuando lo conocí y supe lo que era.

… ¡Basta! No hables así, no sos así, no está en tus genes asesinar, no matarías una mosca.

… ¡Lo maté. Lo maté y lo volvería a hacer!

___ Pedro lloraba el dolor de una vida, la culpa de la ausencia,  la sangre del pánico, el agua de la impotencia y Guillermo lo estrechó sin reparos, comenzando a beber la sal del rostro sin miramientos ni reservas, dejándose llevar, y Pedro lo dejó, y  en la caricia de los labios comenzó la calma para dar paso a otra cosa, a un entendimiento, a algo superior al propio terror.

… ¿Te estás enamorando de mí y por eso me quieres salvar?

---La idea evocó algo emocionante, algo peligroso y tentador… ¿algo que no debería sentir?

… ¿Vos que crees que siento?

__ Guillermo posó la mirada en los labios que lo llevaban al delirio, que lo instaban a saborearlos, que se le antojaron fuertes, sabrosos, exquisitos como ese hombre, plenos de pasión.

.. Estás loco, no puede ser. No me conoces.___ Pedro murmuró asombrado y confuso. ¿De verdad?

… ¿Te da miedo que te diga que sí?

No lo diré, te lo demostraré.

___ A Pedro le costó respirar y supo que no fueron las lágrimas, sin conocer de dónde surgió la pregunta ni cómo continuar.

Guillermo lo miró  en silencio, diciéndolo todo sin ningún sonido, con ojos relucientes que a Pedro le desbocaron el corazón.

Bajo aquella atenta e imposible mirada sus pensamientos se dieron en fuga, el mundo se dispersó y sintió un calor abrasador irradiando de la piel por donde la mirada de Guillermo pasaba aun sin ser acariciado… todavía, y se estremeció cuando la bajó a sus labios.

Pero en verdad le tomó las manos en las fuertes de él, queriéndole transmitir esa fuerza, y su cuerpo cobró vida. Supo que deseba sentir esas manos recorriéndolo por todos lados. El aire vibró alrededor, en las miradas sostenidas y en las manos entrelazadas, en el mismo sentimiento, en el mismo resplandor.

___Gabriela no aceptó esa noche ir a cenar con Alberto sino que deseó regresar a la comisaría, algo la impulsó desde el primer momento a desear ayudar a Claudia.

Le caía bien, Pedro se le antojó que también, y  deseaba estar a solas con ella, antes de la mañana siguiente en que la entrevistaría con Alberto para hacer la consulta y los test del psicodiagnóstico.

Cuando entró, estaba en una celda oscura, con otra reclusa apresada por tenencia y comercialización de cocaína.

Claudia estaba en su catre, despierta, como perdida… en la mirada del techo, cuando Gabriela abrió y la hizo salir.

Pareció como desde el primer momento ausente, incapaz de percibir las esposas y el lugar, resignada.

Nada de lo sucedido había sido un plan ni su intención, había sucedido y no se arrepentía.

Le hubiese dado lo mismo morir como sus padres, pero no había sido así, ellos eran los muertos, Pedro y ella estaban vivos, al menos respiraban.

La llevó a la sala de interrogatorios y se sentaron.  Gabriela la miró directamente.

.. ¿Cómo estás?

___Hubo un momento de silencio y en un hilo de voz Claudia contestó.

… Esto es humillante, lo del hospital más.

… Fue necesario, estás lastimada. ¿Peleaste con tu padre?

… No.

… A ver, ¿tu hermano y vos pelearon con él para defender a tu mamá?

… No me acuerdo.

___Claudia sentía que Gaby no tenía derecho a conocer los secretos de su familia, no eran asuntos de nadie. No  deseó que nadie supiera nada de sus padres, que toda la ciudad los conociera, que se vieran en los diarios. Supo que Pedro y ella  darían la vida antes que eso ocurriera. ¿Qué pensarían de ellos?

Ni siquiera pudo imaginarlo.

… Claudia,  ¿van a heredar algo de tus padres?

… No lo sé, lo dudo porque la fortuna se perdió.

… ¿Entonces?

… ¿Qué?

.. Si no pelearon por defender a tu mamá ni por dinero, ¿por qué?

… No peleamos en ningún momento.

… Claudia, tienes que confesar lo que sucedió, aunque pienses que es una traición hacia ellos te lo debes y se lo debes a tu hermano.

.. ¿Por qué? ¿Qué derecho tienen a meterse en nuestras vidas?

… Claudia, si no confiesan, irán los dos a prisión. ¿Quieres pasar treinta años en una celda? Dime lo que sucedió.

¿Qué hacía tu hermano en la casa?

… Él no tiene nada que ver, nunca supo  de nosotras en años. Yo lo llamé a una hora de que mi mamá muriera, yo tengo la culpa de todo.

… ¿Por qué lo llamaste?

… Porque tuve miedo, siempre tuve miedo, pero sentí que ese día iba a suceder algo…IRREVERSIBLE.

… Sigue.

.. Mi mamá trabajaba en lo que fuese, cuidaba enfermos, pero si no conseguía  dinero, hacía de mucama, vendía ropa, cualquier cosa para mantenernos y darle dinero a... ese hombre.

…¿Y él?
… Él solamente lo gastaba, y contraía deudas. En Estados Unidos, perdió el bufete de abogados, luego la hipoteca de la mansión de mis padres y todos los ahorros.

Cayó preso, y mi mamá liquidó todo para pagar la fianza en verdad.

… ¿Por qué estuvo preso?

… Porque allanaron el estudio, y encontraron cocaína, un envío completo que la policía estaba siguiendo.

Desde que dejó Chicago, o quizá siempre, participó de redes de narcos y de trata de personas, y nos enteramos cuando lo apresaron esa vez.

… ¿Cuándo fue eso?

… A meses de escapar de Estados Unidos.

… ¿Escaparon?

… Sí, en  el 2009.

Mi tío, el hermano de mi papá que vivía en Chicago había muerto, su mujer se fue entonces a Europa, no teníamos a nadie más allá que nos pudiera ayudar.

Los atraparon a él y a dos cómplices en el bufete, y al cargamento, y fue preso.

Mi mamá pagó una suma millonaria en abogados y en la fianza, y lo dejaron salir. Yo no quería que saliera pero ella sí, lo amaba mucho entonces.

Tenía arresto domiciliario, pero quedaron cómplices de la red fuera del penal, y lo ayudaron,  nos fabricaron documentos falsos, y nos llevaron  por caminos que no reconocí,… en autos de ellos hasta Miami, y allí tomamos un barco hasta Bahamas.

… ¿Y entonces?

… Estuvimos un par de días ahí, y nos fueron a buscar, otra vez en barco, con los documentos falsos, camuflados… llegamos a Colombia, y allí estuvimos un año. Vivimos entre ellos.

… ¿Quiénes eran ellos?

… Los jefes Narcos, ellos protegieron a mi padrastro del FBI, inclusive, tenía y debe seguir teniendo si no caducó pedido de captura internacional, pero nos movían  a cada rato y nunca lo atraparon.

Al año siguiente vinimos a Bs. As.

Y acá siguió en lo mismo, pero en menor escala, tuvo que empezar de abajo decía, por eso a veces o casi siempre necesitaba dinero, y además empezó a andar en cosas de juego clandestino y todo eso. Siempre perdía dinero, a veces no teníamos para comer.

La casa la compró mi mamá con  lo que quedó de la venta de la mansión de mi verdadero papá. Pero luego él la hipotecó o decía que lo iban a matar. Muchas veces vinieron a buscarlo y se llevaron muebles y joyas de mi mamá,  como parte de pago de sus deudas. Él se escondía y nosotras los dejábamos hacer. No teníamos a nadie.

… ¿Por qué no fueron donde la policía o  no buscó a tus tíos tu mamá?

.. Teníamos vergüenza,  y mucho miedo.

Mis tíos pensaron que éramos felices con ese hombre en Estados Unidos, él la obligó a decirles eso a poco de que Pedro se viniera con mi primo, y se peleó con mi tía. Luego tuvo miedo y vergüenza. Él nos tenía amenazadas, siempre decía que la vida de los tres pendía de un hilo, desde que estábamos en Nueva York y acá también. Que si traicionábamos a sus jefes, nos acribillarían a los tres sin miramientos.

___ Las lágrimas surcaron las mejillas de Claudia y Gabriela sintió la garganta atenazada y un  bulto de plomo en el estómago.

… Cuando hace dos meses de casualidad reconocí a mi primo Marcial, no pensé y fui a él, amo a Pedro, lo extrañé siempre y quise saber si al menos él estaba bien, porque es...

.. Autista, lo sé. No tiene nada de malo.

.. No. Porque es muy inteligente, pero no supe más de él desde que se vino a Chile, y por Marcial me enteré que había estudiado. Que cumplió con su sueño de ser lo que mi papá, y que trabajaba con mis tíos. Le pedí el teléfono, pasé días debatiéndome entre llamarlo  para escucharle la voz o para verlo un ratito y no lo hice, por vergüenza, porque los Beggio, y mi papá son o fueron gente honorable, no merecía saber lo que pasó. Nadie tiene por qué meterse ni manchar nuestro apellido.

… Lo que hizo ese hombre que murió no mancha a los Beggio, Claudia.

… Es que mi mamá se casó con él, lo amó o eso creyó por años, y se dejó arrastrar hasta ser cómplice por no denunciarlo, y somos sus hijos. Pero ella  lo hizo por amor, o por miedo y vergüenza. No era así cuando estaba Pedro, supongo que nunca cuando vivió con mi padre.

… Lo sé. Esto lo vemos muchas veces, no tienes que sentir vergüenza. Tampoco es amor. Tu mamá, vos, fueron víctimas de ese hombre, de una relación enferma. Tu mamá creyó que le debía lealtad o que lo amaba sin duda, y por eso te arrastró en su error. Por suerte o por un juego del destino Pedro escapó a ello por el autismo que lo hizo resguardarse de ese hombre antes.

… Y yo lo hundí llamándolo ese día. No es justo.

… No lo hundiste Claudia, no si dicen la verdad, todo esto lo pueden ratificar tus tíos, pediremos informes a los estados de Estados Unidos, los antecedentes de ese hombre los podremos rastrear. Y tienes que entender que no es un Beggio. No le debes lealtad alguna a su reputación, te la debes a ti, y a Pedro. Él ahora está muerto y ya no puede amenazarte más, ni hacer más daño del que ya hizo.

… ¿Y si sus cómplices nos buscaran a Pedro y a mí para vengar las deudas?

… No lo harán, no les conviene implicarlos a ustedes. Con ese hombre  muerto, si vos no sabes nombres, no molestarán más, tranquila.

¿O acaso entraron ellos a la casa esa tarde y los asesinaron antes que Pedro llegara?

Revisamos todo y no nos pareció que hubiese pasado, pero esa gente suele tener mucha experiencia para escabullirse sin dejar rastros.

… No lo sé.

… Claudia,… ¿Crees que los mató otra persona o fue  Pedro?

… No, yo lo llamé porque mi mamá estaba muy nerviosa porque ese día no regresó con dinero, mi padre se ponía furioso cuando no traía dinero, y tuve miedo. Llegó temprano harta de caminar sin  sentido, agotada, él no estaba, se acostó. Yo le llevé un plato de pastas del mediodía y fui a ducharme, me puse el camisón porque había estado limpiando la casa y estaba cansada. Entonces ella me pidió que me quedara en mi habitación porque mi padre estaba entrando, y tuve un presentimiento feo.

Él no me dejó nunca tener celular, la línea estaba en el dormitorio de ellos, pero desde la puerta lo vi entrar, y dejar las llaves y el celular en la mesa. Y me arriesgué.

Cuando entró a la habitación de ellos, fui al living, tomé su celular, y llamé a Pedro desde la cocina, saqué la llave a la puerta y regresé a mi habitación, la llamada la borré, la eliminé.

Después escuché discutir, gritos, ruidos, y gemidos. Supuse que se habían reconciliado y estarían haciendo el amor, pero luego el corazón de súbito se me desbocó, sentí un grito sofocado, y sin un motivo,…,  una fuerza primitiva me llevó hacia allí, entré y lo vi,..

… ¿Qué viste, Claudia, dilo?

… Me da mucho asco.

… Por favor, te hará bien decirlo.

… Estaba aún dentro de ella y la había estrangulado, ella ya estaba muerta, el tenía las manos sobre una funda apretándole el cuello, preso todavía de estremecimientos del orgasmo.

…¿La ahorcó tapando las huellas con una funda?

… Sí, la de la almohada supongo.

.. Por eso no encontramos huellas…

¿Y entonces? ¿Adónde estabas vos?

… En la puerta del dormitorio,… creo.

… Claudia, a tu papá alguien le clavó el cuchillo en la garganta, alguien que estaba a centímetros de su cuello. ¿Fue tu mamá y lo estás ocultando?

¿La estaba violando y tomó el cuchillo del plato de comida que le dejaste y encontramos? ¿Lo apuñaló antes de morir?

¿Han hecho un pacto con tu hermano para no delatar a tu madre?

… No fue ella, no lo hizo, él la mató y yo me desmayé. No voy a volver a contar esto a nadie, no se lo digas a nadie. Yo voy a repetir siempre que no me acuerdo de nada, no digas a nadie lo que te conté.

… Claudia, por favor,..

… No lo digas, no es una confesión oficial, no digas nada, lo voy a negar, yo me desmayé después de entrar y ver muerta a mi mamá.

… NO Claudia, no. Es un error tremendo esto. No pueden ocultar la verdad, ni Pedro ni vos, se están condenando los dos.

___ Ni Pedro ni Claudia volvieron a hablar, como si a la distancia pudiesen comunicarse y acordar un pacto, un conjuro de silencio.

 Gabriela tuvo que devolver a Claudia a la celda sin más palabras y Guillermo acunó a Pedro en sus brazos hasta sentir que se adormiló de tanto llorar.

Sin más respuestas ni palabras, sin confesiones sonoras, lo llevó a la cama, y se acostó vestido junto a él, dejando que en la inconciencia del sueño y las lágrimas se acurrucara en el hueco, deslizándose olvidado de todo, entre su cuello y el pecho y quedándose atrapado allí, como si fuese su hogar y refugio de todo, el todo en el cual deseó estar, y allí terminó de dormirse, mientras Guillermo le acarició la cabeza cubriendo el rostro de suaves besos lánguidos como la brisa, pero cargados de Amor.

CONTINUARÁ.

EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO DOMÉSTICO
EN MUJERES MALTRATADAS
Por Andrés Montero Sociedad Española de Psicología de la Violencia AMontero@sepv.org http://www.sepv.org
Ver también:

• Síndrome de Adaptación Paradójica a la Violencia Doméstica
• Shaping the etiology of the stockholm syndrome. Hypothesis of the induced mental model

A pesar de que en la actualidad las cifras de incidencia en lo relativo a la violencia contra la mujer ejercida por esposos o compañeros sentimentales, o en el marco de relaciones afectivas de otro tipo, están ganando en publicidad progresivamente con respecto a épocas anteriores, lo cierto es que aún queda mucha realidad oculta por conocer.
Al tiempo que varios son los factores que han contribuido a que los contornos del fenómeno se expongan a la luz pública denunciados por la mujer, diversos son también los elementos que ayudan a que el silencio de la víctima sea un obstáculo en la búsqueda de vías de solución para numerosos casos de violencia contra las mujeres. Entre estos últimos, entre los elementos que mantienen a la mujer en silencio sobre el maltrato que está sufriendo, se pueden contar diversos procesos paralizantes
relacionados y generados por el miedo, la percepción de una ausencia de vías de escape o salida por parte de la víctima, y la carencia de recursos alternativos, sobre todo en el caso de mujeres con hijos que no vislumbran, por causas variadas, un apoyo externo viable.
Sin embargo, quienes trabajan buscando explicaciones y líneas de actuación para sofocar el fenómeno de la violencia y atajar sus consecuencias, conocen que en no pocas ocasiones mujeres a las que se supone una independencia personal o económica y una posibilidad de acceso a recursos alternativos continúan en relaciones donde sufren violencia. Estas mujeres, que desarrollan actividades que hacen pensar que no están sometidas a una parálisis o retracción por miedo y que incluso llegan a emprender
con éxito iniciativas en varios ámbitos de sus vidas, parecen sin embargo incapaces de denunciar a sus agresores, con quienes siguen conviviendo, y mucho menos de abandonar la relación. Por otra parte, este tipo de mujeres, de perfil social considerado más independiente, y aquellas otras de dependencia más ligada a un núcleo familiar del tipo que sea, comparten la reacción paradójica de desarrollar un vínculo afectivo todavía más fuerte con sus agresores, defendiendo sus razones, retirando denuncias policiales cuando han tenido un momento de lucidez y las han presentado, o deteniendo procesos judiciales en marcha al declarar a favor de sus agresores antes de que sean condenados. Estos efectos paradójicos se producen y quizás sea tiempo de ir buscando sus mecanismos y líneas de intervención.
Algunos teóricos han tratado de arrojar luz sobre la ocurrencia de estos vínculos paradójicos entre víctima y agresor, fundamentalmente apelando a claves afectivas o emocionales que aparecen en el contexto del entorno traumático. Dutton y Painter (1981) han descrito un escenario en el que dos factores, el desequilibrio de poder y la intermitencia en el tratamiento bueno-malo, generan en la mujer maltratada el desarrollo de un lazo traumático que la une con el agresor a través de conductas de docilidad. Según Dutton y Painter, el abuso crea y mantiene en la pareja una dinámica de dependencia debido a su efecto asimétrico sobre el equilibrio de poder, siendo el vínculo traumático producido por la alternancia de refuerzos y castigos. Sin embargo, esta teoría descansa aparentemente sobre la base del condicionamiento instrumental que, desde nuestra perspectiva, es válido para dar cuenta de algunos aspectos del repertorio de victimitación (principalmente de aquellos referidos a la indefensión aprendida), pero
falla en cubrir el complejo aparato psicológico asociado con este tipo de vínculos paradójicos. Según nuestro entendimiento, la incertidumbre asociada a la violencia repetida e intermitente es un elemento clave en el camino hacia el desarrollo del vínculo, pero no su causa única. Además, la teoría no toma en consideración que alguna esfera de desequilibrio de poder es en cierta medida inherente a muchas relaciones humanas: en las parejas traumáticas no parece ser una consecuencia sino un antecedente al abuso.
Otro modelo que busca una explicación para el comportamiento paradójico de las mujeres maltratadas es el tratamiento factorial de Graham sobre reacciones tipo síndrome de Estocolmo en mujeres jóvenes que mantienen relaciones de noviazgo (Graham, Rawlings, Ihms, Latimer, Foliano, Thompson, Suttman, Farrington y Hacker, 1995). Su modelo factorial toma la forma de una escala de evaluación de 49 ítems alrededor de un núcleo caracterizado por distorsiones cognitivas y estrategias de coping, y dos
dimensiones secundarias denominadas ‘daño psicológico’ y una más ambigua ‘amor-dependencia’. La teoría de Graham, de propósitos evaluativos, perfil topográfico y metodología correlacional, fue diseñada para detectar la aparición de síntomas del síndrome de Estocolmo en mujeres jóvenes sometidas a abuso por parte de sus compañeros sentimentales, y está basada en la idea de que el síndrome es el producto de un tipo de estado disociativo que lleva a la víctima a negar la parte violenta del comportamiento del agresor mientras desarrolla un vínculo con el lado que percibe más positivo, ignorando así sus propias
necesidades y volviéndose hipervigilante ante las de su agresor (Graham y Rawlings, 1991). Sin embargo, mientras esta explicación puede ser válida para describir alguno de los procesos globales implicados en el síndrome, no proporciona una hipótesis teórica sobre la naturaleza del proceso traumático más allá de algunos de sus elementos constituyentes.
Por nuestra parte, ante el déficit de teorías que den cuenta con la mayor precisión de los procesos y dinámicas psicológicas en este tipo de efectos paradójicos, y trabajando en una estructura teórica similar para el Síndrome de Estocolmo (Montero, 1999), hemos desarrollado un modelo aplicable al ámbito de la violencia ejercida contra la mujer.
La hipótesis, presentada bajo el título ‘FEATURING DOMESTIC STOCKHOLM SYNDROME. A COGNITIVE BOND OF PROTECTION IN BATTERED WOMEN’ en el XIV Congreso de la International Society for Research on Aggression, celebrado en Valencia entre el 9 y el 14 de julio de 2000, trata de exponer una estructura secuencial de reacciones psicofisiológicas que, de un modo dinámico, acaban por generar en la mujer una variante del Síndrome de Estocolmo clásico (Montero, 2000).
Sin entrar en descripciones demasiado técnicas, el Síndrome de Estocolmo Doméstico (abreviadamente SIES-d) sería descrito como un vínculo interpersonal de protección, construido entre la víctima y su agresor, en el marco de un ambiente traumático y de restricción estimular, a través de la inducción en la víctima de un modelo mental (red intersituacional de esquemas mentales y creencias). La víctima sometida a maltrato desarrollaría el SIES-d para proteger su propia integridad psicológica y recuperar la
homeostasis fisiológica y conductual.
La caracterización del SIES-d vendría determinada por un patrón de cambios cognitivos, su funcionalidad adaptativa y su curso terminal como resultado de un proceso reactivo acaecido en la víctima ante la situación traumática. El proceso abarcaría cuatro fases: desencadenante, reorientación, afrontamiento y adaptación. En la fase desencadenante, las primeras palizas propinadas por el esposo romperían el espacio de seguridad previamente construido por la pareja sobre la base de una relación afectiva, espacio
donde la mujer había depositado su confianza y expectativas: esta ruptura desencadenaría en la víctima un patrón general de desorientación, una pérdida de referentes, reacciones de estrés con tendencia a la cronificación e, incluso, depresión. En la fase de reorientación, la mujer busca nuevos referentes de futuro y trata de efectuar un reordenamiento de esquemas cognitivos en base al principio de la congruencia actitudinal, todo ello en orden a evitar la disonancia entre su conducta de elección y compromiso con la
pareja y la realidad traumática que está viviendo. La mujer se autoinculpa de la situación y entra en un estado de indefensión y resistencia pasiva, llegando así a una fase de afrontamiento, donde asume el modelo mental de su esposo y busca vías de protección de su integridad psicológica, tratando de manejar la situación traumática. En la última fase de adaptación, la mujer proyecta parte de la culpa al exterior, hacia otros, y el Síndrome de Estocolmo Doméstico se consolida a través de un proceso de identificación y alrededor del modelo mental explicativo del esposo acerca de la situación vivida en el hogar y sobre las relaciones causales que la han originado.
 
El SIES-d, como un tipo de trastorno de adaptación, sería el responsable del efecto paradójico encontrado en muchas mujeres que sufren maltrato en sus hogares, según el cual las víctimas defenderían a sus agresores como si la conducta agresiva que exhiben hacia ellas fuera el producto de una sociedad injusta, y estos mismos esposos fueran víctimas de un entorno que los empujara irremediablemente a ser violentos. Las mujeres maltratadas afectadas por el SIES-d, sobre la base de la asunción de las
explicaciones esgrimidas por sus esposos o compañeros, retardarían indefinidamente la denuncia de la situación a las autoridades, observándose una gran proporción de casos de agresión en este ámbito que no salen del entorno donde se producen por la incapacidad de la víctima de denunciar los hechos. Incluso en numerosas de estas ocasiones, las denuncias por  vía penal presentadas ante la autoridad judicial o policial son retiradas por las propias víctimas antes de que se traduzcan en sanciones efectivas para los agresores, creándose un círculo vicioso que mantiene las agresiones y sume a la víctima en un progresivo estado de deterioro personal.
 
El adjetivo ‘doméstico’
Montserrat Boix, coordinadora de Mujeres en Red, ha llamado acertadamente mi atención sobre los condicionantes semánticos que podrían derivarse de la utilización del término ‘doméstico’ para calificar la manifestación del síndrome en el entorno que estamos analizando. En realidad el modificador ‘doméstico’ ha sido elegido por dos razones: una de precisión conceptual y otra de economía, mitad clínica, mitad cognitiva. Nos explicamos.
Si entendemos doméstico como referido únicamente al recinto limitado por el domicilio, es cierto que las mujeres no son únicamente maltratadas en el entorno doméstico y, además, no sólo por sus maridos, sino también por parejas con las que no conviven. El uso del término no niega esta realidad y tampoco deseamos que la categoría se aplique a elementos dentro del fenómeno de la violencia contra la mujer que no incluyan exactamente las características de un síndrome de Estocolmo. Si presuponemos, en cambio, que es en el ambiente doméstico donde más probabilidades tiene de gestarse en SIES-d, asumiendo implícitamente que se puede dar en otras configuraciones ambientales. Pero es que ‘doméstico’ no se utiliza en sentido restrictivo, sino aceptando que la acepción no se circunscribe de modo reductivo al espacio físico de la vivienda, sino que se amplía a un espacio más amplio de experiencias vivenciales que ejercen de elementos autorreferenciales. ¿Es posible negar que en la mayoría de los casos que se observen, de modo simbólico, la pareja afectiva pasa a formar parte del entorno doméstico entendido como
anillo referencial primario para la identidad de la persona?.
Por último, desde una perspectiva clínica, la denominación apunta exactamente hacia lo que quiere definir, igual que desde un punto de vista de comprensión rápida por cualquiera que reciba el concepto SIES-d y sepa qué es el síndrome de Estocolmo clásico: la asociación entre doméstico, SIES y violencia contra la mujer es automática.
 
REFERENCIAS
-Dutton, DG; Painter, SL (1981). Traumatic bonding: the development of emotional attachments in battered women and other relationships of intermittent abuse. Victimology: an International Journal, 6: 139-155.
-Graham, DL; Rawling, EL (1991). Bonding with abusive dating partners: dynamics of Stockholm syndrome. In B. Levy (ed) Dating Violence, Women in Danger. Seattle, WA: Seal Press.
-Graham, DL; Rawlings, EL; Ihms, K; Latimer, D; Foliano, J; Thomson, A; Suttman, K; Farrington,
M; Hacker, R (1995). A scale for identifying Stockholm syndrome reactions in young dating women: factor structure, reliability and validity. Violence and Victims 10 (1): 3-22.
-Montero, A (1999). Shaping the etiology of the Stockholm Syndrome: hypothesis of the Induced Mental Model. IberPsicología, 5 (1):4
-Montero, A (2000). Featuring Domestic Stockholm Syndrome: a cognitive bond of protection in battered women. Proceedings of the XIV World Meeting of the International Society for Research on Aggression.