"EL OTRO".... CAPÍTULO TRECE.

EL OTRO.

 

CAPÍTULO TRECE.

“Todavía

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría

palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo

tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa

sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía

pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido

y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
                  todavía.

Mario Benedetti”.

“Le abracé, le besé.

Sus labios eran una

caricia necesaria,

¿cómo podía haber vivido

hasta ahora sin ellos?

 M.B.”

Martes, 10 de mayo de 2016. Ciudad Autónoma.

00.30 horas.

___Pedro cenó en silencio, mientras Matías parecía especialmente feliz, lo observó de hito en hito en cada gesto y expresión, y lo había visto regresar de casa del supuesto cliente sin ninguna carpeta con papeles, pero parecía olvidado del tema.

Por otro lado no sabía qué significaba el mensaje de Guillermo.

Ya le había enviado una carta, en un acto fallido antes del último mail de despedida, había escrito las últimas líneas de la cita  del día anterior, que pensaba serían sólo un desahogo para sí mismo, y sin querer la había deslizado bajo la puerta del estudio, pero había cumplido con el mail, con la despedida.

Matías especialmente amable levantó la mesa, y no lo dejó ayudarlo, le sirvió una copa, y fue solo a la cocina, y por un insólito presentir, Pedro vio el saco que se pusiera en el  día en el perchero, y por primera vez se acercó, en busca de algún papel que corroborara que le había dicho la verdad.

Cuando el fajo de cartas apareció en sus manos, incrédulo y temblando se lo llevó al baño, se encerró y comenzó a abrirlo, pensando que era un engaño de su marido.

De bruces con la realidad, con un manto de agua salada inundando alguna de las cartas, leyó pocas,…, pero las suficientes para descubrir que Matías había imitado su letra escribiendo a Guillermo en su nombre, al estudio y a una dirección que debía ser de la casa, y que Guillermo había respondido.

Al final encontró su última carta___empezaron a pitarle los oídos con el corazón latiendo en trueno, y de no haber estado sentado en el piso hubiese caído.

“…No puede ser, estás loco, Matías. ¿Qué mierda hiciste?

¿Qué es esto?
Parecen mis mails llevados a cartas, pero es imposible.

¿Acaso vienes de ver a Guille?

Claro, es la única explicación para el mensaje, que él sospeche esto, que las cartas no son mías, y por ello me pide una y necesita saber si conozco su dirección”.

…¿Pedro? ¿Adónde estás mi amor?

__Pedro se incorporó con las lágrimas surcando el rostro en caída libre, sin importarle abrió la puerta en una exhalación, y Matías clavó la clara mirada en las manos, en las cartas, en la evidencia en manos de Pedro.

…¿Qué significa esto, Matías?

… Mi amor, espera, puedo explicarte, perdón, el amor lo perdona todo.

… ¿Qué hiciste?

¿Vienes de casa de Guillermo?

¡Maldito seas, contesta!

¿Estuviste escribiéndole desde que regresamos en mi nombre?

__Pedro que había elevado la voz, y estaba pegado a su marido, lo sintió estremecerse, y apartarse al darse cuenta que había sido descubierto.

Pedro le clavó la mirada con un brillo extraño en los ojos que hizo pensar a Matías que esta vez le daría mucho más que una trompada.

…Perdón amor, estaba loco de celos, los vi en Bariloche, el amor lo perdona y lo entiende todo, comprende. Estaba seguro que te tentaría a una cita acá, quise desenmascararlo, nada más y lo hice. Entiende, lo hice por los dos, es mal tipo, quiere vengarse de mí por el abandono  seduciéndote, te está usando para luego desecharte, créeme, pregunta a Juan o a cualquiera quién es.

…! Cállate!

Mientras como idiota me preocupé por tu salud mental, me sometí a una terapia de pareja, hice caso en todo a tu psicólogo, dudaste de mí y le enviaste a Guille cartas para ir a su encuentro en mi lugar. ¿Fuiste?
…No me equivoqué, te estaba esperando, fui a ponerlo en su sitio, a recuperar las cartas.

…¿Qué hiciste qué? ¿No te das cuenta que yo estoy acá? ¿De qué cita de mierda hablas?

… Te estaba esperando, y leí la última carta que yo no envié.

__Pedro lejos de amedrentarse lo enfrentó, y en la cara le espetó.

… No iba a enviarle esas líneas, no sé qué me pasó, igualmente no fui, lo dejaría plantado. Pero fuiste en mi lugar, y ¿éstas?___. Mostrándole el resto a centímetro del rostro___. ¿Cómo pudiste enviar en mi nombre cartas de amor? Ahora debe pensar que me burlé de él, de nuevo la humillación, como en Bariloche, peor, debe pensar que lo planeamos entre los dos, para burlarnos.

…Amorcito, no te hagas el santo, de última, las cartas no son más que copias casi exactas de los mails que se enviaron___la ironía de la voz a Pedro no se le escapó y luego de ver la expresión del rostro que alguna vez había visto bello se torturó.

…¿Accedes a mis mails? ¿Desde cuándo?

… Desde que dejaste de ser mi amante esposo, para encontrarte a escondidas con “el otro”, desde siempre conozco tu PIN y jamás antes desconfié, no quieras echar culpas a mi psiquismo enfermo.

__Preso de odio, por no romperle la cara a trompadas, Pedro comenzó a caminar de un lado a otro, sopesando lo que podría estar pensando y sintiendo Guillermo, si antes lo odiaba por ser “el otro”, ahora no volvería a escucharlo, y de súbito clavó una mirada cargada en Matías.

…¿Me vas a volver a pegar para defenderlo?

Eres mi esposo, desde que te hablé de él no haces más que rechazarme, una y otra vez, descubro que se escriben y que se prometen cosas, ¿y  quieres que no haga nada?

No voy a permitir que ese desgraciado te vuelva a poner un dedo encima, porque ya lo hizo en Bariloche, ¿verdad? Y tenían una cita.

…Estás loco, totalmente loco. Ni siquiera sé adónde vive.

… ¿No? ¿Y la partida de ajedrez con la que te esperaba? ¿Cuándo la comenzaron?

___Pedro tomó el saco y las llaves, y Matías le cerró el paso junto a la puerta.

… No se te ocurra traspasar el umbral, se arrepentirán los dos___antes de escuchar siquiera una palabra de las amenazas que le dejara a Guillermo, Pedro estaba en el ascensor, camino a ninguna parte, no tenía la dirección de Guillermo.

Estaba tan confundido, enojado, y asustado, que ni recordó por minutos que sí aún conservaba el teléfono, y recién en el auto marcó, sin respuesta.

“…! Maldito seas, Matías! ¡Guille atiende, por Dios!__desesperado y temblando le envió un mensaje pidiéndole la dirección.

La respuesta no llegó, y lloró la impotencia  de  lo sucedido, la turbulencia de la mente que porfiada además desconfiaba también de Guillermo, era el mismo que en Bariloche le había dicho lo que repetía Matías, que lo odiaba, que era… “el otro”.

¿Y si Matías tiene razón?

….Igualmente debo enfrentarlo y aclararle lo de cartas y mails, no quiero que piense que soy como ellos, que todo fue una burla.

Si Matías fue hace un rato, quizá se fue con Juan, o quedó demasiado furioso, no importa, debo arriesgarme, por única vez al menos, lo único que tengo es la guía, que figure allí la dirección o  de lo contrario sí, deberé esperar a verlo cuando dé con alguien en el estudio, salvo que sea la dirección del sobre, pero no veo ahora en cuáles estaba”.

Bs. As., provincia, 10 de mayo de 2016.

02.00 horas.

__Guillermo al irse Matías se había quitado el saco, el pañuelo y  había desabotonado la camisa, apagando las luces del living y los teléfonos, se desmoronó en el sillón con la botella de whisky a su lado, y la copa que llenaba una y otra vez, deseando perder el conocimiento,…., alejarse así  de las amenazas de Matías, de las dudas que ahora habían surgido sobre los dos.

Cuando escuchó el timbre, un dejo de razón le hizo saber que era muy tarde, quizá fuera Juan, pero llevaba días sin dar señales, y si había regresado “el otro”, bueno sería para asesinarlo al fin.

Agarrotado y con las piernas titubeando, fue hasta la puerta de memoria, a oscuras, y abrió de una vez, quedando clavado en el lugar, sin reaccionar ni cuando la copa se escurrió de entre los dedos haciéndose añicos en el piso, y Pedro al saberlo borracho, a punto de caer  lo aferró para llevarlo adentro, ante el rechazo y el forcejeo, no obstante lo cual lograron entrar.

Cuando Guillermo comprendió que era él, lo aferró por los hombros temiendo que huyera antes de explicarle lo sucedido, y la mirada gélida paralizó a Pedro: ¿era odio? ¿Ira?

…! Dime! ¿Por qué lo hiciste?___la voz se arrastraba y temblaba a la vez.

¿Fue una burla? ¿Lo hiciste sólo para ayudar a Matías a burlarse de nuevo de mí?

… Guille, suéltame, mira cómo estás___con un desgarrador sollozo, Pedro zafó de los brazos.

…No fue una burla, no fue un juego, pero en ese estado no podemos hablar, dame esta copa.

…No quiero, déjame, en este estado estoy desde que regresé de ese maldito viaje, consumiéndome en tu ausencia___Pedro sin embargo vio  cuando los ojos se acostumbraron, que la estancia estaba preparada para una cita.

__Pedro encendió las luces que cegaron a Guillermo, le quitó la copa, y lo arrastró a la cocina que vio más cerca, para empaparle la cara.

…¿Estás loco?

¿Qué haces?

… Intentar que te saques un poco de borrachera de encima, espera a que haga café ahora, ve al sillón.

…! Estoy en mi casa! ¿Cómo llegaste acá?

Ya sé, él te dio la dirección.

…! Al sillón dije!___elevando el tono y Guillermo como sintió que todo daba vueltas, hizo caso.

__Pedro regresó con café, dándole una tasa enorme de café negro y amargo.

…¿Cómo sabes que lo tomo amargo?

.. Lo sé, punto. Tómalo.

__Guillermo enlazó la mirada en los vericuetos de miel de los ojos de Pedro que casi en susurros comenzó a hablar.

…No pensaba escribirte, ni cartas un mails, pero al fin me dije que al menos uno debía enviar, porque sí, esperabas que viniera, al menos a terminar la partida.

No escribí las cartas, ni fui cómplice de Matías.

…¿Cómo?

… Espera. Toma el café y déjame contarte todo, o no podré.

… Escribí el primer mail, y lo pensé como el último, cuando me respondiste, dije uno más, y así continuamos idas y regresos hasta ayer,  en que me sentí más muerto que vivo, te dije que ya no volvería a responder, y cerré la máquina.

En un acto fallido, quise expresar mi verdad, y escribí la última y única carta, la que deslicé bajo la puerta del estudio ayer,  la que tomaste como cierta, de la que se valió Matías para venir, yo no iba a hacerlo, pensaba cumplir con el mail. No sabía hasta ahora tu dirección,  me fijé por Internet desde el auto en la guía.

Matías nos vio en Bariloche, no sé cuántas veces ni en qué situaciones, recién, al regresar lo supe, no me quedé para averiguar más o lo mataría esta vez, entonces supo que de alguna manera nos veríamos acá, y para dar él con la cita, jaqueó mi cuenta de mail,  los transcribió a cartas, a papel, cambiando poco, y te hizo llegar las cartas como de mi parte, yo no las escribí excepto la última que era para desahogarme, no pensaba enviarla, sino cumplir con el mail. Supe todo al regresar Matías, porque mintió en haber quedado con un cliente y en el saco encontré las cartas. Entonces me dijo todo.

__Guillermo bebía café y seguía prendido en la mirada.

…¿Hasta dónde son ciertas las palabras?

… Todas los son, en realidad es lo que sentí, lo que siento, lo único distinto es que yo no vendría a la cita, porque el psicólogo de Matías dice que está al borde de un brote psicótico y porque a veces dudo de ti.

Todo lo que te dije es lo que sentía.

___El silencio ganó la estancia por largo rato, la respiración de Guillermo se hizo rápida y superficial, para al fin sin apartar la mirada preguntar__costaba fortunas hacer la pregunta, aunque supo que más difícil era la respuesta.

Pedro comenzó a desparramar lágrimas.

..¿Por qué iba a dejar de escribir?

… Porque dolía demasiado, duele demasiado.  Cada palabra era demasiado profunda, me enamoré de ti, y sabiendo que no puedo ser tuyo, que soy el esposo de “el otro”, me pareció mejor, terminar toda relación, al menos por ahora.

Te amo demasiado, no sé cómo ocurrió, en qué tiempo, y no deseaba…

___las palabras quedaron interrumpidas, porque para cuando Pedro dejó de escucharse,  supo que Guillermo lo estaba besando, no sabiendo qué significaba esa acción, qué le estaba diciendo, no obstante sus pensamientos pronto se dieron en fuga, y dejó de buscar explicación alguna.

Guillermo lo había abrazado en algún momento, y sin pensar se aferró a los brazos, estremecido hasta el alma, lo dejó saborear lágrimas y sollozos y besarlo feroz y voraz.

Pensó que debía estar en su cama, que lo estaba soñando, y sin embargo los sentidos porfiados le decían que era real, el sabor, la calidez, el aroma conocido desde el Lago, los brazos que eran aquellos lo estaban rodeando, y se pegó a él con más fuerza, casi sin poder dejar ingresar el aire, pero le daba igual, el beso lo había embriagado más que una botella de whisky, y cuando se apartó, estaba jadeando, mientras Guillermo lo miró interrogando.

… ¿Me amabas?

.. Te amo, en presente, te amé desde percibirte junto al lago.

… Me dijiste que te esperara.

… No iba a venir, no tenía intención de que esa carta llegara a ti.

… Pero llegó, y te enamoraste de mí.

…Sí__las lágrimas regresaron y Guillermo las enjugó a besos, mientras los ojos ya no eran fríos como glaciares sino dulces y suaves como nubes o volutas de humo.

…Te amo, Pedro, nunca quise usarte para vengarme de “el otro”, lo que dije al inicio en Bariloche fue desde la frustración primera, pero…

___De súbito estaban tumbándose en el sillón, Guillermo le devoraba los labios, Pedro comenzó a devolverle el beso, ya incapaz de negarle nada.

… Pensé que… me odiabas___con vos lejana titubeante.

… Quizá odiaba a ese “otro” sin rostro y anónimo pero luego de conocerte, jamás y te seguiría al fin del mundo buscándote, ni el otro ni nadie me podrían detener ahora.

___Las manos comenzaron a colarse bajo las camisas, a acariciar el terciopelo de los senderos de piel, y los pezones inhiestos esperaron anhelantes, estremeciéndose por entero los dos.

__El beso era apasionado y voraz, agónico y desesperado, sin reparos ni dudas, y los dedos de Guillermo recuperados de todo temblor, precisos le desabrocharon los pantalones, para posar la mano en el  duro vientre tallado por el ejercicio, comenzando una ronda exploratoria hasta la curva de las caderas y el insistente repiquetear de los dedos le erizó el vello y la piel.

Pedro musitó su nombre incrédulo de estar intentando desabrocharle el cinto y el botón de los pantalones, enterrando la cabeza para besarle morosamente el cuello y bajo las orejas, musitándole que le hiciera el amor.

Guillermo le revolvía el cabello acariciando con un dejo de control temblando las caderas.

… A veces llegué a pensar que lo amabas al otro, y que estabas buscando venganza.

… Te amo a vos___. Lo besó con furia como deseando castigarlo__. Me volví loco una vida buscando en “otros” lo que sólo tienes vos.

… Pensé que estabas con Juan.

… Me sentía solo, necesitaba de alguien, y es buen amigo, temía viajar solo, por  mis fobias y por la posibilidad de encontrar a Matías, pero me enamoré de vos, apenas verte, aunque quise resistirme. ¿Acaso no lo notas?___Pedro sintió la pulsátil excitación contra él, embriagado como de estrellas hundió en el cuello el rostro aspirando el aroma que ansiaba.

Guillermo le acarició los labios con los dedos antes de ir a besarlos, para seguir en caminos del cuello, a dibujar el contorno de las orejas, susurrando al oído: Amor mío, lo sos.

…¿A qué vino, Matías antes?

… No importa ahora.  Ahora que me espabilaste de la borrachera de alcohol, para embriagarme de vos, quiero en tus ojos que me eluden avergonzados, o en la turgencia de los labios, en la suavidad de tu piel, escribir mi amor, como un libro, o mejor como un calendario de cada instante con vos, y que nazca de mis labios el aire que te dé la vida, y de los tuyos el que yo respire, como la música de tu risa, el aroma de tu piel que embeba la mía y mi ropa para siempre.

Que sea mi aliento el que en suspiros huya de tus labios, y tus manos las esposas que aprisionen mi camino, en celdas eternas donde me encierres con vos.

.. Amor, te repito lo que te dije en Bariloche, lo que quise decir en el último mail,  “esto...lo nuestro”, no ha terminado, sólo necesito de tiempo… para que  termine de descubrir al otro, para saber si soporta que lo deje, para extrañarte y saber que me extrañas, para saber qué necesita cada  uno y así poder tomar decisiones firmes  ambos, no volver a dañar a otros, pero sabiendo que en el tiempo que pase, el amor perdurará, sólo es  para saber que esto no es ilusorio, no es efímera obsesión basada en el error previo o en el flash inicial, para aprender a valorar lo poco compartido, porque sólo así sabremos si “el otro” es el que deseamos elegir para siempre esta vez.
Por eso me despedía en el mail, pensando en algún día regresar, pidiendo un tiempo para comprender, sin que implicara olvido, jamás te podría olvidar.
Sólo te pedía y pediría que me pienses en este amor y que intentemos remediar lo malo pasado y que pueda venir, Matías no es normal, pero siento que regresaré a ti, por ello te pediría si tuviese derechos que me esperaras con esa partida pendiente, en el mismo lugar, para cuando pueda regresar seguro, entero, aunque nada sea igual.

Esto no significa que no te ame, sino que necesito pensar, reflexionar, dejar a Matías no por ti,…, por mí, de nada valdría reemplazar otro, por “otro” y trasladar el odio una y otra vez, el despecho de despedidas de encuentros erróneos, y necesito dejarlo ausentándome de tu lado para que así sea.

 Recuerda que el amor llega a aquel que espera aunque no haya sido valorado o haya sido traicionado, a aquel que aún cree que  ama,  a aquel que tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo.

Correré los riesgos necesarios sabiendo que este amor es real, caminaré por empedrados boscosos, en la cornisa más afilada, en los senderos llenos de aberturas, sin ataduras por las murallas que en el camino deba vencer, con una meta clara, que eres tú.

No soy libre hoy, pero cuan duros sean los riesgos, los golpes, cerradas las ataduras, eterna la penumbra, amarga y horrenda la realidad, nada será imposible de soportar menos de vencer.

Amando de verdad,…, el final es el triunfo, y en medio, las cargas se pueden sobrellevar conociendo el final.

El mismo azar, destino o Dios que nos llevó al Lago, escucha estas palabras.

Dios calmará el llanto, abrazará y mitigará el dolor, y nos abrigará en los riesgos que tengamos que correr.

… Muchos más de los que imaginas, Matías es peligroso, por ello te envié el mensaje, está dispuesto a todo, y si llegara a hacerte daño, moriría, luego de asesinarlo con mis manos.

…Chsss.

__En un movimiento al rodar, cayeron sobre la alfombra y  Guillermo separó las piernas de Pedro con la suya al tiempo que los besos retornaron febriles e impacientes convirtiendo la sangre de ambos en fuego, y en piruetas circenses terminaron por bajarse los pantalones, enredándose en la ropa, que al fin quedó al costado, jadeando al unísono cuando plantaron las palmas en el sexo entero del otro, mientras con la otra se fugaron a las nalgas, a tantear el ingreso con los dedos.

Se dejaron hacer, con respiraciones entrecortadas, en raras contorsiones, los corazones  latiendo a ritmo ensordecedor, mientras los dedos ingresaron con delicadeza en el otro, y la otra mano paseaba de lado a lado, hasta detenerse en el pétreo deseo de uno por el otro, frotando, acariciando, embriagando, enloqueciendo.

Al fin Guillermo llevó la boca a tomar los pezones ya erguidos de Pedro, uno y el otro dejando regueros de agua en el camino, chupando y calmando con caricias de lengua, mientras los dedos enloquecían en el camino interior, explorando, dilatando, penetrando, y el brillo en los ojos llameó al ver a Pedro retorciéndose, cegado de placer, tensado insoportablemente, pero deseando prolongar hasta morir en esas manos el momento, mientras los gemidos morían en los besos, las oleadas de placer amenazaban con arrasarlo, y a pesar de que aceptaba todo, las alarmantes sensaciones lo llevaron a dejar que las venas se dilataran y mientras, Guillermo comenzó a succionar delante, penetrando por detrás, Pedro enterró los dedos en su cabeza dejándose arrastrar a un éxtasis sublime, derramándose por entero en la boca que lo adoraba, manteniendo el placer en retirada en oleadas lánguidas, mientras se iba sintiendo débil y relajado, casi agonizando, sin haber sido suyo por entero.

Guillermo absorbió, bebiendo los últimos gemidos en besos, dándole de su sabor y con los nudillos recorrió en círculos el torso, demorándose en notas justas, mientas embobado observaba el rostro perlado en sudor, como absorto en la contemplación de su adonis hecho de alguna sustancia preciosa y exótica que nunca jamás había vislumbrado ni vería después.

Paseó la lengua por el pulso acelerado aún en las muñecas, y Pedro deseaba quedarse enroscado allí mismo para siempre, cuando la pregunta llegó por segunda vez.

…¿Cuándo podremos casarnos?___estrechándolo con fuerza.

Si sigues demorando me temo que para cuando me des el sí, seré un ermitaño peligroso que deberá cuidarte de mí.

¿Vamos a casarnos, verdad?

___Pedro lo miró con el rostro sonrojado, sabiendo lo difícil que era responder aquello. Al fin casi sin voz contestó.

… No puedo ahora casarme contigo, intenté explicártelo. No hasta que sepa que casarnos sea bueno para los dos, y no un riesgo de un mal mayor.

…¿Por qué lo dices?

… Lo sabes.

… No me importa lo que dijo Matías.

… No sé lo que te dijo, pero sé lo que veo, arrebatos de furia, mezclados con euforia, acciones hasta delictivas, visiones, pesadillas, excesos de alcohol, y lo que dice el psicólogo. No puedo dejarlo o todo eso lo volcaría en ti, o quizá en los dos.

…¿Hasta cuándo pretendes esperar que él decida darte el divorcio?

Nada es perfecto, pero...

… No espero lo perfecto, en mi vida la gente es imperfecta, se casa con gente imperfecta, pero tampoco deseo morir en el intento ni más errores, aunque hay que arriesgarse por el amor.

… Pero no terminas de confiar en mí, ¿verdad?

… Sabes que ésa no es la verdad, no me fío de mí mismo, de cómo actuar con Matías para que no nos haga daño, sé que la situación es injusta, enloquecedora, pero necesito, tiempo.

__Pedro se arrodilló, y al fin se enredaron en abrazo estrecho.

… Si no lo dejas, ¿cuándo nos veremos?

Momentos robados a escondidas como los instantes de Bariloche o éste, no me alcanzan, ya no son suficientes.

.. Esto fue más de lo que tuvimos alguna vez.

… No me alcanza, lo único que se interpone entre nosotros son la locura de “el otro”.

No lo lloré equivocado dos años para ahora quedarme encerrado acá llorándote a vos.

__Pedro sopesaba pros y contras, pero acurrucado piel a piel, sintiendo  el deseo de Guillermo quiso  cobijarlo en su interior, al menos una vez, acogerlo, y lo besó saboreándolo en el cuello.

….No puedo decirte que no entiendo y tampoco que me guste la alternativa.

___Se contemplaron en el piso de hito en hito, demorándose en zonas exactas, hasta convencerse que eran lo más bello visto jamás por el otro, con el deseo intacto, el peligro por igual.

…. ¿Te quedas a dormir conmigo?

… Es peligroso, puede venir, además la comida la tiraste, la partida seguirá pendiente, no podremos brindar con Champagne, y la noche casi murió.

___Guillermo intentó dominar las oleadas de deseo que lo atormentaban a cada instante, más en la ingenua presencia y en los besos de Pedro,…. era una tentación cada vez mayor.

Antes de Pedro el sexo con cualquiera era una mera satisfacción corporal de pulsiones, que disfrutaba algo,  sin remordimientos y sin promesas, pero ahora se sentía débil y feroz, abrumado por el deseo, su mundo se reducía a hacerlo suyo  o a morir allí, en su propia casa, y casi en el límite surgió de su garganta un gemido de súplica, y aunque inconsciente de movimientos, supo que estaba frente él, rodeándole las nalgas con las manos, aferrándolo piel a piel, luego de haber paseado los dedos por la espalda desde la nuca, lo besó con un ímpetu casi bestial, y Pedro se aferró a él ofreciéndose por entero, a lo que debiera ser, a lo que deseara hacer, empezando por los labios para darle todo en el beso, y mientras se devoraban en la boca, las manos de Pedro descendieron a la virilidad de Guillermo…. gigante, ansiosa, desesperada por penetrarlo al fin, y más lo acarició, atormentándolo hasta el delirio con caricias y frotes magistrales, y mientras Guillermo entraba atrás los dedos, Pedro devoraba la boca.

Las camisas estaban a medio abrochar aún, y los botones que quedaban volaron por los aires, con las camisas detrás, y desnudos por entero, piel a piel gimieron, absorbiendo las sensaciones, saboreando los aromas, oliendo los sabores, con el vello erizado, y se tendieron de nuevo.

Guillermo comenzó a lamer los pies, y la respiración de Pedro se fue de paseo al sentir la lengua en los muslos, muy cerca del centro de nuevo, pero Guillermo ascendió al rostro demudado por la pasión, aspiró al pasó el erótico perfume arrancado antes por él, y besándolo y explorándolo por todos lados, no dio tiempo a excusas  ni a razón.

 Pedro se volvió y se arqueó como deseando envolverlo por completo con su cuerpo, Guillermo le separó las piernas, se hizo un festín en sus nalgas, y el mundo se redujo a carne trémula, al mismo sudor, al sabor, a jadeos, a saliva, a caricias de lenguas que lubricaban arrojando gemidos atrapados al toque en besos, a estremecimientos bebidos, a lametones desesperados y respingos, y cuando el mundo se redujo a pasión y deseo, Guillermo ingresó al fin, mientras Pedro lo aceptó con gusto cobijándolo en la marea cálida creada desde diez días atrás.

Los cuerpos vibraban de deseo, sin palabras, sin forma de suplicar que se moviera, que lo ordeñara, que se acompasaran,  y Pedro elevó las caderas al sentirlo presionar en el acceso para hablar sin sonidos.

Guillermo se hundió en el interior primero con delicada curiosidad de explorar textura, temperatura, ancho, aceptación, temblando por no perder el control, porque su deseo lo empujaba a enterrarse hasta que lo acogiera por entero-.

Comenzó a mover las caderas, Pedro con ellas, conscientes de la maravilla de estar uno adentro, el otro conteniéndolo, llenándose de caricias, hasta que supieron que todo lo conocido era el infinito, que habían estallado en el derrame en pedacitos, y Guillermo en el éxtasis sublime supo que Pedro había unido los retazos de su alma rota, al tiempo que supo que los dos estaban llorando… de amor.

CONTINUARÁ.

Hechos y personajes son ficticios, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Lenguaje adulto y escenas explícitas.