LA CÁTEDRA. CAPÍTULO SEGUNDO.

“LA CÁTEDRA”

CAPÍTULO SEGUNDO.

 

“Para mi corazón

basta tu pecho,

para tu libertad

bastan mis alas”.

Pablo Neruda.

Bs. As., Ciudad Autónoma, martes, 07 de junio de 2016.

21 horas.

___El restaurante elegido por Guillermo era paquete, en Puerto Madero, apenas entrar, vieron lámparas con tenues luces que reflejaban el naranja del estuco veneciano de las paredes, mientras grandes ventanales con las cortinas corridas daban la inmejorable vista al jardín lindante y al río.

Y la mesa reservada estaba en un sector tranquilo y selecto.

..¿Te gusta?

..Precioso, sí.

___Apenas se sentaron el camarero les trajo la carta de vinos y el menú.

..¿Malbec o Cabernet?___Guillermo lo miró con picardía e interés.

… Malbec.

… Cabernet, entonces.

… Apenas bebo, pide el que quieras, Graziani. Tampoco por lo general como carnes.

…! No! ___lo miró con decepción.

…¿Qué sucede?

… Ahora lo arreglaremos, pero te perderás los asados del estudio, entonces.

…Quizá, me vuelvan a gustar. Convénceme.

..¿Pastas entonces?

… Ravioles de verdura sin  derivados lácteos para mí.

… Lo mismo pero con salsa de cuatro quesos__Guillermo miraba el bello rostro intrigado. ¿Sin entrada?

…Sin ella para mí, gracias.

… Las pastas entonces, gracias.

__Cuando el mozo se fue con el pedido, Guillermo se apoyó en el respaldo clavando la traviesa mirada.

..!Plato vegetariano! No creo que cuides la figura, es inmejorable.

…Gracias, tú no te quedas atrás. No es por ello. Siempre que puedo, desde mis dieciocho años evito los platos y la ropa derivada de animales, lo que calzo y visto es sintético.

…¿Vegano?

…Algo así, pero no.

…¿Qué serías entonces?__lo miraba curioso.

No sos una persona, ya sé.

… Sí, soy un animalito.

… Un animalito, difícil de atrapar.

… Ecologista, conservador, pienso que el hombre es el mayor depredador del mundo, y comemos de más, he visto el hambre en verdad, y te aseguro que intento colaborar. Ahora en comedores comunitarios, antes más de cerca.

__Guillermo se acercó apoyando la barbilla en las manos, y Pedro creyó desmayar en el aroma y la calidez que lo envolvieron por igual, mientras le dedicaba una mirada cargada de dulzura y admiración, y también él se dedicó a estudiar sus rasgos, los ojos almendrados, con la mirada de ellos que leía el alma y más allá, eran sin dudas lo más llamativo, unidos a los labios finos que curvados en sonrisas empezaban a derretirlo, las entradas en el pelo negro, la nariz recta, el mentón arrogante le daban una masculinidad irresistible.

Guillermo observaba lo mismo, los ojos color miel, claros en el fondo destilando bondad, la delicada piel, la barbilla prolijamente afeitada, el pelo que se le antojaba exquisitamente suave,  los labios, sin dudas, lo más tentador de ese rostro perfecto,…. turgentes, rojos, carnosos, que se curvaban dando la luz del sol y en esos hoyuelos los reflejos divinos.

Pedro se sentía devorado por la mirada que leía todo, y el silencio se fue tiñendo de fantasías paseando por la mente como la primera vez, en la intensidad del contacto visual.

Guillermo no contuvo la tentación, y de súbito alargó el brazo y le revolvió el pelo, le iba la vida en tocar ese pelo, pero en Pedro desencadenó una fogata voraz que desde la intimidad se adueñó de la sangre y de todo el cuerpo encendiendo las mejillas sin permiso. La caricia había sido tan dulce, tan suave que le había robado el aliento.

Guillermo siguió entrando en el mundo de Pedro con los ojos, y para cuando los desvió a los labios, llegó el vino, detrás la comida, y pasaron más de una hora  MIENTRAS CENABAN, CONTANDO ANÉCDOTAS DEL ESTUDIO Y SE CONTEMPLABAN CON DEVOCIÓN.

…¿Estás solo, Guille?

…Con mi hijo, ya sabes.

… Me refiero  a que me resulta extraño que te encuentres sin pareja.

… Lo extraño es en vos, Pedro. Yo ya puedo estar harto.

…Y yo, no pensé que hubiera nacido el hombre capaz de enamorarme, para siempre___con absoluta intencionalidad.

… ¿Y nació?

… Creo que sí,  ocurre que caminábamos por senderos diferentes.

…Quizá sea hora de encontrar los lugares comunes.

… Quizá. Pero, no me respondiste.

¿Te enamoraste de la mamá de Fabián?

.. No, Pedro, no. No estaba seguro de mi sexualidad, Silvina fue una prueba más, ver si me gustaba una mujer muy atractiva, y no creas que no lo intenté al saberla embarazada, pero no. No funcionó, menos cuando apareció...

…¿Quién?

… No importa, un hombre, Juan, mi amigo de la vida, el que me hizo saber que deseaba a los hombres.

¿Y vos?

.. No dudé nunca, no. O no tuve tiempo de probar con mujeres, en cualquier caso, nunca me atrajo ninguna, y hubo sólo un hombre, hace mucho, como para saber si mi pulsión iba hacia ellos, sin amor.

…¿Te condenaron?
… No sigo normas ni juicios, Guille, en nada. Mi madre no tuvo vida, murió cuando tenía yo quince años, justo en el momento oportuno como para no saber nada de mí, y mi padre supongo que tuvo motivos mayores para odiarme.

Tampoco se tomó el tiempo para conocer mi sexualidad, me fui antes de casa, de su lado.

…¿Qué motivos?___con mirada interrogante, curiosa.

¿Quién sos, Pedro?

¿Me tengo que preocupar?

… No lo sé__habían pasado ya el postre y el café, y Pedro jugaba con un anillo entre sus manos, hasta que cerró en puño y las acercó a Guillermo sonriendo seductor.

…¿Qué pasa?

… Elije una mano.

..Pedro, estoy grande para estos juegos.

__No obstante Guillermo obedeció sin objeción, tentado ante el juego, aunque fuera una evasión a su cuestionario.

…Si elijes donde está el anillo iremos a un sitio, de lo contrario a otro. Tal vez más tarde te cuente mis secretos, o quizá no. Soy muy reservado, pese a lo que ves, no hablo demasiado de mí, nada diría.

¡Elije!

… Mano derecha__Guillermo se sentía un adolescente que buscaba el premio.

Pedro abrió la mano con el anillo.

…¿Y?

..¿Qué?___las miradas hablaban enlazadas.

…¿Adónde vamos?

… Es una sorpresa.

… Entonces menos me dirás adónde conducía la otra mano.

… Exacto, iremos otra noche.

.. Sos lanzado, me encantas.

… Tú a mí, Guillermo. Soy franco, sí, me gustas, mucho.

¿Vamos?

__La ansiedad rugía en el vientre de Guillermo desde que dejaron el restaurante, Pedro todo era un enigma, sin normas, divino, alegre, misterioso, y además osado, un combo perfecto para perder el juicio por y con él.

..Quizá no te conté todo, y dije algunas mentirillas en la mañana, no te conocía.

…¿Cómo?
..Omisiones, ya te dije, no suelo hablar de mí.

… Te gusta destacarte hasta en el coche, ¿verdad?

Digo por el color.

… No tengo inhibiciones, me da igual andar en un auto azul que el clásico blanco o negro, lo mismo en la ropa, en los lugares, en las comidas,…llegamos.

..¿Adónde estamos?___luego de más de una hora de viaje que a Guillermo le parecieron minutos por la visión, pero que pensaba llegarían a Brasil, se encontró que detuvo el auto en medio del campo.

¿Qué es esto?__preguntó interrogando y asustado.

…Campo, césped, tierra, cielo, fuera de la ciudad, baja, ven___sin tiempo a réplica, ya estaba abriéndole desde afuera la portezuela, y al ver la sonrisa, Guillermo olvidó su fobia, sólo quedó mirando las curvas y movimientos cuando se quitó el abrigo y lo colocó en el piso, llamándolo, tomándolo de la mano, invitándolo a sentarse allí.

Guillermo no sabía qué estaba haciendo, en medio de la nada, con ese adonis recién caído del olimpo, lleno de secretos, y ahora sentándose a su lado en la tierra, sobre el saco de él, pero la brisa  trajo el aroma, y la vergüenza se diluyó en él.

Se limitó a imitarlo cuando se acostó, descubriendo el manto estrellado sobre ellos.

El universo, una inmensidad moteada sin fin que se regalaba a la vista, mientras la brisa de junio lo estremeció, y sin embargo a Pedro aun sin abrigo no parecía afectarle.

… ¿Nunca te agobia el ruido y el cemento de la ciudad?

… En realidad no, creo que lo amo, es uno de mis temas, creo que es la primera vez que vengo al campo, que me echo a la tierra, seguro.

__Pedro reía y Guillermo perdió las razones de fobias y miedos.

…¿No sales de vacaciones?

…No. Casi nunca, ya te dije, soy obsesivo, adicto al trabajo, odio el campo, la playa, la arena, los viajes, le temo a todo.

___Pedro reía sonoramente, y Guillermo entendió que por ese hombre estaba echado en lo que odiaba, por primera vez en su vida, y el aire se escapó cuando se puso de costado y chocaron las miradas.

…En verdad ¿no sientes que los edificios te ciñen, que la ciudad te aplasta, no te gusta el silencio, estar así con las estrellas mirándote?

…Ahora que lo dices y con vos, me gusta mucho, el lugar, este cielo sin fin con sus luces, los sonidos de la noche, el silencio de ruidos.
..En La Antártida y en El Ártico, el silencio es inexplicable, hace cosquillas al alma, abraza el alma.


__Guillermo sintió que el frío no existía cuando volvió curioso la cabeza y se hundió en la mirada, sorprendido e interrogando con la suya.

…¿Estuviste en esos sitios?
… Sí, y en muchos más, te sorprenderías de saberlo, en etapas, libre, volando libre, sin normas, no de vacaciones, sino como activista, hice muchas cosas, algunas confidenciales, otras no me gusta contarlas, o no me interesa hacerlo, pero creo que a ti te diré todo, Guille. Si necesitas saberlo.

___A Guillermo el corazón le dio un vuelco, cada vez que escuchaba ese Guille de sus labios sentía que moría en el susurro, Pedro alzó la mano acariciándole la cara con el dorso de los dedos, y lejos de sentirse nervioso, Guillermo lo dejó acurrucarse en su pecho, decidido a no pensar, hasta que elevó la mirada y el dedo descendió a los labios, Guillermo observaba los reflejos que la luna daban a ese pelo, a esa piel, entregado, sin temores, solamente embebido en la belleza del rostro,  en esos labios que rogaba que se acercaran, sediento de ellos de vidas enteras.
Tragó saliva, cerró los ojos entregado al aroma, al tacto, y dibujó la barbilla a su vez y los labios con el dorso de sus dedos, y un instante después, las pupilas se buscaron, cada uno regresó a ver lo que en la mañana, el reflejo en la mirada del otro, y con el cielo con sus habitantes como testigos, los labios se encontraron en el beso que les parecía había demorado siglos en llegar.
Al comienzo fue un suave reconocimiento mutuo, brevísimos roces como recordando el sabor, la textura, lamiendo, ida y vuelta, de lado a lado, por dentro y por fuera, hasta que la punta de la lengua de Pedro osada intentó comenzar a jugar con la ajena, amenazando con la invasión mayor, para al fin salir dejando la caricia.
Guillermo protestó sin palabras, entreabrió los labios, hasta que la humedad de ambos confluyó en tortuosa lentitud de regodeos, entregándose en el beso, estudiándose allí mientras los dedos de las manos se entrelazaban detonando chispas, y seguía la entrega exquisita, el mutuo reconocimiento en el beso, los pensamientos se difuminaron, se diluyeron del todo, incapaces de nada más, hasta que la mano de Pedro  acarició la nuca en el nacimiento del pelo negro, y Guillermo se enterró en el que antes acariciara, olvidado de todo lo que no fuera ese hombre, con los cuerpos tensándose poderosos, muy cerca, agobiados, y los sentidos colmados haciendo promesas a la intimidad, mientras rozaban los dientes, y jugaban allí, en los labios, y regresaban a profundidad.

..¿Tienes frío?
..No precisamente, me perdí en vos, en tu mirada, me embriagué en tu sabor, en estos besos llenos de miel, en la pasión y el amor que en el alma refleja la mirada.
.. No sé si eres real o te estoy soñando, pero te llevaré siempre conmigo, ahora, eres el fruto prohibido que deseo probar, estoy deseándolo todo, temblando como en medio de un terremoto. Y si eres un sueño, por favor, no deseo despertar.
…No soy prohibido, estoy solo, como vos.

__Las manos de los dos comenzaron a colarse, a buscar hendiduras, a pasear y recorrer los hombros mientras se iban desabotonando las camisas, el saco caía, y las respiraciones se tornaban caóticas, mezcla de gemidos y jadeos, acariciándose el rostro con la calidez del aliento para quitarse el suéter por sobre la cabeza.
Pedro no tenía inhibiciones ni normas, lo devoró en los hombros con todos los instrumentos, cinceló las clavículas, los labios  lo transportaban, las manos por igual, fluyendo fortaleza, estimulando el nacimiento de energía nueva, de sensaciones que parecían renacer de un largo período de adormecimiento de siglos, y los dos ya no contaban con control alguno, deseaban lo mismo, y no se iban a detener.
Pedro instó a Guillermo a incorporarse, enlazados en los labios, tironeándose llegaron contra el auto, para hacer más simple el quite de barreras, y de pie, al mirarse sintieron cercana la muerte, y cuando viajaron a los labios, la palparon como la piel que exploraron en los hombros y el pecho ajeno que ascendía y descendía con dificultad, cada vez mayor abrasado por la mirada ajena.
Las miradas ardían e iluminaban la noche, los labios de Pedro eran enloquecedores, y Guillermo lo dejó ir y venir de hombros por las clavículas, al pecho, mientras enterraba los dedos en el cuero cabelludo y echando la cabeza hacia atrás miraba el cielo infinito lleno de curiosas estrellas impúdicas observándolos impiadosas, la inmensidad se cernía sobre los cuerpos enredados, mientras la luna se sumaba a sus hermanas, y los dedos de Pedro se colaban debajo del cinto del pantalón, y Guillermo sintió que llegaría a bajar esas estrellas en segundos.
Su consciente de hombre grande o su inconsciente intentó esbozar una protesta, pero luego de siglos de tener sexo con muchos, confinado a cuatro paredes, de cualquier departamento, hotel o casa, en una cama o contra una pared, la libertad de estar siendo seducido por un muchacho divino, en medio del campo, contra el auto, ahuyentó el hastío y el aburrimiento de toda su vida, y sonrojados y sedientos a la luz de la luna, terminaron los dos, desesperados descendiendo cierres, pantalones y bóxers, sin tapujos, para surcar espaldas, y más, y llevar las manos a elevar las nalgas, a palparlas, a moldearlas, a explorarlas por primera vez, mientras adelante se estimulaban palpando, frotando, contorneándose, al borde de un abismo fenomenal, estremeciéndose y no por el frío.
Pedro con torpeza y en medio de la avariciosa exploración, con la boca y las manos, abrió el auto, y fueron acomodando los cuerpos en el asiento de atrás, encajando con exactitud cada pieza de ese rompecabezas perfecto, que esperaba a su par, pensando los dos en lo mismo, en cómo sentir al otro dentro de sí.

..¿Quieres protección?
.. Estoy sano, ¿vos?
… Yo no quiero perderte, nunca más, Graziani.

__Al fin Pedro se enterró en él sin espera, los cuerpos se unieron sin dejar el beso, ya la razón estaba con las estrellas o más allá, mientras en cada embestida, colmando, abrasando y abrazado, dilatando, arremetiendo sentía uno que llegaba al primer puerto desde el inicio de los tiempos, el otro que era su barco al fin que amarraba dentro moviéndose en loco frenesí, como partes del otro, buscando el final del camino, y liberando todo de sí, como jamás con otro, y así debía ser.
El azar , Dios, o lo que fuera había diagramado el encuentro o reencuentro, la oportunidad, el sentirse al amarse,  el elegirse y disfrutarse, en la humedad del beso, en la marea interna donde Pedro navegaba hasta el final, caminando los dos tan alto, como las estrellas que los espiaron al comenzar, sabiendo que pronto, se iban a desmoronar, liberándose en el derrame absoluto de uno en el otro, sin guardarse nada de nada, como debió siempre ser.
El ritmo en el beso replicaba el de los cuerpos, hasta que llegaron al infinito, agonizando sin aire, muriendo sin saber cómo, sin conocer el camino de regreso de allí. Y se perdieron de lo conocido, ni supieron el tiempo, sólo que estaban donde deseban estar, uno acostado en el vientre del otro que acariciaba el pelo de seda húmeda, aún con la mirada turbia, incrédulo de estar allí, y sin embargo en algún momento, el ansia regresó, los besos igual, y Pedro se reacomodó, mientras Guillermo fue recorriendo con uñas y yemas cada músculo, costilla, espacio, y línea del vientre, hasta hundirse en el ombligo, y llevar los labios allí, deseando tatuar en la lengua el sabor, el olor en la nariz, mirándolo en todo momento, para no perder ese rostro entregado al placer que le daba, ahora él. Y todo recomenzó, pero en otro rol, mientras sonaba en el coche:”Esta vez”.

..Pedro, quiero saberlo todo de vos, y te contaré todo de mí, no sé si esta noche o mañana Postiglione quedará sin abogado para la audiencia.
…A ver, ya te dije algo, mi madre murió cuando tenía yo quince años, mi padre se volvió a casar, en realidad supe que tenía una amante desde antes de la muerte de mi madre. No me dieron hermanos porque ella no pudo, luego murió de un cáncer ginecológico. Mi madrastra era…nada, una sombra de mi padre, sumisa, ama de casa. En cambio mi madre era un espíritu libre como yo, rebelde, brillante, hermosa, pero se fue demasiado pronto.
Aunque te parezca mentira odiaba las letras, quizá hasta hoy no sea lo que más me guste.

…¿Cómo?___asombrado y sonriendo somnoliento.-

… Te mentí un poquito al conocerte.

..¿Cómo es mentir un poquito?___El corazón de Guillermo volcó de súbito, y le tomó el rostro entre las manos, poseso, clavándole la mirada.

…¿Estás con alguien?

… Sí y no.

… Me dijiste que estabas solo, solo  por elección.

___La sonrisa de Pedro iluminó el coche.

…No es eso, no tengo pareja, cómo crees que te iba a hacer el amor si me esperara alguien, no.

No me conociste antes, quizá, porque cursé tarde y de manera irregular, por ejemplo justamente Derecho Penal, lo rendí libre, como muchas.

…¿Cómo? No entiendo, tampoco lo de que no te gustan las letras, no sé qué quieres decirme.

..Guille,  a ver, no soy un mero abogado corporativo, soy… el dueño de la empresa.

..¿Qué?___Guillermo pasaba de una sorpresa a la otra sin soltarle el rostro para capturar la mirada.

… No la quiero, la cuido, para mi hermano.

… Para, Pedro, no. Así no, no entiendo nada, me dijiste que no tenías hermanos.

… No tuve de mi mamá, de mis padres, espera, Guille.

Yo no sigo normas, desde pequeño soñé con hacer el bien, con cambiar el mundo, yendo y viniendo, viajando, haciendo el bien  al planeta, y pensé en mil carreras para ello,  menos en abogacía, o en heredar una empresa de exportación de mi padre.

Cuando estaba cursando los últimos años del colegio secundario, ya estaba en organizaciones activistas planetarias, internacionales, estudié ecología, entré a Medicina y mi padre, me había destinado desde nacer a manejar sus empresas, y no las quiero, no me interesa eso.

No era mal hombre, simplemente tan obsesivo, estricto consigo mismo, que mis elecciones diferentes, las vivió como fracaso propio, imagina que ni sé si supo que soy gay, hablo de lo profesional solamente, entonces peleamos, y a los dieciocho años me fui de casa.

Entré a Medicina, y a ciertas Organizaciones de bien común, es largo, ya te contaré en detalle, estudié dos años medicina, ecología como te dije, y me embarqué en una misión internacional, como tenía conocimientos prácticos de primeros auxilios, y esas cosas, fui a parar a África, por ejemplo, a Ruanda, luego regresé a Sudáfrica, a reservas de  animales en extinción.

…¿Animales?

… Sí, pertenezco a Organizaciones que cuidan el planeta, ¿lo entiendes así?

… Más o menos, lo que no sé es cómo terminaste siendo abogado.

… Mi padre al fin se dio el gusto, aunque no llegó a verlo, me cortó las alas, dejé de volar, me anclé al cemento. Se murió, antes la mujer, y enojado con su hijo biológico, es decir conmigo, que para él era un vago que despreciaba lo suyo, adoptó un hijo con esa mujer, y tenía diez años cuando se murió, ahora tiene trece casi. Agustín.

Cuando lo adoptaron, yo me vi venir que alguna vez  esto podía suceder, dejé medicina para estudiar algo más acorde  a la empresa, no administración como él deseaba, pero me pareció que abogacía estaba cerca, como para entender el manejo.

Pero estudié entre viaje y viaje, en misiones internacionales, de meses, iba y venía, rendía y me iba, hasta hace  dos años en que ya me quedé, entre mi departamento de Palermo que es como mi equivalente a volar, a mis alas, con los Bosques enfrente, y el country donde vivo de a ratos con Agustín, lo adopté yo al morir ellos, soy su tutor, era eso o el regreso al orfanato, a la nada, no tuve opción, pese a que sentí que abandonaba mi vida.

¿Entiendes ahora?

… Más o menos, sí. Pero ese chico te debe amar, es tu hermano, no tu hijo.

.. No. Me ve como a mi papá, como a un padrastro en verdad, lejos de amarme, me odia.

Casi no llegué a la cena anoche, porque chocó un auto ajeno, sale, pasa días fuera, se emborracha, vuelve cuando quiere, me insulta, le niego el dinero, y se pone peor, y lo peor, es que me recuerda tanto a lo que era yo a su edad, que a veces me quedo sin argumentos, pero es diferente.

Yo era rebelde porque pensaba cumplir con un ideal superior, en cambio él, no quiere, ni le gusta nada.

Soy asesor letrado de la empresa, pero es nuestra, no la necesito, pero estoy en el directorio, cuidándola para él, que me la va a echar por la cabeza cuando sea mayor.

…No te pongas así, a veces Fabián a esa edad me sacó canas también, es la rebeldía de todo adolescente.

…! No!__Pedro lo miró embargado de tristeza.

Fabián y Valeria son dos soles, los observé en la clase, y son tu reflejo, no. Lo de Agustín es otra cosa, no sé bien el porqué de su rechazo.

…¿Sabe que eres gay?

… Sí, y me lo recuerda a cada pelea como frase final con las palabras más burdas.

Son sus preferidas, eso y decirme que no soy el padre para negarle nada o mandarle algo.

___Pedro se acurrucó en silencio, y Guillermo supo que no deseaba continuar, se quedaron arrullados en el abrazo hasta la madrugada, casi dormidos, enredados en el auto.

..¿Me vas a invitar a dormir en tu departamento?

… Esta noche no puedo, debo ver qué hizo mi hermano, puede haber escapado de nuevo, te llevaré a tu casa, debes dormir para la audiencia.

Postiglione por estafas a las doce, allí estaré.

..¿Pedro?

…¿Qué?
..¿Extrañas volar?

… Era mi pasión, no viajar en sí,… ayudar, pero sé que ahora no puedo.

…¿Y si pudieras?
… Creo que encontré algo que en apasiona tanto como esa misión, y no deseo renunciar, a “esto…lo nuestro”.

 Ayudo como puedo, por ejemplo negándome a comer de más y dejando ese plato para alguien de la calle, en la empresa doy la comida gratuita en el comedor, y luego queda abierto para la gente que necesite comer, tengo refugios para que duerma gente de la calle, y alguna que otra vez ayudo a algún herido o enfermo.

…¿Si estás en la empresa cuidándola para tu hermano, entonces no la dejarás para asociarte a mi en el estudio?

… Puedo cuidarla desde el Directorio, y jamás me privaría de ser el socio de Guillermo Graziani, siempre y cuando aceptes mi currículum y mis condiciones.

…¿Condiciones?

.. Sí, pero ahora no las diré, quiero verte en La Audiencia antes de ser tu socio.

…! Tontín!

… Lindo, te llevaré a tu casa, y nos veremos  en un rato.

…Pedro... ¿esto que fue?

…Chsss. Sin rótulos hoy, caminemos, ¿te parece?

.. Está bien,.. , caminemos entonces.

___El camino de regreso los encontró flotando, en nubes, y se despidieron en el auto con un beso tierno, antes que a regañadientes, Guillermo se despegara, y bajara, mientras Pedro esperó hasta verlo desaparecer tras la puerta, y Guillermo lo espió por la ventana suspirando, hasta que el Sonic escapó de su campo visual.

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO, ESCENAS EXPLÍCITAS.

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