PROHIBIDO.. CAPÍTULO CUARTO.

PROHIBIDO.

CAPÍTULO CUARTO.

 

“Deja que yo acaricie su risa.

Le sueñe despierto,

que aparezca en sus sueños,

provocando sensibilidad en su piel,

haciendo cosquillas a su ser,

y muy despacito besar su alma”.

Patuko Rios.

Ciudad Autónoma, sábado 28 de mayo de 2016.

Iglesia del Pilar.

06.00 hs A.M.

“… ¿Quién eres? ¿Adónde estoy?

Siento que nado en lo más hondo de lo abismal de mi sino, y acá no hay cuerpos, sólo siento almas, como hijos alados que comienzan  su andar en la alborada del día.

Pero tu alma me recoge, me atraviesa, y no puedo arrancarla de mí, no puedo desaprender el camino de regreso, porque me siento en el nuevo despertar, en el despuntar de otro día, que en este amanecer me abre otro paraíso.

Las caricias de susurros miman mi alma, me erizo y me llegan de lo más puro de otras almas o quizá de una, y esa mirada que nace en ojos de brillar tembloroso, reguero viviente de miel, manifiesto de diferencias, y la Trinidad está en esos labios finos formados por tan sublimes palabras aunque se empeñen en negar a Dios.

Siento que lo mío es tuyo, que somos lo mismo, un mismo tiempo, el mismo espacio, el aire que respiro es el tuyo, mi remanso tu mirada, somos un mismo Uno, un solo ser.

Como con Dios pero en otro plano, en el mundo común, en el de todos,  en el afuera que me negué a conocer y donde en cambio te mueves seguro, sin vacilar y yo titubeo, en vacilante andar.

Y sin embargo siento que ya estuve aquí, en las reminiscencias de mi alma este momento viví.

….¡Guillermo!”


___Pedro se encontró sentado en la celda, en la cama  de la iglesia, empapado, con la sensación cierta de haber estado con él, en algún lugar que no supo ni pudo reconocer.
Llevaba horas enteras pensando en ese misterioso ser que apareciera en su vida sin permiso, con ideas  insólitas, desafiantes, pero una presencia imponente que lo hacía mirarlo hechizado, rebuscando el alma en la mirada que lo atravesó el primer día en el casamiento.
Las horas se iban acumulando y no había regresado, pese a  dejar pendiente la invitación a su casa, y no dejaba de preguntarse el porqué.


“..Guillermo, ¿quién eres? ¿Por qué me siento con culpa? Como si no te hubiera cuidado, o no te dejaras querer, mientras transcurro una realidad que a veces, no sé si siempre fue la que quise.
Temo que creas que te juzgo y te condeno por ser diferente, por no haber hablado en confesión. Tampoco comprendo por qué  contaste tantos secretos si no viniste a ello, si ni siquiera crees que lo que vives sea pecado, menos que necesites perdón.

¿Puede ser pecado el Amor, sea como sea que se manifieste?

A veces me cuestiono algunas cosas que sostenemos con fuerza de ley, como esto por ejemplo. ¿Se puede elegir amar a una mujer si el amor verdadero es el de almas y  entre ellas no hay género determinado?

¿Cuántos artistas, poetas y músicos, cuánta gente anónima sufrió a lo largo de la historia de discriminación salvaje a causa de esto, del amor entre pares y murió por él?

¿Por qué si la ciencia no lo condena la iglesia sí? Si Dios es amor, ¿qué estamos haciendo?

Perdonamos en su nombre el adulterio contra el cual hay un Mandamiento, el robo, hasta un asesinato, son Mandamientos y en base al arrepentimiento supuesto se perdona en nombre de Dios, y sin embargo  no el amor entre pares.

¿Cómo puede Guillermo creer en Dios, en un Dios que condena el Amor y perdona la violación de sus Mandamientos?

Quizá no vuelva a venir, no volveré a saber de él, y sin embargo, tengo la certeza de que su mirada me atravesó en el instante en que chocó con la mía antes del casamiento, y jamás  dejaré de pensarlo, de sentirlo cerca, y no se el porqué.

Pero debo seguir mi rutina, comenzar el día, la misa, los partidos, a la noche hay varios casamientos, y este mundo es mi vida, la que libremente elegí.

¿Libremente?

Sí, contra todos y contra las circunstancias, elegí, nadie la impuso, pero a veces me pregunto cómo hubiera sido vivir en el mundo, compartir mi vida con alguien, con un alguien que amara y que me diera su Amor. Más allá de Dios.

Supongo que la rutina que vi entre  mis padres, las fiestas, los actos sociales, los viajes, el trabajo, nada de todo eso me atrae, ni me atrajo antes, ni siquiera creo que ellos se amaran, o que me amen a mí.

A veces creo que hasta yo nací, por la misma obligación con que en esa vida de ellos se hace todo.

 En cambio en la iglesia me siento útil, realizado, no es un peso estar junto a Dios, además nunca me enamoré de alguien que no fuese Dios, y no me hubiera sucedido en esas fiestas hipócritas donde concurren mis padres, menos me gustaba la idea de salir en grupos, de ir a bailar, y todas esas cosas que nunca consideré para mí.

¿Qué me sucede? ¿Estoy dudando de algo? ¿Tendría que confesarme? ¿Será pecado que como sacerdote escuché sin juzgar a Guillermo?

Tal vez lo hable con Jorge, es su amigo, tampoco lo juzga.

___Pedro transcurrió las horas  como los días previos, sin aparente desvío de los senderos de la vida anterior, y sin embargo, sin  darse cuenta, de a ratos se sorprendía a sí mismo pensando en Guillermo, con su sonrisa, sus miradas, sus palabras de la charla, su profunda voz y el cincelado perfil paseando tras los párpados, embotando los sentidos, disparando sensaciones extrañas nunca experimentadas, alerta, cosquillas, hormigueos, latidos, y no lograba encontrar explicación, menos al anhelo de verlo aparecer en el confesionario o cara a cara, con el porte y el andar que le eran característicos, que le desconcentraban del resto del mundo.

__Guillermo luchaba minuto a minuto con la idea de ir a la iglesia, de pasar por la puerta, de asomarse a una misa, de buscar excusas y pretextos, ataba a sus demonios intentando obligarse a lo que Jorge pidiera, por el bienestar y la paz aparente de Pedro, no irrumpir sin permiso en su vida, y sin embargo, se sentía él mismo muriendo día a día, levantándose por costumbre, respirando por reflejo, no pudiendo detener el latir del corazón, perezoso, sin motivos, pese a estar rodeado de ellos, aparentes razones para continuar, para seguir andando llevando en las manos un puñado de añejos pretextos, de maltrechos anhelos, de sinsabores  eternos, caminando laberintos estrechos de  callejones sin salida donde encerraba su sentir y su propio yo cada día.

Arrastraba su cuerpo con el peso de la ausencia cada día al estudio, nada más que porque estaba con Marcos a solas, y era necesario, sin embargo, cuando  él y Cuca se iban, se quedaba bebiendo en el despacho hasta desfallecer, embargado por un dolor lacerante en el pecho, en el alma, mientras paseaba en la mente la voz y la sonrisa de Pedro.

Intentaba llegar a la casa cuando Ana y Fabián ya estuvieran dormidos, para que no lo observaran arrastrarse como reptil hasta la cama, muchas veces ni siquiera llegaba y se echaba en el sillón, en otras se perdía hasta muy tarde en bares y en copas, las más de las veces a diferencia de antes, solo, sin buscar.

Su aspecto se recomponía en algo por las mañanas a fuerza de café amargo y del agua de la ducha, pero Fabián desde el día del casamiento sabía que no estaba bien, y preocupado se lo dijo a Ana, a veces llamaba a Marcos para saber de su padre, y no le pasaba por alto que en las noches los evitaba para que no lo vieran  borracho, y más.

___

08.00 hs.

…Papá, ¿para qué vas al estudio hoy?

… A terminar cosas pendientes, un rato Fabi.

… ¿Qué te pasa viejo? No creas que no me doy cuenta que estás muy raro, y esto viene desde el casamiento, allí mismo casi te vi desmayarte al entrar a la iglesia.

¿Quieres que vayamos al médico?

… No hijito, no. No estoy enfermo, es sólo que extraño quizá a Beto, estamos sobrecargados de trabajo, no pasa nada, tranquilo.

…  No es por Beto y por el trabajo que estás llegando a cualquier hora, borracho, papá, pensé que de quien tenía que esconder el alcohol era de Ana, pero al parecer acá ahora los adictos son los dos.

…! Fabián! Te vas, a tu cuarto o no respondo de mí. No soy alcohólico, ¡te volviste loco!

.. Me voy, pero esto no soluciona tu problema. Quizá sea hora que busques ayuda.

Te llamó Juan mil veces esta semana, dice que  no lo atiendes en ninguna parte.

… Gracias.

“…Tiene razón, no puedo seguir así.

Tengo que verlo, me estoy destruyendo, y los haré caer a todos, amarlo en silencio, sin palabras solamente puede acarrearme el castigo de su Dios, en un mudo idioma que parta de mi pecho, que llueva desde mis miradas y sonrisas ocultas entre la anónima gente, echando a la brisa mis suspiros y al mundo los latidos desbocados.

A nadie haré daño observando a escondidas tu sonrisa, melodía del eco de tu voz en la que emanas tu ser, de tu canto a tu Dios en plegarias como el viento que juega con tu pelo en las canchas en que albergas a tus chicos, y quizá logre entre el perfume de las flores que ofrendan a Dios, reconocer el aroma que te pertenece y me embriague en él, para acarrearlo a todas partes y no morirme extrañándote así.

Necesito que ilumines mi sendero con la luz que emana de tu aura, de tu mirada, de tu sonrisa, dejar de caminar en las tinieblas, dejar de llover lágrimas de pena en el alcohol, porque de lo contrario mi hijo tendrá razón, y me convertiré en lo mismo que vine combatiendo.

Y quizá en silencio aunque sea pecado, para un condenado uno más, imagine un beso de esos labios gruesos que ronden los míos tímidos de vos, quedando liberado de navegar en tu saliva, despertando mi esencia en tus estancias prohibidas.

Amarte en silencio, en silencio mi deseo, en silencio mi pasión. O quizá alguna vez tu mirada me descubra, y arda tu piel en la mía que me delate y me des la fragancia de tu alma y tu cuerpo florezca para mí.

¿De lo contrario para qué amar? Para sufrir, pensé que el amor no causaba dolor, que no era sufrir, el sufrir y padecer no tiene encanto, ni belleza.

¿Amar por un beso, por una mezquina caricia?

Si el ser sigue vacío, esas cosas las tuve sin amar, y me  llevaron a cobijarme  en la soledad, estando con otro, mujer u hombre, eso es amar por amar, amar muriendo, no. No es amor lo que quita la paz como Ana, lo que quita la dignidad como los tipos anónimos, lo que hace sufrir, no.

Y sin embargo muero por el amor de Pedro, es el único ser que puedo amar, y tal vez deba aprender a amarlo a distancia, y a ser feliz por el único hecho de haberlo encontrado.

Y a la vez necesitaría pedirle perdón por amarlo así, por escabullirme en su alma sin que lo sepa, por tratar de adivinar sus miedos y alegrías, por soñar con robarle un beso alguna vez, por quizá robarle con mi presencia y mis confesiones su tranquilidad como Jorge cree, quizá por hacer que derrame lágrimas si le hiciera ver que el amor a Dios no le quita el derecho de amarme, quizá deba pedirle perdón alguna vez por enamorarlo, aunque llore por ello, por pensarlo, por imaginarlo, por sentirlo mío sin que lo sepa.

Y si alguna vez dejara de verlo seguiría siendo parte de mí, seguiría habitando mis sueños, y no creo que sea pecado para pedirle perdón.

___Siento algo impreciso en el pecho, un ansia, un  anhelo que me empuja a ir a verte, ya no puedo callarlo ni negarlo, no quiero buscar otros cuerpos y saciar sólo las pulsiones, ahora que Amo, no puedo ni siquiera tocar a Juan, por ello no lo atiendo, no puedo ver ni hablar con nadie, todos me condenarían, sin saber que llevaba más de una vida seguramente buscándote sin encontrarte en ésta, más de media, en cuerpos equivocados, en almas  afines o ni siquiera, buscándote y abandonándome en personas equivocadas, con el mismo sentimiento en el pecho de vacío cada vez, y es lo único que he hecho en la vida, buscarte, y no puedo fingir que no te conozco, que no te encontré, no puedo mentirme a mí mismo aunque me ponga el disfraz para los demás.

Media vida buscando por todas partes y quizá deba pasar el resto fingiendo que sigo sin hallarte, para preservarte de la supuesta furia de tu Dios, del juicio de tus pares, y por vos seré el mayor farsante de la humanidad, siguiendo este camino de vivir sin ser lo que deseo ser, sin estar con quien debo estar, sin decir lo que en verdad soy, y en verdad estás escondido en mí, desde siempre has estado aquí, porque tu alma es la mía, somos partes del todo, lo mismo, y mi parte se conectará siempre con la tuya, sin necesidad de contacto, quizá sin siquiera estar cerca, tu mundo se fusiona con el mío desde el alma, te siento, te inspiro, y aunque digan que es pecado, este amor va y viene, se expande entre los dos, y desde la fuente que dicen que es ese Dios, que supuestamente nos separa a la vez.

..No puedo más, diga lo que diga Jorge, no puedo soportarlo más, necesito verte, de lejos, a escondidas, en medio de la gente anónima de los casamientos de la noche, sin hablarte, sin acercarme, pero inspirando el aire de tu aura, porque de lo contrario, me estoy desmoronando en pedazos, se corrompe mi cuerpo en el vicio, mi alma en el olvido, y siento que me estoy muriendo aunque digan que hoy nadie muere de amor”.

20.00 hs.

___Se vistió como el día del casamiento de Alberto, menos la corbata, traje de  etiqueta negro, zapatos negros, camisa blanca, se afeitó con cuidado, se perfumó adrede, y la imagen que el espejo le dio, le recordó al Guillermo que alguna vez…. había creído amar a Juan, o había pensado que el deseo era el todo que necesitaba para sentirse feliz.

…Bueno, ¡qué cambio! Parece que la charla que tuvimos hizo efecto, ¿o se casa alguien y no estamos todos invitados?

…¿Adónde vas así vestido y perfumado?

.. Ana, no empieces, salgo, sí,  me invitó un cliente a un casamiento___mintió.

…! Un cliente! ¡Por favor!__ sarcástica como cada día.

.. Déjalo, Ana. Está mejor así.

…. Dale permiso, total, la borracha y la desubicada en esta casa soy yo.

… Tienes que tener amigas, mamá, proyectos de vida propios, no sé, estudiar, trabajar en algo.

…¿Te parece poco lo que hago en la casa?

… No es igual,  yo estoy grande para que vivas pendiente de si salgo o no, papá igual, y estaba mal, mejor si un cliente logró hacerlo salir.

…! No entiendes nada, vos!

__Las puertas de la iglesia estaban abiertas, había gente afuera y en el interior casi no había sitios libres.

 Guillermo había asistido a pocos casamientos, pero sin dudas esa noche había alguno especial, por el despliegue de coches de alta gama, y la cantidad de invitados en el lugar.

Recordó la carita de Gaby, y una lágrima asomó sin querer, y aunque había elegido o había nacido en un camino que no conducía al altar, a veces no dejaba de preguntarse cómo hubiera sido el otro sendero.

Hacía nueve días atrás, había  dejado su firma como testigo en el Registro Civil, y luego condujo a Gaby a los brazos de Alberto, percibiendo su sonrisa de adoración, su temblor, la emoción en la mirada completamente enamorada de su mejor amigo, y aunque la aparición de Pedro había eclipsado todo lo demás, algo vio del entorno que se puso de pie, cuando los acordes de la marcha nupcial inundaron la iglesia y comenzaron a avanzar  por la alfombra rodeada de arreglos florales, y  Alberto esperando igualmente embargado de emoción a su amor, feliz de poder decir que sería siempre suya, la recibió de su mano.

La felicidad de ellos le regalaba una dicha prestada, y no dejó pasar las miradas ente ellos que ilusionó a todos.

Pero esta vez, era un invitado anónimo, de una pareja del mismo tenor, colado para vislumbrar de lejos al sacerdote, mientras los invitados observaban a los novios, testigos de su amor, en la iglesia iluminada por arañas y velas, con aroma a jazmines, y de súbito como en la otra boda, Pedro se volvió sonriendo y el corazón se le desbocó al ver los hoyuelos, aunque la mirada no estaba enlazada a la suya, como aquella vez.

La gente no perdía detalle de la ceremonia, pero el perdió de nuevo el contenido del decir del sacerdote, quedándose con el arrullo de la sensualidad de la voz, que llegaba desde lejos en medio del aroma y de los sonidos que alternaban según el momento, hasta que los aplausos al final lo sacaron de la ensoñación.

Esperó a que los novios pasaran delante porque Pedro seguía allí, oculto en el tumulto de gente que se amontonaba para llegar a ellos y comenzar la lluvia de arroz y abrazos afuera, casi extrañando a sus amigos, estaba por escabullirse, hasta desde afuera esperar un próximo casamiento o no, cuando al salir los coches con los esposos, lo alertó un grupo de jóvenes que a carrera entró al revés de la corriente, disparado hacia el altar, cuando ya la algarabía anterior se había dispersado, y vio a los sacerdotes y diáconos, volverse, a Pedro con ellos, cuando de súbito supo  lo que estaba por suceder.

Afuera los vehículos avanzaban despacio, ajenos a la iglesia ya, concentrados en seguir a los esposos.

…! Quietos! ¡Esto es un asalto, vamos, entreguen el oro  del altar, lo que sea, la limosna, no se hagan los pobres que ustedes de pobres no tienen nada!

__Guillermo sintió el sudor helado perlando la frente al ver que los muchachos que eran cuatro llevaban cuchillos, no supo si más y parecían drogados, un escalofrío gélido le heló la sangre al mirar el rostro demudado en dolor de Pedro, porque de algún modo supo que más que miedo, sentía dolor, porque muchachos de esa edad, de esa condición eran los que a diario llevaba a su lado, les daba trabajo, deportes y comida, y de súbito en su mente y en su alma, nada de ello podía tener explicación.

Apenas eran tres en el altar, uno de los diáconos sacó la copa del cáliz que era de oro, otros algunos candelabros, mientras Pedro con dulzura temerariamente se acercaba hablando suavemente a los muchachos de dieciocho a veinte años de edad.

… Lo somos, nosotros no tenemos nada, lo que pretenden llevarse son cosas de Dios.

.. No haga el idiota padre, Dios no necesita oro y plata, nosotros sí, necesitamos ropa, comida, ¿entiende?

… Claro que entiendo, pero  no es la manera, bajen las armas y les daré de comer.

En media hora hay otro casamiento, comenzarán a llegar invitados, llamarán a la policía, deben irse, no tenemos dinero acá, por favor.

… ¡No entiende nada!, en casa tenemos un montón de hermanos, ¡curita de bien!

 Ellos necesitan comer, no tenemos trabajo, acá les das limosnas a pocos elegidos, pero somos muchos los que necesitamos más y tu Dios no mira a los pobres.

..No hables así, no es así.

...! Lo es! Me jugaría una pierna a que sos un nene bien, que no tuvo mejor opción que hacerse cura porque seguro que sos gay, como muchos.

…¡Basta!

___El sacerdote mayor intervino, y Pedro extrañamente se sonrojó, nadie supo que la imagen de Guillermo estaba colmando sus pensamientos, al momento de oír la palabra, y que poco podía articular, hasta que casi en un hilo apenas logró susurrar.

… Está bien, padre, tiene razón, no entré acá para ocultar mi sexualidad, pero sí, nací en una familia rica, tampoco es mi culpa.

Váyanse ahora, antes que sea tarde, regresen en la mañana, les prometo que iré a casa de cada uno a ver las necesidades, y que les daré o conseguiré trabajo.

__Guillermo estaba oculto tras un pilar, ya nadie quedaba en la iglesia, y era tal su parálisis por temor a que dañaran a Pedro, que su razón le decía que debía llamar a la policía y no lograba  tomar el celular, tan sólo para no bajar la vista.

… No te creo, ¡infeliz! Mañana como cada día a los que dices ayudar, nos darás migajas cuando el oro que hay acá, nos puede dar mucho más, apúrate.

Y no te acerques porque no me importa que seas cura, no creo en tu Dios, te voy a matar.

___Guillermo no supo si fue una ilusión o realidad, pero en su mente vio al muchacho abalanzarse sobre Pedro, un gemido inundó la estancia, y entonces escuchó su grito desesperado, mientras sin saber cómo la parálisis cedió, las manos marcaron 911 y los pies se abalanzaron hacia Pedro que lo miró con las manos tomándose el vientre, y allí entonces se dio de bruces con la verdad, en la sangre que inundó la sotana, mientras los muchachos quisieron acercarse a él.

… ¡No se acerquen, soy abogado, la policía está llegando!

_

En efecto las sirenas sonaron cerca, los muchachos manotearon algunas cosas, los dos compañeros de Pedro bajaron del altar, y Pedro se desmoronó en brazos de Guillermo sin dejar de mirarlo, y sonriendo musitó su nombre, mientas el corazón de Guillermo se encogió al oírlo.

…Guille, viniste al fin. ¿Querías confesarte?___la sonrisa que esbozó fue un mimo, y detrás... los ojos se cerraron, mientras Guillermo supo que de su garganta o de sus entrañas salió un grito desesperado, mientras voces y sirenas se agolparon en la entrada.

¡No! Pedro, no.

CONTINUARÁ.

Hechos y personajes son ficticios, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

La tira contiene lenguaje adulto.