NAUFRAGIO. CAPÍTULO 68.

NAUFRAGIO.



CAPÍTULO 68.







Bs. As, sábado 14 de marzo de 2015.







“… Nuevamente saliendo de la guardia, nos encontraremos al llegar quizá con el padre de Pedro.



Está callado, pensativo, en la semana no ha querido hablar del tema ni siquiera con Manuel, y en casa no lo hemos tratado.

Tampoco aceptó la propuesta de ir al grupo al que me llevara cuando me separé de Juan.



Lo entiendo, pero no deseo que sufra, menos que se desencuentre con Manuel o con María.

En verdad quisiera que este Sr. hubiese seguido viaje directo a Chile, antes de venir a reabrir cicatrices emocionales que tanto dolor provocaron.

Pero está acá, y aunque no lo ha confirmado nadie, suponemos que hoy pasará a despedirse.”







.. Amor, el chico baleado se recuperó muy bien.

.. Hicieron muy buen trabajo con Alberto. Aunque confieso que esto de que siempre operen juntos, ya me está poniendo celoso.

… Tonto, nos llevamos muy bien, y más nos sincronizamos cuando operamos a Fabián, creo que desde allí comenzamos a unirnos en quirófano.

… Fabi, está perfecto gracias a ello.



A propósito, en menos de una semana haremos el viaje a la Costa, saldremos el miércoles para regresar el lunes.



¿Orestes y María vendrán?

… No lo sé, con esto de la visita inesperada,…, no lo hemos hablado.



Lo principal es que Mirna vaya y sepa lo que la casa significó para ti en su ausencia, aunque creo que Fabi, Valeria, Manuel, Camila, todos irán, claro que esta vez por las dudas en auto.

Hace frío para naufragar.

… No lo digas que me dan escalofríos de pensarlo.



… Ya tenemos todo listo para recibir a mi niño, que me parece se va a adelantar, la pancita de Camila creció de golpe, ¿lo viste?

… Con tal de que llegue, me alegraré, y mejor no sigas comprándole cosas, porque no alcanzarán las dos habitaciones que ya tiene, más lo que le regalarán al nacer.

… Creo que está todo listo, aunque nacerá entre junio y julio, pero me parece que no falta nada, las habitaciones quedaron divinas, y tenemos sillitas del coche, cunitas, catres, ositos, pañales.



¡Uy, Graziani!

… ¿Qué sucede?

… A ti que te gusta el orden y el control, te aviso que nuestro niño pondrá todo patas arriba, la cocina estará llena de mamaderas, la habitación de pañales, chupetes, juguetes.

… ¡Bueno! Si Camila le dará de mamar, no veo por qué habrá tanto lío en la cocina.

… Alguna vez,…, cuando regrese al consultorio se sacará leche, o le compraremos para darle mezclada.

… Todo puede ordenarse en una casa tan grande, no me molestes.



Cuando comience a caminar sí me preocuparé, romperá todo, revolverá el resto, y unido a Guillermito creo que iré a vivir al sótano.







“… Es verdad lo que dijo, lo de su amistad con Alberto, lo de la pancita de Camila, lo del viaje a la Costa, pero también es obvio que evade el tema que no desea que aparezca.



Tiene le ceño fruncido, pese a que intente disimularlo con los anteojos oscuros, y ha dormido intranquilo toda la semana pese al cansancio.



Bueno,…, por ahora hay que pasar la despedida de su padre de la mejor manera posible, luego iremos creo que todos a la Costa, ya he dejado las guardias cubiertas, Gaby y Alberto nos seguirán,…, son de la familia.



Fabián, Valeria y Guillermito no se irán ya más de casa, tanto es así que me ha propuesto alquilar la casona, y con ello pagarle un departamento a Ana, cuando obtenga el divorcio que será en la época de nacimiento de José Thomas, dos hechos conjuntos y trascendentes en la vida de todos.



Camila por ahora trabaja ocho horas en el instituto, Manuel la lleva y la trae, ha prometido trabajar menos al avanzar el embarazo y luego del nacimiento.



El jardinero y Mirna en los ratos libres, que ahora aumentaron al salir María con Orestes, han dejado el parque listo como para que en primavera, nos envuelvan aromas de cipreses, robles y flores de jardines que serán una belleza, y Manuel sobretodo por la fractura de Pedro, como ha podido, algo ha esbozado las piscinas exteriores para el verano próximo.



Nos casaremos, si todo marcha bien, el 22 de octubre finalmente, en mayo, justo antes de nacer José,…, tenemos el juicio, no queremos que nada perturbe el momento más importante de nuestras vidas, junto al nacimiento del niño.



María y Orestes, no han dicho nada, creo que por la presencia de Pedro, padre.”









“… Amo a Guille cada día más, por su estampa, su elegancia, su autoridad, en la profesión sobretodo, su especial sentido del humor al querer controlarlo todo y a todos, por su inteligencia, por sus ojos y sus labios que me sedujeron en Palermo.



Está preocupado por lo de mi padre. Así como tengo claro mi amor por Guille, no puedo terminar de dilucidar lo que me une hoy a mi padre biológico, más pensando en el creciente rol que ocupa en mi vida Orestes, su intachable comportamiento y su cariño hacia los hijos de la mujer que ama.



No puedo odiarlo, ni siquiera recordando los peores momentos, tampoco deseo ese sentimiento en mi vida, pero no sé si pueda amarlo como al resto de la familia alguna vez.



Su nueva esposa no es mala, en parte es casi como hermana de Manu y mía,.., por la edad y lo que compartimos en Kenia, parece querer a mi padre y quizá sea lo mejor en su vida ahora.”







___ Cuando llegaron a la casa, guardaron el coche, y a poco de entrar, a Pedro se le partió el corazón cuando miró los ojazos castaños claros, con orlas diminutas de pestañas que se clavaron en los suyos, y el hijo de su padre, en ese momento jugando con Manuel que lo echaba por los aires, le recordó a ellos de niños, y una punzada de añoranza lo sorprendió.





Su padre estaba contemplándolos desde el sillón, y de pronto el niño sollozó, y Pedro salió del trance, y pareció por primera vez darse cuenta de que esa criatura era su hermano, y que casi tendría la edad de su hijo por nacer.





Pedro paseó una mirada cómplice por el rostro de Manuel, y al fin sonriendo se acercó a su hermanito pequeño, reconociendo que Manu tenía razón. Que por errores que su padre hubiera cometido el niño era inocente, y al sentir la suave caricia en las mejillas, el nene le sonrió, y las murallas de defensas de Pedro al menos ante él se desmoronaron, y tanto Manuel como Guillermo lo supieron.





… Hola hermano. ¿Quieres tenerlo?

… Si él quiere.



… Hola Pedro ¿puedo sacar una foto de mis tres hijos juntos?







___ El padre de Pedro les hizo la foto, saludó correctamente a Guillermo y palmeó a Pedro.







… ¿Y tu esposa?

… No vino, hoy. Vendrá antes que regresemos a Kenia, hoy quise venir solo, a hablar con ustedes si Guillermo me lo permite con él, con María y Mirna.



Trabajan duro todos acá.



Ya María me contó cómo comenzaron al llegar de Kenia, y lo que fueron logrando paso a paso.



… ¿Cómo se llama, Padre? Nuestro... hermano, digo.

… Andrés Alberto Beggio. Gracias Pedro por preguntar y por llamarlo hermano.

… Lo es.

…Gracias hijos, indudablemente heredaron la nobleza de María, y quiero decirles que me iré feliz de ver lo que hoy, sabiendo que si alguna vez como sucederá por mi edad, él los necesitara, ustedes seguramente no lo dejarán solo.

.. Seguro que no, padre, disculpe mi primera reacción.

… Es comprensible, Pedro.



No fui un buen padre con ustedes, menos contigo, te juzgué, te discriminé y te maltraté, y María, Mirna y Manuel sufrieron a la par.



Hoy comprendo que eres un hombre de bien a pesar de mis errores, médico, que te dedicas a salvar vidas, y que eres feliz con Guillermo, y viendo a Fabián , a Guillermito, a Valeria, a Mirna, no puedo negar que el único equivocado era yo al juzgarte, que no tengo derecho a ello.

… Amo profundamente a su hijo, Pedro, como le dije antes, no elegimos lo que sucedió.



Yo me sabía gay y andaba perdido por la vida, Pedro no. Pensaba que amaba a Camila, pero le sucedió un terremoto interno al reconocerme, nuestras almas se reconocieron, nacimos como hombres, y nos amamos.



En poco nacerá José Thomas, y le aseguro que su nieto tendrá a una mamá ejemplar que adora a Manuel, y a dos papás como ellos pidieron, que lo harán lo más feliz que se pueda, que le darán lo fundamental para ello: amor incondicional como el que existe entre todos en esta familia.

… Lo veo Guillermo, lo siento. Lo felicito por la valentía de estar acá, de hablar conmigo, de tener a su hijo y a su nieto presentes. Y por la madre que tiene.

Si algo hice de bueno entre tantos errores que cometí, fue haber salvado a Mirna, haberla ayudado por años con María y los chicos, para verla plena hoy con ustedes.

… Y es mi agradecimiento pendiente.



Para ser sincero, lo rechacé cuando sentí el sufrimiento y las cicatrices de Pedro pero nunca pude odiarlo, porque sin usted, mi madre hoy no estaría acá.

… Es verdad, hijo. El Sr. Pedro, ni qué decir de María y de los muchachos, durante cuarenta años me dieron todo, y me regresaron acá, a mi hogar con todos.



Mi eterno agradecimiento, siempre estaré con ellos.



___





… Chicos, María, en definitiva, cuando ustedes se revelaron contra mis imposiciones, todos elegimos. Sentí cuando partieron de Kenia, que tarde o temprano María los seguiría, es lo que corresponde, y si no lo hizo antes, fue por Mirna.



Yo pertenezco a ese lugar, y también elegí entonces, pese a que iré a Chile a hacer una última visita a la Vicaría, a ver si encontrara a los abuelos, aunque lo dudo, al menos visitaré el lugar, y si alguna vez desean saber de dónde vienen,…, les dejaré la dirección.



Pero mi vida seguirá y terminará en Kenia, saben que mucha gente depende allá de mí, y solo…. me estaba marchitando, como el jardín que dejaste Mirna.



Supe y me alegro que María encontraría su lugar y su felicidad acá, Orestes es un gran hombre, y les deseo lo mejor, aunque siempre serás mi amor, María, como Pedro y Manuel el fruto de él.

Solamente busqué una compañía, una amiga, alguien para terminar mis días, es buena gente, la conocen, y Dios quiso darnos este último regalo para mí, vuestro hermano, y deseaba presentárselos en vida, dar la cara, que supieran que existe.



Las puertas de casa estarán abiertas, cuando deseen visitarnos, es la casa en que nacieron. De los tres al fin.



Camila, eres preciosa, pero además una gran mujer, lo fuiste con Pedro, la madre de su hijo, de mi nieto, y lo eres como esposa de Manu, con el que sospecho me darán más nietos todavía, y me gustaría conocerlos a todos.

Tendrán edades parecidas a su tío chiquito.



… No tengo dudas, Sr. Pedro, que o usted vendrá o nosotros iremos a llevárselos alguna vez.

… No me digas Sr., dime Pedro, ya que tienes papá y de los buenos.



Ahora, nos vamos, porque el pequeño ya extraña a su mamá, y ustedes tienen cosas que hacer, mañana saldremos para Santiago, sé que se van a la Costa, así que les pediría que si quieren ir a despedirnos para verlos de nuevo, nos gustaría mucho. De lo contrario, quizá regresemos si nos avisan a tiempo para el nacimiento de José Thomas, Pedro.



Y una última cosa, gracias a Dios que no me hicieron caso, porque como ingeniero tú, y administrador Manuel, me hubieran dejado en la calle con lo bueno que son en lo que eligieron.



… Gracias, padre, José tendría que nacer a fines de junio, por si quiere venir, pero nunca se sabe en primerizas, puede conocerlo luego igual.

… Vi las habitaciones y son divinas.



Guillermo, quizá venga al casamiento de ustedes y de paso a ver a José en el mismo viaje, y los esperaré en casa cuando deseen. Sé que trabajan duro, en una profesión que me enorgullece que mi hijo haya elegido.

.. Y es muy bueno además, y no lo digo porque lo ame, realmente lo es.

… Si no los viera mañana, seguramente postergue el regreso a Kenia hasta despedirlos cuando regresen de la Costa.

…. Suerte padre.









___ Manuel y Pedro juguetearon con las mejillas de su hermanito, llenándolo de suaves besitos en ellas y de caricias por todos lados, mientras el niño que pareció saberse entre amigos, les sonrió a uno y al otro, y los hizo derretirse en el mismo amor.









___ La familia completa acompañó a Pedro y al hermanito, que partieron dejándolos a todos en paz, todo estaba como debía de ser, cada uno con quien debía estar, y las palmas se batieron hasta que se cerró el portón de la propiedad, cuando las lágrimas habían escocido los ojos de todos.









“… Y así fue la despedida de mi padre, sin más reproches, sin facturas, sin insultos, sin reclamos, aceptando el amor del hermanito que vino a traer al mundo y a nosotros, y en parte sus decisiones, sin saber muy bien qué sentimiento nos sigue uniendo a él.



Quizá no sea un gran amor como siente Camila por Orestes, pero al menos logramos el respeto mutuo y la aceptación, cosa no pensada cuando salimos casi huyendo de Kenia.



Me sentí más liviano, más contento, creo haber visto lo mismo en Manuel, y los dos sabemos que amaremos a nuestro hermano, que si alguna vez nos necesitara,…, estaremos con él.”



“… Ahora sí regresó mi Pedro, despreocupado, juguetón, cariñoso, el que pelea de mentira con Manuel, el médico amigo de Fabián, el que se revuelca en el piso con Guillermito, el que pasa mojado besándome empapándome, y a María, a Mirna, el que besa al paso la pancita de Camila y habla a José, en definitiva mi amor, más hombre, más seguro, más sano, más entero.





La cena fue alegre, se nos unió Orestes, que en medio de ella sorprendió a todos, comenzando por María, diciendo que en la playa, en la visita que haremos a la Costa, desea comprometerse.



Yo estoy feliz por mi amigo, porque desde el secuestro de Pedro,…, se convirtió en mi mejor amigo con Alberto, y los muchachos y Camila casi lo dejaron echado en el piso al irse los tres encima, mientras María como siempre se ruborizó y Mirna se abrazó a mí.





Hicimos larga sobremesa planeando el viaje, comentando de los niños, del estudio y del divorcio con Ana, y al fin cada uno se fue a su casa y a su lugar.



Orestes casi vive ya en lo de Manuel, sospechamos que María se irá para allá cuando se casen y que Mirna con los míos quedarán en casa.



Al fin, la inmensa propiedad que veíamos vacía aquel primer día con Pedro pareciera comenzar a ser chica para tantos unidos en el mismo lazo que viene enroscándose, estirándose y amoldándose desde cuarenta años atrás.



Llegamos al dormitorio besándonos, entre risas y arrumacos, Pedro feliz me arrancó la camisa he hizo saltar los botones y lo dejé, porque siento que luego de verle la cara a la muerte tantas veces, hoy es uno de sus días más plenos y felices, además porque adoro que me desvista para enloquecerme, y por mi parte le respondí por igual arrancándole la camisa también y llevándolo al abrazo piel a piel…. devorándole el labio carnoso, mordisqueándolo hasta el delirio, lamiéndolo a mi antojo hasta abrirlo para reexplorar mi dominio, saboreándolo en la danza de lenguas curiosas, que no dejarían resquicios sin dominar, y así nos quitamos el resto de barreras, haciendo contorsiones y piruetas para no caer, hasta quedar sin nada y entonces sí rodar y rodar en el somier, mirándonos perdidos y fusionados en el beso que ya no cesó.”







“…Nos recorrimos uno al otro más que nunca, como siempre, de pies a cabeza y al revés, con caricias, de dedos, palmas y labios, moldeando, modelando, esculpiendo y dibujando como que nos consideramos las obras de arte del creador y nos co- creamos a nuestro antojo, y de nuestro amor cada vez, henchidos y húmedos los labios, turbias las miradas pero fijas, posando los labios y la lengua por todas partes, mientras las terminaciones nerviosas disparan chispas y descargas, las oleadas de placer bullen en el vientre…. hasta el pétreo palpitar que nos dice que estamos cerca del abismo, muy pronto de dejarnos caer, pero nunca lo deseamos y jugamos a aquietarnos para recomenzar.





Así nos quedamos en el diminuto límite entre el placer y el dolor, para disfrutar la agonía de prolongar el final, y al fin uno se entierra en el otro, para recomenzar más tarde al revés, casi siempre primero quietos sentimos el abrazo abrasador en el palpitar, para luego sí unir ritmos y compases, en cada embestida y ondulación, para que el que se zambulle llegue a lo más hondo, a profundidades jamás visitadas, mientras desparrama oleadas crecientes en los dos, que primero nacen dentro, y ascienden en llamaradas rodeando los cuerpos en Uno y en luz.





Y nos convertimos en música, en susurros de amor, en sinfonías de acordes de gemidos y jadeos, en fluidos mezclados, en la misma saliva, en las perlas del sudor, y en el fruto del amor, que nos empapa y nos embebe cuando al fin desde lo alto del abismo decidimos siempre los dos, lanzarnos sin reparos, en caída libre, corriendo los riesgos de deshacernos en espuma, en energía y en fruto, para fundirnos en Uno, y perder la conciencia, hasta renacer más tarde y volver a comenzar en el mismo Amor Eterno que nos hizo reencontrar en esta vida en Palermo,…, el 22 de octubre de 2014.”















GUILLE Y PEDRO… PEDRO Y GUILLE.







UN DESTINO… UN AMOR.









La ficción contiene lenguaje adulto y escenas explícitas.









CONTINUARÁ.