"DESAFÍO". CAPÍTULO OCTAVO.

“DESAFÍO”.

CAPÍTULO OCTAVO.

Palermo, sábado 09 de julio de 2016.

"somos a tal punto una misma cosa en ese enredo de ovillo donde la lana blanca y la lana negra luchan como arañas en un bocal".
El río (Fragmento)
Final del juego. J. CORTÁZAR.
 

“..Guille, me encanta observarte dormido, en silencio, o mientras hablas y sonríes, mientras comes, mientras trabajas, ejerces una fascinación especial y me muestras tu verdadero ser, sin atavismos, sin dependencias, sin farsa, sin máscaras, con tu libertad y la mía, unidas por elección.
¿Por qué estaremos juntos recién ahora?
Aunque hables con ímpetu, aunque los demás juzguen tu carácter, aunque calles en miradas asesinas, cuando llegue a conocer tu lado oscuro, sé que te amo. Te elijo aunque parezca loco, de la nada apareciste, el destino o Dios lo quiso cuando pedí desafíos, con tu rostro sombrío, triste, al comienzo torturado, con tu alma raída por el desgano, el desamor, la apatía, y desde la ausencia y el error llegué, con mi corazón sangrando, mi cuerpo en lamentos, mis dudas ante lo desconocido.
Yo era desgano, derrota, a la vez esperanza de comenzar de nuevo, tú eras farsa, penumbras, hastío, yo era instrumento, objeto de Camila, tú eras desuso, manipulación de Ana, las dos desdichas, lágrimas silentes y tristeza vital.
Hoy te convertiste en mi aliento, en mi hálito de vida, yo en tu alimento, uno es el fresal, el otro arenal firme, nos convertimos en camino, somos destino recorriéndolo, el mismo destino”.


___Pedro salió de la ducha, con la toalla en la cintura, revolviéndose el pelo, cuando se percató de la mirada recorriéndolo, Guillermo despierto, se apoyó en el codo, el rostro en la mano, dedicándole la ternura en los ojos.


..¿Despertaste por el ruido?
… No amorcito, desperté por el vacío, me dejaste solo, es increíble porque llevo años durmiendo solo, Ana ya no dormía conmigo, y ahora sin vos, ciento frío, apenas en horas.
…. Te observé dormir, me encantas en la expresión relajada.  No me lo creo siquiera, esta casa nos recibió a los dos casi al mismo tiempo con la naturalidad de una pareja de años, no es el departamento oscuro, gris, ajeno, que pensé que me costaría habitar, sino de repente el abrigo, la liberación de las incomodidades de estar junto a Camila, al mismo tiempo me pregunto en qué momento sucedió, tan rápido, en horas, pasé de estar a su lado, a esa experiencia en el estudio, a llegar acá, a que te separaras.


__Pedro se acercó titubeando, era feriado pero la agente de la inmobiliaria se ofreció a la firma de contratos, llegaría en pocos minutos, y la tentación de atreverse a todo era mayor cada vez.


…¿Quieres ducharte mientras preparo el desayuno?
Llegará la chica de la inmobiliaria, al fin quedamos acá por el feriado,  traerá el contrato firmado por el dueño, por Martin, solamente falta mi firma, y dejar la copia, el sellado lo hará ella.
… ¿Y yo cómo entraría allí? Debimos hacerlo a nombre de los dos, aunque llegado el caso de un juicio de divorcio contencioso, quizá sea mejor así, igualmente ahora ya está hecho.
… Las cosas que trajiste se sienten cómodas junto a las mías en el mismo vestidor, por ahora, el otro no es necesario___ regalando sonrisas, acercándose al tiempo que se colocaba una bata.

…¿Te tapas? Pensé que el pudoroso era yo, no tienes nada que esconder de ese cuerpo bello que por otra parte se ajustó a mi piel en perfecta armonía.
… No me provoques, necesito que estemos desayunados y vestidos, hasta firmar el contrato, luego podríamos ir a caminar, y si encontráramos algo abierto almorzar afuera, ¿te parece?
… Me parece, lo que quieras, mi cepillo de diente está junto al tuyo, mi ropa en tu vestidor, los libros mezclados sin ordenar, creo que estamos iniciando algo llamado convivencia. Algo extraña teniendo en cuenta que no hemos hecho el amor, más que en la mirada, en besos, en caricias.

__Guillermo se incorporó, sediento de libidos encantos, con el alma colmada de embelesos de miradas, con muertes de éxtasis en los abrazos, como con el que rodeó a Pedro inhalando el aroma del pelo recién lavado, mojado, paseando la lengua por el cuello, la electricidad ya era  aceptada, acercó la boca y los anhelados labios turgentes sintiendo el palpitar agitado en el pecho, con almas fusionadas en una, la pasión y el deseo se posaron en los labios finos que corretearon de comisura a comisura, antes de  que la osada lengua presurosa se escurriera entre los labios, buscando a la compañera que aceptó dulce, ávida, húmeda, la misma danza, la misma batalla, enroscándose  a su par, y en el beso sintieron la unión de dos en un mismo destino.


___Pedro libre, feliz preparó café, colocó mermeladas, hizo tostadas, y dejó la vajilla en la barra del desayunador, Guillermo se duchó por su parte, y el aroma le dijo que estaba en un hogar, como nunca antes  pudo sentir con nadie.

Pensó que transformaría la cocina con utensilios de medidas precisas, con otras ollas, con lo necesario para trabajar allí, ya Pedro estaba fascinado al saber que cocinaba, para él unir elementos para dar lugar a una comida era mágico, y nunca supo hacer demasiado.
Tenían que acostumbrarse uno al otro, por ejemplo modificar el ritual de ducharse solos, rápido, para a acomodarse unidos bajo la ducha, deleitarse o amarse allí, al diablo con el ahorro de agua si podía colarse uno junto al otro, lo mismo quedarse en la cama acomodados en los huecos del cuerpo  más tiempo, poner quizá la alarma del despertar un rato antes, apresurar los desayunos, o quizá llegar más tarde al estudio, cosa que todos notarían el lunes. Quizá al mediodía en lugar de almorzar cualquier cosa, un sándwich reseco, podrían regresar al departamento, quizá trabajar allí luego, aprender que los segundos podían medirse en latidos, los minutos en el vaivén del respirar dormidos, del amarse , quizá por un tiempo no anduviesen paseando desnudos  porque los dos sentían pudor en el día, las cosas se irían acomodando sin acuerdo explícito, como todo venía fluyendo, cada uno sabría en exacta medida lo que debería sacrificar en pos del amor del otro, sabiendo que a cambio compartirían recompensas de urgentes entusiasmos, sin medias tintas.


…¿Te gusta el café así amargo?
… Sí, así, y a cucharadas la mermelada, el dulce, además de en la tostada, si me la das en la boca, mejor.
Pedro, ojalá no hubiera aceptado ese caso, y pudiéramos irnos de viaje, como una etapa de reconocimiento, de disfrutarnos, pero ya está, tendremos que aprender así, en medio del quilombo___ la mirada mostró que su impecable seguridad se agujereó como tela gastada.

…Te asusta, ¿verdad?
… Es complejo, el Fiscal parece honesto, veremos el Juez, tendremos que ir a la casa el lunes, a la escena del crimen, son tantos los familiares que encargué a Beto que nos esperen allí para informarles de  lo que tienen los de Científica, tendremos antes que hablar con ellos.
…¿Tengo que firmarte un contrato en el estudio?
… ¿Cómo socio dices?
… Transitorio. Y con condiciones.
… No sé si quiero eso ahora. Lo de transitorio. ¿Condiciones?__ asombrado.

… Quiero el 50% del dinero, no trabajo los viernes, no recibo órdenes de nadie, hago la mía.
…. Mira, me vas a pedir aumento a cada rato.
… No, eso no__ se entrelazaban las manos dándose tostadas uno al otro, café en besos, pero al fin Pedro se puso serio.

…Guille, no sé si puedo ya dejar mi estudio, por ahora trabajemos este caso, llevará mucho tiempo, la investigación  será larga, el juicio requerirá de meses, para entonces sabremos mejor cómo sigue “esto… lo nuestro”.
… Me parece perfecto, entonces el lunes Gaby te hará un contrato de sociedad transitoria.


__Guillermo le rodeó los hombros, lo atrajo a su cuerpo besándole el pelo, Pedro le hizo cosquillas con la barbilla en el cuello, riendo el buen humor, ahuyentando temores, ganando en intimidad, dejando enterrados o no, dolores ocultos por aflorar, en ese inicio de escritura de páginas juntos que los dos deseaban llevar adelante.

El timbre del portero, los sacó del juego, la agente en media hora leyó el contrato, Guillermo se presentó como socio de Pedro, firmó y les dejó la copia,  bajando juntos al vestíbulo donde la despidieron.
Saludaron a la guardia, Pedro había informado su identidad, la de Guillermo al entrar, y salieron al día de sol que saludaba el comienzo, los saludaba radiante, cuando  con recaudos se tomaron de la mano, paseando como los demás, entre la gente se adentraron  charlando en los Bosques de Palermo.
…¿Estás cansado? Ven, sentémonos en un banco, tomemos el agua. Es tan lindo el lugar, el día, es respirable, etéreo.

A poco de andar supieron que podían hablar de cualquier cosa, tenían demasiado en común además de la carrera, libros, música, países que desearían visitar, el gusto por comidas, vinos, el ajedrez, pasaron revista a gustos, fobias y vidas en la banqueta, mientras la gente discurría, los niños jugaban aquí y allá.

…¿Extrañas a Fabián?
… Todavía no, pero seguramente lo veré en la semana, creo que le diré esta parte de la verdad, que no vivo en un hotel, luego será el momento de ir confesando el resto, esperar las actitudes de Ana, el momento para pedirle el divorcio, deberá ser después de que Fabián sepa todo de mí, o lo hará ella a su manera, dañina, mala.
… Está bien, me parece bien. ¿Y en el estudio? Digo, creo que luego de lo del jueves intuyen demasiado. ¿Les dirás?
… Sí amorcito, el lunes les diremos lo que sucedió el jueves, la revelación que me llevó al pánico, aunque me han visto saliendo con… otros. No importa, nunca les dije nada abiertamente.


___Pedro sintió un malestar opresivo, una punzada extraña, el comentario le disgustó, pero más le tomó por asalto ver a Marcial y a Camila llegando a ellos, a ella corriendo hacia él, cuando menos esperó estaba colgada de su cuello llorando, besándolo, ante la atónita mirada de Guillermo, de Marcial que la paseaba de la escena al nuevo amor de su primo, su socio. Marcial ase adelantó presentándose.

… Hola Dr. Graziani, soy el primo de Pedro.
… Pedro, por favor, regresa a casa, no puedo estar sin ti, Marcial es tu primo, es mi amigo, pasó lo que viste quizá por el embarazo perdido, te juro que aceptaré adoptar, lo que quieras, no el divorcio.
…Camila, suéltame, no estamos solos, calla, mujer.
… ¿Quién sos?__como si descubriera recién a Guillermo clavó la mirada, Guillermo sintió como cachetada su belleza, no la había imaginado, al tiempo en la mirada se le antojó que veía frialdad, dureza.

… Hola, Camila, encantado, Guillermo Graziani, el socio de Pedro soy.
.. Hola, no te conozco, el socio de mi marido es Martin.
En realidad he oído hablar de usted, mi papá es Juez de instrucción.
… Lo sé, lo conozco.
… Camila, me he asociado al estudio Graziani por un caso complejo que llevaré con Guillermo.
…¿Vas a abandonar el estudio de tu papá que es tuyo?
… No dije eso, mujer, estoy diciéndote que tomamos un caso con Guillermo.
… Camila, vamos a almorzar, deja a Pedro en paz, están charlando___ Marcial intentó llevársela antes que estallara por otra cosa, su estabilidad psíquica no era la mejor.

…. Está bien, entendí, no soy tonta, sé todo por papá.
… Nadie dijo que lo seas, la socia de Guillermo es la abogada que hará el divorcio.
… No. ¡No lo quiero!
… Guillermo, vamos a almorzar, Camila, no seguiré pasando papelones en público, es feriado, la gente pasea, habla con mi abogada, no volveré contigo, Marcial, cuídala.
….! Pedro!__ ella gritó pero Pedro apuró el paso, Guillermo estaba echando chispas, Marcial la atrajo a los brazos intentando que no se desarmara en llanto otra vez.

Se acomodaron en una restaurante de la zona, pidieron los vinos, Pedro estaba tenso, avergonzado, Guillermo enojado con Camila, pensando que nada sería fácil ni con ella y  menos con Ana.

… Guille, disculpa, nunca imaginé la escena.
… No es tu culpa, pasó, mejor que la conocí, tenía que suceder, tarde o temprano, deberá entender. Además por mi casa, las cosas no serán mejores, todo lo contrario.


__El mozo los interrumpió con la llegada de la parrillada, ahora no tenían apetito para tanto, pero intentaron recomponer el estado previo al encuentro.
Pedro cambió adrede de tema.

…. ¿Quién nos contrata específicamente?
… Deberían hacerlo los herederos, pero se adelantó la casa rosada, el pedido llegó de allí.
…! Guau! Es decir que ellos nos verán el lunes, se enterarán por nosotros que seremos sus abogados.
… Exactamente, además del asesinato, habrá un lío mayor de sucesiones, lectura de testamento, y todo lo tributario, para ello llamaré a Beto, y necesitaremos escribano.
… Tengo, en mi estudio, es contable – jurídico, tengo para que lo ayuden a Beto, es un montón según dijiste.
… Igualmente, hasta no dar con el asesino, los móviles, la fortuna quedará congelada.
… ¿Crees que fue un ajuste de cuentas?
… Quizá, estos tipos siempre tienen negocios santos y de los otros, no lo sé cielito, es complejo, lo peor es que la policía, hasta el fiscal quizá, intentarán echar el  fardo a los herederos, más estando el presidente detrás y cerrar el caso rapidito.
… No. No lo vamos a permitir.
… Obvio que no, pero no será nada fácil, luego del entierro, iremos a recorrer empresas, a ver qué gente hay allí, sobretodo la opinión que tenían y tienen del empresario.


__Charlaron del caso, olvidados de las mujeres, almorzaron, tomaron un helado de postre en los Bosques y como salieron regresaron al departamento, como un matrimonio de años por la comodidad, la familiaridad, como apasionados atolondrados adolescentes por el amor recién nacido o reconocido.
Abrazados en el sillón ya en jeans y  camisas, se perdieron en el hermoso día que pasaban, excepto el encuentro con Camila.

… ¡Qué loco! Hace unos días planeaba sacarla de la depresión a ella, hoy sé que te amo, creo que ni por ella, ni por nada de este mundo te dejaré de amar. Estás en mi mente, en mis sentidos, en mi alma, en mi cuerpo. Quiero que cuidemos de esto, de nosotros más en medio de este caso, a pesar de ellas y de este lío, desde el jueves, todo giró, se tornó hermoso por ti, me faltaba el aire para continuar junto a Camila, y hoy siento, te siento lo mismo que yo, mi ser. Por nada te dejaría ya, lo de hace un rato, no me movió ni una pestaña, no la siento, no recuerdo nada a su lado que no fuera dolor, hastío, vació.
… Lo mismo siento yo, con Ana fue todo quilombo, lo único bueno en mi caso es que cuidó de Fabián, pero hoy la padece, menos que yo porque la quiere, pero la padece igualmente.
Siento lo mismo, Pedro, desde verte en la mañana, pero desde lo de la tarde,  te amo desde siempre, más allá de vidas y muertes, tus ojos me sanan, llegaste a mi vida como una herencia  de amor, un barco a mi puerto, me haces mejor persona, creceremos en el día a día, lo sé.
Si antes de venir temí que me ataras, que me encadenaras, ahora sé que no. Que me uno, me enlazo a tus hilos por convicción, por elección, que la adicción obsesiva de Ana me ataba, me torturaba, como a vos seguramente los embarazos fallidos de Camila. Sé que sos lo mejor que  me pasó en la vida, en verdad amo por primera vez, aunque nada será fácil, ya no puedo respirar el aire en que no estás, sos la luz de mi vida, el motor, la energía que lo mueve.
… Tú lo eres, mi paz, mi fortuna, mi seguridad, la luz que llegó para desatarme de las garras de la soledad junto a la persona equivocada, y hoy al despertar, me asombré de no asustarme, de quedarme extasiado mirándote, y luego  el brillo de tu mirada acarició mi alma, todo es perfecto, hoy pese a ella, es perfecto, este lugar un universo paralelo, donde estamos sólo tú y yo, amándonos. Nada ni nadie me hará desviar del camino, esto es verdadero, era mi verdad desconocida.
Habrá que decir verdades que juzgarán, que enfrentarlas a ellas,  los juicios, pero estando juntos, sé que podremos, como también con el caso, por complejo que sea, algo superior nos une en él, hizo que chocara con Gaby, eso mismo nos llevará al asesino, aunque la policía vaya para otro lado, aunque ellos sean investigadores, nosotros abogados,  somos penalistas, tenemos el olfato, más para un asesinato, la intuición, podremos, ni hablar llegado el juicio.

…¿Qué traes allí?
… Café y brownies de chocolate, ¿te gustan?
…Me encantan, Cuca hace.


__Las miradas cómplices capturadas se  atraparon en laberintos, y con el pretexto de apartar migajas de las comisuras, Guillermo se acercó a los labios gruesos, mientras Pedro sonrío por dentro, ya harto de imaginar cómo sería hacer el amor, estaba decidido a continuar al fin.

Guillermo picoteó con suave dulzura los labios, saboreándolos con el chocolate, cubriéndolos de besos leves, acariciando con los finos, hasta que la lengua se armó de valor escabulléndose entre dientes, encontrándose  como se debía con la del otro, era boca contra boca sabiendo a café y a chocolate, las lenguas escurridizas explorando,  invitando, peleando, provocando mayor intensidad, y Pedro conscientemente abrió más instándolo a adentrarse más profundamente, mientras los dedos daban cuentas de los botones de las camisas, y la sangre se arremolinaba en la virilidad excitada de los dos, lanzando gemidos que la incrementaba en cada instante, supieron que sería el momento de no retorno.
Sin dejar ni la mirada ni el beso, Guillermo rodeó la espalda, atrajo a Pedro a su cuerpo, en los labios  habló en susurros:

… Va a doler, mi amor, lo haré despacio, necesito que me digas si duele demasiado, lo que desees. Tengo un gel.
.. Chis… no importa, sé que duele, que el dolor se convierte en placer pronto, hazlo  sin nada, con nuestro deseo, nuestra propia humedad. Mi sabio y experto maestro, navega en mis mares al fin, te necesito por todas partes, en mi boca, dentro, en mi piel, quiero ser tuyo, y   hacerte mío, no dudo de esto.

Los labios rozaron sublimemente la piel del cuello, Pedro lo provocó suave como gotas de rocío, paseando el lóbulo de la oreja, hundiendo la lengua en el oído, yendo a mordisquear el hombro, regresando por la clavícula hasta la nuez de Adán, invitándolo a ser el dueño también de su cuerpo como lo era del alma y de la mente desde días atrás.
Guillermo acarició caminos nuevos en la espalda, al dejar caer olvidada la camisa, Pedro imitó en espejo, cada toque disparaba marejadas de placer, las terminaciones nerviosas atentas a cada ruta dispararon detonaciones, temblaron de excitación, a cada contacto todo crecía, eran manos, bocas, ingles, pelvis que se acercaban insistentemente, y así como tantas veces permanecieron besándose más profundo, devorándose en frenesí, abrazados en nudo, absorbiéndoselo al otro, pausada y apasionadamente, discurriendo dedos, manos por sobre la ropa que quedaba, y la lengua de uno decidida provocaba hasta poner en fuga la razón, pensamientos escindidos en Pedro, abriéndose paso a través de la neblina llegaron a vislumbrar lo que podría sentir más allá de esa embravecida pasión ardiente de besos y caricias.

Los dedos moldearon, suavizaron los labios, los dos los capturaron, los succionaron, como  aprendiendo la rítmica que luego usarían en la intimidad, hasta que  se descendieron  a  bajar los  cierres, a despejar cinturones y botones, mientras los labios primero, los dientes después de Guillermo aprisionaron los pezones de Pedro que gritó ante la intrusión dolorosa al comienzo, placentera y más luego, enterrando los dedos en el cuero cabelludo de Guillermo empujándolo a ir por más, a la succión impiadosa que lo hizo arquearse de placer.
El corazón era un martilleo repiqueteando en el alma, afuera la luna ya intentaba abrirse paso entre nubes imprudentes para espiarlos, mientras Pedro trataba de absorber cada estímulo, cada sensación, sin saber si soportaría llegar al final, teniendo el fuerte cuerpo de Guillermo muy presente, el aroma a bosque, a madera, a él embriagándolo, estaba en todas partes haciéndolo temblar de cabeza a pies, pareciendo no poder inspirar el aire que necesitaba, mientras Guillermo intentaba relajarlo, él más se mareaba en el hombre que lo acariciaba por todos lados, hasta que el contacto de los dedos en los muslos sacudieron en hormigueos en la piel a Pedro, una corriente eléctrica que caló hasta la médula.
 Hasta que el tacto, los besos, el aroma lo fueron calmando, con los sentidos embargados de él, por él, entreabrió los labios escapando jadeos, cerraba los ojos y Guillermo veía aumentar su excitación, la energía, la fuerza que comenzaba a fluir era una obra de arte, hermosa, perfecta, Pedro confió en el absolutamente, con mirada anhelante, dejó de racionalizar el después, aprendiendo que allí ese campo no era necesario, los engranajes de la cabeza quedaron en desuso.

Guillermo deslizó con cuidado los pantalones con los bóxeres absorto ante las esbeltas piernas musculosas, al tiempo que se quitó lo propio, contemplando la visión entera de Pedro tumbado en el sofá sin aliento, pensando que era tan precioso que dolía.

Se colocó a su lado acariciándole la espalda, los omóplatos, los hombros, los huesos de la columna, el cuello largo, pensando en la perfección del cuerpo esbelto, musculoso, cincelado por el ejercicio, descendiendo el camino que recorrió hacia el vientre, mientras los labios succionaron calientes los pezones, excitándose en el rostro entregado de Pedro, las yemas caminaron el tatuaje, corretearon más abajo, atrapando las masas laterales, sopesándolas, presionándolas y Pedro gimió, sucumbiendo en oleadas cálidas de cabeza a pies, cuando sintió las manos en la cara interna de los muslos, suplicando para que al fin llegaran a su sexo completo, al centro.
Las caricias circulares llegaron, Pedro cerró los ojos, lamiéndose los labios, en la lucha por mantener el control, mientras Guillermo  delineó con regueros de agua de la lengua, los senderos demarcados por los dedos, hasta al fin lamer el glande, gotitas de líquido salado huyendo anticipadas, con respiraciones acelerándose, al tiempo que comenzó a imitar con la boca el ritmo que antes aplicara en el beso. Pedro gimió, se contorneó de placer cuando lo cató por primera vez y regresó a hacerle probar en la boca su propia simiente, su sabor.

Guillermo descendió, besándolo, lamiéndolo con la misma sinuosidad con la que antes explorara la boca, mientras su excitación dolió entre sus muslos, Pedro sintió el rubor, el deseo, de más apresándole la cabeza, empujándolo, Guillermo usó lametones juguetones, otros duros y enérgicos, mientras coló los dedos hacia atrás para en el placer entregado por delante ir demarcando la ruta detrás, y adentró un dedo cruzando el estrecho anillo muscular ya húmedo en el deseo, en el placer, Pedro apenas dio un respingo, apresándolo con los glúteos mientras delante comenzaron los envites de uno, la succión del otro, mientras Guillermo abrió más la boca cuando sintió que estaba cercano a dilatarse y estallar, para capturarlo todo, y lo adentró hasta la garganta, embistiendo con la boca y dos dedos detrás, mientras Pedro daba la cabeza a un lado, al otro enterrando los dedos, arañando , rugiendo, sabiéndose cerca de explotar por primera vez, con una furia jamás experimentada con Camila, ni siquiera en imaginación, menos en sueños.
El calor en el cuerpo lo quemaba, en Guillermo el sudor resbalaba, y el calor de su sexo era brasa casi en llama, duro, latiendo por adentrarse en ese hombre receptivo y divino que estaba estimulando, dejándolo preparado con un éxtasis previo, para disminuir el dolor.

Lo estaba saboreando como antes los labios, los pezones, ya estaba a punto de estallar en su boca, cuando los envites de los dedos detrás al fin llevaron a Pedro a derramarse a borbotones, en la boca que no alcanzó a tomarlo entero, escapó fluido, viscoso, salado, caliente, pero en su mayor parte se  internó en la sangre, en las moléculas de Guillermo que lo deglutió de prisa, para no dejarlo escapar, y exprimió bebiendo hasta el último suspiro y gota, hasta el último grito, llevándolo  luego a su regazo, acunándole los temblores del orgasmo en sus brazos, acariciando la curva de las nalgas moldeándolas, retirando los dedos, saboreando los pezones nuevamente, mientras Pedro estaba en otro espacio- tiempo, apenas escuchando el eco de la voz enronquecida por el deseo, y la pasión.
 Guillermo casi estalló al verlo en ese estado, sintiendo la combinación de fuerza y fuego en Pedro, perfecto para él, como lo imaginó sin certezas. Lo absorbió por entero, suspiros, sudor, aroma, deseo, jadeos, gritos lanzados al aire, mientras tanteó sus abismos  húmedos , aterciopelados, suaves, y deseó enterrarse allí, recorrerlo sin reparos hasta sucumbir los dos.

Le acomodó el pelo empapado, le mordisqueó los pezones, los labios, regresó al beso acariciando las mejillas, y cuando notó que el cuerpo de Pedro ya era de nuevo un mar embravecido, merced a sus sensuales delirios, lo volteó apenas, y en un movimiento preciso y profundo se hundió dentro de él, Pedro gritó ante la intrusión dolorosa, Guillermo absorbió en el beso el dolor, frotando por delante llevándolo al olvido, y de súbito supo que el dolor era placer, y se había detenido dentro abrazado, esperándolo.

Guillermo gimió de placer recordando que Pedro por  él ya había llegado a las estrellas, y enterró la cara en la nuca, cuando la elevación de caderas le dijo que  su muchacho deseaba al navegante bravío, y cual fuertes olas, adentro y con los brazos empujando detrás abrazándolo, Guillermo comenzó el movimiento llegando a las profundidades del océano, las respiraciones eran rotas, el aliento un vaivén de fuego, como el del interior. Eran Náufragos en un ritmo único, en el mismo sabor, en al calor agobiante, enlazados en un cuerpo, entre besos, enmadejados, caricias y cuerpos hambrientos fundiéndose en un tiempo detenido, invisible, inasible, que no supieron si fue horas, o segundos, sólo que llegaban a otro espacio desvaneciéndose llenos de gemidos de una sinfonía nueva, en una pasión sin frenos, donde las manos, las yemas recorrieron agotadas las sendas del cuerpo ya marcado, y desembocaron húmedas en el pecho, habiendo claudicado voluntades, despojado orgullo, egos, deseos.

Nada importó, sólo el vaivén, las embestidas, el rostro, el placer, la conexión más allá del cuerpo, y verse uno al otro  bajando la guardia, rendidos  a lo mismo, los excitó más y más catalizó el furor, el salvaje frenesí, mientras en cada embestida el horizonte se veía más cercano, nuevo, luminoso, amenazado, sabiendo ahora que eran todo el uno para el otro, que el amor era cobijarse, amarse, acompañarse, abrazarse, darse calor, escucharse, dialogar, sentir y dar caricias, besar cerrando los ojos, delirar, dispararse como en ese momento en que estaban con el alma temblando, los cuerpos comenzando a convulsionar, ellos disparados juntos hacia lo desconocido, mirándose perdidos, eligiéndose como lo siempre esperado, creando la única melodía válida, sabiéndose objetivos del otro, la droga, la enfermedad, sabiendo que luego de eternidades, de soledades entre la gente al fin eran uno ser.

Tocaron la sinfonía nueva, en el instrumento del otro, en la piel que los envolvía, donde estaban las notas, para que se posaran las yemas o los besos, en caricias, en excesos, aguantando suspiros, gemidos, grabados, marcas, tatuajes a fuego, erizándose en cada latido, en cada quejido de deseos, cuando supieron que todo lo inició o que todo comenzó en miradas de riesgo, de esas que ascendían el mercurio en el termómetro, capturando atenciones, llevando a las caricias, en susurros a palabras indecentes, a los tímidos te amo, a mordiscos suaves, eróticos arañazos, seduciéndose sin tapujos antes de caer un cuerpo en el otro, en el abrazo envolvente para sentir el mismo latido furioso a galope, emocionados acelerándose juntos, llenándose en miradas el alma de suspiros, vaciando anhelos y ansias eternas, vaciando deseos en derramen furiosos, calmando la sed de siglos, el hambre de milenios con el agua fresca de las fuentes, sintiendo el fuego en la dulce boca, haciendo volar al otro entre nubes nuevas, hasta tocar el cielo, estallando una y otra vez.

Ya nunca se soltarían, eran un ser, llenos de deseos sabiendo que siempre serían tardos en llegar, que reinventarían otros, saboreándose a cada rato como al comenzar, como el chocolate de mejor calidad, como se derrite el más fino dulce, como se cata el vino de mejor cosecha, con el calor Guillermo comenzó en su fuego a disolver a Pedro en el éxtasis, los dos se deshicieron al llegar al horizonte nuevo, poco a poco, sintiendo que eran lo mismo, y la nada, un montón derretido de átomos, de energía, y luego de todo sintieron estallar la esencia pura al Universo y al mismísimo Dios.

Pedro aprendió rápido, piel a piel el deseo quemó como llamarada ondulante que el viento derrite, y Guillermo suplicó que lo hiciera suyo, entre cuerpo y otro, en la misma pasión, en el abrazo ardiente, candente, al son de sentidos colmados, perdidos en la misma hoguera que consumía y atrapaba cada vez. En caricias huracanadas, en vorágine de desenfrenos, avasallando, como dos sentenciados a muerte, se dejaron llevar a ella, a la instantánea de cada orgasmo, aquella primera vez, gritando gemidos, te amo, suspiros, al lamerse las cúspides, susurrando gemidos al erigirlas en cumbres, ambrosias divinas en alientos cálidos quemando la piel, en lenguas que desorbitaron, en sublimes devaneos, bosquejando las bocas en la pelvis los deseos, habitando cavernas, grutas y mares, proyectándose acelerados, rugiendo la virilidad en fluidos, penetrando escondrijos, adentrándose y ascendiendo hasta estallar de nuevo en el mismísimo infinito.



… Al fin mío, cielito, al fin tuyo, al fin juntos, al fin uno.
…Ya nada más importa, contigo conocí mi esencia, conocí la dicha, la completitud… del verdadero amor, lo demás se irá resolviendo, y ya no importa el tiempo, ahora somos dos en uno, dos para amarnos, en el camino correcto, que supimos reconocer hace pocas horas, pero que viene de antes y que irá más allá de la vida y la muerte. Te amo. Eras y cada vez serás mi mayor desafío, el que pedí, el que deseé, el que llegó.


CONTINUARÁ.
HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDEMCIA.
LENGUAJE ADULTO, ESCENAS EXPLÍCITAS.

Final del formulario