"VECINOS". CAPÍTULO QUINTO.

Sábado 17 de setiembre. Ciudad Autónoma.

 

"Sabe, pálido lector, que cada vez que uno se abstiene verdaderamente de morir, resulta de eso un verdadero nacimiento, tanto más precario y doloroso en cuanto se emerge de las tinieblas sin otra madre que uno mismo, sin otra contracción que una voluntad que no siempre se alcanza a comprender muy bien. Durante un tiempo la mente se acordará de los días en que no lograba mantener contacto ni con el cuerpo ni con el exterior, y la vida entera, sin esa otra mirada, parece mucho más frágil que el cuerpo que las contiene. Uno se sorprende así mismo avanzando al tanteo en un mundo sin embargo lleno de luz, a volver poco a poco de nuevo a las gentes, como si pudieran quebrarse al menor contacto, mientras que en sí mismo se siente que los fragmentos rotos no han vuelto a recuperar enteramente su lugar."

Los autonautas de las cosmopista, Julio Cortázar y Carol Dunlop.

….

“…Perdón por cómo te traté al conocerte.

¿Me das la oportunidad de ayudarte?”

“… ¿Qué quieres conmigo, vecino? ¿Qué voy a hacer contigo?

“VECINOS”.

CAPÍTULO QUINTO.

__Pedro   no pudo escapar a la curiosidad, casi salió disparado hacia la notebook, y fue a la página web, necesitaba saber de él, cerciorarse de lo  poco que sabía, casi nada en realidad.

“…Guillermo Graziani, abogado penalista. Estudio Graziani y asociados, la dirección coincide, es cerca del edificio. Hay fotos con el gordito, debe ser Marcos tu socio, el rubio es Beto.

Esto pareciera un festejo, ¿quién es esa chica tan linda que se cuelga de ti si eres gay?

No puede ser Ana, es demasiado joven, no claro, es la socia, acá figura, Gabriela Soria, la morocha es Ana, no es fea, tiene cara de mala nada más, y debe ser Fabián el muchacho tan lindo que está entre los dos”.

___De súbito el corazón de Pedro volcó en el abrazo que mostraba otra foto, Guillermo con un hombre de su edad, supo que no era parte de los socios, que era uno de ellos, de los amantes, y cerró la notebook,  sin más.

… “Esto no me dará dato que no sepa, excepto ver algunas caras de tus amantes, no tiene sentido, no debo verte más, no mientes en esto, pero  eres misterioso, extraño, yo omití mi verdad mayor, pero intuyo que tú haces lo mismo. No estás casado con esa mujer por casualidad ni porque sea la madre de tu hijo, tiene veinticinco años. Siendo gay, mantener un matrimonio así,  no tendría sentido, o la usas como pantalla, o es parte de un autocastigo__ reabrió curioso la computadora, por una imagen que apenas divisó.

“…¿Y esto?___ es como un diploma, pero no es el título, no, es algo que te ganaste por ser el Director  y jefe del estudio apenas recibirte,  tenías veinticuatro años, más o menos coincide con tu encuentro con Ana. Heredaste el estudio de tu papá, él de su abuelo, sin embargo hoy sigues al frente, no lo has delegado en tu hijo, es un socio más. No hay nada de tu familia, no encuentro nada de tus raíces, sólo esto.

¿Cómo supo que estoy acá? Diego no pudo traicionarme, me está siguiendo, lo hizo en la facultad, y sigue detrás.

Debo olvidarte vecino, estoy cansado, triste, y debo ir a trabajar, luego  a estudiar a full para recibirme al fin.

Déjame en paz, Graziani, necesito recibirme, juntar dinero, ir a buscar a mi madre, algo en mi interior me dice que debo ir a Italia, no te conté que mi abuela me dio la dirección del convento donde la internaron junto a una foto de ella, quizá se hizo monja, suele suceder en casos así. Casi lo añoro, me permitiría encontrarla, seguir su rastro.

Vale, Pedro, falta un siglo para el viaje a Italia, concéntrate en trabajar y recibirte, madre, la única persona que me amó, si no estás allí, diste la vida por mí.

Sin embargo te sueño como si me esperaras, apareces sonriendo, contenta, no te veo como suelen decir que aparecen los seres de luz, o los muertos, te siento presente, al contrario de las pesadillas con ese hombre oscuro que fuera tu padre. Cuando pienso o aparece él, hasta creo que fue lo mejor… que te dejara allá”.

___Pedro se despejó de los pensamientos, al menos intentó desalojarlos, y cargando partituras, libros y la guitarra, salió rumbo a las clases, suplicando que Guillermo no estuviese detrás. Pese a la fecha el frío arreciaba, se arropó usando los anteojos de sol pese a los nubarrones, ya que el viento frío le lastimaba la córnea, en verdad era miope, usaba anteojos o lentes de contacto, el viento, el sol de frente eran enemigos.

Se colocó auriculares intentando que la música desde su celular, opacara los recuerdos de Guillermo, y sin embargo, el rock nacional, luego del episodio con el vecino, supo que le traía tristeza, en la evocación de las noches que deambuló por las calles, huyendo de su abuelo, intentando salvarse, esquivarlo, las mismas que en el presente le embargaban de rechazo hacia los hombres, de aversión hacia el sexo, el alcohol, las drogas.

Todo aquello le había dejado marcado,  su abuelo le arruinó la vida, desde nacer, abandonando a su suerte a su propia hija, adueñándose de una paternidad inexistente, y  durante el transcurrir de su vida, a él, a su abuela, ya no le decía mamá, desde que supo la verdad dejó de darle el rol. Ernesto era alcohólico, como la mujer de Guillermo, pero además consumía lo que pudiera pagar, y en ese estado de dependencia de las drogas, llegaba a la casa causando miedo, repulsión. Ahora no entiende por qué su abuela no hizo nada, cómo soportó que la despojara de una hija, luego que la maltratara, la violara, y… que la engañara con mujeres y hombres.

Un escalofrío le  recorrió por entero, no era el afuera, fue el presentir que quizá su madre pudo ser una de sus víctimas y él...

“…No. Mi mamá también, no.  Quizá sea el motivo del abandono, cómo nunca lo vi. Quizá, ella lo rechazó, era hermosa,  se entregó al desgraciado que fuera mi padre, y él se tomó venganza dejándola en Italia, madre, debo saberlo, tengo que encontrarte”.

“…Desde pequeño los escuchaba discutir, él llegaba de madrugada, mi abuela lloraba, estábamos solos entre los cerros, con temblores, con pocos empleados, y ella le temía a la soledad, quizá por eso lo soportó, nunca lo sabré. Siempre fue cariñoso, o así lo vi en mis primeros años, a los dos, pero él especialmente me contaba cuentos, me llevaba a la cama, me arropaba, y me abrazaba, me arrullaba, pensé que era mi papá, que era un buen papá, sin embargo, siempre intentaba estar a solas conmigo, y todo se puso en evidencia con los años, cuando vislumbró el físico del hombre que sería poco después, y ante mi huida, mi mirada de temor, comenzó a amenazarme, entonces empecé a no dormir, temía que entrara a mi cuarto, hasta que una vez lo enfrenté, le espeté que no quería más sus caricias, que no me tocara, y comencé a encerrarme, a trabar la puerta, sin embargo él drogado o borracho, o en su esencia, no lo sé, parecía tener debilidad por los hombres, y adolescentes, casi niños. Aprendí a callar como mi abuela, a guardarlo todo, a enterrarlo en vericuetos profundos, donde nadie llegara. Sería vergonzoso, dirían que yo era un perverso que me insinuaba, no sé, hice lo mismo que mi abuela, supongo que fue el miedo. Poco antes de su muerte, yo ya conocía la mirada de los hombres que deseaban sexualmente, la vi en Guillermo de nuevo, y salí corriendo, porque no puedo sentir, no puedo amar después de aquello. El método de Ernesto era amenazarme con dañar a la que pensaba que era mi madre,  y no podía permitirlo, pero ella no se defendía, tampoco a mí, entonces vagaba por las calles, a veces escapaba por la ventana cuando lo oía llegar, y se me ocurrió una trampa, algo que lo frenara.

Una novia. No me gustaba ninguna chica, pero aquel día, ella se me insinuó, me dijo si me gustaría llevarla al cine del pueblo, era linda, terminamos en un hotelucho, con olor a cigarrillo, a sexo pero todo era mejor que ser violado por el marido de mi abuela, por mi abuelo.

 Los padres de la chica lo supieron, casi repetí la historia de mi mamá por otro motivo, la echaron, y la llevé a casa, dormía conmigo, pero no volví a tocarla, no volví a tener sexo con ella, le dije que la estaba cuidando, a la vez, era mi escudo contra el perverso de mi abuelo, no sé si fue la droga, las peleas, o los dos, pero murió poco después, y hablé con los padres de Elina, les conté la verdad, pedí perdón, la dejaron regresar con la promesa de no volver a verme, y así fue, luego de años la vi casada, con un bebé, me alegré por ella.

Mi abuelo usaba a hombres y mujeres como fantasías desechables, de carne y hueso.

Creo que me quedé a esperar que la vida que soñé de niño pasara a buscarme, pero como creía y sigo creyendo que no merezco nada, aprendí a fingir emociones, me encerré con mi abuela, y no fui en su búsqueda. Dejé de sentir, quizá fui un cobarde, dejé que ellos me impidieran seguir en busca de lo que en verdad me pertenece, recién hoy me lo planteo. Entonces, casi siempre con ellos me sentí desolado, incomprendido, asustado, abandonado aun sin saber lo de mis reales padres.

La vida me pegó duro, pero más a mi madre, no quiero victimizarme, aquel infarto cruzó las paredes como un tsunami, que arrasó con mi abuelo, lo deglutió, sin embargo yo bajo mis máscaras de simpatía, nunca podré no pensar que todos son como él, y Guillermo me asusta por igual que me atrae, en la misma medida, pero aunque no deseo a las chicas, no puedo dejar de pensar que los hombres son basura, excepto Diego, y Raúl, ángeles negros como les dijeron los padres, de familia millonaria, expulsados con el que se pusiera a defenderlos, el padre le dijo a Diego que era un error genético, y de allí nuestra  afinidad, nuestra amistad, su dolor. A diego pareció no herirle aquello, va a fondo, defendió su condición, y quizá alguna vez quedé prendado de sus misterios, de su valentía, luego lo vi como hermano, pero yo me quedé tras un personaje que prefiere mirar de lejos a todos, o ser la fantasía, pero jamás la realidad de la vida de nadie, y Diego sí se jugó por lo que es.

Luego de desangrarse de amor por Raúl, al fin viven su sueño, y ahora van por  los niños, por la adopción, yo sigo en el mismo sitio, solo. Cuando los miro, a veces pienso si existe alguien que me dé la existencia que soñé, la vida que no creo merecer, si no llega o no le permito acercarse, al menos me siento feliz por ellos. Diego nunca se dio por vencido, luchó por el sueño del niño diferente, no se quedó esperando la mano del destino, pero el que lo impulsó fue Raúl, quizá yo necesite de ese “alguien” que me empuje a caminar  a pesar del impedimento, de las excusas.

A Diego le cuento todo, me conoce como nadie,  es más que un hermano de sangre, somos almas afines, sólo que a mí me resta transitar un camino que él ya experimentó, venciendo juicios y miedos, el camino que lo hizo frágil, vulnerable, y a la vez invencible, el del verdadero amor”.

___Pedro luego del regalo, pasó del miedo a la excitación, a la expectativa de verlo aparecer, imaginó que deseaba que fuese su jefe, más su socio, cosa imposible de creer, apenas estaba recibiéndose, nadie en el estudio lo iba a admitir. Al mismo tiempo le interesaba todo de él, es más…,  deseaba verlo aparecer en la facultad, en la calle, pero no sucedió, y le dolió.

Bs. As., viernes 23 de setiembre de 2016.

__Pedro trabajó, pasó por la facultad, al fin resignando la fecha, hacía demasiado tiempo que había cursado, decidió rendir en diciembre, y concurrir como oyente. Las idas y venidas en colectivo desde Puerto Madero eran agotadoras, aceptar dinero de ellos imposible tanto como pagar taxi a diario, por lo tanto decidió regresar aquel día al departamento, después de todo, mucha gente confiaba en él, tenía que estudiar tranquilo, demasiado costaron los pocos pasos que venía dando avanzando como para echarse atrás, Guillermo no era su abuelo, no  debía temer, tampoco él iría a buscar esa vida que no merecía, menos con él, estaba casado, tenía un hijo, nada más sabía, aunque en el fondo esperaba algo mejor, ese amor que veía entre sus amigos quizá llegara con la vida que vendría a buscarlo, pero él no se atrevía a dar el primer paso.

En el camino hizo compras, ordenó, se deshizo de las cosas, de la ropa, y se quitó pensamientos y recuerdos bajo la ducha, vistiéndose cómodo como para estudiar, al menos hasta salir a correr en la mañana. Encendió un cigarrillo, y no pudo evitar abrir el ventanal y mirar hacia el piso de Guillermo, sin embargo no parecía estar, quizá ya ni siquiera viviese allí, no le parecía su lugar. Para paliar el agobio, la sensación de descontento, se acostó con la música en los oídos, y sin darse cuenta se trasladó al dormir.

Provincia, estudio Graziani y asociados.

… Guille, ¿ estás así por Ana?__ Alberto lo escudriñó cada día alicaído, triste, sin energía, pese a decirles que Pedro no molestaba más, que se había ido unos días, y justamente Alberto intuía que el problema era…, el vecino.

.. Ana no me importa, jode, grita, se emborracha, amenaza, no quiere darme el divorcio, molesta a mi hijo, excepto por Fabián que se muera, Beto, no puedo soportarla más.

… ¡Guille!___. No sos así, nunca hablaste así, sabes que Fabián la quiere.

… Que la soporte solo entonces, yo necesito el divorcio, quiero liberarme de ese matrimonio, pero no será de común acuerdo, no quiere, cada vez que paso a ver a Fabián se hace la buena, me quiere enredar para que regrese, y no sucederá, no esta vez__ Guillermo tenía los ojos cerrados pero la mirada de ojos celestes lo atravesaba, le erizaba el vello de la nuca.

…¿Viste a Juan? ¿Estás saliendo con él?

… No. No he visto a nadie, no estoy yendo a otros lugares si a eso te refieres__ Guillermo se inclinó y  Beto suspiró, supo que al fin algo diría, a él sí.

… Sos el único que conoce todo de mí, pero todo, ya sabes a lo que me refiero, el único que no me juzgó nunca, que me quiere igual.

Beto, sabes que soy gay aunque no lo haya dicho, que tuve amantes por doquier, Juan  el más estable, Pedro Beggio me voló la cabeza, y sin embargo no puedo enamorarme de él. No lo merezco, todo lo que toco lo destruyo, no merecí ni a Juan.

… No digas eso, Guille, aquello no fue tu culpa.

… Lo fue,  y no puedo dañar a Pedro, tiene una historia que es un milagro que viva, que haya salido de aquel lugar, que en días se reciba.

… Lo sé, me contaste, me recuerda a cuando me sacaste de la calle, él no está en la calle, pero sufrió más o menos lo que yo vi, lo entiendo más de lo que imaginas. ¿Entonces?

… No tengo derecho a amarlo, menos a enamorarlo, pero deseo ayudarlo, la madre puede estar viva, quizá el padre, puede trabajar acá el año que viene en lugar de vagar por esta ciudad extraña.

…¿Vas a poder? Guille pienso en vos, perdón, lo del pibe me da pena, lo comprendo, pero no quiero que te tortures. ¿Pensaste en cómo tenerlo cerca y no amarlo?

… Podré, debo poder, no tengo derecho al Amor, no tengo derecho a la vida, esto es prestado.

… ¡Basta! ¡Cada vez que tocamos el tema te vas al carajo! No sos Dios, ni siquiera el destino para decir quién debe vivir o morir, amar o no, basta.

… No te enojes, es viernes, estoy cansado, mejor iré al departamento, creo que sé cómo llegar a Pedro,  necesito que no se asuste de mí, hice todo mal, y salió corriendo, hay algo dentro de lo que cuenta que falta, algo que lo aleja, amén de que vive como yo, pensando que no debería, que su madre debe ocupar la vida y él no haber nacido.

¿Te das cuenta? En eso somos iguales___ acercándose como diciéndolo a sí mismo__, en eso solamente, él es una víctima, yo una basura, o no discutas, puedo ser algo mejor que Miguel,  o quizá ni siquiera, nadie sabe de mis crímenes, sólo vos.

… Vamos que te acercaré. ¿Tu auto dónde está?

… En una de las casas, prefiero andar caminando acá, es cerca el departamento, llévame, ahora me dejaré llevar,  estoy imposible, más imposible, hace días que conocí a unos amigos de Pedro, una pareja gay, está viviendo con ellos, vinieron ellos a llevarle cosas, me teme, lo seguí, varias veces lo veo de lejos, conozco sus lugares, antes de mi torpeza estaba confiando. Y hace días le mandé un presente, una tontería, le pedí disculpas, le pedí una cena, pero no aparece, menos contestó, le haré llegar otra cosa, más formal, necesito retrotraer las cosas al plano de ayudarlo, de darle trabajo.

Llévame.

Provincia, viernes 23 de setiembre de 2016.

__Pedro despertó por algo, en realidad no supo cuándo se había dormido, y de súbito alguien estaba tras la puerta, le tocaban el timbre, y le pareció escuchar sonidos tenues en el piso de Guillermo, sintiendo casi como su presencia en el aroma filtrándose por el ventanal, tenía las fosas nasales inundadas en él, un perfume de añoranza suspendido en las entrañas, contagioso, sabía que lo encontraría entre millares de hombres por ese aroma a él, a madera, a bosque, a mar, masculino, fuerte, como a veces, espantado imaginaba sus labios rozando los suyos, unidos en un beso tímido, tornándose avaricioso, con lenguas combativas, con manos aladas que hacían volar la ropa, dejándolos al fin desnudos, midiéndose, en alma, en cuerpos. Lo soñó en esos días o lo imaginó en los viajes así, sólo unidos en la miel de las bocas, en las miradas, en el alma que era un manjar de los dioses, hasta que los labios finos adoraban sus llanos, sus curvas, sus cúspides, ardientes, sabrosos, húmedos, y podía sentir sus dedos en la espalda, dibujando la columna, los músculos férreos, en las caderas, en sus cúspides jóvenes, empinadas, echando llamaradas.

No podía ser posible, pero en esos estados de ensoñación no temía, podía sentir, sentir placer, quizá más allá, sabiendo en vigilia que no podría amar jamás, menos a un hombre, que tampoco  podía sentir otra cosa que no fuese asco, sin embargo se imaginaba rozando con su lengua atrevida el fuerte cuerpo quemándola, paseándola por el ombligo, por los rollitos que vislumbró bajo el pijama, empapados los dos en el mismo sudor, en el rocío de alientos, de saliva, y al descender los labios gruesos se incendiaban, colmado de deseos, de ansias, escuchando gemidos que eran un coro, sediento Guillermo le daba de beber… amor, y lo recibía a gusto, lo saboreaba como néctar divino, para darle luego de beber su miel, antes de unir los cuerpos, de penetrar sus estancias atrevido, recorriéndolo en locura de galopes, en derroche de envites, ascendiendo al infinito, reventando al fin la frustración reprimida de años dentro,  como volcán dormido largo tiempo, soñando pasiones, deseos, ganas, sintiendo el flujo de corrientes tórridas, de amor, que al fin se mezclaban, calor, lava, derramados adentro, alrededor, en desenfrenados estallidos hasta quedar siendo nada, y el Todo, el Uno, apretujados en el pecho empapado, de agua pura, amorosa, translúcida que alimentaba a quedarse acurrucado, a sentirlo seguro, para regresar al beso exhaustos, como habiendo cumplido la misión encomendada por Alguien, en el tiempo pautado, y regresaban al frenesí mayor, perfeccionando las formas de volver  a ser uno.

__Recibió el paquete del cadete con manos trémulas, el corazón se desbocó sin permiso, otra vez adivinaba su aroma, él que estaba allí,  aunque no sonara la música, lo seguía, estaba siempre aunque no se dejara ver.

 Esta vez la letra era en lapicera, correcta, caligrafía de abogado pensó, sólo decía:

“Para Pedro”.

“…Podía abrirla o echarla a la basura. ¿Por qué no abrirla? ¿Qué tan malo podría ser?”

__Se quedó con el aire emperrado en no darle oxígeno al ver el contenido, incrédulo  parpadeó varias veces, jamás podría conocer aquello, nunca había podido pagarlo, y tenía en sus manos dos entradas, plateas, para un concierto filarmónico en el Colón, no podía creer estar allí, ni siquiera tenía ropa para una velada así. Tampoco pudo engañarse, al salir corriendo aquel sábado de la cena, algo dejó pendiente con Guillermo, y era hora de cerrar el círculo, a como diera lugar, y de alguna manera deseaba seducirlo, aunque el pasado se interpusiera entre  él y su deseo.

Observó las entradas, era el sábado, en veinticuatro horas a las 20.00 horas.

Tomó la decisión, Guillermo echado en la cama, sabía que había regresado, el timbre le dijo que estaba de regreso, y dibujó una sonrisa para sí mismo, mientras Pedro le hizo llegar un mensaje.

…”Por esta vez, ganaste Graziani, nunca fui al Colón, sabes lo que significaría en mi vida. Acepto. ¿Es mañana? ¿Cómo haremos?

__La respuesta fue inmediata.

… Caminando, te pasaré a buscar.

¿No escuchas tu música?

… No. Estaba dormido, el timbre me despertó, acabo de regresar, estoy estudiando mucho.

… No me molesta si necesitaras la música, la extrañé.

… Me acostumbré a llevar auriculares en tantos viajes, no te preocupes.

¿Tienes coche o iremos en taxi?

… Tengo, no manejo, quizá haga que mi chofer lo acerque, no lo uso acá, camino o me trae Alberto, uno de mis socios.

… El rubio, sí, miré la página en internet.

..Bueno, al menos recibiste mis disculpas, y el CD.

… Gracias, no hacía falta. Te esperaré mañana. Que descanses.

___Guillermo besó el micrófono, incrédulo de escucharlo tan cercano, ya pensaba que terminaría mudándose, sin embargo había regresado, aunque nada cambiara para él, tenía un propósito, y lo iba a cumplir.

Pedro disparado llamó a Diego, no tenía nada acorde para semejante salida, y con vergüenza recurrió al amigo, como siempre.

…¿Conociste a alguien? ___  de la lista no salió, ¿es extranjero, millonario y te irás a vivir a Europa?___ Diego estaba exultante, aunque presentía que la persona en cuestión estaba mucho más cerca.

… No. Puede que alguna vez llegue a ser mi jefe, tengo que pensármelo, pero ahora necesito saber si tienes ropa para una velada de gala en el Colón.

… Obvio, si sabes que Raúl diseña ropa, que tiene una empresa de modas, si no te gustara lo mío, buscaremos entre sus modelos.

… ¡Gracias!, me salvas, como siempre.

… No sigas viajando, veremos lo más adecuado, y pasaremos en el coche un rato, te llevaremos dos o tres modelos para elegir, y deberías peinarte___ Diego sonreía abiertamente.

Digo que quizá tendrías que desmecharte un poco el pelo, cambiarlo.

… Bueno, veré si hago tiempo de ir al peluquero, tampoco es una cita, es no desentonar con semejante oportunidad y lugar, siempre soñé con conocerlo, es más soñé con ser parte del escenario, lo sabes.

… ¿Y por qué no?

… Soy demasiado grande ya Diego, debo enfocarme en la abogacía, conoces mi objetivo, quizá de haberme hecho famoso como concertista hubiese llegado antes a Europa, pero no pude, no pasó, y hoy es tarde.

__Al fin decidió con sus amigos quedarse un traje negro, le quedaba pintado, como si fuera modelo, la camisa blanca bordada, era un smoking, el primero que llevaba, se sintió raro, pero luego el espejo lo convenció de que correspondía, quizá no tuviese otra oportunidad.

 El sábado se levantó con los primeros rayos del sol colándose, desayunó apenas jugo, café y tostadas, corrió, y pasó por la peluquería, le desmecharon el pelo, le recortaron la barbilla, y para las 19 horas en que sólo le faltaba perfumarse, un sinfín de emociones contradictorias lo invadieron, al mismo tiempo estaba confundido con lo del auto de Guillermo, estaba en otra parte, a qué podría referirse, a la casa de su hijo seguramente, sin embargo algo le hizo cosquillas, y cuando el timbre sonó, se unieron la excitación de verlo al fin, con su temor al pasado, quizá era hora de decirle toda su verdad, alejarlo de él de una vez, para siempre, o no, o permitirse una noche con él, saber en realidad lo que intuía, lo que nunca confirmó.

Cuando las miradas chocaron en el vestíbulo, Guillermo que lucía casi como él, dibujó una sonrisa ladrona del aliento de Pedro, y saludó acercándose, con un beso en la mejilla, Pedro saltó en un respingo, tardando en entender que esos labios endemoniados no caminaron el sendero hasta los suyos, y se apartó, sabiendo que Guillermo lo estaba escrutando, como él por su lado, envueltos en aromas exquisitos de los dos.

…Te queda muy bien la ropa, te cambiaste el pelo.

… Sí, tú también estás guapo.

__Cuando salieron y Guillermo se dirigió a un BMW negro con chofer, Pedro aturdido le clavó la mirada, nunca lo pensó rico, ¿qué hacía viviendo allí, alquilando?

Guillermo le abrió la portezuela, le presentó a Pablo el chofer de años, si no lo era Beto desde el estudio, y de súbito el calor abrasador invadió el coche, pese al aire acondicionado.

  Guillermo sin tapujos, sin desear evitarlo cruzó rozándolo delante de él a milímetros con la excusa de bajar el vidrio, pudiéndolo hacer desde su costado, a Pedro se le encabritó el corazón al contacto. Su presencia tan cercana se le hacía imposible de ignorar, el aroma, su porte, su masculinidad, su piel, su mirada intensa en sus pupilas que le hacía cosquillas, lo hechizaba, sintió el rubor en las mejillas, el ardor.

Pudo evitar el roce de antebrazos, pero había quedado de piedra, incapaz de reaccionar como jamás en su vida, preso del encanto de ese vecino, de la corriente que lo recorrió jamás sentida, y aunque por el espacio desprotegido la brisa se colara, seguía inmerso en la mirada intensa, abrumadora, cuando Guillermo sonriendo regresó a su sitio, que de hecho igualmente lo perturbaba.

Pedro se espabiló ante la astuta maniobra, y al fin se recompuso.

… Quiero dejar en claro que sólo acepté esta noche contigo, Guillermo, que me prometas que luego, no me volverás a invitar a nada, ni a visitar, menos a seguir o a aparecer en todos lados.

__Guillermo pareció pensárselo, el silencio se tornó incómodo, tomó entonces una larga bocanada de aire antes de hablar.

…Dejemos que fluya, no te haré daño, no temas, confía, vamos hasta donde nos lleve el sendero.

… Es una calle cortada__ replicó firme, Pedro.

___La respuesta de Guillermo fue… una sonrisa letal.

 

Continuará.

Hechos y personajes son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Lenguaje adulto. Escenas explícitas.