"PROHIBIDO". CAPÍTULO 16.

“PROHIBIDO”.

CAPÍTULO DIECISEIS.

Ciudad Autónoma, viernes 10 de setiembre de 2016. 15 horas.

PREVIO…
… Te amo con mi vida, cielito, no temas, nunca te haría daño, quiero que seas feliz.

… Que Dios sea testigo de que esto es... Amor. Ambos deseamos la entrega. Si juzga que somos pecadores, que caiga su castigo eterno en nosotros, si es invento de los hombres, que al fin nos deje amarnos. Que antes que un tribunal, nos juzgue Dios.

 
SERÉ-

“Hoy golpeó en mi puerta tanta soledad harto del silencio desde que no estás hay melancolía en la habitación el frió castiga mi razón, porque sé que es prohibido nuestro amor. Sentí, jugué, perdí y este pobre corazón que desea el perdón de Dios. Seré tu grito y silencio seré tu frió y calor seré tu tierra y cielo, tu pájaro en vuelo por ti seré. Lloro tu recuerdo cada noche, cada día sueño tu regreso entre sabanas perdidas rezo como un loco esperando tu amor pero con el tiempo, sólo llega la ilusión. Seguir amar sufrir y este pobre corazón que sin ti no sabe cómo va a vivir. Seré tu grito y silencio seré tu frió y calor seré tu tierra y cielo, tu pájaro en vuelo, tu boca de miel. Seré tu cuento dorado seré tu reino y tu rey seré tu hombre soñado, lo que has anhelado por ti seré... seré... oh! Seré tu grito y silencio seré tu frió y calor, seré tu tierra y tu cielo, tu pájaro en vuelo por ti seré. Seré tu tierra y tu cielo, tu pájaro en vuelo por ti seré”.

Fuente: musica.com

Letra añadida por BonneDJ

Luciano Pereyra.

“Guille mi mira, los ojos oscuros centellean, sé que los míos están muy abiertos, temo a lo desconocido, temo a Dios, tiene valor lo que estoy apostando, lo que puedo perder, sólo espero no ser uno más, un valor en su juego de azar como insinuó siempre Jorge, sin embargo me fue imposible no amarlo.
Siento que sus palabras conmigo siempre salieron del alma, se pierde en mi mirada como si fuese su razón de existir. No perderé mi fe en Dios por amarlo, sin embargo mis pares me van a condenar.
 Siento que puedo levitar, en sus brazos prácticamente me levanta del suelo, sé que me conduce a la suite, al dormitorio, con pasos lentos estamos llegando a él, muy pocas cosas me atemorizaron dentro de la Iglesia, en la calle es otra cosa. Los ojos de Guille me fascinan, me hipnotizan. No puedo negar que me enamoré de él en el instante en que su mirada se internó enlazándose a la mía, sin palabras de por medio, al llegar al altar cuando casé a los amigos”.

… Pedro, me enamoré de vos al verte de lejos  mientras entraba en la iglesia, en el preciso instante de percibirte junto a mi amigo en el altar, quizá antes, lo supe al entrelazar las miradas,  sentí que alguien tiró de la alfombra mientras conducía a Gaby al altar, comencé a temblar, mis manos estaban heladas, mojadas, mi piel sé que palideció, en un momento pensé que iba a caer, mi hijo lo vio, a tientas llegué al altar, y ya no dudé, en medio de los laberintos de tu alma en la mirada, sentí amor, por primera vez en mi vida fui dicha, amor y dicha en estado puro, me enamoré de vos sin mediar palabras.
En instantes imaginé las caricias dibujadas con besos que erizan la piel, que llevan a la vibración de almas, sentí nacer del corazón mis suspiros  al escuchar tu suave voz, escaparon volando intentando susurrarte al oído como hoy… que te estaba amando. Fue más que un sueño aunque pasé a estar en los tuyos.
Hoy en cambio fundidos en besos de pasión quisiera detener el tiempo, cambiar el mundo, tenerte en mis brazos me roba la cordura, sos mi pasión, mi amor, los deseos que se alborotan en el alma.
Las luces del afuera colándose nos envuelven en un halo, pero  son tus ojos los que me cautivan, como me cautivaron aquel sábado, son esos labios turgentes los que nacieron para ser besados. No puedo creer que seas vos, que estemos acá, tenerte de pie frente a mí, poder recorrerte de cabeza a pies, contemplarte extasiado, en esta complicidad  entre el reflejo del sol cruzándose con la luna, los colores de tu piel, entre las estrellas escondidas, entre tus ansias y mis anhelos. Todo conjura para invitarte a una velada de amor, desnudándonos el alma en miradas, para unir luego los cuerpos arrugando juntos las sábanas, ardiendo piel a piel, creando las melodías que deseo escuchar para siempre con tus gemidos y los míos, dueños de alientos, de jadeos. No es pecado el amor, cielito, tu ser me inspira a desparramar esa cama, me inspiras las notas, los acordes, las armonías, los arpegios que deseo tatuar con besos de fuego lento con la tinta indeleble de mi saliva en tus carreteras, me inspiras las ganas de amarte sin juicio, de quererte para siempre junto a mí, hoy, mañana, pasado mañana hasta amontonar años, vidas, en mi casa, en mi cama, en mi vida. El sentir el roce de tus labios es la perfección, es lo absoluto, resbalar por ellos a tu rostro crean mi delirio, escucharte susurrar mi nombre desde tu boca hambrienta de placer de siglos, es el paraíso. Solamente vos colmaste mis tardes de colores, llenaste mis noches de pasiones, tus miradas me producen un torbellino de emociones renovadas, que desvisten mi alma, y tu sensual tono de voz me eriza la piel con el sonido de la dulce melodía que entonas como un coro de ángeles peregrinando hacia mi sangre.
Te amo Pedro Beggio, sacerdote, hombre, amigo, amante, esposo, sos todo eso, y el todo en mi vida, mi dulce tentación, mi sueño recurrente, la enfermedad terminal, el milagro que la sana, mi sueño prohibido, mi realidad única, te amo y te esperaré el tiempo que desees, que necesites, pero guardaré esta primera vez en un cofre sagrado de recuerdos, cada beso, cada roce, cada abrazo, cada retazo de tu piel, para  cobijarlos en mi pecho, cuando no te encuentres a mi lado, cuando todo parezca imposible, cuando Dios o el demonio se vengan encima.
Sé que tienes miedo, también yo mi amor, es la primera vez que amo, es una gran responsabilidad amarte, enseñarte a hacer el amor con el alma y con el cuerpo, no defraudarte, no despojarte  con más dolor que placer del celibato, quiero que no dejes de percibir en el aire los aromas y fragancias de jazmines gigantes cuando te empape en los míos, en los tuyos, que olvides el movimiento de las manecillas de los relojes, el tiempo se detiene, no existe en el amor, te amaré sin desconcierto, en el crepúsculo, el baño dorado cambiará a la plata de la luna, el sonido de los grillos en concierto se unirán al nuestro, hasta que la sombra de la noche salga asustada por la luz irradiando de nosotros, que iluminará más que el mismo día, la espera termina hoy, la de nuestra unión termina hoy pese a tu Dios, a la iglesia y lo que digan, si estás decidido al amor, ya la espera terminó. Estoy perdido en tu marea, estás en mis brazos, y el crepúsculo será testigo, el día y la noche de nuestro amarnos sin prisas, de un amor, que para mí es bendecido por tu Dios, aunque tus pares digan lo opuesto.
El Amor cuando lo es, es Amor, no es justo para nadie tener que esconderlo, que enjuiciarlo, que castigarlo, no  es justo un amor secreto, en silencio cuando somos la luz divina de noches insomnes, cuando el amor las puede transformar en entregas sublimes, libres de miedos, de culpas impuestas, de decires ajenos.
Perdona mis pasados errores, cuando no te conocía, cuando ignoraba “esto... lo nuestro”, la vida hecha esperanza de cada día que se inicia, que deseo despertar en caricias, en abrazos, regalándote flores y besos siempre como en esta primera vez.

Vos,  la más dulce inspiración que penetra mi alma,  desde que llegaste ya no vivo por vivir, vivo porque le diste sentido a esta vida solitaria y vacía, en medio de la gente, jugando personajes, cambiando de máscaras, hasta de nombre.

 Sos transparente  como el agua de manantial, simplemente diferente, único, sos una divinidad, mi soberano, el dios que me acompaña en la mente las veinticuatro horas de mi día, que entró en mi esencia en el primer instante para quedarte en ella para siempre, me diste el latido, la vida. Me enseñaste la plenitud sin  necesidad de efímeros contactos, de banales encuentros, colmaste mis sentidos,  me cobijaste en tu sangre, le diste propósito, sentido a la existencia en el momento en que más solo me sentía entre la gente, aturdido de errores, sin ilusiones de otra cosa, llegaste despacio como la luna cruza con su amante, dulcemente, sin alborotos, sin estruendos, te metiste  bajo mi piel como la noche silente.

Haces tanto y llenas todo, sos el hombre que amo, que sabe que lo amo, el hombre perfecto, completo, cuando yo no creía que existiera, cuando había dejado de buscar al hombre perfecto, tampoco ahora debo hacerlo, porque de hecho lo encontré, y estoy a punto de amarte por entero, de hacerte el amor, de enseñarte a hacerlo. Con tu presencia impregnaste mi vida de no creyente en delicias, en la gloria de nuevas sensaciones,  sos el fuego abrasador, la llama que quema, que devasta, mi paz, mi condena, mi rendición, mis desahogos, la armonía, la paz, sos mi verdad, puedes darme la vida de amor entre sábanas y pétalos de rosas en mutuas entregas, o simplemente caminando las calles tomados de la mano, envueltos por la brisa, pero ahora no me importa el afuera, en este instante el mundo no existe, sólo vos y yo, creando un nosotros, como debe ser.

No sé qué paz y qué éxtasis conoces de tu unión con tu Dios, sólo puedo empezar a escribir nuestra historia de  nirvanas terrenales delirantes de antojos, que derrochen en besos, y seducir con ellos tu alma, y tu cuerpo, en esta primera vez como preludio interminable de un amor sin final.

Quiero sentir el roce de tus labios, fundirlos a los  míos en el inicio del beso, cobijarte entre mis brazos, despojándote de la ropa, demarcándote en la piel, lo que a mis dedos se le antoje, perderme en tus ojazos de miel, en la mirada donde me veo al espejo, sos el cristal que me refleja, quiero calmar tu sed y la mía en tus salientes, en las fuentes del deseo, y cuando todo lo sepas,  sentir tus besos y tus caricias recorriendo mis surcos, mis valles, mis montes, encendiendo en el centro del pecho la llama rosa del amor, la roja de la pasión, tu alma, tu sangre, tu corazón, cada poro, cada átomo, y sentir el calor al fundirse los cuerpos, saboreando tus mieles, tus fluidos, el néctar de tus labios.

Ven mi amor, abraza mi alma, consuela el llanto de mi soledad de siglos, de mis añoranzas desesperadas, alivia mi dolor, no dejes que la angustia me asfixie, digamos que sí a esta oportunidad en esta vida, quizá no haya otra, quizá el tiempo no espere, no dé tregua ni permiso otro, quizá no volvamos a ver esta luz que en mí es el alba, en vos el amanecer. Abrígame del frío de la muerte cotidiana, ahora nos queda tiempo, aún queda luz en mi cuerpo, quizá en mi alma, agonizando me aferré a la vida, porque quizá sabía que existías.

“Mi corazón se incendió en las palabras susurradas de Guille, sé que no miente, sé que soy el Amor, que no lo conoció antes, menos yo, y de pronto nos quedamos enlazados mirándonos, quietos, contemplándonos, los ojos de los dos otra vez parecen recubiertos de un especial magnetismo que cada vez que estamos juntos irradiamos al aire, el mismo que nos atrae, que nos impulsa a pegarnos.

La música flota desde el living, se desdibuja la melodía, porque siento el tronar de corazones, el de la respiración, intento controlar la miríada de sensaciones nuevas que me provoca, pero ya no puedo. Tengo la boca seca, las palabras no se forman, trago con fuerza, me muerdo el labio, Guille me mira la boca, me parece que mis piernas dejarán de sostenerme, simplemente dejaron de responder a órdenes del cerebro. Los ojos color café tostado están oscuros, casi no distingo pupilas del iris, me poseen, me penetran, me roban la consciencia, me estoy estremeciendo al sentir cómo su aliento me quema, me abrasa las mejillas, me está dejando lluvia de besos de pluma en ellas, en la frente, en el pelo, los cuerpos se pegan, me siento indefenso, sin embargo seguro, por primera vez en mi vida, aunque esa mirada me devora  la voluntad, pero cuando pasea las comisuras, el mundo desaparece.

Su perfume a madera, a bosque, a él me inunda, me embebe, me invade, me penetra, me envuelve los sentidos, sé que entreabro la boca, como si fuese el primer beso. Pero Guille llega despacio, la respiración me acaricia el rostro, y al fin aterriza cubriendo mis labios, siento que ese primer roce me hace jadear, dispara cosquillas en el estómago, sé lo que va a suceder, lo deseo con el alma y con el cuerpo. Los labios al encontrarse estaban tibios, ahora queman, Guille sabe a menta, al café y al whisky, al Cabernet que tomamos,  huele a bosque, a  brisa salada,… a él. Una de sus manos se enreda en mi pelo sujetándome la cabeza, la otra fuerte me aferra a su cuerpo duro, fuerte, los cuerpos chocan y se funden, no existe nada más como dijo, sólo él y yo, la atracción eléctrica que sentimos uno por el otro.

De pronto le  lamo el borde de los labios antes de abrirlos, antes de saborear los míos, antes de entrar, se mueven en caricias desquiciantes, se lamen por dentro, trazan líneas en los contornos, delineo los contornos, él toma bocaditos en mordiscos, resbalan, se embeben, succionamos, gemimos, al fin los abre, me deja entrar pero sólo hasta los dientes, lamo la puerta, siento el paladar que arde, la catarata de miel ardiente cuando la fin me arrasa su lengua perdiéndose en mis  profundidades, siento sus manos colándose bajo la remera, llegando a las carreteras de mi piel, de mis abdominales, imita en los labios lo que sus dedos en ellos, el mismo recorrido, el ritmo, el ir y venir, recién cuando los dedos comenzaron a esculpir mis costillas,  su lengua me invadió por asalto, y le di la bienvenida enlazándola a la mía, sintiéndome volar, levitar del piso, es perfecto, la energía forma una bola a nuestro alrededor , es la conexión magnética que entre nosotros aumenta sin cesar, sin tregua, me besa como si fuera todo su mundo, sé que en este momento lo soy, y él es el mío, no puedo pensar, sólo besarlo, no puedo resistirme soy preso de sensaciones, de la ansiedad por descubrirlo todo, de los días de soñarlo, quizá de los años de no encontrarlo, y sin dejar de besarnos, delicadamente nos dejamos caer en la cama, arrullados por la música que llega, que se aleja a medida que las respiraciones ensordecen.

 Me besa la cara con devoción, me dibuja y cincela el contorno del rostro con los nudillos, me roba el aliento, y la vida, pega la frente a la mía, traza una delicada línea con el dedo por mi nariz, luego con la suya, y sigue  delineando la línea del cuello, demorándose en mis hoyuelos, en la barbilla erizada, baja la barbilla, desciende la lengua a recorrer mi cuello. Sé que me agito bajo el contacto, y por impulso lo estoy apretando a mí, siento su gigantesca excitación causada por el deseo de mí, ya no puedo pensar, sólo sentirlo, y buscando acrecentar las sensaciones dejo que enrede los dedos en mi pelo salvaje, me quedo si aire cuando me masajea el cuero cabelludo, ronroneo como felino, busco su boca, me la ofrece encantado, sin demora, pero me besa un momento apartándose para contemplar mi rostro arrebolado, le acaricio el labio fino modelado por mis mordiscos con mi pulgar, abro los ojos enlazándome a los suyos que me contemplan devotos desde la distancia.

Me sujeta con sus rodillas las caderas al lecho, con las manos quita la remera sobre la cabeza, me aferra los brazos sobre la cabeza. Me da un beso abriendo salvaje, me gusta,  siento vivo mi pecho, mi vientre, mi cuerpo entero.

Me agito al ser observado por esos ojos magnéticos que pasean mi vientre, demorándose en el tatuaje, presiento que soñando recorrerlo con la lengua, pasa un dedo que dibuja el ombligo, me eriza la piel por entero”.

…Relájate mi amor, goza de lo que te haga, no te resistas, inspira hondo, concéntrate en respirar, va a doler, pero luego todo será placer, lo prometo, te voy a cuidar, lo haré despacio.

“Le hago caso, me extasio en el deseo escrito en su hermoso rostro, mientras desabrocho los botones de su camisa, la mirada ardiente de él  deambula por mi cuerpo, admira mis piernas, largas, esbeltas, se detienen en la pelvis, sigue hasta al rostro, apuro los dedos, mientras me concentro en llenar mis pulmones. Él transita la distancia que lo separa de mi ropa, continúa quitándola, arrojándola al costado, se ocupa de los botones que restan de su propia camisa que se saca a tirones.

Sus manos esbeltas se ocupan de mi cremallera, hipnotizado en los ojos, elevo las caderas para que pueda arrastrar mi ropa, todo cae al suelo junto a la cama, sé que está admirando mi vientre marcado de carreteras, mis poderosos músculos marcados por los deportes, mi labio inferior como leyendo en él secretos universales.

…Pedro, sos hermoso por donde te mire, no puedo creer que el sueño de hacerte mío se esté convirtiendo en realidad, nunca demoré tanto admirando la belleza de alguien ___ murmura.

“Mientras Guille se desprende el cinto, y desciende la cremallera de su pantalón,  intento sepultar mi vergüenza, mi pudor, se quita el bóxer, sonríe, lo miro nervioso, asombrado al tener frente a mis ojos su dedeo de mí, nunca lo vi así en otros, ni siquiera en mí, es enorme, es hermoso, es bello, lo provoco yo, su amor por mí. Sólo puedo escuchar mis voces interiores, de momento me gritan miles de cosas, hasta que al fin silencian, la conciencia se fuga cuando alza la mirada, cuando me dedica una sonrisa. Se inclina, me aferra las caderas, se me va la vida, la sangre asciende encendiendo las mejillas, nunca nadie me vio desnudo, no me creo lindo, nunca vi belleza que él ve en mí, y como si me leyera la mente habla”.

… No hay nada más hermoso que tu cuerpo, ¿me dejas adorarlo? __ dijo con voz ronca __. Y quiero que me toques, no temas.

“Dudo, al fin mis manos responden, trémulas las llevo con temor a sus brazos, también él está nervioso, le tiembla la mandíbula, debo y puedo hacerlo, acariciarlo, entregarme a mi deseo, olvidar la desnudez, la culpa, y me dispuse a llevar mis manos a las ondas del vientre de Guillermo, y ni bien contacto su piel, algo late en mi interior, crece a medida que mis dedos entrometidos descienden la línea de los músculos hasta alcanzar las caderas. Me agito, me falta el aire, tengo hambre, siento sed, me muerdo los labios.

Embargado por el deseo Guillermo empieza a explorar mi cuerpo, sé que nunca ninguno de los dos sentimos algo igual a esto. Mis abdominales son esculpidos por sus dedos, los músculos son carreteras deseosas de recibir su lengua, y los pectorales como piedra, asciendo los dedos al cuello disfrutando de la suavidad de la seda, los labios amoldados en perfección, en un beso largo, húmedo, profundo, ninguno de los dos desea volver atrás”.

… Siempre puedes decirme que deseas detenerte __ lo dijo en susurros.

… No lo diré  __ respondo.

… Para mí también es la primera vez…, me entiendes, por amor__ sin escuchar lo que dije, sus manos me acarician como pintando un lienzo, pinceladas aquí, allá,  los ojos se trasladan por todo el cuerpo esclavo de sensaciones que mutuamente causamos.

“No puedo responder, simplemente al sentir… mentalmente me pregunto:

¿Qué es esto que siento?, pienso agitado. ¿Por qué me gusta a rabiar si soy de Dios, por qué lo deseo así? Oh, Dios, perdón, me gusta lo que hace, deseo que lo siga haciendo.

Al notar mi respiración agitada la de Guille se entrecorta. La lentitud del cuidado es una droga, a la vez la tortura, el castigo que merezco padecer. Cuando se aleja me estremezco, veo que toma algo del bolsillo del pantalón, es gel, se pone buena cantidad en las manos, en su virilidad.

Va a doler. ¿Sabré resistir? ¿Seré suficiente para él? Lo deseo, pero ante la posibilidad de concretarlo, por Dios, comienzo a temblar involuntariamente, intentando fingir que nada pasa aunque Guille se da cuenta de todo, me regala sonrisas de ternura, sabe que anhelo tenerlo en mí”.

… No sientas miedo, precioso, Siéntate.

“Obedezco, él se coloca detrás,  los dedos me apartan mechones rebeles del pelo, siento su aroma, la calidez abrasadora del aliento de nuevo, y de pronto traza una línea que va desde el esternón al cuello, con la lengua pasea al lóbulo de la oreja, le da  un mordisco, toma un bocado,  me estremezco entero cuando demora detrás de la oreja, me tranquilizo en ese placer, me pego a él, le beso la firme mandíbula, y al sentir su pecho en mi espalda lo deseo más, lo siento sonreír sobre mi piel sensible mientras me distrae con preguntas con la voz ronca, me rodea con sus brazos, su cuerpo me envuelve como un manto que me protege del frío, de la ola de mi sueño, es una barrera para detenerla, para alejar el miedo”.

..Pedro…___ susurra al instante, le gusta decir mi nombre, giro la cabeza, con los ojos entrecerrados, como soñándolo, como tantas veces y Guille sonríe sobre mi boca___. ¿Entiendes que te amo?

…Tiemblo, ya no de miedo, sino de deseo, de satisfacción. Lo busco, lo beso, y me responde sin dejar de acariciarme, al fin recostándome sobre la cama de  nuevo.

…Lo único que deseo es que duela el menor tiempo posible, que disfrutes, así lo haré yo__ me confiesa deslizándose hacia delante, sosteniéndose  entre mis piernas, sé que me asusto, que me lee, regresa al beso, a enredar los dedos en el pelo, me acaricia las mejillas  con los pulgares, me besa las sienes, los párpados, susurrando derroches de “te amo” en los labios, para descender las tortuosas travesías hacia el abdomen, mientras una cubierta de agua y sal cubre la piel, la bebe gota a gota,  me seca, dibuja el abdomen, chupa el roció que puebla el ombligo, delinea el tatuaje, desciende desde él, y al fin la lengua se posa donde espero, mientras el dedo lubricado ronda a mi asterisco.

“Es un momento de descubrimiento, de confianza, de no saber qué esperar, los dos sabemos en cambio que deseamos estar acá. Es el camino a recorrer juntos en nuestro viaje, en la nueva vida en común que decidí transitar, más allá de la iglesia.

Guillermo me cubre de nuevo el cuerpo de besos, las manos están por todas partes, donde las deseo, comienzo a tantearlo y cuando encuentro lo que deseo, mis ojos se abren como platos, no  estoy preparado para eso, no sé qué hacer, pero la naturaleza toma las riendas, Guille sabe qué hacer por y para mí, en mí, actuando con suma delicadeza pese a la pasión que lo domina, sabiendo que es dolor para mí. Sondea el calor de mi hombría con la lengua, un dedo lubricado se cuela al asterisco entre mis nalgas, mientras toma entre los  dedos de la otra mano los pezones, menea el dedo presionando poco a poco hasta ingresar en mí un centímetro. Sofoco un grito, bajo las caderas no seguro de desear que ingrese, pero imposibilitado de controlar los temblores de emoción ante el cuidado, sonríe y  hunde los dientes en mi virilidad.

Lame el sexo deliberadamente, la lengua magistralmente juega en círculos, continúa seduciendo mis pezones, me derrito ante sus atenciones,  las miradas se encuentran cuando luego de una suave brisa del aire movido contra mi piel, me quedo sin palabras cuando lametea mi centro, juraría que algo intenta decir entre lametones, no puedo concentrarme más que en sentirlo, le tomo la cabeza, lo empujo ansioso, arqueo la espalda, quiero que me tome en su boca, que me devore, que me beba entero. Inhala mi esencia, lametea, juega en círculos, enloquece, el dedo de atrás casi no lo siento, me prepara. Los ojos centellean cuando se lame los labios degustando mi ser.

Si más,…, toma mi palpitar en su boca, juega con toquecitos de lengua, y cuando me asciende a un muro demasiado alto, se detiene, enloquecido entre dedos y lengua, enamorado de ella, le suplico que me tome, y al fin lo hace, me recibe en su boca, lame, acaricia, frota, succiona, lengua, dientes, labios, siento que  mi cadera va y viene como su cabeza, somos uno en ritmo, un ser, me siento inmenso, sé que casi no respira, no dejamos las miradas, me cuesta mantenerla, hablo incoherencias, rujo, gimo, soy un lío,.. deseo, amor, pasión, no me dejes, no quiero irme, mío, tuyo… y disfrutando de cada segundo, tan sumido en el instante del estallido que presiento, ni siquiera supe que su dedo humedecido estaba ya muy dentro de mí, en ese secreto sitio donde nadie jamás llegó, lo hunde en el asterisco, presiona a la vez que succiona delante, lo hace con frenesí, inmóvil de elevar las caderas me toma por delante, los dedos por detrás, es todo diferente, inimaginable, ardiente, doloroso y placentero, y comienzo a presionar para que lo haga más rápido, más fuerte.

Es tierno, es salvaje, el dedo embiste con tanta fuerza que en cada asalto de su mano me eleva, su boca me empuja, es demasiado, dejo que tome mi túnel con los dedos, sé que es por mi bien, me invade sin permiso, trabajándome con la mano, preparando mi ingreso, demorando su liberación, dándome placer delante, para evitar el dolor detrás, abro los ojos, viendo su marrón leonado tornando a negro, hasta que al fin detono en su boca a borbotones, sobre- estimulado por todas partes estallo en miles de átomos de placer que atrapa en la garganta, degusta, saborea, devora, deglute, se embebe, naufraga en el mar que le doy a beber, mi ser, mi fruto, me esencia pasa a su sangre, impregna sus tejidos, cada átomo, mientras convulsiono abandonando el plano terrestre, mi cuerpo se abre como una rosa al nacer, cimentada en su planta nodriza, pero los pétalos aprenden a volar como aves, las alas las da él, las mariposas que baten en el estómago, ahora son pedacitos de mí esparciéndose por todos lados, y recién entonces siento, que estando en otro plano, sumido en el éxtasis arrollador, inconsciente y convulsionando, reemplaza los dedos que me recorrían, penetrándome él, hundiéndose al fin en mí, apenas centímetros mientras acuna mi orgasmo, tanteando mi reacción, siento un dolor desgarrador entre la niebla en que está todo, pero en instantes en la misma bruma se desvanece.

Luego de que entiende que el dolor mayor se va, s e entierra a fondo, se eleva, sale, vuelve a internarse, me atraviesa como rayo, abre mis entrañas, crea y recrea lugares que no existen antes de él, sé que me hará a su imagen y semejanza, que es mi soberano, me eleva en la ola más gigantesca, la más alta, mayor que la de mi sueño, sé que viene envolviéndome, mientras en verdad soy yo quien lo abraza, lo siento dilatarse, mientras agoniza penetra, embiste , más, profundo, se dilata, deseo ordeñar hasta su última gota, entrando y saliendo,  amoldándome al mismo ritmo, dejo que me tome por todos lados, de todas las maneras, uniéndome a él de la manera que desee desde el primer instante, más allá de lo soñado, de lo imaginado, sé que detono de nuevo, que  dirimimos egos, que nos despedazamos, que nos devastamos, nos despojamos de tronos, de yo, de roles, abdicamos el alma, me deleito en las últimas sacudidas cuando empiezo a aterrizar de la primera detonación cuando me dispara de nuevo fuera del mundo, y siento que deja derramada en mi interior su esencia a borbotones cálidos, por entero se derrama su ser en mí, gritamos juntos, pero antes con un giro de caderas, clavando las uñas en las mías  embiste con tanta fuerza que me castañetean los dientes, sollozo, las lágrimas empapan la cama junto al sudor, al fruto del amor de los dos, no puedo respirar, ni moverme, existo en él, para él, con él, emocionalmente estoy hecho de su esencia, lo deseo en mí, juntos  volamos”.

…No te vayas nunca.

… Estoy acá, dentro tuyo, siénteme, Soy parte de vos, Pedro.

“Una sensación palpitante vuelve a extenderse en oleadas desde el sitio de la unión, como alas de mariposas revoloteando en el cuerpo entero, un placer goloso, superpuesto, el tercero de mi vida, punzante, diferente, inusual, y se adentra sin piedad clavándose en mi ser muy adentro, grito perdido en la neblina, una electricidad ardiente se condensa en cada orificio, busca salida, expeler la excitación nueva, embiste largo, firme, consistente, me toma de nuevo, empezamos la letanía de susurros, y lo siento abriéndose paso, desgarrando la carne, a un lugar que nadie alcanzaría jamás como dejándome en claro, que nunca lo olvidaré, que ni Dios lo lograría, y  convulsionamos como si nos  electrocutáramos, las punzadas de dolor nos despedazan, echando más leña a una fogata que estaba ya fuera de control.

Pierdo la cuenta de las veces, es el dueño de todos y de cada uno de mis orgasmos, no sé cuántos fueron, él parece recuperarse en instantes, no desea dejar mi cuerpo más, todo el resto dejó de funcionar.

Cuando los cuerpos terminan de ser uno, sentimos que a veces se unen así los caminos, los destinos. Me vuelvo consciente del dolor, del placer, del cuerpo, de la música, como si mis sentidos se abrieran como hace momentos el cuerpo, estamos en uno, él desmoronado besando mi nuca, sé que lloramos”.

…Shhh…, tranquilo __ susurra en mis labios rozándolos con los suyos __. Sos lo más hermoso que me pasó en la vida.

… Y tú en la mía, te amo, soy tuyo para siempre, Guille, al fin tuyo´.

“Las palabras calan hondo, Guillermo se hunde en la boca, deseando hundirse para siempre allí, cierro los ojos.

Por suerte mi cuerpo se adapta rápido, nervioso, disfruta, siente la primera vez.

Guillermo me obliga a mirarlo, los ojos están colmados de palabras no dichas, de preguntas, de misterios, de promesas, deseando que entendiera que es un momento único, que es feliz de disfrutar de mis labios henchidos de sus besos, del rubor, del pelo alborotado, es una imagen única, a Guillermo le hace perder el control que tanto le cuesta mantener, supo que sería la imagen que siempre quedaría en él, cuando la muerte o las pruebas que vinieran intentaran arrebatarme, u ocupar sus pensamientos. Me recordaría así cuando sintiera que no podía perder una batalla más, o cuando el ocaso pretendiera hacerle creer que no había esperanzas de luz.

Siento sus pensamientos, permito que el deseo me envuelva, nuevamente me dejo llevar, y las sensaciones regresan con más intensidad, extendiéndose en cuerpo y alma, supe que jamás podría experimentar nada semejante. Un fuego se gesta en las entrañas, se extiende por el vientre, por el pecho, Guillermo deja de controlarse al mismo tiempo, la pasión nos arrasa, nos arrebata la consciencia en el saber que jamás experimentamos de otra felicidad que  la  del instante del abrazo de las almas en una.

Las lágrimas son por el vínculo que nos une, por la vida que compartimos, el dolor que creímos dejar atrás, por el sendero que se marca hacia delante.

Sé que ya nunca podré abandonarlo, nos tumbamos y me besa, el pelo, los ojos, los labios, me abraza y cuando finalmente podemos apartarnos Guille me mira incrédulo de lo que por años estuvo oculto tras una sotana”.

… Sos precioso, te deseo de nuevo, pero no quiero hacerte daño, estás exhausto, sos increíblemente receptivo.

…Es la primera vez que hablo contigo en voz  suave y cautivadora, pero desde el primer instante en el casamiento, sentí una gran emoción.
No sé qué me pasó, aún no te veía y me transmitías tanto amor y dulzura.
Ese día supe que aunque no te conocía,  eras el amor que estaba esperando desde niño y pese al temor a Dios, a la culpa,  no me importó la distancia, cuando te vi el día del asalto lo supe más.
No me importó tu edad y no sabía de tus creencias,  simplemente me enamoré y al momento me confesaste tu amor. Desde antes te llevaba en mi mente, de día imaginándote, en mis sueños amándonos como recién, sentí que  dejaba mi alma en tus manos, y que cuando este día llegara, te amaría con hambre de siglos.

Tal vez el encuentro demoró demasiado, caímos en errores, y ahora debemos pagar el precio por ello.

“No obstante cuando volvimos a besarnos, mi deseo fue diferente, e invadidos por un éxtasis descomunal, volvimos a perdernos del mundo, uno en el otro, volamos otra eternidad, para al fin exhaustos ir a ducharnos, para ordenar el dormitorio, colocar la ropa en la lavadora.

Estoy sorprendido de la comodidad, de la familiaridad, pese a la falta de experiencia, a la timidez. La ducha nos cobijó besándonos largo rato, dejando que el agua limpiara los cuerpos, las cartas están echadas, ya no dudamos sobre el futuro.

Regresamos al living, abrazados en el sofá”.

… Ya no podremos seguir mucho tiempo así, amor mío, esta experiencia cambió nuestras vidas para siempre.

“No pude pensar en lo que debería contar a mis superiores, ahora sólo podía pensar en lo que acababa de suceder, en Guillermo, supe que el resto de mi vida sería de él, independientemente de lo que el futuro nos deparara. Ya no sería fácil contentarse con un paseo por los bosques, con un beso furtivo en la iglesia”.

.. Podemos continuar así por un tiempo__ dice Guillermo preocupado por todo lo que debo resolver, también él en el afuera __. En la iglesia no gozaste de lujos, pero sí de comodidad, de seguridad, lo mismo pretendo darte.

… Cuando me den la dispensa, puedo trabajar más horas, o las mismas y estudiar otra carrera, casarnos__ respondo.

… Puedes hacer lo que desees, muchas cosas, quiero que no te sientas presionado en dejar el sacerdocio, con el tiempo me odiarías, más si el camino es largo y duro. Durante un tiempo lo será. Estamos enfrentando  adaptaciones de increíble magnitud.

… Sabes que lo que más deseo ahora es estar contigo, renaciendo emociones conocidas en las últimas horas__, ahora me alegro de ser sólo tuyo, de haber sido célibe, me reservé para ti, la pasión compensa la falta de experiencia. Pero debemos irnos, cuesta creer que no podemos dormir juntos, pero debo reflexionar largo y tendido el camino hacia la dispensa.

“Acordamos un tiempo, pero la decisión está tomada, sólo es cuestión de tiempo, los dos sabemos que no podremos llevar esta farsa indefinidamente, debo confesar mis pecados, me parece injusto pero debo hacerlo, y avanzar hacia un camino juntos, hacia un futuro en común, no quiero mentir demasiado tiempo más”.

… Te voy a extrañar a cada instante, no olvidaré esta tarde jamás __ murmura Guillermo aún con la voz ronca.

.. También yo __ susurro, pero los remordimientos se mezclan con el amor, por haber  traicionado a la iglesia, a mis hermanos al entregarme a Guillermo. Pero en alma y en esencia  me siento ahora casado con él,  ya no más con Dios.

… Cuídate mi amor. __ Secando, enjugando lágrimas con los nudillos, sintiendo el separarse, en el recuerdo de los cuerpos enmadejados amándose___, iré mañana a verte, no me olvides nunca, Pedro, te amo.

… No puedo olvidarte, jamás lo haré, te amo, hoy más que a Dios.

… Tienes que irte__ me susurra sabiendo que necesito irme tanto como quedarme.

…Lo sé.__ Mi tono es tan desolado como firme.

… Pero significa mucho que no desees hacerlo. Es importante saber que soy importante en tu vida. Pedro, no voy a permitir que nos arrebates esto.

… No quiero que me lo permitas, espero que en los próximos meses, me recuerdes lo que podría ser.

“Me llevo su mano a la mejilla, intento atrapar la sensación. La capturo en mi memoria para regresar a ella siempre”.

..Nunca te dejaré olvidar lo que podemos tener. Lo que espera en el mundo amorcito. Te amo demasiado Me cambiaste la vida, me despertaste, cuando creía que el hombre perfecto no existía, te conocí, te amé, te encontré. Te he adorado de la única manera que sé. Hasta que volvamos a vernos, estaré pensándote, imaginándote, soñándote.

Recuérdame…

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CAULQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO, ESCENAS EXPLÍCITAS.