"VECINOS". CAPÍTULO OCTAVO.

“VECINOS”

CAPÍTULO OCTAVO.

“Asidero en la oscuridad

Estoy ahí sentado

borracho

escuchando las

mismas sinfonías

que me dieron

la voluntad de seguir adelante

cuando tenía 22.

 

40 años después

ni ellas ni yo tenemos la misma magia

precisamente.

Deberías haberme

visto entonces

tan

esbelto

sin

barriga

era

todo nervio

demacrado:

violento, fuerte,

loco.

Si me decías

una palabra

fuera de lugar

te partía el alma

allí mismo.

No quería que me

molestara

nada ni

nadie.

Parecía estar

siempre de camino a alguna

celda

tras haber sido trincado por

hacer algo

en la avenida o

sus inmediaciones.

Ahora estoy aquí sentado

borracho.

soy

una serie de

pequeñas victorias

y grandes derrotas

y estoy tan

asombrado

como cualquier otro

de

haber llegado

desde allí hasta

aquí

sin cometer ningún asesinato

ni haber sido

asesinado;

sin

haber dado con mi huesos en el manicomio.

Mientras esta noche

me bebo a solas otra vez

el alma a pesar de todo el sufrimiento

pretérito

gracias a todos los dioses

que no estuvieron

de mi parte entonces.

Charles Bukowski”.

Lunes, 19 de setiembre de 2016. Bs. As.

10.00 horas a.m.

Previo…

“…Temo que pretendas  engañarme Guillermo, desde que llegaste quejándote de no dormir me trastocaste la vida, te zambulliste en ella de cabeza, temo que me lleves a las tinieblas de las que pensé haber salido, a veces creo que apenas araño el limbo del pozo oscuro en que viví, no tendría fuerzas para volver a salir, apenas araño la superficie, el pozo parece  desear tragarme, no iré a tu encuentro Guillermo, no lo haré más”.

__Sacudí la cabeza para quitarlo de ella, por suerte las  calles estaban desoladas, y en menos de una hora…, me desmoroné en la cama, en el departamento… vacío”.

Hoy…

Estudio Graziani y Asociados.

… No Fabián, no voy a hacerme cargo de las locuras de tu madre, hijo, no iré. Sé que tu tío es de lo peor, pero es grande, lo conoce, si quiere salir con él, no haré nada para impedirlo__ dije hastiado.

… Bueno papá, no la seguiré donde vaya, tengo que estudiar. Además viene una compañera. No la puedo vigilar. Llámame cuando puedas cenar o algo conmigo, te quiero ___ replicó Fabián resignado.

… También yo hijito, déjala, haz tu vida, chao hijo___. Corté.

… ¿Líos con Ana, Guille?__ me preguntó Beto.

… Lo de siempre, no caeré en su juego, si quiere salir con Miguel, que lo haga, sólo quiero  divorciarme, Beto, estoy exhausto de ella ___dije sin aclarar que estaba harto de todo,  menos de Pedro.

¿Crees que podrías con Gaby rastrear a la madre de Pedro?__ dije esperanzado.

… Guille, lo haré solo, ya sabes que Gaby es muy curiosa, y de tus gustos,  de tu vida no sabe nada,  empezaría a hacer preguntas, que no  me corresponde contestar.  Trae los datos y lo intentaré.

… El tema es que Pedro confíe y me los dé. Es Beggio, él lleva el apellido del padre, del abuelo, es decir, Beggio, debo saber el nombre, me dijo que tendría hoy cincuenta años, cincuenta y uno más exactamente, que la dejaron en Italia, en un convento___ le dije a Beto como si no entendiera su mirada incrédula.

… Guille, tengo calle en la villa  no en el Vaticano, con esos datos no puedo encontrar a nadie, consigue la partida de nacimiento de Pedro, la foto que te dijo tener, algo más__ me recriminó con razón.

… No confía en mí, hice todo mal, al no conocer su historia hice todo al revés, no debí decirle que soy gay, menos insinuarle que me gusta, pero no acepta mi ayuda, no sé si me dará los datos, a la vez no puede seguir viviendo con tanto dolor, con tantas dudas.

 Le blanqueé parte de mi vida, lo invité al Colón, y luego lo llevé a la casa del Delta, en el coche importado, le hice ver que tengo dinero aunque viva   como un simple abogado, pero igualmente no aceptaría viajar conmigo a Italia ni drogado.

 Lo invité al asado del jueves, dice que no vendrá. Necesito ayudarlo, al mismo tiempo me ayudaré a mí mismo en él, pero es muy difícil, demasiado ___.Miré a Beto como solicitando permiso y ayuda.

… Guille, lo que veo desde afuera, es que estás obsesionado con él, ya no es el vecino que no te dejaba dormir, ahora tu vida gira en torno de Pedro, y el pibe ya sufrió demasiado, vos también, te vas a enamorar y puedes  quedar bailando solo en la pista, lo sabes.

… No puedo amarlo, no debo enamorarme, es un riesgo, pero debo controlarme, y ayudarlo, gracias amigo, intentaré lograr que  me dé los datos a ver si desde acá podemos encontrar a esa mujer, o saber si realmente murió. Dice haber preguntado en Santiago, allí no encontraremos nada, menos de su padre, si no fue su abuelo como teme, del otro no sabe ni el apellido como para encontrarlo si existe, quizá la madre solamente tenga las respuestas que necesita.

Me iré más temprano, no digas nada a los demás, pero lo cité en la casa, necesito hacer que confíe en mí, a la vez que sepa que puede sentir, que el placer existe para él __. Beto me clavó los ojos de cielo y me heló la sangre___. Sé que es un riesgo para los dos, pero no tengo otra manera de llegar a él. De momento habló, pero creo que lo hizo porque al comienzo lo lastimé, lo ofendí, y empezó a contarme, de haber arrancado distinto, no hubiese dicho nada.

Bs. As., Provincia.

__Pedro trabajó con dificultad en la mañana, inquieto, ansioso, a la tarde fue a la facultad, pero  el recuerdo de su abuela y del marido lo estaban persiguiendo casi como la imagen de Guillermo.

…

“… ¿Dónde pasaste la noche, madre?__ pregunté desde la puerta del cuarto al verla llegar, tengo trece años.

Entrecerraba los ojos pensando en que no le creería sus mentiras.

.. ¡Hoy estás en casa! __ Se sorprendió ella yendo hacia la cocina.

…  Esther, contésteme__ insistí_. Se dio vuelta y me miró.

… Soy una mujer grande, Pedro para que me pidas explicaciones__ replicó en defensiva.

… De tantos años que lleva casada con ese borracho drogadicto  que me diera como padre, pareciera contagiarla __.Di unos pasos hacia ella sin apartar la mirada. ¿Me va a negar que estuviera con él en algún sitio?

Ella se dio vuelta pretendiendo encerrarse en su habitación, yo no estuve dispuesto a dejarla ir.

…Quiero que me diga la verdad, madre__ dije ofuscado___. ¿Por qué lo sigue a los sitios oscuros donde va? ¿Me negará que estuvo con él?

… Tu padre se está recuperando, Pedro__ replicó__, está siguiendo los pasos de alcohólicos anónimos, está mejor__ trató de explicar con los ojos húmedos__. Se está tratando, no seas tan duro.

“Sin embargo no pude soportar seguir callando lo que hacía escapando de él, el miedo, el dolor, y lo descargué en ella”.

--Ah, ¿sí?__ ironicé___. ¿Y las drogas? ¿También va a drogadictos anónimos? ¿Existe… violadores anónimos?

… ¿Qué dices? __ lo dijo temblando de pies a cabeza. También estaba aterrorizado, no debí, no quise decir eso. Simplemente escapó de mis labios.

… Nada. Olvídelo.

“Intenté escabullirme al dormitorio, pero me aferró del brazo plantando cara”.

…Ahora vas a terminar de hablar. Dime qué quisiste decir con eso__ exigió __. ¿Acaso alguna vez te puso un dedo encima?

“Me quedé paralizado, ya lo vi con el chico que violó contra el árbol, sin embargo no soy capaz de decírselo, tengo las palabras encalladas, los labios apretados, como el nudo que se cierra alrededor de mi corazón, no fui capaz de responder, tampoco vi sentido a amargarla diciéndole que si llego de día es porque escapo del acoso durmiendo en la montaña, me callé. Decepcionado, triste de que ella no viera nada, fui camino a la habitación”.

__

“.. Guillermo, insistes en que te cuente de mi vida, y cada vez que lo hago abro puertas a estos recuerdos, sintiendo el impulso de regresar allá, al campo.

 ¿Cómo pude imaginar que puedo escapar de aquella vida miserable, de ermitaño? ¿Por qué me dejo engañar por Diego y Raúl de que seré un excelente abogado y que podré viajar? La esencia es otra, se lleva siempre, no soy más que el niño atormentado, que el adolescente aterrado, que el adulto sin identidad, que no puede sentir.

¡Maldito destino, con una mamá que me amó y murió, y sin saber quién fue mi padre! Nunca llegaré a conocerlo, aunque no fuera ese tipo, aunque fuese realmente el chico que amó  mi madre, ni siquiera sé su apellido, nunca lo conoceré, quizá tenga hermanos, y tampoco me enteraré.

¿Hubiera tenido sentido decirle la verdad a una madre, abuela como Esther que jamás vio nada? Ni siquiera entendió que el marido entregaría al mundo a su única hija, no, ella negaba las verdades dolorosas, carecía de sentido decirle más.

¿Y yo? He mirado el reloj mil veces en el día. La razón me grita que no debo ir a la casa escondida de Guillermo, pero el corazón traidor me impulsa a llegar incluso más temprano, a pasear el lugar, a reconocerlo.

Sé que de ir me enfrentaré a un universo desconocido, la imagen pasea tras  mis párpados, el latido se acelera sin respeto ni siquiera por mi pasado doloroso.

 Apenas soy consciente de que con trazar la hipótesis de los planes que tenga pensado, estoy sintiendo, estoy sintiendo una tensión sensual como cuando me mira, cuando los ojos almendrados se clavan en mi ser escrutándome, o cuando imagino que sus labios son deliciosos como la miel, tibios como el sol de primavera, provocadores en la medida exacta como llamando al beso que sé puede excitar. Sus labios finos son todo eso y más, sé que quizá sean agua fresca para mi boca, la justa para calmar mi sed, sedosa boca arrasadora, insinuante mirada que deleitas, casi muero por un beso de esos labios, por embriagarme en el sabor sabiendo a Cabernet, a whisky, a ti. Tus labios apasionarían a cualquiera, de hecho deben besarte miles de tipos, pero mi boca desea sumergirse entre ellos como abeja en su panal. Quisiera decorarlos hasta desgastarlos y beber la sangre, que sea una con la mía.

Acá estoy mirando sin ver sentado en el colectivo, pensando en él.

No pude concentrarme en nada de nada, no escuché una palabra de la clase, ni vi los rostros de mis compañeros, solamente saqué una y mil veces el reloj, esperando el momento preciso para escapar hacia el Tigre. Impulsado por una fuerza desconocida, junté como atolondrado mis cosas sin ocuparme de hacerlo ordenadamente, arranqué la mochila del respaldo, abandoné la clase sin siquiera saludar al profesor. Estoy en otro mundo, mi mente vaga lugares inciertos, rumbos desconocidos que no veo la hora de transitar al fin.

Tomé un subte, un colectivo,  caminé las calles que recordé conducían a la mansión escondida, preguntándome por qué no me citó en el departamento, supuestamente vive allí porque queda de paso desde el estudio, y el aire se escabulle cuando la veo desde la esquina, a ladrillos vistos, reconozco el portón.

No estoy seguro de poder entrar, al menos intento llegar a la puerta, saber que siento miedo, me puede asesinar, es un desconocido, y no lo es, es mi vecino, es abogado, su estudio existe, necesito comprobar si persiste la tensión, si me gana el pánico tanto como para huir definitivamente sin mirar hacia atrás.

Sin embargo apenas divisé el muro de ladrillo, casi debí correr, porque estoy aferrado a los barrotes de la reja, apretando los libros contra el pecho, tratando de adivinar siluetas, muebles, movimiento tras los ventanales, sin embargo todo es silencio, quietud, sólo de nuevo me parece oír el arrullo cercano del Río.

De pronto me saca del ensimismamiento el sonido metálico, las puertas se comienzan a mover. Me han visto desde el interior, me están abriendo. Di un paso hacia atrás decidido a echarme a correr, pero no me atrevo, hipnotizado por el portón abriéndose, quedo estático como si los pies  estuviesen enterrados.

Recién cuando el movimiento cesa, me atrevo a volver a respirar, y avanzo trémulo, mirando, imaginando, con la brisa pegando en mi rostro, pensando en las personas anónimas que vi antes de llegar, caminando de prisa, sin mirar las calles, yendo hacia un destino, unos al trabajo, otros a estudiar, otros paseando sin apuro.

Frente a los hospitales varias personas se encontraban en grupos, unos tristes, cabizbajos, llorando, otros cansados, otros sonriendo, escondiendo la tristeza tras sonrisas de adorno que no llegaban a la mirada, gente esperando  noticias, malas o buenas, reflejando la esperanza en los ojos.

Los niños saliendo de las escuelas, adolescentes de institutos, algunos contentos sabiendo que va todo bien, otros caminando despacio, dejando caer en el asfalto sueños que no se cumplirán.

Hombres trabajando en cualquier lugar, albañiles bajo el sol, otros gritando lo que en venta tienen, con esperanzas de   llevar dinero a la casa, sin perder la sonrisa colmada de fe, otros de traje y corbata con el maletín, hablando por celular, abogados, médicos, contadores, los contrastes de las calles de la ciudad.

 Niños, jóvenes, adultos, caminando, en coches, pero caminando hacia la meta,  al objetivo al cual todos llegarán, unos en la pobreza, otros en la opulencia, éstos seguros despreocupados, apoyándose en el tener, los pobres, más ricos en fe, preocupados para ganar el comer del día. Dicen que la vida no es justa, sin embargo quizá sí lo es. A unos les dio dinero y pobreza en compasión, en confianza, en comprensión, a otros les dio pobreza, y faltos de dinero son ricos en amor, en fe, en tolerancia.

 Y me pregunto en qué sitio estoy parado yo, fui rico de cuna, viví como pobre, huérfano engañado, abusado, hoy con lo justo,  incapaz de sentir amor, porque jamás lo pude recibir, incrédulo de conocer el placer, porque me negaron hasta mamar la leche de mi mamá, desconfiado de todos, porque la mayoría me engaño, me dañó.

Y acá estoy, en la casa de un desconocido, que dice poder ayudarme… a sentir, a confiar, a trabajar. Estuve en tantos tiempos y lugares, en mis pocos años, que  uno más no puede hacer diferencia.

Ni bien cruzo el jardín, la reja se cierra detrás de mí, ya no hay manera de volver atrás, intento salir pero no hay manera de abrirla. Tiemblo pensando en que estoy perdido, en un laberinto que quizá puede conducirme a mí mismo, a mi inconsciente, y aun así, avanzo. No tengo más opción que ir hacia delante, ya no puedo volver hacia atrás.

Subo los escalones del porche, la puerta de la casa está abierta, apenas empujo y para mi sorpresa, en el vestíbulo se inicia esperándome un sendero demarcado por velas de colores, como aquellas que Guillermo vio en mi departamento la madrugada en que lo conocí, sabe que me gustan, las usa para llevarme a él,  observo que se pierden subiendo la escalera, en el primer piso.

Dudo, titubeo instantes eternos, pero trago saliva con fuerza, y comienzo a transitar el camino hacia Guillermo. La excitación del misterio, el temor de no saber con qué me encontraré arriba me aceleran el pulso, me roban el aire, la vida, las manos se empapan en frío rocío, se eriza el vello, sin embargo una extraña electricidad recorre mi columna.

Me aferro a los libros hasta que los nudillos se tornan blancos, y estoy subiendo escalones uno por uno, preguntándome qué me espera, maldiciéndome por ser un curioso nato, arrepintiéndome de haberme internado en este lugar, eso piensa presurosa la mente, sin embargo, el cuerpo no le responde a ella, se conduce por impulso, por desmadre instintivo.

Llego al piso y descubro que las velas conducen a una habitación cercana a la escalera, sabiendo que tengo un escape próximo siento confianza, avanzo a más velocidad, o quizá me impulsa el deseo, no sé diferenciarlo.

Imagino encontrar a Guillermo esperando tras la puerta, en una enorme cama sofisticada, desnudo, espléndido, mostrándome su hombría intimidando, listo para hacerme el amor postergado varias noches, pero en cambio diviso más velas al abrir, dispersas en los muebles y la cama está vacía. Hay velas en las mesas de noche, en una mesa ratona que hace de bar, rodeada por sillas de cuero, cercanas al ventanal, en una se encuentra él, sus ojos, su mirada, sus labios finos curvos en la sonrisa hechizante. Lleva un pantalón de jean y una camisa, sin corbata, con los primeros botones desabrochados”.

...Te esperaba, sabía que vendrías__ susurra.

… Guille, no podemos...__ Comienzo frases incoherentes, me pierdo en el brillo de sus ojos, no sé qué deseo decirle, y callo cuando él alza la mano en gesto de silencio.

… Tranquilo, relájate___ me sugiere__. Ven, siéntate, hablemos__ dice señalando la silla libre.

“Dejo los libros, la mochila, y avanzo a sentarme junto a la mesa, prendido en su mirada, él toma la botella, sirve dos copas de Cabernet, me ofrece una. Dudo en aceptarla, temo emborracharme, que me haga daño, pero no puedo despreciarla, no creo tener que huir de él, de allí. ¿Quiero huir?

Apenas tomo un sorbo, dejo la copa sobre la mesa”.

… ¿Te gustan los desafíos, Guillermo?__ pregunto___. Se sorprende o lo aparenta, creo que de que sea yo el que inicie la conversación. Lo hago reír.

… Me fascinan los desafíos, los juegos de la razón, el ajedrez, desafían la inteligencia__ replica.

… Con razón __ replico mirando el ventanal. Guillermo dejó la copa a un costado, y se inclinó hacia mí, en ese instante el corazón se detuvo, simplemente deja de latir, siento que voy a morir respirando su esencia, y que para alguien como yo, es una excelente manera de hacerlo.

.. Sos más que un desafío__ piensa en lo que dijo antes de desear adentrarse en mí y lo aclara__, me interesas de verdad. Sos alguien que me interesa, ayudar ___completó.

“Vuelvo a perderme en sus ojos y no me doy cuenta que mi expresión se torna sensual dentro de la desconfianza”.

… Soy algo así como un experimento para ti, ¿verdad?__ arriesgo con voz decidida, sin embargo, sé que en mis labios avista una sonrisa que le da la señal de que estoy relajándome, no como la primera vez, en que me mostré desinhibido, sin defensas, pero menos tenso que al llegar.

… ¿Por qué tienes que ser distinto, y mi comportamiento con vos diferente al que uso para otro cualquiera que me guste?__ replicó___. Hagamos un ejercicio, no importa el pasado, lo que hicimos, lo que fuimos ayer, hacia delante no hay nada, el mundo termina hoy, no somos nada, nadie, no hay pasado, no hay memoria, no hay futuro, no somos más que este presente, no importa lo que hayamos hecho, lo que vayamos a hacer, ¿estás de acuerdo?

… Me gustaría__ respondí prendado de sus palabras. Lo estudio, lo escudriño, y aunque siempre de este modo obtuve información sobre los hombres, con él se dificulta el desenmarañar sus misterios. No sé si lo descubriré alguna vez, es tan diferente como me lo pareció al cruzarlo en la escalera del edificio, pero en sentido opuesto, intrigante.  Es un enigma, sin embargo dejo de preguntarme qué buscaba,  dejo de indagar qué es lo que él quiere.

..¿Por qué me citaste aquí si estabas a pasos del departamento?__ pregunto.

… Me gusta la intimidad, ya  que conociste esta casa, puedo  mostrártela al tiempo que trabajamos, ya te dije que mi fortuna es de mi hijo. Lo único que siento realmente mío hoy es el estudio, el coche quizá, ya ni la casa donde vive me ex mujer, supongo que iniciado el divorcio se la dejaré, por eso alquilo el departamento, me siento sin techo, aunque te cause gracia, esto no lo siento mío. Aquello tampoco.

Si no hubieras venido, iba a visitarte sorpresivamente en el departamento, deseo saber los datos de tu mamá, es importante saber de ella, ya que no aceptas mi dinero para viajar a Italia, podríamos rastrearla desde acá.

Pedro, entiendo que ni siquiera sabes quién es tu papá, en el mejor de los casos, si ella estuviera viva, podría decirte si fue tu abuelo, o si en verdad fue el chico del que se enamoró, ni siquiera sabes su apellido, sólo ella lo tiene, de su lado o de él puede que tengas hermanos. Mucho puede cambiar en tu vida con un movimiento, como el jaque en el ajedrez, ¿sabes jugar?

… Sí, él, me enseñó, de pequeño aprendí__ dije aturdido.

… Me gustas mucho, tus labios, tus ojos, tu pelo, tu piel, tu boca es alucinante, tu voz, pero no me gusta tu mirada__ siguió su discurso mientras dio cuenta de un sorbo de vino.

… Sin embargo muchos dicen que tengo ojos de miel, bonitos, no hablo de hombres, de novios, hablo de familiares, de amigos__ repliqué entre enojado y confundido.

… No me refiero a tus ojos que son preciosos como todo el resto, sos precioso Pedro, perfecto, me refiero a la profunda tristeza que  expresa tu mirada__ habló con una sonrisa que me robó el aliento, me hizo incorporarme, retroceder unos pasos, que pretendiera entrar en mí, no sólo en mi cuerpo, este hombre entraba en mi ser, en mi esencia, me sobresaltó, sé que se dio cuenta, desviando la mirada y la conversación.

… Pedro, mi estudio no es suntuoso, no es un lujo, no es un bufete multitudinario, no soportaría algo así, como mal me siento acá, me quitaría el sueño, no me agradaría ejercer.

 Es un estudio de provincia, casi familiar te diría, riego las plantitas del patio con una botella, mi tía Cuca sirve mate cocido y café amargo para mí, Beto, mi socio hace asados,  Marcos mi amigo de la vida es un donjuán, trae amantes, y lo persigue la esposa, Isabel, Solange su hija hace copias, es mi ahijada, Gaby, mi socia, es mi nena mimada, fue mi alumna en la facultad, pero por alguna razón, porque ladro dicen, por mi porte, doy miedo en las audiencias, gano los juicios, me llueven las ofertas, y muchas las debo rechazar porque solo no podría, soy obsesivo, o hago el trabajo perfecto o lo rechazo, necesito un socio penalista, no me compadezco de vos, te necesito allí como mi mano derecha, ¿entiendes?__ Sonrió complacido ofreciéndome más vino, cuando dejé la copa, entonces lo necesite. Me insinuó extrañamente que bebiera, y lo hice, y en lugar de tragar, me propuse sentir las notas del vino, me encantó, bebí a fondo blanco el resto, entonces sí acepté más, y por el vino o por el placer que la bebida brindaba acabé caminando hacia la cama, sentándome en el borde.

…¿Por qué me trajiste acá, Guille?__ pregunté nuevamente___. Esto no es una cita como anoche.

… Te lo dije, me gusta la intimidad, y quería darte sorpresas, quiero hacerlo __ respondió desde la silla.

… ¿Te gusta la intimidad conmigo? ___ terminé preguntando.

“Respiré profundamente, él se puso de pie, se fue acercando como felino, en todo el esplendor masculino, estiró la mano, tomándome la barbilla, obligándome a capturar su mirada, demarcó con el extremo del dedo corazón el contorno de mi rostro desde la sien al labio inferior, y me robó el latido de nuevo”.

… Me gusta que estés conmigo __ respondió calmo, sereno, como era él  a mi lado.

“Sé que antes de llegar acá, a tu habitación en esta casa aunque digas que no es suya, nos encontramos fieles a nuestras convicciones que dejaron en el aire aroma de mutuo compromiso, de halos de promesas no puestas en palabras. Siento a mis labios sedientos de enamorarse de los finos, con las copas de vino en las manos de los dos, insistiendo en chocar  sellando un futuro, que niegas. Mirándonos sin poder apartar la vista de la esencia de uno y del otro, saboreando el final, postergado.

Al llegar a tu reino que niegas es de ensueño, estaban las velas encendidas, presagiando el acercamiento, el camino, el sentido.

Aunque tus labios se empeñan en no poner nada en palabras, sólo regalan adornos de sonrisas encantadas, me dicen con cariño que me has buscado más de una vida, que has recorrido noche, tras noche, cuerpos y más lujares de jardines frondosos, no me has encontrado hasta hoy, me buscaste en aves multicolores, en sueños que no han sido pocos, y de súbito como si la vida renaciera como el ave , apareciste y aparecí cantando, haciendo ruido, sin hablar, tú protestando, y te colaste por mi ventana, molestando, te molesté, entonces con la música, hoy con la tristeza en la mirada, y no sabes que me haces sentir un adonis, el dios pagano bello, el hombre dueño de tus deseos, de tus pensamientos. Mientras me abraces con delicadeza en esos brazos fuertes, recostaré mi ser en tu pecho, tu corazón será eterno testigo… de lo que te profeso y callo, de lo que no sé sentir.

En verdad no puedo decirte adiós, no quiero salir de acá, aunque soples como viento huracanado, azotando cruel mi pensamiento,  no deseo que él me traiga tu recuerdo en inclementes tormentas de nieve, deseo sellar alguna cosa besándote, bebiendo de tu boca la esencia, porque no sólo, ausente de ti, me siento al marcharme como anoche sin mirar atrás un momento, andando solo, caminando perdido, sino caminando cierto en dirección a la cúspide de mis tormentos.

Pensé que podría lanzar un grito, aullar mi dolor, mi rabia, mis ausencias en silencio, al no venir y perderte sin disfrutar de escuchar tus arpegios, como acordes que presagian sentimientos, pero no pude.

Quise decirte adiós en la madrugada, de hecho lo dije por el temor que me embarga, pero mi corazón se resiste al olvido, al no saber si eres capaz de enseñarme a sentir como vienes prometiendo”.

__Alcé los brazos inquieto, ya quiero dar fin al juego, dar mate al rey, desprendo su pantalón sin reparos y lo bajo arrastrándolo hacia los pies. No me interrumpe, le posé los labios en el muslo, mordisqueando con los dientes un bocado, pero me vi forzado a dejarlo cuando me llevó la cabeza hacia atrás tomándome suavemente el pelo.

… ¿Confías en mí? __ interrogó de nuevo con voz profunda.

“Mis ojos expresaban mi tormento interior, asiento en silencio, aunque no sintiera confianza, ni siquiera conozco el significado de la palabra creo, menos de la sensación, pero me humedecí los labios, procurando disimular el temblor de mis manos, mientras Guillermo se acomodó los pantalones, se arrodilló sobre el borde de la cama y me llevó hacia atrás avanzado hacia delante, de modo que no me quedó más alternativa que deslizarme hasta tocar el respaldo. Guillermo alzó una mano, acariciando mi cuello con los dedos, con un dedo, siguiendo luego hacia abajo apartándome la remera para rozar mi hombro”.

“Siento un calor extraño ante su roce, me hace cosquillas, me estremezco, lo hizo muy suavemente, lo repite, no puedo no pensar que quizá logre que algún día pueda sentirme... hombre.

Tal como siempre me sucede, siento miedo de eso, entonces como siempre me aparto, me aparté de la fuente de vida, sin embargo llevé las manos a la camisa de Guillermo y comencé a desabrocharle los botones, consiguiendo abrirla mirando lo que pude del pecho desnudo, mientras reía, me apartaba, y yo insistía: “un botoncito más”.

__Me interrumpió colocando dos dedos de pluma sobre mis labios.

… En el departamento te hablé del silencio, ¿recuerdas?

“Mi corazón dio un tumbo, cómo no recordar que la paz que trajo ese silencio hizo que saliera disparado de allí, asentí con la cabeza, y a partir de ese instante me quedé callado, el silencio era sólo roto por el sonido de las respiraciones, temí que escuchara mis latidos, casi creí oír los suyos.

Guillermo alzó los dedos, me acarició las mejillas con los nudillos, el calor fluyó a través del contacto que nos unió, se internó como flecha en los dos, casi podría jurarlo”.

___Me mira absorto, perdido en sus pensamientos: “renacerás como las mariposas, como el ave fénix”... pero no se atreve a decírmelo.

… Si confías en mí, haremos esto como lo tenía planeado, jugando, paso a paso, lentamente__ propuso__ despacio, jugando con los sentidos. ¿Confías en mí, precioso? __ preguntó de nuevo. Esta vez respondí con palabras.

… Sí, pero mira que no soy una persona.

… Mira vos, claro, no sos persona. ¿Y qué sos?__ Reía.

… Un animalito, soy un animalito, difícil de atrapar__ respondí asombrándome de la metáfora.

… Así que un animalito, difícil, ya verás cómo puedo llegar a atraparte, entonces.

__Guillermo respiró aliviado y comenzó a andar.

… Cierra los ojos, animalito__ pidió sonriendo. Obedezco al instante, lo siento salir de la habitación. Ante la ausencia comienzo a respirar agitado, el silencio se cortaba sólo con el sonido del aire atravesando mis fosas nasales, y por el crepitar de las llamitas de las velas.

¿Guille?---interrogo.

“En minutos lo presiento de regreso, no estoy equivocado, regresa a mí”.

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.