"PROHIBIDO". CAPÍTULO DIECISIETE.

"PROHIBIDO". CAPÍTULO 17.

“PROHIBIDO”.

CAPÍTULO DIECISIETE.

Ciudad Autónoma, viernes 10 de setiembre de 2016. 15 horas.

PREVIO…

 

 … Pero significa mucho que no desees hacerlo. Es importante saber que soy importante en tu vida. Pedro, no voy a permitir que nos arrebates esto.

… No quiero que me lo permitas, espero que en los próximos meses, me recuerdes lo que podría ser.

“Me llevo su mano a la mejilla, intento atrapar la sensación. La capturo en mi memoria para regresar a ella siempre”.

 

..Nunca te dejaré olvidar lo que podemos tener. Lo que espera en el mundo amorcito. Te amo demasiado Me cambiaste la vida, me despertaste, cuando creía que el hombre perfecto no existía, te conocí, te amé, te encontré. Te he adorado de la única manera que sé. Hasta que volvamos a vernos, estaré pensándote, imaginándote, soñándote.

Recuérdame…

Soneto XVII

“No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,

sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Pablo Neruda - Cien sonetos de amor (1959).

“El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe

absolutamente.” Lord Acton.

“El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan.”

Pablo Neruda.

“En el origen de todas las fortunas hay cosas que hacen temblar.”

Louis Baudelaire.

“Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciéndolo

todo por dinero.” Voltaire.

“Ven a dormir conmigo; no haremos el amor, el amor nos hará a

nosotros”.

Julio Cortázar.

“Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar”.

Pedro Calderón de la Barca.

“A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de

pronto, toda nuestra vida se concentra en un solo instante”.

Oscar Wilde.

Bs. As., sábado 11 de setiembre de 2016.

… Perdón, Beto que te hiciera venir, es que no tengo  con quién hablar de Pedro, necesito hacerlo. Al mismo tiempo tengo que ir a ver a Ana, a Fabián, debo resolver mis cosas, y ni siquiera comencé __ dijo Guillermo preocupado, Alberto detuvo la mirada en  la del amigo.

… ¿Qué sucedió, Guille?

Espera, antes de desviarnos hacia lo que sientes, quiero decirte que vino Juan, preguntó a todos  sobre vos, sobre Pedro. Marcos y Cuca no entendieron nada, Gaby y yo sí. Obviamente no dijimos nada, pero sospecha, no sería extraño que te siga, te cuento para que tomen precauciones __ le alertó preocupado, mientras Guillermo se frotaba las sienes entres los pulgares, con disgusto evidente.

… ¡Mierda, Beto! Si algo le faltaba a mi vida es que Juan moleste también, debo divorciarme de Ana, hablar con mi hijo, me va a odiar al comienzo, apuntalar y esperar a Pedro, te juro que estoy cansado, muy cansado.__ Suspiró en forma ruidosa__. Al mismo tiempo sé que es mi culpa, la vida errónea que llevé porque descreía de todo es mi responsabilidad, la presencia de personas equivocadas en ella también, y ahora me agotan, porque quisiera tenerla resuelta, para pensar sólo en Pedro.

No puedo pensar en Juan, no en él, ni siquiera sé si ir a ver a Ana, Fabián dice que está mejor.

… No te tortures, Guille, todos cometemos errores, Pedro confundió huir del mundo con vocación sacerdotal, y lamentablemente  ese error se paga caro. Nosotros nos sentimos culpables porque lo conociste por nuestro casamiento, y a la vez no somos responsables de que Jorge enfermara. _ Alberto meneó la cabeza sin apartar la mirada.

… No son culpables de nada, Beto, Pedro tampoco lo es,  nadie lo es, Jorge menos. Tarde o temprano nos íbamos a encontrar, en una vuelta en la calle, en la facultad, en otro lugar, lo sé. Al mismo tiempo, es todo tan complejo, que a veces me pregunto si no debía hacerle caso a Jorge, no regresar nunca más a él, pero no pude. Ahora es tarde, pasó todo, Beto, todo. Los dos lo decidimos, ayer pasamos la tarde en el departamento, hicimos el amor, fue mágico, único, y ahora tengo más miedo que antes, no podría renunciar a Pedro.__ Las lágrimas se delataban como gotas de rocío en el brillo de los ojos.

…Si hicieron el amor, Pedro no tiene retorno, debe salir de la iglesia, la culpa no lo dejará mucho más frente al Ministerio, la dispensa sería sencilla, urgente por lo que estudiamos.  __ Beto clavó la mirada de cielo.

… No lo sé, Beto, no quiero ni puedo presionarlo, sé la culpa, el tormento que debe sentir, si yo ni siquiera he iniciado el divorcio de Ana, si Juan revolotea, si no sé cómo decirle a mi hijo en principio que soy gay, no puedo exigirle a Pedro que deje todo ya, me ama y es mi amor, pero en definitiva pasó demasiado poco tiempo, objetivamente en un instante volcaron  las vidas, y no se puede en el mismo intervalo resolver años de errores, y tampoco sé si me ama más que a Dios.

 Al mismo tiempo no entiendo a su Dios, el amor no puede ser visto como pecado, es irrisorio que a la vista de sus pares seamos peores que asesinos, que lo lleven a un tribunal, no puedo soportar su calvario, no es justo. ___  Las lágrimas rodaron por las mejillas, y Guillermo las enjugó con las mangas de la camisa, Beto tenía los ojos empapados.

…. Guille, ¿llevaste a Pedro a...la entrega para precipitar un escándalo y la dispensa emergente? __ interrogó Beto lo obvio, quizá lo esperable.

… No. No lo hice pensando, lo hicimos por amor, sé que si pusiera semejante cosa en la solicitud, lo echarían a palos, pero no es lo que deseo.

¿Te das cuenta de lo injustos que son?

Si hubiera pedido la dispensa cuando lo pensó, porque deseaba ir al mundo, no la hubiese obtenido, si supieran que se acuesta con un par, lo lapidarían, lo  expulsarían de emergencia para evitarle la condena eterna, igualmente nos condenan al infierno. ¿Quiénes mierda son para juzgar el amor como pecado que merezca la hoguera, el infierno?

¿Te das cuenta de la incoherencia? Si se hubiera enamorado y acostado con una mujer, le darían la dispensa inmediata, pero podría casarse, nadie lo señalaría con el dedo, no lo  echarían de la sociedad, de la iglesia, podría casarse, tener hijos, y al fin ser bien visto. Como se enamoró de mí, eso lo condena a seguir siendo cura, con todo lo que conllevará en su mente, en sus emociones, y a la vez a ser un pecado eterno, al juicio de sus pares, al desprecio, a la excomunión, a que quizá para soportarlo debamos irnos de la ciudad __ Guillermo hablaba sin poder contener las lágrimas.

… ¿Lo harías? ¿Estás dispuesto a dejarlo todo por él? A Fabián, el estudio, Guille, bueno sí, puedes montar otro en una provincia, ejercer solo, pero las condiciones económicas no serían iguales, les costaría comenzar de cero __ Beto hablaba y ya le dolía la ausencia.

… No lo sé, Beto, haría lo que fuera si pudiera aliviarle la carga, pero falta tanto para una  decisión  como esa, nos arreglaríamos, quizá llegado el momento, por un tiempo sería lo mejor, o viajar o mudarnos al interior. Fabi puede seguirnos o no, el estudio continuaría y nosotros trabajaríamos donde sea, Pedro es rico además, no es lo económico el problema.

..¿Jorge sabe algo? __ preguntó alerta, Beto.

… Hasta que seguimos viéndonos, ninguno regresó, tampoco se pidió la dispensa, y vino, creo que lo imagina, hasta que lo desea, por algo contó lo del cura que se enamoró de una mujer, yo soy el drama para Pedro, que me ame a mí __ dijo derrotado, Alberto se inclinó casi susurrando.

… Guille, escucha. ¿Y si solicitara la dispensa diciendo que está enamorado de una mujer? Sería suficiente para que la dé el Obispo rápido, y no lapidaria como para que lo enjuicien como digno del infierno, aunque deba mentir, una vez fuera, aunque sea sacerdote, podría confesarlo, de hecho Jorge sabría, alivianar la culpa, y rehacer la vida a tu lado, piénsalo.

… No. Beto, no, Pedro afrontaría la horca antes que una mentira semejante, no podría aceptarla, te lo agradezco, pero no puedo ni proponérselo, no aceptaría __ Guillermo lo dijo convencido, pensando otra cosa.

… Guille, Gaby estaría dispuesta a ayudar, en un caso así, necesitarían de una amiga, nosotros damos la vida por vos, lo sabes, Gaby no tendría drama en mentir, aunque lleve un mes de casada, no cree en lo que le imponen a Pedro, y yo la apoyaría en la mentira, piénsenlo.

… No, Beto, de ninguna manera, no admitiría Pedro lo primero, menos que se embarre Gaby, no, no puedo proponerle algo así __ Guillermo decía una cosa, negaba con la cabeza, pero en el fuero interno no desechaba la opción, era lógica, el mal menor, claro, para ellos que casi ni siquiera creían en Dios, no para un sacerdote.

… ¿Y si le pidiera a Pao? Ella está con Antonio, pero terminamos bien, la petisa es capaz de engañar al Papa, y no tendría drama en ayudar__ Beto lo tentaba cada vez más.

… Beto, Pao, Gaby, es igual, el problema es el sentir de Pedro, fue un sacerdote ejemplar por años, era un nene cuando lo decidió, eso deberían entender, que era un nene rebelde contra la opulencia en que vivían sus padres, no un enamorado de Dios. Les agradezco igualmente, te prometo pensarlo, pero hoy no puedo proponerle a Pedro algo así, debo estar muy seguro de que me ama más que a Dios, antes.

… Guille __ Gaby se asomó tímidamente__, disculpa, no pude evitar escuchar, está Cuca en la cocina, vino, y estoy haciendo de campana. Lo que te dijo Beto es la verdad, yo te banco, yo miento a los curas, me casé por iglesia por mi mamá, eso no significa que tolere lo que opinan respecto de un montón de cosas, sé que no es lo que diría Dios __ Gaby lo dijo convencida.

… Gracias, a los dos, por ahora, quedará entre nosotros, no quiero presionar a Pedro, da risa que si amara a una mujer  le darían la dispensa, lo dejarían casarse sin más, que tienen la Iglesia llena de gente como yo, sin ir más lejos Matías Olazábal entró al seminario, no pueden ignorar que es gay, se nota de lejos, y lo acogen  con pompa.

No me hagan caso, iré a ver a Pedro a la iglesia, habitualmente nos encontramos cuando sale por sus clases, pero es sábado, igualmente cuando estoy a su lado me siento seguro, cuando lo sé solo con su Dios, me lleno de miedo.

Gaby, necesito que prepares la demanda de divorcio de Ana, no iré a verla, Fabián dice que mejora día a día, iré con los papeles. Y si viniera Juan, díganle que lo llamaré, lo que sea que lo despiste de Pedro, por favor.

… Obvio, cuenta con las dos cosas, con lo que necesites. Nos vamos entonces, y llevaremos a Cuca. ¿Cierras?__  interrogó Gaby dándole un beso en la mejilla.

… Yo cierro, sí.  Gracias por todo, cuando tengas los papeles, avísame, intentaré hablar algo con mi hijo mañana en el almuerzo, no de Pedro obviamente, de mi elección, además para que no  quiera evitar el divorcio __ afirmó Guillermo, dejándose caer en el sillón cuando las puertas se cerraron.

“..Pedro, sólo espero verte, pero no me alcanza con un beso furtivo.

Enmudece mi boca, se aquieta mi verbo, de tan sólo con verte.

Yo, el dueño de tantos sonidos del alma, entre metáforas, versos y prosas, el rey de tribunales, no encontré en este único instante ninguno que te exprese, precioso.

Y te acercas, tus pupilas encendidas y sufro, ¡rota ya el alma! Entonces, una dulce esperanza nace como una tibia y melancólica melodía deseando que me mires con tus ojos de miel, leas mi amor, y sólo sonrías con tus hoyuelos, pero no quiero ver sombras de culpa en la mirada, tampoco dejo de tristeza. Necesito un rato a tu lado, que escapemos a los Bosques aunque sea. El sol bebe tu sombra con más brillo, y la luna es más bella.

Yo arrebatado, beberé el aliento de tu boca y amaré tu aroma a primaveras,  seré feliz, en ese instante dulce, en el loco ensueño de que tú me quieres.

Te acercas, y entre martirio y lujuria, bebo el perfume de tu cuello.

Piel de pétalos de rosa, una suave locura que incita mis deseos de besarte y  te pegas en mi pecho y murmuras tu amor, escuchando mi furioso latido, te acojo, te estrecho, te acurrucas.

Tu boca murmura, se acerca a la mía y me besas, un instante de locura, el crisol de sol de tus ojos y el trigal de tu pelo, me embriagan de ternura.

Y te hice mío,  ante tu confianza ciega. Tomo tu vientre tibio, tu cuerpo, tus manos que volaron cual golondrinas en aquella primera vez, de puro amor, arrullo de la noche y brisa marina.

Siento que tu piel se apoya dulcemente, perdido en mi premura, cuando mi pasión bulle sin remedio, entre mi esencia, ardor y cautiverio soltando amarras todos mis sueños, latidos, agonía y todos los  te amo, por primera vez, pude y sigo diciendo te amo.

Y nos amamos para siempre sin preguntas ni respuestas, sólo amor. Ya llegarán los sublimes momentos en que seremos uno, por siempre los dos, ya tuyos y míos en la esperanza nueva, entre la pasión, dicha y el AMOR.

Vivir sin la dicha de amarte, es imposible, aunque me digan y pienses que esto es prohibido, aunque cueste tanto ascender el camino, aunque quizá nunca seamos libres, aunque debamos huir como fugitivos”.

Ciudad Autónoma. Iglesia del Pilar.

“…Guille, vivo esperándote aunque me llene de culpa, lo sucedido cambió todo para siempre, mi vida es tuya, no me basta un paseo, un beso furtivo en el confesionario, tampoco creo que tenga derecho al ministerio.
Fue deprimente regresar ayer, deseaba desesperadamente quedarme contigo, y la presencia de sacerdotes, de seminaristas me recordó mi pecado, lo lejos que me siento ahora de ellos, pero debo irme cuando me encuentre absolutamente convencido de hacer lo correcto es lo que deseas para no cargarte de culpas, además sé que separarnos hoy nos mataría a los dos.

Intenté disimular, sé que me notaron callado, raro en la cena, la mirada fría de Matías me lee, o eso creo, casi no dormí recordando, sintiendo, imaginando, a la vez reprochándome haber decidido tan mal mi destino.
Hoy varios me preguntaron si me sentía bien, me ven pálido, preocupado, cansado, hasta quisieron que fuera al médico, insistí en que me siento bien, di la misa muerto de culpa, ni sé si me creen, me parece que todos lo saben, es horrible, me siento escindido en el cura, en el hombre, uno de Dios, el otro tuyo.
Me esperas en el confesionario, muero de ganas de huir, lejos, a Chile quizá”.


… Pedro, ¿estás bien amorcito? __ preguntó Guillermo temeroso, luego de un beso robado. Pasó la noche deseándolo a su lado, cuando pasó por el departamento a terminar de limpiarlo, sin él le pareció tremendamente vacío.
¿Lo lamentas? ¿Te arrepentiste?__  lo dijo y contuvo la respiración esperando las palabras.

… No,  mi amor, claro que no. Me dio mucha pena tener que regresar a mi celda, me sentí muy solo sin ti.
… También yo. ¿Podemos ir o encontrarnos en la biblioteca en un rato?


__ En minutos se encontraron allí, ahora ya no sonrientes, menos relajados, sino nerviosos, habían tenido suerte hasta ahora, pero con lo que supo Guillermo ahora temía que Juan lo siguiera, que Matías lo estudiara a Pedro, los fantasmas acechaban.

… ¿Siguen los sacerdotes en el retiro? ¿Puedes salir a la tarde y verme en el departamento?__ Guillermo preguntó con culpa de presionarlo, pero Pedro pareció más ansioso, estaban hambrientos uno del otro, las horas juntos eran preciosas, hacer el amor resultaba breve.
… No regresarán aún, si quieres podríamos dormir juntos, regresaría antes del alba acá, así pensaré menos, y no sé cuántas veces más tenga la libertad de ir al departamento. __ El arrojo de Pedro dejó a Guillermo atónito,  le robó un beso, y sonriendo salió, no sin antes decirle que lo esperaría con la cena, que Fabián salía con los amigos, que era el día justo.

… Te esperaré mi amor, siempre.


__Pedro caminó de regreso a la celda, tenía que cambiarse para salir, cuando se cruzó con uno de los sacerdotes que al verlo se inquietó sobremanera. Estaba taciturno, perdido, algo inquietante lo delataba en la mirada, pese a que Pedro insistió en que nada le ocurría. En verdad sentía que no pertenecía a la iglesia, extrañaba a Guillermo en todo momento, a cada instante.


“… Guille, me hace falta tu presencia para sentir la fuerza de tu amor que me impulse, para deleitarme con la melodiosa música de tus palabras y en el encanto de tu sonrisa.
Necesito tu presencia, tanto como la noche a la luna, para reflejarme en tus ojos y contemplar en su cielo la estrella de nuestro destino.
Anhelo tu presencia, como los sueños de un niño, para extasiarme con tu bello rostro cincelado, tomarlo  entre mis manos y cubrirlo de mil caricias. Me urge tu presencia, porque mis brazos te necesitan para envolver tu  figura, para que los tuyos me den refugio, y mis labios anhelantes de pasión quieren recorrer tus contornos, haciendo vibrar las delicadas cuerdas  de tu sensualidad hasta el límite y entregarnos hasta el paroxismo.
Tus miradas, tus roces, tus abrazos, tus palabras cuando me confesaste tu amor, fueron flechas, disparos directos al corazón.

Con esa sensibilidad, cómo no  iba a claudicar en un amor ya presente si las palabras y todo fueron caricias, me sentí de hecho tu dueño, y caí en tu ser divino, seductor, me hiciste soñar, palpar sentimientos nuevos, anhelar el mundo, imaginarme en tus brazos, cerrando los ojos, arrullado por tus sensuales palabras, sintiendo llover tu boca en la mía”.

__Se puso ropa de calle, remera, jean sin el cuello clerical, esperando el crepúsculo, con sigilo escapó entre las sombras, y tomó un coche a cuadras de la iglesia, sintiendo las latidos desbocados cuando llegó al edificio, cuando Guillermo bajó a recibirlo, cuando en el ascensor los cuerpos se estrecharon,  los besos llegaron con ansias, sin testigos, agonizando dejando el aire del respirar en ellos, para cuando las puertas se abrieron, entrando al fin en el departamento, colgó la mochila en el perchero, olió el aroma exquisito que llegaba desde la cocina. Lo recorrió con la mirada, se lo grabó a fuego, como siempre, como cada vez desde aquella primera,  hoy en  una mesa, en choques de vasos y miradas furtivas, entre roces de dedos enlazados.

…¡Riquísimo! __ le dije al probar la pasta, Guille le sonrió seductor, incrédulo de tenerlo allí, en remera, frente a él, en un departamento, en una mesa, juntos una noche al fin.

… Guille, quizá debiéramos vernos menos en la iglesia, mantener la distancia, para evitar que alguien repare en la confianza que hoy es difícil de disimular, por momentos creo que todos lo intuyen más que nadie, Matías, me mira con esos ojos fríos, claros, clavados en reproches__ dijo evadiendo la mirada.

… Lo imagino cielito,  cuando mañana regresen los sacerdotes, ¿ya no vendrás al departamento?__ lo preguntó con pesar.

… Intentaré, pero los tiempos serán menos libres, Guille, debo pedir la dispensa, no soporto la culpa, no puedo dar misa, menos confesar, soy el peor, así lo siento.

Puedo salir, nadie controla mis entradas y salidas, siempre fui un sacerdote concienzudo, confiable, responsable, y es lo que más me duele, traicionarlos.

… Pedro, precioso, déjame pensar un poco en el modo, soy abogado, estoy dándole vueltas al tema de la dispensa, por otro lado llevamos muy poco tiempo juntos, no quiero que des el paso definitivo hacia el afuera, y que mañana me odies por eso__ le dijo besándole los nudillos, enterrando la mirada, sucumbiendo a la miel de los ojos.

… Eso no va a suceder, quiero amarte, que  me ames en libertad __ le susurró.

… ¿Te sentiste bien luego de hacer el amor?

… Sí, ya lo había vivido en sueños. ¿Viste a tu esposa?

… No quiero verla, le pedí a mi socia  que inicie la demanda de divorcio, hablaré con mi hijo, debo resolver mi vida antes que pedirte que  inicies el camino de regreso, mi socia recordó la película Camila, la de la mujer que huyó con Ladislao en la época de Rosas, mal momento, pero aunque  haya pasado tanto tiempo, no evolucionó demasiado desde 1847 tu Iglesia, tu religión, al menos el amor entre pares es meritorio más o menos de lo mismo.

“La película Camila está basada en hechos históricos. Camila O ‘Gorman y Ladislao Gutiérrez fueron personajes reales. Su historia se desarrolla durante el mandato del gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas (1829-1852). La intolerancia de este dictador se evoca en la película. María Luisa Bemberg nos presenta esta historia desde una perspectiva feminista. Camila es una protagonista que se rebela contra el poder patriarcal y político al expresar sus pensamientos y huir con Ladislao”.

… ¿Pedro?...”Pensé en decirle lo que hablara con Beto, no pude, no quise, al menos no esa noche”.

“Terminamos de cenar como un matrimonio, colocamos la vajilla en la lavadora, bailamos, y bebimos suspiros y sorbos de vino, de whisky de la boca en besos.

No era la primera vez, sin embargo estaba tenso como entonces, pero Guille me habló de todo, de Fabián , del estudio, de sus días, de sus miedos, de sus fobias, y mis manos frías empapadas en sudor de pronto ya no lo estaban, cuando lo sentí detrás de mí oliendo mi pelo, besándome la coronilla, me encantaba con los susurros en el oído, las cosquillas cálidas de aliento, las fuertes manos acariciando los hombros, escurriéndose por mis brazos, provocándome cosquilleos agradables. Sabía que intentaba relajarme, a la vez descubrir zonas erógenas, que yo mismo las detectara. Inclinó la cabeza hasta rozarme el cuello con los labios, era una verdadera promesa sensual, perseveró en ese punto, en busca exquisita del milímetro más sensible, y me pegué a él por reflejo. Cuando las manos se deslizaron por el cuerpo, centímetro a centímetro, cada vez descubría nuevas zonas, nuevas respuestas que en la urgencia de la primera vez pasaron de largo. Me arqueé de puro placer, sabía que estaba recabando información, los puntos más vulnerables de mi ser, y mis cúspides en un momento quedaron entre sus dedos, de modo que comenzó la caricia suave, delicada con los pulgares, las endureció, crecieron al rodar entre dedos, hasta que me volvió para enfrentarme, mientras las manos siguieron dibujando mis contornos, aprendiéndome sobre la ropa, y sentí su atenta mirada, deteniéndose en cada línea, mientras los susurros de los te amo llegaban como ecos.

Hechizado para siempre por cómo sondeaba esa mirada exquisita, clavé la mirada en los ojos oscuros, ya no intenté evadirme descendiéndola, el rubor que tiñó las mejillas creí que estaba difuminándose, cuando enterró los dedos en el pelo mientras los finos labios se apoderaron de mi boca, buscando al ángulo exacto para acoplar los labios que resbalaban, para saborearnos mejor, de forma que acabé consumido en llamas cuando lamió desde las comisuras, regresando a posar lluvia de besos en la nariz, en la frente, en las orejas, en el pelo para que me relajara, a la vez que de la mano íbamos al dormitorio.

 Deseaba pedirle que me amara a oscuras, pero no pude hablar y encendió las lámparas de noche, mientras la luna se colaba en regueros por el ventanal tiñendo la piel.

 Con la música que llegaba flotando desde el living, jadeé cuando me quitó la remera por sobre la cabeza, y me atreví a llevar mis manos a desabotonarle la camisa, tímidamente a recorrer su pecho, sus brazos, enroscando el vello erizado escaso, sacándole sonrisas de cosquillas, hasta que pude aventurar mis labios a sus cumbres, succionándolo como si fuese el maestro, hasta hacerlo gemir por mí, por primera vez. Las prisas de nuevo entorpecían los movimientos, al fin terminamos en apasionados ardientes besos, pegados piel a piel, garabateando renglones de la piel, tatuando en el alma los nombres, llegando más allá del placer mundano. Las letras, las notas, los garabatos se deslizaron húmedos en la penumbra  envolvente de la entrega, trazando líneas, y en cada una un sentimiento que a la vez estremecía las fibras, los sentidos y erizaba el ser. Cada letra delineada con magistral delicadeza recorriendo todo mi cuerpo me hacía estremecer, como tinta o pintura prohibida que incitaba los sentidos provocando el placer.
Despacio…, lentamente… Olvidadas las normas sólo quisimos sentir, penetrando el ser a las palabras de amor, mezclándose con la sangre,  para luego  beber las letras y saborearlas como miel”.

… Pedrito, si continuamos con esta relación, llegarás a algo mucho más lejano que lo que conociste con Dios.

… Te estoy dejando acercar de un modo que trasciende todo plano físico, y no me falta el pánico, sé el riesgo que estamos corriendo, el camino que queda por recorrer. Me llevas por lugares ignotos que son auténticos secretos, unos quedan cerca y otros remotos, todos van a un sitio concreto.

Me ilusionas, me transportas a tu nuevo mundo, siempre con algo bello aportas, con tu imaginación casi a diario. Soy viajero de tus fantasías,
¡Evidentemente me atrapa la curiosidad! Entre tu fogosidad y la mía, sacas partido a mi sensualidad. Tienes el don de la creatividad, de la experiencia, me invitas a tus profundas entrañas, entro en esa recóndita oscuridad, con tus templadas aguas me bañas. Mi cuerpo vibra constantemente, soy prisionero  de ti, me haces succionar  tu fuente…  lentamente con una absoluta discreción.
Me ahogas en tu beodo mar  con la blanca espuma de tus olas, me das tu pura sal para probar la que sale limpia de tu  puerta.
Sabes llevarme  más allá, envolviéndome entre tanta lujuria. Tu  esencia caerá en mi boca, paseará mi sangre,  haciendo patente su furia.
Saciado y extinguida mi curiosidad, le diste cause a mi maduración, encendiste la luz de mi sexualidad.


__Guillermo me abrazó contra su pecho, con paciencia infinita, me permitió explorarlo por entero, sopesando cada sitio, me entrelazó los dedos, y susurraba su amor, mientras se iba apoderando milímetro a milímetro de la confianza de mi cuerpo, las manos seguían húmedas, pero cálidas, flojas. Me fue acariciando, la cuerva del cuello, con las terminales de los dedos, la piel de los brazos, el vientre evasivo, hasta redimir la tensión, y callados nos fuimos investigando, redescubriendo, hasta que de un salto en el vacío, de pronto tomé en mis labios el pezón desprevenido, riendo, jugando, y me sorprendió la descarga que provoqué, como si el agua hubiera inundado un cable, el rubor me ganó, pero Guille, me aferró la cabeza, como diciéndome que estaba todo bien, sin embargo el calor abrasante estremeció hasta el cuero cabelludo.
Le tomé la mano, la cubrí de besitos huérfanos, primero el metacarpo, las largos dedos clarividentes de mis espacios, la uñas, el jeroglífico del destino en las palmas, mientras que no supe cuándo mis manos jugaban de nuevo en su pecho, ancho, fuerte, acariciando el vello escaso, casi deseándolo arrancarlo de raíz, y él pareció consentir.
 Guille buscó mis manos con las suyas, las fue guiando por su cuerpo, fue mi guía en sus recorridos, carreteras, y planicies, con fuerza invisible pero definida me llevó a explorarlo, hasta que sentí el ardiente soplo del animal en carne viva, ansioso, enarbolado, y no retiré la mano, tampoco la dejé inerte donde la condujo, empecé a investigar con el tacto lo que mi lengua descubrió antes, su tamaño, su fuerza, el vástago, la extensión de sus alas, haciéndolo mío curioso, con caricias reverentes que terminaran con su soledad, en escrutinio mortal, Guille gimió retorciéndose, y supimos entonces que amaríamos con poderes compartidos, éramos de armas tomar por igual, así lo estaba demostrando aquella primera vez en que le hice el amor. Usé la lengua, y a cada lametón Guille gemía, simplemente se dejó cabalgar, cabalgó en mi boca, pero en su imaginación subió a su caballo,  se fue del planeta, a un plano diferente, me sentí feliz, sabiendo que mi amor, le cacheteaba la cara como el viento al jinete, despertándolo de golpe del adormecimiento, casi símil de la muerte, aferrado a mi cabeza, supe que relinchaba, y que de súbito ya estaba clavado en dos patas con la cara al aire, recibiendo el todo, sujetándome la cabeza pegada, seguí lamiendo, mordisqueando, succionando hasta que se tensó, se dilató y el corazón saltaba en el pecho, como en el del jinete, que al fin se clavó, derramando los frutos y el amor en mi ser, la esencia en mi boca, en mi sangre, en cada átomo de mi ser, y para cuando las bocas se encontraron, nos rendimos gimiendo, consumiendo en el beso el aire, olvidando el respirar, acariciándonos por todas partes, rodando una y mil veces, con los cuerpos enmadejados, las extremidades  sacudiéndose, entablamos una sensual lucha donde los cuerpos se deslizaban, se frotaban, se incrustaban, se modelaban en arcilla, encajaban engranajes piel a piel, uno intentando entrar, el otro retrasando el momento, y cuando al fin me dejó ingresar, el mundo dejó de girar, sintiendo él la larga y lenta embestida que me sorprendió también, me aferré a sus caderas, alternativamente subí a los hombros, clavándole las uñas, me hundí en el  cálido mar tortuoso que no me plantó resistencia, se relajó para que navegara a mi antojo, para que me hundiera hasta la profundidad más oscura.
Mantuvimos el ritmo en el beso, comencé a imitarlo en el movimiento en el húmedo y estrecho habitáculo, con la mayor delicadeza de la que fui capaz, como él la primera vez en mí, atento a cada jadeo, a cada grito, y gruñido, a cada envite a fin de encontrar el ritmo perfecto, hasta que satisfecho al saber que era el que llevaba, ronroneé de satisfacción. Le clavé los dedos en la espalda, le elevé las caderas, su musculoso cuerpo y el mío, mágicamente eran uno en el movimiento, en el vaivén sublime, debatiéndonos en la insistencia de cabalgar de prisa, más rápido, con más fuerza, abandonando así la lentitud controlada del inicio, y aplastándolo en el debate, impuse el ritmo en campo abierto, moviéndome incasable hasta sitios nuevos creados, en cadencias deliciosas, tiernas, sensuales, a la vez demandantes, subiendo hasta lo más alto de la cima, de la montaña mayor juntos, acelerando más y más, pendiente uno del otro, de las respuestas, de dar más que de recibir, haciendo de la entrega un verdadero acto de amor,  acto de amor de los cuerpos fue la comunicación en sí misma, ensamblada a la de almas, a la de palabras, al estallar en el nirvana, sintiéndonos uno con mi Dios.

…Mientras te piense, mi sentir despertaré, soñaré tus deseos, y  desataré las alas de la pasión.
A la orilla del mar despacio caminaré, dejando huellas de mis pasos desafiando al olvido, tus labios recordaré, sentirás mis besos aunque ya no estés conmigo.

… Guille, no hables así, tenemos toda la noche aún __ murmuré atolondrado de amor.

…Los sentimientos marcarán mi caminar, así me encontrarás al regresar, dejaré a mi paso el murmullo de los besos,  y sonará la brisa con la melodía de los anhelos.
Suave como la ola llega a la orilla, sentirás las caricias, casi imperceptible se escuchará un llanto, esa es mi alma que te estará extrañando y aunque no quieras yo seré, por siempre…tu amor eterno.

Lunes, 13 de setiembre de 2016.

“Pasé el domingo recordando la noche de amor, escribiendo febrilmente en el diario. Creo que sospechan que algo no anda bien no sólo a nivel físico, sino espiritual.

Amanecí el lunes con fiebre, dije que era gripe, pocos me creyeron, justo regresaron del retiro. Sé que se corren rumores, que están preocupados. Escuché al padre Manuel decir que nunca me vio en este estado, y no puedo mentir que no sea lo cierto, al fin mientras escribía en el diario en la celda, vino a verme, apenas cerré y guarde el cuaderno bajo la ropa de cama”.

…¿Algo nuevo que pueda leer, Pedro? __ preguntó con dulzura, y se sentó en la única silla que tenía en la habitación.

… No todavía __ respondió Pedro mientras escondía el cuaderno__. Últimamente no he tenido demasiado tiempo para escribir. __ Miró a Manuel con expresión de disculpas, por razones que pensó su superior desconocía___. Siento haber tenido que quedarme en cama, además hace calor.

…Me tienes preocupado, hijo __ dijo el sacerdote mayor.

… No es nada, todos los seminaristas ante el cambio de estación estuvieron igual en su ausencia.

Sin embargo el sacerdote sabe que no es la verdad, nadie había enfermado en esos días.

… Pedro, te conozco desde que llegaste, sé tu historia, te encariñaste con Dios desde niño, justamente por eso te pregunto pese a los cinco años que  estuviste convencido, ¿te asaltaron las dudas?

 A cualquiera le ocurre tarde o temprano, pero para ello estamos los mayores, para confesar, aconsejar, tienes los retiros, incluso alguien que lleva tanto tiempo como tú en la iglesia, no está libre de las tentaciones del afuera, sales a trabajar, antes fuiste a la Universidad, tal vez lamentas haber renunciado a un mundo que desconoces, que creíste amenazante o feo en tu infancia, incluso adverso. ___ No temas hablar.

…Estoy bien, padre __ mintió por primera vez al padre Manuel se detestó por ello. La situación se estaba volviendo insostenible. Deseaba gritar que estaba enamorado de Guillermo, que tenía que irse, que debían dispensarlo.

…Pedro, no eres ya un seminarista que pueda echar un último vistazo al mundo, pronunciaste tus votos convencido, pero aun así, no temas a una confesión __ dijo.

__Pedro supo  que era la oportunidad, sabía que estaba usando y abusando de su libertad en el mundo, amando en departamentos prestados a un hombre. Si se marchara expulsado, si dijera la verdad aunque lo enjuiciaran y abucharan podría amarlo libremente, hasta donde le permitiera el seguir siendo siempre sacerdote, pero no pudo decirlo, no así, no a él, no aún.

… Me gusta vivir acá __ temió el traslado y había sido la verdad meses atrás por años.

“Fue cierto hasta ahora que amo a Guille más que a la iglesia, pero aún debo decidir la manera de solicitar la dispensa, el momento, sé que debo dejar la iglesia, no me logro plantear el cómo hoy, la relación fue vertiginosa, sé que mereceré para todos el infierno, si dijera esta verdad, no me perdonará ni siquiera Jorge quizá, no sé qué motivo valedero, indudable, pero menor, pueda poner en la solicitud, si miento igualmente siempre sentiré el peso de la culpa, ni siquiera sé si ello me permitirá ser feliz junto a Guille, él aún está casado, no habló con su hijo, puedo esperar, un mes, un mes será el plazo, para ver el detalle, algo que me permita salir de acá”.

“Pasamos la semana viéndonos en el confesionario, en el huerto, haciendo planes pero también hablando de lo culpable que me siento por lo que estoy haciendo, por dejar el sacerdocio, su ejercicio. Guille no me presiona, no quiere que lo lamente y lo odie luego. Lo reflexionaré un mes más, sé que debo dejar la iglesia, pero aún no sé, no estoy seguro de poder lograrlo, no soy tan fuerte como creen para soportar el juicio de todos, el de Dios. Y no conozco otra vida que no sea acá dentro, esporádicas horas en el mundo, dos citas en un departamento, sólo Guille allí afuera, mis padres, no saben que esto se consumó, no sé qué dirán de mi amor por un hombre, de la condena de la iglesia que los lamerá sin remedio, el escándalo se extenderá como reguero de pólvora”.

Viernes, 17 de setiembre de 2016.

“Nos encontramos en los Bosques de Palermo, fui a dejar unas cartas en el correo, nos sentamos a tomar un helado, perdidos entre la gente”.

… Guille, el padre Manuel creo que me lee, que lo intuye, que lo imagina, no sé __ dije espontáneo. ¿Crees que alguien pudo vernos paseando por acá? __ pregunté.

… No lo creo amor, hemos sido cuidadosos.

___Guillermo lo dijo con sinceridad, sin embargo la imagen de Juan apareció en las retinas, las palabras de Beto en la mente, el terror en la mirada que intentó esquivar a Pedro.

Ninguno de los dos sabía, que una nota se había deslizado en el despacho del padre Manuel, anónima, pero desde las manos de Matías, al tiempo que un correo había sido enviado por el Dr. Juan Arismendi, que el sacerdote, esperaba ver llegar ese día a Pedro, debatiéndose en los tiempos para actuar a o comunicar al Obispo, de hecho los rumores corrían, el sacerdote salía con demasiada frecuencia, llegaba más tarde de lo que su cátedra justificaba…, evadía los sacramentos, como si evitara el Ministerio, de hecho Pedro…, no era el mismo de meses atrás.

CONTINUARÁ.

HECHOS Y PERSONAJES SON FICTICIOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.

LENGUAJE ADULTO. ESCENAS EXPLÍCITAS.