AMOR ETERNO. CAPÍTULO QUINTO.

 

AMOR ETERNO. CAPÍTULO CINCO.

Inglaterra,  alrededor del año 1800.

… Peter, te amo, te amo por lo que sos, por la mezcla de cosas que forman tu ser, por  tus pensamientos y las palabras que en ellos se generan, te amo en esta edad y en lo bello que serás cuando seamos ancianos, amo cada parte de tu cuerpo y te entrego el mío, porque mi corazón ya está con el tuyo y mi alma te pertenece.

Te amo, y perdón si tardé tanto en decirlo.

.. No importa, lo dijiste y es lo único que importa.

___Spencer lo depositó con delicadeza en la cama, en sábanas de lino, quedándose de pie, dejando en el respaldo de la silla el abrigo con el que cubriera a Peter en el viaje. Y como sumergido en él a través de la mirada, automáticamente fue desprendiéndose la chaqueta, dejando que olvidada la prenda cayera en una pieza, mientras Peter no apartaba los ojos del torso que imaginó pero aún no había visto. Y fue siguiendo los diestros dedos en su recorrido desprendiendo los botones de la camisa, hasta que ésta se abrió y la visión le hizo lanzar un gemido que tarde intentó ahogar en la garganta.

Spencer se quitó las botas, y sin apartar la mirada, haciendo que oleadas abrasadoras recorrieran a Peter y que todas sus terminales nerviosas dispararan señales eléctricas hacia él, fue a quitar las de Peter, y luego se apartó.

Recién entonces éste vio que había preparado en un rincón unos cestos con comida y vinos, y se acercó con dos copas ofreciéndole una.

… Ya estoy borracho de ti, amor.

… Un sorbito, para brindar, por  el inicio del resto de nuestra vida juntos y porque Dios si existe nos entienda y nos acompañe.

… Lo hará mi amor, lo hará porque este encuentro fue programado por ÉL.

___ Urgidos por un deseo salvaje que les hacía arder la piel, apuraron el brindis y vaciaron las copas, que Spencer dejó en la mesa, y en el camino Peter enloqueció cuando en forma deliciosamente lenta, fulgurándolo con la mirada, Spencer se desabotonó y bajó el pantalón, dejando al descubierto lo que Peter había tantas veces percibido como  la materialización de su deseo, en acero pétreo gigante que lo hizo gemir, mientras parpadeó por la visión.

Estaba inmóvil, paralizado, expectante y ansioso.

…. ¿Me creerías un tonto si te digo que estoy nervioso?
… Tonto serías si no lo estuvieras, porque yo siento que el pánico me recorre.

___ A Peter se le nublaron los ojos, cuando Spencer se tumbó a su lado, tomó el rostro entre sus manos y lo acarició con su cálido aliento a milímetros de rozar los labios.

… No voy a lastimarte. No temas, precioso, pero creo que puede doler.

… Sólo quiero que me ames, nada de lo demás importa.

___Spencer se zambulló abarcando los labios, amoldó la boca, se ahogó en el aliento, mezcló las salivas, lo penetró con la lengua hasta la garganta, mientras Peter imitó la caricia, y lo saboreó sin pudor, ahogándose en el mismo abismo, mientras las oleadas de placer los estremecieron a los dos. Los labios ya no pudieron volver a separarse, y Peter con desesperación, gimiendo, sintiendo el corazón bombeando en todo su cuerpo, reverberando hasta en la yemas de los dedos, sin aire, más que el aliento ajeno, con su esbeltos dedos deslizó la camisa que Spencer había dejado abierta y la hizo caer, dejando la visión de los fuertes hombros y lanzando una ruidosa exclamación.

Spencer quiso comenzar a quitarle la ropa pero tuvo que detenerse, mientras Peter ahogó su gemido de asombro, cuando abandonó la boca para descender la lengua por su garganta, paseándola hacia los hombros,  para terminar mordisqueándole el lóbulo de la oreja y posando los gruesos labios debajo.

Spencer en un arrebato de pulsante deseo, con el cuerpo agarrotado y desesperado por la provocación, le tomó los bordes de la camisa y sin tiempo para desabotonarla la arrancó de un tirón, ante el asombro de Peter que quedó encandilado por las llamaradas que los ojos azabaches lanzaron para recorrerlo con una avidez nunca conocida por ninguno de los dos.

Los labios de Peter se curvaron en una sonrisa y los hoyuelos se marcaron en las mejillas, actuando como detonantes del impulso irrefrenable de Spencer, que ahuecó sus palmas encendidas sobre el pecho de Peter, que se arqueó ante el contacto abrasador, y creyó morir en el momento en que los labios fascinantes de Spencer descendieron por su cuello, recorriendo los brazos, succionando cada dedo, regresando a los hombros, mordisqueando, tomando y exigiéndolo todo, sin tapujos ni reparos y Peter se lo dio, lo que quisiera tomar se lo ofreció, y se arqueó voluntariamente ofreciéndole las cumbres vírgenes que Spencer tomó mirándolo, primero entre sus dedos, estudiando cada movimiento, para luego inclinar el rostro y aprisionarlas entre los labios, y para cuando los dientes las empinaron y comenzó la succión Peter, estuvo al borde del desmayo, el aire se le escapó en un grito, y lo único que atinó a hacer fue aferrar la cabeza de Spencer y presionarla contra su pecho para que se perdiera y continuara allí.

De pronto Spencer buscó la mirada, y los ojos negros vagaron acariciando el perfil de Peter. Como no creyéndolo real, y recorrió su perfil, sus ojos, su barbilla, su nariz, su pelo, su esbelto cuello, hasta al parecer convencerse de que estaba a su merced, al fin, desnudo bajo su cuerpo, amoldado pieza a pieza, piel  absorbiendo piel, muslo con muslo, vientre a vientre, con las virilidades latiendo una contra la otra , hambrientos de deseo, olvidados de respirar,  porque hasta el aire o el propio latido del corazón ya carecía de interés y de importancia ante lo que estaba por suceder.

… Spencer, te he estado buscando desde hace siglos.

…. Y yo amorcito.

___ Y un tobogán de expectativas lo impulsó, uno hacia el otro, a dar y recibir, a reclamar y a tomar, seguros de que todo lo concederían, fuera lo que fuese.

De pronto Peter se animó a llevar los trémulos dedos a las cúspides oscuras de los pezones de Spencer, y las veneró pausadamente mientras éste se tensó.

… Suéltate, estamos aprendiendo juntos dijiste. Lo has hecho con mujeres, pero con hombres también es tu primera vez. Mi inexperiencia es la tuya también.

… Tienes razón, pero tengo más y más edad.

__Spencer lo siguió cautivando con los labios, torturando con los dientes, suavizando con la lengua que escaldaba y a la vez reclamó la ajena, mientras se perdieron en el mismo aliento y las manos en espejo descendieron por los costados, dibujaron los músculos junto a la columna, ascendieron por delante y regresaron a los pezones.

… Enloquezco con tu sabor, me embriago en tu aroma, me has seducido desde el primer instante vos a mí, caí en tu red, para siempre, Peter.

___Luego, aspiraron aire y las bocas acometieron mutuamente sin reparos, sedientos, hambrientos, en la boca, en la piel, y más allá. Se contorsionaron sin dejar de estar amoldados buscando liberar la tensión que los dominó, disparada en cada fibra nerviosa de cada ser.

Los ojos se fueron enturbiando en la visión de la desnudez ansiada. Los pezones ya atendidos lucieron excitantes, exquisitos,  encumbrados y seductores.

Los cuerpos se fundieron en uno, se incrustaron, se derritieron en la ola de calor que los rodeó y abrasó. Piel contra piel, pieza contra pieza, y liberaron los demonios largamente contenidos para que saciaran su hambre y su sed en el otro y por el otro.

Si existía el cielo, Peter lo conoció cuando Spencer adoró de nuevo los pezones con su boca, mordisqueando,  estirándolos, haciéndolos girar entre los dedos, degustándolos, mientras las manos descendieron hasta las caderas cerca del santuario que deseaba habitar.

 Los labios y la lengua trazaron el camino por el vientre, dibujaron el ombligo, recorrieron la planicie hasta las caderas y regresaron rozando el vello púbico para descender a succionar los dedos de los pies, lamió los surcos y las plantas, el empeine y las piernas, y  ascendió a la escaldada y tierna piel de la cara interna de los muslos.

Y finalmente alcanzó su objetivo, entreabriéndole las piernas llegó.

 Spencer lo saboreó, sin tapujos…. lo bebió, lo degustó, recorrió su miembro acerado con la lengua y lo abarcó, con los labios cubriendo los dientes, y sin ellos después, y se ahogó en la garganta y Peter creyó morir, porque sintió lo que antes vestido, pero ahora fue mayor, más desde adentro, más intenso, más desesperante, y se contorsionó, se onduló, gritó, gimió el nombre de Spencer, y lo llamó en susurros con respiración errática después, se ahogó en la garganta y Peter creyó morir envuelto en una nube desconocida de pasión, de deseo, de excitación y más, sintiendo la boca que lo torturó… pero con sus manos resbaló al acero duro y pujante que sintió contra su vientre, contra sus muslos, y se fue, lejos muy lejos de este mundo, de la razón, de la mente, de lo real.

___Spencer entendió lo que deseaba,  igualmente  tendrían una vida para hacerlo de otra forma y de todas, uno al frente, el otro recibiendo, pero ahora le apremió la necesidad urgente de ingresar al interior de Peter por primera vez, de perderse en su interior, de quedar atrapado y comprimido allí, y habiendo saboreado su fruto apenas, llevó las manos a amoldar los glúteos mirándolo.

Y rodaron sin despegarse, y volvieron a devorarse en la boca, pero Spencer,  le susurró.

.. Puede doler, ¿lo sabes? Va a doler.

… No me importa.

… Voy a prepararte más.

___ Peter aspiró una bocanada de aire, y sintió un dedo hurgando en su acceso, ingresando y ensanchándolo y gimió por la intrusión, ahora apenas dolorosa y quiso más, se arqueó, lo buscó, lo invitó, y dos dedos lo recorrieron, en profundidad, en círculos, ampliándolo, disfrutando el abrazo húmedo y caliente mientras las miradas estaban allí, esperando.

… Te deseo, mi amor, no importa que duela, te deseo en mi interior.

___ Y Spencer no titubeó, porque ya no pudo hacerlo, retiró los dedos aferrándolo de las caderas y en un movimiento lo penetró hasta la total profundidad, ahogando el grito en la boca y deteniéndose, esperando, dilatándolo, aquietándolo, hasta que Peter se arqueó y lo invitó a moverse estableciendo un sincopado él que lo llevó a embestir siguiendo el ritmo que su amante quiso e impuso, al tiempo que se  iban del mundo conocido, que subían al infinito, que una marea de placer desconocido por siglos los comenzó a elevar, y a arrastrar, sin destino, sin rumbo, y no les importó.

Sabiendo del peligro de  precipitarse en cascada libre, en una catarata a un abismo sin fin, decidieron continuar, y los cuerpos refulgieron en llamaradas, las velas se apagaron, el sol le dijo a la luna que no era necesaria, que había luz en la tierra, de procedencia desconocida para ellos, que se ocultaran, y asustados lo hicieron, mientras que con la última embestida, el aire se les terminó, con las lenguas asfixiándolos antes de morir, y estallaron en el choque contra el  todo y la nada, se derritieron, se fundieron uno en el otro, y fueron sustancia del ser, ya no existió la materia, solamente energía y luz, mientras gritaron agónicamente a Dios su Amor, y se inundaron en fluidos por dentro y por fuera, se desplomaron en un montículo de huesos y carne, rodeado de la luz, de la misma energía que  supieron que luego los devolvería al mundo de las formas, al mundo real.

___ Luego de un tiempo no medible, recuperaron el ritmo del corazón y volvieron a respirar, pero nada fue igual. Se apoderaron nuevamente de las bocas, luego sonrieron y un escalofrío de satisfacción y pertenencia mutua, de poderío recién nacido los invadió.

… ¿Estás bien?
… Tuyo.

… Mío, sí, para siempre. Nunca me sentí tan pleno.

… Ahora quiero que seas mío.

… Repetir, ¿ya?

…  Quiero que te rindas tú, y luego de otras maneras ¿porque hay más verdad?

… Mi hombrecito, ansioso, siempre habrá más, siempre será distinto, pero tranquilo, tenemos… la eternidad... te amo… Peter…

 ___ Y ANTES QUE VOLVIERAN A HABLAR, EN LA PENUMBRA SOLAMENTE INTERRUMPIDA POR LA LUZ DE LA CHIMENEA Y DE SUS CUERPOS, SE DURMIERON ANUDADOS, ENTRELAZADOS…. AMÁNDOSE EN OTRO PLANO…

CONTINUARÁ.