ESPÉRAME. VACACIONES, PARTE TRES.

ESPÉRAME…MÁS ALLÁ DEL FINAL. VACACIONES.

Bs. As., 07 de enero de 2020.

… ¡Uau!, amor, me atacaste sin espera, como un náufrago desesperado.

… Lo estaba mi lindo esposo. Pedrito, mírame.

… ¿Qué pasa?

… Tú sabes que amo a los niños ¿verdad?

… Amor, qué dices, por supuesto que lo sé, si José Thomas y Barby son tus consentidos y yo compenso a Francesca.

… Los adoro, me  seducen, me emocionan, me enloquecen, pero tú me completas y te extraño. No son celos, sería una locura, pero en la casa vive y va demasiada gente y antes de casarnos teníamos todo el tiempo para nosotros.

.. Lo sé amor, y lo comprendo, también yo a veces tengo  deseos de raptarte y llevarte lejos de todos, pero la familia que hemos formado lo vale todo, y además siempre tenemos tiempo para nosotros, en el estudio, en el departamento anexo y en la casa, más teniendo en cuenta que Romina está con los niños, sus hermanos, mis padres, no tenemos derecho a quejarnos.

… Es verdad, pero no puedo olvidar la fascinación de esos fines de semana a solas, tus juegos, tus locuras, cuando cocinábamos juntos y nos mudábamos aquí y allá.

… Pero nos casamos, tuvimos hijos, ése era nuestro proyecto y lo logramos.

___ Ambos sintieron un nudo  en el pecho que ascendía amenazando con convertirse en lágrimas y asintieron en silencio.

… Lo sé, tú no tienes la culpa, ni yo, nadie la tiene, está todo perfecto  y te amo más

cada día.

… Bueno amor mío, celoso esposo eterno, ¿le parece que cenemos lo que Dora nos haya dejado y que comencemos a  recordar cada juego y ceremonia que imaginé en mis días de soledad mientras me recuperaba y que luego te mostrara en la casa del reencuentro?

… Con una condición, ahora hemos vivido nuestro amor en plenitud y no me alcanza con una etapa de la entrega,…

… ¿Entonces?

… Jugaremos un rato, de a una ceremonia por vez y luego me dejarás amarte o me amarás de todas las maneras y con todos los sentidos, ¿vale?

… Vale.

Amor, ¿crees que los niños  estarán bien?, nunca los hemos dejado.

… Lo estarán precioso. Están rodeados de gente que los ama, su madre, sus  hermanos, Julio Renzo y Emma, Beto, estarán bien, a lo sumo los acosaran preguntando sobre nuestro paradero, sobretodo tus seductoras imposibles.

…¿Mis?

… Nuestras.

___ Pedro se desenredó de su esposo, fue por una bata y a lavarse la cara, sonriendo por el pelo desastrosamente alborotado que le dejaran los dedos diestros de Guiie, y regresó  a la cocina mientras Guillermo hacía lo mismo.

… ¡Qué rico asado!, ¿comemos?

… Tráelo que abro los vinos. ¿Iremos a la playa en el día?

… Si lo deseas, yo alucino con entrar al mar.

… ¿Solamente por el agua y la natación?

… Por eso y por lo que puedo llegar a hacer además,…, si me dejas.

…. ¿Te dije que te amo más que a mi vida? Nunca esperé esta sorpresa, regresar a esta casa es lo más bello que has podido regalarme.

… ¡Qué ricas costillas por Dios!

… Buenísimas, parece que tienes hambre.

…  Sí, y necesito reponer energías. Amor, mañana quiero salir a andar en bicicleta y que aprendas.

… ¿Qué? Ni loco. ¿La trajiste?

… No, pero puedo alquilar. Guiie, has sanado todas tus fobias, las niñas quieren andar en ellas, y si aprendes me ahorrarás que Barby se enoje conmigo, podremos ir detrás de José, tú llevando a una y yo a otra.

… Cielito, me voy a matar en esa cosa.

… Graziani, ¿te negarás a que te enseñe?

… Lo intentaré, pero a la primera caída desistiré y no me volverás a insistir, ¿de acuerdo?

…¿Te dije que te amo?

…. ¿En verdad me sigues amando como cuando estabas acá esperando regresar?

… Muchísimo más, mucho más.

… Tome mi amor, su whisky, me esperas en el living, que lavaré la vajilla, bajaré las luces, elegiré nuestra música y te besaré hasta el amanecer,…, comenzaremos con la ceremonia del beso, recuerda, la parte más erótica y sublime del Amor.

… Te ayudo.

… Te relajas y me esperas.

___ Cuando Pedro terminó regresó tendiéndole la mano para bailar, adosados y vestidos y con su mirada dirigida a los labios finos predijo su intención de tomarlos en los suyos para llevárselos consigo, y los lamió, los condujo a sus dientes, a su boca, más allá de las fronteras, los dibujó y pinceló a gusto permitiéndole a su esposo hacer lo que quisiera en y con los suyos, olvidados de toda otra sensación o percepción interior y exterior, concentrados y dedicados a amar la boca, en la ceremonia del beso, para luego de succionarlos hasta que la sangre se alborotaba, buscar la punta de la lengua abriéndolos y acariciarse en círculos una en la otra y con la otra regodeándose, saboreándose hasta desfallecer para ir profundizando solamente concentrados en ellas, mientras inhalaban el aliento y degustaban la misma saliva, y luego se recorrieron primero uno, la garganta, las paredes, el paladar, los dientes, se mordisquearon y llegaron a la batalla final donde practicaban todo a la vez, asfixiándose y muriendo solamente en el beso mientras los cuerpos seguían ondulándose al compás de la música y las velas titilaban asombradas.

Al final solamente danzaban embebidos, saboreándose, mientra la mente vagaba a todas las formas y lugares en que habían hecho el amor,… en las playas, en el mar, en el prado, en el piso, en la casa, en  los departamentos, en la bañera, bajo la ducha, en el coche y más, sabiendo que jamás se borrarían aquellas imágenes grabadas en la piel y en el alma para siempre y desde siempre.

Cuando al fin se separaron sin aliento sonrieron embelesados.

…. ¿Te gustó?

..Mucho precioso, sabes que tu boca siempre fue mi debilidad.

… ¿Ahora como en la casa del reencuentro, me das a beber de tu boca un sorbo de whisky?

… Un sorbo solamente. Tú no bebes.

… De tu boca sí.

___ Y bebieron y sucumbieron y renovaron la ceremonia pero ahora sabiendo que no se detendrían en el beso como la última hora y las manos presurosas se colaban buscando las geografías esculpidas por ambos en ambos en años, para luego ir quitando las barreras, sin dejar el beso ni la mirada, donde el alma única titilaba y encandilaba con su luz.

Pedro se acurrucó en el pecho inhalando la mezcla del aroma de su hombre con su perfume que reconocía desde la primera vez y para siempre, embebiéndose en la fragancia que lo  enloquecía, dejando volar la imaginación a cuando estaba solo allí en la casa imaginándolo tal cual lo tenía ahora, piel contra piel, fusionadas las almas, y en el beso con las manos acariciando por doquier.

Se separaron y se miraron en un provocador escrutinio de  arriba abajo, de este a Oeste, y de cada recodo, y las miradas ardían mientras el deseo se agolpaba en la sangre que amenazaba con hacer estallar arterias, venas y corazones.

Guillermo se acercó mordiéndole y tirando suavemente el labio carnoso mientras Pedro se derretía contra su cuerpo dejando de respirar al sentir el torbellino de sensaciones en sus vísceras.

Le correspondió clavándole suavemente los dientes en el labio superior, provocándolo, mientras los sonidos de la sinfonía que comenzaran a componer al conocerse comenzaban a dominar la noche atemorizando y acallando a todos los demás.

…. ¿Vamos a la cama mi fascinante esposo?

… Vamos amor.

___ Entraron al dormitorio  sellados en el beso abriendo la puerta con los pies, disfrutando de la intimidad añorada y merecida.

La ropa de ambos quedó amontonada en el piso del living y caminaron hacia la cama adosados piel a piel, amoldados como aquel rompecabezas que compraron al amarse la primera vez y que fueron perfeccionando en los años transcurridos de Amor y de amarse.

Un destello de excitación iluminaba la noche oscura, y las miradas incandescentes quemaban.

… Vamos a hacer el amor, pero ahora sin urgencia Guiie.

___ Guillermo se quedó inmóvil mirándolo alucinado asintiendo sin palabras que ya no podía emitir.

Lo miraba fijo haciendo brillar una promesa mientras Pedro ahogaba jadeos y gemidos y los músculos de su abdomen comenzaban a tensarse. Con la respiración acelerándose ya eran incapaces de emitir palabras. Se estremecían y excitaban en la mirada.

Guillermo se acercó a la cama, retiró el edredón y se sentó en el borde invitando a Pedro que se colocó de rodillas  inclinándose hacia delante y Guillermo sin dudarlo llevó sus manos fuertes a acariciar con reverencia los glúteos, y Pedro cerró los ojos cuando introdujo los dedos bajo el bóxer para llevarlos hacia el sexo. Mientras comenzaban el paseo por delante y por detrás, el cuerpo de Pedro se preparaba para la mezcla conocida y embriagadora de impaciencia y excitación, de deseo y de expectación y gimió ante los movimientos circulares de los dedos, sin perder contacto visual en la exploración, escuchándolo gemir a Guillermo y viéndolo suspirar para atrapar un poco de  aire esquivo. De pronto se inclinó a besar sus nalgas, retirándose para beber un sorbo de agua contemplándolo con los ojos negros centrados en los marrones.

Dejando el vaso, tiró de Pedro sentándolo en su regazo, sujetándolo y el corazón se desbocó cuando reanudó las caricias. Al fin lo tumbó a su lado recostado quitándole con suavidad los mechones del rostro.

.. Quiero verte la cara todo el tiempo cielito.

Guillermo deslizó la mano apretando el sexo de Pedro en su totalidad y la sensación general percibida se le antojó que era exquisita, y se comenzaba a perder en un mar de sensaciones , intentando atraparlas con todos los sentidos, y Guillermo repetía las caricias, glúteos a un lado, al otro y adelante, masajeándolo, estimulándolo y solamente haciendo una pausa para enganchar y bajar el bóxer mientras Pedro se retorcía en su piernas deseando más, liberación, La caricias en la piel sensible eran cosquillas sensuales que viajaban a lo largo y a lo ancho de manera abrumadora, y Guillermo comenzaba nuevamente, izquierda, derecha, abajo, mirándolo, con la respiración alterada, hasta que con movimiento rápido pero suave lo dio vuelta , y de pronto Pedro lo vio acostado a su lado y detrás, le deslizó las manos entrecruzando los dedos, por encima de la cabeza, deslizándose sobre él, ingresando, ocupándolo, llenándolo, colmándolo, muy despacio mientras los gemidos se acompasaban al ritmo de los embates.

Guillermo susurraba mientras avanzaba y retrocedía, en un vaivén lento, sensual pero arrollador, saboreándolo, sintiéndolo y a su vez Pedro a él en cada milímetro del recorrido, sabiendo que quizá nunca había llevado el coche de manera tan suave por esa ruta, y no tardaron en ver el precipicio, y menos en caer gozosos a él presos de una espiral de delicioso, violento y agotador orgasmo y más, con Guillermo deslizándose dentro sosegándose, pronunciando su nombre entre jadeos moribundos, frutos de un asombro prodigioso y desesperado,…, hasta quedar en silencio, con las manos trenzadas, convulsionando agónicamente derramando el fruto maduro hasta la última gota por dentro, alrededor, y derrumbándose entre besos dulces y tiernos con un resto de aire, tendiéndose en la cama y atrapándolo en sus brazos besándole detrás de la oreja hasta fundidos en el UNO irse al mundo de los sueños sin palabras, enredados, exhaustos y amándose.

La luz entrando por todas partes, despertó el sábado a Pedro, y trató de mantenerla a raya, de esconderse, pero al fin se impuso pues no habían cerrado las persianas en la noche y el sol inundó la habitación encandilando. Esa vida amándose y en las nubes, daba una sensación de irrealidad y fantasía añorada por siglos, aislados en un castillo de a dos, alejados de la tierra.

Tras una breve pasada por el baño Pedro fue en busca de Guillermo hasta encontrarse con la mirada, y con su marido con el pelo mojado por la ducha, con pantalones blancos y remera al tono y una sensual sonrisa se extendió por el bello rostro de Pedro y Guillermo al ver los hoyuelos quedó sin habla y derritiéndose pensando que sin lugar a dudas tenía al hombre más hermoso del planeta frente a él y en él, suyo desde siempre y para siempre, y  de a poco se fue acercando hasta enmarcarle el rostro para sellar los labios y acariciarlo por encima de la barbilla.

… No quería despertarte, se te veía tan hermoso y relajado… ¿Has dormido bien?

… Muy bien, solo he venido a saludarte antes de ir a la ducha, luego desayunamos y vamos por las bicicletas.

___ Pedro lo miró embebiéndose en su esposo que se inclinó besándolo con suavidad, y ambos descarrilaron sin control. Pedro se colgó de su cuello y Guillermo enredó los dedos en el pelo sin remedio. Con los cuerpos pegados, regresaron al beso, y el ataque de Pedro tomó a Guillermo por sorpresa, pero tras un instante respondió gimiendo en la boca, y las manos desde el pelo se deslizaron por la espalda, y remarcaron el camino hasta las nalgas al tiempo que las lenguas exploraban la boca ajena, con los ojos entrecerrados encandilando.

… Parece que el descanso te ha hecho muy bien. Te sugiero que te vayas a la ducha ya o terminaremos sobre la mesa sin remedio.

Y no me culpes si perdemos las famosas clases de ciclismo.

… Ahora, en verdad, preferiría la mesa amor.

___ Sin pensarlo dos veces, con los brazos Pedro arrasó con lo que había en la mesa del estar y mientras el deseo los invadía, Guillermo lo recostaba susurrándole.

… Te has vuelto insaciable. Esto de gusta más que el ciclismo.

… Lo que me gusta eres tú.

… Desde luego, solo yo, siempre yo, y en un movimiento rápido se tumbaron sobre la mesa con la cabeza casi colgando por el borde mientras las manos bajaban el cierre del pantalón de Guillermo y presurosas lo bajaban lo necesario.

… ¿Me dejas a mí?

… No, tú  me llevarás al mar, como en la luna de miel, contra las olas hasta hacerme delirar, esto lo has provocado sin remedio.

___ En un instante Guillermo estaba dentro de Pedro sujetándolo de las caderas, penetrándolo en profundidad mientras Pedro suplicaba más y gemía, enroscándole los pies por detrás, abrazándolo de la única forma que podía, mientras Guillermo lo miraba con un brillo intenso en los ojos negros, apasionado, abrasador, ardiente, y comenzó la danza de movimientos, de movimientos de verdad, embravecidos por la mañana, encantados, gimiendo, excitados, y eran embates crudos , pasión que saciaba la del otro, mientras Pedro gozaba de la penetración profunda cada vez más allá y Guillermo se movía con facilidad, gozándolo, disfrutándolo, sintiéndolo, devorándolo, con la boca entreabierta para respirar o para buscar la ajena, y girando las caderas provocaba una sensación deliciosa en su hombre que cerrando los ojos, sintió al clímax aproximarse sin remedio. La deliciosa avalancha lenta y creciente, con empujes que aumentaban en frecuencia y profundidad, lo ascendían y ascendían en el aire y más allá y Pedro comenzaba a gritar, eran todo sensaciones, todo uno del otro y con el otro, disfrutando de cada embate, de cada llegada profunda, de cada compresión, y Guillermo tomó ritmo empujando más fuerte, más rápido y todo el cuerpo de Pedro se movía a su compás, las entrañas acelerándose, y Guillermo pidiendo verlo y sentirlo con el deseo y la tensión en sus ruegos, y lanzaron la última súplica silenciosa, ahogada, cuando se quemaron en el sol , se devastaron en el fuego derrumbándose dentro y encima para caer nuevamente a la tierra mientras Guillermo en la última embestida se había detenido de súbito para inundarlo antes de desplomarse encima y volver ambos a materializarse en la tierra jadeando.

… ¡Uau!, esto no lo esperaba. ¿Qué haces conmigo cielito precioso?

__ Guillermo le mordisqueaba los hombros y le enredaba el pelo.

.. Soy yo el hechizado.

… NO, yo. Tú eres mío.

… Tuyo.

___ Los ojos de Guillermo eran brasas, le tomó la barbilla besándolo con anhelo hasta la asfixia, para luego enderezarse y tenderle la mano con la mirada encendida , subiéndose el pantalón mientras Pedro iba a darse la ducha.

… Desayunaré contigo cuando salgas. Como de costumbre me sorprendes.

…¿En qué te he sorprendido?

… Digamos en que esto ha sido un regalito inesperado.

… Nos proponemos complacernos, ¿no?

… Vamos, ve a la ducha de una vez así comemos algo, que se enfría el café.

___ Desayunaron entre arrumacos, besos y cosquillas, y salieron por las bicicletas dedicando la mañana a que Guillermo pudiera largarse a andar sin caerse, entre protestas y súplicas al fin lograron hacer un tramo separados, habiendo logrado el objetivo deseado para ellos y para el bien de los trillizos.

Cuando luego de almorzar, decidieron bajar a la playa, ya llevaban todo para quedarse hasta ver el atardecer como cinco años atrás.

Se acomodaron sobre la arena húmeda y desde allí llamaron a Fabián.

… ¡Hola hijito!, ¿me escuchas?

… Perfecto viejo, no grites. ¿Te viene gustando el regalo de Reyes?

… ¡Che, Che, basta! ¿Cómo están nuestros niños?

… Chochos y chochas, las niñas acosando a Julio, José a Emma y jugando todos con todos embarrándose a gusto.

… Para qué habré llamado, mejor que no los estoy viendo.

… No, pero los verás, porque estoy sacando fotos de todo.

…¿Qué pasa mi amor?

… No quiero imaginar lo que aquellos les dejarán hacer a los niños no estando nosotros.

… Ven, vamos al mar, que si las olas me acompañan,  haré que no puedas imaginar nada más en el mundo, que no sea cómo seguir respirando, vamos amor, que ahora me toca a mí, como en la luna de miel, te haré el amor aferrándote, con la ayuda de la fuerza del mar.

…¡Uau!, vamos precioso, que los niños están muy bien.

… Guiie...

… ¿Mmmmm?

….Mira que al regresar a la casa luego de ver el atardecer practicaremos la ceremonia de las caricias, sin más.

… ¿La de la venda y acariciar milímetro a milímetro?
… Sí, ésa, pero luego la continuaremos, y mañana…

… ¿Qué pasa mañana?

… Antes de regresar, luego de la comunión íntima como en la luna de miel,  nos quemaremos uno al otro sin contacto.

…! NO!

.. Sí, como la última vez acá, como cuando Dios me lo dio como señal del encuentro con Romina… Y volverá a suceder…

Continuará.