miércoles, 11 de marzo de 2015

EL VIAJE. CAPÍTULO 44.












 




EL VIAJE...CAPÍTULO 44…




Bs. As., fines de marzo de 2015.




Pedro no tenía idea de si podía hacerle el amor a Guillermo,  el médico le había dicho que sería posible y necesitaba desesperadamente intentarlo, esperando que tuviera razón. Si podía hacerlo su único amor era Guillermo, de lo contrario sería una gran decepción para ambos y un fracaso para él. Pero no expresó sus miedos. Tenía miedo de preocuparlo, o peor aún, de despertar su compasión.

Guillermo con toda su ternura le quitó el camisolín del hospital, estremeciéndose, porque a pesar de las suturas y de las heridas, el cuerpo de Pedro seguía siendo perfecto, hermoso como siempre y se moría por él de la misma manera. No había vergüenza ni pudor por lo distinto, habían pasado demasiadas cosas juntos. Se quitó su bata y comenzó a acariciarlo como siempre y más pero Pedro se notaba preocupado.
Los cuerpos que habían quedado destrozados y maltrechos olvidaron de pronto el dolor,  el daño y, con gran dulzura, Guillermo comenzó a besar a Pedro, primero poseyendo la boca que amaba, y luego cada vez más abajo recorriéndolo con el deseo  contenido de días y la desesperación de la pérdida. Los dos sabían que se amaban hasta el delirio, y hasta aquel momento, no habían podido visitar aquel jardín prohibido desde el día negro de la tragedia, e intentaban redescubrirlo juntos lentamente, con las dudas y los miedos de la primera vez.











A Pedro le abrumaba lo que sentía por Guillermo y éste trató de excitarlo con gran delicadeza, procurando no imponerle ningún peso, solo lo justo, en los lugares adecuados y Pedro sintió el exquisito placer que le ofrecía, pero para su disgusto el efecto deseado no tuvo lugar.
Pedro era conciente, de que, en alguna forma, lo que sentía estaba amortiguado. Y, aunque lo abrumaba el Amor y la pasión de siempre, tenía al mismo tiempo la sensación de que no tenía el control  sobre sí mismo. Había algo desconectado en su interior,  en su cerebro o en la médula espinal. A pesar de la intensidad con que deseaba hacerle el amor a Guillermo, sintió que el miedo lo paralizaba más aún.
Y mientras estaban intentándolo comenzó a saber que no iba a funcionar, y se sintió un loco, un estúpido por haberlo intentado.
Guillermo excitado y deseándolo, percibía remotamente lo que Pedro estaba sintiendo, pero lo amaba y tanto, que lo único que quería era hacerlo sentirse amado y feliz. Él también era conciente de que podía no funcionar nunca, o podía que no la primera vez. Pedro había sufrido graves traumatismos y la bala rozando la médula, la cirugía, la fijación, y era lógico pensar que necesitaría una gran paciencia para recuperar su capacidad sexual. Él no había pretendido imponerle un reto, sino darle esperanza y vida. Pero lo que veía en sus ojos no era esperanza, sino desesperación, porque los esfuerzos por consumar su pasión y su deseo no habían dado fruto.


… No pasa nada amor mío… no pasa nada… dale tiempo.
… Hazlo tú, hazme el amor y libérate, sé feliz tú aunque yo no sienta nada, lo seré viendo tu rostro en el éxtasis.
… NO, sería como una violación. No necesito poseerte de esa manera, o lo hacemos juntos o me basta con lo que tenemos, ya te lo dije, lo importante sos vos, solamente vos y que estás vivo.

___ Guillermo trató de abrazarlo y Pedro lo apartó. Estaba destrozado. Había fracasado y nada de lo que Guillermo dijera podía cambiar sus sentimientos. Mientras lo abrazaba, Pedro se prometió que nunca más volvería a intentarlo. A pesar de la ternura y del amor que Guillermo le demostraba, se sentía humillado, terminado, y más pesimista de lo que había estado desde aquel día. Era el peor día de su vida. Ya no era un hombre, y por nada en el mundo volvería a intentarlo, y desde luego menos con Guillermo.

… Ponte la ropa Guiie.

___ Guillermo vaciló, necesitaba y deseaba hacer lo que fuese por él. Pero vio que estaba muy deprimido, y cualquier intento de complacerlo, reconfortarlo, acariciarlo o mimarlo solo habría servido para trastornarlo más. Se metió bajo las sábanas con él y se tapó. Susurrándole con ternura.

… No pasa nada amorcito. Con el tiempo lo conseguirás. Lo conseguiremos.







___ Ambos sabían la profundidad del Amor que los unía, pero en ese momento Guillermo habría deseado más,  Amar por los dos.

.. Precioso, esto es el principio, yo hablé con el especialista, incluso mientras estabas en coma. Guillermo le besaba en la mejilla y trataba de tomarle la mano, pero Pedro la apartó. Trataba con esfuerzo de detener las lágrimas en su formación, lo único que deseaba era escapar de allí, y eso tampoco podía hacerlo.

.. No Guiie, no es el principio. Estaba furioso, no con Guillermo, consigo mismo. Es el final. Es el final de mi vida como hombre.
… ¡Basta Pedro! Esto no es el final de nada, hace cinco minutos que te balearon. El médico ha dicho que seguramente pasará algún tiempo, meses, antes que las cosas funcionen como antes.

___ Pedro no quería ponerlo en palabras, le aterraba que la impotencia fuera permanente. No era algo que pudiera borrarse con un beso. Lo único que ahora veía, era un futuro sombrío, sin sexo, y la seguridad de que nunca más funcionaría como hombre, y si Guillermo no deseaba hacerle el amor y ser feliz solo, menos chance de continuar a su lado tenía. Como a todo hombre le había sucedido alguna vez, cuando estaba demasiado agotado, estresado, o había bebido demasiado, pero esto era diferente, esta vez era orgánico, era una lesión. Y después de la tragedia ésta había sido su única oportunidad de demostrar que seguía siendo un hombre, tanto si podía caminar como si no. Lo que acababa de suceder lo cambiaba todo para él, aunque no para Guillermo… él se mostraba seguro y comprensivo. Creía que con el tiempo funcionaría. E incluso si no era así, estaba dispuesto a aceptar cualquier limitación, y a quererlo de todos modos. Para Guillermo no cambiaba nada, para Pedro lo cambiaba todo. Si no conseguía recuperar  su hombría, no deseaba formar parte de la vida de Guillermo, por tanto de nadie. Había perdido mucho aquella noche: su masculinidad, su autoestima, el respeto por sí mismo, y la esperanza de un futuro con Guillermo, los sueños planeados antes del día negro-
A Guillermo le parecería un disparate llegar a todas esas conclusiones por un intento fallido de hacer el amor. Pero los miedos de Pedro eran abrumadores. Le aterraba pensar que aquello podía significar el final del camino para ellos, aunque no significaba nada para Guillermo, para él era la muerte. Guillermo por el contrario, después de aquello, lo amaba con más devoción, y sentía una infinita ternura por el hombre que le había salvado la vida, a quien él había traído de regreso a ella.

El ánimo de Pedro decayó en picada luego de aquello y no aceptaba ayuda psicológica.
Continuaron durmiendo en la misma habitación, a veces en la misma cama, él fue inflexible y no quiso intentarlo otra vez. Ya se había arriesgado una a pasar por aquella humillación. Guillermo trataba de animarlo, pero  no deseaba forzarlo.







 De hecho procuraba no hacerlo. Se mantenía sereno, lo apoyaba y, cuando él le permitía hablar del tema, insistía que, con tiempo y paciencia, seguramente recuperaría su capacidad sexual y sus piernas. Pedro había notado demasiadas sensaciones, incluso durante el breve intento, para pensar que no recuperaría la sensibilidad. Pero se negaba a aceptar que hubiera ni siquiera una remota posibilidad para él. La puerta de su vida como hombre se había cerrado. Continuaron muy próximos y sentían el mismo amor y consuelo estando juntos, pero no intentaría hacerle el amor nunca más y si Guillermo no lo hacía para su satisfacción saldría de su vida.
Conforme más unidos afectivamente se sentían, más deprisa corría el tiempo. Los terapeutas comenzaron a trabajar con Pedro, y Guillermo tuvo que someterse a pruebas para comprobar la función cerebral y cardíaca además de la rehabilitación de la pierna y del brazo. Poco a poco avanzaban en su recuperación, y cada vez eran más concientes de que pronto llegaría el día del alta de Guillermo, con casi dos meses compartidos en la clínica, que les habían cobrado un alto precio, y casi parecían un matrimonio, excepto por la falta de sexo.
Pasaban el día en la habitación a solas fuera de los horarios de visita, Guillermo a veces hablaba al estudio para ponerse al tanto, sobretodo del tema de la mafia de niños que no  se había movido,  acompañaba a Pedro a sus estudios en silla de ruedas. Por la mañana le leía el diario porque aún no enfocaba con exactitud aunque dentro de las pérdidas la visión la estaba recuperando a velocidad. Desayunaban y compartían las comidas, y por las noches cuando la enfermera se iba Guillermo se cruzaba a dormir con su amor.
Lo único que le faltaba a aquella vida conyugal sin papeles era el sexo apasionado que siempre habían compartido desde julio de 2014, y seguía siendo un tema doloroso para Pedro. Pero, incluso sin el aspecto físico de la relación, contra todos los pronósticos, Guillermo nunca había sido tan feliz, porque habían renacido, habían regresado del mundo de las almas.

Aquel día Guillermo tenía un fuerte dolor de cabeza que le valió una tomografía, pero el médico les informó que había salido bien. Los progresos en él seguían cuidadosamente y bien. Fabián le pedía que regresara a la casa, Guillermo sabía que era necesario,  los chicos habían rendido bien y estaban cursando, Fabi se veía más adulto pero también agobiado, hasta más delgado y su padre sabía que Ana no estaba,  y el único pilar para su hijo era él o Pedro, que ya no podía serlo ni para sí mismo, pero le aterraba que le dieran el alta y tuviera que separarse de Pedro, porque no sabía cuándo volvería a verlo.

Amalia estaba en Bs. As. Y diariamente iba a verlos, su marido insistía en que Pedro debía hacer la rehabilitación en Estados Unidos, para lo cual había contactado un centro en Nueva York, también otro en Santiago. En Bs. As. habían y buenos pero hasta a Guillermo le daba esperanzas obtener la opinión de los médicos del extranjero y para Pedro irse lo más lejos posible comenzaba a ser la mejor opción, aunque torturante y aterradora.
Guillermo hablaba todos los días con Fabián si no venía, le ponía a Guillermito al teléfono a ambos y terminaban llorando casi siempre.







La responsabilidad de la casa ahora recaía enteramente sobre los hombros de Fabián, que además los fines de semana iba al Delta a supervisar la casa que estaban terminando.  Si Pedro lograba avances inesperados, rápidos, siempre quedaba la opción de que regresara y se mudaran al sitio donde tenía los aparatos para seguir rehabilitando en forma ambulatoria.
El Sonic había quedado destruido y dadas las circunstancias del accidente, el seguro le cubriría la totalidad del daño, dándole un coche igual, que Pedro lejos estaba ahora de poder manejar. El yate seguía en el puerto.

Guillermo se sentía con culpa por  dejar todo en manos de Fabián, pero hasta ahora no había tenido elección, y además  de haberla tenido, le hubiera resultado atroz separarse de Pedro, porque no podría ir y venir. Guillermo sabía que no era una opción renunciar al Amor de Pedro, aunque por su bien se trasladase a Estados Unidos, hablaba de encontrase o de  ir a verlo en unos meses, apenas se lo permitieran. Al principio pensó en ir con él hasta que le explicaron que la idea era que Pedro estuviera con gente incapacitada y conviviera con ellos, lo convencieron que estaría solo en una habitación si iba, y para cuando Pedro regresara a ella, solamente lo vería dormirse agotado.
Al fin comprendió que su presencia  sería una presión y deseaba tanto como él su recuperación. Pedro se mostraba impreciso cuando Guillermo le hablaba de ir a verlo cada tantos meses, solamente hablaba de contactos telefónicos. No podía pensar en más en aquellos momentos. Aunque iba haciendo progresos, su recuperación era mucho más lenta y la depresión le ganaba la batalla. No quería comprometerse a encontrarse con Guillermo hasta que supiera cómo evolucionaría con el programa más riguroso que los médicos encontraran. No quería ser una carga. Pero tampoco dejar de verlo. Y después de lo que habían compartido en el dolor el amor era mayor, había vencido a la muerte, sabía que sería eterno, y resultaba muy difícil imaginar que cualquiera de los dos tuviese suficiente con las llamadas telefónicas.

… No sé si es muy realista proponer que viajes a Nueva York Guiie, los médicos dicen que no terminarás de estar como antes hasta dentro de un año. Aunque no se lo dijo, Pedro había tomado una decisión hacía semanas: si al final quedaba confinado a una silla de ruedas, no sería una carga ni para Guillermo ni para nadie, regresaría a Chile y para ello había pedido a Marcial que viajara a  verlo, aprendería o moverse solo, con enfermeros, regresando a trabajar al estudio de Santiago, para lo cual deseaba que Marcial le alquilara su antiguo loft, adaptando la planta baja para monoambiente y que hablara con Martín. Y si encima no podía ser un hombre en el pleno sentido de la palabra, prefería separarse definitivamente de Guillermo aunque le dejara el corazón.
Ni Amalia conocía los planes de su hijo que pensaba primero someterse al centro de rehabilitación de Nueva York, y  luego de los primeros avances que esperaba que los hubiera, trasladarse al de Santiago hasta completar el año. Si recuperaba medianamente su estado independiente regresaría con su amor, de lo contrario, le dejaría la casa del Delta como testigo de su amor, el yate a Fabián y el auto a Guillermo, no deseaba nada más que lo que ganara en el estudio para pagar a Marcial un alquiler ya que hacía tiempo había dejado el loft para vivir con Camila, y el tratamiento lo pagaría su padre.






La cuestión del sexo seguía siendo un interrogante, si en el centro de Estados unidos no lograba ponerse en pie, recuperar su masculinidad ya no sería un problema, porque igualmente no deseaba que Guillermo fuera su enfermero por el resto de su vida. No quería imponerle sus limitaciones. Y aquellos últimos días en el hospital, además del tormento de revivir el día de la tragedia porque tuvieron que declarar, no dejó de torturarse pensando en estas dos cuestiones, si volvería a caminar y si recuperaría su hombría. No deseaba agobiar a  Guillermo con estos problemas, y éste ni siquiera sospechaba lo desesperado que estaba. Pedro procuraba mostrarse optimista y alegre, aunque a veces Guillermo lo intuía.

En una ocasión Pedro le contó al médico que había intentado hacer el amor, fracasando en forma contundente.

… No me sorprende Pedro. En realidad suena alentador que tuvieras sensaciones y deseo, para tratarse de la primera vez después de heridas y lesiones tan graves. Creo que deberías estar optimista por lo que ha pasado. Sigue siendo razonable que consigas la erección y la eyaculación a un año, el pleno orgasmo y el clímax, más con el Amor que te une a Guillermo. Has sido demasiado optimista y entusiasta antes de tiempo y ahora demasiado derrotista. Aún es muy pronto.

__ A pesar de las esperanzadoras palabras del médico, Pedro no lo creyó, siguió aferrado a su pánico, pensando que su situación era irreversible, que nunca funcionaría. Y ya estaba decidido a no volver a intentarlo en un futuro próximo, aunque Guillermo estuviera dispuesto a usar todos sus recursos creativos. Había abandonado la idea de volver a compartir una relación física con él por el momento, tal vez para siempre. Y no tenía idea de cuándo podrían volver a verse, si es que se veían

___ A pesar del martirio interior de Pedro, los días transcurrían con ellos compartiendo la habitación y más. Guillermo pensaba en qué hacer con su vida mientras se recuperaba en la casa, además de apoyar a Fabián y de cuidar a su nieto, de trabajar para el estudio desde la casa, no podía renunciar a no ver a Pedro por un año. Ellos compartían algo que nunca habían tenido antes de encontrarse, a menudo se sentían y sabían que eran dos cuerpos con un alma única. A Guillermo nada en el mundo le haría renunciar a ello.
A veces se sentía culpable, pero Pedro era para él una especie de droga, su vida dependía de ello, y no quería renunciar.
 Y una noche lo hablaron, mientras le masajeaba las piernas. Pedro le dijo que normalmente las sentía adormecidas, con hormigueos extraños, otras veces tenía algo de sensibilidad y  en las peores, fuertes dolores como si hubiera pasado horas trotando.
Gabriela le había confesado a Guillermo que en mayo sería libre, en junio a más tardar, pero Guillermo no deseaba presionar a Pedro y prefería que pensara que seguía casado y no que pronto sería libre.

Aunque eran felices juntos, en cierto momento comenzaron a manifestar cierta tensión. Guillermo tenía que someterse a un sinfín de pruebas, y si daban aceptablemente adecuadas, podría volver a casa, llevaban dos meses en el hospital.






En el centro de rehabilitación esperaban a Pedro una semana después del alta de Guillermo pues quedaban estudios por hacer, y Guillermo pidió que lo dejaran con él hasta verlo partir. El idilio estaba a punto de acabar y no era fácil para ninguno de los dos.


Bs. As.,  21 de abril de 2015.



El destino quiso que el día del cumpleaños de Guillermo, el primer día previsto para la boda, estuvieran en el hospital, en realidad Guillermo podría haber estado en la casa, pero había pedido quedarse junto a Pedro.
Festejaron con una torta liviana que trajo Gabriela en el horario de visita y por primera vez hasta Guillermito estuvo presente, más los amigos y familiares, y al verlos a todos, Pedro sintió que el alma se escapaba de su ser  e iba a Guillermo y a todos, quedándose allí, desde que pusiera un pie fuera del hospital, sería un cuerpo deshecho sin alma, que  dejaba en su gente amada con su corazón, comenzando  por Guillermo e hizo un esfuerzo sobrehumano por contener sollozos y lágrimas que se intentaban colar bajo los párpados.

Cuando todos se fueron, ninguno habló de lo que esa fecha significaba.

… Pedrito, ¿No quieres que alquile la casa del Delta hasta que regreses?
Yo por razones obvias, me quedaré en la casa con Fabián.
… No amor, déjala cerrada y esperando, cuando tengas permiso para manejar usa el coche nuevo y pon los papeles a tu nombre y  te dejaré un poder para que alquiles el loft a Matías o a quien lo quiera si se va. El yate que lo disfruten los chicos.

… ¿Seguro amorcito? ¿No deseas que Julián lo lleve a Chile y que lo cuide Marcial?
… No, deseo que todo quede acá, con la gente que más amo.

___ Guillermo lo miraba con ternura y conteniendo sollozos.

… ¿Prometes que me llamarás todos los días?, se lo preguntó una noche con tristeza profunda, abrazados en  la misma cama.
A Guillermo le harían la última tomografía cerebral al día siguiente y el último electrocardiograma, los pulmones como los de Pedro ya estaban libres y funcionando normalmente en ambos, al igual que el riñón de Pedro y la fractura de la pelvis ya se había estabilizado sin secuelas.
… Te llamaré diez veces al día si puedo y tú a mí lo sé.








___ Guillermo lo atrajo hacia sí deseando incorporarlo a su ser y temiendo su fragilidad.

.. Lo haré, me levantaré muy temprano para poder llamar antes que te vayas a dormir

__ Pero ambos comprendían  que con lo que los había unido desde el primer instante, lo ambiguo que ahora sería intentar una relación telefónica de meses, pero no podían soportar la idea de no mantener el contacto de uno con el otro, después de diez meses de amor compartido sin haberse separado ni un día...

… Guiie, dile a Fabi que te enseñe y te conecte la cámara a la computadora así podremos vernos, seguramente que yo tendré conexión en la habitación.
… Lo haré precioso.

___ Durante los dos meses compartidos en el hospital se había estrechado aún más la relación, y la idea de separarse los asustaba, los dejaba indefensos, por la mitad, incompletos, vulnerables. Más por la incertidumbre de no saber cuándo volverían a verse. El médico le había dicho a Pedro que seguramente pasaría entre seis meses a un año en centros de rehabilitación, ante lo cual Guillermo y él esperaban que fueran seis y el resto en Chile o en el mejor de los casos en Bs. As. Pero a ambos esto le parecía una sentencia a cadena perpetua.

… Tienes que darte prisa, ponerte bien cuanto antes, mientras se inclinaba sobre la cama y le besaba el pecho. Quiero que regreses y nos mudemos a la casa del Delta lo antes posible, hubiera querido casarme acá, en la clínica  antes del viaje.
… No amor, no es lo que mereces, si vamos a casarnos tiene que ser como lo habíamos planeado, al menos necesito estar de pie, aunque no pueda bailar el vals contigo.
… ¡Qué importa el baile amorcito, si ni siquiera bailo yo!
Quisiera decirte que iré, pero la responsabilidad de cuidar de los chicos, de la casa y del estudio, más que los médicos dicen que no seré el mismo por un año  o más, creo que lo harán imposible. Sé que pasará bastante tiempo antes que pueda volver a salir de Bs. As.

 Pedro no le insistía en que fuera a verlo, pero Guillermo no se daba cuenta. Se había prometido que se iría retirando poco a poco de la vida de Guillermo si no volvía a caminar. Quería saber qué le decían en Estados Unidos. No acababa de creer que tendría que pasar la vida en una silla de ruedas. Pero si era así, no cargaría a Guillermo con ello. No soportaba la idea de que llegara a compadecerse de él, a cuidarlo o a verlo de esa manera. Pero, incluso si no volvía a verlo, no soportaba no hablar por teléfono con él.
No podía imaginar cómo sería levantarse cada mañana o acostarse sin él a su lado. Le dolía pensar que estaría tan lejos que no podría vigilarlo, cuidarlo, mimarlo, verlo sonreír al entrar a la habitación. Los 10 meses compartidos habían sido los únicos felices de su vida. Habría deseado que todo fuese diferente. Deseaba muchas cosas pero temía que ningún deseo se hiciera realidad.









Los últimos días en el hospital pasaron volando. Las pruebas de Guillermo salieron todas bien, había recuperado buena parte de su energía y de sus funciones y rehabilitaría en domicilio. Estaba preparado para marcharse y todo estaba preparado pero deseaba esperar los cinco días que le quedaban a Pedro para completar los estudios.

… Mi amor, no tiene sentido que te quedes hasta último momento, será mucho peor, por favor ve a casa con Fabi un día antes de mi partida, así me haré a la idea de lo que  viene, estando aún acá. Solamente quiero despedirme de él y de Valeria cuando te vengan a buscar. Mi padre me ha contratado un avión privado, Marcial me acompañará, apenas llegar te llamaré mi vida.


Guillermo  aceptó y no deseaba que nada ni nadie los alejara en las últimas noches. En la última, el 29 de abril, la enfermera los dejó a solas, deseaban estarlo, tranquilos, juntos. Por la mañana por primera vez desde julio de 2014 sus caminos tomarían rutas diferentes.

__ Guillermo había subido a la cama de Pedro, la tristeza de ambos era palpable y se colaba hasta los huesos, estaban abrazados abandonados uno en el otro. Guillermo hubiera deseado con su vida hacerle el amor, pero no quería alterarlo, sobre todo la última noche.

… No soporto la idea de dejarte amorcito.
… Quiero que te cuides mucho mi amor, y Pedro lo abrazó con más fuerza. Que te aferres a Fabi, a Valeria y a Guillermito, a la gente del estudio con todas tus fuerzas.
… Siempre me faltarás vos, aunque  los tenga a ellos.

___ A Pedro le habían cambiado el collarín ortopédico del cuello por uno más pequeño que le permitía mover un poco la cabeza. Podía volverla hacia un lado y verlo. En aquel momento lo único que vio fue la expresión desesperada en los ojos negros. No les hacían faltas las palabras para saber lo que sentían. Y ahora tendrían que llegar más lejos aún y aprender a vivir sin verse, sin tocarse, sin sentir él las manos fuertes pero delicadas en sus hombros o masajeando sus piernas, Guillermo el brazo apoyado en su pecho al dormirse. No podían creerlo y sin embargo sabían que sería algo demasiado real desde el día siguiente, cuando Guillermo cruzara la puerta de la habitación, y más  en la mañana  en que Pedro subiera al avión rumbo a lo desconocido, a la incertidumbre, a la soledad, al vacío.
La idea de separarse a ambos le destrozaba el corazón.

.. No puedo hacerlo cielito, Guillermo susurraba tendido a su lado sollozando, mientras las lágrimas imprudentes caían libres por las mejillas de Pedro. No puedo hacerlo sin vos.
… Sí, sí puedes mi amor. Solo tienes que levantar el teléfono y estaré ahí, siempre.







Pero los dos sabían que todo sería distinto, y esa noche ninguno durmió, estuvieron tendidos abrazados, contemplando por la ventana la luna llena, o embebiéndose del otro con todos los sentidos, en silencio, hasta que la mañana del 30 de abril llegó demasiado pronto. Una enfermera entró a despertar a Guillermo y a ayudarlo a ducharse y a vestirse, pero supo que no habían dormido. Estuvieron juntos los últimos minutos, compartiendo el desayuno que ninguno probó.
Se limitaron a mirarse en profundidad, el alma, la esencia, la totalidad. Guillermo contuvo un sollozo y Pedro lo abrazó para consolarlo.

… Amor mío, todo irá bien. Te llamaré esta noche. (Pedro susurraba controlando lo imposible, el mayor dolor de su vida, mayor que los disparos, que los golpes de su padre) No llores amor mío, pareces un niño desconsolado y eres abuelo.
… En cierta forma lo soy, porque sos la única fuente de amor y consuelo de mi vida.
… No es así, tienes un hijo, un nieto, no soy lo único en tu vida Guiie.

___ Guillermo no contestó. Cuando le avisaron que había llegado Fabián a buscarlo, se separó de Pedro, ayudado por el celador fue a la ducha y luego de más de dos meses se vistió, con ropa que le quedaba grande porque había perdido peso, pero para Pedro estaba más bello que nunca y como podía lo miraba devoto.
Hubo algo de verlo así que le recordó cuando lo encontrara en junio de 2014 en Mendoza, su mirada, su sonrisa, la primera cena juntos en los boliches de La Toma, el hotelucho y las fobias de ambos. ¡Habían pasado tantas cosas! Era increíble pensar que habían estado a punto de morir y que habían vuelto a reencontrarse. Y ahora sus sueños estaban a punto de terminar. Los dos tenían que regresar al mundo real, un mundo en el que ahora no podían estar juntos, en el que, de hecho, estarían a años luz de distancia.

… Vuelve pronto conmigo amorcito. Pedro le sonreía regalándole sus hoyuelos pero los ojos estaban anegados. No olvides lo mucho que te amo, lo mucho que te estaré esperando como sea que regreses.
… Sé fuerte mi amor.  Mucha gente te necesita acá. Yo también te amo, no imaginas cuánto más que antes de todo esto (Pedro lo decía como si se estuviera arrancando de la piel de Guillermo donde había estado meses incorporado y esa era la magnitud del dolor que causaba el desgarro)
… Quizá finalmente podamos casarnos para navidad como deseabas. Te amo.

Luego del último beso, de que Fabián y Valeria entraran a despedirse de Pedro llorando, contenidos solamente por la alegría parcial de que estuvieran vivos y Guillermo regresando a la casa, Guillermo fue con decisión hacia la puerta, a pesar de las muletas, se detuvo, lo miró por última vez y, sonriendo a pesar de las lágrimas, salió.
Dio gracias a las enfermeras, y al personal, fue a despedirse hasta pronto de los médicos que lo seguirían controlando, y fue hacia el ascensor con su familia y la enfermera que los acompañaría hasta la casa, por si se mareaba, si se caía, no lo dejaría ni un momento en el viaje.






 Guillermo hubiera querido correr nuevamente hacia la habitación de Pedro, hacer retroceder el tiempo, hasta el coma o la experiencia de la luz si era necesario, lo que fuera con tal de quedarse con él. Entró en el ascensor con la cabeza gacha, y mientras saludaba con la mano, todos pudieron ver que lloraba sin vergüenza. Las puertas se cerraron.

Nadie entró en la habitación de Pedro cuando Guillermo salió, por respeto. Nadie lo vio llorar, ni levantar los ojos al techo con expresión desolada, mientras pensaba en él. Si alguien hubiese acercado la oreja a la puerta, lo habría oído sollozar de a ratos, ahogarse en llanto sonoro en otros. El sonido de la esperanza que muere, de los sueños perdidos. El sonido de un hombre que siente que nunca volverá a ver al hombre que ama, hasta la vida siguiente. Y, cuando horas más tarde, las enfermeras entraron a comprobar cómo estaba, vieron que se había dormido llorando y que las sábanas estaban empapadas.


Guillermo apenas llevaba un bolso, con algunas fotos de Pedro y pocas cosas que le habían regalado. No había acumulado cosas en el hospital. Cuando logró subir al auto de Ana que manejaba Fabián, le sorprendió sentir lo fatigado que estaba, apenas había podido poner un pie delante del otro y con ayuda. Sabía que parte era por la tensión emocional, pero también le pesaba el cuerpo por la impresión de volver al mundo real, a un mundo donde Pedro no estaría por meses a su lado. La enfermera lo empujó al llegar en una silla de ruedas, mientras se abandonaba a pensar en Pedro, ya no soportaba estar lejos de él. Ya se sentía solo rodeado de gente, y eso que ni siquiera había entrado a su casa, la misma que había compartido con Ana, pero en los últimos meses con él. Aunque también era la casa donde estaría Fabián, con Valeria y Guillermito y en ello se alegraba y encontraba consuelo.
 La enfermera los ayudó en todo, si Guillermo se mareaba, se caía, se asustaba, o se confundía sería bueno que estuviera, había estado enfermo mucho tiempo luego de un fuerte trauma. Guillermo no se alegró de ver la casa, como tampoco le había alegrado ver la vida de la ciudad. Deseaba seguir encerrado en la habitación con Pedro., y notaba una sensación opresiva de anhelo y tristeza al pensar en él, aunque estaba con su hijo.

Cuando las inmensas puertas de la cochera se abrieron, entraron por el patio, Guillermo miró la casa en detalle y la enfermera lo llevó hasta el  familiar vestíbulo e insistió en quedarse un rato pero él le dio las gracias y se fue.
Valeria corrió a buscar a Guillermito que estaba con su nana, Fabián lo ayudó a ponerse en pie y Guillermo fue recorriendo el estar acariciando los muebles observando la que era su casa, suspirando, mirando a su alrededor y todo le parecía diferente. Más grande, más oscura, más triste.














Era curioso el funcionamiento de la mente, pero ya no le resultaba agradable, se sentía como un extraño, como si se hubiera equivocado de casa y se preguntó si sería efecto del coma o una impresión real. Había estado ausente más de dos meses. Habían pasado demasiadas cosas, y se sentía muy raro ahora que había regresado,  sabiendo que Pedro estaba vivo, pero no a su lado, y con Miguel muerto. Era como si el pasado y el presente le pesaran, como si ya no perteneciera  ni quisiera pertenecer a esa casa. Lo único que lo retenía allí era su familia, su sangre...
Al rato con ayuda subió lentamente la escalera, al llegar a la planta alta se detuvo para recuperar el  aliento, y por un momento todo desapareció a su alrededor salvo la voz de Fabián, caminó hacia la habitación y abrió la puerta.

.. ¡Abu, volviste!

Para amortiguar el dolor de llegar a la cama sin Pedro, habían dejado al nene en ella, y Guillermito lo abrazaba, le tiraba de la camisa, hasta hacerlo tambalear y que Fabián lo retara. Pero estar abrazando a su nieto, que lo besaba por todas partes, de aquella forma, acariciarle el pelo rebelde como el de Fabián, sentirlo, percibir el perfume a limpio, lo hizo estremecer y los ojos volvieron a anegarse al entender cuánto lo había extrañado.
Se sentó en la cama y se quedaron a su lado.

… Viejo, ¿cómo es estar en coma? ¿Estabas bien? ¿Lo recuerdas?
… No, no lo recuerdo, solo me acuerdo de un sueño, o de algo parecido que compartimos con Pedro cuando te dije que iba a buscarlo. Había una luz muy brillante, nos íbamos atraídos por ella, y vos me llamabas, ustedes nos hicieron regresar.
Y en aquel momento la imagen de Pedro regresó y con ella una punzada de añoranza.

.. ¿Te dolía mucho la pierna?
… Solo al principio, luego ya viste, me hicieron mil pruebas y estudios y me daban sedantes y analgésicos, antibióticos.
… Te hemos extrañado mucho pa., y Fabián con lágrimas en los ojos no puedo evitar que se deslizara… y a Pedro. No tienes ni idea de lo que los hemos añorado, del miedo a perderlos, a que no regresaras.
… Entiendo hijito, entiendo. Tu madre no está, Pedro  tampoco estará por un tiempo, tu tío murió, la gente que quedó en el estudio está muy ocupada, ustedes están cursando y te he cargado con todo.

__ Guillermo se sentía a gusto rodeado de ellos, más que al entrar al vestíbulo.











…. Estás muy delgado.
… Es que la comida del hospital era espantosa, aunque Pedro muchas veces lograba hacer que nos prepararan platos especiales.
… ¿Estás bien?
… Ahora que he estado con ustedes, mejor, pero exhausto.

___ Fabián lo ayudó a tenderse, le sacó los zapatos y lo dejaron solo.
 Guillermo recorría las paredes y el techo con la mirada, inspiraba y estaba el aroma, lo veía, lo añoraba a Pedro tanto que se sentía abrumado, casi en pánico, demolido. Estaba en todas partes, en la cama, en el vestidor, en la ducha, en el baño, en las paredes, en la ropa, su esencia estaba allí. Habían sido muy valientes al momento de la separación, pero no sabía cuándo volvería a verlo y ya se sentía extrañamente solo en aquella casa, a pesar de la presencia de su familia.
Deseaba descansar unos minutos, pero sin querer se quedó dormido y no despertó hasta que Fabián entró y le tocó el hombro con suavidad besándole la sien.

… ¿Estás bien papá?
… Has madurado mucho durante este verano hijito, estás más delgado también y mucho más hombre. Estoy bien, debo haberme dormido. Estoy un poco cansado.
… Y estás muy delgado. Me dieron la dieta que tienes que seguir para recuperar proteínas, hemos contratado a Julieta para que ayude en la casa, con el nene y en la cocina, tienes que ir a rehabilitar al hospital tres veces por semana, nos turnaremos para llevarte, pero tienes que seguir haciendo ejercicios acá.
.. Lo sé mi amor, lo voy a hacer.
… Se te ve diferente pa.
… Es que han sucedido cosas tremendamente importantes hijo, hemos estado a punto de morir a manos de tu tío, hemos vuelto a nacer, sigo enamorado del hombre más maravilloso de este mundo que me salvó la vida y yo a él pero no estará acá, los cambios son contundentes.
… Nosotros y todos, nos alegramos de que estén vivos, ya todo lo demás se irá acomodando.
… Ojalá hijito, ojalá. Ahora quiero que Valeria y vos se relajen, estaré mucho en casa, no creo que pueda trabajar por unos meses, pero sí cuidar de mi nieto. Quiero que vayan a la facultad pero que salgan un poco, que hagan vida de jóvenes,  que vayan a festivales, a bailar, Pedro quiere que disfruten del yate. Ha dejado todo en mis manos, y Julián estará a disposición para cuando quieran navegar. En días nos darán el auto nuevo, por ahora lo manejarás vos así éste se lo devuelves a Ana.
Yo estoy bien, solamente cansado por tanto reposo. Costará un poco ser el de antes. La semana que viene vuelven a verme los especialistas, me han dicho que si tengo dolores de cabeza consulte de inmediato, al igual que de la pierna. Creen que tardaré cerca de un año en recuperarme del todo.









… Guillermo, mira, por hoy nada más, porque tienes que moverte, pero hoy ya lo has hecho, te he traído una sopa con huevos y queso que huele riquísima, si a la noche te sientes mejor podrás cenar en la mesa.
… Gracias Valeria.
.. Luego descansa la tarde pa., por hoy no te quedes levantado, ya el esfuerzo del viaje ha sido suficiente. Te hará bien dormir.
… Está bien hijito, si llama Pedro pásame la línea, aunque seguramente lo hará al celular por hoy.

___ Cuando lo dejaron solo, supo que eran todo lo que ahora tenía, que tenía que readaptarse. Pero al instante sabía que luego de los 10 meses pasados junto a Pedro necesitaba acariciarlo, besarlo, ver sus hoyuelos y su mirada que reía a la vez, sus labios, abrazarlo constantemente, trabajar a su lado, verlo conducir, y sin poder soportarlo más, unos minutos después descolgó el teléfono y marcó, pidiendo con la habitación de su amor.

Parecía deprimido y tenía la voz ronca de llorar aunque intentó disimular, pero se animó apenas escucharlo.

… Estaba pensando en ti. ¿Cómo estás con los chicos?
… Bien, Guillermito casi me ha desarmado, pero… El solo hecho de oír la voz de Pedro le hizo sonreír. Sonaba como un marido que ha salido de viaje y se interesaba por saber cómo le había ido en el día,… se ha alegrado muchísimo de verme.
… No te fuerces mi amor, aún no estás totalmente recuperado.
… Lo sé precioso. ¿Cómo está siendo tu día?
… Bien, le mintió. Echándote de menos. Y ha venido Marcial a visitarme.

Pedro había dejado pasar las horas más espantosas de su vida, pero no pensaba decírselo.  Se sentía solo todo el tiempo, pero tenían que acostumbrarse. Lo único que ahora tendrían serían esas llamadas que desde el inicio parecían insuficientes. Los dos anhelaban el afecto y la proximidad que habían compartido.

Están intentando dejarme listo para viajar mañana. Siento como si me fueran a enviar a un campo de concentración. En verdad iría a un centro de rehabilitación con uno de los programas de entrenamiento más rigurosos, pensando que así conseguiría los mejores resultados. Y a pesar de los pronósticos que les dieran en Bs. As., tenían esperanzas. Pedro estaba seguro de que en Estados Unidos le dirían algo diferente.
Estuvieron hablando de la vuelta a casa de Guillermo y del viaje de Pedro, y en un momento Guillermo supo que había dejado su corazón con Pedro, salvo la parte que le correspondía a Fabián y a Guillermito, y que Pedro se lo había dejado completo. Que en cada uno en realidad bombeaba el corazón del otro.








Guillermo había hablado del divorcio con Gaby en varias ocasiones, y nunca le había dicho a Pedro que en poco sería libre.

Cuando se despidieron, Pedro le dijo que lo amaría siempre y, aquella noche, en la cama, en aquella casa que se suponía que era suya, Guillermo se sintió como si estuviera en un lugar extraño, como si su casa estuviera con Pedro, como si su casa fuera Pedro, como realmente siempre lo habían dicho y sentido.


Bs. As., 01 de mayo de 2015.


 En la mañana del primero de mayo, luego de una larga charla en la tarde anterior con Marcial, Pedro salió del hospital,  a un día de la partida de Guillermo y estar sin él esas horas lo habían deprimido aún más. Se sentía dolorosamente solo, pero tendría que acostumbrarse. Debía superar la cumbre del Everest que tenía delante si deseaba regresar junto al amor de su vida. Los terapeutas ya habían preparado un programa de rehabilitación para él, pero cuando le pusieron al corriente, le advirtieron que no se pusiera metas demasiado altas desde el inicio, que viviera el paso a paso, logro a logro. Seguían diciendo que las posibilidades de que recuperara la movilidad de las piernas eran muy remotas, y aunque admiraban su determinación, no querían que se viniera abajo si lo más que conseguía era caminar con muletas, aparatos ortopédicos o lo que veían como más probable, que tuviera que desplazarse en silla de ruedas.

En Bs. As.  Estaban casi seguros que dado el daño medular por la bala en la vértebra, aunque recuperara sensibilidad, había una gran diferencia entre ello y poder caminar.

Cuando salió de la habitación, médicos y enfermeras lo estaban esperando, todas estaban enamoradas de él, y era atento y cariñoso con todos. Hasta había encargado regalos.
Las enfermeras que lo vieran ingresar, lo abrazaron llorando, les había conmovido el profundo amor mutuo con Guillermo, el que hubieran pasado juntos por aquella tragedia lo cual era visto  como uno de los regalos más preciosos que puede tocar en una vida. Habían atravesado juntos la tragedia y estaban vivos. Heridos, pero vivos. Aquello les había hecho tener una nueva fe y esperanza a todo el personal. Todos estaban sorprendidos de que hubieran sobrevivido. Pedro prometió escribirles, y acompañado por una enfermera, un celador y Marcial partieron al helipuerto. Lo instalaron al fin cerca de mediodía en el avión que aterrizaría en el aeropuerto Kennedy donde desde el centro de rehabilitación sería enviada a recogerlo una ambulancia con personal especializado.
Se había opuesto a ser acompañado en el viaje, como una forma de auto- imponerse cierta independencia, aunque apenas subir se arrepintió de ello.








Durante las primeras horas de vuelo, fue cómodamente sentado en su asiento, pero después el cuello y la espalda comenzaron a dolerle. Llevaba collarín y un aparato ortopédico para el resto del cuerpo, había reclinado el asiento al máximo, evitando comer y beber durante el vuelo, pero con todo ello, para cuando aterrizaron en Nueva York, estaba completamente agotado y dolorido, porque tampoco aceptaba ya analgésicos porque no deseaba ser adicto a ellos.
En el aeropuerto lo esperaban y enseguida lo subieron a la camilla, donde al fin pudo tenderse.


… ¿Cómo se siente ahora? ¿Mejor? Le preguntó un enfermero una vez que lo subieron al vehículo.
… Fue un vuelo espantosamente largo, el ángulo del asiento me ha molido, pero ahora estoy aliviado, gracias.



 La prueba del viaje le recordó que para recuperarse tendría que recorrer un camino largo y duro, y aunque estaba convencido de que lo conseguiría, le preocupaba pensar que aún estaba muy lejos del final.
Le acogió un templado día de primavera, le habían llevado un termo con café, refrescos y un sándwich. Para cuando arrancaron se sentía bastante mejor y solamente tardaron media hora en llegar al centro de rehabilitación.


Era un lugar extenso en las afueras de la ciudad con amplias zonas de césped y flores, más parecido a un club de campo que a un hospital. Pedro estaba demasiado cansado para ver nada al llegar. Lo único que deseaba era acostarse y llamar a Guillermo. Firmó los papeles de ingreso, su padre giraría el dinero a la cuenta del centro y esta vez había aceptado como algo que le debía.

Había equipos de baloncesto en sus sillas de ruedas, y personas que animaban desde sus camillas. Se respiraba un ambiente amistoso y activo, y en su mayor parte parecía gente joven y llena de alegría. A Pedro le deprimió de todos modos. Aquel iba a ser su hogar durante todo un año, en el mejor de los casos durante seis meses, como hablara con Marcial, y se sintió como un niño dejado en un internado, añorando a Guillermo y a los rostros familiares que dejaba en Bs. As...

Ni siquiera se permitió pensar en el yate, o en la casa del Delta. Aquello formaba parte de un pasado lejano.












Cuando por fin llegaron a la habitación, tenía lágrimas en los ojos. Nunca se había sentido tan solo y tan vulnerable, partido por la mitad, molido, deshecho a pesar de estar entero aunque fuera con piezas unidas por metal.

… ¿Se siente bien Sr. Beggio?

Lo único que fue capaz de hacer fue asentir con la cabeza.
La habitación era austera, como la de un hotel, limpio y respetable, sin lujos ni adornos, con cama ortopédica, baño privado, mobiliario moderno y lo que más ansiaba, con teléfono, fax y conexión a Internet. Era luminosa.

Le dijeron que no se permitía tener microondas cosa que poco le importaba, pero la idea era que los pacientes no se aislaran y comieran solos.  La idea era que fuera al comedor comunitario, que participara de equipos deportivos, frecuentara salas sociales e hiciera amigos. Todo formaba parte de un proceso de rehabilitación preparado para él. Y el trato con los demás era una parte muy importante. No importaba quién fuera, ni su profesión, querían que formara parte activa de su comunidad mientras estuviera con ellos.

Pedro al saber que podría usar la computadora imaginó si podría trabajar en algo luego de dos meses y medio, y comprendió que no podría cumplir con buena parte de sus habituales compromisos en el estudio desde una cama. Para eso tenía que funcionar a pleno rendimiento. Al mirar a su alrededor supo que si quería tener alguna posibilidad de recuperar parte de su vida, tendría que esperar otro año.

 Había una nevera similar a un frigobar,  chocolates, papitas, galletas y hasta una botella de vino que le alegró. Cuando los enfermeros se fueron, abrió una coca, dio un trago, miró el reloj, y ya se sentía demasiado solo como para no llamar a Guillermo.

Contestaron al segundo tono. Era Guillermo, allí era de noche pero parecía estar muy despierto. Aquella voz dulce, tierna y conocida fue como un puñal a su corazón y lo llenó de añoranza.


















…¿Llamo en buen momento o estás muy ocupado Graziani?

___Guillermo rió en forma sonora.

… ¿Buen momento para qué amor mío?
Es muy buen momento. Ojalá estuvieras aquí.

… ¿Cómo ha sido el viaje?






Continuará.





“Que no se conozca
la verdad no impide que
ésta sea cierta.

Richard Bach”

49 comentarios:

  1. Cómo sea hace q Guille viaje x favor, separados me matan. No quiero llorar más favor.

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  2. Cómo sea hace q Guille viaje x favor, separados me matan. No quiero llorar más favor.

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    1. Falta un poquito Vale, tuve que cambiar el rumbo para que sea creíble, este dejarlo ir al mejor lugar de Guille y el irse para sanar de Pedro es Amor y también va a pasar, el reencuentro será hermoso, pero tengan paciencia y confianza, sin llorar porfa, sino no lo voy a poder hacer. Te amo.

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  3. Eve cuanto sufrimiento para Pedro todo por dalvar a su amor: que terrible este Viaje ahora separados ninguno .merece sufrir tanto espero con ansias el próximo capítulo y que la felicidad les llegue te quiero mucho besos

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    1. El desapego es Amor, este querer de Pedro sigue siendo amor, el de Guille dejándolo ir al mejor lugar también, no me apuren y transcurran confiadas en que esto también va a pasar y es hermoso el reencuentro que imagino. Gracias infinitas y mi amor.

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    2. YA SE QUERIDA EVE QUE NO NOS VAS ADESFRAUDAR NOS QUERE MUCHO LO MISMO QUE NOSOTROS TE QUEREMOS A VOS SOS UN SER ILUMINADO UN BESO GRANDE

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  4. Gracias Mirta, paciencia y confianza, a todas.

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  5. Gracias Susana Alcaraz, esto también va a pasar. Besos.

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  6. Eve un capitulo, emotivo se trnscurre un viaje con dolor, sufrimiento, tantas emociones momentos dificiles que este amor que sienten siempre continua y crece cada vez mas, esta historia es un verdadero viaje de comienzo a fin y es unico, confio totalmente en vos y por supuesto me quedo ansiosa con la continuacion, sos una genia gracias,te quiero mucho !!

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    1. Muy emotivo en un viaje interior y exterior, con el amor sublime que suelta, uno que no quiere cargar al otro con su incapacidad, el otro dejándolo ir donde mejor lo atiendan, y no sufran, espero me dén el tiempo y la confianza para desarrollar lo que deseo porque el reeencuentro será bellísimo, y lo que queda superando a Espérame, pero para nio dar pistas necesita confianza y paciencia, gracias infinitas y mi amoor.

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  7. Gracias Susana Alcaraz, no sufras.

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  8. Estremecedor Eve, otra prueba que tiene que superar este Amor Infinito de Almas Gemelas...Lo lograrán... Así es el Amor de Guille y Pedro, y nunca nada ni nadie lograrán separarlos...Te aplaudo Eve, y me quedo esperanzada esperando el próximo capítulo...TQM......Alicia Vitolo

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    1. Hay Alicia, cómo estoy sufriendo en este recodo, a mí me fascina porque acá se ve la incondicionalidad del Amor Eterno pero me sufren tanto que no me dejan escribir con la libertad que deseo, esto también va a pasar, el reencuentro será hermoso, el final también porque con esta parte, creo que ha superado con creces Espérame. Paciencia y confianza porfis, gracias infinitas y mi amor.

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