PREDESTINADOS. CAPÍTULO TREINTA.

 

PREDESTINADOS. CAPÍTULO TREINTA.

 Bs., As., domingo 05 de noviembre de 2014.

.. Pedro, mi amor, despierta precioso.

… ¡Uy!, nos hemos quedado dormidos. ¿Qué hora es?

… Las catorce horas, voy a ver si hay novedades de Ana y luego almorzamos ¿quieres?

… Sí, claro, aunque en verdad he dormido tan profundo que creo que necesitaría un litro de café.

… Y yo amorcito. ¿Soñaste verdad?

… Sí, y estoy enojado contigo, no acá en esta vida, en la otra.

___ Guillermo lo miró sonriendo con ternura porque imaginaba los motivos.

… ¿No te gustó el beso?

… Tonto, sabes que me tienes absolutamente seducido y enamorado en ambas vidas, pero no entiendo, porque las vidas  se parecen, los establos, los caballos, y nosotros somos ellos, pero me confundes más en aquella vida que en ésta.

… A ver,… ¿Qué es lo que te pasa?

… Es que fui a pedirte perdón por lo que hablaron mis padrinos, porque desconfiaba de ti, y para ellos resultas un caballero bueno, protector. Pero por lo demás, conmigo te compotas como un  señor arrogante que no sé si me ama o me quiere conquistar como un trofeo. Y al igual que en esta vida, al comienzo de reencontrarnos, tu control me exaspera, y obviamente sé que me vas a enamorar sin remedio si es que ya no lo estoy aunque lo niegue. Y es de suponer que como en todas, tú también te vas a enamorar, pero no me lo dices, ni lo demuestras. Pareciera que me quieres seducir solamente, ser  mi amante.

… ¿Y  piensas que realmente soy el hombre fuerte y arrogante que se muestra? ¿Que no es más que la fachada de defensa que me pongo porque estoy perdidamente enamorado de vos y le temo al rechazo o a dañarte como me pasó en esta vida en los primeros días?

Amorcito, antes de conocerte, yo no sentía, yo era en esta vida como Spencer en aquella, dominante, arrogante, ególatra, y sometía a mi voluntad  a los hombres que deseaba, sin tener la menor idea de lo que significaba la palabra Amor, por tanto siempre llevaba el control, nunca soltaba las riendas, como no podía hacerlo las primeras veces contigo aun amándote pero por temor a quedar vulnerable, a sufrir. Estaba tan cubierto de murallas de acero, de corazas y de capas y capas de soledad y desamparo,…., que no podía aceptar que hubiera llegado a mi vida una barco, mi barco,… vos. Y me resistía a rendirme por temor a  hacerte daño pero también por no estar acostumbrado a confiar en nadie, y por tanto a quedar aniquilado si esto no era real.

Pero sabes que desde hace dos días y de a poquito me estoy rindiendo, me estoy poniendo en tus manos, te he dicho que he dejado mi alma y mi corazón en ellas.

Me pedías que te hablara de mi pasado, de  mi vida, y míranos, en un rato has visto mi realidad con Ana, has charlado con Fabián, esta noche conocerás mi casa, quizá mi cama. ¿Te parece poco?, ni siquiera hemos cumplido una semana de estar juntos en esta vida.

… Lo sé, en esta vida veo que lo estás intentando todo y que haces las cosas bien, pero todavía me siento inseguro en aquella, aunque supongo que si en esta estás logrando confiar y rendirte sin reservas, si has comprendido que te amo es porque en aquella lo lograste, ¿o no, y has regresado para aprenderlo en ésta?

… No lo sé amorcito, no tengo esas respuestas. Pero creo que mis padrinos me tenían idolatrado, y que quizá fuera confiable en el cuidado de los demás, amante de la familia  como pensaban, que deseaba cuidar de ellos, ayudarte con tu hermano, pero quizá hasta el sitio en que llevamos soñado, aún no sepa que lo que siento por vos es Amor, quizá lo descubra o quizá no y necesité para ello todas las vidas trágicas que vinieron después y hasta ésta para aprenderlo.

¿Y qué  me dices de vos? ¿Por qué desconfías tanto de mí? Porque siento que ya me amas y sin embargo niegas la realidad.

… Porque mi padre era como ese Spencer arrogante que creí que usaba a la gente y se llevaba a todos por delante, sin comprometerse con nada ni nadie. Mi padre era un hombre rico, de la nobleza, pero no era buena persona, mi madre sufrió horrores por estar a su lado, y no deseo seguramente enamorarme de alguien que aún me sigue pareciendo que tiene sus características, a pesar de lo que escuché de boca de mi madrina y por lo cual fui a pedirte disculpas.

… ¿Y ahora? ¿En esta vida? ¿Puedes confiar en mí?, ¿aprendiste la lección entonces y estarías dispuesto a confiar en mi amor?

… Lo hago, pero me  produce temor el precipitarme, te amo, sé que eres el Amor de siempre y de cada vida, pero en ésta mi madre al casarse con mi padre y por amor, le permitió todo, terminó muriendo y dejando que me ultrajara, y creo que no es temor o desconfianza hacia ti lo que siento, sino temor a enamorarme así y sufrir lo que ella.

… ¿Entonces, qué quieres hacer?

… No puedo estar lejos, no puedo dejarte. Quiero aprender las lecciones que haya que aprender, que en mi caso supongo que es aprender a Amar sin temer a que me dañen o a lastimar, aprender  que el Amor es un acto de fe, de verdadera libertad, de confianza. Y solamente lo lograré en el paso a paso, en el día a día, pero contigo, no podría intentarlo con nadie más.

Cuando mi madre murió, mi padre quedó en la ruina, de aquella vida te hablo. Fui toda mi vida enfermero, madre y padre en funciones con la gente y con mi hermano Gerardo, pero no podía proporcionarle las instrucciones definitivas que necesitaba para cruzar el umbral que lo conduciría a la vida adulta. No podía ser su mentor. Y en ningún momento de su vida había habido un caballero  en cuyo comportamiento y valores Gerard pudiera basar los suyos.

Cuando llegó la invitación de mi tía, con el mensaje que en su casa había caballeros residentes, fue como obra del destino. Acepté la invitación con gusto, arreglé todo para que nuestra granja funcionara sin nosotros y nos pusimos en camino rumbo al sur.

Había pasado el viaje entero imaginando una descripción de hombre al que aceptaría como mentor de mi hermano, aquel a quien confiaría la tierna juventud del muchacho, y para cuando llegamos allí, ya tenía un criterio firme. Él tenía diecisiete años y yo veintiséis.

Al final de la primera velada, llegué a la conclusión de que ninguno de los caballeros presentes cumplía los exigentes requisitos. Si bien cada uno poseía cualidades que aprobaba, ninguno estaba libre de otras que desaprobaba. Lo más importante de todo, ninguno me inspiraba respeto, completo y absoluto, criterio que había enarbolado como crucial. Y entonces puse la mira en Londres. Estaba claro que allí serían numerosos los aspirantes potenciales al puesto de mentor, y en tanto, cómodos y seguros nos fuimos asentando en la familia de mis tíos, mi tía, tu madrina era pariente de la condesa.

.. Y entonces llegué yo, y era eso que lo que buscabas en mí, y mi enamoramiento contigo con mi comportamiento de entonces no te inspiraba confianza, menos respeto, lo entiendo, pero sigamos espiando a ver si en verdad era un idiota o si merecía las disculpas.

… Sigamos.

…. ¿Continuamos el camino entonces?

… Es lo que más deseo en el mundo.

… ¿Quieres charlar de esto en una terapia, que hagamos juntos una regresión y que un psiquiatra nos diga lo que opina?

… No por ahora, creo que es claro lo que estamos sintiendo, entonces y ahora. Además, en cuanto a ti, y a mí supongo, lo lograremos, venceremos los miedos porque soñé el final feliz antes que el principio, ¿recuerdas?
… Está bien, pero me gustaría hablar con el sacerdote amigo que tanto conoció ese pasado doloroso que todavía te hace desconfiar, ¿puede ser?

… Sí, iremos cuando lo desees.

… Bueno, hecha nuestra magistral interpretación filosófica de nuestras vidas pasadas y actuales, voy a ver qué me depara la de hoy y en ella mi elección más equivocada, Ana. Ya regreso precioso.

… Ve amor, te estaré esperando.

… Dr. Graziani, un momento por favor, salió del coma,  le estamos pasando un complejo vitamínico que se usa en estos casos, monitorizando la función hepática, y la cerebral. No es conveniente sedarla porque su hígado no está metabolizando ni las sustancias tóxicas ni las drogas, pero cuando comience con síntomas de abstinencia tendremos que hacerlo, con mucho cuidado. Por ello si quiere hablarla, ahora puede escucharlo, pero unos minutos solamente.

… Gracias Dr., no me gustaría que mi hijo la viera así, necesito que me informe personalmente de los cambios que vaya experimentando.

… No se preocupe Dr., así será. Estará varios días en terapia, y luego la derivaremos al centro de rehabilitación que usted elija, es claro que de seguir viviendo así terminará muerta, o por algo similar a esto o por deterioro de la función hepática, incluso por suicidio.

___ Guillermo se acercó a Ana y se sentó en la banqueta junto a la cama, ella abrió los ojos y lo reconoció de inmediato.

… Guille, viniste. ¿Y Fabi?

.. En casa, durmiendo, pasó toda la noche afuera. ¿Por qué Ana? ¿Por qué hiciste una cosa así?

… Me vas a dejar, habíamos peleado muchas veces pero nunca me pediste el divorcio, yo no quiero vivir sin vos. Acepto todo, si quieres trae al putito nuevo a casa, pero no me dejes.

… Ana, por favor,  no pensaba llevar a nadie a casa, ni sacarte de allí, Fabián te quiere, pero ahora sos peligrosa, para vos, para él y para mí.

… Le dije la verdad, antes de tomarme todo le dije lo que eras.

… ¿Y piensas que entre tu palabra y la mía Fabi o alguien te va a creer?

…. Sos una mierda Guillermo, sabes que dije la verdad.

… Verdad que es mi derecho decir cuando a mí me plazca y a las persona que yo decida, no que tengas que ventilar a tu modo ni con  mi hijo ni con nadie.

… ¿Adónde estoy?  ¿Este lugar es un loquero?

… Es un hospital común, el primero que encontraron, tienes problemas clínicos, Ana. La idiotez de chupar por años y la mía de no haber tomado medidas antes, hace que tengas problemas hepáticos, y quizá neurológicos, no puedes tomar una gota más. No estás loca, sos adicta, y no es optativo ya que dejes o no el alcohol.

… ¿Qué vas a hacer?
… Si te callas y no vuelves a decir nada más de mí a Fabián, si cuando te venga a ver te comportas como una madre amorosa, nunca irás a un psiquiátrico, y te aclaro que lo hago porque Fabi me lo pidió, por mí me daría igual.

… Está bien, haré lo que quieras, pero no me internes en un loquero, déjame volver a casa.

… No Ana, a casa no, a casa así no. Volverás, por Fabián, pero cuando los médicos piensen que puedes continuar en alcohólicos anónimos de manera ambulatoria, ahora no. Estuviste en coma y casi te mueres, estarás días acá, luego me recomendarán un centro especializado en adicciones e irás un tiempo allí, como interna, cuando crean que puedes manejarte externada regresarás a casa.

… ¿Y vos? ¿Te vas a divorciar de mí?

… Eso no es negociable, nos vamos a divorciar, y esto también lo hago por vos.

… ¡ahh!, por mí, sos una mierda.

… Quizá, quizá lo haya sido, y quiera dejar de serlo. Quizá quiera darte y darme una oportunidad de vivir mejor. Y para ello iniciaré la demanda de divorcio cuando regreses a casa,  no te voy a dejar en la calle, Fabián te quiere, y se hará lo que él desee, si quiere vivir con vos, me buscaré algo para vivir. De lo contrario, te compraré a vos un departamento, pero juntos  en esa parodia de familia feliz… nunca más.

… Supongo que no tengo elección.

… No la tienes, ya no. O sí, puedes elegir dejar de intentar dar lástima y autodestruirte y salir de esto, y de mí. Volver a tener una vida independiente y no perder a Fabián. Piénsalo y sobretodo al momento de hablar con él, porque todas mis buenas intenciones se irán a la mierda, si le dices algo como intentaste en casa.

… Dr., la paciente tiene que descansar, está hablando demasiado.

… Lo sé, perdón, estaré fuera hasta la noche.

… Guille, no me dejes sola.

… No la haré, me quedaré hasta el parte médico de la noche, pasaré a verte entonces, y luego regresaré a verte cada día hasta que te recuperes. Piensa en lo que hablamos.

… No me internes.

… No es una opción, no en tu estado, Ana. No voy a condenar a Fabián a ser tu enfermero, mucho menos lo seré yo. Además necesitas ayuda que nunca pudimos darte y mira cómo terminaste. Lo único que puedo prometer es que no irás a un psiquiátrico. Pero ya conoces mis condiciones.  No vuelvas a intentar llenarle la cabeza a mi hijo en mi contra, nadie te va a creer y además terminarás perdiéndolo.

… No lo haré.

___ Mientras Guillermo estaba con Ana, Pedro deseaba seguir soñando más allá, y experimentar qué sucedía si él dormía y Guillermo no, si igualmente podía seguir espiando la otra vida. De modo que cerró los ojos y como ya había aprendido desde las primeras veces, sin siquiera dormir, a veces con solamente relajar el cuerpo y dejarse llevar, podía cruzar el umbral, y allí estaba nuevamente, en la habitación de la casa de su tía, tumbado, luego de haber despedido a Spencer en la puerta, pensando en él, en los dos.

Era de noche y no podía estar en la cama, se levantó y se paseaba de un lado al otro frente a la chimenea. La casa estaba silenciosa, pues todos sus ocupantes se habían ido a dormir.

Peter no podía, ni siquiera se había molestado en desvestirse. Le estaba produciendo un gran cansancio perder tantas horas de sueño, pero…

No podía apartar de su mente a Spencer Linsters. Acaparaba su atención, llenaba su pensamiento, colmaba sus sentidos, y no dejaba sitio para nada más.

Estaba comenzando a aparecer distraído ante los demás,  hacía cosas sin sentido como intentar beber de una taza vacía y le preocupaba su estado.

__ Todo era culpa suya. De el hombre que había invadido sin permiso su vida con excusa de resguardarse de la tormenta.

…. “¿Cómo se supone que voy a comportarme con sensatez, con esas declaraciones que hace y esos comportamientos?”

Había declarado que iban a ser amantes, ¿acaso su tía sabía que le gustaban los hombres? ¿Por qué decían que las mujeres morían por él y sus primos entonces?

Ambas cosas no eran excluyentes.

…“¿Es así como quiere tenerme? ¿Como un amante oculto y quizá casarse con una mujer?

Probablemente no.”

“¿Y desde cuándo me gustan los hombres? Nunca me había gustado nadie, ni mujer, ni hombre, hasta...”

___ Después de todo lo que había dicho y hecho Spencer, todos los preceptos que había aprendido en su vida afirmaban categóricamente que debía evitarlo. Ignorarlo de plano, sin más. Sin embargo… Hizo un alto y se quedó contemplando las llamas.

Lo cierto es que se encontraba a salvo. Él era el último hombre del mundo que lo mandaría todo a freír espárragos por un caballero como Spencer.

Tal vez fuera atento en algunos aspectos, tal vez tuviera atractivo tan poderoso que él no lograba fijarse en  nada más cuando lo tenía enfrente, pero jamás podría olvidar lo que era.

Su porte, sus movimientos, su atuendo, sus actitudes, aquel peligroso ronroneo de la voz, todo aquello constituía una tentación constante. Pero no, se encontraba a salvo, Spencer no conseguiría seducirlo. Su firme antipatía fundada por los caballeros arrogantes lo protegería de él.

Lo cual significaba que podía, con absoluta impunidad, satisfacer su curiosidad por aquellas extrañas sensaciones que él le causaba, a veces a sabiendas, otras veces al parecer sin darse cuenta. Nunca en su vida había sentido nada igual. Necesitaba saber lo que significaban. Quería saber si había más de lo que había experimentado en sus besos.

 Con el entrecejo fruncido, continuó paseando arriba y abajo formulando razonamientos.

Su experiencia de la parte física era de lo más limitada, él mismo se había asegurado de ello siempre. Nunca había sentido la menor tentación ni siquiera de besar a alguien. Menos de permitir ser besado, y jamás por otro hombre.

Pero el único beso, de asombrosa profundidad y sorprendente duración, que había compartido con Spencer le había demostrado, más allá de toda duda, que él era un maestro en dicho terreno. A juzgar por su reputación, no esperaba menos, pero lo creía con mujeres.  En cualquier caso,… ¿Quién mejor para aprender que  de él?

Por qué no sacar partido de la situación y aprender un poco más, siempre dentro de lo posible, por supuesto.

Tal vez no supiera dónde estaban los límites de Spencer, pero sí sabía dónde estaban los suyos.

Estaba seguro, sabía lo que quería, y sabía hasta dónde podía llegar.

Con Spencer Linsters.

Aquella perspectiva le acaparó sus pensamientos lo que quedaba de la tarde y lo que llevaba de la noche.

Le había resultado sumamente difícil apartar los ojos de él, de su figura corpulenta y esbelta, de aquellas manos fuertes y de dedos largos, y de sus labios, cada vez más fascinantes.

Y continuó andando por la habitación.

… Pedro, ¿otra vez?

… Guille, ¿cómo está Ana?

… Mejor, salió del coma, está lúcida, por ahora.

… ¿Por qué dices por ahora?

.. Porque cuando comience con síndrome de abstinencia la tendrán que sedar. Pero si puedo evitar que Fabián la vea por un tiempo, lo haré.

… ¿Temes que hable de más?

… Ya lo hizo, pero Fabi no le creyó.

___ Guillermo se sentó junto a Pedro buscando la mirada, que lo expresaba todo, le tomó las manos para besarle los nudillos con adoración y ternura.

.. Mira amor, no es que quiera ocultarte o seguir negando lo que soy. Pasa que vi algo mágico entre vos y Fabián, que por nada del mundo quiero que se interrumpa. Y si el estado de Ana, que ella misma eligió, me da tiempo para que tu relación con Fabián avance por ese terreno que comenzaron a transitar, quiero que así sea, que todo comience a fluir con naturalidad, como ir a cenar, a dormir esta noche. Que te conozca y se enamore como yo, de tu ser, que compartan cosas como haremos esta noche, que ingreses al estudio y te vea trabajando a mi lado, y que luego caiga como lógico y esperable que te elija como mi pareja, ¿entiendes?

… Sí mi amor, claro, me parece perfecto. Pero no quiero que dañes a Ana.

..  En todo caso la dañé al casarme, mi error fue casarme, ahora intento protegerla, de ella y de mí. Los médicos son los que dicen que no puede estar en casa, y quiero aprovechar ese tiempo de ausencia para que Fabián y vos puedan compartir intereses, y yo también obviamente.

¿Vamos a comer algo? ¿No me vas a contar lo que soñabas?

… No.

…¿No?

.. Espera a soñarlo, a ver si también leías mis pensamientos en aquella vida, apenas soñé y estaba solo, en mi habitación, luego que me dejaste, luego de…

… De que te enseñara a besar, como hice en esta vida. Dilo, no es una vergüenza, me encanta haberte enseñado todo.

… Ya lo sé, arrogante.

.. Orgulloso sí, feliz de ser tu único hombre porque lo otro…, perdón cielito, vamos a la cafetería, que a la noche cenaremos en casa, a ver qué nos ha preparado mi hijito.

… ¡Guillermo!

___Las miradas se encontraron y una era fulminante.

… José, hola.

… ¿Así, por el secretario del juzgado me tengo que enterar que Ana casi se muere y que estás acá?

… ¿Cómo?
… Al parecer se filtró la información, en tribunales lo sabe todo el mundo, raro que tus socios no estén acá, pero no cambies de tema. ¿Ni una llamada pudiste hacerme?

¿Cómo está ella?

.. Mejor., José, él es….

… Lo imagino, no hace falta pensarlo mucho. ¿Pedro Beggio?

… Pedro Beggio, encantado Sr. Fiscal. ¿José Miller?

CONTINUARÁ.

PREDESTINADOS… LAS HISTORIA DE DOS ALMAS GEMELAS DESTINADAS A AMARSE PARA SIEMPRE.