sábado, 21 de marzo de 2015

PREDESTINADOS. CAPÍTULO 26.







 



PREDESTINADOS. CAPÍTULO 26.






Bs. As., viernes 03 de noviembre de 2014.



 Amorcito…
… ¿Mmmm?
… ¿Y si regresamos mañana a la ciudad?
… ¿Qué?, no. Me habías prometido que nos quedaríamos hasta el lunes.
¿Quieres irte a tu casa?
… No dije regresar para irme a casa, sino para ir adaptándonos. Me gustaría ir el lunes personalmente al juzgado para averiguar y acelerar el juicio. Y prometí ayudarte, entonces pensé que entre los dos podríamos poner en orden tu departamento.
… No, acá estamos felices, necesitamos este tiempo a solas. Me parece que ambos estamos con miedo aún, como inseguros.
.. ¿Miedo?
… Sí, es todo demasiado reciente, y el recordar las vidas pasadas, en lugar de fortalecernos creo que nos hace temer.
… ¿A qué cosa?
.. A que algo salga mal, a que terminemos como en las que recordamos al comienzo. Me gusta estar soñando contigo la aparente vida feliz del 1800, porque creo que soñé su final cuando íbamos en el carruaje, y ambos soñamos con el encuentro, quizá esa vida siga apareciendo y nos muestre cosas para aprender, y aplicar en ésta.
A veces siento que no terminas de confiar en mí
… ¿Qué dices precioso?
… Te cuesta soltarte, darme el control, y no es un  reproche, a mí también me cuesta tomarlo, es cuestión de tiempo. Personalmente pienso que es tan profundo e intenso lo que nos sucede, que nos da miedo, y eso nos hace torpes.

___ Guillermo lo miró incrédulo.








…¿Torpes?
… No a la hora de hacer el amor, finalmente uno u otro se rinde, pero estamos como cohibidos todavía.
…¿Y entonces, qué propones, quedarnos fuera del mundo para siempre?
.. No, pero si no es ya el juicio, quizá nos haga bien tomar unos días más en regresar.
… Está bien, quizá tengas razón. Pero entonces… ¿No te enojas si mañana voy a almorzar a casa, para que Fabián vea que estoy bien y le explique algo coherente que lo deje tranquilo? Almuerzo con ellos y regreso.
… Está bien mi amor, por supuesto. Mientras,… ordenaré la casa, podría ir a cabalgar, a nadar al río.
… No, a nadar no, el río es peligroso, y para nadar allí harás un esfuerzo tremendo, y tienes que hacer el chequeo.
… Amor, estoy bien, ¿acaso tienes dudas?
… No, pero no quiero que te arriesgues en el río, si vas a hacer locuras me quedo a tu lado.
… No, quiero que vayas a tu casa, está bien, iré a cabalgar despacio y luego al invernadero.
  Te amo precioso, no lo dudes.
… No lo dudo.

___ Finalmente el sueño los encontró en el beso y en el montón de extremidades entrelazadas, en un lado de la cama embriagados y cayeron en el dormir para luego ir al soñar, y en ese periodo para recaer en la vida en Inglaterra en el 1800, que se empeñaba en reaparecer en ambos, por algún motivo desconocido o alguna enseñanza  pendiente  y necesaria para la presente.

Pedro hacía dos años que se había mudado a la casa de su tía, tenía un hermano menor, al cual deseaba darle lecciones de vida, y pensaba que entre los hombres que habitaban la casa encontraría un modelo adecuado a seguir, puesto que eran huérfanos y su tía los adoraba. Guillermo, en cambio, hacía 20 años que no visitaba el lugar, y solamente el destino disfrazado de tormenta lo había llevado hasta su madrina, que no obstante lo admiraba, a él y a sus cuatro primos que vivían en un pueblo de Inglaterra.

En la casa vivía mucha gente, una hermana de la Sra., ambas  de edad avanzada, primos con sus hijas e hijos, y Pedro no encontraba el modelo que orientara a su hermano en la vida, por lo cual seguía resguardándolo de todo mal.

La familia estaba reunida en grupos, alrededor de la habitación, del estar principal, al momento en que Guillermo llegó aquel día, y en el instante en que ingresó, todas las cabezas se volvieron hacia él, variando las expresiones entre los presentes, desde la alegre bienvenida de su madrina y su esposo, hasta la mirada glacial de Pedro que venía detrás, el elogio y aprobación en el semblante de un hermano de los dueños de casa y del hermano de Pedro, y la actitud de desprecio en un primo mayor con su hija solterona de unos cuarenta años.







El plan de Guillermo era quedarse una noche, atrapado por la tormenta que lo había traído, pero no el de su madrina que deseaba que se quedara en la casa. A cada paso capturaba la mirada de Pedro que había quedado fascinado en ella.

Las conversaciones masculinas giraban en torno a los caballos de caza, al billar, al ajedrez, a la pintura y al diseño, a lo cual se dedicaba el hermano de Pedro, y a cada roce o mirada aparecía algo indescriptible que los perturbaba a ambos. Cada vez que los ojos negros tocaban a los marrones, tranquilo y arrogante, la expresión fingida de Pedro era la rigidez, el vacío y la huida mientras el recién llegado sonreía para sí.
El hermano de Pedro quedó atrapado en sus modales, en su vida, en su experiencia y Pedro maldecía el encantamiento.
“¿Por qué tenía que ser él el más elegante de los primos que sus  tíos deseaban que conocieran? Era la personificación misma de un caballero elegante y arrogante. Su cabello negro relucía a la luz de las velas, la fuerza de sus rasgos, de perfil definido y líneas fuertes, la frente, la nariz, la mandíbula y las mejillas parecían esculpidas en roca viva. Tan sólo sus labios, finos , largos, y con una pizca de humor que aliviaba su austeridad, así como la innata inteligencia, y sí, el brillo perverso que iluminaba sus ojos negros, aportaban la pista de una personalidad mortal, todo lo demás, incluso  su cuerpo largo y esbelto pertenecían a un dios. Y Pedro no quiso ver lo maravillosamente que se abrazaban a sus hombros y a su torso las chaquetas, ni cómo el excelente corte de la prenda lo resaltaba, al igual que las caderas. Tampoco quería fijarse en la elegancia de su corbata blanca o en los largos músculos de las piernas que ocultaban los pantalones y le daban un andar alucinante. Decididamente no quiso fijarse en nada pero lo vio todo.
Entonces Guillermo giró la cabeza, desde el extremo del salón, sus miradas se encontraron y Pedro hubiera jurado que alguien le había acertado un puñetazo en el estómago, porque simplemente no podía respirar. Sosteniéndole la mirada, Guillermo alzó las cejas... y surgió entre ellos un desafío, sutil pero deliberado, absolutamente inconfundible.
Pedro se puso rígido. Tomó aire con desesperación y se volvió mientras Guillermo sonreía altanero.

… Se requiere su presencia caballeros, en el dormitorio de los Sres. había dicho un lacayo, y mientras todos salían, Pedro quedó a solas en el salón, con el único al que hubiese deseado por su bien enviar al diablo. Pero esta vez le ofreció una taza:
.. Gracias. Con una rápida inclinación de cabeza la aceptó y bebió con calma tensa procurando no fijarse en lo fácilmente que lo había aislado.
Notó el contacto de la mirada profunda en su cara y, con aire resuelto, levantó la cabeza y lo miró a los ojos... Sus fascinantes labios se alzaron.

… Mi  tía ha dicho que usted se encontraba de viaje hacia Londres. Sin duda estará deseoso de que cese de llover para marcharse.
… Bastante deseoso sí.






Pedro pensó que ojalá no tuviera una voz tan profunda, hacía que le vibraran todos los nervios.

…Sin embargo, dijo Guillermo sosteniendo la mirada, con una voz que parecía un lánguido retumbar, no debería usted menospreciar la actual compañía. Hay varias distracciones en las que me he fijado y que sin duda alguna hará que mi improvisada estancia haya merecido la pena.

Pedro no pensaba dejarse intimidar.

  Le rogaría que me ilustre al respecto, jamás hubiera imaginado algo lo bastante notable como para captar la atención de un caballero de sus... inclinaciones.
Guillermo sostuvo la mirada desafiante y sopesó la posibilidad de hacer precisamente aquello. Levantó la taza, bebió un sorbo sin dejar de sostenerle la mirada. A continuación, bajó los ojos para depositar la taza sobre el plato y  se acercó a Pedro, a un costado, de manera que quedaron hombro a hombro y lo miró.

.. Es posible que sea un apasionado paisajista como su hermano.

A pesar de su patente rigidez y desenvoltura, los labios de Pedro temblaron levemente, apartó la mirada y bebió de su té.
 Guillermo lo devoraba con la mirada y lo hacía ronronear.

…Está su hermano. Pedro se puso en tensión, tieso. Dígame, ¿por  qué todos lo desaprueban? ¿Qué ha hecho?
.. Nada. Simplemente ocurre que por ser el más joven con sus 17 años, tienen una opinión equivocada de cómo pueden comportarse los jóvenes de su edad.
… Mmm, paseando con la mirada a gusto. En ese caso me debe un voto de agradecimiento, ya que yo no lo desapruebo, para nada.

Pedro sorprendido lo miró escrutando los ojos negros y luego apartó la vista.

… Lo ha hecho sólo para que  no se creen discusiones sin sentido.
… En parte. Pero tampoco me ha dado las gracias, dijo bajando la voz, por haberlo salvado de su caída en el jardín.
… Fue totalmente su culpa que estuviera por caerme. Si no se hubiera acercado a mí de manera tan sigilosa no habría corrido el menor riesgo. Un caballero hubiera tosido o saludado, algo. Lo miró fijamente con rubor en las mejillas, Guillermo lo captó, sonrió aturdiéndolo, y murmuró en voz baja.

.. Ah. Pero resulta que yo no soy un caballero.

__ Pedro miró el rostro y experimentó un escalofrío peculiar que le recorría toda la columna vertebral. Parpadeó, y otra vez, y decidió pasar por alto el comentario entornado los ojos.




.. ¿No estará, por casualidad, intentando, hacer que me sienta agradecido para que imagine que estoy en deuda con usted, verdad?

___ Guillermo curvó las cejas y los fascinantes labios, los ojos negros penetrantes y desafiantes se clavaron en los marrones.

.. Me pareció el lugar más lógico para comenzar a minar sus defensas.

___ Pedro sintió que sus nervios vibraban al son de la voz profunda de aquel hombre, que sus sentidos se agitaban al registrar las palabras. Sus ojos, fijos en los suyos, se agrandaron, y sus pulmones se encogieron. En un torbellino mental, luchó por recobrar el juicio, por obligar a su lengua a prenunciar alguna réplica que quebrara el hechizo.
Los ojos de Guillermo escrutaron los suyos, elevó las cejas de manera arrogante, juntó las comisuras de los labios.

… No tosí ni pude hablar, porque estaba absolutamente abstraído, lo cual fue absolutamente culpa de usted, de su perfección.

Parecía estar muy cerca, dominaba toda la visión, sus sentidos. De nuevo sus ojos atravesaron los marrones, y alzó la ceja.

…A propósito, murmuró en un tono grave aterciopelado. ¿Qué estaba buscando entre las flores?

___ Ambos se sentaron jadeando, y al mirarse lo supieron.

… Guille, el sueño.
… Sí, el mismo, esto ya me está comenzando a preocupar. No sé si no tendremos que hacer terapia.
… ¿Por qué?, no te asustes, esta vida es  de la que soñé el final feliz, y al parecer ahora la estamos recorriendo, juntos,.. Y...
… ¿Qué estabas soñando?
… Que me estabas seduciendo, como en verdad lo haces desde el reencuentro en el presente.
… Lo mismo digo Dr. Beggio, el seducido en mi sueño, soy yo. A dormir, que es de noche aún, y creo que me está empezando a entusiasmar seguir soñando con esa vida.

___ Por la mañana, cuando Pedro despertó con imágenes confusas mezcladas de la seducción mutua en Inglaterra y del amor en esta vida, Guillermo  estaba a su lado vestido. Lo atrajo hacia sí y lo besó, en profundidad, con dureza y rapidez.

…No te preocupes, le dijo al instante en que le levantó la cabeza buscando la mirada. Iré a asegurarme que todo esté bien.
… Eso espero, más vale que no vayas a ver al fiscal.
… No lo veré por ahora, aunque lo haré en breve, confía en que voy a casa.
.. Bien. Pedro lo miró a los ojos, los escrutó brevemente y a continuación se echó en la almohada.




Guillermo le alzó las manos y se las besó mirándolo con ternura, antes de separarse.
Pedro se las tomó apretándolas.

… Te esperaré mi amor.

___ La invitación fue deliberada, la rubricó con los ojos y Guillermo se sintió orgulloso del Amor despertado, pero también del propio.

… Regresaré lo antes posible precioso, no hay nada que desee más que estar a tu lado Créeme, que si voy a casa, es justamente porque estuve pensando en que no voy a poder separarme de vos cuando salgamos de acá. Confía en mí.

Guillermo se levantó y se fue.
Pedro fue directamente a la ducha intentando que el agua arrastrara las sensaciones que le enturbiaban los sentidos, para luego desayunar y salir a cabalgar hasta el granero, como la primera vez con Guillermo, quedándose buen rato detenido mirando el transcurrir de yates y veleros por la ribera.

… Pa, ¿tan importante es ese testigo protegido que tienes que quedarte a su lado?
.. Lo es, entraron a su departamento, si lo encontraban lo hubieran mínimamente secuestrado.
… Y no vas a decir donde están, ¿verdad?
… No hijito, por seguridad mientras menos sepan todos mejor. Luego del juicio ya todo habrá pasado.
… ¿José lo sabe?
.. No, nadie.
… ¡Testigo protegido le dicen ahora!
.. Ana, basta. Vamos a la habitación, quiero hablar con vos. ¿Vas a salir hijo?
… A la noche sí viejo, es sábado hoy, iremos a un recital con amigos.
… Bueno, me parece bien. ¿Me besas? Si necesitas algo me llamas al celular, igualmente los tipos ya están presos, de lo contrario te daría otro teléfono. ¿Han llamado del estudio?
.. No, que yo sepa no.
…. Bueno, igualmente en un rato llamaré a Alberto a ver si está todo bien.
… Me voy a tirar un rato, no peleen.



___ Cuando Guillermo regresó, la casa estaba en silencio, era de día pero el sol estaba bajando. Había visto a los caballos en el establo por lo cual dedujo que Pedro estaría en la habitación y efectivamente lo encontró recostado leyendo. Entró, Pedro se levantó a rodearlo en sus brazos para luego apartarse hacia la ventana a mirar el atardecer.
Guillermo se percató apenas entrar que estaba en bata, y nada más.






A distancia de dos metros, absorbió aquella escena, el ventanal, con los rayos naranja colándose y la figura que lo embriagaba cual escultura iluminada por los dioses. Las lozanas curvas y los esbeltos miembros. Las ascuas que ardían en su interior se inflamaron, una oleada de deseo le abrasó las venas. Entonces se irguió y se acercó lentamente a Pedro.
La frase salió de sus labios muy despacio, mientras lo recorría lentamente con la mirada, empezando por el rostro y descendiendo por el esternón, fijándose en lo fascinante de ver como la tela de la bata se adhería a cada curva y monte, a la redondez de sus caderas, a la suave prominencia del bajo vientre. Mientras gozaba de aquel festín, acariciándolo con el aliento, los pezones se le endurecieron.
Pedro detenido frente a él alzó la mirada hasta su rostro.

… ¿Cómo te ha ido?

Habló sin aliento, sentía los pulmones encogidos. Pero sostuvo la mirada de Guillermo y procuró no temblar. No de miedo, sino de emoción por lo que aguardaba que sucediera. Los duros rasgos de su rostro, las llamas oscuras que reflejaban sus ojos, todo él le gritaba la pasión contenida y curiosamente sintió las sensaciones que en el dormir lo embargaban al soñarlo seduciéndolo, era lo mismo, lo había hecho antes y seguramente muchas veces, tanto como él con Guillermo.
Guillermo con los ojos fijos en Pedro se humedeció los labios con la lengua, apoyó una mano en la pared y se acercó más, claramente aturdido Pedro levantó la barbilla.
Los Labios de Guillermo se agitaron. Su mirada se posó en la boca de Pedro y la de Pedro en los suyos fascinados. La tensión que inundaba alrededor y los contenía, resultaba fascinante… y deliciosamente inquietante.

… Bien, mi hijo y el estudio bien.
… ¿Y qué no está bien entonces?

___ Pedro se humedeció los labios que bajo la mirada de Guillermo comenzaron a vibrar.

… Nada… No te preocupes. ¿Qué has hecho vos?
Guillermo comenzó a desabotonarse la camisa  y Pedro consiguió encontrar suficiente aire para un suspiro mirándolo con intensidad, y lo que se iba descubriendo.

.. He ido a cabalgar, a mirar los barcos, nada importante, he disfrutado de la paz de este lugar.

Guillermo continuaba desabotonando y Pedro respiraba en forma entrecortada. Cambió de lugar para dejarle espacio para colgar la camisa, y se volvió hacia él justo en el momento en que se desanudaba la corbata y se la sacaba del cuello, mirándolo fijo, la sostuvo entre sus manos.

… De modo que no ha sucedido nada extraño y has disfrutado el tiempo.




Pedro tenía la mirada clavada en aquellas manos que acariciaban el trozo de tela incapaz de emitir sonidos,… así que contestó con gestos.

 Bien.

Aquella palabra fue el ronroneo de un felino... Con un gesto negligente, Guillermo colgó la corbata con el saco y la camisa.

… Así que no ha habido nadie que te haya distraído en mi ausencia.

Pedro arrastró la mirada hasta su rostro.

…¿Alguien? ¿Que me haya distraído?
… Del tema que tenemos que hablar.
… ¿Es que quieres hablar de algo en particular?
Pedro tragó el aire con dificultad, procuró ocultar el mareo y Guillermo captó su mirada de interrogación.

.. De vos. De mí. De nosotros. De esto,… lo nuestro.
… ¿Qué quieres hablar de nosotros?

___ La mandíbula de Guillermo temblaba, los músculos vibraron sin control y Pedro advirtió que cerraba un puño, y al fin dio un paso hacia él.

.. Yo___ ,he llegado al final de mis fuerzas, Pedro.
A ver, te amo demasiado, y no apruebo ninguna situación que te coloque a vos como objeto de habladurías, con independencia de que dichas situaciones sean producto de mis acciones o no, porque ya lo pasé y no lo deseo para vos, precioso.
Con los labios en una línea, dio otro paso hacia delante.

… No puedo, no estoy dispuesto a ellos, a consentir ninguna situación en la que tu honorabilidad como hombre se vea mancillada, ni en el plano profesional ni en el plano personal, ni siquiera por mí, con la mejor de las intenciones.

___ Caminó, acorralándolo, y no se atrevía a quitarle los ojos de encima, y aunque Pedro se replegaba seguía avanzando.

… ¿Y entonces qué estamos haciendo juntos aquí? A mí no me importa lo que diga la gente, ya no puedo separarme de ti, no quiero.

___ Pedro estaba atrapado, hipnotizado, y sabía que pronto Guillermo se abalanzaría sobre él, y como para confirmarlo seguía avanzando, siempre conduciéndolo en dirección a la cama.

… Hablé con Ana, le pedí el divorcio.
… ¿Qué?
… No puedo esperar, por lo que te estoy diciendo, no podría  acostarme una noche más con ella aunque no la toque desde hace años.
… Pero amor, ¿y tu hijo... Y ella cómo lo tomó?

… No me importa, mal, como siempre, peleamos, amenazó, pero le voy a decir a Gabriela que inicie la demanda, no pude hacer otra cosa cuando comenzó con sus indirectas.

Y estoy aquí, porque no veo lógica de estar en otro lado. Vos sos mío, y yo soy tuyo, por tanto duermes conmigo. Como de momento duermes aquí, ergo, yo también. El lunes quizá sea en tu departamento. Si mi cama por ahora no es la tuya también, la tuya tendrá que ser la mía, hasta que obtenga el divorcio. ¿Lo entiendes?


… Acabas de decir que no quieres mancillar mi reputación, y no lo haces, yo no lo siento, no me importan los papeles pero a ti parece que sí

___La camiseta de Guillermo salió por sobre la cabeza. Pedro no sabía adónde mirar. Adónde más deseaba mirar.

.. Exacto. Por eso vas a tener que casarte conmigo aunque a vos no te moleste la falta de papeles. Pronto. Eso es lo que tenemos que hablar.

__ Pedro quedó petrificado, en el fondo no lo decía, pero le aterraba la idea de casarse, su madre casada con su padre y amándolo había permitido hasta que violaran a su hijo y había terminado muerta, y su miedo al matrimonio lo atenazaba, aunque lo venía disimulando.

… Pero… ¿Por qué tengo que casarme contigo para amarte?
… En ese sentido, no. Pero para vos, casarte conmigo es algo inevitable. Lo único que tenemos que determinar esta noche, es lo que hace falta para que lo aceptes, una vez que obtenga mi divorcio, porque no creas que no soy conciente de que sientes algo particular al respecto, por más que al comienzo te entusiasmó la idea porque la creías  remota.

___Guillermo avanzó un paso, Pedro retrocedió chocando con el poste de la cama. Antes de que pudiera rodearlo tenía a Guillermo delante, bloqueándole el paso, cerrando las manos sobre el poste, a su espalda. Atrapándolo en el círculo de sus brazos, cara a cara, delante del pecho desnudo...
Pedro aspiró con desesperación y hundió la mirada en la de Guillermo.

… Ya te lo he dicho… no necesito papeles por ahora.
… Yo creo poder garantizar que nuestro matrimonio no tiene nada de simple, pero lo deseo.



___ Pedro abrió la boca para intentar una réplica, pero él se la cerró con un beso tan potente, que cuando se despegó al fin, quedó asido del poste como si fuera un salvavidas.

Guillermo le habló contra los labios en una súplica y a Pedro se le encogió el corazón.
… Escúchame amorcito, me cuesta mucho decirte esto, y de esto me hablabas  anoche creo.
Pedro se quedó quieto y aguardó..., con el corazón acelerado.

.. Dentro del mundillo social soy famoso por mantener la sangre fría en momentos difíciles… pero cuando estoy con vos, nunca tengo la sangre fría. Me siento arder, me quema el deseo. Si estoy en la misma habitación como ahora,  en lo único que puedo pensar es en el calor, tu calor, y en la sensación que me produce estar rodeado por tu cuerpo. Y hace una semana apenas que nos hemos reencontrado en esta vida.

___Pedro percibió cómo aumentaba aquel calor, una auténtica fuerza entre los dos...

.. Me he ganado la fama de ser la personificación misma de la discreción, y mírame ahora, he seducido a un cliente y me he dejado seducir, te he traído a mi casa, vaya discreción. Comparto mi cama con vos abiertamente, hoy nadie nos ve, pero pasado mañana lo haré en tu departamento y he ido corriendo a pedirle el divorcio a Ana para ello.
Respiró hondo y su pecho rozó el de Pedro.

… Por lo que se refiere a mi legendario control, el que poseía antes de reencontrarte, en el instante en que estoy dentro de vos o que  vos me haces tuyo se evapora como el agua sobre el acero caliente.

___ Pedro no supo qué fue lo que lo impulsó. Tenía tan cerca los labios de él... que no pudo evitar mordisquearlos, saborearlos y más.

… Ya te dije que te soltaras, que no me romperé, no es malo eso, al contrario.

___La tensión que irradiaba Guillermo en oleadas cedió, apenas. Dejó escapar un suspiro y apoyó la frente en la de Pedro.

.. No es eso.___ Al cabo de un momento  prosiguió___: No me gusta perder el control, es como perderme a mí mismo… en vos.
Pedro notó que se rehacía, que la tensión se incrementaba de nuevo y los rodeaba.

.. Es entregarme a vos… para que me tengas en tus manos.

___Aquellas palabras, graves, profundas, lo invadieron de cabeza a pies. Cerró los ojos e inspiró de forma superficial.

.. Y no te gusta hacer eso.
.. No me gusta… pero lo ansío. No lo apruebo, y sin embargo lo anhelo.
Sus palabras acariciaron la mejilla de Pedro, y después sus labios tocaron los suyos.

… ¿Lo entiendes? No tengo alternativa. Te amo.

___Pedro notó que se le hinchaba el pecho para tomar el aire, que se estremeció, con los ojos firmemente cerrados, y sintió que el mundo giraba a su alrededor.
… Perderme en vos, Pedro, darte mi corazón y mi alma para que los custodies vos… forma parte de ello. Sus labios rozaron los de Pedro en una caricia inefable y tierna. Confiar en vos forma parte de ello. Decirte que te amo forma parte de ello.

___Sus labios volvieron a tocarlo, Pedro no esperó más para zambullirse y besarlo. Se soltó del poste de la cama y rodeó con las manos el rostro de Guillermo para que él supiera, para que él sintiera, su reacción a todo lo que había dicho.

Y él lo sintió, lo percibió… y reaccionó a su vez, rodeándolo con sus brazos con fuerza. Pedro no podía respirar, pero no le importaba, lo único que le importaba era el sentimiento que los unía a ambos, que fluía sin esfuerzo entre ellos.

Oro y plata se fundieron a su alrededor, inoculando su magia en cada contacto. Oro y plata refulgieron sobre ellos, vibrando en su respiración entrecortada. Era un impulso inmediato y una promesa de futuro, era aquí y ahora… y para siempre.

Con un juramento en voz baja Guillermo se apartó y se quitó los pantalones. Pedro al verse libre, bajó los brazos y dejó que su bata cayera, con un ligero movimiento de hombros la prenda resbaló hasta el suelo.
Guillermo se irguió… y Pedro se echó en sus brazos, juntando sus miembros desnudos con los de Guillermo…

Él respiró hondo y exhaló el aire con un gemido, al tiempo que Pedro se movía sinuosamente amoldando los cuerpos en cada recodo. Lo envolvió en sus brazos y entonces los labios se unieron, y el deseo corrió en completa libertad.

Luego Guillermo lo tomó en brazos y con suavidad lo depositó entre las sábanas. Pedro  lo aceptó de buen grado y Guillermo lo aceptó en el interior de su cuerpo con feliz abandono al fin.
Y esta vez no hubo reservas, no hubo reticencias, ni control, ni vestigio alguno de pensamiento racional. Florecieron el deseo y la pasión, y después estalló el desenfreno. Fueron UNO: de mente, pensamiento y obra. El placer de uno era el deleite del otro. Se dieron a sí mismos, una y otra vez, y siempre encontraron algo más que dar.

Y por encima de todo ello flotaba aquel límpido resplandor, más fuerte que el acero y más preciado que las perlas.

 Cuando ascendieron a la cresta final de la ola mayor y se aferraron el uno al otro en medio del torbellino que los arrastraba, aquel resplandor se intensificó y los llenó por completo, hasta que toda la existencia vino a ser aquel fulgor maravilloso, hasta quedar flotando a la deriva, profundamente saciados, resbalando hacia el sueño feliz, sin sobresaltos.

“La felicidad, la más deseada de las bendiciones.”




CONTINUARÁ.







47 comentarios:

  1. Gracias María Elena Ventura, mi amor.

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  2. Gracias Romina, ojo con las niñas por acá.. Te amo.

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  3. Predestinados es algo magistral, diferente y fuera de lo normal, este amor de siglos y siglos que trata de por fin llegar a un punto de felicidad absoluta y pareciera que esta es la oportunidad, esta historia de 1800 me tiene atrapadisima genialidades tras genialidades.
    Pero poco a poco la realidad los esta alcanzando ame la actitud se Guille de querer intentar defender el honor se su hombre, dando el primer paso de separarse de Ana, entregándose sin reparos a su amorcito que poco a poco se va haciendo dueño de todo lo que el tiene para dar y más.
    Siiii adoro esa entrega tan sublime como toda la historia que los rodea es una genialidad absoluta, tratando de dejar atrás malas decisiones y un terrible pasado para ser uno y dejar que sus almas y corazón se fusionen en uno sólo. En busca de la tan ansiada felicidad

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    1. Burra soy, Romina y niñas, lo de abajo para ustedes, y detrás de ti siempre viene la culpable de esto, lo nuestro que es mi adorada Alicia, espeo. Besos mil.

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  4. Bueno, bueno, te pusiste filosófica, acá habla la titular y no las niñas. Resulta, que luego del paseo por tantas vidas este para quedó como dice cielito medio temeroso y Guille controlado y controlador, entonces fui a esa vida feliz, de la cual el peque soñó el finala feliz y los voy llevando por ambas, y pareciera que el par de esa vida se parece en mucho a estos dos de la actual y por tanto las cosas que tienen que aprender la irán viendo en ambas. Fic no tab ficción, nacida culpa de Alicia, que cuenta en parte lo que sabe la ciencia, o sea los psiquiatras, vía regresión por hipbnosis y que casualmente?, coincide con lo que hablan los maestros de Oriente desde hace milenios. Gracias Infinitas y mi amor,

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    1. No llores que no pelean, son aprendizajes de otras vidas. Besotes,

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  6. DIVINO CAPITULO EVE ESTE AMOR ES ARRASANTE DESDE EL 1800 GUILLERMO QUIERE EL DIVORCIO ANA SE LO DARA? QUE INTERESANTE SE PONE ESTA HISTORIA DE AMOR Y PASION QUERIDA EV

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