ESPÉRAME, VACACIONES , PARTE CUATRO. MÁS ALLÁ DEL FINAL.

 

MÁS ALLÁ DEL FINAL…ESPÉRAME VACACIONES PARTE CUATRO. RELATO BREVE.

Uruguay, 08 de enero de 2020.

 Guillermo se desperezó entreabriendo los ojos buscando la luz en la sonrisa de Pedro, pero solamente encontró la del sol. No estaba a su lado.

Se incorporó con dificultad recordando las promesas para el día y al mirar por el ventanal hacia la playa lo divisó  nadando. Al volverse vio la nota que desde años, cada vez que no estaba al despertar en sus brazos le dejaba.

“Amor, tienes el desayuno preparado, come rico y te espero nadando, no traigas nada, te amo. Pedro”

 ¡Cuántas promesas habían en esas pocas palabras, un escalofrío lo recorrió al pensar que tenían aún dos días a solas como antes del nacimiento de los niños!

Fue a la cocina y desayunó café amargo con masas y tostadas, luego se dio una ducha rápida y pensó que si se vestía, mucho no conseguiría mantener la ropa por lo cual apenas se colocó un short de baño y una toalla en la espalda y bajó a la playa buscando a su amor.

Apenas llegar, se quedó embobado como siempre contemplándolo,  sus estilos perfectos de natación que él apenas lograba, y cuando Pedro lo vio, se detuvo, colocándose de pie iluminándolo con los hoyuelos y llamándolo.

… Amor mío, buen día dormilón, ven, que el agua está riquísima.

… Otra cosa está riquísima pensó Guillermo. Está fría cielito.

___ Pedro fue saliendo y comenzó a salpicarlo a propósito y a medida que se le acercaba a Guillermo se le iba yendo el frío, hasta desaparecer cuando Pedro lo rodeó en sus brazos y lo atrapó en su boca, con la lengua hambrienta abriéndose paso entre los labios finos para hurgar el territorio, saboreándolo  con ansia mientras las manos recorrían y demarcaban territorios y la mirada contemplaba cada recodo y curvatura de su geografía, al tiempo que Guillermo  lo imitaba y comenzaba el incendio que el mar no podía  detener.

… ¿Sigues con frío amor?

… Estoy encendido de deseo, haz lo que prometiste ahora que has provocado este huracán.

… Era la idea Graziani, esto viene incluido en tu pedido de Reyes, ¿o la vas a negar?

… No precioso, no voy a negar nada, y continúa que estás hablando demasiado.

Pedro volvió a recorrerlo con manos y boca, antes de introducirlo a mayor profundidad sus labios y su lengua fueron dibujando los caminos por la garganta, el cuello, los hombros, devorando, saboreando, inhalando aroma a mar y a su hombre, por el vello del torso, torturando al paso los pezones con los dientes, para llegar a jugar en el ombligo en círculos haciendo piruetas para no caer, o revolcándose al hacerlo echados por las olas, para al fin llegar a saciar su sed, no sin antes recorrer la intimidad, sin piedad, implacable, con la lengua y con las  manos, agigantando, friccionando, y más tarde succionado con  los labios cubriendo los dientes y sin ellos, mientras Guillermo se contorsionaba por la excitación y por las olas hasta recuperar la boca en el beso que lo asfixiaba, y devoraba al tiempo que iban  mar  adentro, y desesperados, hambrientos, embebiéndose uno al otro y del otro Pedro lo aferró y él a Pedro para vencer la fuerza del mar y ante el empuje de las olas su chiquitín le recordó la exquisita penetración a fondo de cuando el mar se sumaba a su deseo y embestía al ritmo de las olas mientras Guillermo gemía en la boca y acompasaban las lenguas que se retorcían al ritmo de los embates y de las olas y eran un cuerpo, un alma, un Todo y Uno ahogándose con el agua y en el otro, muriendo en la asfixia de la falta de aire bajo el agua y en el beso, renaciendo en cada posesión en el cuerpo y en la boca y en completa consonancia entre ellos y la naturaleza ascendían como la ola antes de caer a acariciar la arena, hacia la cima  más alta del placer y de la pasión, para al fin gritando como el rugido del mar, romperse en miles de gotas como el agua de cada ola abrazando la arena, al llegar al orgasmo más devastador conocido, al más poderoso, al más deseado, para fundidos en el uno, sacudidos por el viento, por el agua, y por las convulsiones de su clímax derrumbarse y abandonarse a ser arrastrados donde la naturaleza los llevara, ahogados en el beso y en la fusión, muriendo uno en el otro y con el otro, inundándose y entremezclando sus fluidos con el agua para quedar exhaustos , enredados y embarrados en la orilla en el último abrazo del sol, que esquivo y temeroso los cubría con sus tonos y les sumaba más ardor.

…¿Te gustó?

… Es perfecto, mucho más que hace cinco años, más que nunca.

--- Transcurrieron y permanecieron fusionados, embarrados, tumbados, enredados, adormilados e incrustados, hasta que sin tiempo Pedro se retiró, porque sabía que su amor  tenía sus planes en la arena.

 Fueron hasta el mar tambaleándose borrachos uno del otro, se enjuagaron, y regresaron ahora a las reposeras donde se tumbaron a medias a  beber los jugos que habían traído de la casa, mientras Guillermo ya tenía en mano el protector.

… Échate en la manta amor, que voy a colocarte el protector, ya sabes lo que me gusta recorrerte con él.

Pedro obedeció y Guillermo mirándolo extasiado echó en las palmas el gel y comenzó a masajearlo con sus dedos diestros de pies a cabeza y de cabeza a pies entre caricias y besos sin dejar zonas vírgenes entre sus manos y su boca sin recorrer, para al fin invadir la boca no sin antes devorar los labios gruesos que lo esperaban e incitaban, estirándolos, mordisqueándolos, succionándolos hasta ingresar y mientras las lenguas se regodeaban , en el mismo aliento, con la misma saliva, Guillermo ingresó en su hombre ladeándolo con dulzura al comienzo, esperando, disfrutando del contacto piel a piel, en pausa casi en el acceso concentrado en el beso para al fin, saturado de sensaciones comenzar a moverse estableciendo el ritmo de su sinfonía para que Pedro lo aprendiera y lo acompañara acompasándose en el beso y en las ondulaciones, arqueándose y empujando cuando su esposo embestía, y  una vez, y otra, y más, más profundo , más intenso y nuevamente asfixiándose y muriendo ascendieron a la cornisa, desde donde vislumbraban la profundidad a la cual caerían en breve hasta que al fin se abandonaron, lanzándose al unísono gritando escandalosamente el nombre del otro, deteniendo  hasta el movimiento de las olas asustadas ante la visión del Amor manifestado, mientras se vertían dentro y en el otro y se derrumbaban aniquilados y exhaustos uno sobre el otro, para nuevamente desfallecer y adormilarse fusionados.

El atardecer los encontró allí, tomando mate, mirándolo felices, cubiertos por la manta en una reposera, bebiendo de la bombilla o de la boca ajena, entre arrumacos, y vértigos causados por la embriaguez del amor.

…¿Estás bien?

… Loco de Amor, más que hace cinco años cielito, esto es perfecto y lo que deseaba en este momento.

… ¿Vamos levantando las cosas y yendo a la casa? Creo que necesitaremos una buena cena, y luego, aprovechando la oscuridad de la noche, reaprenderemos la ceremonia de las caricias, tumbados en el piso, como  la primera vez, en la casa de provincia.

… ¡Dios! Esto es mucho más de lo que pedí en mi carta a los Reyes.

… Porque no habías leído la mía Amor mío, yo estoy recibiendo y dando lo que escribí en la mía.

___ Se miraron en profundidad, y volvieron a derretirse y a perderse uno en el otro,  regresando a la casa, para caer en la bañera y entre arrumacos y besos, bañarse uno al otro, para al fin juntos ir a preparar la  cena de aquel sábado inolvidable de enero en la casa que viera a Pedro resucitar, y al Amor consumándose, en la luna de miel y en cada vez del regresar.

Continuará.