PREDESTINADOS. CAPÍTULO ONCE.

RELATOS BREVES… PREDESTINADOS CAPÍTULO ONCE.

 Bs. As., domingo 22 de octubre.

“Es 1835, vivo en Inglaterra y pertenezco a la nobleza. Tengo pelo oscuro, soy alta y delgada. Tengo tres hijos.

Hoy veo con claridad que uno de ellos es mi madre en esta vida. Simplemente lo sé, pero mi marido no está en mi vida presente… Todavía. Es alto, delgado, va bien vestido, estamos paseando en un parque lleno de jardines, tiene la mirada profunda y los ojos negros. Lo amo.

No quiero ver más, uno de mis hijos está muriendo, es ella, es mi madre en mi vida actual, no quiero verlo.”

Pedro salió de esa vida y retrocedió al siglo XVIII.

“Soy un hombre, soy granjero y tengo una vida dichosa al fin.

Soy muy bueno en lo que hago y amo mi oficio, porque amo profundamente la tierra y lo amo profundamente a él, a mi hombre, de mirada penetrante y ojos negros, que aún no encuentro en mi vida actual, pero sé que  será mi esposo en Inglaterra, que mi madre será mi hija pequeña entonces, dos almas gemelas,  de ambos hoy estoy separado, pero sé que volveremos a reunirnos en otro tiempo y en otro lugar.”

“Estoy ahora en el Oeste de la India, creo…. Las fronteras no son claras. Vivimos en las montañas y hay caminos que están reservados para los comerciantes.

Soy un muchacho de unos quince años. De cabello negro y de piel oscura. La ropa que llevo está sucia. Trabajo duro en los establos, cuidando caballos y mulas, me escapo para cabalgar porque me gusta mucho. Somos muy pobres. El clima es frío, me congelo a veces trabajando allí... Mi familia no puede protegerme, soy inteligente pero no tengo acceso a educación formal. Mi vida es una carrera de obstáculos. El frío y el hambre constante me atormentan. Sólo hay una cosa que me alegra la vida.

Existe un joven que viene a menudo aquí con su padre y otros comerciantes. Es amable, divertido, tiene ojos negros y su mirada me hechiza, lo amo, la pasamos muy bien juntos. Ojalá se quedara aquí y pudiéramos estar siempre juntos.

…¿Tienes mucho frío?

… Mucho.

… Puedo decirle a  mi padre que   vienes con nosotros.

… No mi amor, no puedo dejar a mi familia. Me conformaré con verte de tanto en tanto por ahora.”

___ Y escapando de su padre y de los demás comerciantes, fue a su encuentro  al establo en la noche, sin pensar lo tomó en sus brazos para abrigarlo, y lo besó de lleno con desesperación y urgencia. Fue el primer beso de amor para ambos, el más largo e intenso de sus vidas.

La proximidad del comerciante, su calor, su virilidad, su lengua explorando la boca, las caricias exactas, le remecieron hasta los huesos, el mismo sitio descubierto por la mirada profunda de ojos negros que lo hipnotizaba.

El joven se había preparado por años para ese momento, por años había imaginado a la persona predestinada para amar y que lo amara, y era un hombre.

Y el comerciante que ya lo sabía desde más pequeño, lo deseaba con una pasión recién estrenada, pero con una certeza antigua y absoluta. Jamás amaría a otro, ese amor prohibido sería el único que tendría en este mundo y en esta vida.

El joven se aferró a él, sujetándolo a dos manos por la ropa, y le devolvió el beso con igual intensidad, mientras se desgarraba por dentro, porque sabía que luego de amarse se tendrían que despedir.

Pero antes se despojaron de todo, de las barreras externas e internas y se amaron con urgencia y  devoción, una noche de Amor compartido en el piso, intercambiando los roles y las formas, devorándose y muriendo uno en el otro, y entonces tras la entrega pudieron abrazarse calmos, y llorar, hambrientos de pactos y confidencias, de palabras prohibidas, de promesas de un mañana compartido y compartiendo, pues ya  habían develado el más recóndito secreto de su Amor.

 Y en cada encuentro regresaban los abrazos clandestinos y precipitados de la urgencia y de la ausencia, hasta aquella última noche juntos en que tuvieron y se dieron el tiempo para el Amor, descubriendo las múltiples posibilidades del placer y la profundidad de un Amor que sería el único por siempre. Se despojaron de la ropa y de capas de temores acumulados, de dudas, de recuerdos inútiles,  de juicios, y se fueron acariciando con infatigable perseverancia temblando bajo los dedos sabios, y se abrieron en alma y cuerpo, se ondularon, se iluminaron,…, gimiendo, llorando, llamándose , y rendidos y húmedos se dieron, se entregaron y se poseyeron , se bebieron y se devoraron, se embebieron y se inundaron, se incrustaron y se compenetraron uno en el otro inhalándose, olfateándose, degustándose, viéndose, escuchando los sonidos del amor, hasta que ninguno supo dónde se encontraban, ni quiénes eran, ni dónde terminaba uno y comenzaba el otro, en una dimensión sin tiempo ni espacio , más allá del éxtasis, de comunión con el Todo y con Dios, de expansión y fusión álmica donde se reconocían luego de siglos deambulando por el cosmos perdidos, como amantes Eternos. Y retozaron toda la noche, buena parte del día, hasta que el hambre y la sed, los obligaron a despegarse, felices, exhaustos, plenos, ebrios.

“No ocurre así, nos separamos sin quererlo, muero a los dieciséis años. Con el cuerpo devastado por aquel frío penetrante y aquella vida tan dura. Caigo enfermo de neumonía y no hay remedios entonces. Mi familia me acompaña en mi lecho de muerte y él me toma la mano y me habla cuando apenas puedo escucharlo:

… No temas precioso,…, nos volveremos a encontrar.

Y aprendo que el Amor es la fuerza más poderosa, crece y florece en tierras heladas y  bajo las condiciones más miserables. Existe siempre y en todas partes.

Es como una flor que florece en las cuatro estaciones.

Ya lo dijo Jesús: “¿No te das cuenta de que todo esto es un espejismo?... ¡Sólo el amor es real!”

___ Pedro y Guillermo estaban en el punto de inflexión del encuentro inminente en esta vida, podían verlo o no, aceptarlo o no, y si el momento pasaba frente a ellos, las posibilidades del encuentro irían disminuyendo…

No siempre nos unimos al alma gemela más vinculada a nuestro ser.

Tal vez haya más de una para cada persona, puesto que familias de almas viajan juntas.

Es posible que decidamos casarnos con un alma gemela menos ligada a nosotros. Podemos reconocer a un alma gemela a edad mayor y ya estar casados o haber adquirido compromisos inadecuados, como es el caso de Guillermo con Ana y José.

También puede ocurrir, que nuestros padres, hijos o parientes cercanos encarnen al alma gemela con la cual estamos más estrechamente ligados. O quizá nuestra relación más fuerte sea con un alma gemela que no encarna en el transcurso de nuestra vida, que se queda en otro plano, y está velando por nosotros como ángel desde el otro lado.

A veces nuestra alma gemela está deseosa de encontranos y disponible. Es posible que él o ella se percate de la atracción que existe entre ambos, de lazos sutiles que indican que nos hemos relacionado en otras vidas pasadas. Y hasta puede resultarnos perjudicial, dependiendo de la evolución espiritual del alma de cada uno. Si el menos evolucionado no deja que lo ayudemos, si ha decidido que no quiere aprender ni evolucionar, la relación está condenada al fracaso. Tal vez surja otra oportunidad en otra vida, a no ser que la persona en cuestión tome conciencia más a delante. A veces se dan despertares tardíos.

Otras las almas deciden casarse mientras están encarnadas, permanecen juntas hasta cumplir un pacto acordado y luego cada una sigue su camino porque sus intereses y los planes que tienen para el resto de sus vidas son diferentes. No quieren ni necesitan pasar toda la vida juntas y esto no es una tragedia. Es una cuestión de aprendizaje, teniendo por delante una vida eterna juntas, a veces necesitan tomar algunas clases por separado.

La imagen del alma gemela disponible pero adormecida es patética y dolorosa. “Adormecida”, que no ve la vida con claridad, no es conciente de las dimensiones de la existencia, no sabe nada de almas. Normalmente son las interferencias mentales las que  impiden despertar. Los pretextos de la mente se imponen, excusas, puesto que las almas no poseen atributos tales como sexo, edad, raza, religión, etc. La persona reconoce la atracción, no hay dudas de que existe, pero su origen no es comprendido.

Y creer que ese reconocimiento, esa atracción, esa pasión volverá a producirse con otra persona es  falso. No nos encontramos con almas gemelas más que una, a lo sumo dos veces en una vida, la gracia divina puede recompensar a un corazón pleno de Amor con un segundo encuentro.

Encontrar el alma gemela no debe ser motivo de preocupación. Tales encuentros están a merced del destino, y sin lugar a dudas, se producen. Después del encuentro, prevalece el libre albedrío de ambas personas, las decisiones quedan en manos de la voluntad, de la propia elección. Cuanto más despierta sea la pareja más posibilidades habrá de que tome una decisión basada en el Amor, y si los dos miembros de la pareja están despiertos, el éxtasis se hallará al alcance de la mano.

Cuando nuestra intuición, nuestros sentimientos más viscerales y nuestro espíritu saben algo más allá de cualquier duda, no debemos permitir que las razones de los demás, construidas en base a sus miedos  y juicios, nos influyan, sean buenas o no sus intenciones, pueden llevarnos lejos del camino de la felicidad.

El Amor disipa el miedo y la ira. El Amor sana la aflicción.

La reencarnación es un puente a un mayor conocimiento, a la sabiduría y la comprensión... Nos recuerda lo que debemos tomar y lo que debemos desechar, por qué estamos aquí, qué instrumentos necesitamos para seguir adelante, la increíble orientación y ayuda que recibimos a lo largo del camino, y que nuestros seres queridos vuelven a nosotros para compartir nuestros logros y aliviar nuestras cargas.

Nuestro camino es interior, el viaje más difícil y doloroso. Somos los responsables de nuestro aprendizaje. No podemos rechazar la responsabilidad y echarla sobre las espaldas de otro. El reino de Dios está dentro de nosotros.

El destino funciona así.

El Amor cuando fluye libremente, vence todos los obstáculos.

___ Pedro y Guillermo recibieron esa madrugada igual información y al despertar la recordaban, pero ambos decidieron negarla,…, por ahora.

“… Basta, el cuaderno, los sueños, se terminó. Voy a ducharme, a salir a correr, iré a cenar con Camila y mañana a tribunales, nada va a pasar. Los papeles que envié al estudio Graziani no producirán acciones inmediatas y no voy a seguir  huyendo de lugares por dejar influenciarme por esta locura de estas horas.”

“…. ¡Mierda, ¿qué estoy haciendo?!  Perdiendo el tiempo y cambiando el trabajo por estos sueños estúpidos. Se terminaron acá. Me voy a duchar, a compartir el día con Fabián y el lunes iré en persona a volver a pedir turno en tribunales para la audiencia Postiglione por estafas. José no va a conseguir nada referido a esa denuncia anónima en las próximas horas. ¡Basta Graziani, tu vida de mierda y de siempre te espera!”

Continuará.

“Léeme, oh lector, si en mí encuentras deleite,

porque raras veces regresaré de nuevo

a este mundo.”

LEONARDO DA VINCI.”